1. Del texto al hipertexto: hacia una epistemología del discurso hipertextual - Jean Clé... Página 1 de 7
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Epistemología / Epistemology
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Del texto al hipertexto: hacia una epistemología
y textos sobre otros temas Textos históricos
del discurso hipertextual
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100310 - Jean Clément (*) ENLACES RECOMENDADOS:
- Karl Popper
Los datos y las ideas
- Introducción al pensamiento complejo
El orden y el desorden
- Las teorías de la relatividad de Albert Einstein
El hipertexto y la facultad de razonar
- Glosario del conocimiento
Las figuras del discurso hipertextual
- Principio de incertidumbre
Espacio de escritura
Una enunciación pionera
Introducción
La palabra "hipertexto", inventada por Ted Nelson en
1965, ha permanecido mucho tiempo confinada a ciertos
círculos de investigadores antes de conocer la
popularidad de que hoy disfruta. Pero la buena fortuna
de un término está a menudo acompañada de la
extensión creciente de su área de utilización: bajo el
término genérico de hipertexto se engloban diferentes
concepciones, métodos, sistemas o herramientas. El
neologismo de Nelson sufre hoy en día de una polisemia
exagerada.
Mi intención aquí no es sugerir ninguna normalización, sino
defender una cierta concepción del hipertexto fundada en el
análisis de su funcionamiento como instancia enunciativa.
Para aclarar mi propósito partiré del título de una obra de Ted
Nelson consagrada al proyecto Xanadú y publicada por primera
vez en 1980: Literary Machines 1 El adjetivo literary, que no Buscar i
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tiene equivalente en francés, describe en inglés todo lo
relacionado con la cultura impresa en un sentido amplio. Como observa Nelson, esta cultura escrita es un conjunto
complejo en el que cada elemento, cada "texto" está conectado a los demás de forma explícita o implícita. La
interconexión de los textos ha sido ampliamente tratada por los teóricos de la literatura bajo el concepto genérico
de inter o trans-textualidad 2. Dentro del campo científico, es el fenómeno que Vannevar Bush tenía en mente
cuando evocaba el trabajo del investigador dentro de su artículo "As we may think" 3 La palabra "máquinas"
empleada por Nelson ha de interpretarse dentro de este contexto intelectual. Su asociación con el adjetivo literary
obedece a una intención ciertamente provocadora o futurista. Pero nos equivocaríamos si pensáramos que esta
expresión se refiere a una máquina inteligente capaz de escribir y leer, una especie de robot humanoide. El
hipertexto, cuando se implementa en un ordenador, no es más que una herramienta al servicio del hombre, una
forma de memoria artificial capaz de entrar en interacción con una inteligencia humana, de formar con ella un
sistema que le abre al usuario nuevas perspectivas para informarse, leer, escribir y pensar.
Esta idea de interacción entre hombre y máquina dentro de un sistema complejo es lo que a mi juicio caracteriza al
hipertexto y le distingue de otros dispositivos con los que podemos relacionarlo pero no debemos confundirlo, tales
como los sistemas expertos o las bases de datos. Por supuesto estos también requieren la intervención del hombre,
No pueden tratar la información a no ser que les hayamos proporcionado primero la materia prima y los programas
de tratamiento de datos que se aplicarán. Y a esta "escritura" humana le corresponde una "lectura" también
humana de los resultados (a no ser que la información pudiera ser utilizada por un robot sin intervención humana).
La idea que sostengo aquí es que el hipertexto puede considerarse a la vez como un sistema material e intelectual
dentro del cual un actor humano interactúa con las informaciones que surgen de su recorrido y que a su vez
modifican sus representaciones y sus demandas.
Los datos y las ideas
En el prólogo a la reedición de Literary Machines en 1993, Nelson define su punto de vista acerca del hipertexto
en los siguientes términos:
Se trata de un concepto unificado de ideas y datos interconectados, y de la forma en la que esas ideas y
esos datos pueden editarse en una pantalla de ordenador.4.
La insistencia con la que Nelson une las ideas y los datos subraya la doble vocación del hipertexto: Un sistema de
organización de datos y una forma de pensar.
