Este documento analiza la evolución de la obra de Francisco de Goya como pintor y grabador desde su llegada a la corte española hasta su exilio final en Burdeos. Resume las diferentes etapas de su carrera, desde sus primeras obras influenciadas por el barroco italiano hasta su llegada a la corte donde realizó cartones para tapices y retratos. También describe su obra más personal y crítica de la última etapa, influenciada por su sordera y el contexto político convulso.
Analiza la evolución de la obra de Goya, como pintor y grabador, desde su llegada a la Corte hasta su exilio final en Burdeos
1. ANALIZA LA EVOLUCIÓN
DE LA OBRA DE GOYA,
COMO PINTOR Y
GRABADOR, DESDE SU
LLEGADA A LA CORTE
HASTA SU EXILIO FINAL
EN BURDEOS
Goya atendido por el doctor Arrieta, 1820
2. Goya es un artista ejemplo de un tiempo en el que se
producen enormes cambios en la sociedad y en la
política: Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, Ilustración,
Guerra de Independencia, Restauración, absolutismo,
Despotismo Ilustrado, Revolución…
Todo esto se mostrará en su personal pintura, que será
un reflejo de los avatares convulsos de este tiempo y
también de los cambios de su propia personalidad, de
acuerdo con su trayectoria vital.
4. Su obra, de muy difícil clasificación,
está a caballo entre el tardobarroco,
el rococó, el neoclasicismo y el
romanticismo.
Pero, además, junto con su pintura
más oficial, desarrollará una pintura
muy personal, que será considerada
como antecedente de movimientos
posteriores: expresionismo,
surrealismo, impresionismo…
5. Cultivará todo tipo de géneros (retrato, pintura de género y costumbrista, religiosa,
histórica, fantástica…) y de técnicas, tanto la pintura al óleo sobre lienzo, como sobre
muros y sobre hojalata, la pintura al fresco, destacando también su obra como grabador,
empleando sobre todo el aguafuerte y la aguatinta.
6. Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago y a sus discípulos zaragozanos, 1769
Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana ante el Eterno en
gloria o La triple generación, 1769
Etapa inicial: Nace en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746 e inicia su aprendizaje con José
Luzán y Francisco Bayeu, que se convertirá en su cuñado, y será quien posteriormente le
ayude a introducirse en la corte. Viaja a Italia en 1771.
7. Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes, 1770
En estas primeras obras se aprecia la influencia clasicista y de la pintura del
tardobarroco italiano, especialmente Tiépolo, Guido Reni…
8. La adoración del nombre de Dios, Basílica del Pilar, 1772
Trata de acceder en Madrid a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero no es
aceptado y regresa a Zaragoza, donde pinta con ese estilo luminoso y colorista, de
carácter academicista, los frescos de la Basílica de El Pilar y la Cartuja de Aula Dei.
10. El conde de Floridablanca, 1782
Tras casarse con la hermana de Francisco Bayeu en 1773, acude a la corte de Madrid en 1775
para trabajar en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, en aquel momento bajo la
dirección del pintor neoclásico Rafael Mengs.
Allí se encarga de pintar una serie de cartones, en óleo sobre lienzo, que luego servirían de
bocetos preparatorios para tejer los tapices que servirían para decorar las estancias de los
palacios borbónicos (El Pardo, El Escorial..).
Reconstrucción de la sala de Carlos III en el Palacio de El Pardo (según José Luis Sancho) con los tapices de Goya, lugar en el que el monarca charlaba con los
embajadores después de cada comida.
11. El conde de Floridablanca, 1782
El quitasol, 1777
Allí realiza, bajo la dirección de Mengs, varias series de cartones para tapices, en los que
se aprecian las influencias del rococó y del neoclasicismo, de acuerdo con el gusto de la
época y siguiendo las normas académicas impuestas por Mengs.
12. El conde de Floridablanca, 1782
Baile a las orillas del Manzanares, 1777El estilo de estos
cartones es de
carácter vibrante,
alegre, muy
colorista, con una
pincelada definida y
precisa, con líneas
claras, para
adaptarse al
formato del tapiz…
aunque poco a poco
su pincelada va
siendo más libre.
Se aprecia la
influencia de
Velázquez, de cuya
obra realiza varios
grabados, en la
incorporación de
paisajes realistas y
en el interés por el
estudio de las luces
y los efectos
atmosféricos.
13. El conde de Floridablanca, 1782
El chatarrero, 1779
Frente a los tradicionales temas heroicos o de escenas de caza, los cartones de Goya se
centran ante todo en la temática popular y costumbrista, con personajes y tipos populares
y castizos (majas, manolos…), visiones frescas y amables de la vida madrileña, llenas de
encanto…, muy del gusto del pintoresquismo rococó, con un gran sentido decorativo, pero
con paisajes de aspecto realista, por influencia de Velázquez.
