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La represión no es el camino en Venezuela
04/04/2014 Transmitimos el comunicado realizado por la Conferencia Episcopal de Venezuela, ante la
grave situación de violencia y represión que está sufriendo el país, que se suma al "desabastecimiento, la
carestía de la vida, la inseguridad.."
Hacen una llamada a la responsabilidad de todos en cuanto a conseguir la paz y el destino democrático
del país
.
Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela Caracas, 02 de abril de
2014 1. La crisis que desde el pasado 12 de Febrero vive Venezuela es sumamente grave tanto por su
magnitud, ya que abarca dimensiones diversas de la vida nacional, como por su duración, violencia y
nefastas consecuencias para nuestro presente y nuestro futuro. Por tal motivo, los Obispos de la
Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana queremos dirigirnos de nuevo a todos los
venezolanos, cualquiera sea su simpatía política. 2. Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión
del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado “Plan de la Patria”, detrás del
cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil
democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la
falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la
producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda
clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de “pacificación” o
apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física.
3. Los estudiantes y otros manifestantes
pacíficos, ejercen su legítimo derecho, previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto. Las
manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han dejado muertos, heridos y
destrozos en instituciones y propiedades. Es difícil señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que
muchas acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o
desacreditar las protestas y provocar su condena. El empleo de barricadas y el ataque hacia personas e
instituciones, así como la quema de vehículos particulares y de servicio público, crean una situación que
no se debe aceptar ni aplaudir. 4. Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los
grupos civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados, demuestra que
no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente. En muchos
casos han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la
actuación de éstas ha quedado seriamente cuestionada. 5. Lamentamos los asesinatos de civiles y de
Guardias Nacionales ocurridos en las manifestaciones. Queremos recordar que el valor de la vida es
absoluto y Dios lo protege con el quinto mandamiento. De igual modo rechazamos la criminalización de
la protesta ciudadana y la negación práctica de los derechos humanos en el trato a los manifestantes.
Denunciamos la abusiva y desmedida represión contra ellos, las torturas de que han sido objeto muchas
de las personas detenidas y la persecución judicial a los Alcaldes y Diputados contrarios al oficialismo. 6.
La restricción de la información tanto en la prensa como en los medios radioeléctricos atenta contra el
derecho del pueblo a estar bien informado y también contra la posibilidad de que se conozca la verdad de
los hechos y se sancione a los culpables. Sin determinar la verdad será imposible lograr la paz. Una
“Comisión de la Verdad” que sea plural y que genere confianza en los ciudadanos, puede ser una gran
ayuda. 7. El desabastecimiento, la carestía de la vida, la inseguridad y las restricciones en la venta de
gasolina, más notables en el interior del país y en las zonas fronterizas, se traduce en angustia y malestar
creciente de la población. A esto se añade que no pocas personas inescrupulosas, amparados en la crisis
que atraviesa la nación, se han dedicado a especular con los bienes y servicios, que han subido a precios
exorbitantes. Si no se toman los necesarios correctivos a estas situaciones, ellas serán una chispa que
seguirá encendiendo la violencia. 8. El Gobierno se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza. La
represión no es el camino. Con ella no ha podido evitar las manifestaciones de protesta ni dar respuesta al
descontento y la rebeldía de la gente. La salida de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con
todos los sectores del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos,
evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria rectificación. Consideramos oportuna y de gran
valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El pueblo
venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia.
9. Hacemos un llamado a todos los venezolanos, especialmente a los dirigentes del Gobierno y de la
oposición, a considerar la extrema gravedad del momento presente, y a evitar que el país se siga
desangrando y se derrumbe por la violencia. Más aún, los exhortamos al dialogo y a poner todo su
esfuerzo por construir nuevas relaciones basadas en el mutuo reconocimiento, la reconciliación y la
búsqueda de la normalización de la situación nacional. 10. La fe cristiana bien entendida nos exige a
todos los creyentes responsabilizarnos del destino del país, no permanecer indiferentes sino más bien
involucrarnos en la defensa de la vida, de los derechos humanos, de la libertad y la democracia. Nadie que
viva en Venezuela debe decir que no le interesa o preocupa la violencia y las muertes que están
aconteciendo en ciudades y pueblos. Todos, sin excepción, somos responsables de la libertad, la paz y el
destino democrático de nuestra Patria. 11. Inspirados en la Palabra de Dios, todos los creyentes en Cristo
tenemos que asumir decididamente el servicio de la reconciliación. Aprovechando la Cuaresma y la
próxima Semana Santa, los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en acciones pastorales y los
Obispos contribuiremos a edificar la paz desde la verdad y la caridad, pues a la Iglesia le corresponde ser
el ámbito de la comunión donde todos podremos encontrarnos asumiendo razonablemente nuestras
diferencias. Como enseña San Pablo, nos toca derribar todo muro de división. Cristo es nuestra paz (Ef
2,14). 12. Nos solidarizamos con la población de las ciudades que más han sufrido la violencia y los
efectos de la militarización. Particularmente con los habitantes de San Cristóbal. Invitamos a todos los
católicos a ofrecer a Dios el AYUNO del próximo VIERNES SANTO EN SOLIDARIDAD con todas las
familias que lloran a sus seres queridos, pidiendo para ellas consuelo, esperanza y fortaleza espiritual. 13.
Invitamos a todos los ciudadanos, independientemente de su simpatía política, a unirnos como
venezolanos, a superar el odio y la violencia, a evitar falsos rumores e informaciones que producen
zozobra en la población y a comprometernos con Dios a resolver nuestros conflictos de manera pacífica.
Ponemos estas intenciones en las manos amorosas de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de
Venezuela. + Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas - Presidente de Honor de la CEV
+ Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo de Cumaná - Presidente de la CEV
+ José Luis Azuaje Ayala, Obispo de Barinas - 1° Vicepresidente de la CEV
+ Mario Moronta Rodríguez, Obispo de San Cristóbal - 2° Vicepresidente de la CEV
+ Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas - Secretario General de la CEVLo llaman
“trabajo infantil” pero es esclavitud infantil 04/04/2014 Todo niño condenado a formar parte de un
trabajo del que depende poder satisfacer sus necesidades más básicas y las de su familia, está condenado a
trabajos forzados. Y eso está aún más claro si sus padres carecen de un empleo, o el que tienen no les
proporciona un salario digno para sacar adelanta a su familia.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, supuesto adalid del “socialismo del siglo
XXI”, ha pasado a la actualidad informativa por declararse parcialmente
partidario del “trabajo infantil”. El debate, que no es nuevo, está servido:
asociaciones de “niños trabajadores” le reclaman unas “justas” condiciones
para un trabajo que “siempre ha existido” y que consideran necesario para
colaborar a acabar con la miseria en la que viven sus familias. Además, añade
el presidente, el trabajo contribuye a formar su “conciencia social”. Siempre ha
existido una corriente que frente al “abolicionismo” y la erradicación total de la
explotación infantil ha propugnado la “regulación”. La confusión nace desde el
mismo momento en que hemos aceptado hablar de “trabajo infantil” en lugar de
hablar de lo que realmente es: explotación y esclavitud infantil. En Bolivia lo
que en realidad hay son más de 850.000 niños entre 5 y 14 años que están
explotados. La confusión la han introducido los propios organismos
internacionales, con la OIT al frente de ellos, que no para de hablar de “trabajo
infantil” y de “las peores formas de trabajo infantil”. La confusión tiene que ver
con esa visión burocrática y materialista que rezuma todo el discurso de unos
organismos que siempre han servido para lavar la cara del criminal y
despiadado imperialismo del Capital que está en el trasfondo de sus
decisiones. Evo Morales no ha hecho sino poner de manifiesto esta
contradicción. Y es que el “trabajo” en sí mismo no es reprobable. Siempre
hemos defendido que los niños “trabajen” en lo que tienen que trabajar:
jugando y formándose. Pero todo niño condenado a formar parte de un trabajo
del que depende poder satisfacer sus necesidades más básicas y las de su
familia, está condenado a trabajos forzados. Y eso está aún más claro si sus
padres carecen de un empleo, o el que tienen no les proporciona un salario
digno para sacar adelante a su familia. Este viene a ser el caso de más del
60% de los trabajadores adultos en el mundo. Y el del 70% de los empleos
adultos en Bolivia. Y mientras se produzca esta situación, la existencia de los
niños en el mundo laboral será una canallada y un crimen inmoral que no hace
sino perpetuar un sistema económico canalla y criminal.
Editorial de la revista Autogestión
África y Europa
Editado por
José Mª Castillo
Con frecuencia oímos decir que los inmigrantes negros, procedentes de África que intentan entrar en
Europa, se vienen en cayucos y pateras o intentan saltar las vallas de Ceuta y Melilla porque las mafias
sin escrúpulos los engañan y les prometen un bienestar imposible. O sea, los responsables de tanto
sufrimiento, tantas desgracias y tantas muertes son la codicia de los mafiosos y el deseo de pasarlo bien
que tienen los negros que no se resignan a seguir viviendo en sus países de origen. ¿Es esto realmente así?
Quienes conocen de verdad la historia económica y política del mundo saben muy bien que Europa ha
sido el continente más codicioso y hasta más ladrón que ha existido en la historia. No porque los
europeos seamos más inmorales que los demás habitantes del planeta tierra, sino sencillamente porque
hemos tenido medios para robar y matar que otros no han tenido. Sin ir demasiado lejos, el 8 de Enero de
1454, el papa Nicolás V firmó la bula “Romanus Pontifex” mediante la que le concedía al rey de Portugal
el derecho de “invadir, conquistar y someter a perpetua esclavitud” a todos los habitantes de África.
Lo más grave de este asunto es que, no sólo la corona de Portugal, sino los demás imperios coloniales de
Europa se sintieron con el derecho de hacerse los dueños del continente. Como unos años más tarde, a
partir de Alejandro VI (4.V.1493), la corona de España se sintió legitimada para invadir todo lo que quiso
en América y traerse de allí el oro, la plata y todo lo valioso que encontró. Luego vino - por aludir a otro
capítulo importante de este penosa historia - el asombroso negocio de los esclavos. Esta atroz historia es
bien conocida. Las “piezas de Indias”, como se les llamaba a los esclavos transportados de África a
América por tiranos europeos, eran medidos, pesados y embarcados en Luanda. Los que sobrevivían a la
travesía del océano se convertían en “las manos y los pies” de sus amos. Por lo general, los negros morían
rápidamente, sólo en casos excepcionales llegaban a soportar siete años continuos de trabajo. Eso sí, antes
de cruzar el Atlántico todos eran bautizados. Y en Brasil tenían la obligación de asistir a misa. Religión,
dinero y poder fueron los tres grandes aliados de la humillación, el sufrimiento y la muerte. Que en
esta macabra historia hubo santos y héroes incontables, nadie lo duda. Pero hubo seguramente más
criminales. Un negocio que duró desde el s. XVI hasta el s. XIX. Y para rematar la faena, me voy a referir
a algo de lo que está pasando ahora. Como es bien sabido, la región de los Grandes Lagos de África, que
comprende la República Democrática del Congo, Uganda, Ruanda y Burundi, es la zona que posee
una de las riquezas en minerales más importantes del mundo, por su cantidad, su variedad y su calidad. El
famoso coltan (mineral de tántalo y niobio), oro, plata, cobre, zinc, galio, germanio, cerio, lantano, estaño,
níquel, diamante, cobalto, uranio, manganeso, tungasteno, etc. Baste pensar, por un momento, en el
coltan, que se extrae en notable cantidad y calidad en Ruanda y en el noroeste del Congo. Este mineral ha
sustituido al aluminio y ha hecho posible la fabricación de pequeños condensadores eléctricos con los
que, hasta ahora, es cómo se pueden fabricar los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles, los juegos
electrónicos, todos estos artilugios cada vez más pequeños y más perfectos. Es evidente que África
aporta a Europa indeciblemente más de lo que Europa aporta a África. Y sin embargo, ahí están
Lampedusa, Melilla y Ceuta, como tres símbolos, ¿de qué? ¿del gran continente de los “derechos
humanos”?. ¿Y no se nos cae la cara de vergüenza? Es más, ¿tenemos incluso la desvergüenza de seguir
pensando y diciendo que África está como está por causa de la corrupción de las mafias y del atraso
responsable de sus habitantes? ¿No es todavía la hora de que Europa, si es que cree de verdad en los
“derechos humanos”, se ponga en serio a pensar que tales derechos no son un privilegio de ricos, sino el
proyecto que puede hacer que este mundo sea simplemente “humano”, y no el escándalo de la
“deshumanización” más repugnante y una auténtica selva cuya única ley es “la ley del más fuerte”?
El Papa en Santa Marta: el poder intenta
silenciar a los profetas, pero el Espíritu
no se puede enjaular
2014-04-04 Radio Vaticana (RV).- (audio)
“Cuando se anuncia el Evangelio podemos ser perseguidos”. Lo dijo el Papa Francisco en la misa de esta
mañana en la Casa de Santa Marta. El Papa reiteró que hoy en día hay más mártires que en los primeros
tiempos de la Iglesia, e instó a los fieles a no tener miedo a la incomprensión y a las persecuciones
El corazón de los malvados que se alejan de Dios que quiere apoderarse de la religión.
El Papa desarrolló su homilía, empezando por el pasaje del Libro de la Sabiduría, en la primera lectura. Y
observó que los enemigos de Jesús tienden trampas, traman "calumnias, le quitan la fama". Es "como si
prepararan un caldo para destruir al Justo". Y esto porque se opone a sus acciones, “reprocha los pecados
contra la ley", les echa en cara "la transgresión contra la educación recibida". A lo largo de la historia de
la salvación, observó el Santo Padre, "los profetas fueron perseguidos ", y el mismo Jesús lo dice a los
fariseos. Siempre "en la historia de la salvación, en el tiempo de Israel, incluso en la Iglesia -dijo- los
profetas fueron perseguidos". Perseguidos porque los profetas dicen: "¡Ustedes equivocaron el camino!
Vuelvan al camino de Dios". Y esto, observó, "para las personas que tienen el poder de aquel mal camino,
no le gusta”.
“El evangelio de hoy es claro, ¿no? Jesús se escondía, en estos últimos días, porque todavía no había
llegado su hora; pero Él sabía cual habría sido su fin, cómo sería su fin. Y Jesús es perseguido desde el
principio: recordemos cuando al inicio de su predicación regresa a su pueblo, va a la sinagoga y predica;
inmediatamente después de una gran admiración inicial, empiezan: ‘¿Pero éste, sabemos de dónde es?
¿Este es uno de los nuestros? ¿Pero con qué autoridad viene a enseñarnos? ¿Dónde estudió?'. ¡Lo
descalifican! Es el mismo discurso, ¿no? "¡Pero éste sabemos de dónde es! Cristo, en cambio, cuando
vendrá nadie sabrá de dónde es!'. Descalificar al Señor, descalificar al profeta para quitarle la autoridad!”
Lo descalifican, dijo Francisco, "porque Jesús salía y hacía salir de aquel ambiente religioso cerrado, de
aquella jaula". El profeta, reiteró el Papa, "lucha contra las personas que enjaulan el Espíritu Santo. ¡Y
por eso es perseguido: siempre!". Los profetas "siempre son perseguido o incomprendidos -afirmó el
Pontífice-, abandonados a un lado. ¡No les hacen lugar!". ¡Esta situación, no acabó con la muerte y
resurrección de Jesús, continúa en la Iglesia! “Hostigamiento desde fuera y persecución desde dentro".
Cuando leemos las vidas de los santos, dijo el Santo Padre Francisco: "cuántas incomprensiones, cuántas
persecuciones han sufrido los Santos", "porque eran profetas”.
“También tantos pensadores de la Iglesia fueron perseguidos. Pienso en uno, ahora, en este momento, no
lejos de nosotros, un hombre de buena voluntad, un profeta de verdad, que con sus libros reprochaba a la
Iglesia de alejarse del camino del Señor. Pronto fue llamado al orden, sus libros puestos en el índice, le
quitaron la cátedra y así para este hombre terminó su vida: no hace mucho de esto. ¡Pasó el tiempo y hoy
es beato! ¿Pero cómo es que ayer era un hereje y hoy es beato? Porque 'ayer los que tenían el poder
querían silenciarlo, ya que no les gustaba lo que decía. Hoy la Iglesia, que gracias a Dios sabe
arrepentirse, dice: 'No, este hombre es bueno!'. Es más, está en el camino de la santidad: es un beato".
“Todas las personas que el Espíritu Santo escoge para decir la verdad al pueblo de Dios -añadió el Santo
Padre - sufren persecución." Y Jesús "es el modelo, la imagen". El Señor tomó sobre Él "todas las
persecuciones de su pueblo". Y aún hoy, observó con amargura Francisco, "los cristianos son
perseguidos". "Me atrevo a decir -añadió- que tal vez haya tantos o más mártires ahora que en los
orígenes", "porque a esta sociedad mundana, a esta sociedad demasiado tranquila, que no quiere
problemas, le dicen la verdad, le anuncian a Jesucristo”:
“Pero existe la pena de muerte o el encarcelamiento por tener el Evangelio en casa, por enseñar el
catecismo, hoy en alguna parte! Me decía un católico de estos países en los que no se puede orar juntos.
¡Está prohibido! Sólo se puede rezar solos o escondidos. Pero ellos quieren celebrar la Eucaristía y ¿cómo
pueden hacerlo? Hacen una fiesta de cumpleaños, fingen celebrar el cumpleaños y allí celebran la
Eucaristía, antes de la fiesta. ¡Y esto ha sucedido! Cuando ven que llega la policía, rápidamente ocultan
todo y 'Felicidad, felicidad. ¡Feliz cumpleaños! 'Y prosigue con la fiesta. Luego, cuando se van, terminan
la Eucaristía. Así tienen que hacer, ya que está prohibido rezar juntos. ¡Hoy en día!
Y esta historia de persecución, remarca “el camino del Señor, es el camino de los que siguen al Señor.
"Pero, al final, termina siempre de nuevo, como el Señor: con una Resurrección, pero ¡pasando por la
Cruz!". Francisco dirigió su pensamiento al padre Matteo Ricci, evangelizador de China, que "no fue
comprendido, que no fue entendido. ¡Pero él obedeció como Jesús!” Siempre "¡habrán persecuciones,
incomprensiones! Pero Jesús es el Señor, y ese es el desafío y la Cruz de nuestra fe". Que el Señor,
concluyó el Papa, "nos dé la gracia para seguir su camino y, si ocurre, incluso con la cruz de la
persecución."
ER - RV
El Papa a los jóvenes: “Soy feliz, a pesar de los
problemas”
(©Reuters) Papa Francisco La singular entrevista en video: Francisco responde a cinco jóvenes de
Bélgica: “Yo también me he equivocado y me equivoco” ANDREA TORNIELLI
Ciudad del Vaticano La idea era que fuera un encuentro de 20 minutos, pero duró 45. Hace pocos días, el
Papa recibió a cinco jóvenes belgas (flamencos) y dialogó con ellos. El encuentro fue grabado y es
posible ver una síntesis en esta dirección.
La iniciativa comenzó gracias a un grupo de comunicación, “Verse Vis”, de la pastoral juvenil de
Flandes. Quince jóvenes trabajaron en ella y, gracias a monseñor Lucas Van Looy, arzobispo de Gante,
obtuvieron la entrevista con el Pontífice, que se llevó a cabo en la biblioteca del Palacio Apostólico el 31
de marzo. Los cinco jóvenes que participaron hicieron preguntas en inglés y Francisco respondió en
italiano. Es un documento que no tiene desperdicio, sobre todo por la espontaneidad del diálogo. Al
principio, Papa Bergoglio afirmó que siente como un deber responder a las inquietudes de los jóvenes.
Los jóvenes “tienen inquietudes, y yo siento como un deber servir a estos jóvenes, porque la inquietud es
como un signo. Siento que debo hacer un servicio a lo que es más precioso en este momento, que es la
inquietud de los jóvenes”, dijo el Papa respondiendo a la primera pregunta: “¿Por qué aceptó dialogar con
nosotros?”.
Hablando sobre los pobres, Francisco dijo: “Este es el alma del Evangelio, yo creo en Dios y en
Jesucristo; para mí, el alma del Evangelio son ls pobres. Hace dos meses escuché a una persona que dijo:
¡siempre hablando sobre los pobres; este Papa es un comunista! No, esta es una bandera del Evangelio, la
pobreza sin ideología: los pobres están en el centro del Evangelio de Jesús”.
