La NASA encontró evidencia bíblica que resolvió un error en sus cálculos astronómicos. La Biblia describe eventos como el sol deteniéndose por un día entero para Josué y la sombra retrocediendo 10 grados para Ezequías, lo que coincidió con los cálculos de la NASA sobre la posición del sol y luna en el pasado. Esto llevó al autor a concluir que la Biblia no es solo alegorías sino un relato preciso, y que Dios continúa manifestándose en el universo.