No representa la
grandeza y
glorificación del
poder sino temas
mucho más
alegres y del
gusto de la
nobleza y la
burguesía:
escenas
populares
(romerías, juegos,
fiestas, escenas
agrícolas...), una
especie de alegría
de vivir, tan típica
de las clases altas
de la época.
La caza de la codorniz, 1775
14. El conde de Floridablanca, 1782El quitasol, 1777
La gallina ciega, 1789
Abundarán las composiciones
equilibradas, de aspecto neoclásico:
piramidales, circulares…
El pelele, 1791-92
16. El conde de Floridablanca, 1782El albañil herido, 1786-87 Los pobres en la fuente, 1876-87
En las últimas series de
cartones, Goya –que
tiene una gran relación
con los círculos
ilustrados de la época-
representa escenas con
temas populares, pero
no tan amables, con
una cierta visión crítica
de la sociedad
española y de sus
costumbres.
17. El conde de Floridablanca, 1782
La boda, 1792
Es una escena de la vida cotidiana, con un cortejo de novios y su comitiva ante un gran arco de puente; la
hermosa novia campesina es acompañada por un marido casi deforme, aunque evidentemente, pudiente.
El cuadro puede considerarse como una crítica satírica a las bodas desiguales y por
interés, como también hará en su serie Los Caprichos.
18. Es esta una etapa de ascenso y reconocimiento
social de Goya, que en 1780 es aceptado como
miembro de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, institución para la que pinta
como trabajo de ingreso su Cristo Crucificado
inspirado en el Cristo de Velázquez
Cristo crucificado, 1780. Entrada en la Academia de Bellas ArtesVelázquez: Cristo crucificado, 1632
19. El conde de Floridablanca, 1782Gaspar Melchor de Jovellanos, 1780-85
El reconocimiento de
Goya le permitirá
pintar numerosos
retratos de los
principales personajes
de la corte, hasta
llegar a convertirse en
pintor real.
Esto le llevará a
disfrutar de una
situación económica
desahogada, que le
permitirá
experimentar.
Entrará en contacto
con las ideas
ilustradas a través de
Jovellanos, Moratín,
Floridablanca…, a
quienes retratará.
Entra en contacto con la alta sociedad madrileña, que solicita ser inmortalizada por sus
pinceles, convirtiéndose en su retratista de moda.
20. El conde de Floridablanca, 1782
Realizará abundantes retratos para los reyes, la nobleza, altos personajes de la corte…
Llegará a ser pintor de cámara de Carlos IV en 1789 y en 1799 primer pintor de cámara real.
La marquesa de Pontejos, 1786 Carlos III en traje de cazador, 1787
21. El conde de Floridablanca, 1782
Carlos IV, 1788
Goya fue un excelente
retratista, reflejando los
rasgos fisionómicos del
personaje, pero
preocupándose
especialmente por captar la
expresión psicológica del
individuo, tal y como hacía
Velázquez.
Sus retratos se caracterizan
por su fidelidad al retratado y
su hondura psicológica,
evitando todo lo accesorio.
En algunos casos, a pesar de
ser obras que deben seguir
los planteamientos del que
los ha encargado, los retratos
de Goya parecen traspasar la
apariencia para indagar en los
rasgos anímicos y mostrar su
antipatía o simpatía por el
personaje,
22. El conde de Floridablanca, 1782
También será muy característico el
empleo de una pincelada cada vez
más suelta y por un especial interés
por la luz y sus efectos.
Con esta técnica llega a conseguir
efectos y calidades extraordinarias
en el tratamiento de las telas y los
ropajes, con una técnica muy libre y
de carácter ilusionista, que –sin
duda– ha aprendido del estudio del
último Velázquez.
Los duques de Osuna y sus hijos, 1788
23. La duquesa de Alba, 1797 La duquesa de Alba, 1795
Goya continuará pintando retratos para el rey y los personajes más conocidos de la sociedad
madrileña incluso después de la enfermedad que le dejó sordo.
24. El conde de Floridablanca, 1782
La condesa de Chinchón, 1800
La Tirana, 1794
25. La Tirana, 1794
La familia de Carlos IV, 1800
En 1800 retrata a toda la familia real en una estancia del palacio, siguiendo el modelo de Velázquez para
Las Meninas. Los personajes aparecen posando en una estancia sin apenas profundidad (a diferencia de
Velázquez) , con dos cuadros al fondo y el pintor se autorretrata con ellos. Distribuye a los personajes en
tres grupos de a cuatro y la luz frontal destaca tanto los personajes como los ropajes y joyas y medallas.