“En este momento de la historia -continuó el Pontífice-, el hombre ha sido expulsado del centro, se ha
deslizado hacia la periferia, y en el centro, por lo menos en este momento, está el poder, está el dinero. En
este mundo, los jóvenes son expulsados. Son expulsados los niños (no queremos niños, solo familias
pequeñas), y son expulsados los ancianos: muchos de ellos mueren por una eutanasia oculta, porque la
gente no los cuida. Y ahora también son expulsados los jóvenes: en Italia, por ejemplo, el desempleo de
los 25 años en adelante es casi del 50 %. Hemos entrado en una cultura del deshecho, lo que no sirve a
esta globalización se deshecha: los ancianos, los niños y los jóvenes”. Pero el Papa, refiriéndose a su
experiencia en Buenos Aires, dijo que se había reunido y que había hablado “con muchos jóvenes
políticos”, de derecha y de izquierda, y que estaba “contento, porque hablan con una nueva música, un
nuevo estilo de política”.

Al responder a una pregunta sobre el futuro de la humanidad, Francisco dijo: “¿Dónde está Dios y dónde
está el hombre? Tú, hombre del siglo XXI, ¿en dónde estás? Y esto me hace pensar: ¿Dónde está Dios?
Cuando el hombre se encuentra a sí mismo, busca a Dios, tal vez no logra encontrarlo, pero sigue un
camino de honestidad al buscar la verdad, un camino de bondad y de belleza. El camino es largo y
algunas personas no esncuentran a Dios en sus vidas, pero son verdaderas y honestas consigo mismas,
amantes de la belleza, que al final tienen una personalidad capaz del encuentro con Dios, y esto siempre
es una gracia”.
Los jóvenes preguntaron a Francisco si se equivoca. “Me he equivocado y me equivoco”, respondió
sonriendo. “Se dice que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en el mismo sitio. Los
errores en mi vida han sido así, grandes maestros de vida. No diría que he aprendido de todos mis errores:
de algunos no, también soy testarudo. Pero he aprendido de muchos otros errores y esto me hace bien”.
Los jóvenes le pidieron que diera un ejemplo concreto. “Lo diré… lo escribí en un libro, está publicado.
Fui nombrado superior cuando era muy joven, tenía 36 años, y cometí muchos errores con el
autoritarismo. Después aprendí que hay que dialogar, ver qué están pensando los demás. Pero no he
aprendido totalmente… todavía me equivoco”.
También le preguntaron si tiene miedo de algo. “¡De mí mismo”, respondió con otra sonrisa. “En el
Evangelio, Jesús repite muchas veces: ‘¡No tengan miedo!’. Lo dice muchas veces, porque sabe que el
miedo es algo normal, entre comillas: tenemos miedo de los desafíos de la vida, miendo frente a Dios.
Todos tenemos miedo, todos, no hay que preocuparse por tener miedo… Tienes que tratar de aclarar la
situación. Hay un miedo malo y un miedo bueno: este último es la prudencia. El malo te nubla, no te deja
actuar, y de este nos tenemos que alejar”.
El chico que filma la entrevista con una pequeña cámara de video pregunta si es feliz. Francisco regala
otra sonrisa y responde con seguridad: “Absolutamente. Soy completamente feliz. Tengo una cierta paz
interior, una paz grande. Es una felicidad que viene con la edad y también con un camino. En mi vida, e
incluso ahora, he tenido siempre problemas, pero esta felicidad no se va con los problemas”.
La última pregunta de los jóvenes belgas: “¿Tiene algo que preguntarnos?”. “No es una pregunta original,
la tomo del Evangelio, pero creo que después de haberles escuchado es la pregunta adecuada en este
momento: ¿dónde está tu tesoro, en dónde descansa tu corazón? ¿Sobre cuál tesoro descansa tu corazón?
Porque en donde está tu tesoro está tu vida. El corazón se apega al tesoro: puede ser el dinero o el orgullo,
o la bondad, la belleza, el deseo de hacer el bien. Deben responderse a ustedes mismos, solos, en su casa.
Gracias, les agradezco mucho y recen por mí”.
Un ángel en el corredor
Sor Sonia La hermana Sonia de la Cruz, de 38 años, dirige la Clínica Divina Providencia fundada en
Paraguay por padre Aldo Trento Luciano Zanardini
Asunción La hermana Sonia de la Cruz trabaja 24 horas al día en la clínica Divina Providencia, que
cura gratuitamente a 47 enfermos terminales, discapacitados graves o enfermos con el virus HIV, en un
país, Paraguay, en el que la asistencia es para quien pued epermitírsela y en el que las personas, sobre
todo pobres, son abandonadas por las calles. Sí, la Providencia. A sus 38 años, la hermana Sonia dedica
su vida a los «pequeños Cristos». Al lado de las camas del hospital hay flores, porque así «como
adoramos la Eucaristía, adoramos a Jesús que sufre». En cada historia hay muchos matices que esperan
ser descubiertos. Carmelitana en un convento de claurusa, la hermana Sonia se había ocupado de asistir a
potra monja y fue entonces cuando entendió que, tal vez, su vocación necesitaba algo diferente que
expresara la síntesis precisa entre la contemplación y la acción. Comprendió que ya había habido una
“primera llamada” cuando, todavía más joven, Dios la había puesto al lado de dos novios enfermos y que
necesitaban cuidados. Y así dejó, no sin dificultades, la vida del claustro para casarse con la causa de los
que necesitan cuidado, de los que no tienen a nadie. «Vivir con los enfermos me ayuda a vivir y abrazar a
Jesús que sufre. Una mujer está completa cuando es hija, esposa y madre: fui hija, soy esposa de Cristo y
madre de todas las personas que tengo a mi lado». En la vida cada persona juega un papel determinante
en los encuentros que vivimos. Así fue también para sor Sonia: «El abrazo con padre Aldo (Trento, nda)
me redimió, me hizo descubrir que era una persona amada por el Señor a través de un rostro concreto. Y
el verbo se hizo carne. Me salvó de un momento de vacío» con la madre de todas las preguntas: «¿qué
quiere Dios de mí?». Su historia es semejante justamente a la del padre Trento, «salvado de la
exasperación» gracias al carisma de don Giussani. En los gestos y en la premura de sor Sonia se puede
releer el Evangelio de Mateo: «Tenía hambre y me dieron de comer; tenía sed...». «Para mí, vivir cada día
al lado de los que sufren –explica sor Sonia– significa enamorarme cada vez más del Señor. Y este es uno
de los motivos por los que en la clínica, fundada en Asunción por padre Aldo Trento, se parte siempre de
la Eucaristía, «para reconocer a Jesús en quien está sufriendo». Y así, cada día por los corredores del
hospital, construido según el modelo de las reducciones jesuitas tan queridas en estas partes de América
Latina, una silenciosa procesión eucarística ilumina los rostros de los pacientes. «Antes de morir reciben
los sacramentos y cuando mueren –subraya sor Sonia– no piden tanto ropa bonita, sino más bien ser
recordados, no ser olvidados. En muchos casos no pueden agradecerte porque no ven, no oyen y no
hablan, pero el Señor debe ser curado y cuidado hasta el último instante». A pesar del sufrimiento, Sonia
y Aldo no renunciarían nunca a sus vida. Y, como a menudo recuerda el padre Aldo, esta es una respuesta
para los que invocan la eutanasia.
Terapéutica de las enfermedades espirituales
Jean-Claude Larchet
El éxito deslumbrante del psicoanálisis a comienzos del siglo XX
condujo a despreciar la sabiduría que la observación de los movimientos interiores del espíritu
había proporcionado durante siglos a tantos hombres y mujeres.Sin embargo, poco a poco se ha
ido abriendo paso la convicción de que no es posible reducir la interioridad a psicología o
psiquiatría, pues tampoco ellas han sido capaces de explicar y sanar del todo las heridas interiores
del ser humano.
Es aquí donde la tradición de la Iglesia aporta su experiencia secular, que hunde sus raíces en el
misterio de la encarnación de Dios. Así, una de las imágenes más fecundas del Oriente cristiano es
la de «Cristo médico», que ha venido a devolver la salud a la humanidad enferma.En este proceso,
el Espíritu Santo viene en ayuda de cada bautizado para que pueda unirse a Cristo en la Iglesia. Con
todo, esta unión es una tarea que sólo puede llevarse a cabo mediante la ascesis, el trabajo
interior.
El estudio que el lector tiene en sus manos no es sólo un clásico de la espiritualidad y una
enciclopedia de la sabiduría patrística, sino un auténtico tratado de medicina para el alma.
Pensar con Chesterton, de Tomás Baviera Puig
Pensar con Chesterton. Fe, razón y alegría
Tomás Baviera Puig
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¿Es posible creer sin renunciar a razonar? Y si es así, ¿qué papel tiene la razón en el proceso de apertura a
la fe? Si la fe no resulta atractiva, no es porque no se pueda demostrar, sino porque se ha debilitado
nuestra capacidad de alegrarnos.
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), periodista londinense, confiaba en la razón y creía en la alegría.
Buscó el modo de que fueran de la mano y se compenetraran, y descubrió que caminaban juntas hacía
tiempo en el cristianismo. Dos ensayos suyos, Ortodoxia (1908) y El hombre eterno (1925), recogen
principalmente su visión del cristianismo: el primero relata su itinerario intelectual, que lo condujo al
credo católico, y el segundo demuestra la singularidad histórica de Jesús y su influencia en el interior del
ser humano.
Para muchos lectores de Chesterton que se han perdido en sus páginas, o para quienes aún no se han
adentrado en ellas, este libro les servirá como mapa para orientarse no solo en Ortodoxia y en El hombre
eterno, sino también en otras obras suyas. En cualquier caso, la lógica de los planteamientos expresados
en estos dos libros ayuda a descubrir un amor digno de ser creído e inspirador de auténtica esperanza.
Tomás Baviera Puig, ingeniero de Telecomunicación y doctor en Comunicación, ha sido investigador
visitante en Bentley University (Massachusetts). Actualmente dirige el Colegio Mayor Albalat (Valencia)
y es el subdirector del Instituto para la Ética en la Comunicación y Organizaciones (IECO).
¿Somos nuestro cerebro?
El País | Adela Cortina A mediados de marzo se celebró la Semana Mundial del Cerebro, un
acontecimiento que tiene lugar anualmente en más de 80 países y se propone divulgar los progresos y
beneficios de la investigación sobre el cerebro, como también los retos a los que se enfrenta. Y en este
capítulo de los retos es en el que se introduce en ocasiones un espacio para la reflexión ética.
Curiosamente, la pregunta que suele plantearse a los eticistas es la de cuáles son los límites éticos en la
investigación sobre el cerebro y en la aplicación de los hallazgos. Un guion que se repite en todos los
acontecimientos científicos, como si la ética fuera una especie de linier sádico, empeñado en descalificar
a los científicos cuando la pelota traspasa la línea de lo permitido. Pero, afortunadamente, las cosas no
son así, sino muy diferentes. El primer principio de cualquier ética respetable es el de beneficiar a los
seres humanos, a los seres vivos en su conjunto y a la naturaleza, y cuanto más progresen las diversas
ciencias en ese sentido, mejor habrán cumplido su tarea. Que, a fin de cuentas, es la de beneficiar. Por eso
tiene pleno sentido que trabajen conjuntamente ciencias y humanidades con el fin de conseguir una vida
mejor. Ojalá avancemos en la prevención de enfermedades como la esquizofrenia, el alzhéimer, las
demencias seniles, la enfermedad bipolar o la arteriosclerosis; podamos mantener una buena salud
neuronal hasta bien entrados los años, mejorar nuestras capacidades cognitivas, precisar más
adecuadamente la muerte cerebral, tratar tendencias como las violentas. Ojalá en la educación podamos
servirnos de conocimientos sobre el cerebro que permitan a los maestros actuar de forma más acorde al
desarrollo de ese órgano, extremadamente plástico; un asunto del que se ocupa con ahínco la
neuroeducación. Ocurre, sin embargo, que cuando las investigaciones y las aplicaciones científicas ponen
en peligro la vida, la salud o la dignidad de las personas o el bienestar de los animales se hace necesario
recordar que no todo lo técnicamente viable es moralmente aceptable. Que “no dañar” es igualmente un
principio inexcusable en todas las actividades humanas, también en las científicas. Para muestra, un
botón. Hace unos días los medios de comunicación informaban de que Miguel Carcaño, el asesino
confeso de Marta del Castillo, iba a ser sometido a una prueba neurológica, conocida como “test de la
verdad”, a través de la cual podrían leerse sus respuestas cerebrales. Una prueba de este tipo plantea un
problema moral y legal, porque no es lícito introducirse en la intimidad de una persona, en este caso a
través de su cerebro, sin su consentimiento. Y, en efecto, los medios informaban de que, según la abogada
de Carcaño, este había accedido voluntariamente a someterse a la prueba. Esta es una de las muchas
cuestiones éticas que se plantean en ámbitos como el de las neurociencias: que no es lícito introducirse en
la intimidad de una persona sin su consentimiento expreso. Tampoco ante presuntos terroristas, un
aspecto bien importante en la neuroseguridad. Pero, ¿por qué entrar en el cerebro de una persona es
introducirse en la intimidad? ¿Qué tiene de especial ese órgano, que la sola idea de trasplantar un cerebro
nos parece inquietante, cuando ya se practican trasplantes tan complicados de otros órganos y otros
miembros del cuerpo? Según un buen número de investigadores, porque todos esos órganos son
irrelevantes en comparación con el cerebro. Somos —dicen— nuestro cerebro. Él crea las percepciones,
la conciencia, la voluntad, y tanto da que el cerebro se encuentre en un cuerpo como en un ordenador,
porque él lo crea todo. Trasplantarlo no presenta más problemas que los técnicos, porque donde va el
cerebro de una persona va esa persona. Así las cosas, siguen afirmando estos científicos, actuamos
determinados por nuestras neuronas, de modo que no existe la libertad, sino que es una ilusión creada por
el cerebro, como todo lo demás. Sin embargo, tal vez las cosas no sean tan simples y por eso otros
investigadores hablan del “mito del cerebro creador”, de que no es el cerebro el que crea nuestro mundo.
Regresando al caso de Carcaño, el médico que supervisó la prueba de la verdad aclaraba que recibe ese
nombre porque la persona sometida a ella no puede mentir. Según él, las respuestas cerebrales son
automáticas y, por tanto, no están condicionadas ni por la voluntad ni por la conciencia. De donde se
sigue para cualquier lector que la voluntad y la conciencia, surjan de donde surjan, son algo distinto de las
neuronas y tienen la capacidad de actuar suficiente como para modificar los mensajes automáticos del
cerebro. Pueden inventar historias, tratar de ocultar los recuerdos impresos, interpretarlos de una forma u
otra desde esa capacidad de fabulación que nos constituye como personas. Parece, pues, que el enigma de
la conducta humana sigue siéndolo, y que es necesario continuar las investigaciones desde el trabajo
conjunto de humanistas y científicos, porque conocernos a nosotros mismos es la gran tarea que nos dejó
encomendada Sócrates. Es ella misma un gran beneficio. Adela Cortina es catedrática de Ética y
Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y
Políticas, y directora de la Fundación ÉTNOR.
Panait Istrati: el Dostoievski rumano
Carlos Javier González Serrano
30 marzo, 2014
El autor rumano Panait Istrati
Panait Istrati (1884-1935) es autor aún poco conocido para los lectores de habla hispana. Las escasas
traducciones de su obra al español, a pesar de haber alcanzado el premio Nobel, suponen un filón editorial
aún por explotar y, a la vez, un incomprensible vacío literario al que desde Quálea han querido y sabido
comenzar a poner fin. La vida de este autor nacido en Bucarest, que escribió sus libros fundamentalmente
en francés y en rumano, no fue fácil: la humilde condición de su familia le permitió experimentar de
primera mano las penurias de los trabajadores, e incluso, como apuntan desde Quálea, “el sufrimiento y la
miseria, lo que le hace tomar muy pronto conciencia humana y política en favor de las clases más
desfavorecidas”.
Como nos informa muy atinadamente Pepe Gutiérrez-Álvarez, “la mejor novela de Panait Istrati fue sin
duda su propia vida, que, por otro lado, fue la fuente casi exclusiva de su obra iniciada cuando había
cumplido los cuarenta años y concluida trágicamente apenas diez años después. Hijo de un contrabandista
griego y de una campesina rumana que se ganaba la vida haciendo de lavandera, Panait conoció el dolor y
la miseria desde su más tierna infancia. Aunque quería enormemente a su madre, la abandonó cuando
cumplió los doce años y se lanzó a recorrer el ancho mundo”.
Esta misma circunstancia, que lanza de manera taxativa al joven Istrati a la aventura de la existencia,
adquiere gran relevancia en el desarrollo de la novela que, en magnífica traducción de Marta Cerezales
Laforet, acaba de publicar Quálea Editorial: Los cardos del Baragán, un relato que sin temor a
equivocarnos podríamos adscribir a la tradición alemana de la Bildungsroman o novela de formación. Sin
embargo, lejos de los remilgos literarios que podríamos encontrar en los relatos clásicos de Goethe o
Lessing, la prosa de Istrati es descarnadamente directa: el adorno literario lo ofrece el propio devenir de lo
que se narra, y no hay, para el autor rumano, mayor elogio de la escritura que poder cantar lo que la
propia vida trae consigo, con sus alegrías y asechanzas, sus penas y sus glorias, sus luces y sus sombras.
Nada hay superfluo, ni mucho menos diletante, en los textos de Istrati; tampoco en Los cardos del
Baragán, novela en la que asistimos al -en ocasiones desafortunado, pero siempre, da la impresión,
necesario- periplo vital de un chiquillo en cuyo desarrollo encontramos el núcleo gordiano de las
enseñanzas literarias y vivenciales de Panait: la existencia posee una gramática cuyas leyes, a veces,
debemos inventar para acogernos a las incomprensibles exigencias del inexorable Destino. En una de las
innumerables y sustanciosas reflexiones del joven protagonista de la obra, Mataké, comprobamos cómo
chocan de bruces esta ananké griega, esta necesidad que parece inherente a la vida, con una firme
voluntad de modificar lo inmodificable:
Portada de “Los cardos del Baragán”, exquisita y elocuentemente ilustrada por Álvaro Iglesias
Confieso que yo no tenía sueños de grandeza. Soñaba, eso es todo. Me rebelaba contra todo ese
pescado maloliente, contra esa apatía de los pantanos cenagosos y contras mis propios padres que, por lo
que veía, parecían querer dejarme en herencia su miserable destino. No conocía ninguno más triste,
incluido el de los vendedores ambulantes de petróleo, cuyo pan estaba impregnado con el olor de su
mercancía; pero al menos comían pan a diario, mientras que nosotros sólo lo probábamos uno de cada
cuatro domingos.
Esta novela, de imprescindible lectura para quien desee conocer la odisea que la literatura centroeuropea
afronta a caballo entre los siglos XIX y XX, se halla plagada de metáforas de honda repercusión por lo
que al sentido de nuestra existencia se refiere. La más contundente, de largo, es aquella que asimila la
región que da título a la obra, el Baragán, con la vida humana. Las primeras páginas del volumen -que,
me atrevo a decir, encierran una calidad descriptiva comparable a la de todo un Dostoievski o un Galdós-
presentan un escenario inhóspito, siempre acechado por un huracanado céfiro que trae consigo esos
cardos que tan bien pueden identificarse con las cuitas y desavenencias a las que cualquier ser humano ha
de hacer frente a lo largo de su vida. Aunque cabe otra analogía, más interesante si cabe: puede que
tales cardos, repletos de espinas, sean en la imaginación de Istrati esos hombres y mujeres que, contra
viento y marea, intentar resistir las acometidas del malhadado Destino, de aquel aire despiadado -aunque
siempre habrá quien sucumba…-. Así, leemos:
Al igual que el pastor, se tambalean; el moscovita sopla con furia redoblada sobre su masa compacta, y
mientras tanto el Baragán escucha, el cielo plomizo aplasta la tierra, y los pájaros, desorientados, levantan
el vuelo. Y así durante una semana… El viento sopla… Los cardos resisten, doblándose en todas las
direcciones, con la bola unida a un corto tallo, no más grueso que el dedo meñique. [...] El pequeño tallo
se rompe de golpe, cortado de raíz. Las bolas espinosas se echan a rodar, son miles y miles. Es el gran
éxodo de los cardos: “Sabe Dios de dónde vienen o adónde van”, dicen los viejos mirando por la ventana.
No se van todos a la vez. Los hay que salen corriendo al primer soplo furioso, verdadera avalancha de
ovejas grises. Otros se empeñan en resistir, pero los primeros los enganchan en su cabalgata intempestiva
y los arrastran.
