El documento habla sobre la importancia del esfuerzo y la dificultad en la vida a través de la metáfora de una oruga que se convierte en mariposa. Explica que un hombre quiso ayudar a una oruga saliendo más rápido de su capullo, pero al no esforzarse, la mariposa resultante no podía volar. Igualmente, los obstáculos en la vida nos fortalecen y nos permiten crecer plenamente.
1. La lección de la Mariposa "Un día, en una pequeña abertura apareció una oruga; un hombre se sentó a observar a la mariposa durante varias horas, viendo cómo se esforzaba para hacer que su cuerpo saliera a través de aquel pequeño agujero.
2. Llegó un momento en que pareció que la oruga, a pesar de su esfuerzo, no avanzaba nada. Parecía que había llegado a un punto en que ya no podía avanzar más
3. Entonces el hombre decidió ayudar a la oruga y agrandó el agujero. La mariposa salió sin dificultad. Pero su cuerpo estaba débil, las alas no estaban desarrolladas y las patitas no la sostenían.
4. El hombre continuó observándola esperando que en cualquier momento se lanzara a caminar y emprendiera el vuelo a través de las flores.
5. Pero nada sucedió. La verdad es que la mariposa pasó toda la vida arrastrándose por el suelo. Fue incapaz de elevar el vuelo
6. Lo que el hombre que con toda su buena voluntad quiso ayudar a la mariposa, no entendía es que, al hacer un gran esfuerzo para atravesar el pequeño agujero, los jugos vitales se iban distribuyendo y extendiendo por las partes del cuerpo que requerían fortaleza para volar. Al pasar el agujero sin ese esfuerzo, las alas no recibieron la sustancia necesaria.
7. Algunas veces necesitamos el esfuerzo y la dificultad en nuestra vida.. Si Dios nos permitiera pasar por nuestras vidas sin obstáculos, quedaríamos débiles. No llegaríamos a ser tan fuertes como deberíamos. Nunca podríamos llegar a volar.
8. Asi nos sucede a nosotras como mujeres, es necesario que pasemos por los diferentes procesos para florecer.
9. Pero en todos estos, el Señor estará contigo, y cuando termines el proceso, serás única con tus únicos colores y tu propio tamaño.
10. Y te convertirás en la mujer que el Señor desea de ti, sin temor y sin miedos. Ya no serás la orruga que antes fuiste.
11. No tengas miedo, ni temor...vive confiada en Dios en todo tiempo, sabiendo que el tiene cuidado de sus hijos.