26. La familia de Carlos IV, 1800
En 1800 retrata a toda la familia real en una estancia del palacio, siguiendo el modelo de Velázquez para
Las Meninas. Los personajes aparecen posando en una estancia sin apenas profundidad, con dos
cuadros al fondo y el pintor se autorretrata con ellos.
Futura esposa
Fernando VII
Destaca la presencia de la reina en el centro del cuadro, que con su actitud altiva y mirada
atenta, contrasta con el gesto apocado, bonachón del rey.
27. La familia de Carlos IV, 1800
En 1800 retrata a toda la familia real en una estancia del palacio, siguiendo el modelo de Velázquez para
Las Meninas. Los personajes aparecen posando en una estancia sin apenas profundidad, con dos
cuadros al fondo y el pintor se autorretrata con ellos.
Destaca la presencia de la reina en el centro del cuadro, que con su actitud altiva y mirada
atenta, contrasta con el gesto apocado, bonachón del rey. Destacan también los brillos en los
trajes, joyas y medallas, conseguidos de modo ilusionista mediante manchas de color.
Destacan también los
brillos en los trajes, joyas y
medallas, conseguidos de
modo ilusionista mediante
manchas de color.
28. La familia de Carlos IV, 1800
En 1800 retrata a toda la familia real en una estancia del palacio, siguiendo el modelo de Velázquez para
Las Meninas. Los personajes aparecen posando en una estancia sin apenas profundidad, con dos
cuadros al fondo y el pintor se autorretrata con ellos.
Destaca la presencia de la reina en el centro del cuadro, que con su actitud altiva y mirada
atenta, contrasta con el gesto apocado, bonachón del rey. Destacan también los brillos en los
trajes, joyas y medallas, conseguidos de modo ilusionista mediante manchas de color.
Entre 1790 y 1800 pintó La maja
desnuda y entre 1802 y 1805 La
maja vestida, probablemente
encargo de Godoy para sus
estancias privadas, en las que una
joven (a modo de las tradicionales
venus venecianas o de Velázquez,
que también estaban en ese mismo
gabinete) se ofrece de modo erótico
y sugerente ante el espectador.
Se ha hablado de que podía haber
un juego de poleas con los dos
cuadros que permitía “desnudar” a
la joven vestida y exhibirla en toda
su desnudez. No es un desnudo
mitológico, sino una mujer real, que
mira directamente de forma
provocadora al espectador.
La obra causó un proceso
inquisitorial a Goya en 1815, del
cual salió absuelto merced a la
influencia de algún amigo poderoso.
29. La familia de Carlos IV, 1800
En 1792, Goya sufrió de una
enfermedad que terminará
provocándole una sordera
permanente.
Junto a su producción oficial de
retratos, el aislamiento y también
su amargura ante las terribles
circunstancias del tiempo que le
tocarán vivir y sus propios dramas
personales le harán buscar la
inspiración en su propio interior,
en la oscuridad de sus miedos y
sus fantasías y pesadillas,
desarrollando una pintura muy
personal e innovadora, de carácter
visionario, fruto de su propia
imaginación.
También acentuará en su obra la
crítica social, de acuerdo con su
propia condición de Ilustrado y de
acuerdo con las nuevas ideas que
recorrían Europa.
Corral de locos, 1793-94
30. La familia de Carlos IV, 1800
Asalto de ladrones, 1793-94
Inicia una producción más
personal, como las llamadas
Pinturas Caprichosas (fruto de
su propia invención) sobre
hojalata, en las que el capricho
y la invención no tienen límites
y donde la masa anónima y el
dramatismo son los
protagonistas.
Fruto de la angustia y oscuridad
de su interior escoge temas
tenebrosos, lúgubres,
violentos, misteriosos, de
locura… muchas veces
sobrecogedores, de carácter
prerromántico y con una visión
pesimista del mundo y de la
sociedad.
Acentúa la representación de lo
feo, lo oculto, lo terrible, lo
tenebroso… el lado más oscuro
de la naturaleza ser humano.
32. Bandido matando a una mujer, 1798
Asalto de ladrones, 1793-94
Un naufragio, 1793-94
La degollación, 1808
Caníbales preparando a sus víctimas, 1800-08 (óleo)
Caníbales contemplando restos humanos, 1800-08 (óleo)
33. Los caprichos, 1797-99
En esa época, realiza como grabador
su serie Los Caprichos, en la que
libre de la tiranía de la pintura de
encargo, da también rienda suelta a
su imaginación.
Goya, que siempre frecuentó los
círculos ilustrados de su época,
aprovecha las posibilidades del
grabado para realizar una cruda
disección de los usos y costumbres
de su época a la luz de la Razón,
criticando ferozmente a la sociedad
de su tiempo y a sus miembros.