“Sin embargo, no salíamos de apuros -reflexiona Mataké-; en este mundo vale la pena deslomarse: el
trabajo no lleva a ninguna parte”
Al joven Mataké -trasunto literario de Istrati- le hubiera “¡… gustado hablar con alguien que me contase
locuras, que me mintiese, pero que me permitiese soñar un poco, atreverme! Y los cardos no eran más que
sueño y audacia, invitación a cambiar lo que tenemos contra lo que podríamos tener, aunque fuese lo
peor, puesto que no hay nada peor que el estancamiento para los que aman la tierra entera”. Declaraciones
que sin tapujos nos acercan a las vicisitudes históricas y sociales que por aquel entonces, primer tercio del
siglo XX, vive la Europa más oriental, tan marcada por el final de la Rusia zarista, las revoluciones
sociales y los fatales conflictos armados de 1918 y 1939 (aunque Istrati no llegara a presenciar la Segunda
Guerra Mundial, desde luego, habría barruntado su posibilidad). Frente a la actitud de su padre, en
ocasiones extenuante por pesimista y conservadora (“¡Olvidemos los malos ratos, hijo mío!… Hemos
venido al mundo para expiar: eso es la vida… ¡Pero el Señor nos compensará…!”), Malaké lucha interior
y exteriormente por alcanzar siquiera el pensamiento de un mundo mejor. Un desconocido revolucionario,
que hará fulgurante y elocuente aparición en los trazos postreros de la novela, habla de esta manera -en un
fragmento que bien podríamos asimilar al pensamiento de Istrati-:
—Soy de Bucarest -les dijo-, y trabajo con las manos como vosotros, pero he aprendido a conocer a mis
enemigos, que no son ni Dios ni sus rayos. Son los amos de los pueblos y de las ciudades los que nos
reducen a la miseria, incluso en los años de abundancia. Para nosotros nunca los hay.
Entrañable retrato de Panait Istrati
Y es que, para el protagonista de Los cardos del Baragán, la posición paterna abriga en su seno la
amenaza del peor de los males posibles: acostumbrar a nuestro ánimo a los golpes providenciales, a las
embestidas del Destino, que de habituales, se convierten en soportables. Una perspectiva que Malaké se
niega a aceptar:
Porque nunca, desde los tiempos legendarios de la barbarie turca, mi país, dulce y laborioso, había
conocido días tan atroces como los que os relato en esta historia; nunca mi apacible nación había sufrido
tan cruelmente. Pero, ¿qué sabíamos de ello, nosotros, los niños? Excepto la ingrata existencia de todos
los que nacen en una choza, excepto las privaciones constantes que liman, que modifican al ser humano
pero que, a fuerza de ser habituales, ya no indignan a nadie, ¿qué sabíamos del gemido universal que se
escapaba de millones de pechos campesinos de una punta a otra de Rumanía?
Lo cierto es que Malaké sabe demasiado. Y cree, tal es su pecado, fervientemente en la libertad del ser
humano, capaz de lo mejor y lo peor. Por eso hay a quien sólo le “quedaba el alcohol, el gran consolador
autorizado por Dios y por la ley. Sólo el alcohol podía satisfacer a todo el mundo”… a fuerza de ejercer
un insalubre olvido.
En definitiva, Los cardos del Baragán expone con lúcida capacidad literaria los terribles desdenes con los
que el Hado pone a prueba la soportabilidad de la existencia, que Istrati narra a ojos de un pujante joven
que, a pesar de haber presenciado lo más desagradable de la vida y cuyo corazón va llenándose de una
amargura que “a veces se desborda y hace llorar”, lucha de forma denodada por enseñorearse frente a la
implacable mano de la Providencia. Una novela amarga y dolorosa en su desarrollo, pero
abrumadoramente esperanzadora en sus conclusiones. Un hito literario del siglo XX aún desconocido, que
todo lector mínimamente exigente debería disfrutar y conocer.
LOS CARDOS DEL BARAGÁN. Panait Istrati. Traductora: Marta Cerezales Laforet. Quálea
Editorial. Primera edición, 2014. ISBN: 9788494202209. 136 páginas. Rústica con solapas. 16,50 €.
Segundas oportunidades
Heidegger y la casa como apertura
Por: EL PAÍS05/04/2014
Martin Heidegger, visto por Sciammarella.
Por CRISTINA RIVERA-GARZA
En 1951, en la célebre cátedra que dictó en Darmstat, Martin Heidegger equiparó el ser al habitar.
Hurgando en las palabras del alemán antiguo, el filósofo argumentó que el verbo construir (bauen)
aparece subrepticiamente en la conjugación de la primera y segunda personal del singular del verbo ser
(Ich bin, Du bist), de ahí su conclusión: “estar en la tierra como mortal significa habitar”. Pero estar en la
tierra significa también, luego entonces, encontrarse bajo el cielo, formando parte, al mismo tiempo, de
un colectivo de mortales. Por eso, habitar es habitar la Cuaternidad—la tierra, el cielo, lo divino, la
comunidad—que Heidegger uniera bajo el principio inevitable del cuidado: “En el salvar la tierra, en el
recibir el cielo, en la espera de los divinos, en la conducción de los mortales, acontece de un modo propio
el habitar como el cuidar (velar por) de la Cuaternidad. Cuidar (velar por) quiere decir: custodiar la
Cuaternidad en su esencia. Lo que se toma en custodia tiene que ser albergado”.
Tanta atención le dedicó Heidegger a la relación entre el construir, el habitar y el pensar (los tres verbos
que, sin comas de por medio, sirven de título a la conferencia, y subsecuente ensayo, del 51) que no es
para nada sorprendente la publicación de un libro sobre y alrededor de la cabaña que construyó y habitó
intermitentemente, aunque por muchos años, al pie de la Selva Negra. En La cabaña de Heidegger. Un
espacio para pensar, el arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de Welsh, Adam Sharr, no
sólo describe con puntualidad, incluyendo planos y fotografías del lugar, la ubicación y el proceso de
construcción de la cabaña sino que también se decide, con cierta cautela eso sí, a abrir sus puertas. La
idea rectora es que existe una relación no sólo estrecha sino fundamentalmente productiva entre el espacio
de la cabaña y el espacio de la página. La casa de “arriba”, como la describiera Heidegger comparándola
de manera positiva con la vida superficial y ruidosa de “abajo” en universidades y ciudades varias,
constituía su lugar de trabajo: el espacio que, cercano a las montañas y abierto al clima, podía servir como
filtro de esa “ley oculta” de esa naturaleza circundante que constituía, con todo, la verdadera materia de la
filosofía. La cabaña se convertía así en el espacio alquímico donde el paisaje se transformaba en
pensamiento, es decir, en lenguaje.
Su apego a la cabaña y a la forma de filosofía que éste le facilitaba fue tal que, en 1933, cuando la
Universidad de Berlín le ofreció un prestigioso puesto, lo rechazó. En “Por qué permanecemos en
provincia”, el artículo que publicó justo un año después, explicaba sus razones: “Cuando en la profunda
noche del invierno una bronca tormenta de nieve brama sacudiéndose en torno del albergue y oscurece y
oculta todo, entonces es la hora propicia de la filosofía. Su preguntar debe entonces tornarse sencillo y
esencial. La elaboración de cada pensamiento no puede ser sino ardua y severa. El esfuerzo por acuñar las
palabras se parece a la resistencia de los enhiestos abetos contra la tormenta. Y el trabajo filosófico no
transcurre cual apartada ocupación de un extravagante, sino que tiene una íntima relación con el trabajo
de los campesinos”. Más que un parapeto contra el mundo, la cabaña era, por el contrario, una apertura: la
mejor oportunidad de entrar en amplio y denso contacto con él. Además de un espacio, la cabaña también
era un método de vida y de pensamiento. El rectángulo de la residencia y el rectángulo de la página
vueltos ambos pura habitación.
Hay ciertamente una serie de peculiares pensadores de la montaña (Thoreau en Walden Pond,
Wittgenstein en Noruega, Jung a las orillas del lago Zurich) que desdeñaron la vida agitada y superficial
de las ciudades, optando por la vida ruda del campo. No todos conservaron la fe en la vida de provincias,
como la denominara el autor de Ser y Tiempo (son legendarias las quejas de Wittgenstein después de su
experiencia como maestro rural, por ejemplo) y, juzgando por la temprana relación de Heidegger con el
nazismo, la vida campirana no salvó a nadie de (¿o condujo a?) la estupidez política. Pero queda de esa
cabaña a los pies de la selva negra una experiencia vital e intelectual que, desde sus inicios en
1922, volviera visible la estrecha y productiva relación que va del espacio doméstico—de la habitación—
al espacio de la página—la habitación.
* Cristina Rivera-Garza, su último libro es El mal de la taiga
Puestos de privilegio
Fructuoso Mangas
De esto y aquello
Hojeador de libros y ojeador de lo que pasa; y si hubiera tenido
tiempo habría sido, además, poeta, pintor y carpintero.
Publicado el 04/04/2014
No es lo que piensas, lector amable. Hablo de algo totalmente distinto y, a mi entender y placer, muy
interesante. Y además gratis. Me refiero a ciertos puntos de visión de la ciudad desde los cuales la vista es
especialmente original y bella y por eso los llamo puestos de privilegio. Y me atrevo a sugerir algunos de
los que de vez en cuando disfruto en su momento.
Podemos comenzar por el lugar más inesperado y quizás desconocido para todos. A media mañana, un
día de sol en cualquier estación del año, en la acera izquierda de la calle Pozo Amarillo, en dirección a
Santa Eulalia, y mirando a los tejados, chaflanes altos, laterales y traseras descuidada y armoniosamente
entremezcladas que sobrevuelan sobre la vieja construcción arruinada de la esquina de Correhuela. En
este caso la arquitectura de media clase imita al arte más alto. No se lo pierda, si es usted un creador
inquieto y no hace ascos al estructuralismo casual. Un 3D sorprendente.
Ladera junto a Santo Domingo de la Cruz una tarde de sol apacible en los comienzos de la primavera y,
condición no negociable, con los árboles recién floridos. Usted debiera ir y estar y sentarse allí largo rato,
suspender el juicio, detener el pensamiento… hasta que se ponga el sol acariciando la Torre del Gallo.
Difícilmente superable.
Y en cuanto llegue el otoño se ponga con la tarde ya de vencida a la puerta del Palacio de Fonseca y
estribado en una de las bases de piedra que la flanquean se dedique a contemplar lo que se ve, a ser
posible sin nadie que pase ni entre ni salga, sin ruido de coches y en largo silencio. Parece como si toda la
Salamanca del pensamiento y de la belleza se levantara en alto y a la vista. Enhechiza…
Y esa misma tarde antes de que se ponga el sol lléguese, amigo lector, hasta el rincón que hasta hace poco
ocupaba la estatua del príncipe Don Juan junto a la entrada del comedor universitario en la Cuesta de la
Encarnación; puede quedarse sentado tranquilamente sobre el pretil como cosa de media hora larga
admirando y remirando la maravilla hasta que el sol deje de iluminarla. Afición felizmente cumplida.
Entrevista a Laurence Freeman, monje benedictino
El poder de la meditación para renovar
la Iglesia
Lala Franco
Martes 1ro de abril de 2014
Publicado en alandar nº307
Laurence Freeman impartió recientemente un retiro en La Cova de Manresa.
Foto. Lala Franco
Laurence Freeman es un monje benedictino que vive actualmente en el monasterio Christ the King en
Cockfosters, a las afueras de Londres, pero viaja por todo el mundo como responsable del Movimiento
Mundial para la Meditación Cristiana, que agrupa a más de 2.000 grupos en 114 países. Freeman ha
estado recientemente en Manresa (Barcelona), impartiendo un retiro sobre meditación. En medio de un
programa apretado, encontró amablemente tiempo y calma para una breve charla.
¿Qué es la meditación?
La meditación es una manera de ser uno con nosotros mismos y con Dios, en el centro mismo de nuestro
ser. La meditación es un camino hacia la pobreza de espíritu, que implica dejar de lado todos nuestros
intereses, deseos y decepciones; es un camino a la pureza de corazón, lo que significa reducir todos
nuestros deseos a uno solo: el deseo de Dios. La podemos definir como la oración del corazón, como una
forma de oración contemplativa. O, también, podemos decir que la meditación es el viaje que hacemos
desde nuestra mente a nuestro corazón.
¿Cuáles son los frutos de la meditación?
Los frutos de la meditación son los que San Pablo, en la Epístola a los Gálatas, define como los frutos del
espíritu: amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio de uno mismo.
En el mundo de hoy, mucha gente medita por sus beneficios físicos y psicológicos sobre la ansiedad, la
depresión, el colesterol o la tensión arterial. Pero su beneficio esencial es espiritual: la meditación nos
humaniza, nos dice –o nos ayuda- a experimentar lo que es ser humano. Y ser humano es estar abierto a
Dios y saber que nuestro destino es ser divinizados, compartir la vida de Dios. Los frutos del espíritu van
apareciendo en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones, como signos de que esa divinización, ese
participar de la vida de Dios, ha comenzado ya aquí y ahora.
Si la meditación es tan buena en todos los órdenes ¿por qué no meditamos?
La gente no medita porque, afirma, no tiene tiempo para ello. O porque encuentran que todo lo que se
refiere a la meditación es demasiado simple: sentarse, mantenerse quieto, cerrar los ojos, dejar a un lado
tus pensamientos, tus planes y tus recuerdos y repetir tu palabra o jaculatoria, tu mantra -confiada y
constantemente- y hacerlo dos veces al día, entre 20 y 30 minutos. Esto, a muchos, les parece demasiado
sencillo… o demasiado exigente. Yo creo que todo el mundo encuentra demasiado difícil el ser sencillo
pero, a la vez, todos sentimos la necesidad de serlo. La gente muy ocupada del mundo de la política o las
finanzas son los que más sienten la necesidad de la meditación.Tenemos una lista de vídeos de un minuto
en Youtube en los que gente de este tipo explica por qué medita, dan una respuesta sencilla en tan solo un
minuto. Si alguien se pregunta sobre la meditación, le consejo que las escuche.
Le he escuchado decir que hoy es más fácil que un psiquiatra o una escuela de negocios aconsejen la
meditación que lo haga un cura católico. ¿Por qué no meditamos más en la Iglesia?
Algunas veces lo cristianos no conocemos nuestra propia tradición de meditación, asociamos la
meditación al budismo o a oriente; por eso, parte del trabajo de nuestra comunidad ha sido, a lo largo de
los últimos 30 años, ayudar a la gente a recordar que nosotros tenemos nuestra propia tradición de
meditación como forma de oración. Hoy hay responsables eclesiales que están apoyando la introducción
de la meditación en la formación de los sacerdotes. Porque hay muchos curas, preocupados por su propia
vida espiritual y su oración, que sienten que no es suficientemente profunda y fuerte. Otra causa es que no
hay formación hoy en día para la oración contemplativa en los seminarios. Tal vez hay una visión de tipo
teórico, pero debería haber una formación real en la práctica de la oración contemplativa durante los años
de formación.
Laurence Freeman impartió recientemente un retiro en La Cova de Manresa.
Foto. Lala Franco
¿No es la meditación una manera de fomentar el individualismo, en lugar de dirigirnos hacia las
demás personas y hacia el mundo?
Hay más de dos mil grupos de meditación cristiana en todo el mundo. Somos una comunidad mundial que
ha nacido a través de la práctica de la meditación y que existe para enseñar y compartir esta práctica.
Cualquiera de los meditadores de esta gran comunidad diríamos que uno de los frutos de nuestra práctica
ha sido el sentido de comunidad y una nueva visión de lo que realmente significa la Iglesia. La
meditación como practica espiritual, como una forma de oración, conduce hacia la comunidad y es capaz
de trascender el problema cultural del individualismo, que es muy serio. Si la meditación se piensa como
una práctica puramente secular, puramente orientada hacia el yo, refuerza el individualismo. Pero yo creo
en la gracia y creo que la gracia de Dios está presente incluso cuando uno empieza a meditar por sus
propias razones. Incluso cuando se hace por razones que podemos pensar inadecuadas, la gracia de Dios
está esperado por nosotros.
¿Cómo ayuda a la Iglesia el Movimiento Mundial para la Meditación Cristiana?
La meditación ayuda a la Iglesia porque nos lleva de vuelta al corazón de nuestra fe, que es la experiencia
de Cristo en nuestro interior. Creo que es un camino que aporta un sentido sacramental de la realidad y
por tanto enriquece la realidad sacramental de la Iglesia y las otras formas de oración. Hoy, la Iglesia
enfrenta tres tentaciones: una es pensar que el Evangelio es una ideología, la otra es gestionar la Iglesia
como si fuera una compañía multinacional y la tercera es el clericalismo. La mejor manera de afrontar
estos peligros internos es profundizar en la vida espiritual, reforzar la vida contemplativa en todos los
niveles y ver la meditación no tanto como una especialización para algunos frailes o monjas sino como
una parte de la vida cristiana para todos, desde los niños a los adultos: para todos. Aparte de eso, una
espiritualidad contemplativa más profunda traerá un nuevo poder: el poder del amor, para encontrar a
Cristo en el pobre, el marginado, el sin hogar, el adicto y una nueva manera de hablar a favor de la
justicia. Este lado activo y compasivo de la Iglesia mana de ella desde la experiencia interior de Cristo.
Me ha sorprendido oírle hablar de presos que meditan o de gentes sin hogar que meditan o decir
que los niños meditan…
Ahora estamos enseñando meditación a los niños en escuelas católicas de 25 países. En Gran Bretaña hay
250 escuelas donde se medita a diario. Los niños adoran meditar, se lo piden al profesor y un 70% de
ellos afirma que medita por su cuenta en casa. Un niño pequeño me dijo que le gustaba la meditación
porque era su único momento tranquilo del día. También la gente que se está recuperando de una adicción
responde muy bien a la meditación. Hay momentos, personas y circunstancias en la vida más abiertos al
reino de Dios y sus realidades. Y, entre ellos, los niños -que son naturalmente contemplativos-, los adictos
en rehabilitación -que han tocado la desesperación- y los que están aislados y solos, ansiosos por una
auténtica conexión con el mundo y con los demás y que encuentran a Dios dentro de ellos mismos. Por
tanto, la verdad cristiana central es la de que el poder de Dios se manifiesta en la debilidad humana y no
en la fuerza humana.
ESTO PASA HOY EN ESPAÑA
Para analizar bien lo que está pasando en nuestro país, que está haciendo sufrir, y mucho, a millones de
personas, especialmente a parados y jóvenes, hay que seguir tres pasos: Ver, Juzgar y Actuar.
VER
Lo que yo creo más grave y denunciable es:
Por una parte...
1. La ayuda a los bancos: Vimos con asombro cómo los bancos hacían caja a costa del pueblo
español simplemente siendo intermediarios entre las ayudas europeas y el Estado Español. Nuestros
préstamos los recibíamos a través de los bancos a un interés bastante más alto que el que pagaban
los bancos a la UE. Era dinero europeo, también español, nuestro.
Y por otra parte...
2. Los desahucios. Es lo de la parábola. A los ricos (los bancos) se les ayuda o se les perdona la
deuda (ya se habla de los millones que los bancos no devolverán). En cambio ellos, los bancos, a
quienes no pagan las hipotecas los echan de casa. El evangelio condena claramente estos
comportamientos tan escandalosamente inmisericordes e incoherentes.
CIFRAS DE DESAHUCIOS EN ESPAÑA:
Hacia finales de 2012, según la PAH -Plataforma de Afectados por la Hipoteca-, el número de
desahucios llegaría a los 171.110 desde el comienzo de la crisis en julio de 2008. Ni el Gobierno, ni
el INE ni las entidades bancarias ofrecen datos claros ni contrastados.
Según el Banco de España los desahucios subieron en 2013 en relación a 2013. En los 6 primeros
meses de 2013 hubo 19.567 desahucios, casi tantos como en todo 2012, año en el que hubo
23.774.17
Por una parte... se adeuda, se roba, se defrauda... al Estado (=al Pueblo)
3. El futbol:
El montante total de la deuda de los equipos españoles profesionales, exceptuando Real Madrid y
Barcelona, es de unos 3.600 millones de euros. La propia Hacienda se niega a revelar las deudas
de Madrid y Barcelona.
La deuda de los clubes de fútbol con la Seguridad Social asciende a 16,6 millones de euros
(16.615.542,68€), a fecha del pasado 13 de mayo, según refleja la respuesta del Gobierno a una
pregunta formulada por el portavoz socialista de Deportes en el Congreso.
4. Fraude fiscal.
Las grandes fortunas y grandes empresas concentran el 71,8% del fraude fiscal total, un porcentaje
que supone una pérdida recaudatoria para el Estado (=el pueblo español) de más de 42.000 millones
de euros anuales, según un informe de técnicos de Hacienda, hecho público el 28-11-2013.