En una base de datos, las informaciones se organizan independientemente de su lectura. La constitución de la base
de datos obedece al modo de organización del dominio científico correspondiente y a la finalidad de su utilización.
Cada entidad se clasifica de acuerdo con criterios comunes que sólo describen una parte de sus características. Una
base de datos bibliográficos, por ejemplo, permitirá que encontremos un libro, pero esa información será muy pobre
en comparación con la lectura de ese libro. Incluso si imagináramos que dicha base de datos puede ofrecer para la
lectura los textos que cataloga, consultar la base de datos en sí no constituye una actividad lectora. El recorrido de
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una base de datos, aunque sea literaria, no es un recorrido de lectura.
Podemos por supuesto imaginar una base de datos que tome elementos textuales o infratextuales y los ensamble
para formar un texto que se leerá como tal. Pero el texto así generado está fijo en la forma de su enunciación. Nada
le distingue de un texto ordinario, hasta tal punto que si está impreso en papel 5 funciona verdaderamente como un
texto clásico.
A diferencia de una base de datos, el interés del hipertexto no está solamente en las unidades informativas que
contiene, ni tampoco en la forma en que están organizadas, sino en la posibilidad que ofrece de construir un
pensamiento o un discurso a partir de esos datos. Esta operación de extracción de un sentido a través de un
recorrido de lectura es por descontado la propia de cualquier texto, pero en el caso del hipertexto reviste un
carácter particular que tiende a la no-linearidad
El orden y el desorden
El discurso oral es linear. La expresión "seguir (o perder) el hilo del discurso" representa la idea de un orden
irreversible y unidimensional. El texto impreso introduce una segunda dimensión. A las dos marcas del antes y el
después del discurso oral , le añade el de más arriba y más abajo. En la página, cada fragmento textual ocupa
una posición espacial que invita a una lectura tabularia y múltiple que los poetas, entre otros, han sabido explotar.
pero el soporte papel restringe y fija las posibilidades de apropiarse los elementos del texto. Aunque una página
pueda recorrerse en varios sentidos, o un libro pueda hojearse desordenadamente, la materialidad del dispositivo de
lectura limita seriamente las posibilidades de trasgresión del libro. Ciertos autores han tratado de imaginar
dispositivos más sutiles 6, pero ha habido que esperar la llegada del texto numérico para que estallara el orden
inmutable del texto y aparecieran nuevas posibilidades.
Pensando en estas propiedades del texto independiente de su soporte, Espen J. Aarseth ha propuesto una tipología
textual que quiere definir las unidades del texto no ya en sus relaciones lingüísticas, sino en sus relaciones con el
todo y con sus propias partes. Esta tentativa es aún más interesante si consideramos que intenta dar cuenta del
conjunto de dispositivos textuales modernos, informatizados o no, de la poesía animada a los generadores
automáticos de textos. Aarseth propone el término texton para la unidad textual de base definida dentro de una
perspectiva topológica, y scripton a la secuencia no interrumpida de uno o varios textones tal y como son
proyectados por el texto o reunidos por el lector. 7
El hipertexto es una de las figuras de esa nueva textualidad. Se caracteriza por su no-linearidad y por su potencial
discontinuidad. Estas dos nociones no han de confundirse. La no linearidad ha de definirse desde el punto de vista
del dispositivo y no del discurso. porque la no-linearidad no significa obligatoriamente la discontinuidad textual. En
ciertas ficciones arborescentes, por ejemplo, la continuidad de la historia está asegurada a pesar de su linearidad
material. Esto supone que las ramificaciones candidatas a la sucesión narrativa sigan caminos diferentes y que para
recorrer el árbol haya un principio común y uno o varios finales situados en las terminaciones del árbol, en las
hojas. Quizá sería mejor, desde este punto de vista, hablar de textos multilineares. La lectura no descubre más que
una de las múltiples posibilidades del recorrido.
