María Josefa Coronel entrevista en 'Semana' al máximo responsable de Banco Pichincha, Fidel Egas Grijalva, que habla de temas profesionales y aspectos personales de su vida.
'Semana' entrevista a Fidel Egas Grijalva, presidente de Banco Pichincha
1. Edición: Domingo 01/febrero/15
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“EL MÁS GRANDE ESTÁ OBLIGADO A AYUDAR AL MÁS PEQUEÑO”
María Josefa Coronel
mariajosefacoronel@hotmail.com
Había olvidado cómo se ve el atardecer desde esta parte de la ciudad, desde el último piso de uno de los edificios
más altos en la avenida Francisco Orellana. Las luces de los carros y los rayitos que salen del sol en distintos
matices de naranja y que se reflejan en el cemento de las casas y edificios, se presentan mudos. Desde aquí, no
se oye nada.
No debo esperar mucho, Fidel Egas Grijalva es un hombre puntual. Lo conozco desde hace años por cosas de
trabajo. La última vez que charlé con él fue en una oficina parecida a esta, en la que se podía ver a lo lejos el
lugar donde recién iba a construirse el aeropuerto Mariscal Sucre en Tababela. Fidel es padre de Fidel Esteban,
Juan Pablo y Cristina Egas Sosa, quien falleció jovencita en un accidente de tránsito. Está casado con Luciana
Calero. Es quiteño, banquero, taurino, amante de la buena charla y el buen vino. Siente que no tiene de qué
arrepentirse, pero hay cosas para las que quisiera disponer de más tiempo. “Me gustaría pasar tiempo con gente
interesante. Si bien trato con personas inteligentes y capaces, la mayoría de ellas vienen a mí por negocios. Me
pierdo buena parte de esa gente con la que me gustaría pasar más tiempo pero sin que existan negocios de por
medio”.
¿Siempre quiso ser banquero?
Cuando era chico, y esto poca gente lo sabe, quería ser cura. Venía de una familia muy católica. A veces, me
detengo a pensar en lo que soy ahora, y pienso a ratos que hubiera sido más feliz siendo cura.
¿Qué lo alejó de la vocación?
La vida, el mundo. Los pecados no están tan distantes del cerebro, del corazón; y cuando uno ve que cosas que
salen del corazón, unas de manera más natural que otras, son pecado, pues se va separando de la religión, se
aleja de la posibilidad.
¿Cosas que alejan de Dios?
Yo creo en Dios por necesidad. Si no existiera Él, no tendría sentido hacer muchas de las cosas que hago. Dios es
conciencia, valor, voluntad, inteligencia, sabiduría. Sin Él, ninguno de estos conceptos existiría. No puede ser que
la materia creara sola todas estas cosas. Creo en un Dios que está allí, no sé dónde exactamente, pero sé que
está. Él, a lo mejor, nos exige fidelidad y esfuerzo, o quizá nada, y sería con eso suficiente razón para darle
agradecidamente amor y respeto. El tema de Dios se pone delicado en los últimos tiempos. A veces, en su
nombre se mata. El choque de religiones es un tema duro. Recuerdo que en un concurso en Guayaquil, por sus
fiestas, el Municipio impidió participar a una pintura que se burlaba de Dios. Pero entre eso y asesinar hay una
distancia distinta. El Dios de uno no puede ser distinto para los demás. La idea de Dios, aunque con nombre
diferente, debe ser tan válida para uno como para los demás.
¿Alguna vez le reclamó algo a Dios?
Tal vez cuando murió mi hija. Me pregunté: “¿Señor, por qué me haces esto?”. Mi madre que me acompañó en
ese dolor me dijo: “Tú no sabes las razones por las que Dios permitió que esto pase. Ella está feliz allá arriba”.
Eso dicho por una madre, con el poder del amor de una madre, fue calando en mí y despojándome del
resentimiento con Dios.