El grabado permitía la reproducción a
partir de una plancha de numerosas
láminas sobre papel, por lo que fue
el medio empleado por Goya para
poner en evidencia los males de la
sociedad y tratar de criticarlos
satíricamente para exponerlos y
denunciarlos públicamente.
34. Las técnicas más empleadas por Goya fueron la del aguafuerte y aguatinta, con retoques de
punta seca.
Aguafuerte
Aguatinta
Sobre una placa metálica recubierta por
resina, se rasca con un punzón las zonas
dibujadas en las que se quiere se deposite la
tinta. Posteriormente se somete a la acción de
un ácido, que corroerá el metal allí donde lo
hemos raspado. A mayor tiempo de exposición
al ácido, mayor mordido y la cantidad de tinta
que recibirá ese hueco será mayor.
Para conseguir efectos de graduación tonal y no solo
líneas, de aspecto semejante a la acuarela, se
espolvorean resinas sobre la placa de metal. Luego se
funde con la plancha y se fija para someterla a la acción
del ácido. A mayor concentración de polvo de resina
fijado, la placa quedará más protegida del ácido y se
lograrán tonos más claros.
35. Los caprichos, 1797-99
De acuerdo con sus imaginativas
visiones personales, expone a la luz
pública los vicios de la sociedad
española a la luz de la Razón para
denunciarlos y para mejorarla, para
lograr el Progreso.
36. Los caprichos, 1797-99
Critica diferentes aspectos de la sociedad española de la época, tales como la superstición,
la ignorancia, la Inquisición, el clero, la mala educación de los niños, aspectos de la
sociedad estamental, con sus vicios y comportamientos, los matrimonios amañados, la
prostitución, la brujería…, en ocasiones empleando satíricamente figuras animales.
39. Frescos de San
Antonio de la
Florida, 1798
En1798 debe hacerse cargo del encargo real de pintar al fresco y temple la cúpula de la
iglesia de San Antonio de la Florida en Madrid. En ellos narra el milagro del santo, en el que
salva a su padre (falsamente acusado de asesinato) haciendo testificar al difunto, que
proclama su inocencia.
“…No me atrevo a decir que
sea religiosa, a pesar de su
tema, la decoración al fresco
de San Antonio de la Florida,
en Madrid…Representa aquí
el milagro de San Antonio de
Padua en la cúpula …pero no
es una pintura especialmente
piadosa ni incita al
recogimiento. Lo que más
llama la atención son los
ángeles, más hermosas
jóvenes -de "manolas" han
sido calificados- que seres
angélicos, y el grupo de
mendigos y harapientos, el
pueblo de Madrid, que rodea
a San Antonio de Padua”.
Valeriano Bozal
40. Frescos de San Antonio de la Florida, 1798
En esta obra Goya rompe con los
esquemas tradicionales:
Representa la escena del milagro
medieval como si ocurriese en el
propio Madrid, con un paisaje
cercano y lleno de tipos populares de
sus calles, como si fuera una escena
de género Acerca al pueblo la
religiosidad.
Destaca la naturalidad
de los personajes en
diferentes posturas:
cuchicheando, jugando,
observando
atentamente, mirando
a otro lado... La
barandilla sirve de eje
para colocar las figuras,
acodadas unas,
apoyadas otras e
incluso por encima de
ella, como los niños o el
mantón.
41. En cuanto a su técnica, a pesar de ser
un encargo real, rompe con todos los
rasgos académicos clásicos y emplea
grandes manchas de color de
aspecto totalmente libre (en
ocasiones, temple sobre el fresco ya
seco) llegándose a despreocupar del
aspecto de los personajes y
anticipando ese expresionismo tan
característico del Goya posterior.
Frescos de San Antonio de la Florida, 1798
42. Los desastres de la guerra, 1810-14
Con motivo de la Guerra de la Independencia, su obra refleja el convulso periodo
histórico en que vive España, tanto por sus propias vivencias personales como por la
propia contradicción interna que vive.
43. Los desastres de la guerra, 1810-14
Goya será testigo de la brutalidad del conflicto y además se sentirá dividido entre sus
ideas ilustradas (forma parte de los llamados afrancesados y acepta a José I) y su
sentido patriótico, que se rebela ante la crueldad de la invasión napoleónica.
Impresionado
por los
acontecimientos
que le toca vivir,
realiza su serie
de 82 grabados
conocidos como
Los desastres de
la Guerra.
En ellos no
toma partido,
tan solo
muestra la
crueldad, el
horror.
Tan sólo hay
víctimas y
verdugos.
44. Los desastres de la guerra, 1810-14
La visión que muestra
Goya de la guerra no
es la lucha entre dos
frentes, ni entre
héroes o generales,
sino la violencia y la
crueldad, la miseria
humana, el
aplastamiento del
inocente, la
desolación y el
exterminio.
