11. ÉdgarGamboa
9
Luis Pérez Gutiérrez
Gobernador de Antioquia
E
l arte enseña a ver el mundo y las cosas desde lo inesperado, los ar-
tistas contagian de entusiasmo el amor por la belleza. Los creadores
avivan la imaginación, esparcen sensibilidad. Cada vez se precisa
acercar más el arte a la gente, con el fin de que no sea un privilegio de
pocos, sino de todos.
Las obras de arte tienen vida propia, trascienden el tiempo y se hacen
perdurables en las exposiciones y en los libros. Siempre a los artistas,
en Colombia, les es difícil sobrevivir de su profesión. Hay que derribar
los muros que no dejan que la cultura sea una estrategia de desarrollo
para el país, y para eso se necesita que la gente consuma más cultura.
El arte es el maestro que todos los días enseña cosas distintas, pero si
sigue la hostilidad con el arte los nuevos artistas no van a poder flo-
recer. Ante la falta de oportunidades de los artistas para publicar sus
libros, la Editorial del Departamento les abre puertas mediante esta
admirable colección, bellamente editada, para que nuestros creadores
sean conocidos, se vuelvan más competitivos y puedan compartir su
obra, en grande, con el resto del mundo.
Somos los libros que leemos y que nos cambian la acostumbrada vi-
sión de la realidad. Publicar los libros de nuestros artistas se convierte,
a su vez, en una obra original; del mismo modo que una pintura o una
escultura.
Con Vivan los Creadores resurge el proyecto que como Alcalde de
Medellín, puse en marcha: crear y mantener una publicación en la cual
hablen nuestros artistas y sus obras. En esta ocasión se recupera esa
memoria cultural, revivida en el compromiso de la Gobernación con los
autores antioqueños, para que sigan habitando en sus obras. Cada título
es una comunicación del artista plástico con el público, con el fin de
promover una nueva conciencia del valor del arte, cuya lectura y rego-
cijo invitan a vivir una experiencia espiritual y sensorial plena de imáge-
nes, de signos y sentidos. Vivan los Creadores es expresión del respeto y
admiración por los artistas y sus obras; la evidente certeza sobre el im-
prescindible papel que la cultura está llamada a jugar en toda sociedad.
Este libro es un tributo al maestro Édgar Gamboa en el que queda plas-
mado su estilo, se compendia su original aproximación al mundo del
arte y se presenta su itinerario estético; es un homenaje a su quehacer
artístico que se hace más visible en esta publicación para Antioquia,
Colombia y el mundo.
Vivan los creadores
13. ÉdgarGamboa
11
Isabel Cristina Carvajal Zapata
Directora Instituto de Cultura y
Patrimonio de Antioquia
L
a cultura es lo que distingue y diferencia a las civilizaciones; la cul-
tura y el patrimonio es lo único que permanece en la historia de los
pueblos. Sólo la cultura que es pensamiento, reflexión, poesía, arte,
tiene la capacidad de convertir la vida humana en una bella aventura.
Las manifestaciones artísticas estimulan la creatividad y la sensibilidad,
enseñan a pensar. A su vez, los libros cumplen ingentes tareas: iluminan,
liberan, convocan; sin ellos ninguna cultura sería posible.
El Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia tiene entre sus objeti-
vos fomentar la cultura en todos sus ámbitos, en especial las artes y las
letras. Acorde con este propósito ha establecido el Fondo Editorial, de
carácter departamental, que posibilita la publicación de obras artísticas
y culturales en todos los géneros. El Fondo editorial se constituye con el
fin de construir memoria y dejarla activa para las próximas generaciones.
El impulso principal al establecer la colección Vivan los Creadores es el
interés del Instituto por preservar y poner al alcance de todos, la difu-
sión de libros de artistas que contribuyan al desarrollo cultural y artísti-
co del país. Este es un hito editorial que revela la importancia del libro
artístico para la sociedad. Los libros de artistas permiten a los pintores,
escultores, dibujantes, y demás cultores de las artes visuales darse a
conocer y llegar al corazón de públicos más amplios.
Una editorial pública debe dejar de lado la rentabilidad económica para
centrarse en la rentabilidad social y cultural que, sin duda, debe marcar
la política cultural, y este es un propósito misional del Instituto.
Presentamos quince libros de artistas publicados con el sello editorial
de la Gobernación y el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia
—este título es uno de ellos— que cumplen un servicio público que
pocos realizan: apostarle a una línea editorial sobre la vida y obra de
quienes irradian belleza en el mundo cotidiano de la gente.
El lector encontrará reproducciones de las obras y aproximaciones al
ideario de cada autor. Son libros para ser leídos y deleitados que aporta-
rán a la difusión del arte antioqueño, en los que se percibe la evolución
de las expresiones plásticas.
Todo libro que aporte a la educación y a la cultura es un gesto sensible
que contribuye al progreso moral de la humanidad.
El libro artístico
15. ÉdgarGamboa
13
De sus prodigiosas manos y con la dedicación
de un herrero metalúrgico, han nacido trabajos
de gran dimensión y valor artístico. Escultor por
naturaleza y talento, se inicia como diseñador
en la agencia de publicidad de Justo Arosemena.
Luego la escultura será parte de su repertorio
creador. Su poética de formas y texturas nos
mueve entre lo cotidiano y lo irreal, lo propio
de cada ser y el imaginario colectivo. El maestro
Gamboa, trabaja principalmente la escultura con
un arte figurativo realista y una técnica de hie-
rro calibre 14, forjado en frío, el material de su
preferencia.
16. 14
HIERRO FORJADO
EN FRÍO
El escultor de Campo Valdés tiene,
obras de gran dimensión, como el
Cristo de la Iglesia de Santa María
de los Dolores ubicada en el Barrio
Patio Bonito, el homenaje a
Los niños de Villatina, localizada
en el Parque del Periodista, la imagen
de María Auxiliadora al frente de
su casa en el barrio Campo Valdés
en Medellín, el Cristo de Espaldas,
el Homenaje a Juan Valdez
y el Cristo de la Paz ubicado
en la Comuna 13 en Medellín.
18. 16
Proceso de escultura con Carlos Sánchez
Desde el ámbito artístico, es un hombre que admiro
mucho, porque sé que la técnica que emplea en
la elaboración de sus esculturas no es nada fácil
y aún así, logra plasmar cada detalle con un alto
toque de realismo, es admirable su trabajo.
Es un hombre con un gran corazón, cargado
de nobleza, tranquilo, respetuoso de la diferencia,
cualidades que sin lugar a dudas han sido
heredadas por sus nietos.
Él es una persona que, además de gran artista,
recibe el título de abuelo, padre y esposo y nos hace
sentir orgullosos por hacer parte de su generación.
Alejandra Miranda
21. ÉdgarGamboa
19
L
a obra que más me ha caracterizado como escultor y posiblemente
la que más satisfacciones me ha generado a través de mi carrera
artística, es Juan Valdez, porque es la que más se conoce y de la
que más he recibido reconocimientos, elogios y buenos comentarios.
Me satisface especialmente, porque fue inspirada y desarrollada como
homenaje a un gran amigo, Carlos Sánchez, quien representó al cafe-
tero colombiano y como tal, fue ganador del ícono publicitario a nivel
internacional.
La historia de la marca Juan Valdez es muy interesante. En 1959 la fir-
ma Doyle Dane Bernbach (DDB), contratada por la Federación Nacional
de Cafeteros, propone el concepto de Juan Valdez para promocionar el
café colombiano. Se trataba de visualizar internacionalmente la imagen
de un caficultor de nuestro país. Como algo que podría calificarse como
insólito para el concepto de muchos de nosotros, en 1960, el personaje
elegido para representar al típico caficultor colombiano con dicha mar-
ca fue el cubano José Dubal. Afortunadamente, en 1969 se corrigió ese
exabrupto, y como representante de la marca cafetera se eligió, entre
varios aspirantes, como Juan Valdez, a Carlos Sánchez, ahora sí, «un co-
lombiano, legítimo, de raca mandaca», nacido en Fredonia, Antioquia,
quien representó exitosamente al cafetero colombiano, durante 36
años consecutivos.
