DERECHO EMPRESARIAL - SEMANA 01 UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
vestidos de baño
1. Los vestidos de baño en el siglo XXI
Muchos cambios hubo en las tendencias de moda, en relación a los trajes o vestidos de baño
femeninos, hasta llegar a la actualidad donde triunfan los bikinis, se acepta el topless y los trajes enteros
aportan un toque de glamour. Para los hombres aparecen las bermudas y los últimos años están
marcados por los colores, promoviendo una gran libertad en el uso de los distintos tonos.
En este siglo se da una coexistencia de estilos. Si bien se ha vuelto a poner de moda el traje de baño
enterizo, muy cavado en las piernas, típico de los 80 y 90, también se han popularizado diversos
modelos de bikinis, que tienen recortes en sus partes superiores, de distintos tipos, colores y diseños,
más grandes que los triangulitos de los 70.
Nuevas tendencias en vestidos de baño
Dentro de la fiebre por el do it yourself derivado de la pandemia, los bikinis multiposición son los más
demandados en la actualidad, gracias a su versatilidad. Se pueden llevar sin tirantes, con escote en V,
cruzado o halter. Las posibilidades son infinitas y trascienden la vida de la playa.
Las propuestas de vestidos de baño también recuperan el glamour del viejo Hollywood, con siluetas de
aires pin up. Dos piezas de talle alto y sujetadores halter que enfatizan las líneas del cuerpo y nunca
pasan de moda. Cualquier foto de Ava Gardner o Ginger Rogers sirve como inspiración.
Entre los clásicos motivos de rayas marineras y lunares, actualmente gana especial relevancia el liberty –
un guiño a la firma que lo popularizó–, cubriendo con un romántico manto flores tanto bañadores
clásicos de escote rectangular como bikinis de cortinilla, que potencian su lado natural con tejidos
sostenibles de textura rugosa o nido de abeja.
El bikini de cortinilla tiene todo lo que le pedimos a una prenda de baño: es sencillo, atemporal y sienta
bien a todo el mundo. Aunque el bikini de cortinilla es uno de esos clásicos que conservamos en el
armario, se ha convertido en el objeto de deseo de la actualidad, por la forma deconstruida de llevarlo.
Lo empezamos a ver en clave upside down, con un giro a la inversa de 180 grados que creaba un
rupturista efecto óptico.