1. La Gestión educativa en América Latina
Hugo Córdoba
Tratar la gestión educativa en América Latina nos conmina a hablar de una
situación sui generis, ya que por un lado podría encontrarse un común
denominador en el desarrollo histórico de este concepto entre los países
emergentes del continente americano, pero por otro se observan las grandes
disparidades que se viven en cada nación, trayendo consigo resultados diversos
acorde a las características sociales, culturales, políticas, económicas y hasta
contextuales.
Durante la sesión del pasado diez de febrero se abordaron algunos factores
trascendentes a tomar en cuenta cuando se habla de gestión dentro de la
educación, algunos como son: trabajo en equipo, misión, visión, valores, filosofía,
objetivos, motivación, metas, liderazgo, comunicación y climas escolares
adecuados, aunque todos son indispensables me gustaría detenerme un momento
en los tres últimos pues de ellos dependerá gran parte de que el resto se puedan
desarrollar favorablemente (Rojas y Gaspar, 2006, p.80).
Para Rojas y Gaspar “aquellas organizaciones en las que sus integrantes confían
en sus autoridades, muestran un progreso evidente en comparación con
organizaciones donde ocurre lo contrario” (Rojas y Gaspar, 2006), es decir que
cuando existe un liderazgo consolidado no sólo en el sentido administrativo sino
más importante aún dentro de una institución educativa que es el liderazgo
académico los miembros de la comunidad educativa (profesores, alumnos y
padres de familia) se plantean objetivos en común y son capaces de tener niveles
de logro significativos.
Ahora bien, es indudable que la motivación y el entusiasmo tanto de los alumnos
como de los profesores están relacionados con la creación de climas escolares
adecuados (Aguerrondo, 1996) es entonces que para el desarrollo de las
2. capacidades y potencialidades de los involucrados debe prevalecer un clima de
confianza y comunicación multidireccional.
En cuanto a la comunicación la UNESCO/ORELAC considera cinco actos del
habla mediante los cuales se desarrollan las actividades dentro de un centro
escolar, estos son: peticiones, ofertas, declaraciones, promesas y juicios; si
observamos con mirada aguzada cómo se llevan a cabo estos actos del habla en
nuestro centro de trabajo, podemos encontrar no sin poca sorpresa que realmente
tanto alumnos como maestros nos guiamos a través de estas opciones de
comunicación, por lo tanto es determinante que un líder educativo posea la
habilidad de manejar casi magistralmente estos actos del habla con la prudencia,
pertinencia, tacto y preparación suficiente para que se conviertan en una
herramienta esencial en el progreso de la organización.
Es entonces que con estos tres factores (liderazgo, climas escolares y
comunicación) varios países de América Latina han creado, modificado y
reformado sus sistemas educativos tanto a nivel federal como local, obteniendo
resultados distintos según la realidad y la visión que las autoridades tengan en
cuanto al tema educación, observando historias de éxito como Colombia, Brasil y
Uruguay naciones que supieron adaptar la educación y su gestión a las
características de su condición socio económica; teniendo del otro lado de la
moneda aquellas que una vez agotado su modelo no han sabido desenredar la
encrucijada que se les presenta este es el caso de México, Chile y Argentina por
mencionar algunos.
Siendo México un país emergente con recientes reformas en varios ámbitos de su
estructura, es de esperarse que las consecuencias de tales cambios no se hagan
esperar y hablando específicamente de la educación el panorama parece poco
prometedor, pues las facturas de “tropicalizar” y establecer políticas educativas
ajenas a la realidad nacional empezarán a cobrarse tempranamente, pues no
existe una estructura sólida que permita sostener dichos cambios en el sistema
3. educativo nacional, refiriéndome a que ni maestros, padres de familia, autoridades
federales y/o estatales, así como los lideres en las escuelas están preparados
para dicha transformación, sin embargo, en esta turbulencia la gestión educativa
puede tomar un papel determinante tratando de paliar los males que se pudieran
avecinar, de ahí la importancia de que se consolide una generación de
especialistas en dicha área y que su influencia pueda permear en todos los niveles
educativos del país pero con atención especial en el básico debido a su
trascendencia para el futuro académico de los estudiantes del país.
Referencias:
Aguerrondo, Inés, la escuela como organización inteligente, Buenos Aires,
Troquel, 1996.
Rojas A; Gaspar F, Bases del liderazgo en educación, Chile, UNESCO, 2006.