5. La corrupción.
Con 5,9 millones de desempleados, el paro es la principal inquietud para los ciudadanos. La
corrupción ya preocupa más que la debilidad económica.
Nunca antes en la historia de la democracia, el malestar hacia los políticos y los partidos había
llegado a un nivel tan alto. Tampoco nunca antes habían coincidido casos enormes de corrupción
que alcanzan al partido del Gobierno, PP, a exministros, que tocan las ayudas sociales y que
degradan las finanzas públicas hasta abrir agujeros que tardarán en cerrarse.
Gürtel, los ERE de Andalucia, Malaya, Bárcenas... Son los grandes casos de cohecho,
malversación y fraude que salpican a políticos –también a empresarios y cargos sindicales-.
Hace dos décadas, el asunto que agitó al partido del poder fue Filesa, que se cerró en el Supremo
con la primera condena por un escándalo de financiación ilegal de un partido: el PSOE.
Son escandalosos, y caen quizás dentro del concepto de corrupción, los elevados sueldos de cargos
públicos sobre todo en las instituciones europeas. Igualmente otros que desempeñan cargos en
instituciones económicas o ex políticos que reciben buenos sueldos por estar en consejos de
administración con el único objetivo de aprovechar su influencia.
En los ERE se investiga la malversación de 136 millones. Malaya, la cantidad récord defraudada:
500 millones. La Policía dice que la red de Correa movió 25,5 millones. La trama Gürtel estafó un
mínimo de 120 millones de euros. Hacienda dice que Bárcenas defraudó 11,5 millones. El PSOE
con Filesa ingresó 6 millones. Etc., etc.
Y por otra parte...
6. Como no hay dinero, debido a los impagos del futbol, al fraude fiscal, a lo que nos roban los
corruptos, etc. etc., se derivan los recortes en los servicios sociales, en la sanidad pública, en
educación...
Un ejemplo: Existen 189.427 personas a las que se les ha reconocido el derecho de acogerse a
alguna de las ayudas de la ley pero siguen aguardando a recibir la prestación económica o el
servicio del que son acreedores. El recibir o no la prestación depende del lugar de residencia del
beneficiario. En total, son 11 las regiones que incumplen el plazo máximo de seis meses para
reconocer el derecho a acceder a una prestación. Los retrasos son "especialmente significativos" en
Andalucía, Asturias, la Comunidad Valenciana y Extremadura, donde se superan los 300 días. En
conjunto, el término medio es de 246 días (algo más de ocho meses). Estos datos corresponden al
análisis de expedientes tramitados entre enero de 2011 y abril de 2013.
Cuando los trabajadores de servicios sociales hablan del desmantelamiento del sistema de
dependencia y del retroceso que sufre la ley se refieren a cuestiones como la reducción de la
principal partida a través de la cual el Estado destina fondos a las comunidades autónomas, que en
2013 ha caído casi en 200 millones (un 14%) respecto al año anterior.
Otro ejemplo de restricción lo tenemos en la atención sanitaria de los inmigrantes. El Consejo
de Estado considera que el Proyecto de Reglamento de los Centros de Internamiento de Extranjeros
(CIE) propuesto por el Ministerio del Interior "introduce limitaciones o restricciones" al derecho de
los inmigrantes recluidos a la atención sanitaria y pide al Ejecutivo que modifique su redactado
porque considera que "no resulta aceptable".
7. El paro:
En las encuestas el paro se percibe como el principal problema que tiene España. Por consiguiente
todos somos conscientes de la gravedad del problema.
En el conjunto de España, el número de parados registrados aumentó en enero en 113.097 personas,
hasta contabilizar un total de 4.814.435 parados.
Pero, ¿por qué no hay trabajo si hay tantas necesidades –individuales y sociales- sin satisfacer?
Porque en este sistema sólo se crean puestos de trabajo que generen beneficios satisfactorios. El
trabajo no está en función de las necesidades sino del beneficio a obtener.
Etc. Etc.
JUZGAR
Todos estos males tienen unas causas estructurales que se pueden resumir en una: el capitalismo
neoliberal productivo y financiero. Es necesaria una mayor protección de los intereses de los más débiles.
La corrupción está institucionalizada.
Y unas causas personales: ausencia de ideología, de ética, de moral... que tengan como núcleo de
referencia el bien integral de las personas. No hay referencias de comportamiento, valores que orienten
las decisiones: vale lo que me favorece, aquello de lo que saco provecho. El beneficio, el dinero es lo
único que importa. Tenemos muchos comportamientos corruptos. Quienes están más obligados a
denunciar la perversidad de este mundo no lo hacen: intelectuales, curas...
Consecuencias: aumenta el número de pobres, de marginados o excluidos, los trabajadores están más
explotados, los enfermos y los que están con necesidades de atención especial están menos atendidos o
nada atendidos, a los inmigrantes se les niega la sanidad... Hay miedo a perder el trabajo y en la empresa
se pasa por lo que sea para no ser echado, desesperación al ver que pasa el tiempo y no encuentran
empleo... Vivimos en un mundo de esclavos, impotentes para enfrentarnos a las fuerzas dominantes que,
por otra parte, casi desconocemos, que están fuera del alcance de nuestra capacidad de acción, entre ellos
los manipuladores financieros...
Podemos incorporar aquí el juicio lúcido y certero del Papa Francisco:
"Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada
vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que
defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen
el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común.
Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e
implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las
posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real.
A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido
dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a
fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio
ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla
absoluta".
Etc., etc.
ACTUAR: ¿QUÉ PODEMOS HACER?
Podemos ser altavoces de una voz clara y contundente que parece no ha tenido el eco suficiente ni en la
sociedad ni en la Iglesia: la voz del Papa Francisco.
Asumimos los juicios de valor sobre nuestro mundo que él ha emitido en su Exhortación "La alegría del
Evangelio" y por eso decimos que efectivamente la humanidad está en manos de un sistema económico
que propicia que cada vez haya más pobres, más marginados, más excluidos. La inequidad es una de las
principales características de nuestra sociedad.
Además, "esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la
corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones—
cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes".
Hemos de enfrentarnos a este sistema con todas nuestras fuerzas y todos nuestros medios: participando o
apoyando los movimientos que luchen contra él, integrándonos o, al menos, votando a los partidos
políticos que más se opongan al neoliberalismo productivo y financiero, comprometiéndonos en la lucha
sindical o a través de asociaciones alternativas ciudadanas, culturales... etc.
Todo tendría que estar unificado en una común lucha de liberación para poder conseguir quitarnos el
yugo implacable que nos oprime a todos, que nos empobrece a todos, que maltrata cada vez más
fuertemente a más gente... Sólo unos pocos son excepción: los que son cada vez más ricos, que son
aquellos a los que este sistema sirve. Lo hemos visto anteriormente: estamos ante unas muy potentes
fuerzas que, por otra parte, son inmisericordes ante el dolor que ellas mismas producen.
Como dice el Papa Francisco es necesaria "una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor
del ser humano". "...La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se considera
contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una
amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona".
También, siguiendo las pautas de Jesús de Nazaret, y las marcadas también últimamente por nuestro Papa
Francisco, hemos de ser solidarios acogiendo, acompañando y compartiendo lo que somos y tenemos
con los pobres, marginados o excluidos, que han de ser nuestros preferidos, individualmente, pero sobre
todo a través de las asociaciones o instituciones que encauzan la solidaridad hacia los más necesitados, de
aquí y de todo el mundo.
Etc. Etc.
José María Alvarez (Pipo)
Cuando la prisa periodística devora la
verdad del hecho
Publicado el 03.04.2014
JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Salvo en raras excepciones, que las hay y
muy honrosas en los grandes medios generalistas en este país, la información de
temas religiosos, en cualquiera de sus formatos, se encuentra tan desvalida y tan
devorada por la prisa que da auténtica grima asomarse a ella. La ideologización que la
conduce hace tiritar muchas veces a la verdad.
No obstante, no hay que negar que el miedo, el silencio y el ocultismo en la
comunicación desde la Iglesia misma han hecho que el bulo crezca y se desate la
imaginación. La falta de una clara comunicación, estructurada y abierta, ha hecho
flaco favor a la verdad también. Cuando interesa inflar el globo ideologizante, falta aire
en los pulmones de los interesados para hincharlo y lanzarlo al vuelo. Y cuando se
quiere ocultar tanto lo que no debiera, el aire es fétido y malsano. Hay que cuidar ambas
partes.
Hace poco lo hablábamos durante una mesa redonda con responsables de centros
concertados, pertenecientes a Escuelas Catolicas, en Madrid. Se les ve ocupados y
preocupados por cómo cualquier hecho lamentable y claramente delictivo, en algún
centro concertado, llega a la opinión pública con tanta fuerza y batería negativa que es
capaz de cubrir como un manto su larga y brillante trayectoria educativa. Y se ve a
menudo, sin que tenga aquí y ahora que recorrer la geografía o las hemerotecas para
recordar viejas y nuevas historias. Y si no, vean si no ha sucedido así.
Nada más saltar la noticia, ponen toda la carne en el asador, prenden la cola de la zorra
y la sueltan por el trigal. Los bulos devienen en tópicos, tan abundantes cuando a la
Iglesia se refieren. Enredados en la Red y su cohorte de redes, la información llega tan
rápida que los lectores se deslizan por esta sociedad líquida como patinadores sobre
hielo.
Informaciones epidérmicas, espumosas y espasmódicas, con falaces argumentos de
cosmética antieclesial, vieja retórica decimonónica que pinta frailes con orejas de burro,
monjas perversas y colegios sórdidos y oscuros. Los lectores, como patinadores, no se
paran un instante a pensar. La mentira de un suelto en Twitter no tiene su corrección
adecuada más tarde. La prisa devora. Hace falta tiempo, imaginación, profesionalidad,
creatividad, valentía y pasión para que los medios sean lo que pedía Arthur Miller:
“Todo un pueblo hablándose a sí mismo”.
Y viene sucediendo, particularmente con la Iglesia y con sus diversas instituciones, que
la noticia de un acto cualquiera se adorna con toda clase de adjetivos. Ya hay lugar
para ello en la secciones de opinión. No es bueno recurrir a esos usos, cuando el lector
busca la pura información sin aliño. Es este un servicio a la verdad en la Iglesia y en la
sociedad en general. La Iglesia no debiera nunca utilizar la información para la
descarada propaganda. Pierde credibilidad.
director.vidanueva@ppc-editorial.com
Reconciliación y eucaristía
Editado por
José Manuel Bernal
De este tema se ha hablado mucho. Su contenido, como el de todos los temas, es teórico,
conceptual. Pero tiene importantes derivaciones prácticas, muy relacionadas con la celebración y el
sentido profundo de la eucaristía. De ello voy a escribir en este post.
Con frecuencia los pastores incorporan la celebración de la penitencia a la liturgia de la misa. Unas veces
convierten el acto penitencial del principio de la celebración en una especie de liturgia sacramental
reducida de la penitencia; como si fuera una celebración del perdón de “via estrecha” [sit venia verbo!].
En este sentido, está muy generalizada la idea de que este acto penitencial del inicio de la misa es como
una especie de baño lustral que nos permite entrar en el sancta sanctorum de la eucaristía limpios e
inmaculados. Según mis informaciones, la idea de quienes llevaron a cabo la reforma del misal fue
motivar a los fieles, con ese sencillo rito, a sentirse pobres, pecadores y menesterosos, ya desde el
comienzo de la celebración. En ningún caso, a mi juicio, se trata de un sucedáneo del sacramento de la
penitencia.
En otros casos, se convierte toda la liturgia de la palabra en una especie de liturgia penitencial,
introduciendo lecturas, oraciones y cánticos apropiados. En esos casos, después de un examen de
conciencia y las oraciones pertinentes, se procede, antes del ofertorio, a la confesión de los pecados y a la
absolución. Se sigue, evidentemente, el mismo desarrollo que observamos en la celebración de otros
sacramentos dentro de la misa.
Sin embargo hay que hacer aquí, a este propósito, una observación importante. La reforma litúrgica
conciliar de los sacramentos introdujo dos novedades importantes y significativas. Por una parte,
incorporó una liturgia de la palabra para la celebración de todos los sacramentos. Incluso, para
sacramentos tan mermados en su liturgial, como la unción de enfermos y la confesión, se previó una
brevísima lectura bíblica. Esta innovación expresa la preocupación ecuménica del Concilio y su interés
por recuperar en la liturgia la lectura de la palabra de Dios.
Por otra parte, la reforma conciliar previó una forma de celebrar los sacramentos dentro de la
misa. De todos, menos de uno; el de la penitencia. Si tomamos el ritual reformado de la
penitencia veremos que, en ningún caso, está prevista su celebración en el marco de la eucaristía,
como ocurre en los demás sacramentos. Esta fue una decisión muy significativa. Uno piensa, como
muchos teólogos insinúan, que la misma eucaristía es ya un sacramento del perdón; un sacramento
que perdona nuestros pecados y nos reconcilia con el Padre. Es lo que estaría insinuando la decisión
de excluir una celebración de la reconciliación dentro de la misa. Esta interpretación estaría confirmando
el pensamiento de Tomás de Aquino cuando asegura que la eucaristía contiene todas las virtualidades de
los demás sacramentos.
¿Cuál es, entonces, mi postura a la luz de estos comentarios? En principio, debo confesar mi persuasión
de que la eucaristía es un sacramento que hace presente nuestro encuentro con el Señor, que nos
acoge con los brazos abiertos. Así se explicaría mejor la referencia al “cáliz de salvación” y a la “sangre
derramada para el perdón de los pecados” que proclamamos en el momento central de la celebración. Así
también cobran toda su fuerza las palabras del sacerdote antes de la comunión: “este es el cordero de Dios
que quita el pecado del mundo”.
Ahora bien, en ningún caso estaría en mi pensamiento la idea de que este reconocimiento del carácter
reconciliador de la eucaristía deja sin sentido un sacramento específico del perdón. La eucaristía no
sustituye al sacramento de la penitencia como sacramento específico de misericordia y
reconciliación. Esta visión de la eucaristía, sin embargo, nos permite una vivencia más plena del
sacramento eucarístico, en el que celebramos el amor desbordante del Padre que nos acoge y nos reúne en
torno a la mesa eucarística; nos acoge como hermanos reconciliados, sin distinción de razas, ni de sexos,
ni de culturas. Por la fuerza del Espíritu, hace de nosotros, de los que compartimos su cuerpo y su sangre,
una sola alma, un solo cuerpo y un solo espíritu. La acción misericordiosa del Padre rompe todas las
barreras, para hacer de nosotros, en virtud de la sangre derramada en la cruz, la gran familia de los
redimidos y reconciliados. Este es el gran misterio que celebramos en la eucaristía. Esta es la grandeza de
la eucaristía como sacramento de plenitud.
La leyenda de Turadia
Editado por
Emilio Pinto
Huele a Cuaresma, a sacrificio, a perdón, a muerte, a esperanza. Huele a Torrijas y saetas, a
silencios y confesiones. Huele a pasos y a presente. Huele a pena, a mucha pena de un Evangelio al
que aún le falta mucho para salir de procesiones.
Hace unos días me encontraba en Lituania, Letonia y Estonia con un grupo de peregrinos y como bien
dice uno de ellos: “las guías de papel solo se hacen para leer” lo que quiere decir es que se guardan lo
mejor, lo que puede hacer pensar, solo muestran, y muestran y vuelven a mostrar sin dejar las puertas
abiertas a la imaginación.
Según cuenta esta leyenda, a principios del siglo XVII una pequeña niña fue encontrada por el secretario
en brazos de su madre muerta cerca del castillo de Turaida tras una cruel batalla entre suecos y polacos.
El secretario la hizo pasar por su propia hija y le puso el nombre de Maija. Con el paso de los años, la
belleza de Maija fue en aumento, llegando a ser conocida como La Rosa de Turaida.
Ella se enamoró de Víctor, el Jardinero en el castillo de Sigulda, y quedaban a menudo en una cueva
situada a medio camino de ambos castillos.
En 1620 Víctor y Maija se comprometen, y un día ella recibe una carta de Víctor pidiéndole que vaya
hasta la cueva. Cuando Maija llega, comprueba que no es Víctor quién la espera, sino un soldado polaco
que trata de violarla.
Para evitarlo, Maija le promete que si la deja ir le entregará un pañuelo mágico que tiene el poder de
hacer inmune a cualquier tipo de daño a su portador. Para convencerlo, le propone que pruebe con ella
misma.
El soldado la golpea con un hacha y la mata, pero Maija logra conservar su honor.
Víctor enterró a su prometida en los jardines del castillo de Turaida, plantó un tilo sobre su tumba y
abandonó el país para siempre.
Desde entonces, los recién casados acuden a la tumba de la Rosa de Turaida para dejar flores con la
esperanza de conseguir el mismo amor eterno y devoción que Víctor y Maija, mientras que en la cueva,
las parejas de enamorados acuden a prometerse fidelidad y a grabar sus nombres en la roca.
El amor es un regalo, un don . Por más que quisiera yo enamorarme de una mujer, por más veces que lo
pensara, por más veces que lo escribiera o lo gritara, no lo conseguiría. El amor viene de puntillas , se
muestra con un beso, que son blandos como el agua pero que quitan muy bien las manchas de soledad. Y
desde que viene hasta que se va es nuestra responsabilidad cuidarlo. Hay que darle de comer, mantenerle
caliente, ayudarle a crecer, poseerlo de libertad, llenarle de imprevistos y guardar exclusividad.
Amamos a nuestras parejas, pero también amamos a nuestros amigos y amamos a Dios, a su eternidad.
No digas que amas a tu amigo si no sabes donde está. No digas que amas a Dios si no lo tienes presente
todos los días, no digas que amas a tu pareja si estás deseando quedarte solo.
Yo quiero ser la Rosa de Turaida que no se deja comprar por oro, por honores, que es capaz de morir por
amor. Aunque sinceramente, yo prefiero vivir en amor: amor con hijos, amor con pareja, con padres, con
amigos, con Dios.
La leyenda no cuenta que cuando la rosa llegó al cielo, la mismísima Virgen salió a recibirla, como saldrá
ahora en Semana Santa por nuestras calles. La vida no nos cuenta lo que hay después de ella pues sino,
estoy seguro, todos saldríamos corriendo.
La leyenda no cuenta que fue del jardinero pero cuando llegas a la tumba de Maija, no hay un árbol, hay
dos… Se enterró con ella. Siempre, siempre somos, como poco, dos.
¡Feliz día! ¡Feliz peregrinación en cuatro dimensiones!
-Oigo voces, no estoy loco, es Maija diciendo que hay mucho que escuchar y por eso te ofrezco hoy esta
canción, para que tiembles… Dios nos ha regalado en Cuaresma el amor.
Receta para conseguir la inmortalidad. Domingo
5º de Cuaresma. Ciclo A
José Luis Sicre
(La escena tiene lugar al otro lado del Jordán, donde
Jesús ha tenido que huir con sus discípulos para que no lo
apedreen en Jerusalén por blasfemo. El grupo está
sentado a la orilla del río. Caras serias. Unos
preocupados, otros irritados. La aparición de un
muchacho que llega corriendo y sudoroso los pone
alerta. Se dirige directamente a Jesús.)
― Te traigo un recado de Marta y María. Me han
dicho que te diga: «Señor, tu amigo está enfermo».
(Ninguno de los discípulos pregunta de qué amigo
se trata. Saben que es Lázaro, el de Betania, el hermano
de María y Marta. Jesús mira al mensajero, luego
afirma.)
― Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino
que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de
Dios sea glorificado por ella.
(No entienden muy bien qué quiere decir, pero
prefieren no preguntar. Jesús permanece sentado junto a
la orilla, como si la noticia no le hubiera afectado. Pedro
le comenta a Juan: “Seguro que mañana salimos para
Betania”. Pero al día siguiente Jesús sigue inmóvil y no
dice nada. Pasa otro día, igual silencio. Al tercero, en
cuanto comienza a clarear, despierta a los discípulos.)
― Vamos otra vez a Judea.
(Las caras reflejan sueño, temor y preocupación)
― Maestro, hace poco intentaban apedrearte los
judíos. ¿Vas a volver allí?
― ¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de
día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero
si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz.
(Advierte que no han entendido nada y añade:)
― Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a
despertarlo.
― Señor, si duerme, se salvará.
(Ha sido Pedro quien ha hablado en nombre de
todos. Jesús los mira con gesto de cansancio).
― No me refiero al sueño natural, me refiero al
sueño de la muerte. Lázaro ha muerto, y me alegro por
vosotros de que no hayamos estado allí, para que
creáis. ¡Vamos a su casa!
(Se miran con miedo, indecisos. Tomás anima a los
demás.)
