El documento discute cómo las compañías farmacéuticas pueden expandir el valor de sus productos más allá de las píldoras al incluir proyectos que mejoren los resultados de salud de los medicamentos, lo que podría permitirles priorizar alternativas ante los pagadores. Propone que los acuerdos podrían ampliar el concepto de producto con el pagador para incluir proyectos de servicios que aumenten la salud de los pacientes.