¿Cómo relacionarse con Dios en medio de abismos entre ricos y pobres?
El desequilibrio es natural, hay hormigas y elefantes, por ejemplo. En los seres humanos hay diferencias que se
dan por condiciones naturales, que sobrevienen en la vida, porque hay personas que luchan por algo y otras no.
No creo que el rico tenga ventaja. Creo que quien tiene más, está obligado a saber administrar y administrarse a
sí mismo. Lo digo yo, con larga y dura experiencia. Tener no siempre es agradable si no significa hacer algo por
los demás.
Hoy la pobreza no es igual que hace 50 años. ¿Qué postura debe tener un empresario ante eso?
Mi familia y las empresas tenemos claro que hay que ayudar a incrementar las posibilidades de progreso para la
gente, que el ser humano progrese. Por eso es tan necesario que la educación mejore, pero no la educación de
2. pizarrones ni de tecnología, sino la educación humana, que debe empezar por el maestro. En Ecuador no
invertimos en mejorar la educación del profesor. Cuando un chico se desvía en esa fase porque tiene un profesor
que es inconsciente, que no está preparado, saldrá torcido. Hay que invertir en la ética del maestro. Ecuador es un
país en el que cada día son más necesarias las leyes, cuando el rector de la vida de la gente debe ser la ética.
Una persona debe de cumplir sus obligaciones sin coerción, porque es bueno para los demás, para la sociedad y
para sí mismo. Debe cumplir y no por el miedo al castigo.
Cumplir el deber trae éxito en cualquier área, y este provoca voces que lo satanizan. Se habla mal del
rico, ¿por qué cree que esto sucede?
Hay dos lados. Primero está la envidia. La famosa olla de cangrejos para tratar de que el otro no suba. Y el otro
lado real es que el éxito no es fácil ni accesible a todos, y cuando veo que este no me llega empiezo a culparme o
a culpar a otros sin razón. El éxito es producto de muchas circunstancias a las que la gente llama suerte, pero son
pequeñas decisiones que uno toma.
Decisiones. No el destino.
Sí, son decisiones. Las he tomado, muchas veces con duda, pero las tomé acertadamente. Me va bien en la vida
porque creo, primero, que hago lo que debo de hacer. Nunca hago algo de lo que no estoy convencido. Puedo
llegar a ser rebelde (irrespetuoso tal vez) por insistir en lo que creo que debe hacerse. Seguramente por eso tuve
éxito.
¿Aplica esa firmeza con sus hijos?
¡Fui duro, sí! Ahora ya están grandes. Mi padre fue igual de duro. A mí me toleraba muchas fallas, pero nada que
signifique romper con mis obligaciones. Nunca me preguntó si hice o no un deber, si estudié o no. Al final del año
me preguntaba cómo me había ido y pedía la libreta de calificaciones. Se ponía contento si había hecho bien las
cosas y, cuando no, se ponía serio y no me hablaba por mucho tiempo. Pero me enseñó a levantarme temprano...
¡Con lo que me costaba madrugar, y aún me cuesta! Eso lo apliqué con mis hijos y ojalá ellos lo apliquen con mis
nietos.
¿Cómo adquirió Diners Club?