― Vamos también nosotros y muramos con él.
(Las escenas siguientes tienen lugar en Betania,
pueblecito a unos tres kilómetros de Jerusalén. La
cámara comienza enfocando la casa de la familia, donde
se han reunidos numerosos judíos para dar el pésame.
Una muchacha se acerca a Marta y le dice algo al oído.
Se levanta de prisa y sale de la casa. La cámara la sigue
hasta las afueras del pueblo, donde encuentra a Jesús. No
se postra ante él. Le habla con una mezcla de reproche y
confianza.)
― Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto
mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a
Dios, Dios te lo concederá.
― Tu hermano resucitará.
― Sé que resucitará en la resurrección del último
día.
― Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en
mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y
cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
― Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios, el que tenía que venir al mundo.
― Llama a María. Dile que venga.
(Marta entra en el pueblo, se dirige a la casa y
habla en voz baja a María.)
― El Maestro está ahí y te llama.
(Marta se levanta y sale a toda prisa. Los visitantes
la siguen pensando que va al sepulcro a llorar. Cuando
llega adonde está Jesús se echa a sus pies y le dice
llorando).
― Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto
mi hermano.
(Jesús, viéndola llorar a ella y a los judíos que la
acompañan, se estremece y pregunta muy conmovido.)
― ¿Dónde lo habéis enterrado?
― Señor, ven a verlo.
(Jesús se echa a llorar. Algunos de los presentes
comentan: «¡Cómo lo quería!» Uno se les queda mirando
irónicamente y dice: «Y uno que le ha abierto los ojos a
un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?»
Jesús, si ha oído algo, no se da por enterado. Solloza de
nuevo. Finalmente llegan al sepulcro, una cavidad
cubierta con una losa.)
(Jesús) ― Quitad la losa.
(Marta) ― Señor, ya huele mal, lleva cuatro días
muerto.
(Jesús) ― ¿No te he dicho que si crees verás la
gloria de Dios?
(Se acercan unos hombres y hacen rodar la losa
dejando visible la entrada del sepulcro.)
(Jesús, levantando los ojos al cielo) ― Padre, te doy
gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me
escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me
rodea, para que crean que tú me has enviado.
(Echa una mirada en torno a los presentes. Luego,
mirando a la tumba, grita)
― Lázaro, ven afuera.
(La cámara permanece fija en la entrada de la
tumba, por la que aparece poco a poco Lázaro. Un
sudario le cubre la cara y lleva los pies y las manos
atados con vendas. Estupor y miedo entre la gente. Jesús,
en cambio, sereno, casi indiferente, da una breve orden.)
― Desatadlo y dejadlo andar.
(Voz en off)
Muchos judíos que habían venido a casa de María,
al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
COMENTARIO
28 de abril 2014. Dominic, un niño de dos años,
hijo de una familia gitana, encuentra un boquete en la
alambrada que separa el campamento de la línea férrea
Robigo-Verona. Un tren lo arrolla y muere poco
después en el hospital de Legnano.
29 de abril 2014. Guglielmo di Maggio (44 años)
ha conseguido un nuevo empleo en unos grandes
almacenes. Con su mujer, Nunziatina (40) y sus dos
hijos (7 y 5) decide ir a celebrarlo. En un túnel de la
autopista Palermo – Messina se estrella contra un
camión que ha derrapado e invadido la calzada
contraria. Sólo se salva el niño de 5 años.
Son dos casos de los últimos días (italianos,
porque me encuentro en Roma), a los que podrían
añadirse muchos miles. Y vienen a la memoria las
palabras de Miguel de Unamuno: «Con razón, sin razón,
o contra ella, lo que pasa es que no me da la gana de
morirme». Palabras que estaría dispuesta a firmar la
inmensa mayoría de la gente. Y también el cuarto
evangelio, aunque a su autor no le obsesiona la muerte
sino la vida.
En el prólogo ha presentado a Jesús, Palabra de Dios,
como poseedor de la vida. En un discurso programático
afirma Jesús, anticipando la resurrección de Lázaro:
«Os aseguro que llega la hora, ya ha llegado, en que los
muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan
vivirán» (Juan 5,25). Y el evangelio termina: «Estas
cosas quedan escritas para que creáis que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis
vida por medio de él» (Juan 20,31). Esta obsesión por
la vida encuentra su punto culminante en la
resurrección de Lázaro, que se encuentra en mitad del
evangelio (cap. 11 de 21).
La idea de resucitar a otra vida no estaba muy
extendida entre los judíos. En algunos salmos y textos
proféticos se afirma claramente que, después de la
muerte, el individuo baja al Abismo (sheol), donde
sobrevive como una sombra, sin relación con Dios ni
gozo de ningún tipo. Será en el siglo II a.C., con motivo
de las persecuciones religiosas llevadas a cabo por el
rey sirio Antíoco IV Epífanes, cuando comience a
difundirse la esperanza de una recompensa futura,
maravillosa, para quienes han dado su vida por la fe. En
esta línea se orientan los fariseos, con la oposición
radical de los saduceos (sacerdotes de clase alta). El
pueblo, como los discípulos, cuando oyen hablar de la
resurrección no entiende nada, y se pregunta qué es
eso de resucitar de entre los muertos.
Los cristianos compartirán con los fariseos la
certeza de la resurrección. Pero no todos. En la
comunidad de Corinto, aunque parezca raro (y san
Pablo se admiraba de ello) algunos la negaban. Por eso
no extraña que el evangelio de Juan insista en este
tema. Aunque lo típico de él no es la simple afirmación
de una vida futura, sino el que esa vida la conseguimos
gracias a la fe en Jesús. «Yo soy la resurrección y la
vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el
que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.»
Pero el tema de la vida en el cuarto evangelio
requiere una aclaración. La «vida eterna» no se refiere
sólo a la vida después de la muerte. Es algo que ya se
da ahora, en toda su plenitud. Porque, como dice Jesús
en su discurso de despedida, «en esto consiste la vida
eterna: en conocerte a ti, único Dios verdadero, y a tu
enviado, Jesús, el Mesías» (Juan 17,3).
Nota: dice el relato que Jesús, al ver llorar a
María y a los presentes, se estremeció, se conmovió y
lloró. Sorprende esta atención a los sentimientos de
Jesús, porque los evangelios suelen ser muy sobrios en
este sentido. Generalmente se explica como reacción a
las tendencias gnósticas que comenzaban a difundirse
en la Iglesia antigua, según las cuales Jesús era
exclusivamente Dios y no tenía sentimientos humanos.
Por eso el cuarto evangelio insiste en que Jesús, con
poder absoluto sobre la muerte, es al mismo tiempo
auténtico hombre que sufre con el dolor humano.
Jesús, al llorar por Lázaro, llora por todos los que no
podrá resucitar en esta vida. Al mismo tiempo, les
ofrece el consuelo de participar en la vida futura.
La primera lectura, tomada del libro de Ezequiel, ha
sido elegida por la estrecha relación entre la promesa
de Dios de abrir los sepulcros del pueblo y volver a
darle la vida, y Jesús mandando abrir el sepulcro de
Lázaro y dándole de nuevo la vida. Ambos relatos
terminan con un acto de fe en Dios (Ezequiel) y en
Jesús (Juan).
Lectura de la profecía de Ezequiel 37, 12-14
Así dice el Señor:
-«Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir
de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la
tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y
os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis
que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis;
os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el
Señor, lo digo y lo hago.»
12 de abril, Marcha Penitencial al Cristo de
Cabrera
El sábado 12 de abril tendrá lugar la ya tradicional Marcha Penitencial al Cristo de Cabrera, que este año
cumple su trigésimo segunda edición. Como viene siendo habitual la salida se efectuará desde la iglesia
de Santa María del Monte Carmelo (Pso. Carmelitas), a las 7.00 de la mañana.
Una vez en el Santuario de Cabrera los peregrinos participarán en la celebración de la eucaristía prevista
para las 17.30 horas. Para después regresar de nuevo a Salamanca.
Información: 923 215 094
IDA
Este viernes se estrena en Cines Van Dick la película IDA, ganadora de los festivales de Gijón y de
Londres del pasado año. Dirigida por Pawlikowski la película narra la historia de una joven que se
prepara para convertirse en monja en el convento donde ha vivido desde que quedó huérfana de niña.
Pronto descubre que tiene una pariente viva a la que debe visitar antes de tomar los votos, la hermana de
su madre, Wanda. Ambas se embarcan juntas en un viaje de descubrimiento sobre ellas mismas y de su
pasado común, vinculado con la desgarradora historia política de su país.
La comunidad de Carmelitas Descalzos de
Salamanca organiza un retiro cuaresmal para el
sábado 5 de abril, de 11.00 a 13.00 horas. El
retiro será dirigido por el teólogo y filósofo D.
Modesto Berciano Villalibre quien impartirá dos
charlas: 'Pasión de Cristo: Camino hacia la
Pascua' y 'Resurrección de Cristo y sus
significación histórica'.
Pastoral Universitaria lanza su propuesta para celebrar esta
Pascua viviendo en fraternidad en tres comunidades rurales
(17-20 abril). Por otro lado, del 25 al 27 de abril, ofrece una
Iniciación a los Ejercicios Espirituales (para jóvenes de 18 a
30 años). Si estás interesado apúntate antes del 16 de abril.
Las Plazas son limitadas. info@pastoraluniversidad.es
La Parroquia de Jesús Obrero organiza unas
Jornadas sobre la Exhortación “La Alegría del
Evangelio”
La parroquia de Jesús Obrero, en el Barrio de Pizarrales, ha preparado tres jornadas para estudiar la
exhortación del Papa Francisco ‘La alegría del Evangelio’. Se celebrarán los días 31 de marzo, 1 y 2 de
abril, a las 20.30 horas en la Sala 12 de la parroquia.
-Lunes, 31 de marzo: ‘La reforma de la Iglesia en la salida misionera’, a cargo del religioso jesuita P.
Antonio Guillén.
- Martes, 1 de abril: ‘La inclusión social de los pobres’, por Dª Sonia Olea, responsable del programa
Personas sin hogar ni vivienda de Cáritas Española.
- Miércoles, 2 de abril: ‘La Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que Evangeliza’, por
D. Agustín Rodríguez Teso, párroco de la iglesia de Santo Domingo de la Calzada, que se asienta en el
poblado chabolista de El Gallinero (Cañada Real) de Madrid. Este sacerdote de clara vocación social
acercará la realidad del trabajo pastoral que viene desempeñando en uno de los asentamientos más
precarios y marginados de la capital de España que carece de servicios elementales, como agua,
alumbrado, electricidad…
Pascua Juvenil en la Parroquia de El Milagro
Ejercicios Espirituales
9 Marzo- 9 Abril. Centro de Espiritualidad San Ignacio. Tfno.: 923125000.
7-10 Abril: Ejercicios Espirituales dirigidos por los sacerdotes D. Jesús Jiménez y D. José María
Miñambres. Tendrán lugar de 20.00 a 21.30 horas en los salones parroquiales de San Juan Bautista.
Información: 923 215 094.
25-27 Abril: Iniciación a los Ejercicios Espirituales para jóvenes de 18 a 30 años. En el Monasterio de La
Trapa, en Arévalo (Ávila). Organizan las delegaciones diocesanas de Pastoral Juvenil, Universitaria y
Vocacional. Información en pastoraljuvenil@diocesisdesalamanca.com y en el teléfono 923 128 900.
Oración
Parroquia de San Marcos: de lunes a sábado, oración en Cuaresma, a las 8.30 de la mañana. Además, el
sábado 8 de marzo, a las 16.30 horas, celebrarán un encuentro oración en la Casa San José (Avda.
Merced).
Parroquia Nombre de María: Eucaristía y oración de vísperas, a las 19.30 h.
Pastoral Universitaria: Oración de Vísperas, el 18 de marzo, a las 19.00 h. en la capilla de la residencia
Santa Inés.
Retiros
22 Marzo: Retiro de Cuaresma de la Unidad pastoral La Anunciación-San Mateo. Reflexión guiada por
D. Raúl Román. Información: 615 285 665.
23 Marzo: Retiro de Cuaresma de FRATER. Se celebrará en Zamora y será dirigido por D. Lauren
Sevillano, Consiliario de FRATER zona León-Asturias. Información: 923 261 429.
24 Marzo: Retiro diocesano para sacerdotes. Dirige el sacerdote diocesano D. Alfredo Fernández
Giménez. Se celebrarán de 10.15 a 18.00 horas en la Casa de Espiritualidad San Vicente de Paúl.
Información: 620 716 327.
26 Marzo: Retiro de Vida Ascendente, en la Iglesia de las Hijas de Jesús (Montellano. C/ Zamora, 18-
22), de 10.30 a 13.00. Dirige D. Fernando García, Consiliario de este Movimiento. El retiro está abierto a
todos los que quieran participar.
30 Marzo: Retiro de la parroquia Jesús Obrero, de 10.30 a 19.00 horas. Dirige D. Florentino Gutiérrez,
vicario general de nuestra diócesis. Inscripciones en el despacho parroquial.
Via Crucis
Todos los viernes de Cuaresma.
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  • 1. La represión no es el camino en Venezuela 04/04/2014 Transmitimos el comunicado realizado por la Conferencia Episcopal de Venezuela, ante la grave situación de violencia y represión que está sufriendo el país, que se suma al "desabastecimiento, la carestía de la vida, la inseguridad.." Hacen una llamada a la responsabilidad de todos en cuanto a conseguir la paz y el destino democrático del país . Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela Caracas, 02 de abril de 2014 1. La crisis que desde el pasado 12 de Febrero vive Venezuela es sumamente grave tanto por su magnitud, ya que abarca dimensiones diversas de la vida nacional, como por su duración, violencia y nefastas consecuencias para nuestro presente y nuestro futuro. Por tal motivo, los Obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana queremos dirigirnos de nuevo a todos los venezolanos, cualquiera sea su simpatía política. 2. Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado “Plan de la Patria”, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de “pacificación” o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física. 3. Los estudiantes y otros manifestantes pacíficos, ejercen su legítimo derecho, previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto. Las manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han dejado muertos, heridos y destrozos en instituciones y propiedades. Es difícil señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que muchas acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena. El empleo de barricadas y el ataque hacia personas e instituciones, así como la quema de vehículos particulares y de servicio público, crean una situación que no se debe aceptar ni aplaudir. 4. Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados, demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente. En muchos casos han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la actuación de éstas ha quedado seriamente cuestionada. 5. Lamentamos los asesinatos de civiles y de Guardias Nacionales ocurridos en las manifestaciones. Queremos recordar que el valor de la vida es absoluto y Dios lo protege con el quinto mandamiento. De igual modo rechazamos la criminalización de la protesta ciudadana y la negación práctica de los derechos humanos en el trato a los manifestantes. Denunciamos la abusiva y desmedida represión contra ellos, las torturas de que han sido objeto muchas de las personas detenidas y la persecución judicial a los Alcaldes y Diputados contrarios al oficialismo. 6.
  • 2. La restricción de la información tanto en la prensa como en los medios radioeléctricos atenta contra el derecho del pueblo a estar bien informado y también contra la posibilidad de que se conozca la verdad de los hechos y se sancione a los culpables. Sin determinar la verdad será imposible lograr la paz. Una “Comisión de la Verdad” que sea plural y que genere confianza en los ciudadanos, puede ser una gran ayuda. 7. El desabastecimiento, la carestía de la vida, la inseguridad y las restricciones en la venta de gasolina, más notables en el interior del país y en las zonas fronterizas, se traduce en angustia y malestar creciente de la población. A esto se añade que no pocas personas inescrupulosas, amparados en la crisis que atraviesa la nación, se han dedicado a especular con los bienes y servicios, que han subido a precios exorbitantes. Si no se toman los necesarios correctivos a estas situaciones, ellas serán una chispa que seguirá encendiendo la violencia. 8. El Gobierno se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza. La represión no es el camino. Con ella no ha podido evitar las manifestaciones de protesta ni dar respuesta al descontento y la rebeldía de la gente. La salida de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos, evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria rectificación. Consideramos oportuna y de gran valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia. 9. Hacemos un llamado a todos los venezolanos, especialmente a los dirigentes del Gobierno y de la oposición, a considerar la extrema gravedad del momento presente, y a evitar que el país se siga desangrando y se derrumbe por la violencia. Más aún, los exhortamos al dialogo y a poner todo su esfuerzo por construir nuevas relaciones basadas en el mutuo reconocimiento, la reconciliación y la búsqueda de la normalización de la situación nacional. 10. La fe cristiana bien entendida nos exige a todos los creyentes responsabilizarnos del destino del país, no permanecer indiferentes sino más bien involucrarnos en la defensa de la vida, de los derechos humanos, de la libertad y la democracia. Nadie que viva en Venezuela debe decir que no le interesa o preocupa la violencia y las muertes que están aconteciendo en ciudades y pueblos. Todos, sin excepción, somos responsables de la libertad, la paz y el destino democrático de nuestra Patria. 11. Inspirados en la Palabra de Dios, todos los creyentes en Cristo tenemos que asumir decididamente el servicio de la reconciliación. Aprovechando la Cuaresma y la próxima Semana Santa, los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en acciones pastorales y los Obispos contribuiremos a edificar la paz desde la verdad y la caridad, pues a la Iglesia le corresponde ser el ámbito de la comunión donde todos podremos encontrarnos asumiendo razonablemente nuestras diferencias. Como enseña San Pablo, nos toca derribar todo muro de división. Cristo es nuestra paz (Ef 2,14). 12. Nos solidarizamos con la población de las ciudades que más han sufrido la violencia y los efectos de la militarización. Particularmente con los habitantes de San Cristóbal. Invitamos a todos los católicos a ofrecer a Dios el AYUNO del próximo VIERNES SANTO EN SOLIDARIDAD con todas las familias que lloran a sus seres queridos, pidiendo para ellas consuelo, esperanza y fortaleza espiritual. 13. Invitamos a todos los ciudadanos, independientemente de su simpatía política, a unirnos como venezolanos, a superar el odio y la violencia, a evitar falsos rumores e informaciones que producen zozobra en la población y a comprometernos con Dios a resolver nuestros conflictos de manera pacífica. Ponemos estas intenciones en las manos amorosas de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. + Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas - Presidente de Honor de la CEV + Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo de Cumaná - Presidente de la CEV + José Luis Azuaje Ayala, Obispo de Barinas - 1° Vicepresidente de la CEV + Mario Moronta Rodríguez, Obispo de San Cristóbal - 2° Vicepresidente de la CEV + Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas - Secretario General de la CEVLo llaman “trabajo infantil” pero es esclavitud infantil 04/04/2014 Todo niño condenado a formar parte de un trabajo del que depende poder satisfacer sus necesidades más básicas y las de su familia, está condenado a trabajos forzados. Y eso está aún más claro si sus padres carecen de un empleo, o el que tienen no les proporciona un salario digno para sacar adelanta a su familia.