Es enormemente
realista en cuanto a los
hechos y se sitúa al
lado del pueblo, que
es quien padece los
acontecimientos.
En esos grabados se reflejará fidedignamente el horror de la guerra.
Es un nuevo tipo de pintura histórica, que ya no será de carácter heroico, sino un
testimonio del horror de la guerra, una denuncia de su brutalidad, casi de carácter
periodístico, narrando el horror y la crueldad humana.
45. Los desastres de la guerra, 1810-14
Los temas están extraídos de la observación de los hechos y son de una crueldad extrema:
empalamientos, mutilaciones, violaciones, explosiones, fusilamientos, carros con cadáveres
camino del cementerio, robo de las pertenencias de los muertos… No hay héroes ni valores
sublimes, ni épica ni nobleza, tan solo horror.
Para
subrayar la
brutalidad y
el
dramatismo,
la
composición
de estos
grabados es
muy movida
y a veces con
contrastes
muy fuertes
entre luces y
sombras.
48. Los desastres de la guerra, 1810-14
Denuncia las terribles consecuencias sociales de todo enfrentamiento armado y de
los horrores sufridos en toda guerra de cualquier época y lugar por los ciudadanos,
independientemente del resultado y del bando en el que se produzcan, por lo que,
independientemente de su contexto, adquieren un carácter universal.
49. Los desastres de la guerra, 1810-14
Destaca los aspectos negativos la guerra. No hay nada de heroico, ni de pintoresquismo, ni
grandes valores románticos que exaltar. Tampoco hay nada de sublime: la crueldad y la
violencia son absolutas en las estampas de Goya.
50. Las últimas estampas de la serie, conocidas como Caprichos enfáticos, parecen constituir
una profunda crítica política al absolutismo que se implantará tras la guerra y a los grupos
sociales que lo sustentarán.
Los desastres de la guerra, 1810-14 (Caprichos enfáticos)
51. Los desastres de la guerra, 1810-14 (Caprichos enfáticos)
Goya llega a emplear animales monstruosos como alegorías para esta
crítica de carácter sociopolítico, asociando diversas bestias a los
cómplices del nuevo régimen.
52. Los desastres de la guerra, 1810-14 (Caprichos enfáticos)
Al final, tras la guerra y tras la vuelta del absolutismo, parece que la principal víctima
es la Verdad.
53. Los desastres de la guerra, 1810-14 (Caprichos enfáticos)
¿Queda un rayo de esperanza?
54. En 1814, tal vez para
congraciarse con el
Fernando VII tras la
Restauración, pinta dos
enormes cuadros
históricos, con hechos
concretos ocurridos en
Madrid: La carga de los
mamelucos o El 2 de mayo
en Madrid y los
Fusilamientos del 3 de
mayo o de la montaña del
Príncipe Pío.
Utiliza como tema asuntos
reales de su tiempo, el
levantamiento del pueblo
madrileño frente a la
ocupación napoleónica y la
consecuente represión, no
de inspiración mitológica o
del pasado, ni tampoco
indefinidos como en Los
desastres de la guerra.
55. Estos dos cuadros de historia
muestran la visión de Goya de
los sucesos ocurridos los días
2 y 3 de mayo de 1808 en
Madrid, para, tal y como él
señala: “perpetuar por medio
del pincel las más notables y
heroicas acciones o escenas de
nuestra gloriosa insurrección
contra el tirano de Europa”, de
un modo casi periodístico.
En ellos se interesa por lo
universal, no por
protagonistas ni héroes
individuales, como era
habitual en la pintura
histórica.
Los protagonistas no son ni
reyes, ni héroes ni generales,
sino el propio pueblo,
antecedente de la pintura
romántica de carácter
histórico.
56. En La Carga de los
mamelucos el lugar del
enfrentamiento se
reduce a unas vagas
referencias
arquitectónicas urbanas,
tratando de darle un
carácter de
universalidad.
Su interés se centra en
la violencia del motivo:
Una muchedumbre
sangrienta e informe,
sin hacer distinción de
bandos ni dar relevancia
al resultado final.
No hay ni héroes ni
villanos, solo horror,
sinrazón, violencia, caos,
desorden, movimiento…
57. El dos de mayo de 1808 en Madrid o La carga de los mamelucos, 1814
58. Para subrayar el dramatismo de
la escena, Goya ha eliminado
todo rasgo clásico.
Tanto la composición como el
colorido se ponen al servicio
de la intensidad dramática.
Todo se supedita a la expresión
de la violencia desatada, a la
ferocidad.
