Clase 16 Artrologia mmii 2 de 3 (Rodilla y Tobillo) 2024.pdf
Síndrome de sjögren
1. Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es un trastorno
inflamatorio crónico caracterizado por
una sequedad excesiva de los ojos, la
boca y otras membranas mucosas.
Este síndrome está frecuentemente asociado
a otros síntomas más característicos de la
artritis reumatoide o del lupus eritematoso
Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es un trastorno
inflamatorio crónico caracterizado por
una sequedad excesiva de los ojos, la
boca y otras membranas mucosas.
Este síndrome está frecuentemente asociado
a otros síntomas más característicos de la
artritis reumatoide o del lupus eritematoso
Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es un trastorno
inflamatorio crónico caracterizado por
una sequedad excesiva de los ojos, la
boca y otras membranas mucosas.
Este síndrome está frecuentemente asociado
a otros síntomas más característicos de la
artritis reumatoide o del lupus eritematoso
2. sistémico. El síndrome de Sjögren es
considerado como una enfermedad
autoinmune, aunque se desconoce su causa.
Es menos frecuente que la artritis
reumatoide y su incidencia es mayor en las
mujeres que en los varones.
Los glóbulos blancos se infiltran en las
glándulas que segregan líquido (como las
salivales de la boca y las glándulas
lagrimales de los ojos), lo cual provoca
sequedad de la boca y los ojos (síntomas
clásicos de este síndrome). El síndrome de
Sjögren también puede secar las membranas
mucosas que revisten el tracto
gastrointestinal, la tráquea, la vulva y la
vagina.
Síntomas
En algunos casos, sólo se secan la
boca o los ojos (complejo seco,
síndrome seco). La sequedad de los
ojos puede dañar gravemente la
córnea; la falta de lágrimas puede
causar daños permanentes en el ojo. La
insuficiencia salival puede entorpecer
el gusto y el olfato, dificultar la comida
y la deglución y causar caries.
En otras personas resultan afectados
muchos órganos. La sequedad de la tráquea
y los pulmones puede hacerlos más
susceptibles a la infección, provocando
neumonías. La envoltura del corazón puede
inflamarse (pericarditis). Los nervios pueden
sufrir daño, especialmente los de la cara. El
hígado, el páncreas, el bazo, los riñones y
los ganglios linfáticos pueden verse
afectados. Puede producirse una artritis, que
se da en casi un tercio de las personas,
afectando a las mismas articulaciones que la
artritis reumatoide; pero la artritis provocada
por el síndrome de Sjögren tiende a ser más
leve y, en general, no es destructiva.
El linfoma, un cáncer del sistema linfático, es
44 veces más frecuente en las personas que
padecen el síndrome de Sjögren que en el
resto de la población.
Es probable que una persona con
sequedad de la boca y de los ojos, y
una inflamación articular, sufra el
síndrome de Sjögren. El médico puede
sistémico. El síndrome de Sjögren es
considerado como una enfermedad
autoinmune, aunque se desconoce su causa.
Es menos frecuente que la artritis
reumatoide y su incidencia es mayor en las
mujeres que en los varones.
Los glóbulos blancos se infiltran en las
glándulas que segregan líquido (como las
salivales de la boca y las glándulas
lagrimales de los ojos), lo cual provoca
sequedad de la boca y los ojos (síntomas
clásicos de este síndrome). El síndrome de
Sjögren también puede secar las membranas
mucosas que revisten el tracto
gastrointestinal, la tráquea, la vulva y la
vagina.
Síntomas
En algunos casos, sólo se secan la
boca o los ojos (complejo seco,
síndrome seco). La sequedad de los
ojos puede dañar gravemente la
córnea; la falta de lágrimas puede
causar daños permanentes en el ojo. La
insuficiencia salival puede entorpecer
el gusto y el olfato, dificultar la comida
y la deglución y causar caries.
En otras personas resultan afectados
muchos órganos. La sequedad de la tráquea
y los pulmones puede hacerlos más
susceptibles a la infección, provocando
neumonías. La envoltura del corazón puede
inflamarse (pericarditis). Los nervios pueden
sufrir daño, especialmente los de la cara. El
hígado, el páncreas, el bazo, los riñones y
los ganglios linfáticos pueden verse
afectados. Puede producirse una artritis, que
se da en casi un tercio de las personas,
afectando a las mismas articulaciones que la
artritis reumatoide; pero la artritis provocada
por el síndrome de Sjögren tiende a ser más
leve y, en general, no es destructiva.
El linfoma, un cáncer del sistema linfático, es
44 veces más frecuente en las personas que
padecen el síndrome de Sjögren que en el
resto de la población.
