El documento presenta un pronóstico epidemiológico para el año 2030 realizado por Torrejón y Uauy en 2011. Analiza los efectos de los ácidos grasos saturados y trans en la calidad de grasa, la arterioesclerosis y las enfermedades coronarias. El estudio concluye que un mayor consumo de este tipo de grasas podría aumentar los casos de estas enfermedades para el año 2030.