Tuve la fortuna de conocer y entablar una bella amistad con Carlos
Sánchez, en la agencia de publicidad de Don Justo Arosemena, mi maes-
tro y gestor. Ellos eran grandes amigos. A lo largo de los años, desde que
lo conocí en 1964, lo he admirado y considero que ha sido un ejemplo
a seguir. En mi concepto, será para siempre, el legendario Juan Valdez.
Con mi obra escultórica, he tratado de exaltar las cualidades de Carlos
Sánchez, he querido perpetuar y hacerle un homenaje a este magnífi-
co hombre, quien además de lo que simbolizó para los colombianos,
merece ser recordado por su sencillez, jocosidad, su don de gentes, su
humildad y sus dotes como artista plástico, ya que también es un exce-
lente acuarelista.
Por todo lo anterior mi obra lo encarna, pero en especial lo honra,
por ser un gran amigo al que aprecio sin fronteras. A Carlos Sánchez,
Juan Valdez, mi agradecimiento, afecto, respeto y admiración.
Édgar Gamboa
Homenaje a
Juan Valdez
Homenaje a Juan Valdez
(maqueta)
Hierro forjado en frío
2004
28. 26
L
a primera vez que la vi pasaba en un bus, al lado de una mujer
que se comía las uñas y discutía con el conductor, quien la mi-
raba por el espejo con un aire de indiferencia. El tráfico estaba
lento, así que pude gastar un poco de ese tiempo muerto en mirar a
una niña que bailaba dentro de un universo esférico, a un chico que
escuchaba música, sentado en una escala, mientras otro jugaba con
una pelota, y una bicicleta se sostenía sola en medio de ese universo
metálico. Esa vez no vi al chico de la banca. Estaba tapado, tal vez,
por un grupo de personas que departían, o quizá se mimetizó, con
su forma tan humana, en el barullo de gente que parece permanecer
en el parque como parte de la escultura. Es imposible no pararse a
ver semejante estructura o no pensar, pasmado, en que esos pare-
cen humanos de verdad, con un movimiento perpetuo, sin voz, pero
gritando su mensaje.
¿Qué estaría pensando la mujer de las uñas ante los niños de
hierro? ¿Podría estar sintiendo algo más que desagrado al conduc-
tor? ¿Sentiría la implacable inminencia del mensaje de la escultura o
simplemente es para ella un elemento más del espacio de la ciudad?
¿Conocería la fatídica historia en torno al montón de hierro y cemento?
No lo sé. De hecho, estos cuestionamientos, sin respuesta para
mí, solo pueden sugerir unos nuevos ¿Cuál es el mensaje? ¿Tiene uno
la obra de arte? ¿Puede una escultura transmitir información belige-
rante útil o significativa para todos? ¿Tenemos que estar vinculados
con ella en sentido estricto? Para el caso de la obra de Gamboa, esa
enorme estructura que acompaña la mirada de los transeúntes y de
los habituales del parque el periodista, en pleno centro de Medellín,
el contexto es claro y para cualquier persona cercana a los hechos
de la masacre de Villatina se trata de un mensaje obvio. No obstante,
en las formas, las texturas, la disposición de los personajes y demás,
no hay un solo ápice de violencia, de esa violencia endémica que nos
ha vinculado a todos con nuestra forma de habitar esta ciudad. En
ella, solo hay una técnica impecable y una naturalidad casi humana
excesivamente sobrecogedora.
De ahí que las observaciones que podríamos hacer sobre la obra
de Los niños de Villatina redundaría en la construcción de un juicio
lógico, es decir, en términos Kantianos, un juicio en relación con
el conocimiento que tenemos del objeto que observamos, o dicho
de otra manera, para que la obra se convierta en una representa-
ción, es necesario hacer uso de una imaginación que pueda com-
binar la intuición y su gran diversidad de interpretaciones con el
Los niños de Villatina
29. ÉdgarGamboa
27
entendimiento, y así resulte un concepto que una
a la representación. En otras palabras, la imagina-
ción podría combinar la diversidad de elementos
que percibimos en la obra para que así el enten-
dimiento una las representaciones de la imagina-
ción en un concepto determinado. De esta forma
afirmaríamos que lo que vemos en Los niños de
Villatina es en sí la representación estética de la
monstruosidad de la violencia del Estado.
Sin embargo, ¿qué pasaría si la mujer de las
uñas o cualquier incauto que divague por el par-
que, no conocieran la historia que redunda en la
escultura o, dicho de otro modo, no comprendie-
ran el concepto común de la masacre para percibir
el mensaje de la obra? Pues, supongo que nada.
Y con esta respuesta, aparentemente simple, me
refiero a que el concepto que circunda una obra
no necesita tener validez para todos, es decir, la
obra de arte, como tal, no tiene que justificarse con
base a un concepto, ya que este puede ser deter-
minable , indeterminado, e incluso indeterminable.
Lo bello en la obra de Gamboa es que podría o
no contener un concepto determinado o ser una
representación de un indeterminado concepto del
entendimiento, quizá guardar un encriptado men-
saje, y aun así conmovernos.
Con esto no quiero decir que la belleza en
la obra de arte sea subjetiva. De hecho, no lo es.
Pensar que algo es bello en términos particulares
podría remitirnos a lo que agrada a cada uno, lo
cual no está estrictamente relacionado con que
sea bello, pues no tiene validez para todos. Lo
bello implica una cualidad estética universal o de
aprobación general. Supongo que esto, en tiem-
pos de subjetividad estética, necesita ser explica-
do. Cuando decimos que un objeto es bello, nos
referimos a que cuenta con unas condiciones que
promueven en nosotros un placer que esperamos
sienta también otra persona que contemple el mis-
mo objeto, de ahí que lo bello requiera cualidades
estéticas universales. Me refiero más bien a lo que
más arriba llamé la inminencia del mensaje.
Lo que importa, entonces, en la obra de Édgar
Gamboa es lo que insinúa sin llegar a nombrar. Una
niña bailando, otro que juega con una pelota, uno
que escucha la radio y otro que lee sentado en una
banca quieren decirnos algo, o algo han dicho que
debíamos comprender, o están a punto de enun-
ciar lo que estamos en la obligación de escuchar.
Esto, lo que es inminente, una cercana revelación
que tal vez no se produce, es, en términos de
García Canclini, el hecho estético.
En esta escultura Gamboa utiliza estructuras
convencionales del lenguaje, signos establecidos
que le permiten una comunicación con los ob-
servadores; pero puede llevar ese lenguaje a un
momento creador y así construir una significación
nueva. No podríamos decir que busque estable-
cer un sentido diferente al que ya da la idea de un
cobarde asesinato, sino que lo hace inminente, o
mejor, lo dice sin tener que decirlo.
Pero es posible que la mujer de las uñas no pu-
diera observar eso, y está bien, o que muchos de los
que pasan por el parque miren la escultura como si
se tratara de un objeto más de la cotidianidad, un
capricho de la alcaldía de la época, y eso también
está bien. Lo está porque la obra como tal existe
en tanto a la aceptación de los actores sociales.
Necesita ser actualizada con la cooperación de los
espectadores, pues Gamboa no puede manipular
la creatividad de quienes ven su trabajo. Lo que sí
puede hacer esta obra es recordarnos que, más allá
de la fuerza de los conflictos, de la violencia y de
las armas, nadie, nunca y de ninguna manera, nos
podrá arrebatar la condición humana de bailar, de
leer, de jugar y de soñar, tal y como lo expresa co-
tidianamente la escultura de Los niños de Villatina.
César Meneses J.
