1. MARCO TEORICO:
SICARIATO
“El Sicariato” es una organización de asesinos a sueldo que matan por encargo, en la
actualidad es un fenómeno económico donde se mercantiliza la muerte y la vida de las
personas, en relación a los mercados oferta y demanda que se desarrollan, cada uno de
los cuales encierra un tipo específico de víctima y motivación del contratante. Es un
servicio por encargo o delegación que carece de mediación estatal y posee una importante
mediación social, que lleva a la pérdida del monopolio legítimo de la fuerza constituida
por el estado, es el clásico evento de la formación de una justicia mañosa donde la
violencia se convierte en el mecanismo de resolución de conflictos propios de la rutina
de la vida cotidiana. El servicio por lo general es contratado para un ajuste de cuentas
(traición venganza), justicia por propia mano (violación, crimen) o acto de intimidación
a cambio de una compensación económica previamente pactada, se trata de un servicio a
la carta y al mejor postor que lleva a la existencia de distintos tipos de mercado que se
conforman según la cualidad de la víctima”. LEMOYNE, S. (2000).
HOMICIDIO
Respecto del delito de homicidio, LEMOYNE, S. (2000), considera que en las
disposiciones legales del Código Penal encontramos inicialmente una directriz importante
en cuanto se refiere a la presunción de dolo en el homicidio, las heridas, golpes o lesiones;
así, nuestra legislación prevé que estos actos se reputan voluntarios, es decir con clara
intención de provocar daños, permitiendo la posibilidad de que se pruebe lo contrario, es
decir estamos frente a una presunción legal; o cuando sea evidente la ausencia del
propósito o el fin para el cometimiento del acto, tomando en cuenta algunos detalles como
la localización de las heridas.
El homicidio constituye una conducta antijurídica que consiste en atentar contra el bien
jurídico de la vida de una persona físico natural; descartando aquellas muertes que
habiendo sido provocadas no son susceptibles jurídicamente de sanción penal por
reputarse justificables en el caso de la legítima defensa, o cuando se mata por mandato de
la ley (inyección letal).
Teorías criminológicas:
El aprendizaje de la conducta delictiva es un proceso dinámico que se desarrolla en dos
momentos distintos:
a) el aprendizaje inicial, que es el resultado del balance entre las definiciones aprendidas,
la imitación de modelos y los refuerzos anticipados; y
b) la repetición, que es el resultado del balance de refuerzos reales y castigos reales
(Garrido et al., 2006).
2. El enunciado más avalado del aprendizaje social en la actualidad es el de Ronald Akers
(Redondo et al., 2011; Redondo, 2008). En este, se dice que el comportamientoantisocial
y delictivo se aprende a partir de cuatro mecanismos interrelacionados: 1) la asociación
diferencial, 2) las definiciones, 3) el reforzamiento diferencial y, 4) la imitación de
modelos. (Garrido et al., 2006; Redondo, 2008b; Redondo et al., 2011).
La asociación diferencial: es aquel proceso mediante el cual un individuo es expuesto a
definiciones normativas favorables o desfavorables a la conducta antisocial. Las
asociaciones diferenciales se pueden producir tanto en grupos primarios – familia o
amigos – como en el marco de grupos secundarios – vecinos, iglesias, profesores, figuras
de autoridad o medios de comunicación – (Garrido et al., 2006).
El reforzamiento diferencial: Es aquel proceso de balance entre los refuerzos y los
castigos anticipados o reales que siguen o son consecuencia de una determinada conducta
(Akers, 1997, citado en Garrido et al., 2006). Este se basa en el modelo de
condicionamiento operante que establece que las consecuencias que siguen a una
conducta son un determinante de la probabilidad futura de que se repita (lo que se conoce
como ley empírica del efecto). El reforzamiento diferencial – de las definiciones, las
conductas y los hábitos delictivos adquiridos – mediante recompensas sociales o
materiales, o a través de auto reforzamiento o lenguaje interno de autogratificación,
precipitarían el inicio y el mantenimiento de la conducta antisocial.
La imitación de modelos: Consiste en involucrarse en alguna conducta después de
observar en otros un comportamiento semejante (Akers, 1997, citado en Garrido et al.