La noción de discontinuidad ha de precisarse de la misma forma. Existe una literatura de la discontinuidad que
insiste en las limitaciones de la retórica narrativa o argumentativa. Esta literatura fragmentaria no constituye un
género menor, sino que cuenta con obras muy notables. De Nietzsche a Wittgenstein o Roland Barthes, es la señal
de una escritura que busca restituir el surgimiento del pensamiento, oponerse al tratado, al espíritu del sistema, a la
plenitud, a los tiempos muertos de las transiciones. En forma de montaje discontinuo, encuentra su cohesión no en
la linearidad de un desarrollo, sino en la red subterránea (y musical) de los ecos a distancia entre temas vueltos a
retomar y a variar. 8. Esta estructura deconstruída es la que el hipertexto le propone al lector que organice según
su propio gusto, según su vagabundeo. Porque los fragmentos de un hipertexto no son electrones libres, sino que
pertenecen a configuraciones potenciales, algunas de las cuales han sido calculadas por el autor, mientras que otras
nacen del gesto del lector activando los enlaces que se le ofrecen. Entre el orden y el desorden, el hipertexto se le
ofrece al lector para ser descifrado como una figura cambiante de una inteligibilidad potencial, como un espacio
semántico a construir.
Los Pensamientos de Pascal suelen darse como ejemplo típico de pensamiento no linear, como una premonición
del hipertexto en el campo filosófico. Pero si pascal nos los ha transmitido en esa forma (fragmentos de papel
desordenados) es porque no ha tenido tiempo de incorporarlos a un discurso linear. En el siglo XVIII, el
pensamiento filosófico es inseparable de su organización jerárquica y por tanto linear. Dentro de la tradición
filosófica occidental, el pensamiento fragmentado es el signo de la modernidad: puesta en crisis de las formas
tradicionales de discurso, incertidumbre e inquietud acerca del destino humano, posición estética. No hay que
confundir este tipo de deconstrucción, de la que se considera a Derrida como la figura más destacada, con la
creencia bastante extendida después de Vannevar Bush de que nuestro modo de pensar más natural es el
analógico. En As we May Think, Bush imagina el hipertexto del futuro como un dispositivo material para unir
documentos que se le presentan simultanea o sucesivamente a la mente de un científico en la fase preliminar de su
investigación, de tal manera que pueda después (él mismo u otros) consultarlos en el mismo orden. Esta búsqueda
de información y su puesta en relación analógica puede aportar una valiosa ayuda al investigador, pero no es
equivalente al pensamiento. Porque el ejercicio del pensamiento exige que pasemos de la información a la
argumentación, y por eso la mera recopilación de información, por iluminador que esto pueda ser, no basta para
construir un razonamiento.
El hipertexto y la facultad de razonar
El hipertexto no podría pues reproducir las categorías habituales de la lógica o el discurso si no quiere perder su
especificidad de objeto que se construye a través de un recorrido lector. Bastará con dos ejemplos para ilustrar mi
idea.
En su aproximación al hipertexto, Marc Nanard 9 retoma el concepto de Mark Berstein sobre "jardinería de
informaciones" (gardening). Sostiene que un sistema hipertextual orientado a objetos puede proporcionarle al
usuario una ayuda para comprender nuevos conocimientos a través de su representación en gráficos que hacen
explícitas las relaciones entre las diferentes informaciones. En base a este concepto de representación de enlaces y
nodos, sus sistema MacWeb ofrece una herramienta útil de representación del conocimiento en un campo. Pero no
se puede recorrer y no provoca por tanto ninguna forma de discursividad. Al estar orientado a la representación
gráfica de las relaciones lógicas entre los objetos de la base, este sistema es al hipertexto lo que la tabla de
contenidos o el índice le es al libro (quizá de forma mucho más rica): una forma de paratexto, una herramienta para
visualizar una estructura.