Filósofo, antropólogo/arqueólogo
30. 28
E
n el centro de la ciudad de Medellín hay un
pequeño parque triangular, más exactamen-
te entre Maracaibo y Girardot, denominado
como: El Parque del Artista, El Parque del Periodista,
El Guanábano. En el día este sitio es aparentemente
tranquilo como cualquier otro parque, pero hacia
las cinco de la tarde, se va llenando de personajes
de todos los estratos sociales, a tertuliar, cenar en
los restaurantes y a departir un trago en los bares
o sus alrededores que se ven plagados de turistas.
En este parque emerge de sus entrañas una
monumentalesculturatituladaLosniñosdeVillatina
cuyo historial triste, es ya por muchos conocido,
más por esta obra, que, por el hecho acaecido en el
Barrio Villatina, esta escultura es un referente don-
de todas las personas que la ven, preguntan por
su significado, quedando conmovidos por esta real
historia. La masacre de nueve jóvenes (niña de 8
años, adolescentes de 15 y 16 años, cinco jóvenes
de 17 años y uno de 22 años) asesinados por agen-
tes del Estado vestidos de civil.
Esta escultura que no representa la violencia,
ni la barbarie, por los elementos que la integran,
pero que sí están implícitos en su contenido, los
nueve hemisferios representan a cada uno de es-
tos jóvenes asesinados presuntamente, ese fatídi-
co 15 de noviembre de 1992.
Esta escultura consta de seis elementos: un
globo con nueve hemisferios, un niño jugando
balón, una niña bailando, una bicicleta, un niño
sentado en el pedestal escuchando música en una
grabadora y, el último un niño leyendo un libro en
una banca. El artista quiso plasmar seguramente
Una obra:
síntesis de un evento
en la obra la alegría de la vida, como queriendo
dejar que el tiempo no transcurriera, como en El
retrato de Dorian Gray y su eterna juventud, y sola-
mente existiera el goce, el disfrute de lo que ama-
ban aquellos niños.
Allí, en este parque de noches misteriosas, se
encuentra erigida esta obra testigo de su tiempo y
de su realidad amarga, creada por el escultor Édgar
Gamboa, un experto forjador de sus esculturas en
lámina de hierro calibre 14 y que, a punta de golpes
de martillo y yunque en frío, surgen de sus brazos
y manos, extraordinarias esculturas realistas, como
si fuera un viejo vikingo blandiendo su espada re-
cién salida de la fragua.
Gamboa cuyo oficio y maestría le es dado
como un legado de su maestro escultor panameño
Justo Arosemena y que creo sin temor a equivocar-
me es el mejor escultor en lámina de hierro forjado
en frío de Colombia. Según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua, maestro es la persona que
domina la materia y por ende el oficio y, de acuer-
do a esta definición el escultor Édgar Gamboa es
un maestro en el arte de la escultura en lámina de
hierro forjado en frío.
Esta magnífica obra de Los niños de Villatina ha
sido ganadora por concurso entre varios esculto-
res de renombre y fue construida como parte de
unos acuerdos entre la Comisión lnteramericana
de Derechos Humanos y el Gobierno Colombiano.
Fue elaborada durante el año 2003 y entregada el
15 de noviembre de 2003.
Óscar López
Pintor - Escultor
33. ÉdgarGamboa
31
Espacios para no
olvidar y no repetir
Inocentes de Villatina quedaron
inmortales en el centro
«
M
i intención principal era inmortalizar los sueños
que estos niños nunca lograron cumplir por
su temprana muerte» relata Édgar Gamboa, el
artista creador de Los niños de Villatina una obra conme-
morativa ubicada en el Parque del Periodista. Esta escul-
tura, que representa un carrusel, recuerda a Johana Mazo
Ramírez (8 años), Giovanny Alberto Vallejo Restrepo (15
años), Johny Alexander Carmona Ramírez (17 años), Ricardo
Alexander Hernández (17 años), Óscar Andrés Ortiz Toro
(17 años), Ángel Alberto Barón Miranda (16 años), Marlon
Alberto Álvarez (17 años), Nelson Dubán Flórez Villa (17
años) y Mauricio Antonio Higuita Ramírez (22 años), quienes
el 15 de noviembre de 1992, en el barrio Villatina, oriente
de Medellín, fueron asesinados por policías vestidos de civil,
adscritos al disuelto F2, según determinaron las investiga-
ciones posteriores.
La escultura, sumada a un centro de salud en el barrio,
es el resultado obtenido por las madres de los jóvenes falle-
cidos, que lograron que el Estado reconociera la responsa-
bilidad de los hechos.
¿Por qué en el periodista?
Para Gamboa, el hecho de que la obra, un carrusel en el que
están representados los niños en su cotidianidad, esté en el
centro de la ciudad, la hace más visible, una característica
necesaria con este tipo de esculturas de memoria.
No obstante, enfatiza en la necesidad de preservarla
más, pues ha sido foco de olvido y vandalismo.
Valentina Herrera Cardona
El Colombiano, martes 3 de abril de 2018Maqueta de la escultura
Los niños de Villatina
36. 34
C
omo el título de la célebre obra literaria del
escritor Eduardo Caballero Calderón el Cristo
de espaldas, así quedó la escultura del maes-
tro Édgar Gamboa. ¿La razón? La incultura ciuda-
dana que tiene la obra en hierro el Cristo, de más
de tres metros de altura de 250 kilos de peso, ro-
deada actualmente de basuras, escombros y ex-
crementos de perro.
La representación de Jesús crucificado, que
fue erigida hace 16 años y que está ubicada en la
parte alta del barrio Campo Valdés, hoy aparece así
pues, según lo que se ve, sus habitantes también
le dieron la espalda al civismo y han hecho del es-
pacio —donde también el artista plástico— un de-
pósito de suciedades e indiferencias.
«Iba a hacerle mantenimiento a la obra y una
vez lo vi en el piso pensé que este basurero era un
Hasta el Cristo
de Campo Valdés
protesta por la incultura ciudadana
argumento suficiente para ponerlo de espaldas»,
dice el maestro Gamboa, que para algunas vecinas
y vecinos cometió un acto satánico.
«Nada hombre, quién más católico que el
maestro. Es una forma de protestar porque nos tie-
nen invadidos con las basuras», dice Jaime Zuluaga
quien también pidió más cultura a los habitantes
del sector.
Aunque la protesta del escultor se mantendrá
hasta que se contagie de civismo a los vecinos,
Gamboa hizo un llamado a las autoridades para
que intervengan la zona ya que es un pulmón ver-
de para el barrio.
David Sánchez
Periódico ADN, 2 de abril de 2013
45. 43
ÉdgarGamboa
Barequera
Hierro forjado en frío - 145 x 70 x 100 cm.
Colección privada, 1993
Cristo
Hierro forjado en frío - 80 x 50 x 23 cm.
Primera obra realizada por Edgar Gamboa, 1986
46. 44
MANOS
Las obras de Gamboa son figurativas,
a través de las cuales recrea
realidades que son fácilmente
reconocibles de comprender,
ver y sentir. Es la estrategia
comunicativa de sus sensaciones
para que las personas capten,
no solo su habilidad representativa
sino su mensaje artístico.
52. 50
A
todo amante y conocedor de las Bellas Artes
le conmoverá, una y otra vez, el descubri-
miento y la observación de una buena obra
que se le presente. De toda obra inspirada en la be-
lleza. La belleza es ubicua, la belleza palpita en todas
partes. Desde el cosmos hasta nuestro planeta. Y
es, por supuesto, con los hallazgos de seres y obje-
tos bellos de la tierra con lo que el ser humano más
vibra. Desde un evento natural como un atardecer,
y pasando por entes vivos y objetos de toda índo-
le como se pueda imaginar, la belleza nos atrapa,
nos excita, nos cautiva, nos encanta, nos canta, nos
grita. Y es en los objetos producidos por el hombre
como expresión artística y emocional, donde toda
persona y toda la comunidad encuentran la más
alta exaltación de sus emociones al encontrarse
experimentando gran deleite por la contemplación
de una obra maestra bellamente lograda.