2006). Esta imitación dependerá de las características intrínsecas del modelo, de la
conducta observada en este y de la capacidad del sujeto para poder reproducir esa
conducta adecuadamente, y de las consecuencias que ese comportamiento a seguir han
generado (Garrido et al., 2006).
Teorías basadas en la personalidad
La teoría de la personalidad de Eysenck (1970, 1976, 1978) plantea que la conducta
delictiva es producto de la influencia de las variables ambientales sobre los individuos
con determinadas predisposiciones genéticas. Esto es, la conducta delictiva se explica por
medio de procesos psicofisiológicos, como la emotividad, la excitación y el
condicionamiento, que originan un determinado tipo de personalidad, el cual incide en la
tendencia conductual del individuo ante determinadas situaciones (Garrido, 2005)
Esta teoría postula tres dimensiones temperamentales de la personalidad: a) extroversión-
introversión, b) neuroticismo-estabilidad emocional y c) psicoticismo (Redondo y
Andrés-Pueyo, 2007). Estas dimensiones son continuas y varían entre los individuos,
predominando, en la mayoría de las personas, las puntuaciones intermedias entre los
extremos. Estos rasgos de personalidad son generalizables, es decir, las personas que
actúan de forma extrovertida o introvertida en una situación determinada tienden a
comportarse de esa forma en otros contextos. En este caso, la extroversión aparece como
una dimensión de la personalidad relacionada con una serie de rasgos diferentes, como la
sociabilidad, la impulsividad, la actividad, la vivacidad y la excitabilidad; mientras que
la introversión se encuentra asociada a rasgos como la timidez y la tranquilidad. Por tanto,
3. la dimensión extroversión, en contraposición con la introversión, refleja el grado en que
una persona es sociable y participativa al relacionarse con otros sujetos.
Por otra parte, el neuroticismo está vinculado a rasgos como baja tolerancia a la
frustración y alta hipersensibilidad, ansiedad e inquietud. A este respecto, Eysenck y
Ranchman (1965) observaron que en un polo se sitúan las personas cuyas emociones son
inestables, intensas y que se exaltan con facilidad, mostrándose, además, malhumoradas,
susceptibles, ansiosas e intranquilas (neuroticismo); en el otro extremo están los sujetos
cuyas emociones son estables, excitables con menos facilidad, calmadas, ecuánimes,
despreocupadas y confiadas (estabilidad). Concretamente, la dimensión neuroticismo-
estabilidad emocional se refiere a la adaptación del individuo al ambiente y a la
estabilidad de su conducta a través del tiempo. Apoyándose en la hipótesis de alta y baja
emotividad, Eysenck (1978) amplía su teoría, proponiendo la variable psicoticismo como
una dimensión más de la personalidad. ASÍ, este autor describe a las personas con alto
psicoticismo como solitarias, problemáticas, inhumanas, crueles, carentes de
sentimientos, buscadoras de sensaciones y hostiles. En algunos casos, esta dimensión se
caracteriza por la pérdida o la distorsión de la realidad, y la incapacidad para distinguir
entre los acontecimientos reales y la fantasía. Ello sugiere que la persona alta en
psicoticismo puede tener perturbaciones en el pensamiento, en las emociones y en la
conducta motora, así como alucinaciones o delirios.
De esta forma, el factor psicoticismo incluye también algún grado de psicopatía; es decir,
trastornos caracterizados por la conducta antisocial e impulsiva, el egocentrismo y la
ausencia de culpa (Eysenck, 1978).Sin embargo, se ha de considerar que tanto el
neuroticismo alto como el psicoticismo no indican necesariamente que la persona sea
neurótica o psicótica, sino que simplemente esos sujetos poseen unas cualidades que les
condicionan a actuar de una determinada manera ante el entorno.
Según los diversos grados de adaptación individual se hallan condicionados por la
combinación, de cada individuo, de sus características personales en estas dimensiones y
de sus propias experiencias ambientales.