El movimiento convulso, la
masa abigarrada, el caos… han
sustituido al equilibrio
clasicista. Hay personas y
caballos cortados por los
límites del cuadro, como si
fuera una instantánea
fotográfica.
El color se convierte en
totalmente expresivo,
subrayando con los violentos
toques de rojo y los fuertes
contrastes, lo sangriento de la
escena.
59. Tanto el cromatismo como el dinamismo y la
composición son un precedente de las obras
características de la pintura romántica francesa.
También la pincelada se convierte en expresiva:
grandes manchas de color dan forma a cuerpos y
rostros feroces, en ocasiones deformados por la
propia violencia de la escena en la que están
envueltos.
60. El dos de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos, 1814En Los Fusilamientos de la montaña del Príncipe Pío emplea una composición más clásica,
dividiendo a los personajes en dos grupos: los verdugos y las víctimas y entre ellos la
procesión hacia el horror de aquellos que van a ser fusilados. El pueblo nuevamente se
convierte en protagonista de los sucesos históricos.
Por un lado se subraya la brutalidad y oscuridad anónima de los ejecutores y por el otro las
víctimas.
61. El dos de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos, 1814El 3 de mayo en Madrid (también conocido como Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío)
62. El dos de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos, 1814Esta división se hace más patente por la
violenta iluminación artificial, mediante un
farol en el suelo, empleada de modo
expresivo por Goya, que deja a contraluz a
los ejecutores, a la vez que le permite
poner énfasis tanto en los cuerpos muertos
como en las diversas expresiones y
actitudes ante la muerte de los personajes
iluminados que van a ser masacrados, con
rostros tratados de un modo casi
expresionista y con una pincelada
completamente suelta.
63. Fernando VII con manto real, 1814-15Fernando VII ante un campamento, 1815
Tras la guerra y el regreso de Fernando VII, sigue siendo pintor real, y realizará algunos
retratos del monarca, pero ya no gozará de su afecto, que lo sustituirá por Vicente López
como primer pintor real.
64. También en esta época realiza su serie de grabados La Tauromaquia, con
diferentes escenas relacionadas con el mundo taurino.
La Tauromaquia, 1814-16
65. Peregrinación a la Fuente de San Isidro o El Santo Oficio, 1820-23
Una vez finalizada
la guerra, Goya ve
derrumbarse a su
alrededor parte del
mundo progresista
con el que de algún
modo se había
identificado.
Incómodo
políticamente y
alejado su estilo del
nuevo gusto
imperante en la
Corte, inicia un
periodo de
inmersión personal
en su propio
mundo, sin dejar
por ello de ser
consciente o
desinteresarse de lo
que a su alrededor
ocurría. La lectura, 1820-23 Dos viejos, 1820-23
66. Peregrinación a la Fuente de San Isidro o El Santo Oficio, 1820-23
En el ánimo de Goya pesan las consecuencias de la guerra y la decepción causada por la
llegada de Fernando VII, que reinstaura el absolutismo (con la Inquisición incluida) e inicia
la persecución de liberales y afrancesados, muchos de ellos amigos de Goya.
En1819 se traslada con su compañera Leocadia Zorrilla a la llamada Quinta del Sordo, en
la ribera del Manzanares. En ella sufre una grave enfermedad que está a punto de acabar
con su vida. Allí decora dos de sus salas con sus famosas Pinturas negras, quizá lo más
personal de su producción.
67. Parece ser que sobre
escenas de diversión
campestre ya existentes en
los muros de la villa, y de las
que se han conservado
algunos fondos de color
claro, Goya pintó con óleo
seco sobre esas mismas
paredes 14 escenas, de
difícil interpretación.
Son temas oscuros,
tenebrosos, llenos de horror
y pesadillas, extraídos
únicamente de su propia
imaginación, que reflejan su
visión desgarradora y
pesimista ante el mundo.
Algunos críticos han querido
ver en estas pinturas un
precedente del surrealismo
y del expresionismo.
Desde 1874 a 1878 estas pinturas fueron trasladadas a
lienzo y se exponen en el Museo del Prado.
68. El colorido casi desaparece, con tonos muy oscuros, abundando el negro , los ocres, dorados,
tierras y grises. Cuando aparecen colores más vivos, como el blanco o el rojo, se emplean de
modo expresivo para subrayar rostros de gestos feroces o el horror de la escena.
La pincelada es gruesa, enérgica, expresiva, totalmente libre, casi brochazos, un reflejo de su
interior atormentado.
Deforma conscientemente los rasgos de los personajes, a veces de modo grotesco y
esperpéntico, para acentuar la expresión, convirtiéndose en un antecedente del expresionismo.
La romería de San Isidro (detalle), 1820-23
69. La romería de San Isidro, 1820-23
La pradera de San Isidro, 1788
¿Qué ha quedado de la alegría de vivir, de la jovialidad, del colorido de sus primeras pinturas?