Se dan distintos grados de belleza, y de éxito
logrados por el artista al representar o reproducir
un objeto en su obra. Y el esfuerzo, y la habilidad
necesarios varían inmensamente dependiendo de
material, medios, y el estilo usados por el artista. Y
esto es más cierto cuando se trata de la escultu-
ra. Como sabemos, la escultura se puede plasmar
Édgar Gamboa,
mágico creador
en roca, en tierra o barro, en yeso, en madera, en
bronce, y en cualquier otro metal. Las técnicas
también varían: se puede esculpir, modelar, vaciar,
fundir, soldar… algunas técnicas con muchísimas
más dificultades que otras.
Dicho esto, solo pienso en Édgar Gamboa un
gran escultor, profundo artista, habilísimo ejecutor,
mágico creador. ¡Gamboa trabaja modelando y es-
culpiendo el hierro, forjándolo, doblándolo, marti-
llándolo, soldándolo, bruñéndolo! ¡Me atrevo a ase-
gurar que es el más difícil método jamás usado para
crear arte! Y si lo que se quiere crear ha de estar
en la línea del realismo más exigente y detallista, el
esfuerzo es mayor y el resultado aún más sorpren-
dente. Su obra es, no solamente excelente, sino,
además, floreciente de belleza, expresión y detalle.
Y como si fuera poco, también muy abundante.
Gamboa ofrece a la ciudad una extraordinaria
muestra de sus obras. Quienes la aprecian quedan
maravillados y sorprendidos por las cualidades ma-
ravillosas de las obras de este artista antioqueño.
Olga Elena Mattei
58. 56
¿
C
uál será la mejor cualidad de un ser humano, que dedica
sus silencios a forjar con hierro, centímetro a centímetro, la
realidad cotidiana en tamaño real?, esta fue la brújula con la
que me acerqué a descubrir, quién podría ser el gran maestro, Édgar
Gamboa.
Él, que nació en las montañas de cemento medellinenses en 1947,
ha dedicado una gran parte de su existencia al arte de esculpir en
hierro forjado en frío, de manera figurativa y además realista, diver-
sas expresiones culturales e históricas del país. Su virtud de maestro
deviene de cultivar con paciencia, dedicación, amor y mucha técnica,
fragmentos de historia de la ciudad, personajes icónicos, símbolos
religiosos, que confluyen finalmente, en esculturas que despiertan
en quienes las ven, distintas emociones. Ya hablaré más delante de
las historias que se tejen alrededor de sus esculturas.
Por ahora me centraré en contarles que Édgar Gamboa, es un
hombre de espíritu joven, lleno de vida, enamorado de su esposa y
de sus amigos, sensible, crítico, comprometido con el arte y con su
gremio; y que de manera particular, intentó cursar la carrera de Artes
Plásticas en la Universidad de Antioquia, y salió volando al segundo
semestre, cuando comprendió que su plan de estudios, no le contri-
buía a su quehacer y que su vocación ya estaba definida: él seguiría
siendo un escultor en hierro forjado en frío. Y así fue. Trabajando día
a día, de la mano de su gran maestro Justo Arosemena, en ese enton-
ces Cónsul panameño en Colombia, siguió construyendo su propia
carrera, como autor de piezas que lo catapultan como referente de
ciudad y de la comuna 4, pues es en el barrio Campo Valdés donde,
cada mañana, esculpe con prudencia proyectos que toman hasta
dos y tres años para salir a la luz.
Frente a su taller, yace una de las obras que más ha hecho con-
troversia por su simbolismo anarquista, mereciéndole en algunas
ocasiones el nombre de «hereje», de «hijo del demonio», pues solo a
él se puede ocurrir que un Cristo pose de espaldas, para representar
la apatía que la comunidad y el municipio tienen frente a un pro-
blema de abandono de espacios. Sin embargo, este Cristo ha sido
el eje de diversas expresiones populares, pues en alguna ocasión, se
Ideales de hierro
Manos con espiga
Hierro forjado en frío - 65 x 22 x 20 cm.
1994
59. ÉdgarGamboa
57
convirtió en el símbolo de una banda organizada,
haciéndose llamar La Banda del Cristo, que adoptó
la escultura como protección y justificación para
sus rituales antes y después del conflicto, pues
como lo cuenta el maestro «por aquí pasaban an-
tes de salir a hacer lo suyo, a recibir la bendición y
también cuando alguno caía dentro de la guerra,
se paraban por aquí y abrían el ataúd en frente del
Cristo, para que éste les bendijera». Es decir, este
Cristo teje historias de cara y de espaldas.
De manera más íntima construyó también la
escultura de Carlos Sánchez, el representante con
más trayectoria en el personaje de Juan Valdez, con
quien se reunía periódicamente para tomarle me-
didas y así darle los toques más realistas a su obra.
Representación que también fue foco de noticias,
tras haber sido robada en alguna ocasión, para ser
vendida como chatarra, y que fue recuperada tras
la rápida reacción de las autoridades.
De forma simbólica y queriendo convertir la
tragedia en lúdica, en juego que se pudo seguir ju-
gando, también nos recuerda con su obra ubicada
en el Parque del Periodista, la tragedia de Villatina,
donde representa a los niños víctimas de la violen-
cia de un país, que no cesa de llorar a quienes se
van justo antes de empezar a vivir.
En la actualidad, tiene circulando su obra Set
de tango, que materializa su pasión por la cultura
gaucha, serie que espera pacientemente la repre-
sentación del rostro de Carlos Gardel, que aguar-
da en su taller hasta encontrar la forma perfecta
para salir a las galerías. Será quizás que Gardel
espera, en algún rincón inundado por el tango en
Argentina que Gamboa, cumpla su sueño de viajar
a Buenos Aires.
Manos
Hierro forjado en frío - 60 x 40 x 23 cm.
2002
Aguarda por el momento en su taller el boceto
en miniatura de Los Areneros, que pretende hacer
parte del proyecto de renovación del río Medellín.
Hoy el maestro está agremiado y cree en la
organización social como mecanismo para defen-
der los derechos del arte y la cultura, pues como lo
menciona en alguna parte de su entrevista «es muy
difícil que a uno lo escuchen solo», y con Génesis
y Federartes, corporaciones a nivel departamental,
que congregan músicos, artistas plásticos, artesa-
nos y actores, busca encontrar un lugar un poco
más seguro e incluyente para quienes se dedican a
embellecer la vida.
Evelyn Carvajal
¿Qué pasa?, octubre de 2015
60. 58
Mano con manzana
Hierro forjado en frío - 18 x 42 x 49 cm.
2001
Manos crucificadas
Hierro forjado en frío - 26 x 37 x 21 cm.
2002
62. 60
FIGURATIVO REALISTA
El maestro Gamboa, trabaja
principalmente la escultura con un
arte figurativo realista y una técnica
de hierro forjado en frío. Cuando
se camina por su taller, hay que
esquivar, y no por desorden, sino
por su permanente productividad,
además de la chatarra, sus sopletes,
sierras, martillos, cinceles y cajas de
herramientas; y tener especial cuidado
para no tropezar con sus obras
en hierro: los zapotes, los gallos,
los alacranes, los tenis, los zapatos,
los mineros, los crucifijos, los quijotes,
los mangos, las manzanas, las charolas
de frutas… y una bella colección de
instrumentos musicales especializados
en la interpretación del tango.