Los principios teóricos de Eysenck sirven para explicar, en parte, la conducta antisocial
y delictiva, al relacionarse con puntuaciones altas en extraversión, neuroticismo y
psicoticismo. En efecto, la dimensión neuroticismo o alta emotividad actúa como un
reforzador de los hábitos antisociales que se han ido forjando desde la infancia, de ahí
que sea más difícil sustituir las conductas desviadas por otras más saludables; es más, el
aumento considerable de la emotividad inhibe el control de la conducta delictiva.
Igualmente, un neuroticismo elevado se asocia con síntomas de ansiedad ante los
estímulos dolorosos, lo cual dificulta el aprendizaje social. Bajo estas premisas el autor
presupone que las puntuaciones altas en esta dimensión se relacionan con la conducta
antisocial o delictiva. En cuanto a los extravertidos, el autor sostiene que se condicionan
de forma más lenta, soportan mejor la estimulación aversiva, tienen más resistencia al
dolor, presentan una mayor necesidad de estimulación y manifiestan niveles más bajos de
autocontrol que los introvertidos y, en consecuencia, tienen más probabilidades de emitir
comportamientos antisociales. Así pues, la relación entre la extraversión, el neuroticismo
y la conducta delictiva queda reflejada como sigue: el extrovertido neurótico tiene escasas
competencias sociales, mientras que el introvertido estable se muestra eficazmente
4. socializado, ya que él se condiciona bien (introversión) y la sobreansiedad (bajo
neuroticismo) no le afecta. Pero, los introvertidos neuróticos y los extrovertidos estables
tienen un nivel de socialización intermedio, ya que en cada caso uno de los polos inhibe
la socialización y el otro la potencia. Igualmente, la última dimensión de la personalidad
identificada por Eysenck, el psicoticismo, se relaciona positivamente con la conducta
delictiva.
Complementariamente, los resultados del trabajo de Coma-íFreixanet, Grande, Valero y
Punti (2001) corroboran la teoría de Eysenk con respecto de la conducta delictiva
autoinformada, en tanto que se cumple en el nivel de dimensiones para el psicoticismo,
de rasgos para la extraversión, y para el neuroticismo sigue la dirección predicha. En
síntesis, la conducta antisocial o delictiva está más fuertemente relacionada con las altas
puntuaciones en las tres dimensiones (extraversión, neuroticismo y psicoticismo) que en
una sola.
Por otro lado, el rasgo búsqueda de sensaciones de Zuckerman también está vinculado
con el comportamiento antisocial. En este sentido, las dimensiones de Eysenck (1976) y
el rasgo búsqueda de sensaciones de Zuckerman (1969, 1974) parten del mismo
constructo psicológico «el nivel óptimo de estimulación», lo que sugiere que la búsqueda
de sensaciones y la dimensión extroversión tienen mecanismos de manifestación
conductual y sustratos biológicos similares. Esta deducción se fundamenta en que uno de
los componentes de la extraversión, concretamente la impulsividad, puede dividirse en
rapidez de actuación ante un impulso y aventurismo o búsqueda de sensaciones (Garrido,
2005).
Una interpretación plausible a esta interacción se basa en que una baja activación cortical
estimula la búsqueda de nuevas emociones, instigando al sujeto a la realización de
conductas de riesgo, como la conducta antisocial y la delictiva. En 1976 observaron que
los individuos desinhibidos buscan, en mayor medida, la estimulación sensorial,
confirmándose así la hipótesis de Zuckerman (1974), quien afirma que los sujetos con
comportamientos antisociales son altos buscadores de sensaciones. Al mismo tiempo,
Aluja (1991) asume la existencia de una relación entre la búsqueda de sensaciones y la
dimensión psicoticismo. En este sentido, Pérez (1987) especifica que la necesidad de
estimulación es el factor que explica la relación entre la extroversión y el psicoticismo
con la conducta antisocial y delictiva. Observaron que la búsqueda de sensaciones
mostraba un efecto significativo en la implicación delictiva de los sujetos. Concretando
más, advierten que el nivel de sociabilidad y la emocionalidad negativa podrían
interactuar con la impulsividad en la predicción de delincuencia juvenil. Siguiendo estos
supuestos, propone un modelo que explica el desarrollo del comportamiento antisocial
basándose en la expresión elevada de rasgos temperamentales como, búsqueda de
sensaciones, impulsividad y ausencia de miedo.