71. Duelo a garrotazos, 1820-23
En ese mundo de pesadilla aparecen escenas de oscuras, la mayor parte de ellas nocturnas,
de carácter irreal, de angustia, de violencia, de vejez, de muerte, procesiones de carácter
fantasmal, pobladas por seres feroces, grotescos y deformes, transmitiendo una sensación
terriblemente angustiosa.
Abundarán las composiciones descentradas, el desequilibrio, espacios llenos de figuras que
contrastan con otros vacíos, fondos irreales o inexistentes… creando una atmósfera de
pesadilla.
72. Dos viejos comiendo, 1820-23
Perro semihundido, 1820-23
Son pinturas visionarias, fruto de la imaginación
de Goya, que parece haber ahondado en lo más
oscuro de su interior, haciendo visible una
visión muy pesimista del mundo y de la vida,
mostrando a través del feísmo, su faceta más
tenebrosa.
Tal vez la propia decadencia física del pintor,
agravada por la enfermedad, la sensación de
cercanía ante la muerte, y los angustiosos
sucesos del fracasado Trienio Liberal se
encuentren en la raíz de la inspiración de Goya
en este periodo.
73. Saturno devorando a un hijo, 1820-23
En una escena mitológica, como Saturno devorando a
un hijo, Goya hace hincapié en la brutalidad, en la
crueldad, subrayando expresivamente los aspectos
más desagradables de la realidad, lo esperpéntico.
Con su rostro grotesco y feroz, sus fauces abiertas y
desencajadas, sus ojos desorbitados, devora ¿un hijo,
una hija? La mancha roja subraya lo cruento de la
escena. El contraste entre el cuerpo devorado y el
monstruoso gigante deforme que lo agarra con
brutalidad… Todo se convierte en expresivo del horror.
¿Es el dios devorando a un hijo? ¿La vejez, el tiempo,
devorando a la juventud? ¿La brutal pulsión sexual del
hombre? ¿La brutalidad del absolutismo devorando
cualquier intento de cambio y modernización de
España? ¿Es el hombre que devora al hombre?
“Con los ojos muy abiertos, con la pupila rodeada de
blanco, y las fauces abiertas en rostros
caricaturizados, animales, grotescos. Contemplamos
el tracto digestivo, algo repudiado por las normas
académicas.
Se muestra lo feo, lo terrible; ya no es la belleza el
objeto del arte, sino el pathos y una cierta consciencia
de mostrar todos los aspectos de la vida humana sin
descartar los más desagradables.” Wikipedia
74. Disparate desordenado, 1815-19/24
Es también en este periodo cuando realiza su última y más enigmática serie de grabados,
Los disparates o Los proverbios.
Consiste en una serie de 22 estampas de muy difícil interpretación, en las que extrañas
criaturas pueblan un mundo irreal, de carácter onírico, de pesadillas, que se consideran
un precedente del surrealismo.
75. Goya parece refugiarse y buscar su inspiración en el lado más misterioso, tenebroso y
enigmático del subconsciente humano.
Abundan las visiones oníricas, la presencia de la violencia y el sexo y la ridiculización de las
instituciones relacionadas con el Antiguo Régimen y, en general, la crítica del poder
establecido.
El caballo raptor, 1815-19/24
76. Modo de volar, 1815-19/24
Parece una colección de pesadillas, que muestran bien sueños o bien lo absurdo de
la existencia. Goya recurre a lo monstruoso y deforme, llegando a recrear seres
imaginarios, embrionarios, a medio hacer, criaturas híbridas, a veces constituidas
con varias caras.
77. Los ensacados, 1815-19/24
Lo irracional se ha convertido en protagonista: las luces de la razón parecen haberse
apagado. El mundo de la noche domina el arte de Goya. La subjetividad campa ya a sus
anchas
Son composiciones herméticas, de muy difícil interpretación, pero que transmiten un
profundo pesimismo y desasosiego.
78. Disparate de miedo, 1815-19/24
Los temas que parecen dar sentido y unidad a esta serie son una expresión crítica
universal de la esencia del ser humano, de sus miedos, su violencia, sus creencias,
sus vicios y errores.
79. Tras el fracaso del Trienio Liberal y la
represión de los liberales, ante el
temor de la persecución, Goya solicita
permiso al rey para instalarse –
alegando motivos de salud- en el
extranjero.
Se instalará en Burdeos en 1824 con
su compañera Leocadia Zorrilla y su
hija, donde morirá en 1828.
Allí continuará pintando algunos
retratos y realizando abundantes
dibujos.