66. 64
Corazón de hierro
forjado a golpes
E
s un honor, un placer y un enorme compromi-
so, escribir algo sobre el maestro Gamboa. Un
hombre a quien admiro profundamente como
ser humano y como artista. Un personaje del pue-
blo, sencillo, locuaz, terrenal, «parcero», desbor-
dado siempre en buen humor, sensible, defensor
infatigable de sus opiniones, criterio y principios;
gran amigo, generoso, justo, servicial, solidario con
los demás; y a la vez, un hombre serio, honesto,
optimista, admirable, valioso, importante en su
campo, un gigante escultor prodigado de grandes
dotes, habilidades y conocimientos artísticos, con
larga trayectoria y caminos profesionales recorri-
dos y conquistados, paso a paso, con esfuerzo y
dedicación, a base de golpes de martillo, machu-
cones y soldadura eléctrica, un hombre corajudo
y trabajador como buen paisa, padre de exquisitas
y preciosas obras, con un historial lleno de anéc-
dotas, exposiciones, meritorios reconocimientos,
homenajes y aplausos, recibidos a su vida y obra.
Sin ninguna duda, el maestro Édgar Gamboa es un
artista pleno y merecedor de todos los respetos,
admiraciones y consideraciones.
Podría escribir algo bonito, poético y solem-
ne sobre ese profesional idóneo, sobre el exce-
lente escultor que admiramos todos los amantes
del arte, pero para eso están sus obras que hablan
por sí mismas y harán perdurar su memoria a tra-
vés del tiempo. Así que, sin formalismos, prefiero
hacer mis comentarios simples, refiriéndome al
amigo apreciado, al «parcero», al compañero de
farras, al degustador del vino, al contador de histo-
rias, al contador de chistes, al colega de Génesis, al
admirador sin ataduras de las mujeres hermosas,
al hombre de corazón de hierro forjado a golpes
de nobleza y empatía, al hombre que admiramos
como persona, como ser humano y como amigo.
Édgar es el hijo de Resfa Velásquez y Norberto
Gamboa, un sastre de buena aguja y prodigiosa
voz, tenor eximio, que le confeccionó su ropa y
compartió tablas, compañía y amistad, con el gran
cantante mexicano Alfonso Ortiz Tirado, quien a la
vez fue un excelente médico ortopedista, ginecó-
logo y experto en cirugías reconstructiva. El Chino
Ortiz Tejado, como cariñosamente lo llamaban
sus amigos, escribió Norberto: benditos sean mis
discos y mis canciones interpretadas por el tenor
Norberto Gamboa. Édgar, no se quedó atrás, ha-
ciendo honores a su herencia vocal y con un par
de vinos entre pecho y espalda, también hace gala
de su potente voz en las parrandas e interpreta,
a capella, los tangos más clásicos y conocidos del
folclor argentino.
El escultor de la mula, el escultor de Campo
Valdés, el maestro Gamboa, el hijo del sastre «un-
desastre», nombres más comunes como es cono-
cido este gran escultor antioqueño, insigne alumno
del maestro panameño Justo Arosemena Lacayo;
además de gran artista, es también un hombre de
sueños de colores, visionario, travieso, espontáneo,
Salto libre
Hierro forjado en frío - 25 x 45 x 17 cm.
1993
67. ÉdgarGamboa
65
impulsivo; que enfrenta con coraje las injusticias,
las provocaciones y todo lo que lo agrede y va
contra su tranquilidad o su modo de pensar, res-
ponde sin temerle a ninguna consecuencia. Tiene
anécdotas muy simpáticas que muestran esa face-
ta singular de su vida, Por ejemplo, al ruido de los
vecinos, los combate «ojo por ojo», con estrepito-
sos bramidos, chirridos y alaridos de una poderosa
sirena, que es capaz de romper la paz de la noche
hasta un kilómetro a la redonda.
Tiene un enorme Cristo al frente de su taller,
que ha sido popular en la zona, entre piadosos
habitantes del barrio, transeúntes y visitantes del
sector. Pues, Édgar, un día aburrido con el desor-
den, las basuras al frente de su taller, las faltas de
educación, la falta de atención de las autoridades a
una zona totalmente descuidada; en protesta, cru-
cificó a su Cristo de Espaldas, creando todo tipo de
comentarios, controversias, conmociones religio-
sas y estupores sociales en su barrio Campo Valdés.
Con todo esto, el maestro de Campo Valdés, es un
hombre respetado y muy querido en el barrio. Sin
dudas, Édgar Gamboa, es un personaje fascinante,
muy divertido, inquieto y especial. Es un hombre
para enmarcar.
En las afueras de su taller, exactamente al fren-
te de él, en un espacio abandonado de la ciudad,
poco a poco, el maestro Gamboa viene organi-
zando un sendero artístico cultural, con sus obras
monumentales, es prácticamente un bello museo
al aire libre que ya es muy apreciado por la ciuda-
danía; es un espacio artístico-cultural todavía algo
incipiente, en espera de que sea convertido en un
futuro próximo, en un pequeño parque lineal, con
espacios para la recreación pasiva, con bancas para
descansar, conversar con los amigos y pasear con
la familia. Ojalá la comunidad lo apoye para que el
municipio le dé recursos y nuestro maestro pueda
cumplir uno de sus sueños más anhelados.
Entre las huellas sociales y artísticas de nues-
tro querido amigo Édgar Gamboa, podemos des-
tacar que fue fundador y actual vicepresidente de
la Corporación de Artistas Plásticos Génesis y co-
fundador de la Federación Antioqueña de Artistas;
principalmente que ha dejado y le seguirá produ-
ciendo un legado de obras espectaculares a la ciu-
dad de Medellín, al departamento y al país.
Gamboa, trabaja principalmente la escultura con
un arte figurativo realista y una técnica de hierro for-
jado en frío. Cuando se camina por su taller, hay que
esquivar, y no por desorden, sino por su permanente
productividad, además de la chatarra, sus sopletes,
sierras, martillos, cinceles y cajas de herramientas;
y tener especial cuidado para no tropezar con sus
obras en hierro: los zapotes, los gallos, los alacranes,
los tenis, los zapatos, los mineros, los crucifijos, los
quijotes, los mangos, las manzanas, las charolas de
frutas… y una bella colección de instrumentos mu-
sicales especializados en la interpretación del tango.
Y algo más, en esa misma línea, que llama mucho la
atención, es una cabeza grande de Gardel, que poco
a poco gana vida y cuerpo y que, sin ninguna duda,
en un futuro no muy lejano dará de qué hablar, por-
que será otra de sus grandes, reconocidas y especta-
culares obras.
El camino recorrido por el artista está plagado
de huellas artísticas profundas, recordando algunas
de ellas mencionaré las siguientes: HomenajeaJuan
Valdez y su mula Conchita, tal vez la obra que más
caracteriza al maestro; el Cristo Negro, en la iglesia
Santa María de los Dolores; Cristo de Espaldas, en
Campo Valdés; Cristo de la Paz en la comuna 13 de
Medellín; Soldado, en el batallón Rifles en Caucasia;
María Auxiliadora en Villa de Leyva – Boyacá; El
Arriero en Argelia – Antioquia; Carro Escalera en
San Vicente – Antioquia; Los niños de Villatina en
el Parque del Periodista de Medellín; El Paseo en
la Unidad Residencial Abedules; Barequera, her-
mosa pieza que hace parte de una colección pri-
vada. También es de destacar la participación
directa que el artista tuvo en la elaboración y man-
tenimiento de la obra Homenaje a los Obreros de la
Construcción, ubicada en la Nueva Villa de Aburrá,
que es un ícono de Medellín y, que fue contratada
en su momento, a su maestro Justo Arosemena.
Esta maravillosa e interesante historia no ter-
mina aquí, porque con seguridad tendremos por
mucho tiempo con nosotros a Édgar Gamboa
Velásquez, produciendo arte, disfrute, recreación vi-
sual y felicidad, para sus seguidores, admiradores y
amigos. ¡Y claro!, dando lora y mucho de qué hablar.
Álvaro Villegas Posada
68. 66
Minero
Hierro forjado en frío - 60 x 30 x 28 cm.
1990
Minero
Hierro forjado en frío - 60 x 30 x 32 cm
1990
73. 71
ÉdgarGamboa
La familia
Hierro forjado en frío - 33 x 28 x 22 cm.