Es probable que una persona con
sequedad de la boca y de los ojos, y
una inflamación articular, sufra el
síndrome de Sjögren. El médico puede
sistémico. El síndrome de Sjögren es
considerado como una enfermedad
autoinmune, aunque se desconoce su causa.
Es menos frecuente que la artritis
reumatoide y su incidencia es mayor en las
mujeres que en los varones.
Los glóbulos blancos se infiltran en las
glándulas que segregan líquido (como las
salivales de la boca y las glándulas
lagrimales de los ojos), lo cual provoca
sequedad de la boca y los ojos (síntomas
clásicos de este síndrome). El síndrome de
Sjögren también puede secar las membranas
mucosas que revisten el tracto
gastrointestinal, la tráquea, la vulva y la
vagina.
Síntomas
En algunos casos, sólo se secan la
boca o los ojos (complejo seco,
síndrome seco). La sequedad de los
ojos puede dañar gravemente la
córnea; la falta de lágrimas puede
causar daños permanentes en el ojo. La
insuficiencia salival puede entorpecer
el gusto y el olfato, dificultar la comida
y la deglución y causar caries.
En otras personas resultan afectados
muchos órganos. La sequedad de la tráquea
y los pulmones puede hacerlos más
susceptibles a la infección, provocando
neumonías. La envoltura del corazón puede
inflamarse (pericarditis). Los nervios pueden
sufrir daño, especialmente los de la cara. El
hígado, el páncreas, el bazo, los riñones y
los ganglios linfáticos pueden verse
afectados. Puede producirse una artritis, que
se da en casi un tercio de las personas,
afectando a las mismas articulaciones que la
artritis reumatoide; pero la artritis provocada
por el síndrome de Sjögren tiende a ser más
leve y, en general, no es destructiva.
El linfoma, un cáncer del sistema linfático, es
44 veces más frecuente en las personas que
padecen el síndrome de Sjögren que en el
resto de la población.
Es probable que una persona con
sequedad de la boca y de los ojos, y
una inflamación articular, sufra el
síndrome de Sjögren. El médico puede
3. realizar varias pruebas para
diagnosticar la enfermedad.
Se mide la cantidad de lágrimas producidas,
colocando una cinta de papel filtro bajo cada
párpado inferior y observando la porción de
la cinta que se moja (prueba de Schirmer). El
individuo que tiene el síndrome de Sjögren
puede producir menos de un tercio de la
cantidad normal. El oftalmólogo controlará
los posibles daños en la superficie del ojo.
Se pueden realizar muchas pruebas
sofisticadas para evaluar la secreción de la
glándula salival. El médico puede solicitar
una gammagrafía o efectuar una biopsia de
las glándulas salivales. Los análisis de
sangre pueden detectar anticuerpos
anormales como los anti-SSB, un anticuerpo
altamente específico del síndrome de
Sjögren.
Las personas que padecen este síndrome
presentan a menudo anticuerpos más
característicos de la artritis reumatoide
(factor reumatoide) o del lupus (anticuerpos
antinucleares). La velocidad de
sedimentación globular es elevada en 7 de
cada 10 personas, y 1 de cada 3 tiene un
déficit de glóbulos rojos (anemia) o de
ciertos tipos de glóbulos blancos.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico depende de la capacidad
de los anticuerpos para dañar los
órganos vitales. En raras ocasiones, la
muerte se produce por neumonía,
insuficiencia renal o linfoma.
No se dispone de cura para el síndrome de
Sjögren, pero los síntomas pueden aliviarse:
la sequedad de los ojos puede tratarse con
gotas de lágrimas artificiales; una boca seca
se humedece sorbiendo líquidos
continuamente, mascando chicle sin azúcar
o mediante el enjuague bucal con un
colutorio.
Los fármacos que reducen la cantidad de
saliva, como los descongestionantes y
antihistamínicos, deben evitarse ya que
pueden empeorar la sequedad. La
pilocarpina ayuda a estimular la producción
de saliva si las glándulas salivales no están
gravemente dañadas. Una cuidadosa higiene
dental y visitas frecuentes al dentista
minimizan la caries y pérdida de los dientes.
El dolor y la hinchazón de las glándulas
salivales se tratan con analgésicos. La
aspirina y el reposo constituyen, en muchos
casos, un tratamiento suficiente para los
síntomas articulares, ya que son
generalmente leves. Los corticosteroides
(como la prednisona) administrados por vía
oral son muy eficaces cuando los síntomas
resultantes de la lesión de los órganos
internos son severos.
realizar varias pruebas para
diagnosticar la enfermedad.