Teorías basadas en el razonamiento cognitivo y emocional
Según la teoría cognitivo-conductual el modo cómo una persona piensa, percibe, analiza
y valora la realidad influye en su ajuste emocional y conductual (Garrido, 2005); así, la
literatura relaciona el comportamiento antisocial con estructuras cognitivas
5. distorsionadas o prodelictivas, en tanto que éstas precipitan, alimentan, amparan o
excusan las actividades delictivas (Redondo, 2008).
Teorías basadas en el aprendizaje social
Al igual que Bandura (1973), considera que el individuo puede aprender tanto a delinquir
como a no hacerlo. El autor entiende que el individuo aprende a delinquir por medio de
un proceso de entrenamiento deficiente en conductas prosociales, así como por el efecto
directo del refuerzo diferencial, el moldeamiento social y las inducciones situacionales.
El mantenimiento de la conducta delictiva se apoya en los procesos cognitivos, quienes
dotan de coherencia al pensamiento ya la conducta realizada. En este caso, el sujeto utiliza
las percepciones distorsionadas y el ajuste de la escala de valores como estrategias
autojustificadoras; ambos procesos ayudan a fundamentar el delito a la vez que favorecen
la desvinculación moral (Garrido, 2005; Garrido, Stangeland y Redondo 1999)
Factores de riesgo
El presente estudio tiene como finalidad identificar los factores de riesgo individual
cuáles de ellos tiene una mayor incidencia en el inicio, mantenimiento y desistimiento de
la conducta delictiva.
Factores individuales: Los correlatos relativos a la genética y a la construcción
individual incluyen diferentes factores biológicos que han mostrado una relación
con la conducta antisocial juvenil (Redondo et al., 2011). Dentro de estos
encontramos los factores genéticos, constitucionales y las complicaciones pre y
perinatales – alto nivel de testosterona, bajo nivel de serotonina, lesiones
craneales, baja activación del sistema nerviosos autónomo y problemas
relacionados con el embarazo y el parto – (Garrido et al., 2006; Redondo et al.,
2011).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
Lemoyne, S (2000). Investigación por Homicidios, Editorial: Limusa S.A, edición 2000.
pag. 109110.
Garrido, V & López, M. (1995,2005). La prevención de la delincuencia: El enfoque de
la competencia social, Editorial: Tirant lo Blanch. Valencia.
6. Es así como Echeburúa et al.(2011) muestran un listado de los instrumentos disponibles
en español para valorar el riesgo de violencia interpersonal específica, violencia contra
la pareja, violencia sexual, violencia juvenil, las cuales se explicaran a continuación:
FICHA TÉCNICA DE TEST DE BENDER
NOMBREDEL TEST:
Test Guestáltico Visomotor de Bender.
AUTORA:
Dra. Lauretta Bender.
OBJETIVOS:
Exploración del retardo, la regresión, la pérdida de función y defectos cerebrales
orgánicos, en adultos y en niños, así como de las desviaciones de la personalidad, en
especial cuando se manifiesta fenómenos de regresión.
En detalle:
1. Determinación del nivel de maduración de los niños y adultos deficientes.
2. Examen de la patología mental infantil: demencias, oligofrenia, neurosis.
3. Examen de la patología mental en adultos: retrasados globales de la maduración,
incapacidades verbales específicas, disociación, desórdenes de la impulsión, perceptuales
y confusionales. Estudio de la afasia, de las demencias paralíticas, alcoholismo,
síndromes postraumáticos, psicosis maníaco depresivas, esquizofrenia.
Es un test no verbal, neutro e inofensivo.
NIVEL DE ADMINISTRACIÓN:
Niños/as
Adolescentes
Adultos.
TIEMPO:
S/L – Sin límite de tiempo.
FORMA DE ADMINISTRACIÓN:
Individual y Grupal (De preferencia Individual).
INSTRUMENTOS O ELEMENTOS:
Juego de 9 tarjetas: A, 1-2-3-4-5-6-7-8.