Desde una perspectiva completamente diferente, los investigadores del Instituto GMD-IPSI de Darmstadt han
desarrollado el sistema SEPIA 10, que se basa en parte en las estructuras argumentativas de Toulmin. Pero esta
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tentativa de traducir el discurso argumentativo en tipos de enlaces y nodos no produce más que la visualización
gráfica de un argumento. Como herramienta de ayuda a la decisión, ofrece la ventaja de limitar cualquier toma de
posición, de proporcionar sus argumentos y de ofrecer sus pruebas por adelantado. Pero no ofrece nada más, desde
un punto de vista hipertextual, que lo que ofrece MacWeb a una base de datos orientada a objetos: la visualización
de una estructura. Recurrir a los esquemas de Toulmin para organizar una argumentación o una discusión tiene una
relación ambigua con el hipertexto. Y es que esta forma de cartografiar el pensamiento no es útil más que como un
conjunto que pueda verse de una vez, y que incluya todos los aspectos del argumento. Si en un hipertexto cada
elemento de la argumentación se le atribuye a un fragmento, la visión de conjunto desaparece, y con ella la utilidad
del esquema.
Para David Kolb 11, que discute el interés del punto de vista del discurso filosófico, la utilización hipertextual de los
esquemas de Toulmin permiten sólamente ofrecer una representación a distintos niveles de profundidad y poder así
mostrar gráficamente una argumentación compleja y/o articulada de forma recursiva.
En realidad parece que el interés del hipertexto no se encuentra ni en el pensamiento analógico ni en el lógico-
deductivo. Su dominio favorito es más bien algo intermedio, en ese espacio que comparten el discurso de las
humanidades y el de la literatura. Roger Laufer lo decía ya:
El texto, sea el que sea su grado de organización intelectual, se mantiene unido por el mero hecho de
ser linear (...) el texto linear reemplaza la verdadera coherencia intelectual por la sucesión. La dificultad
del hipertexto es que ya no podemos contar con la linearidad, que sujeta la razón. 12
¿Cuáles son las operaciones intelectuales y discursivas que favorece el hipertexto? Sería arriesgado pretender hacer
aquí una lista exhaustiva. Dejaré a un lado las facilidades bien conocidas que el hipertexto ofrece para la edición
crítica de un texto, como el estatus de las notas, variantes, comentarios, etc. 13 para concentrarme en lo que David
Kolb llama "acciones textuales y estructuras asociadas". El autor de Socrates in the Labyrinth distingue tres
categorías: las que requieren dos unidades textuales, las que requieren tres o más, y las otras, más complejas.
Dentro de la primera categoría cita, por ejemplo:
proposición, contra-proposición
generalización, contra-ejemplo
pregunta, respuesta
pregunta, reformulación de la pregunta
afirmación, prueba
duda, refuerzo
texto, variación
texto, mala lectura
relectura de un texto en un contexto nuevo
texto, meta-comentarios, etc.
en la segunda:
juicio acerca de los dos términos de una alternativa
comparación entre dos o más elementos
de la refutación de una objeción a una afirmación, etc.;
en la tercera:
un texto parodia a otro, con una intención determinada, en un contexto determinado
un argumento muestra cómo un concepto presupone otro, de una cierta manera, con una cierta intención,
dentro de un contexto determinado
dos conceptos se presentan por separado como independientes y después se muestran como
interdependientes formando parte de un conjunto mayor, etc.
Las construcciones hipertextuales y sus modos de organización pueden, ya lo vemos, ser muy diversas según la
epistemología del dominio de conocimiento en el que se inscriban. Pero en todos los casos, la especificidad del
hipertexto está en la ausencia de un orden jerárquico fijo que estructure el dominio previamente a su lectura y en la
invención de nuevas formas discursivas. Como decía Jay Bolter para la literatura:
Nuestra tarea como escritores del nuevo medio es precisamente descubrir nuevas figuras eficaces 14
Las figuras del discurso hipertextual
El hipertexto nos obliga a descubrir formas de llevar a la práctica interacciones complejas entre fragmentos, que
van más allá de la simple implicación o de la relación enunciado-comentario. La nueva escritura hipertextual deberá
sin duda tratar los puntos de vista y las estructuras conceptuales como paisajes para ser explorados más que como
posiciones para ser defendidas o atacadas. Deberá potenciar la fluidez y la reutilización más que los fundamentos y
las posiciones definitivas. Deberá ofrecer caminos que le lleven al lector a visitar varias veces un mismo fragmento.
