La rana accede a llevar al escorpión a través del estanque en su espalda a pesar de sus dudas sobre si será picada. A mitad del camino, el escorpión pica a la rana con su aguijón venenoso, condenándolos a ambos a morir ahogados en el estanque. El escorpión se disculpa diciendo que sólo estaba siguiendo su naturaleza.