  • 3. El presidente de Bolivia, Evo Morales, supuesto adalid del “socialismo del siglo XXI”, ha pasado a la actualidad informativa por declararse parcialmente partidario del “trabajo infantil”. El debate, que no es nuevo, está servido: asociaciones de “niños trabajadores” le reclaman unas “justas” condiciones para un trabajo que “siempre ha existido” y que consideran necesario para colaborar a acabar con la miseria en la que viven sus familias. Además, añade el presidente, el trabajo contribuye a formar su “conciencia social”. Siempre ha existido una corriente que frente al “abolicionismo” y la erradicación total de la explotación infantil ha propugnado la “regulación”. La confusión nace desde el mismo momento en que hemos aceptado hablar de “trabajo infantil” en lugar de hablar de lo que realmente es: explotación y esclavitud infantil. En Bolivia lo que en realidad hay son más de 850.000 niños entre 5 y 14 años que están explotados. La confusión la han introducido los propios organismos internacionales, con la OIT al frente de ellos, que no para de hablar de “trabajo infantil” y de “las peores formas de trabajo infantil”. La confusión tiene que ver con esa visión burocrática y materialista que rezuma todo el discurso de unos organismos que siempre han servido para lavar la cara del criminal y despiadado imperialismo del Capital que está en el trasfondo de sus decisiones. Evo Morales no ha hecho sino poner de manifiesto esta contradicción. Y es que el “trabajo” en sí mismo no es reprobable. Siempre hemos defendido que los niños “trabajen” en lo que tienen que trabajar: jugando y formándose. Pero todo niño condenado a formar parte de un trabajo del que depende poder satisfacer sus necesidades más básicas y las de su familia, está condenado a trabajos forzados. Y eso está aún más claro si sus padres carecen de un empleo, o el que tienen no les proporciona un salario digno para sacar adelante a su familia. Este viene a ser el caso de más del
  • 4. 60% de los trabajadores adultos en el mundo. Y el del 70% de los empleos adultos en Bolivia. Y mientras se produzca esta situación, la existencia de los niños en el mundo laboral será una canallada y un crimen inmoral que no hace sino perpetuar un sistema económico canalla y criminal. Editorial de la revista Autogestión África y Europa Editado por José Mª Castillo Con frecuencia oímos decir que los inmigrantes negros, procedentes de África que intentan entrar en Europa, se vienen en cayucos y pateras o intentan saltar las vallas de Ceuta y Melilla porque las mafias sin escrúpulos los engañan y les prometen un bienestar imposible. O sea, los responsables de tanto sufrimiento, tantas desgracias y tantas muertes son la codicia de los mafiosos y el deseo de pasarlo bien que tienen los negros que no se resignan a seguir viviendo en sus países de origen. ¿Es esto realmente así? Quienes conocen de verdad la historia económica y política del mundo saben muy bien que Europa ha sido el continente más codicioso y hasta más ladrón que ha existido en la historia. No porque los europeos seamos más inmorales que los demás habitantes del planeta tierra, sino sencillamente porque hemos tenido medios para robar y matar que otros no han tenido. Sin ir demasiado lejos, el 8 de Enero de 1454, el papa Nicolás V firmó la bula “Romanus Pontifex” mediante la que le concedía al rey de Portugal el derecho de “invadir, conquistar y someter a perpetua esclavitud” a todos los habitantes de África. Lo más grave de este asunto es que, no sólo la corona de Portugal, sino los demás imperios coloniales de Europa se sintieron con el derecho de hacerse los dueños del continente. Como unos años más tarde, a partir de Alejandro VI (4.V.1493), la corona de España se sintió legitimada para invadir todo lo que quiso en América y traerse de allí el oro, la plata y todo lo valioso que encontró. Luego vino - por aludir a otro capítulo importante de este penosa historia - el asombroso negocio de los esclavos. Esta atroz historia es bien conocida. Las “piezas de Indias”, como se les llamaba a los esclavos transportados de África a América por tiranos europeos, eran medidos, pesados y embarcados en Luanda. Los que sobrevivían a la travesía del océano se convertían en “las manos y los pies” de sus amos. Por lo general, los negros morían rápidamente, sólo en casos excepcionales llegaban a soportar siete años continuos de trabajo. Eso sí, antes de cruzar el Atlántico todos eran bautizados. Y en Brasil tenían la obligación de asistir a misa. Religión, dinero y poder fueron los tres grandes aliados de la humillación, el sufrimiento y la muerte. Que en esta macabra historia hubo santos y héroes incontables, nadie lo duda. Pero hubo seguramente más criminales. Un negocio que duró desde el s. XVI hasta el s. XIX. Y para rematar la faena, me voy a referir a algo de lo que está pasando ahora. Como es bien sabido, la región de los Grandes Lagos de África, que comprende la República Democrática del Congo, Uganda, Ruanda y Burundi, es la zona que posee una de las riquezas en minerales más importantes del mundo, por su cantidad, su variedad y su calidad. El famoso coltan (mineral de tántalo y niobio), oro, plata, cobre, zinc, galio, germanio, cerio, lantano, estaño, níquel, diamante, cobalto, uranio, manganeso, tungasteno, etc. Baste pensar, por un momento, en el coltan, que se extrae en notable cantidad y calidad en Ruanda y en el noroeste del Congo. Este mineral ha sustituido al aluminio y ha hecho posible la fabricación de pequeños condensadores eléctricos con los que, hasta ahora, es cómo se pueden fabricar los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles, los juegos electrónicos, todos estos artilugios cada vez más pequeños y más perfectos. Es evidente que África aporta a Europa indeciblemente más de lo que Europa aporta a África. Y sin embargo, ahí están Lampedusa, Melilla y Ceuta, como tres símbolos, ¿de qué? ¿del gran continente de los “derechos humanos”?. ¿Y no se nos cae la cara de vergüenza? Es más, ¿tenemos incluso la desvergüenza de seguir pensando y diciendo que África está como está por causa de la corrupción de las mafias y del atraso responsable de sus habitantes? ¿No es todavía la hora de que Europa, si es que cree de verdad en los “derechos humanos”, se ponga en serio a pensar que tales derechos no son un privilegio de ricos, sino el proyecto que puede hacer que este mundo sea simplemente “humano”, y no el escándalo de la
  • 5. “deshumanización” más repugnante y una auténtica selva cuya única ley es “la ley del más fuerte”? El Papa en Santa Marta: el poder intenta silenciar a los profetas, pero el Espíritu no se puede enjaular 2014-04-04 Radio Vaticana (RV).- (audio) “Cuando se anuncia el Evangelio podemos ser perseguidos”. Lo dijo el Papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta. El Papa reiteró que hoy en día hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia, e instó a los fieles a no tener miedo a la incomprensión y a las persecuciones El corazón de los malvados que se alejan de Dios que quiere apoderarse de la religión. El Papa desarrolló su homilía, empezando por el pasaje del Libro de la Sabiduría, en la primera lectura. Y observó que los enemigos de Jesús tienden trampas, traman "calumnias, le quitan la fama". Es "como si prepararan un caldo para destruir al Justo". Y esto porque se opone a sus acciones, “reprocha los pecados contra la ley", les echa en cara "la transgresión contra la educación recibida". A lo largo de la historia de la salvación, observó el Santo Padre, "los profetas fueron perseguidos ", y el mismo Jesús lo dice a los fariseos. Siempre "en la historia de la salvación, en el tiempo de Israel, incluso en la Iglesia -dijo- los profetas fueron perseguidos". Perseguidos porque los profetas dicen: "¡Ustedes equivocaron el camino! Vuelvan al camino de Dios". Y esto, observó, "para las personas que tienen el poder de aquel mal camino, no le gusta”. “El evangelio de hoy es claro, ¿no? Jesús se escondía, en estos últimos días, porque todavía no había llegado su hora; pero Él sabía cual habría sido su fin, cómo sería su fin. Y Jesús es perseguido desde el principio: recordemos cuando al inicio de su predicación regresa a su pueblo, va a la sinagoga y predica; inmediatamente después de una gran admiración inicial, empiezan: ‘¿Pero éste, sabemos de dónde es? ¿Este es uno de los nuestros? ¿Pero con qué autoridad viene a enseñarnos? ¿Dónde estudió?'. ¡Lo descalifican! Es el mismo discurso, ¿no? "¡Pero éste sabemos de dónde es! Cristo, en cambio, cuando vendrá nadie sabrá de dónde es!'. Descalificar al Señor, descalificar al profeta para quitarle la autoridad!” Lo descalifican, dijo Francisco, "porque Jesús salía y hacía salir de aquel ambiente religioso cerrado, de aquella jaula". El profeta, reiteró el Papa, "lucha contra las personas que enjaulan el Espíritu Santo. ¡Y por eso es perseguido: siempre!". Los profetas "siempre son perseguido o incomprendidos -afirmó el Pontífice-, abandonados a un lado. ¡No les hacen lugar!". ¡Esta situación, no acabó con la muerte y resurrección de Jesús, continúa en la Iglesia! “Hostigamiento desde fuera y persecución desde dentro". Cuando leemos las vidas de los santos, dijo el Santo Padre Francisco: "cuántas incomprensiones, cuántas persecuciones han sufrido los Santos", "porque eran profetas”. “También tantos pensadores de la Iglesia fueron perseguidos. Pienso en uno, ahora, en este momento, no lejos de nosotros, un hombre de buena voluntad, un profeta de verdad, que con sus libros reprochaba a la Iglesia de alejarse del camino del Señor. Pronto fue llamado al orden, sus libros puestos en el índice, le quitaron la cátedra y así para este hombre terminó su vida: no hace mucho de esto. ¡Pasó el tiempo y hoy es beato! ¿Pero cómo es que ayer era un hereje y hoy es beato? Porque 'ayer los que tenían el poder querían silenciarlo, ya que no les gustaba lo que decía. Hoy la Iglesia, que gracias a Dios sabe arrepentirse, dice: 'No, este hombre es bueno!'. Es más, está en el camino de la santidad: es un beato". “Todas las personas que el Espíritu Santo escoge para decir la verdad al pueblo de Dios -añadió el Santo Padre - sufren persecución." Y Jesús "es el modelo, la imagen". El Señor tomó sobre Él "todas las persecuciones de su pueblo". Y aún hoy, observó con amargura Francisco, "los cristianos son perseguidos". "Me atrevo a decir -añadió- que tal vez haya tantos o más mártires ahora que en los orígenes", "porque a esta sociedad mundana, a esta sociedad demasiado tranquila, que no quiere
  • 6. problemas, le dicen la verdad, le anuncian a Jesucristo”: “Pero existe la pena de muerte o el encarcelamiento por tener el Evangelio en casa, por enseñar el catecismo, hoy en alguna parte! Me decía un católico de estos países en los que no se puede orar juntos. ¡Está prohibido! Sólo se puede rezar solos o escondidos. Pero ellos quieren celebrar la Eucaristía y ¿cómo pueden hacerlo? Hacen una fiesta de cumpleaños, fingen celebrar el cumpleaños y allí celebran la Eucaristía, antes de la fiesta. ¡Y esto ha sucedido! Cuando ven que llega la policía, rápidamente ocultan todo y 'Felicidad, felicidad. ¡Feliz cumpleaños! 'Y prosigue con la fiesta. Luego, cuando se van, terminan la Eucaristía. Así tienen que hacer, ya que está prohibido rezar juntos. ¡Hoy en día! Y esta historia de persecución, remarca “el camino del Señor, es el camino de los que siguen al Señor. "Pero, al final, termina siempre de nuevo, como el Señor: con una Resurrección, pero ¡pasando por la Cruz!". Francisco dirigió su pensamiento al padre Matteo Ricci, evangelizador de China, que "no fue comprendido, que no fue entendido. ¡Pero él obedeció como Jesús!” Siempre "¡habrán persecuciones, incomprensiones! Pero Jesús es el Señor, y ese es el desafío y la Cruz de nuestra fe". Que el Señor, concluyó el Papa, "nos dé la gracia para seguir su camino y, si ocurre, incluso con la cruz de la persecución." ER - RV El Papa a los jóvenes: “Soy feliz, a pesar de los problemas” (©Reuters) Papa Francisco La singular entrevista en video: Francisco responde a cinco jóvenes de Bélgica: “Yo también me he equivocado y me equivoco” ANDREA TORNIELLI Ciudad del Vaticano La idea era que fuera un encuentro de 20 minutos, pero duró 45. Hace pocos días, el Papa recibió a cinco jóvenes belgas (flamencos) y dialogó con ellos. El encuentro fue grabado y es posible ver una síntesis en esta dirección. La iniciativa comenzó gracias a un grupo de comunicación, “Verse Vis”, de la pastoral juvenil de Flandes. Quince jóvenes trabajaron en ella y, gracias a monseñor Lucas Van Looy, arzobispo de Gante, obtuvieron la entrevista con el Pontífice, que se llevó a cabo en la biblioteca del Palacio Apostólico el 31 de marzo. Los cinco jóvenes que participaron hicieron preguntas en inglés y Francisco respondió en italiano. Es un documento que no tiene desperdicio, sobre todo por la espontaneidad del diálogo. Al principio, Papa Bergoglio afirmó que siente como un deber responder a las inquietudes de los jóvenes. Los jóvenes “tienen inquietudes, y yo siento como un deber servir a estos jóvenes, porque la inquietud es como un signo. Siento que debo hacer un servicio a lo que es más precioso en este momento, que es la inquietud de los jóvenes”, dijo el Papa respondiendo a la primera pregunta: “¿Por qué aceptó dialogar con nosotros?”. Hablando sobre los pobres, Francisco dijo: “Este es el alma del Evangelio, yo creo en Dios y en Jesucristo; para mí, el alma del Evangelio son ls pobres. Hace dos meses escuché a una persona que dijo: ¡siempre hablando sobre los pobres; este Papa es un comunista! No, esta es una bandera del Evangelio, la pobreza sin ideología: los pobres están en el centro del Evangelio de Jesús”. “En este momento de la historia -continuó el Pontífice-, el hombre ha sido expulsado del centro, se ha deslizado hacia la periferia, y en el centro, por lo menos en este momento, está el poder, está el dinero. En
  • 7. este mundo, los jóvenes son expulsados. Son expulsados los niños (no queremos niños, solo familias pequeñas), y son expulsados los ancianos: muchos de ellos mueren por una eutanasia oculta, porque la gente no los cuida. Y ahora también son expulsados los jóvenes: en Italia, por ejemplo, el desempleo de los 25 años en adelante es casi del 50 %. Hemos entrado en una cultura del deshecho, lo que no sirve a esta globalización se deshecha: los ancianos, los niños y los jóvenes”. Pero el Papa, refiriéndose a su experiencia en Buenos Aires, dijo que se había reunido y que había hablado “con muchos jóvenes políticos”, de derecha y de izquierda, y que estaba “contento, porque hablan con una nueva música, un nuevo estilo de política”. 
Al responder a una pregunta sobre el futuro de la humanidad, Francisco dijo: “¿Dónde está Dios y dónde está el hombre? Tú, hombre del siglo XXI, ¿en dónde estás? Y esto me hace pensar: ¿Dónde está Dios? Cuando el hombre se encuentra a sí mismo, busca a Dios, tal vez no logra encontrarlo, pero sigue un camino de honestidad al buscar la verdad, un camino de bondad y de belleza. El camino es largo y algunas personas no esncuentran a Dios en sus vidas, pero son verdaderas y honestas consigo mismas, amantes de la belleza, que al final tienen una personalidad capaz del encuentro con Dios, y esto siempre es una gracia”. Los jóvenes preguntaron a Francisco si se equivoca. “Me he equivocado y me equivoco”, respondió sonriendo. “Se dice que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en el mismo sitio. Los errores en mi vida han sido así, grandes maestros de vida. No diría que he aprendido de todos mis errores: de algunos no, también soy testarudo. Pero he aprendido de muchos otros errores y esto me hace bien”. Los jóvenes le pidieron que diera un ejemplo concreto. “Lo diré… lo escribí en un libro, está publicado. Fui nombrado superior cuando era muy joven, tenía 36 años, y cometí muchos errores con el autoritarismo. Después aprendí que hay que dialogar, ver qué están pensando los demás. Pero no he aprendido totalmente… todavía me equivoco”. También le preguntaron si tiene miedo de algo. “¡De mí mismo”, respondió con otra sonrisa. “En el Evangelio, Jesús repite muchas veces: ‘¡No tengan miedo!’. Lo dice muchas veces, porque sabe que el miedo es algo normal, entre comillas: tenemos miedo de los desafíos de la vida, miendo frente a Dios. Todos tenemos miedo, todos, no hay que preocuparse por tener miedo… Tienes que tratar de aclarar la situación. Hay un miedo malo y un miedo bueno: este último es la prudencia. El malo te nubla, no te deja actuar, y de este nos tenemos que alejar”. El chico que filma la entrevista con una pequeña cámara de video pregunta si es feliz. Francisco regala otra sonrisa y responde con seguridad: “Absolutamente. Soy completamente feliz. Tengo una cierta paz interior, una paz grande. Es una felicidad que viene con la edad y también con un camino. En mi vida, e incluso ahora, he tenido siempre problemas, pero esta felicidad no se va con los problemas”. La última pregunta de los jóvenes belgas: “¿Tiene algo que preguntarnos?”. “No es una pregunta original, la tomo del Evangelio, pero creo que después de haberles escuchado es la pregunta adecuada en este momento: ¿dónde está tu tesoro, en dónde descansa tu corazón? ¿Sobre cuál tesoro descansa tu corazón? Porque en donde está tu tesoro está tu vida. El corazón se apega al tesoro: puede ser el dinero o el orgullo, o la bondad, la belleza, el deseo de hacer el bien. Deben responderse a ustedes mismos, solos, en su casa. Gracias, les agradezco mucho y recen por mí”. Un ángel en el corredor
  • 8. Sor Sonia La hermana Sonia de la Cruz, de 38 años, dirige la Clínica Divina Providencia fundada en Paraguay por padre Aldo Trento Luciano Zanardini Asunción La hermana Sonia de la Cruz trabaja 24 horas al día en la clínica Divina Providencia, que cura gratuitamente a 47 enfermos terminales, discapacitados graves o enfermos con el virus HIV, en un país, Paraguay, en el que la asistencia es para quien pued epermitírsela y en el que las personas, sobre todo pobres, son abandonadas por las calles. Sí, la Providencia. A sus 38 años, la hermana Sonia dedica su vida a los «pequeños Cristos». Al lado de las camas del hospital hay flores, porque así «como adoramos la Eucaristía, adoramos a Jesús que sufre». En cada historia hay muchos matices que esperan ser descubiertos. Carmelitana en un convento de claurusa, la hermana Sonia se había ocupado de asistir a potra monja y fue entonces cuando entendió que, tal vez, su vocación necesitaba algo diferente que expresara la síntesis precisa entre la contemplación y la acción. Comprendió que ya había habido una “primera llamada” cuando, todavía más joven, Dios la había puesto al lado de dos novios enfermos y que necesitaban cuidados. Y así dejó, no sin dificultades, la vida del claustro para casarse con la causa de los que necesitan cuidado, de los que no tienen a nadie. «Vivir con los enfermos me ayuda a vivir y abrazar a Jesús que sufre. Una mujer está completa cuando es hija, esposa y madre: fui hija, soy esposa de Cristo y madre de todas las personas que tengo a mi lado». En la vida cada persona juega un papel determinante en los encuentros que vivimos. Así fue también para sor Sonia: «El abrazo con padre Aldo (Trento, nda) me redimió, me hizo descubrir que era una persona amada por el Señor a través de un rostro concreto. Y el verbo se hizo carne. Me salvó de un momento de vacío» con la madre de todas las preguntas: «¿qué quiere Dios de mí?». Su historia es semejante justamente a la del padre Trento, «salvado de la exasperación» gracias al carisma de don Giussani. En los gestos y en la premura de sor Sonia se puede releer el Evangelio de Mateo: «Tenía hambre y me dieron de comer; tenía sed...». «Para mí, vivir cada día al lado de los que sufren –explica sor Sonia– significa enamorarme cada vez más del Señor. Y este es uno de los motivos por los que en la clínica, fundada en Asunción por padre Aldo Trento, se parte siempre de la Eucaristía, «para reconocer a Jesús en quien está sufriendo». Y así, cada día por los corredores del hospital, construido según el modelo de las reducciones jesuitas tan queridas en estas partes de América Latina, una silenciosa procesión eucarística ilumina los rostros de los pacientes. «Antes de morir reciben los sacramentos y cuando mueren –subraya sor Sonia– no piden tanto ropa bonita, sino más bien ser recordados, no ser olvidados. En muchos casos no pueden agradecerte porque no ven, no oyen y no hablan, pero el Señor debe ser curado y cuidado hasta el último instante». A pesar del sufrimiento, Sonia y Aldo no renunciarían nunca a sus vida. Y, como a menudo recuerda el padre Aldo, esta es una respuesta para los que invocan la eutanasia. Terapéutica de las enfermedades espirituales Jean-Claude Larchet El éxito deslumbrante del psicoanálisis a comienzos del siglo XX condujo a despreciar la sabiduría que la observación de los movimientos interiores del espíritu