Hemos de inventar o reinventar una nueva retórica. Entre las figuras de la retórica clásica, hay tres a las que el
hipertexto reviste de un sentido particular: la sinécdoque, el asíndeton y la metáfora.
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Sinécdoque
"Figura que opera dentro de un conjunto superior, nombrando a uno de los términos de una relación de inclusión
para referirse al otro" 15. En otras palabras, se trata de tomar la parte por el todo o viceversa. En el caso del
hipertexto nos encontramos con una sinécdoque que podemos llamar creciente, en la que la parte (el fragmento, el
recorrido) se toma por el todo (el hipertexto en su totalidad). Es evidentemente la situación en la que se encuentra
el lector, pero también podría ser la situación en la que se encuentra el autor. Porque lo que caracteriza al
hipertexto es la preeminencia de lo local sobre lo global. Es cierto que la mayor parte de sistemas hipertextuales
ofrecen una vista global de su estructura, pero esa vista no es la del texto, sino que pertenece más bien, como ya
he dicho más arriba, al nivel del paratexto. Para el lector, el hipertexto será siempre aquella parte que ha leído, es
decir una parte de un conjunto extraída según su recorrido de lectura, la actualización parcial de un hipertexto
virtual que nunca conocerá en su totalidad. Esta sustitución de la parte por el todo vale también en menor medida
para el autor. Ya puede ser el autor amo de su creación, que le será imposible prever la lectura parcial y particular
que hará cada lector. La explosión combinatoria de los recorridos potenciales le convierten en lector mutilado de su
propia obra. En el hipertexto, la sinécdoque es una figura dinámica: a partir de un fragmento el lector intenta
imaginar el todo, pero cada nuevo fragmento o cada nuevo recorrido le obligan a reconfigurar su visión de conjunto
de una totalidad que jamás se manifestará como tal.
Asíndeton
"Figura gramatical que consiste en la supresión de los términos de conexión entre dos proposiciones, para que su
relación lógica se le imponga con más autoridad al lector."16. El asíndeton nos lleva al corazón de la problemática
hipertextual. La deconstrucción del discurso que provoca el hipertexto tiene como primera consecuencia una
disgregación de la palabra, que se desembaraza así de palabras de conexión (conjunciones, adverbios, etc.) y de las
figuras oratorias que encadenan las partes del discurso tradicional. Cada fragmento del hipertexto "flota" en la
página-pantalla de la máquina. Su pertenencia a diversos recorridos potenciales le prohíbe todo vínculo discursivo
con los demás fragmentos. Desde un punto de vista estrictamente textual, nada le permite al lector anticipar el
contenido del fragmento siguiente. Los autores de ficción hipertextual hacen del asíndeton la clave de un nuevo
modo narrativo que funda su estética sobre la ruptura, la sorpresa, la desorientación. En el hipertexto informativo,
explicativo o argumentativo, el asíndeton es peor recibido por el lector, que necesita que le proporcionemos una
justificación intelectual para los saltos del pensamiento y detesta pasar de la velocidad al tocino. El remedio para
este conflicto está en la caracterización de los enlaces, que sin sustituir las conexiones del discurso, le permite al
lector anticipar, no el contenido del próximo nodo, pero al menos su naturaleza. A falta de legibilidad, le ofrece,
como la vista gráfica pero acerca de un plan intelectual, una cierta visibilidad que le permite al lector hacer
elecciones motivadas acerca de sus recorridos.
Metáfora
"La metáfora es el tropo que sin recurrir a ningún signo comparativo explícito enfrenta a un objeto (el "comparado")
con otro (el "comparante") (...) La metáfora pretende llamar la atención sobre los elementos comunes al comparado
y al comparante, profundizando en la realidad espiritual a través de las afinidades múltiples, y descubriendo
resonancias de valor estético, intelectual y moral" 17.
