El documento presenta el plan de salvación de Dios para resolver el problema del pecado. Dios ideó este plan desde antes de la creación del mundo para que todos los hombres puedan ser salvos. El plan involucra que Jesús murió en la cruz para cargar con los pecados de la humanidad, ofreciendo así la posibilidad de perdón y vida eterna a quienes creen en él. El plan implica las etapas de justificación, santificación y glorificación para quienes aceptan esta salvación por medio de la fe y el arrepentimiento.
1. LA SALVACIÓN: LA ÚNICA SOLUCIÓN
Lección 4 para el 27 de octubre de 2012
2.
3. Para encontrar la solución a un
problema, debo de aceptar que el
problema existe, que me afecta de
alguna manera y que quiero
resolverlo.
• “Todo aquel que comete
¿Qué es el pecado, infringe también la ley;
pues el pecado es infracción de
pecado? la ley” (1ª de Juan 3:4)
¿Me afecta a mí el • “por cuanto todos pecaron, y
problema del están destituidos de la gloria de
Dios” (Romanos 3:23)
pecado?
• Ahora que sé que el pecado
¿Quiero encontrar existe, que estoy contaminado
por él y que deseo encontrar
una solución para una solución, la pregunta es:
mi pecado? ¿Cómo puedo solucionar el
problema del pecado?
4. Cuando tratamos el
“Aunque te laves con lejía, problema del pecado, una
y amontones jabón sobre ti, cosa está clara: ningún
la mancha de tu pecado hombre puede solucionarlo.
permanecerá aún delante de La buena noticia es que Dios
mí, dijo Jehová el Señor” anticipó el problema, he hizo
(Jeremías 2:22)
una provisión para
solucionarlo, un Plan de
Redención.
¿Cuándo ideó Dios el Plan de
Redención?
“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero
manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1ª de Pedro 1:18-20)
5. El Plan de Redención es tan sencillo
que bastan un par de versículos
para entenderlo.
“Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” (Juan 3:16)
“Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el
pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6)
Por su inmenso amor, Dios mismo se entregó en
la persona de su Hijo para morir sobre la cruz,
cargando NUESTROS pecados.
La provisión de Salvación hecha por Dios es
suficiente para salvar a todo ser humano que
quiera ser liberado del pecado.
6. EL PLAN DE REDENCIÓN APLICADO AL HOMBRE
La persona que acepta el Plan de Redención pasa por tres fases.
JUSTIFICACIÓN SANTIFICACIÓN GLORIFICACIÓN
• Limpiar mis pecados en la • Poner mi vida en • Recibir un cuerpo
sangre de Jesús. Es un acto armonía con la voluntad inmortal y vivir para
de fe que nos reconcilia con divina. Dios nos siempre con Jesús.
Dios. regenera y nos capacita • “en un momento, en un
• “en quien tenemos redención para vivir una vida abrir y cerrar de ojos, a
por su sangre, el perdón de santa. la final trompeta;
pecados… y por medio de él • “Pues no nos ha llamado porque se tocará la
reconciliar consigo todas las Dios a inmundicia, sino a trompeta, y los muertos
cosas, así las que están en la santificación” serán resucitados
tierra como las que están en (1ª de Tesalonicenses 4:7) incorruptibles, y
los cielos, haciendo la paz nosotros seremos
mediante la sangre de su transformados”
cruz” (Colosenses 1:14, 20) (1ª de Corintios 15:52)
“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:22)
7. Dios ideó el Plan de Redención para que TODOS
los hombres fuesen salvos.
Pero, no queriendo forzar a nadie, Dios da a cada
uno la oportunidad para aceptar o rechazar esta
salvación.
¿Qué debo hacer antes de obtener la
justificación?
“Así que, arrepentíos y convertíos, para
que sean borrados vuestros pecados; para
que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19)
El arrepentimiento es un paso imprescindible para
ser perdonado. Primeramente debo sentir el
deseo de que mi pecado sea perdonado y luego
pedir ser limpiado de él.
La bondad de Dios nos guía al arrepentimiento y la justificación. Así, si yo me arrepiento
del pecado y experimento la justificación, Dios es el que recibe el crédito. La salvación es
realmente un don gratuito de Dios porque, en realidad, somos salvos por gracia por
medio de la fe (Efe. 2:8)
8. LA SANTIFICACIÓN
Una vez que somos justificados, se abre ante nosotros
una nueva vida. A partir de ese momento, podemos
vivir en compañerismo con Cristo bajo la dirección y la
guía del Espíritu Santo.
¿Es posible que sigamos siendo igual que antes de
arrepentirnos, vivir igual que vivíamos, pensar igual que
pensábamos, sentir igual que sentíamos?
“Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a
fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida
nueva” (Romanos 6:4)
Aunque esta vida nueva requiere esfuerzo
por nuestra parte, tanto la justificación
como la santificación y posterior
glorificación son obra de Dios. No hay en
nosotros ningún mérito.
“porque Dios es el que en vosotros produce así
el querer como el hacer, por su buena voluntad”
(Filipenses 2:13)
9. “El divino Autor de la salvación no dejó nada incompleto en el plan; cada
una de sus fases es perfecta. El pecado de todo el mundo fue colocado
sobre Jesús y la Divinidad prodigó en Jesús su más alto valor a la
humanidad doliente, para que todo el mundo pudiera ser perdonado
por fe en el Sustituto. El más culpable no necesita tener temor de que
Dios no lo perdone, porque será remitido el castigo de la ley debido a la
eficacia del sacrificio divino. Mediante Cristo, puede volver a su
obediencia a Dios.
¡Cuán maravilloso es el plan de la redención en su sencillez y plenitud! No
sólo proporciona el perdón pleno al pecador, sino también la
restauración del transgresor, preparando un camino por el cual puede ser
aceptado como hijo de Dios. Por medio de la obediencia puede poseer
amor, paz y gozo. Su fe puede unirlo en su debilidad con Cristo, la Fuente
de fortaleza divina; y mediante los méritos de Cristo puede hallar la
aprobación de Dios porque Cristo ha satisfecho las demandas de la ley, e
imputa su justicia al alma penitente que cree…
¡Qué maravilloso amor fue desplegado por el Hijo de Dios!... Cristo toma
al pecador en su más profunda degradación y lo purifica, refina y
ennoblece. Contemplando a Jesús tal como es, se transforma el pecador y
es elevado a la misma cumbre de la dignidad, llegando aun a sentarse
con Cristo en su trono” E.G.W. (A fin de conocerle, 31 de marzo)