  • 9. había proporcionado durante siglos a tantos hombres y mujeres.Sin embargo, poco a poco se ha ido abriendo paso la convicción de que no es posible reducir la interioridad a psicología o psiquiatría, pues tampoco ellas han sido capaces de explicar y sanar del todo las heridas interiores del ser humano. Es aquí donde la tradición de la Iglesia aporta su experiencia secular, que hunde sus raíces en el misterio de la encarnación de Dios. Así, una de las imágenes más fecundas del Oriente cristiano es la de «Cristo médico», que ha venido a devolver la salud a la humanidad enferma.En este proceso, el Espíritu Santo viene en ayuda de cada bautizado para que pueda unirse a Cristo en la Iglesia. Con todo, esta unión es una tarea que sólo puede llevarse a cabo mediante la ascesis, el trabajo interior. El estudio que el lector tiene en sus manos no es sólo un clásico de la espiritualidad y una enciclopedia de la sabiduría patrística, sino un auténtico tratado de medicina para el alma. Pensar con Chesterton, de Tomás Baviera Puig Pensar con Chesterton. Fe, razón y alegría Tomás Baviera Puig Ciudad Nueva 15 euros ¿Es posible creer sin renunciar a razonar? Y si es así, ¿qué papel tiene la razón en el proceso de apertura a la fe? Si la fe no resulta atractiva, no es porque no se pueda demostrar, sino porque se ha debilitado nuestra capacidad de alegrarnos. Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), periodista londinense, confiaba en la razón y creía en la alegría. Buscó el modo de que fueran de la mano y se compenetraran, y descubrió que caminaban juntas hacía tiempo en el cristianismo. Dos ensayos suyos, Ortodoxia (1908) y El hombre eterno (1925), recogen principalmente su visión del cristianismo: el primero relata su itinerario intelectual, que lo condujo al credo católico, y el segundo demuestra la singularidad histórica de Jesús y su influencia en el interior del ser humano. Para muchos lectores de Chesterton que se han perdido en sus páginas, o para quienes aún no se han adentrado en ellas, este libro les servirá como mapa para orientarse no solo en Ortodoxia y en El hombre eterno, sino también en otras obras suyas. En cualquier caso, la lógica de los planteamientos expresados en estos dos libros ayuda a descubrir un amor digno de ser creído e inspirador de auténtica esperanza. Tomás Baviera Puig, ingeniero de Telecomunicación y doctor en Comunicación, ha sido investigador visitante en Bentley University (Massachusetts). Actualmente dirige el Colegio Mayor Albalat (Valencia) y es el subdirector del Instituto para la Ética en la Comunicación y Organizaciones (IECO). ¿Somos nuestro cerebro? El País | Adela Cortina A mediados de marzo se celebró la Semana Mundial del Cerebro, un
  • 10. acontecimiento que tiene lugar anualmente en más de 80 países y se propone divulgar los progresos y beneficios de la investigación sobre el cerebro, como también los retos a los que se enfrenta. Y en este capítulo de los retos es en el que se introduce en ocasiones un espacio para la reflexión ética. Curiosamente, la pregunta que suele plantearse a los eticistas es la de cuáles son los límites éticos en la investigación sobre el cerebro y en la aplicación de los hallazgos. Un guion que se repite en todos los acontecimientos científicos, como si la ética fuera una especie de linier sádico, empeñado en descalificar a los científicos cuando la pelota traspasa la línea de lo permitido. Pero, afortunadamente, las cosas no son así, sino muy diferentes. El primer principio de cualquier ética respetable es el de beneficiar a los seres humanos, a los seres vivos en su conjunto y a la naturaleza, y cuanto más progresen las diversas ciencias en ese sentido, mejor habrán cumplido su tarea. Que, a fin de cuentas, es la de beneficiar. Por eso tiene pleno sentido que trabajen conjuntamente ciencias y humanidades con el fin de conseguir una vida mejor. Ojalá avancemos en la prevención de enfermedades como la esquizofrenia, el alzhéimer, las demencias seniles, la enfermedad bipolar o la arteriosclerosis; podamos mantener una buena salud neuronal hasta bien entrados los años, mejorar nuestras capacidades cognitivas, precisar más adecuadamente la muerte cerebral, tratar tendencias como las violentas. Ojalá en la educación podamos servirnos de conocimientos sobre el cerebro que permitan a los maestros actuar de forma más acorde al desarrollo de ese órgano, extremadamente plástico; un asunto del que se ocupa con ahínco la neuroeducación. Ocurre, sin embargo, que cuando las investigaciones y las aplicaciones científicas ponen en peligro la vida, la salud o la dignidad de las personas o el bienestar de los animales se hace necesario recordar que no todo lo técnicamente viable es moralmente aceptable. Que “no dañar” es igualmente un principio inexcusable en todas las actividades humanas, también en las científicas. Para muestra, un botón. Hace unos días los medios de comunicación informaban de que Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, iba a ser sometido a una prueba neurológica, conocida como “test de la verdad”, a través de la cual podrían leerse sus respuestas cerebrales. Una prueba de este tipo plantea un problema moral y legal, porque no es lícito introducirse en la intimidad de una persona, en este caso a través de su cerebro, sin su consentimiento. Y, en efecto, los medios informaban de que, según la abogada de Carcaño, este había accedido voluntariamente a someterse a la prueba. Esta es una de las muchas cuestiones éticas que se plantean en ámbitos como el de las neurociencias: que no es lícito introducirse en la intimidad de una persona sin su consentimiento expreso. Tampoco ante presuntos terroristas, un aspecto bien importante en la neuroseguridad. Pero, ¿por qué entrar en el cerebro de una persona es introducirse en la intimidad? ¿Qué tiene de especial ese órgano, que la sola idea de trasplantar un cerebro nos parece inquietante, cuando ya se practican trasplantes tan complicados de otros órganos y otros miembros del cuerpo? Según un buen número de investigadores, porque todos esos órganos son irrelevantes en comparación con el cerebro. Somos —dicen— nuestro cerebro. Él crea las percepciones, la conciencia, la voluntad, y tanto da que el cerebro se encuentre en un cuerpo como en un ordenador, porque él lo crea todo. Trasplantarlo no presenta más problemas que los técnicos, porque donde va el cerebro de una persona va esa persona. Así las cosas, siguen afirmando estos científicos, actuamos determinados por nuestras neuronas, de modo que no existe la libertad, sino que es una ilusión creada por el cerebro, como todo lo demás. Sin embargo, tal vez las cosas no sean tan simples y por eso otros investigadores hablan del “mito del cerebro creador”, de que no es el cerebro el que crea nuestro mundo. Regresando al caso de Carcaño, el médico que supervisó la prueba de la verdad aclaraba que recibe ese nombre porque la persona sometida a ella no puede mentir. Según él, las respuestas cerebrales son automáticas y, por tanto, no están condicionadas ni por la voluntad ni por la conciencia. De donde se sigue para cualquier lector que la voluntad y la conciencia, surjan de donde surjan, son algo distinto de las neuronas y tienen la capacidad de actuar suficiente como para modificar los mensajes automáticos del cerebro. Pueden inventar historias, tratar de ocultar los recuerdos impresos, interpretarlos de una forma u otra desde esa capacidad de fabulación que nos constituye como personas. Parece, pues, que el enigma de la conducta humana sigue siéndolo, y que es necesario continuar las investigaciones desde el trabajo conjunto de humanistas y científicos, porque conocernos a nosotros mismos es la gran tarea que nos dejó encomendada Sócrates. Es ella misma un gran beneficio. Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y directora de la Fundación ÉTNOR. Panait Istrati: el Dostoievski rumano Carlos Javier González Serrano 30 marzo, 2014 El autor rumano Panait Istrati
  • 11. Panait Istrati (1884-1935) es autor aún poco conocido para los lectores de habla hispana. Las escasas traducciones de su obra al español, a pesar de haber alcanzado el premio Nobel, suponen un filón editorial aún por explotar y, a la vez, un incomprensible vacío literario al que desde Quálea han querido y sabido comenzar a poner fin. La vida de este autor nacido en Bucarest, que escribió sus libros fundamentalmente en francés y en rumano, no fue fácil: la humilde condición de su familia le permitió experimentar de primera mano las penurias de los trabajadores, e incluso, como apuntan desde Quálea, “el sufrimiento y la miseria, lo que le hace tomar muy pronto conciencia humana y política en favor de las clases más desfavorecidas”. Como nos informa muy atinadamente Pepe Gutiérrez-Álvarez, “la mejor novela de Panait Istrati fue sin duda su propia vida, que, por otro lado, fue la fuente casi exclusiva de su obra iniciada cuando había cumplido los cuarenta años y concluida trágicamente apenas diez años después. Hijo de un contrabandista griego y de una campesina rumana que se ganaba la vida haciendo de lavandera, Panait conoció el dolor y la miseria desde su más tierna infancia. Aunque quería enormemente a su madre, la abandonó cuando cumplió los doce años y se lanzó a recorrer el ancho mundo”. Esta misma circunstancia, que lanza de manera taxativa al joven Istrati a la aventura de la existencia, adquiere gran relevancia en el desarrollo de la novela que, en magnífica traducción de Marta Cerezales Laforet, acaba de publicar Quálea Editorial: Los cardos del Baragán, un relato que sin temor a equivocarnos podríamos adscribir a la tradición alemana de la Bildungsroman o novela de formación. Sin embargo, lejos de los remilgos literarios que podríamos encontrar en los relatos clásicos de Goethe o Lessing, la prosa de Istrati es descarnadamente directa: el adorno literario lo ofrece el propio devenir de lo que se narra, y no hay, para el autor rumano, mayor elogio de la escritura que poder cantar lo que la propia vida trae consigo, con sus alegrías y asechanzas, sus penas y sus glorias, sus luces y sus sombras. Nada hay superfluo, ni mucho menos diletante, en los textos de Istrati; tampoco en Los cardos del Baragán, novela en la que asistimos al -en ocasiones desafortunado, pero siempre, da la impresión, necesario- periplo vital de un chiquillo en cuyo desarrollo encontramos el núcleo gordiano de las enseñanzas literarias y vivenciales de Panait: la existencia posee una gramática cuyas leyes, a veces, debemos inventar para acogernos a las incomprensibles exigencias del inexorable Destino. En una de las innumerables y sustanciosas reflexiones del joven protagonista de la obra, Mataké, comprobamos cómo chocan de bruces esta ananké griega, esta necesidad que parece inherente a la vida, con una firme voluntad de modificar lo inmodificable: Portada de “Los cardos del Baragán”, exquisita y elocuentemente ilustrada por Álvaro Iglesias Confieso que yo no tenía sueños de grandeza. Soñaba, eso es todo. Me rebelaba contra todo ese pescado maloliente, contra esa apatía de los pantanos cenagosos y contras mis propios padres que, por lo que veía, parecían querer dejarme en herencia su miserable destino. No conocía ninguno más triste, incluido el de los vendedores ambulantes de petróleo, cuyo pan estaba impregnado con el olor de su mercancía; pero al menos comían pan a diario, mientras que nosotros sólo lo probábamos uno de cada cuatro domingos. Esta novela, de imprescindible lectura para quien desee conocer la odisea que la literatura centroeuropea afronta a caballo entre los siglos XIX y XX, se halla plagada de metáforas de honda repercusión por lo que al sentido de nuestra existencia se refiere. La más contundente, de largo, es aquella que asimila la región que da título a la obra, el Baragán, con la vida humana. Las primeras páginas del volumen -que, me atrevo a decir, encierran una calidad descriptiva comparable a la de todo un Dostoievski o un Galdós- presentan un escenario inhóspito, siempre acechado por un huracanado céfiro que trae consigo esos cardos que tan bien pueden identificarse con las cuitas y desavenencias a las que cualquier ser humano ha de hacer frente a lo largo de su vida. Aunque cabe otra analogía, más interesante si cabe: puede que tales cardos, repletos de espinas, sean en la imaginación de Istrati esos hombres y mujeres que, contra viento y marea, intentar resistir las acometidas del malhadado Destino, de aquel aire despiadado -aunque siempre habrá quien sucumba…-. Así, leemos: Al igual que el pastor, se tambalean; el moscovita sopla con furia redoblada sobre su masa compacta, y mientras tanto el Baragán escucha, el cielo plomizo aplasta la tierra, y los pájaros, desorientados, levantan el vuelo. Y así durante una semana… El viento sopla… Los cardos resisten, doblándose en todas las direcciones, con la bola unida a un corto tallo, no más grueso que el dedo meñique. [...] El pequeño tallo
  • 12. se rompe de golpe, cortado de raíz. Las bolas espinosas se echan a rodar, son miles y miles. Es el gran éxodo de los cardos: “Sabe Dios de dónde vienen o adónde van”, dicen los viejos mirando por la ventana. No se van todos a la vez. Los hay que salen corriendo al primer soplo furioso, verdadera avalancha de ovejas grises. Otros se empeñan en resistir, pero los primeros los enganchan en su cabalgata intempestiva y los arrastran. “Sin embargo, no salíamos de apuros -reflexiona Mataké-; en este mundo vale la pena deslomarse: el trabajo no lleva a ninguna parte” Al joven Mataké -trasunto literario de Istrati- le hubiera “¡… gustado hablar con alguien que me contase locuras, que me mintiese, pero que me permitiese soñar un poco, atreverme! Y los cardos no eran más que sueño y audacia, invitación a cambiar lo que tenemos contra lo que podríamos tener, aunque fuese lo peor, puesto que no hay nada peor que el estancamiento para los que aman la tierra entera”. Declaraciones que sin tapujos nos acercan a las vicisitudes históricas y sociales que por aquel entonces, primer tercio del siglo XX, vive la Europa más oriental, tan marcada por el final de la Rusia zarista, las revoluciones sociales y los fatales conflictos armados de 1918 y 1939 (aunque Istrati no llegara a presenciar la Segunda Guerra Mundial, desde luego, habría barruntado su posibilidad). Frente a la actitud de su padre, en ocasiones extenuante por pesimista y conservadora (“¡Olvidemos los malos ratos, hijo mío!… Hemos venido al mundo para expiar: eso es la vida… ¡Pero el Señor nos compensará…!”), Malaké lucha interior y exteriormente por alcanzar siquiera el pensamiento de un mundo mejor. Un desconocido revolucionario, que hará fulgurante y elocuente aparición en los trazos postreros de la novela, habla de esta manera -en un fragmento que bien podríamos asimilar al pensamiento de Istrati-: —Soy de Bucarest -les dijo-, y trabajo con las manos como vosotros, pero he aprendido a conocer a mis enemigos, que no son ni Dios ni sus rayos. Son los amos de los pueblos y de las ciudades los que nos reducen a la miseria, incluso en los años de abundancia. Para nosotros nunca los hay. Entrañable retrato de Panait Istrati Y es que, para el protagonista de Los cardos del Baragán, la posición paterna abriga en su seno la amenaza del peor de los males posibles: acostumbrar a nuestro ánimo a los golpes providenciales, a las embestidas del Destino, que de habituales, se convierten en soportables. Una perspectiva que Malaké se niega a aceptar: Porque nunca, desde los tiempos legendarios de la barbarie turca, mi país, dulce y laborioso, había conocido días tan atroces como los que os relato en esta historia; nunca mi apacible nación había sufrido tan cruelmente. Pero, ¿qué sabíamos de ello, nosotros, los niños? Excepto la ingrata existencia de todos los que nacen en una choza, excepto las privaciones constantes que liman, que modifican al ser humano pero que, a fuerza de ser habituales, ya no indignan a nadie, ¿qué sabíamos del gemido universal que se escapaba de millones de pechos campesinos de una punta a otra de Rumanía? Lo cierto es que Malaké sabe demasiado. Y cree, tal es su pecado, fervientemente en la libertad del ser humano, capaz de lo mejor y lo peor. Por eso hay a quien sólo le “quedaba el alcohol, el gran consolador
  • 13. autorizado por Dios y por la ley. Sólo el alcohol podía satisfacer a todo el mundo”… a fuerza de ejercer un insalubre olvido. En definitiva, Los cardos del Baragán expone con lúcida capacidad literaria los terribles desdenes con los que el Hado pone a prueba la soportabilidad de la existencia, que Istrati narra a ojos de un pujante joven que, a pesar de haber presenciado lo más desagradable de la vida y cuyo corazón va llenándose de una amargura que “a veces se desborda y hace llorar”, lucha de forma denodada por enseñorearse frente a la implacable mano de la Providencia. Una novela amarga y dolorosa en su desarrollo, pero abrumadoramente esperanzadora en sus conclusiones. Un hito literario del siglo XX aún desconocido, que todo lector mínimamente exigente debería disfrutar y conocer. LOS CARDOS DEL BARAGÁN. Panait Istrati. Traductora: Marta Cerezales Laforet. Quálea Editorial. Primera edición, 2014. ISBN: 9788494202209. 136 páginas. Rústica con solapas. 16,50 €. Segundas oportunidades Heidegger y la casa como apertura Por: EL PAÍS05/04/2014 Martin Heidegger, visto por Sciammarella. Por CRISTINA RIVERA-GARZA En 1951, en la célebre cátedra que dictó en Darmstat, Martin Heidegger equiparó el ser al habitar. Hurgando en las palabras del alemán antiguo, el filósofo argumentó que el verbo construir (bauen) aparece subrepticiamente en la conjugación de la primera y segunda personal del singular del verbo ser (Ich bin, Du bist), de ahí su conclusión: “estar en la tierra como mortal significa habitar”. Pero estar en la tierra significa también, luego entonces, encontrarse bajo el cielo, formando parte, al mismo tiempo, de un colectivo de mortales. Por eso, habitar es habitar la Cuaternidad—la tierra, el cielo, lo divino, la comunidad—que Heidegger uniera bajo el principio inevitable del cuidado: “En el salvar la tierra, en el
  • 14. recibir el cielo, en la espera de los divinos, en la conducción de los mortales, acontece de un modo propio el habitar como el cuidar (velar por) de la Cuaternidad. Cuidar (velar por) quiere decir: custodiar la Cuaternidad en su esencia. Lo que se toma en custodia tiene que ser albergado”. Tanta atención le dedicó Heidegger a la relación entre el construir, el habitar y el pensar (los tres verbos que, sin comas de por medio, sirven de título a la conferencia, y subsecuente ensayo, del 51) que no es para nada sorprendente la publicación de un libro sobre y alrededor de la cabaña que construyó y habitó intermitentemente, aunque por muchos años, al pie de la Selva Negra. En La cabaña de Heidegger. Un espacio para pensar, el arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de Welsh, Adam Sharr, no sólo describe con puntualidad, incluyendo planos y fotografías del lugar, la ubicación y el proceso de construcción de la cabaña sino que también se decide, con cierta cautela eso sí, a abrir sus puertas. La idea rectora es que existe una relación no sólo estrecha sino fundamentalmente productiva entre el espacio de la cabaña y el espacio de la página. La casa de “arriba”, como la describiera Heidegger comparándola de manera positiva con la vida superficial y ruidosa de “abajo” en universidades y ciudades varias, constituía su lugar de trabajo: el espacio que, cercano a las montañas y abierto al clima, podía servir como filtro de esa “ley oculta” de esa naturaleza circundante que constituía, con todo, la verdadera materia de la filosofía. La cabaña se convertía así en el espacio alquímico donde el paisaje se transformaba en pensamiento, es decir, en lenguaje. Su apego a la cabaña y a la forma de filosofía que éste le facilitaba fue tal que, en 1933, cuando la Universidad de Berlín le ofreció un prestigioso puesto, lo rechazó. En “Por qué permanecemos en provincia”, el artículo que publicó justo un año después, explicaba sus razones: “Cuando en la profunda noche del invierno una bronca tormenta de nieve brama sacudiéndose en torno del albergue y oscurece y oculta todo, entonces es la hora propicia de la filosofía. Su preguntar debe entonces tornarse sencillo y esencial. La elaboración de cada pensamiento no puede ser sino ardua y severa. El esfuerzo por acuñar las palabras se parece a la resistencia de los enhiestos abetos contra la tormenta. Y el trabajo filosófico no transcurre cual apartada ocupación de un extravagante, sino que tiene una íntima relación con el trabajo de los campesinos”. Más que un parapeto contra el mundo, la cabaña era, por el contrario, una apertura: la mejor oportunidad de entrar en amplio y denso contacto con él. Además de un espacio, la cabaña también era un método de vida y de pensamiento. El rectángulo de la residencia y el rectángulo de la página vueltos ambos pura habitación. Hay ciertamente una serie de peculiares pensadores de la montaña (Thoreau en Walden Pond, Wittgenstein en Noruega, Jung a las orillas del lago Zurich) que desdeñaron la vida agitada y superficial de las ciudades, optando por la vida ruda del campo. No todos conservaron la fe en la vida de provincias, como la denominara el autor de Ser y Tiempo (son legendarias las quejas de Wittgenstein después de su experiencia como maestro rural, por ejemplo) y, juzgando por la temprana relación de Heidegger con el nazismo, la vida campirana no salvó a nadie de (¿o condujo a?) la estupidez política. Pero queda de esa cabaña a los pies de la selva negra una experiencia vital e intelectual que, desde sus inicios en 1922, volviera visible la estrecha y productiva relación que va del espacio doméstico—de la habitación— al espacio de la página—la habitación. * Cristina Rivera-Garza, su último libro es El mal de la taiga Puestos de privilegio Fructuoso Mangas De esto y aquello Hojeador de libros y ojeador de lo que pasa; y si hubiera tenido tiempo habría sido, además, poeta, pintor y carpintero. Publicado el 04/04/2014 No es lo que piensas, lector amable. Hablo de algo totalmente distinto y, a mi entender y placer, muy interesante. Y además gratis. Me refiero a ciertos puntos de visión de la ciudad desde los cuales la vista es especialmente original y bella y por eso los llamo puestos de privilegio. Y me atrevo a sugerir algunos de los que de vez en cuando disfruto en su momento. Podemos comenzar por el lugar más inesperado y quizás desconocido para todos. A media mañana, un día de sol en cualquier estación del año, en la acera izquierda de la calle Pozo Amarillo, en dirección a Santa Eulalia, y mirando a los tejados, chaflanes altos, laterales y traseras descuidada y armoniosamente entremezcladas que sobrevuelan sobre la vieja construcción arruinada de la esquina de Correhuela. En este caso la arquitectura de media clase imita al arte más alto. No se lo pierda, si es usted un creador