Dentro del dominio del pensamiento, la metáfora es a menudo lo que nos permite crear nuevos conceptos, tomar
prestadas de la lengua que hablamos las palabras que permitirán el advenimiento de la lengua que hablaremos y
que todavía no hemos podido hablar. Aplicado al hipertexto, el concepto de metáfora permite evidenciar que un
determinado fragmento se presta a varias lecturas en función de los recorridos en los que se inscribe. Esa es una de
las características básicas del hipertexto en comparación con el texto. En este último, el discurso está fijo en su
orden impreso. Tal palabra en tal página, tal pasaje en tal capítulo..., se sitúan siempre en un contexto que los
determina y que no puede cambiar. Es cierto que toda lectura trae a la mente el texto ya leído para interpretar el
que estamos leyendo en relación con él, y desde este punto de vista, cada palabra está metafóricamente cargada
del peso del sentido que ha podido tomar en otros contextos del mismo libro, de la misma obra, o de todas las
obras previamente leídas. La lectura de lo impreso no es tan linear como parece hacer creer el orden del papel. Pero
a la polisemia inherente a la lengua, el hipertexto le añade otra, que es consustancial a su estructura. Cada
fragmento está en un cruce de caminos que hacen uso de él y le aportan diversas facetas. Quizá sea esa la clave del
pensamiento hipertextual del futuro: un pensamiento en constante devenir, un pensamiento potencial, variable y
cambiante, la progresiva formación de la memoria a través de un recorrido laberíntico.
Espacio de escritura
Esta escritura hipertextual ya existía en germen en las obras de bastantes escritores. El soporte informático no hace
más que ofrecerle un nuevo espacio de expansión. Los "genetistas" del texto nos han enseñado que la escritura
impresa y sus características (unicidad, linearidad, fijación, finitud, etc.) no són más que la parte exterior de un
proceso intelectual de creación mucho más complejo. Apoyándose en los trabajos de los especialistas en Stendhal,
J.-L. Lebrave 18 muestra cómo este último anticipaba los dispositivos hipertextuales en sus prácticas intelectuales.
He aquí tres ejemplos:
1. Para paliar los fallos de su memoria, Stendhal tenía la costumbre de anotar sus ideas en los márgenes de los
libros, en escritura a veces cifrada o icónica, que le servía además de "ancla" mnemotécnica.
2. Unía fragmentos de obras diversas, aboliendo los límites normales del libro.
3. Unía ejemplares de sus propias obras con páginas en blanco intercaladas para permitir a sus lectores
privilegiados (los happy few), y a sí mismo, anotar sus comentarios. Como señala J.-L. Lebrave: "La escritura
aquí es más que un simple soporte de almacenamiento que extiende la memoria externamente, es a la vez la
huella sobre un soporte y el proceso que produce dicha huella. "
Algo más cercano a nosotros, el trabajo acerca de la memoria de un escritor como Jacques Roubaud desarrolla las
premisas de una escritura hipertextual:
Al avanzar en la prosa me encuentro casi a cada paso la imposibilidad de mantenerla en una línea única,
de dirigirla hacia un único sentido. (...) necesito explicar, pararme para traer al hilo de la narración la
luz de una aclaración indispensable. (...) Es más (y es algo que está en el corazón de toda historia): no
hay ninguna razón para que al abrir un paréntesis y haberme ocupado de ese paréntesis abierto, no me
encuentre de nuevo con la necesidad de otro paréntesis interno, que en relación con el primero muestra
la misma contradicción entre una obligación de claridad y la incomodidad de una ruptura, que el primer
paréntesis había creado dentro del desarrollo del discurso principal; y así continuamente (en teoría
hasta el infinito). El discurso puede necesitar ser interrumpido momentáneamente por una razón
http://www.avizora.com/publicaciones/epistemologia/textos/texto_al_hipertexto_0010... 15/10/2010
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diferente, quizá más fundamental aún, en el camino por el bosque de la prosa. 19. Y llegamos, como un
caballero del rey Arturo, a un claro en el bosque. Dos nuevos caminos se nos ofrecen entre los árboles,
o tres, o más. ¿Cómo elegir? La naturaleza misma de lo que cuento, igual que su veracidad, anterior a
toda intención de contar ("así ha sido", "así es", "se lo he dicho, así fue"), y, aún más la naturaleza
misma de la operación de contar hacen inevitables estos caminos divergentes, estas ramificaciones
múltiples en el mapa, estos lugares de duda donde ninguna voz es "la correcta". 20.