Tengo un amigo colombiano, Mauricio Torres, que ahora vive en Estados Unidos y vivió muchos años en
Guayaquil. Cuando él fue gerente muchos años de Master Card, yo tenía mi estudio jurídico, mi pequeña
distribuidora de carros... por decirlo, yo ya tenía una vida hecha. Mauricio es muy simpático, nuestras esposas
eran muy amigas, nos llevábamos bien. Un día decidimos poner unos negocios juntos. Lo hice más por ayudarlo a
él. Uno de ellos fue una compañía de venta de tubería de petróleo. ¡No vendíamos ningún tubo! Pero de repente,
él encontró un amigo colombiano que era gerente de Diners Club Ecuador, una filial de Diners Club Colombia. A
través de él me presentaron al presidente de Diners de Colombia, una persona muy agradable. En poco tiempo
me nombró presidente de Diners Club Ecuador. La empresa estaba quebrada y en ese estado empecé como
presidente del directorio, diríamos sin mucha responsabilidad al inicio. Pasado un tiempo apareció una persona,
cuyo nombre no recuerdo, quien propuso comprar la compañía. Mi amigo Mauricio, por defender su puesto, me
anima y me dice que hagamos nosotros una oferta. Hicimos una oferta de veinte mil dólares por el 50 % de las
acciones. Me pidieron que pague cinco mil de contado. Los pagué y los quince mil restantes los cancelaría a
crédito; pero en el acuerdo, la recuperación de la cartera tenía condicionantes y, de suceder, se abonaba al saldo.
Nuestra gestión fue tan exitosa que no fue necesario cubrir el saldo. Se dieron las condiciones. Recuerdo que
llamé a mi padre, que estaba en España, para decirle que acababa de comprar Diners. Él me respondió: “¡Estás
loco, comprar un negocio para prestarle a gente a la que no conoces, que no sabes para qué va a usar el dinero y
no sabes cuándo te van a pagar. Es el peor de los errores!”. Se enojó mucho. Empecé a manejar el negocio.
Trabajábamos viernes, sábado y domingo hasta la madrugada. Si era necesario recorríamos en las noches los
establecimientos, buscábamos restaurantes, almacenes, etc. Llamábamos a la gente, yo mismo cobraba.
Invertimos mucho esfuerzo. Diners empezó entonces a funcionar bien y le propuse a Diners de Colombia
comprarle la otra parte. Ese 50 % que vendió Colombia lo compró el Banco Pichincha, así que empecé a tener al
banco como socio en Diners. Luego, el banco atravesó una crisis entre accionistas, y yo fui el único que tuvo las
agallas de querer comprar acciones en un momento difícil. Terminé comprando el banco también. Actualmente las
empresas son independientes entre sí.
Ha tomado decisiones en situaciones de alto riesgo, ¿no?
Soy un amigo del riesgo. Así como escuché en una película, puedo decir que gano porque acelero mientras los
otros frenan. Esa ha sido mi vida, soy un hombre que he tomado riesgos y me ha ido bien. Ahora, en este
momento, cada día tomo menos riesgos porque ya no son necesarios. En ese momento, para progresar había que
tomarlos.
¿En algún momento dijo: “No tomaré ese riesgo” y luego se arrepintió?
¡Cuántas cosas dejé de comprar, de hacer! Aunque podría decir que si hubiera tomado otro camino me habría ido
mejor, estoy seguro de que en conjunto obré del lado correcto. Los negocios que los sentí problemáticos, los solté
rápido. Uno típico, el de la telefonía celular. ¡Mira tú ahora, ha tenido implicaciones con el Estado!
¿Es cierto que el expresidente Jamil Mahuad ayudó a fortalecer su banco?
Eso viene de una idea vieja que soltó alguien cercano a FebresCordero y la ratificó Bucaram diciendo que gané
plata con base en la reserva monetaria, y eso es falso. El tema es que a Ecuador le debitaron 80 millones de
dólares de sus cuentas del City Bank. Entonces, el Estado, Abelardo Pachano, que era gerente del Banco Central,
dijo que nosotros teníamos la estructura y respaldo suficiente, fuera y dentro del país. Aquí hay que resaltar que no
solo ayudamos al Estado, sino que perdimos en la transacción, durante el tiempo que el país pudo funcionar
porque no pudieron retenerle sus fondos de reserva. Balance a balance, año a año, se puede ver cómo el
progreso del banco ha sido serio y se da con el tiempo, sin nada raro, sin golpe de suerte. Cualquier persona
puede revisar las cuentas.
¿Ha tenido relación de amistad con algún presidente del país?
