El documento presenta varios pasajes bíblicos que hablan de la confianza en Dios. Los pasajes describen cómo Dios es la fortaleza, la esperanza, el pastor, la luz, la defensa y el amparo de los creyentes. También mencionan que nada puede separar el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús y que Dios dará su espíritu santo a los que se lo pidan. El documento concluye con el pasaje de que Jesús alivia a los cansados y agobiados y que su yugo es suave y su carga
2. Vivo lleno de confianza
y no temo,
pues en verdad
que mi fortaleza
y mi apoyo
es el Señor,
y él ha tomado
por su cuenta
mi causa
Is 12,2
3. Tú, Dios mío,
fuiste mi esperanza
y mi confianza
desde mi juventud.
En el vientre materno
ya me apoyaba en Ti;
en el seno
de mi madre
Tú me sostenías.
Siempre
he confiado en Ti.
Sal 70, 5-6
4. El Señor es mi Pastor,
nada me falta:
en verdes praderas
me hace recostar;
me conduce hacia
fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas
Aunque camine
por cañadas obscuras,
nada temo porque
Tú vas conmigo…
Tu bondad y
tu misericordia
me acompañan
todos los días
de mi vida
Sal 23, 1-6
5. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?…
Sal. 26, 1
6. El Señor Dios
viene en mi ayuda,
y por eso
no me molestan
las ofensas.
Cerca está
el que me justifica:
¿quién disputará
conmigo?…
Si el Señor Dios
me ayuda,
¿quién podrá
condenarme?
Is. 50, 7-9
7. Guárdame, Señor,
como a la niña de tus ojos;
escóndeme bajo
la sombra
de tus alas.
Sal 16,8
Tú eres
mi amparo
y mi refugio.
En ti, mi Dios,
pongo yo toda mi confianza
Sal 90,2
8. Yo sé que
ninguna criatura
podrán
apartarnos
del amor de Dios,
manifestado en
Cristo Jesús,
nuestro Señor.
9. Si ustedes,
que son malos,
saben dar
cosas buenas
a sus hijos,
¡cuánto más
el Padre del Cielo
dará
espíritu santo
a los que
se lo pidan!
Lc 11,13
10. Vengan a mí todos los que están cansados y
agobiados,
Carguen
que yo los aliviaré.
con mi yugo
y aprendan
de mí,
que soy paciente
y humilde
de corazón,
y sus almas
encontrarán
descanso.
Pues mi yugo
es suave y
mi carga liviana.
Mt 11,28-30