Al dorso tienen los números marcados.
Impreso los modelos o gestald (Patrón).
Lápices de papel
Borrador
Hojas de 2ª (Tamaño Oficio)
EVALUACIÓN:
Se puede utilizar la Evaluación de Koppiz – Bender.
7. Dos formas de evaluación:
Cuantitativa: Donde se evalúa 30 errores distribuidos de la siguiente manera:
D= 10 (Distorsión de la forma)
I= 9 (Integración)
R= 8 (Rotación del dibujo)
P= 3 (Perseverancia)
_______________________________
TOTAL= 30 Puntos
Obs.: Cuanto más errores cometa el sujeto más en contra de él va. Estos errores se
evalúan con1 punto (+) de acuerdo a cada error, luego se suman todos los errores para
convertir a través de la fórmula:
CDM= EM x 100, en cociente mental (CM) o sea diagnóstico de madurez.
EC
Cualitativa: Nos da una descripción de acuerdo al porcentaje de cada error que comete
el sujeto y determinar así el área de déficit. Por ejemplo:
D= Distorsión dada x 100
10
I= Integración dada x 100
9
R= Rotación dada x 100
8
P= Perseverancia dada x 100
3
ADMINISTRACIÓN:
Ordenar las 9 tarjetas de acuerdo a los números que tienen al dorso, ubicando a
la derecha del examinador.
8. Las hojas que se utilizaran para la proyección de los dibujos deben estar
ubicados al lado del sujeto a la izquierda o a la derecha, dependiendo si es
diestro o zurdo.
El copiado de los dibujos de cada tarjeta, se inicia de la A hasta el nº 8.
Registrar en la hoja de evaluación los resultados, ubicando las respuestas de
acuerdo a la hoja de protocolo y anotando la ubicación de los dibujos de cada
Gestalt.
DETALLES DE INVESTIGACIONES EN SUDAMERICA:
Castiblanco Parraga, Córdoba Parrado,Ruiz Velandia y Leonardo Rodríguez Cely (2008).
Realizo un estudio denominado “Protocolo de Criterios para la Evaluación Psicológica
Forense en los Casos de Homicidio de Acuerdo a los Artículos 103, 104 y 105 del Código
Penal Colombiano”, en un grupo de 14 a 25 años de participantes. La investigación tuvo
como objetivo la elaboración de un protocolo de criterios para la evaluación psicológica
forense en casos de Homicidio, según los artículos 103, 104 y 105 del Código Penal
Colombiano, en donde se utilizaron pruebas psicológicas con propósitos judiciales, que
entra en contacto directo con el derecho y los procesos judiciales, esta es llamada
psicología forense (Soria, 2002 citado por Rodríguez, s.f.). los test utilizados son el
MMPI, el MILLON, el test de personalidad 16PF, el test de CALIFORNIA, el test de
BENDER, el Macover, el NEOPI, el IPD, el Minimental y el test de Roschard. También
hacen uso de pruebas de inteligencia como el WAIS y el WISC. Otro tipo de instrumentos
mencionados fueron el WARTEGG el DFH, el FSMI, el DSMIV, el RAZOR, la escala
de HADE de psicopatología, y algunas pruebas proyectivas tales como test de Persona
Bajo la lluvia, entre otras.
Las conclusiones a las que finaliza la investigación es la existencia de falencias en
cuanto al uso de pruebas que permitan arrojar, como bien lo decía el profesional de
salud mental, resultados en términos probabilísticas como lo permite realizar la
psicología, el no conservar esta rigurosidad metodológica conlleva a que la psicología
pierda la credibilidad ante los participantes en el juicio oral, ya que los resultados de la
peritación se basan en la aplicación de una única entrevista donde no se aplican pruebas
psicométricas ni se realiza una indagación a profundidad respecto a la veracidad de lo
narrado por el sindicado durante la valoración psicológica.
Del mismo modo es importante señalar que los adolescentes presentaron indicadores de
tipo antisocial, propios de una conducta delictiva. Así como medidas cualitativas y
cuantitativas que opten por niveles bajos de conductas propias de desarrollo normal
social y moral, manifiestos en los test proyectivos.