2001
Maternidad
Hierro forjado en frío - 24 x 38 x 20 cm.
1998
Maternidad
Hierro forjado en frío - 24 x 38 x 20 cm.
2009
74. 72
Édgar Gamboa,
el escultor de lo cotidiano
D
esde la madrugada la cotidianidad se aso-
ma junto con los primeros rayos del sol, para
alumbrar el transcurrir de la vida y sus habi-
tantes, en el barrio Campo Valdés de Medellín, con
la dulce esperanza de toparse con el escultor Édgar
Gamboa Velásquez, en su taller. Muchas de sus
obras escultóricas de gran formato, se encuentran
en espacio público, por el cual transitan muchas
personas para dar cuenta de su día a día, encon-
trándose de tú a tú con las espaldas del inmenso
Cristo que les acompaña, y no quiere ver la incul-
tura de muchos pie andantes, así que ¡algún día la
situación cambiará!, dice, abrigando una esperan-
za, el escultor Gamboa.
Atendió su formación artística con el maestro
Justo Arosemena durante 36 años, en los cuales
templó su carácter, aguzó su espíritu de obser-
vación y paso a paso, fue dominando las técnicas
escultóricas percibidas y practicadas por su maes-
tro, en un proceso personal donde la manualidad
es fundamental. Su escultura directa, se hace en
hierro forjado en frío, a golpes de martillo y luego,
cuidadosamente uniendo las partes mediante la
soldadura eléctrica. En palabras del maestro Justo
Arosemena «se designa escultura directa en me-
tal al producto escultórico de métodos de trabajo
diferentes a los tradicionalmente asociados con la
fundición».
Las obras de Gamboa son figurativas, a través
de las cuales recrea realidades que son fácilmen-
te reconocibles, de comprender, ver y sentir. Es la
estrategia comunicativa de sus sensaciones para
que las personas capten, no solo su habilidad re-
presentativa sino su mensaje artístico. El escultor
de Campo Valdés tiene en Medellín, obras de gran
dimensión, como el Cristo de la Iglesia de Santa
María de los Dolores ubicada en el Barrio Patio
Bonito, el homenaje a Los niños de Villatina, loca-
lizada en el Parque del Periodista, la imagen de
María Auxiliadora al frente de su casa en el barrio
Campo Valdés de Medellín, el Cristo de Espaldas, el
Homenaje a Juan Valdez y el Cristo de la Paz ubicado
en la Comuna 13. Por fuera de Medellín se encuen-
tran: en Argelia el Monumento a la Mula y El Arriero,
en Caucasia, Batallón Rifles, el Soldado y Carro
Escalera en San Vicente .
De su cercanía con el maestro Arosemena
queda, además, un retrato de Édgar Gamboa reali-
zado por él en 1997 con la técnica de acrílico sobre
madera, 80 x 60 cm. En sus realizaciones actuales,
el maestro Gamboa se ocupa de las manos como
tema, esas manos que con destreza interpretan
instrumentos musicales de diferente índole.
El del maestro Gamboa no es un taller silen-
cioso, pues los golpes del martillo y el sonido de
la soldadura que une cuidadosamente las partes
moldeadas en el hierro, alternan muchas veces
desacompasados, al cabo de los cuales una nueva
obra artística aparece en el escenario de la escul-
tura, para alegría de su autor y solaz de quienes
tenemos el gusto de apreciarlas como apariciones
materiales de un espíritu inesperado, incansable,
sensible y decidido.
Manuel Ortega Velásquez
Profesor Jubilado Universidad de Antioquia
Exdirector del Programa de TV «Arte U» F.U.M.C.
«El pensamiento no es más que una forma abreviada de experimentación
transferida de las manos al cerebro; los innumerables experimentos
anteriores han dejado de ser “recuerdo” para convertirse en experiencia».
E. Fisher
76. 74
Niño con perro
Hierro forjado en frío - 32 x 27 x 20 cm.
1994
Santísima Trinidad
Hierro forjado en frío - 40 x 52 x 11 cm.
2006
Carriel
Hierro forjado en frío - 75 x 35 x 20 cm.
1995
78. 76
E
n Édgar Gamboa hay una lucha permanente por
el logro de la expresión, búsqueda ejercida en la
continua labor que podemos apreciar sobre el
material, en juego perceptual de actividad representa-
tiva, que permite al autor apoderarse de la forma, es-
tableciendo un diálogo visual en diferentes temáticas
que retoma con gran sentido de abstracción, desde la
óptica del bodegón a la inmensidad de los insectos,
para luego trasladarnos a la figura humana elaborada
con gran sentido de proporción, línea y movimiento,
logrando destreza técnica en el manejo del material.
Esculturas que ponen de presente un razona-
miento lúcido y claridad de intenciones sobre los
cuales se apoya el mundo contemporáneo del arte.
Objetos construidos en hierro que describen infinitas
posibilidades artísticas del material y un proceso téc-
nico ignorado en el medio plástico nacional, convir-
tiéndose en análisis de valores formales.
Esta libertad en la organización de los elementos
plásticos, muestra la riqueza de texturas, volúmenes
y equilibrio e igualmente un muy buen humor en su
realización.
La escogencia del material y las formas demarca-
das por las láminas de hierro, recuerdan que el arte no
se recoge en reglas y definiciones, sino que predomi-
na el lenguaje del artista y su manera de pronunciarse.
Por último, afirmarse que la escultura de Édgar
posee un carácter orgánico, lleno de ese humor que
se manifiesta desde el trasfondo del ánima del metal,
consiguiendo plasticidad y una sensualidad misma,
logrando cierta sensación y materialidad distinta, re-
presentada en un valor estético muy expresivo.
Abelardo Osorio Escobar
Agosto 2 de 1990
El ánima del metal
Retrato al Maestro Arosemena
Arcilla - 40 x 25 x 21 cm.
2001
84. 82
NATURALEZA
Gran observador y no por ello
carente de vuelo, de imaginación.
Le seduce lo que ve. Se complace
en la observación lo que está ahí.
Nuestro entorno: flores, frutas,
animales, personas y las situaciones
que comúnmente vemos, son las que
le importan e inspiran en sus obras.
88. 86
A un gran maestro
A
lgún día, en uno de mis recorridos por la ciudad de Medellín,
exactamente por los lados del barrio Campo Valdés, le pre-
gunté a la persona a quien visité, que si en ese sector conocía
al maestro Édgar Gamboa y me respondió: «el que no conozca al
maestro Gamboa en este sector, es porque no es de esta ciudad, y
estamos muy cerca», me dijo, «suba tres cuadras y allí ve un Cristo
grandísimo, ahí es...» y así fue, subí las tres cuadras, me acerqué y
mirando por una ventana que da a su taller, a él mismo le pregunté:
«¿Es usted el maestro Gamboa?» me respondió —sí, soy yo— que
¿en qué podía servirme? yo un poco tímido, le dije: «maestro, yo soy
Pedro Murillo Cano, solo quiero conocerlo», me mandó a entrar a su
taller y empezó a contarme de su vida y de sus hermosas esculturas
realizadas en hierro forjado en frío, con las cuales me quedé sorpren-
dido. Pero más sorprendido me quedé con su humildad, sencillez y
calor humano.
Ese día precisamente se cerraban las inscripciones para realizar
un taller sobre emprendimiento artístico, dictado por la artista y pro-
fesora del Sena, ldaly Cano. Gamboa me invitó a participar en este
curso. Fue así como al otro día iniciamos la primera clase, donde se
encontraban grandes maestros de las artes plásticas.
Hablando con el escultor Gamboa y con otros compañeros, lle-
gamos a la conclusión de que podríamos organizarnos como una
corporación de artistas y fue así como nació Génesis, Corporación de
Artistas Plásticos. Como objetivo fundamental en Génesis, adopta-
mos la idea de trabajar por alcanzar la dignificación de la profesión
de los artistas plásticos, en Colombia y en el mundo.