Era amigo de Jamil Mahuad. Me siento aún su amigo, no sé si él diga lo mismo. No he hablado con él hace años.
Mahuad era mi amigo, fuimos compañeros en el Club Universidad Católica. Cuando él entra a la política, me
llama y yo contribuí en su campaña, lo dije siempre. Mientras él fue presidente y hasta que se alcanzó la paz con
Perú, podríamos decir que mantuvimos una relación afectuosa y respetuosa. Estuvimos presentes en Brasil, Perú
y en el país en todas las etapas del proceso de paz. Él me pidió dar el discurso en el Palacio de Gobierno cuando
vinieron los peruanos, en nombre de los empresarios. Parecía una relación ideal. Luego sentí cierta distancia y un
día dejó de llamarme. Después de un largo periodo, me llamó para darme el pésame por un familiar que había
fallecido. Solo cuando vino la crisis seria, el congelamiento bancario, volvimos a hablar porque lo llamé a pedirle
que me dijera por qué tomaba esas decisiones. Respondió que no entendería las razones. Después, lo volví a
llamar y nunca contestó. No he vuelto a hablar con él.
Para usted, ¿qué ocasionó la crisis? ¿Cree que Mahuad tomó decisiones correctas?
Para la primera parte de la pregunta debo decir que la causa de esa crisis puede venir otra vez si el precio del
petróleo se pone a siete u ocho dólares por barril, si no tenemos conciencia de lo que significa endeudamiento
externo, y de que hay que sacrificarse para salir adelante. Mahuad pensó que devaluando saldría adelante.
Todos los días se devaluaba el sucre, cada día subían las tasas de interés. Pero hay que destacar que los bancos,
los que quebraron, no tenían provisionadas sus carteras malas. Quienes nos quedamos fuimos los que las
habíamos provisionado. Ser banquero es una gran responsabilidad, hay que saber a quién se presta, decir no
cuando no conviene, y cobrar cuando tiene que cobrar, demandar si tiene que hacerlo. Otra razón, en gran parte,
se dio porque los banqueros de la época se prestaban ellos mismos y el superintendente de Bancos de ese
tiempo no hizo lo que tenía que hacer.
Hubo ataques entre banqueros a raíz de esa crisis. Uno fue dirigido a usted. ¿Cómo pudo sostenerse?
Esa guerra fue dura. Se inició cuando Teleamazonas inició la investigación de las razones de la crisis. Todos los
banqueros aceptaron dar su versión en el programa, menos uno. Desde allí se desató el ataque. El arzobispo
intervino y gracias a Dios se detuvo. Pero la vida tiene vueltas. En ese 2004 soportamos golpes, pero después
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recobramos lo perdido y nuestro crecimiento ha sido constante e imparable.
¿Siente rencor?
Ríe con ganas. Se pone serio y dice en paz: “Yo rezo el padrenuestro”.
¿Qué les diría a jóvenes que aspiran a ser banqueros?
A nadie le deseo esa suerte. El banquero es accionista a precio fijo: cuando gana el negocio ganamos, cuando
pierde no nos pagan ni el capital, menos intereses y, por si fuera poco, nos acusan de ladrones. La vida del
banquero, que tiene su lado simpático, oficinas bonitas gente que siempre le sonríe, en el fondo es dura y pocas
veces grata. No aspiro a la gratitud de mis clientes, solo servirlos y defenderlos.
¿Qué opina de la decisión de Guillermo Lasso de dejar la banca para ser candidato presidencial?
Es complicado. Si se me metiera el bicho de la política, lo desecharía. El día de las decisiones ya pasó. Un día
decidí ser banquero y eso significa no ser político. Respeto el valor de Guillermo.
¿Votaría por un banquero para presidente de la República?
Por quien sea el mejor para el país.
¿Votó por Rafael Correa?
Sí, creía que era mejor que Noboa.