Aún aprendo, 1826
Juan Bautista de Muguiro , 1827
80. La lechera de Burdeos, 1827Allí pinta su última obra: La
Lechera de Burdeos, obra
en la que Goya vuelve a
emplear un mayor colorido,
que parecía que había
abandonado, con tonos más
luminosos: rosas, grises,
azules, verdosos,
plateados…
También recupera el interés
por los efectos lumínicos y
la atmósfera.
Goya sigue experimentando
y emplea una pincelada
suelta, yuxtaponiendo
toques de color (la
aplicación de color en
manchas se realiza de tal
manera que los tonos
se superponen unos a
otros), lo que ha sido
considerado como un
anticipo de la técnica que
luego emplearán los
pintores impresionistas.
81. La lechera de Burdeos, 1827
Mezcla pinceladas
muy largas con otras
más cortas, en
ocasiones muy
empastadas, y además
las superpone,
buscando más la
mezcla óptica en la
retina que mezclando
los colores en la
paleta.
La atmósfera luminosa
que se integra
perfectamente con el
personaje, la calidez y
dulzura del rostro de
la mujer y la serenidad
y el encanto que
transmite, distan
enormemente del
estilo empleado en sus
anteriores pinturas.
La lechera de Burdeos, 1827
82. a) Su producción es inmensa. Cultivó todos los géneros y todos los temas (pintura
mural y en lienzo, grabados, dibujos; temas religiosos y profanos) y en todos dejó
huella. Su obra grabada y dibujada iguala en importancia a la pictórica.
b) Su arte y su técnica no cesan de progresar a lo largo de su vida. La factura de sus
cuadros es cada vez más desenfadada y libre.
c) Es pintor esencialmente colorista. El colorido, primero terroso, se limpia y llena de
luz sintiendo cada vez mayor entusiasmo por los rojos y las coloraciones intensas.
Entrado ya el siglo XIX, el negro va ganando terreno en su paleta.
d) Tiene decidida vocación naturalista y huye del idealismo. Sus obras empiezan
reflejando el tema amable de la vida rococó (primeros tapices), pero se va
imponiendo y domina el tono realista.
e) Imaginación extraordinaria, partiendo del comentario satírico y humorista de la
realidad, llega a deformarla y a complacerse en lo monstruoso y en lo puramente
fantástico.
f) Desde el punto de vista filosófico y moral, Goya supone una crítica pesimista y dura
del ser humano, sus ambiciones, su crueldad, y todo ello con una visión irónica.
CONCLUSIONES
http://perseo.sabuco.com/historia/Goya.pdf
83. g) Su obra es un documento fundamental de la historia de España: la realidad histórica
y pictórica se entrelazan en ella más que en otros pintores.
h) Es la síntesis genial de la época en que vivió, pero, sobre todo, el iniciador de uno de
los cambios más rotundos en la historia del arte. En varios aspectos es precursor de
la pintura moderna:
1. Precede al romanticismo, porque da una nueva forma de expresar los
sentimientos, introduciendo el análisis psicológico y porque convierte a la masa
anónima, a la multitud en la protagonista de muchos de sus cuadros.
2. Anticipa el impresionismo en su tratamiento de la luz.
3. Antecede al expresionismo porque sacrifica la forma, el detalle a aquellos
rasgos que sirvan para resaltar la expresión; simplifica las figuras, insiste en las
masas esenciales.
4. Abre las puertas del surrealismo, por su reflejo del mundo subconsciente.
i) Este profundo carácter de la obra de Goya ha dado a ella y a su autor el significado
universal que hoy detenta.
CONCLUSIONES
http://perseo.sabuco.com/historia/Goya.pdf
84. 1. Formación y primeras obras: Goya pintor religioso. Aspecto tardobarroco.
2. Goya pintor de cartones de tapices en la Corte (desde 1775). Influencia rococó y neoclásico.
El Quitasol.
3. Ascenso social como pintor y Goya como pintor de retratos.
4. Enfermedad y sordera (desde 1792) pintura más personal.
• Pinturas Caprichosas.
• Los Caprichos.
• Producción retratística La Familia de Carlos IV.
• Frescos de San Antonio de la Florida.
5. Goya durante la guerra de la Independencia (1808-1814).
• Los desastres de la Guerra Desastre nº 15 “Y no hay remedio”.
• El 2 de Mayo de 1808 en Madrid y Los Fusilamientos del 3 de mayo.
6. Goya y el retorno de Fernando VII (1814-1823).
• Retratos de Fernando VII.
• La Tauromaquia.
• Pinturas negras Saturno devorando a un hijo.
• Los Disparates
7. La etapa final: Goya en Burdeos (1824- 1828) La lechera de Burdeos.
EVOLUCIÓN ARTÍSTICA DE GOYA
Esquema resumen