La LOE de 1967 separó los cargos de presidente del gobierno y jefe de estado. Franco designó a Juan Carlos como sucesor en 1969 para garantizar la continuidad del franquismo tras su muerte. En los años siguientes surgieron los aperturistas, que querían una liberalización económica y política limitada, y los tecnócratas e inmovilistas, que se oponían a estos cambios. Franco finalmente apoyó a los tecnócratas y el gobierno se volvió más restrictivo. Tras la muerte de Franco en 1975, Juan Carlos