En términos generales el maestro Gamboa nos ha enseñado, fue-
ra del arte y la cultura, que debemos amar nuestra tierra, su cultura,
sus expresiones artísticas; y sobre todo su afecto y calor humano que
lo identifica a él como artista al igual que a toda su familia.
Pedro Pablo Murillo Cano
Presidente Corporación Génesis
90. 88
Habichuela
Hierro forjado en frío - 8 x 30 x 16 cm.
1994
Banano
Hierro forjado en frío - 23 x 14 x 16 cm.
1994
Calabaza
Hierro forjado en frío - 22 x 25 x 25 cm.
1992
92. 90
Bodegón
Hierro forjado en frío - 28 x 36 x 25 cm
1991
Bodegón
Hierro forjado en frío - 23 x 34 x 24 cm.
1990
Bodegón tiempo
Hierro forjado en frío - 30 x 40 x 26 cm.
1991
93. ÉdgarGamboa
91
G
ran observador y no por ello carente de vuelo, de imaginación.
Le seduce lo que ve. Se complace en la observación lo que
está ahí. Nuestro entorno: flores, frutas, animales, personas y
las situaciones que comúnmente vemos, son las que le importan e
inspiran en sus obras.
Las obras de Édgar Gamboa no quieren ser bellas, sino signifi-
cativas. Lo bello está en la construcción, en la organización y en la
materia. El paisaje humano vendrá a través de la figura humana, no
por la simple presencia o referencia, sino como una nueva unidad
estilística.
En el trabajo en hierro forjado en frío y su acabado, la figura es el
elemento principal y hasta absoluto. Algunos trabajos son resueltos
por la pluralidad utilizada como medida unitaria y desarrollada como
temática de toda la construcción. Entonces su propuesta escultórica
al igual que otras especificaciones artísticas alcanza una alucinante y
genérica contemporaneidad de la cual es difícil substraerse.
El espacio de su búsqueda es prisionero del tiempo actual, pre-
ciso, en el cual, sin duda están presentes tácitamente las claves de
una dimensión más libre. Existe preocupación especial, simultánea a
una preocupación figurativa, ambas concebidas, claro está, como un
entorno a la manera tradicional, ampliamente fiel a la búsqueda de
la unidad. Retazos de metal, unidos por trazos de un real poder ex-
presivo y en este territorio sobre el cual se desarrolla, surge, muchas
veces imprevisible el cuerpo vivo de la escultura.
Irlán Restrepo
Marzo 5 de 1993
Observador
de lo cotidiano
94. 92
Bodegón
Hierro forjado en frío - 12 x 17 x 12 cm.
2008
Bodegón
Hierro forjado en frío - 24 x 44 x 25 cm.
2010
Bodegón
Hierro forjado en frío - 20 x 35 x 20 cm.
1990
97. ÉdgarGamboa
95
E
n la esquina de la carrera 47 con la 82, des-
de hace unos meses, un Juan Valdez y su mula
Conchita, vigilan la casa de su creador, el maes-
tro Édgar Javier Gamboa, un escultor antioqueño,
que desde niño vive en el barrio Campo Valdés.
Édgar Javier Gamboa Velásquez inició en la es-
cultura gracias a su maestro, el artista y diplomá-
tico panameño Justo Arosemena, de éste dice no
sólo haber aprendido la técnica de hierro forjado
en frío, sino un aporte importante a su formación
como ser humano, al punto de considerarlo como
un padre, al cual aún recuerda en sus sueños, tres
o cuatro veces al mes, desde el 12 de octubre de
2000, cuando falleció, dejando en Gamboa, al más
fiel de sus discípulos.
Su taller está ubicado en la carrera 47 con la
85, donde los cotidianos transeúntes se encuen-
tran con un Cristo crucificado, que es la cuota ini-
cial de una propuesta que el maestro hace para
que la zona se convierta en un espacio turístico y
no un botadero de basuras «esta será la primera
obra de una serie que estarán ubicadas en la vía,
para constituir un corredor artístico, no solo para
él, sino también, para los artistas del sector», dice
el maestro Gamboa. Tan solo dos calles más abajo,
está una Virgen imponente, llena de flores que la
misma comunidad del sector le pone para rendir
así un homenaje. Y al lado, está la escultura de Juan
Valdez y su eterna mula Conchita.
Pero quizás la obra más reconocida del maes-
tro Gamboa, son Los niños de Villatina, la cual está
ubicada en el Parque del Periodista, en pleno centro
de Medellín. En 2002 la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, la Presidencia de la República
y la Administración Municipal convocó a los artistas
Una historia
forjada en hierro
para que realizaran un homenaje a las víctimas
del conflicto armado y el ganador fue Édgar Javier
Gamboa, quien recuerda con especial felicidad este
año, porque además de haber ganado este concur-
so artístico, su equipo Medellín quedó campeón y
conoció a su actual esposa en la Corporación don-
de le hicieron la entrega de su premio.
Cuando al maestro Gamboa se le pregunta por
su escultura preferida dice que aún no la ha he-
cho, pues su sueño es hacer en el parque de El
Calvario una obra que represente la escena bíblica
de Jesús en el monte Calvario. Mauricio Ríos veci-
no del maestro, expresa que «es un buen hombre
y un gran amigo. Sus obras son un orgullo en el
sector y logran una calidad de nivel mundial». El
maestro Gamboa está trabajando en la escultura
de un soldado de tres metros, que será ubicado
en el batallón de Caucasia, municipio de Antioquia
y afirma que «le gustaría que los jóvenes se invo-
lucraran en dicho arte, pero dada la magnitud de
este trabajo, se requiere de previos conocimientos
en soldadura y mucha paciencia».
Este hombre de 63 años, dice estar en el mejor
momento de su vida y es apreciado por todos sus
amigos y vecinos, «el maestro es una gran persona,
se relaciona con todos sin importar su rango so-
cial, además de ser un hombre colaborador con su
comunidad, que disfruta plenamente de la vida y
que hace de su obra un placer; pese a que no tiene
ayuda de ninguna institución pública o privada»,
dice Marco Aurelio Sánchez, amigo de Gamboa
desde hace 20 años.
Claudia Campillo
La Pupila, octubre de 2008
102. 100
E
l excelente escultor Édgar Gamboa gusta muchísimo de contar
historia de su vida, porque en ella incluye su niñez, que le mos-
tró el camino para el arte. Se ufana de haber trabajado 36 años
con ese maravilloso escultor y pintor Justo Arosemena. Un privilegio
que le permitió aprender muchas técnicas modernas, de los elemen-
tos y el desarrollo de la creatividad.
Trabajar con el Maestro Arosemena era tener una academia para
él solo por aquello de que «el que a buen puerto se arrima, buena
sombra lo cobija». Gamboa afirma que sus esculturas se basan en la
cotidianidad. Busca darle a sus obras un fuerte realismo, sobretodo
cuando trabaja las esculturas en hierro forjado, en frio, calibre 14, uni-
do con soldadura eléctrica. Su obra maestra se encuentra enclavada
en el Parque del Periodista, allí plantó una admirable escultura que
conmemora la espantosa y criminal masacre sucedida en Villatina,
en donde murieron nueve jóvenes inocentes, víctimas de una guerra
insensata y absurda.
Los caminos
del arte
106. 104
Avispa
Hierro forjado en frío - 34 x 30 x 23 cm
1994
Avispa
Hierro forjado en frío - 21 x 34 x 22 cm
1994
Mosca
Hierro forjado en frío - 32 x 45 x 40 cm
1999
110. 108
Édgar Gamboa
Medellín – Antioquia, 1947
Estudió Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia. Su academia la
realizó con el maestro y diplomático panameño Justo Arosemena, a
quien conoció por medio de su padre Norberto Gamboa, sastre de pro-
fesión, quien le confeccionaba sus trajes.
En el año 1964, don Justo lo vinculó a su agencia de publicidad, como
mensajero, de ahí fui escalando, gracias a los conocimientos que adqui-
rió como: revelado en cuarto oscuro, fotografía, diseño, hasta llegar la
dirección del departamento de arte.