Esto que nos adelanta aquí Jacques Roubaud, es su posición de autor-lector. El escritor avanza en su propia prosa,
va marcando caminos, recorriéndola como si fuera un bosque o un misterio que ha de ser descifrado. Su escritura
es una lectura de un espacio anterior al texto. O esa lectura que se querría plural ha de plegarse a la linearidad
inherente a todo discurso para convertirse en escritura. A falta de poder recurrir a un sistema informático
hipertextual como el que parece pedir, Roubaud recurre con una cierta insatisfacción a las dos formas clásicas
susceptibles de romper con la continuidad, que son la bifurcación y el inciso.
Los dos ejemplos de Stendhal y de Roubaud, tomados entre tantos otros posibles, muestran cómo el hipertexto
puede estar virtualmente presente en un proyecto de escritor, cuando este busca la abolición de las fronteras entre
la lectura y la escritura. Sin embargo, en la medida en que toda obra busca una forma, el autor no sabría prescindir
de una estructura aclarativa, de una visión profunda de la obra, un dispositivo general donde poder encontrarse a sí
mismo. En el laberinto hipertextual necesita un hilo de Ariadna o un mapa. Ese mapa Roubaud lo imagina mural, en
forma de tiras de papel que serían las ramas de su discurso y estarían unidas por hilos de colores: Habría hilos de
colores diferentes para indicar una cierta clasificación de las inserciones, su repartición en especies, según su
naturaleza, su tonalidad afectiva, narrativa, formal." 21. El proyecto de Roubaud es pues ofrecerle al lector una
herramienta de navegación fundada en la descripción de los enlaces. Este ejemplo es bastante raro en la literatura
clásica, ya que si bien cada autor tiene sus fórmulas, sus planes, sus listas, sus esquemas de preparación,
normalmente suele evitar mostrarle al lector lo que considera su trastienda.
Una enunciación pionera
El texto clásico, independientemente de su pertenencia al campo de la literatura, la filosofía o las ciencias sociales,
es un texto que borra toda huella del dispositivo del que ha surgido. Si hace referencia a otros textos es para
asegurar mejor sus propios cimientos, su construcción, su coherencia. El texto clásico se ofrece a la lectura como
una arquitectura o como el plan de una ciudad, transforma la complejidad de la realidad en algo legible, asegura el
orden frente al desorden. Como si fuera una base de datos, clasifica, jerarquiza y organiza los elementos que le
componen. Es independiente del uso que hagamos de él. Pasar del texto al hipertexto es como quitar descubir los
cimientos de la ciudad, abandonar la visión panóptica para pasar a la zona donde cesa la visibilidad, pasar de una
visión panorámica al campo reducido de una visión ambulante: La marcha afirma, sospecha, adivina, transgrede,
etc., las trayectorias que "habla". Todas las modalidades participan, cambiantes paso a paso, y repartidas en
proporciones y sucesiones, con intensidades variables según los momentos, los recorridos, los caminantes.