Se mide la cantidad de lágrimas producidas,
colocando una cinta de papel filtro bajo cada
párpado inferior y observando la porción de
la cinta que se moja (prueba de Schirmer). El
individuo que tiene el síndrome de Sjögren
puede producir menos de un tercio de la
cantidad normal. El oftalmólogo controlará
los posibles daños en la superficie del ojo.
Se pueden realizar muchas pruebas
sofisticadas para evaluar la secreción de la
glándula salival. El médico puede solicitar
una gammagrafía o efectuar una biopsia de
las glándulas salivales. Los análisis de
sangre pueden detectar anticuerpos
anormales como los anti-SSB, un anticuerpo
altamente específico del síndrome de
Sjögren.
Las personas que padecen este síndrome
presentan a menudo anticuerpos más
característicos de la artritis reumatoide
(factor reumatoide) o del lupus (anticuerpos
antinucleares). La velocidad de
sedimentación globular es elevada en 7 de
cada 10 personas, y 1 de cada 3 tiene un
déficit de glóbulos rojos (anemia) o de
ciertos tipos de glóbulos blancos.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico depende de la capacidad
de los anticuerpos para dañar los
órganos vitales. En raras ocasiones, la
muerte se produce por neumonía,
insuficiencia renal o linfoma.
No se dispone de cura para el síndrome de
Sjögren, pero los síntomas pueden aliviarse:
la sequedad de los ojos puede tratarse con
gotas de lágrimas artificiales; una boca seca
se humedece sorbiendo líquidos
continuamente, mascando chicle sin azúcar
o mediante el enjuague bucal con un
colutorio.
Los fármacos que reducen la cantidad de
saliva, como los descongestionantes y
antihistamínicos, deben evitarse ya que
pueden empeorar la sequedad. La
pilocarpina ayuda a estimular la producción
de saliva si las glándulas salivales no están
gravemente dañadas. Una cuidadosa higiene
dental y visitas frecuentes al dentista
minimizan la caries y pérdida de los dientes.
El dolor y la hinchazón de las glándulas
salivales se tratan con analgésicos. La
aspirina y el reposo constituyen, en muchos
casos, un tratamiento suficiente para los
síntomas articulares, ya que son
generalmente leves. Los corticosteroides
(como la prednisona) administrados por vía
oral son muy eficaces cuando los síntomas
resultantes de la lesión de los órganos
internos son severos.
realizar varias pruebas para
diagnosticar la enfermedad.
Se mide la cantidad de lágrimas producidas,
colocando una cinta de papel filtro bajo cada
párpado inferior y observando la porción de
la cinta que se moja (prueba de Schirmer). El
individuo que tiene el síndrome de Sjögren
puede producir menos de un tercio de la
cantidad normal. El oftalmólogo controlará
los posibles daños en la superficie del ojo.
Se pueden realizar muchas pruebas
sofisticadas para evaluar la secreción de la
glándula salival. El médico puede solicitar
una gammagrafía o efectuar una biopsia de
las glándulas salivales. Los análisis de
sangre pueden detectar anticuerpos
anormales como los anti-SSB, un anticuerpo
altamente específico del síndrome de
Sjögren.
Las personas que padecen este síndrome
presentan a menudo anticuerpos más
característicos de la artritis reumatoide
(factor reumatoide) o del lupus (anticuerpos
antinucleares). La velocidad de
sedimentación globular es elevada en 7 de
cada 10 personas, y 1 de cada 3 tiene un
déficit de glóbulos rojos (anemia) o de
ciertos tipos de glóbulos blancos.
Pronóstico y tratamiento
El pronóstico depende de la capacidad
de los anticuerpos para dañar los
órganos vitales. En raras ocasiones, la
muerte se produce por neumonía,
insuficiencia renal o linfoma.
No se dispone de cura para el síndrome de
Sjögren, pero los síntomas pueden aliviarse:
la sequedad de los ojos puede tratarse con
gotas de lágrimas artificiales; una boca seca
se humedece sorbiendo líquidos
continuamente, mascando chicle sin azúcar
o mediante el enjuague bucal con un
colutorio.
Los fármacos que reducen la cantidad de
saliva, como los descongestionantes y
antihistamínicos, deben evitarse ya que
pueden empeorar la sequedad. La
pilocarpina ayuda a estimular la producción
de saliva si las glándulas salivales no están
gravemente dañadas. Una cuidadosa higiene
dental y visitas frecuentes al dentista
minimizan la caries y pérdida de los dientes.
El dolor y la hinchazón de las glándulas
salivales se tratan con analgésicos. La
aspirina y el reposo constituyen, en muchos
casos, un tratamiento suficiente para los
síntomas articulares, ya que son
generalmente leves. Los corticosteroides
(como la prednisona) administrados por vía
oral son muy eficaces cuando los síntomas
resultantes de la lesión de los órganos
internos son severos.