Trabajó en agencia de publicidad, aproximadamente veinte años, hasta
que don Justo decidió cerrarla, para dedicarse completamente al arte,
en especial a la escultura, aprovechando el acuerdo que exigía una obra
de arte en construcciones, la cual era financiada con un porcentaje del
impuesto de construcción. Lo invitó a continuar en su taller, inicialmen-
te en Crawn Litometal.
A don Justo le fueron asignados varios de estos proyectos escultóricos. A
su lado, adquirió experiencia y conocimientos para dedicarse a esta pro-
fesión. Justo Arosemena, no sólo fue su maestro en el arte, también fue su
amigo, su consejero y sin duda alguna, un padre para él.
O B R A S E N E S PA C I O P Ú B L I C O
Cristo Iglesia Santa María de los Dolores. Barrio Patio Bonito – Medellín
El Paseo Unidad Residencial los Abedules. Medellín – Colombia
Barequera Colección privada. Medellín – Colombia
Cristo de la Paz Comuna 13 – Medellín
Cristo Campo Valdés – Medellín
María Auxiliadora Villa de Leyva – Boyacá
El Arriero Argelia – Antioquia
Carro Escalera Municipio San Vicente
Los niños de Villatina Parque del Periodista – Medellín
Juan Valdez Barrio Campo Valdés – Medellín
Soldado Batallón Rifles – Caucasia
111. ÉdgarGamboa
109
E X P O S I C I O N E S I N D I V I D U A L E S
1990 Universidad de Medellín. Medellín – Colombia
1991 Sala de Artes SAI. Medellín – Colombia
1992 Sala de Arte SAI. Medellín – Colombia
1994 Casa de La Cultura Cooperativa de Trabajadores E.P.M. Medellín – Colombia
1994 Bar – Galería El Billar. La Ceja – Antioquia
2008 Colombia, qué linda eres, Centro Comercial Mayorca. Sabaneta – Antioquia
2009 Auditorio Marie Poussepin. Envigado – Antioquia
2014 Metal y Color, Hotel Medellín Royal. Medellín – Colombia
2015 Centro Comercial Mayorca. Sabaneta – Antioquia
E X P O S I C I O N E S C O L E C T I VA S
1985 XVII Salón de Arte Joven Museo de Antioquia. Medellín – Colombia
1987 Comfama de Manrique. Medellín – Colombia
1989 Arte en el Tecnológico Pascual Bravo. Medellín – Colombia
1989 Salón de Arte Joven, Museo de Antioquia. Medellín – Colombia
1990 2a.
Muestra colectiva, Arte. Tecnológico Pascual Bravo. Medellín – Colombia
XXI Salón de Artes Visuales. Medellín – Colombia
IV Anual Nacional. Manizales – Colombia
1990 Primera Feria de la Antioqueñidad, Palacio de Exposiciones. Medellín – Colombia
1991 I Bienal Departamental de Artes Plásticas, Casa Museo Viejo Peñol. El Peñol – Antioquia
Artistas de Antioquia para el Mundo, Palacio de la Cultura. Medellín – Colombia
Gran Fraternidad Universal. Medellín – Colombia
1991 Escultura Directa en Metal, Galería El Corredor. Medellín – Colombia
1992 El Salón de los 40, Biblioteca Pública Piloto. Medellín – Colombia
1993 Sala de Arte SAI, Centro Administrativo Municipal. Medellín – Colombia
1994 Escultura directa en metal, Cooperativa de Trabajadores E.P.M. Medellín – Colombia
1994 Vibraciones Colectivas, Casa de La Cultura León de Greiff. Medellín – Colombia
1994 Casa de la Cultura de Caldas. Caldas – Antioquia
1996 Plazuela del Artista, Poblado. Medellín – Colombia
1996 Corporación Nacional de Cultura. Medellín – Colombia
1996 Galería Plazuela El Artista.
Biblioteca Marco Fidel Suárez. Bello – Antioquia
1994 III Exposición, El Poblado Unido por el Arte. Medellín – Colombia
1997 Segundo Salón Galería Plazuela del Artista, El Poblado. Medellín – Colombia
1998 Comfama. Medellín – Colombia
112. 110
2001 Homenaje a la Vida, Casa Cultural La Barquereña. Sabaneta – Antioquia
2002 Fundación Universitaria María Cano. Medellín – Antioquia
2003 Formas y Fantasías de Color, Alcaldía de Medellín. Medellín – Antioquia
2003 Reflexiones, Exposición de arte religioso, Hotel Dann Carlton. Medellín – Antioquia
2003 Exposición Artística de las Regiones Antioqueñas. Santa Rosa de Osos – Antioquia
2003 Fondo de Garantías de Antioquia.
2004 Naturaleza Dinámica, Fondo de Garantías de Antioquia.
2004 Fundación Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe.
II Exposición Pesebres en Grande. Medellín – Antioquia
2004 Fundación Universitaria María Cano, Cooperativa de Escultores Latinoamericanos.
2007 Palacio de la Cultura. Medellín – Antioquia
2008 Biblioteca Marco Fidel Suárez. Bello – Antioquia
2009 Primer Salón de Artes Plásticas. Tecnológico de Antioquia.
2012 Expresión Artística, Alcaldía de Medellín. Medellín – Antioquia
2013 VIARTE, El Poblado. Medellín – Antioquia
2014 VIARTE, Centro Comercial Premium Plaza. Medellín – Antioquia
2014 VIII Festival Internacional de Tango. Medellín – Antioquia
2015 VIARTE, El Poblado. Medellín – Antioquia
2015 Centro Cultural El Café Rojo. Medellín – Antioquia
2017 VIARTE, Centro Comercial El Tesoro. Medellín – Antioquia
2018 VIARTE, Centro Comercial El Tesoro. Medellín – Antioquia
2018 Gobernación de Antioquia. Medellín – Antioquia
Manuel Mejía Vallejo, Édgar Gamboa,
Óscar Hernández, Hernando Echeverri,
Rodrigo Arenas Betancourt, Carlos Castro
Saavedra, Héctor Abad Gómez.
113. ÉdgarGamboa
111
Agradecimientos
A mis hijos Juan Esteban y Diana Marcela y mis tres nietos, mi orgullo
y mi obra más importante. Su madre, Martha Céspedes, gran mujer,
a quien admiro por su tenacidad, gran amor y compromiso con ellos.
A César Meneses, padre de Nicolás y Alejandra Miranda, madre de
Federico y Amalia, por brindar a mis nietos, a quienes adoro, una
educación basada en el respeto y ejemplificada en principios éticos
y morales.
A todas las personas que con sus comentarios hicieron posible la
sustentación de mi obra.
114. Una publicación del Fondo Editorial del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia
comiteeditorial@culturantioquia.gov.co | www.culturantioquia.gov.co
Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe | Carrera 51 No. 52-03
Medellín – Colombia
2019
115. Nelson Agustín Agudelo
Olga Inés Arango
Javier Bedoya
José Horacio Betancur
Dorian Flórez
Édgar Gamboa
Cristóbal Gaviria
Jvlio Londoño
Óscar López
Luis Pala
Leobardo Pérez
Yolanda Pérez
Pascual Ruiz
Ramón Vásquez
Gustavo Vélez
Jorge Vélez
116. Édgar Gamboa trabaja, principalmente, la escultura figura-
tiva realista mediante la técnica de hierro forjado en frío. El
camino recorrido por el artista ha dejado huellas artísticas
profundas. Muchas de sus obras escultóricas, de gran for-
mato, se encuentran en el espacio público con las cuales
establece un diálogo visual con el espectador. Los temas
de sus esculturas se basan en la cotidianidad; son escultu-
ras que ponen de presente un razonamiento lúcido, y se
enmarcan dentro de las corrientes del mundo contempo-
ráneo del arte.