Diversidad indefinida de operaciones enunciadoras. 22
Esta propuesta de Michel de Certeau, que busca oponer la ciudad como lugar al espacio urbano como recorrido,
caracteriza a mi juicio el desarrollo intelectual del hipertexto. Parafraseando a Certeau, podríamos decir que el
recorrido supone para el hipertexto "lo que la enunciación es para la lengua o para los enunciados proferidos. Al
nivel más elemental hay una triple función "enunciativa": se trata de un proceso de apropiación del sistema
topográfico por parte del usuario (igual que el hablante se apropia de la lengua y la asume); es una realización
espacial de un lugar (del mismo modo que el acto de habla es una realización sonora de la lengua); en fin, implica
relaciones entre dos posiciones diferenciadas, es decir "contratos pragmáticos en forma de movimientos (igual que
la enunciación verbal es "alocución"), "enfrenta al otro" con el hablante y trae a colación los contratos entre los
participantes en el acto comunicativo" 23. Los dispositivos materiales en los que se encarna cuentan casi siempre
con herramientas de visualización en forma de plano, de gráfico, de red, cuyo fin es favorecer la legibilidad. Pero lo
que leemos mediante ellas no es el hipertexto. No es más que su representación simbólica. Porque el hipertexto no
es algo que se pueda leer, sino que hay que escribirlo. El sentido no está fijado de una vez por todas. Si hay que
encontrar una información, las bases de datos lo harán. Si hay que seguir una argumentación, el orden de los
razonamientos induce a la linearidad. La especificidad del hipertexto es que introduce una forma de enunciación
pionera. Podemos recorrerla utilizando un plano, seguir las indicaciones de las calles. Pero en cada cruce, es el
peatón quien decide qué dirección seguirá, dando un rodeo o tomando un atajo. Y lo que le induce a girar a
izquierda o derecha es la alquimia que se establece entre los humores del paseante y los ambientes de la ciudad.
Recorrer un hipertexto es ir a la deriva.
Bibliografía:
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"Hypertexte et édition critique: l'exemple des romans de Céline", in Texte no 13/14, "Texte et informatique",
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Clément Jean
"Fiction interactive et modernité" in Littérature, no 96, "Informatique et littérature", décembre 1994.
Genette Gérard
Palimpsestes, la littérature au second degré, Seuil, Paris ,1982.
Kolb David
http://www.avizora.com/publicaciones/epistemologia/textos/texto_al_hipertexto_0010... 15/10/2010
6. Del texto al hipertexto: hacia una epistemología del discurso hipertextual - Jean Clé... Página 6 de 7
Socrates in the Labyrinth: Hypertext, Argument, Philosophy , Eastgate Systems, Watertown, 1994.
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Les testaments trahis, Gallimard 1993.
Laufer Roger
"L'écriture hypertextuelle, pratique et théorie. À partir d'une recherche sur Rigodon de Céline", in Littérature,
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Saporta Marc
Composition no 1, Seuil, 1962.
Schuler Wolfgang & Smith J.
"Author's Argumentation Assistant (AAA); A hypertext-based authoring tool for argumentative texts", in Risk
A., Streitz N., André J. (eds) Hypertext: Concepts, Systems and Applications. Proceedings of the
European Conference on Hypertext, INRIA, France, November 1990, Cambridge university Press,
Cambridge, 1990.
Notas
1. [Nelson 1992]
2. Uno de ellos, Gérad Genette, ha llegado a proponer en 1982 una distinción dentro de la transtextualidad, un
subconjunto particular para el que usa el término hipertexto, que sería "tout texte dérivé d'un texte antérieur
par transformation simple […] ou par transformation indirecte." [Genette 1982]
3. [Bush 1945]
4. [Nelson 1992]
5. Por eso precisamente no se ha hecho nunca. [Balpe 1994]
6. Este es el caso, por ejemplo, de Marc Saporta en Composition nº1, que se presenta como un libro de hojas
sueltas no numeradas que el lector puede recorrer en cualquier orden. [Saporta 1962].
7. Para una discusión más detallada de las propuestas de Aarseth, véase "Fiction interactive et modernité" in
Littérature n°ree;96, déc. 1994, Larousse.
8. Milan Kundera le hace un bello elogio en Les testaments trahis [Kundera 1993]
9. [Nanard 1994]
10. [Schuler 1990]
11. [Kolb 1994]
12. [Laufer 1991]
13. [Laufer 1994; Clément 1994]
14. [Bolter 1991]
15. [Morier 19981]
16. Ibid.
17. Ibid
18. [Lebrave 1994]
19. Dentro de otro género, Martin Heidegger escogió el término de Holzweg (que en alemán se refiere a un
camino abierto en el bosque para la explotación maderera) como título de una de sus obras, traducido al
francés como Chemins qui ne mènent nulle part.
20. [Roubaud 1989, 33]
21. [Roubaud 1989, 40.
http://www.avizora.com/publicaciones/epistemologia/textos/texto_al_hipertexto_0010... 15/10/2010