¿Votaría ahora por Noboa?
Entre Correa y otro, por cualquier otro.
¿Ayudó a la campaña de Correa?
Sí.
Fidel es un hombre de riesgos por donde se lo mire. El día que pudo cerrar la negociación de un paquete
accionario de banco con Perú se declaraba la guerra entre ambos países. En 1996 debió dar un discurso a razón
de la negociación y sería capaz de repetirlo hoy. No le fue fácil luchar en el vecino país. “Nos hicieron horrores,
sacaban cosas como que el general Moncayo era parte del directorio y que el Banco Rumiñahui tenía
participación con nosotros. Usaron la guerra en nuestra contra, pero nos dedicamos a trabajar y hoy somos el
quinto banco del Perú”.
¿Y España?
Viajé los últimos 30 años a España. Me gusta Madrid y creo conocerla, tengo pocos pero buenos amigos.
Quisimos dar buen servicio al migrante. Pedí autorización para iniciar. Parecía imposible, pero la logramos en tres
años. Crecimos y cuando teníamos 10 oficinas, este Gobierno que me tiene mucho afecto dijo que pusimos un
banco para comprar deudas a los ecuatorianos y cobrar acá. Se probó que no es cierto, que los clientes
ecuatorianos se han sentido mejor tratados que en la banca española. La tercera parte de los ecuatorianos que
viven allá son nuestros clientes. Es también de españoles no bien tratados por la banca de allá.
¿Y Guayaquil?
Siempre tuve gran cariño a Guayaquil. Incluso pensé en venir a vivir acá, pues creí que había más oportunidades
que en Quito y me gusta la forma de ser del guayaquileño. Aquí veo el horizonte. Creo en su gente, en su
entusiasmo. Me preocupa su gasto en superficialidades. Pero es gente maravillosa y nos reconoció como serios.
Nos ha dado todo y estoy orgulloso de mi relación con esa ciudad.
¿Superado el regionalismo?
Hemos logrado matarlo un poco, con el fútbol. El que Barcelona tenga tantos hinchas en Quito como en
Guayaquil ha hecho que disminuya.
Hablando de fútbol, ¿le hace bien tener el mismo presidente a la FEF tanto tiempo?
No creo en Luis Chiriboga. Ha manejado la federación mimando a unos y castigando a otros. Premia a quien no lo
merece. Tiene cantidad de gente a su orden, algunos queridos amigos míos que saben mis sentimientos. Creo
que debe irse para siempre. Si llegan a reelegirlo le hará mucho daño al fútbol nacional. Cuando salga esta
entrevista el tema de la FEF estará resuelto, tal vez gane (NR: Chiriboga triunfó). Deseo que la camiseta le pese a
la dirigencia al votar, que piensen en lo que le conviene al país, no a ellos.
Para Fidel, en los negocios el reto de la globalización es saber ofrecer más calidad y precio de lo que existe, no
hay más forma de competir. En cuanto a la vida, no carga equipaje pesado ni le teme a la muerte, que es parte de
la vida. Sus colaboradores entran y salen para hacerle notar que debe acudir a otras citas. Él responde despacio,
sin prisa, finge no darse cuenta. De algún modo, a su estilo, prefiere darse tiempo para agradecer lo que ha
podido construir y reconocer lo que tiene a su alrededor.
Punto aparte
¿Qué cosas tienen más valor para usted?
Las cosas no tienen más valor que los momentos.
¿Cómo se cataloga como esposo?
Debo ser difícil, porque mi cabeza anda en otras cosas, pero trato de ser lo mejor posible. Quiero mucho a mi
pareja y creo que ella me quiere mucho.
¿Y como abuelo?
Tolerante por diez minutos, pero ellos me preocupan 24 horas. Cuando hablo de futuro pienso más en mis nietos
que en mi hijos.
LA MODERNA FRESCURA DE ANDREA TORRES
Ant. Sig.