  • 15. inquieto y no hace ascos al estructuralismo casual. Un 3D sorprendente. Ladera junto a Santo Domingo de la Cruz una tarde de sol apacible en los comienzos de la primavera y, condición no negociable, con los árboles recién floridos. Usted debiera ir y estar y sentarse allí largo rato, suspender el juicio, detener el pensamiento… hasta que se ponga el sol acariciando la Torre del Gallo. Difícilmente superable. Y en cuanto llegue el otoño se ponga con la tarde ya de vencida a la puerta del Palacio de Fonseca y estribado en una de las bases de piedra que la flanquean se dedique a contemplar lo que se ve, a ser posible sin nadie que pase ni entre ni salga, sin ruido de coches y en largo silencio. Parece como si toda la Salamanca del pensamiento y de la belleza se levantara en alto y a la vista. Enhechiza… Y esa misma tarde antes de que se ponga el sol lléguese, amigo lector, hasta el rincón que hasta hace poco ocupaba la estatua del príncipe Don Juan junto a la entrada del comedor universitario en la Cuesta de la Encarnación; puede quedarse sentado tranquilamente sobre el pretil como cosa de media hora larga admirando y remirando la maravilla hasta que el sol deje de iluminarla. Afición felizmente cumplida. Entrevista a Laurence Freeman, monje benedictino El poder de la meditación para renovar la Iglesia Lala Franco Martes 1ro de abril de 2014 Publicado en alandar nº307 Laurence Freeman impartió recientemente un retiro en La Cova de Manresa. Foto. Lala Franco Laurence Freeman es un monje benedictino que vive actualmente en el monasterio Christ the King en Cockfosters, a las afueras de Londres, pero viaja por todo el mundo como responsable del Movimiento Mundial para la Meditación Cristiana, que agrupa a más de 2.000 grupos en 114 países. Freeman ha estado recientemente en Manresa (Barcelona), impartiendo un retiro sobre meditación. En medio de un programa apretado, encontró amablemente tiempo y calma para una breve charla. ¿Qué es la meditación? La meditación es una manera de ser uno con nosotros mismos y con Dios, en el centro mismo de nuestro ser. La meditación es un camino hacia la pobreza de espíritu, que implica dejar de lado todos nuestros intereses, deseos y decepciones; es un camino a la pureza de corazón, lo que significa reducir todos nuestros deseos a uno solo: el deseo de Dios. La podemos definir como la oración del corazón, como una forma de oración contemplativa. O, también, podemos decir que la meditación es el viaje que hacemos desde nuestra mente a nuestro corazón. ¿Cuáles son los frutos de la meditación? Los frutos de la meditación son los que San Pablo, en la Epístola a los Gálatas, define como los frutos del espíritu: amor, alegría, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio de uno mismo. En el mundo de hoy, mucha gente medita por sus beneficios físicos y psicológicos sobre la ansiedad, la depresión, el colesterol o la tensión arterial. Pero su beneficio esencial es espiritual: la meditación nos humaniza, nos dice –o nos ayuda- a experimentar lo que es ser humano. Y ser humano es estar abierto a Dios y saber que nuestro destino es ser divinizados, compartir la vida de Dios. Los frutos del espíritu van apareciendo en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones, como signos de que esa divinización, ese participar de la vida de Dios, ha comenzado ya aquí y ahora. Si la meditación es tan buena en todos los órdenes ¿por qué no meditamos? La gente no medita porque, afirma, no tiene tiempo para ello. O porque encuentran que todo lo que se refiere a la meditación es demasiado simple: sentarse, mantenerse quieto, cerrar los ojos, dejar a un lado tus pensamientos, tus planes y tus recuerdos y repetir tu palabra o jaculatoria, tu mantra -confiada y constantemente- y hacerlo dos veces al día, entre 20 y 30 minutos. Esto, a muchos, les parece demasiado sencillo… o demasiado exigente. Yo creo que todo el mundo encuentra demasiado difícil el ser sencillo pero, a la vez, todos sentimos la necesidad de serlo. La gente muy ocupada del mundo de la política o las finanzas son los que más sienten la necesidad de la meditación.Tenemos una lista de vídeos de un minuto
  • 16. en Youtube en los que gente de este tipo explica por qué medita, dan una respuesta sencilla en tan solo un minuto. Si alguien se pregunta sobre la meditación, le consejo que las escuche. Le he escuchado decir que hoy es más fácil que un psiquiatra o una escuela de negocios aconsejen la meditación que lo haga un cura católico. ¿Por qué no meditamos más en la Iglesia? Algunas veces lo cristianos no conocemos nuestra propia tradición de meditación, asociamos la meditación al budismo o a oriente; por eso, parte del trabajo de nuestra comunidad ha sido, a lo largo de los últimos 30 años, ayudar a la gente a recordar que nosotros tenemos nuestra propia tradición de meditación como forma de oración. Hoy hay responsables eclesiales que están apoyando la introducción de la meditación en la formación de los sacerdotes. Porque hay muchos curas, preocupados por su propia vida espiritual y su oración, que sienten que no es suficientemente profunda y fuerte. Otra causa es que no hay formación hoy en día para la oración contemplativa en los seminarios. Tal vez hay una visión de tipo teórico, pero debería haber una formación real en la práctica de la oración contemplativa durante los años de formación. Laurence Freeman impartió recientemente un retiro en La Cova de Manresa. Foto. Lala Franco ¿No es la meditación una manera de fomentar el individualismo, en lugar de dirigirnos hacia las demás personas y hacia el mundo? Hay más de dos mil grupos de meditación cristiana en todo el mundo. Somos una comunidad mundial que ha nacido a través de la práctica de la meditación y que existe para enseñar y compartir esta práctica. Cualquiera de los meditadores de esta gran comunidad diríamos que uno de los frutos de nuestra práctica ha sido el sentido de comunidad y una nueva visión de lo que realmente significa la Iglesia. La meditación como practica espiritual, como una forma de oración, conduce hacia la comunidad y es capaz de trascender el problema cultural del individualismo, que es muy serio. Si la meditación se piensa como una práctica puramente secular, puramente orientada hacia el yo, refuerza el individualismo. Pero yo creo en la gracia y creo que la gracia de Dios está presente incluso cuando uno empieza a meditar por sus propias razones. Incluso cuando se hace por razones que podemos pensar inadecuadas, la gracia de Dios está esperado por nosotros. ¿Cómo ayuda a la Iglesia el Movimiento Mundial para la Meditación Cristiana? La meditación ayuda a la Iglesia porque nos lleva de vuelta al corazón de nuestra fe, que es la experiencia de Cristo en nuestro interior. Creo que es un camino que aporta un sentido sacramental de la realidad y por tanto enriquece la realidad sacramental de la Iglesia y las otras formas de oración. Hoy, la Iglesia enfrenta tres tentaciones: una es pensar que el Evangelio es una ideología, la otra es gestionar la Iglesia como si fuera una compañía multinacional y la tercera es el clericalismo. La mejor manera de afrontar estos peligros internos es profundizar en la vida espiritual, reforzar la vida contemplativa en todos los niveles y ver la meditación no tanto como una especialización para algunos frailes o monjas sino como una parte de la vida cristiana para todos, desde los niños a los adultos: para todos. Aparte de eso, una espiritualidad contemplativa más profunda traerá un nuevo poder: el poder del amor, para encontrar a Cristo en el pobre, el marginado, el sin hogar, el adicto y una nueva manera de hablar a favor de la justicia. Este lado activo y compasivo de la Iglesia mana de ella desde la experiencia interior de Cristo. Me ha sorprendido oírle hablar de presos que meditan o de gentes sin hogar que meditan o decir que los niños meditan… Ahora estamos enseñando meditación a los niños en escuelas católicas de 25 países. En Gran Bretaña hay 250 escuelas donde se medita a diario. Los niños adoran meditar, se lo piden al profesor y un 70% de ellos afirma que medita por su cuenta en casa. Un niño pequeño me dijo que le gustaba la meditación porque era su único momento tranquilo del día. También la gente que se está recuperando de una adicción responde muy bien a la meditación. Hay momentos, personas y circunstancias en la vida más abiertos al reino de Dios y sus realidades. Y, entre ellos, los niños -que son naturalmente contemplativos-, los adictos en rehabilitación -que han tocado la desesperación- y los que están aislados y solos, ansiosos por una auténtica conexión con el mundo y con los demás y que encuentran a Dios dentro de ellos mismos. Por tanto, la verdad cristiana central es la de que el poder de Dios se manifiesta en la debilidad humana y no en la fuerza humana. ESTO PASA HOY EN ESPAÑA
  • 17. Para analizar bien lo que está pasando en nuestro país, que está haciendo sufrir, y mucho, a millones de personas, especialmente a parados y jóvenes, hay que seguir tres pasos: Ver, Juzgar y Actuar. VER Lo que yo creo más grave y denunciable es: Por una parte... 1. La ayuda a los bancos: Vimos con asombro cómo los bancos hacían caja a costa del pueblo español simplemente siendo intermediarios entre las ayudas europeas y el Estado Español. Nuestros préstamos los recibíamos a través de los bancos a un interés bastante más alto que el que pagaban los bancos a la UE. Era dinero europeo, también español, nuestro. Y por otra parte... 2. Los desahucios. Es lo de la parábola. A los ricos (los bancos) se les ayuda o se les perdona la deuda (ya se habla de los millones que los bancos no devolverán). En cambio ellos, los bancos, a quienes no pagan las hipotecas los echan de casa. El evangelio condena claramente estos comportamientos tan escandalosamente inmisericordes e incoherentes. CIFRAS DE DESAHUCIOS EN ESPAÑA: Hacia finales de 2012, según la PAH -Plataforma de Afectados por la Hipoteca-, el número de desahucios llegaría a los 171.110 desde el comienzo de la crisis en julio de 2008. Ni el Gobierno, ni el INE ni las entidades bancarias ofrecen datos claros ni contrastados. Según el Banco de España los desahucios subieron en 2013 en relación a 2013. En los 6 primeros meses de 2013 hubo 19.567 desahucios, casi tantos como en todo 2012, año en el que hubo 23.774.17 Por una parte... se adeuda, se roba, se defrauda... al Estado (=al Pueblo) 3. El futbol: El montante total de la deuda de los equipos españoles profesionales, exceptuando Real Madrid y Barcelona, es de unos 3.600 millones de euros. La propia Hacienda se niega a revelar las deudas de Madrid y Barcelona. La deuda de los clubes de fútbol con la Seguridad Social asciende a 16,6 millones de euros (16.615.542,68€), a fecha del pasado 13 de mayo, según refleja la respuesta del Gobierno a una pregunta formulada por el portavoz socialista de Deportes en el Congreso. 4. Fraude fiscal. Las grandes fortunas y grandes empresas concentran el 71,8% del fraude fiscal total, un porcentaje que supone una pérdida recaudatoria para el Estado (=el pueblo español) de más de 42.000 millones de euros anuales, según un informe de técnicos de Hacienda, hecho público el 28-11-2013. 5. La corrupción.
  • 18. Con 5,9 millones de desempleados, el paro es la principal inquietud para los ciudadanos. La corrupción ya preocupa más que la debilidad económica. Nunca antes en la historia de la democracia, el malestar hacia los políticos y los partidos había llegado a un nivel tan alto. Tampoco nunca antes habían coincidido casos enormes de corrupción que alcanzan al partido del Gobierno, PP, a exministros, que tocan las ayudas sociales y que degradan las finanzas públicas hasta abrir agujeros que tardarán en cerrarse. Gürtel, los ERE de Andalucia, Malaya, Bárcenas... Son los grandes casos de cohecho, malversación y fraude que salpican a políticos –también a empresarios y cargos sindicales-. Hace dos décadas, el asunto que agitó al partido del poder fue Filesa, que se cerró en el Supremo con la primera condena por un escándalo de financiación ilegal de un partido: el PSOE. Son escandalosos, y caen quizás dentro del concepto de corrupción, los elevados sueldos de cargos públicos sobre todo en las instituciones europeas. Igualmente otros que desempeñan cargos en instituciones económicas o ex políticos que reciben buenos sueldos por estar en consejos de administración con el único objetivo de aprovechar su influencia. En los ERE se investiga la malversación de 136 millones. Malaya, la cantidad récord defraudada: 500 millones. La Policía dice que la red de Correa movió 25,5 millones. La trama Gürtel estafó un mínimo de 120 millones de euros. Hacienda dice que Bárcenas defraudó 11,5 millones. El PSOE con Filesa ingresó 6 millones. Etc., etc. Y por otra parte... 6. Como no hay dinero, debido a los impagos del futbol, al fraude fiscal, a lo que nos roban los corruptos, etc. etc., se derivan los recortes en los servicios sociales, en la sanidad pública, en educación... Un ejemplo: Existen 189.427 personas a las que se les ha reconocido el derecho de acogerse a alguna de las ayudas de la ley pero siguen aguardando a recibir la prestación económica o el servicio del que son acreedores. El recibir o no la prestación depende del lugar de residencia del beneficiario. En total, son 11 las regiones que incumplen el plazo máximo de seis meses para reconocer el derecho a acceder a una prestación. Los retrasos son "especialmente significativos" en Andalucía, Asturias, la Comunidad Valenciana y Extremadura, donde se superan los 300 días. En conjunto, el término medio es de 246 días (algo más de ocho meses). Estos datos corresponden al análisis de expedientes tramitados entre enero de 2011 y abril de 2013. Cuando los trabajadores de servicios sociales hablan del desmantelamiento del sistema de dependencia y del retroceso que sufre la ley se refieren a cuestiones como la reducción de la principal partida a través de la cual el Estado destina fondos a las comunidades autónomas, que en 2013 ha caído casi en 200 millones (un 14%) respecto al año anterior. Otro ejemplo de restricción lo tenemos en la atención sanitaria de los inmigrantes. El Consejo de Estado considera que el Proyecto de Reglamento de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) propuesto por el Ministerio del Interior "introduce limitaciones o restricciones" al derecho de los inmigrantes recluidos a la atención sanitaria y pide al Ejecutivo que modifique su redactado porque considera que "no resulta aceptable". 7. El paro: En las encuestas el paro se percibe como el principal problema que tiene España. Por consiguiente todos somos conscientes de la gravedad del problema. En el conjunto de España, el número de parados registrados aumentó en enero en 113.097 personas, hasta contabilizar un total de 4.814.435 parados.
  • 19. Pero, ¿por qué no hay trabajo si hay tantas necesidades –individuales y sociales- sin satisfacer? Porque en este sistema sólo se crean puestos de trabajo que generen beneficios satisfactorios. El trabajo no está en función de las necesidades sino del beneficio a obtener. Etc. Etc. JUZGAR Todos estos males tienen unas causas estructurales que se pueden resumir en una: el capitalismo neoliberal productivo y financiero. Es necesaria una mayor protección de los intereses de los más débiles. La corrupción está institucionalizada. Y unas causas personales: ausencia de ideología, de ética, de moral... que tengan como núcleo de referencia el bien integral de las personas. No hay referencias de comportamiento, valores que orienten las decisiones: vale lo que me favorece, aquello de lo que saco provecho. El beneficio, el dinero es lo único que importa. Tenemos muchos comportamientos corruptos. Quienes están más obligados a denunciar la perversidad de este mundo no lo hacen: intelectuales, curas... Consecuencias: aumenta el número de pobres, de marginados o excluidos, los trabajadores están más explotados, los enfermos y los que están con necesidades de atención especial están menos atendidos o nada atendidos, a los inmigrantes se les niega la sanidad... Hay miedo a perder el trabajo y en la empresa se pasa por lo que sea para no ser echado, desesperación al ver que pasa el tiempo y no encuentran empleo... Vivimos en un mundo de esclavos, impotentes para enfrentarnos a las fuerzas dominantes que, por otra parte, casi desconocemos, que están fuera del alcance de nuestra capacidad de acción, entre ellos los manipuladores financieros... Podemos incorporar aquí el juicio lúcido y certero del Papa Francisco: "Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta". Etc., etc. ACTUAR: ¿QUÉ PODEMOS HACER? Podemos ser altavoces de una voz clara y contundente que parece no ha tenido el eco suficiente ni en la sociedad ni en la Iglesia: la voz del Papa Francisco. Asumimos los juicios de valor sobre nuestro mundo que él ha emitido en su Exhortación "La alegría del Evangelio" y por eso decimos que efectivamente la humanidad está en manos de un sistema económico que propicia que cada vez haya más pobres, más marginados, más excluidos. La inequidad es una de las principales características de nuestra sociedad. Además, "esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones— cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes". Hemos de enfrentarnos a este sistema con todas nuestras fuerzas y todos nuestros medios: participando o apoyando los movimientos que luchen contra él, integrándonos o, al menos, votando a los partidos políticos que más se opongan al neoliberalismo productivo y financiero, comprometiéndonos en la lucha sindical o a través de asociaciones alternativas ciudadanas, culturales... etc. Todo tendría que estar unificado en una común lucha de liberación para poder conseguir quitarnos el yugo implacable que nos oprime a todos, que nos empobrece a todos, que maltrata cada vez más fuertemente a más gente... Sólo unos pocos son excepción: los que son cada vez más ricos, que son
  • 20. aquellos a los que este sistema sirve. Lo hemos visto anteriormente: estamos ante unas muy potentes fuerzas que, por otra parte, son inmisericordes ante el dolor que ellas mismas producen. Como dice el Papa Francisco es necesaria "una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano". "...La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se considera contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona". También, siguiendo las pautas de Jesús de Nazaret, y las marcadas también últimamente por nuestro Papa Francisco, hemos de ser solidarios acogiendo, acompañando y compartiendo lo que somos y tenemos con los pobres, marginados o excluidos, que han de ser nuestros preferidos, individualmente, pero sobre todo a través de las asociaciones o instituciones que encauzan la solidaridad hacia los más necesitados, de aquí y de todo el mundo. Etc. Etc. José María Alvarez (Pipo) Cuando la prisa periodística devora la verdad del hecho Publicado el 03.04.2014 JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Salvo en raras excepciones, que las hay y muy honrosas en los grandes medios generalistas en este país, la información de temas religiosos, en cualquiera de sus formatos, se encuentra tan desvalida y tan devorada por la prisa que da auténtica grima asomarse a ella. La ideologización que la conduce hace tiritar muchas veces a la verdad. No obstante, no hay que negar que el miedo, el silencio y el ocultismo en la comunicación desde la Iglesia misma han hecho que el bulo crezca y se desate la imaginación. La falta de una clara comunicación, estructurada y abierta, ha hecho flaco favor a la verdad también. Cuando interesa inflar el globo ideologizante, falta aire en los pulmones de los interesados para hincharlo y lanzarlo al vuelo. Y cuando se quiere ocultar tanto lo que no debiera, el aire es fétido y malsano. Hay que cuidar ambas partes. Hace poco lo hablábamos durante una mesa redonda con responsables de centros concertados, pertenecientes a Escuelas Catolicas, en Madrid. Se les ve ocupados y preocupados por cómo cualquier hecho lamentable y claramente delictivo, en algún centro concertado, llega a la opinión pública con tanta fuerza y batería negativa que es capaz de cubrir como un manto su larga y brillante trayectoria educativa. Y se ve a menudo, sin que tenga aquí y ahora que recorrer la geografía o las hemerotecas para recordar viejas y nuevas historias. Y si no, vean si no ha sucedido así.
  • 21. Nada más saltar la noticia, ponen toda la carne en el asador, prenden la cola de la zorra y la sueltan por el trigal. Los bulos devienen en tópicos, tan abundantes cuando a la Iglesia se refieren. Enredados en la Red y su cohorte de redes, la información llega tan rápida que los lectores se deslizan por esta sociedad líquida como patinadores sobre hielo. Informaciones epidérmicas, espumosas y espasmódicas, con falaces argumentos de cosmética antieclesial, vieja retórica decimonónica que pinta frailes con orejas de burro, monjas perversas y colegios sórdidos y oscuros. Los lectores, como patinadores, no se paran un instante a pensar. La mentira de un suelto en Twitter no tiene su corrección adecuada más tarde. La prisa devora. Hace falta tiempo, imaginación, profesionalidad, creatividad, valentía y pasión para que los medios sean lo que pedía Arthur Miller: “Todo un pueblo hablándose a sí mismo”. Y viene sucediendo, particularmente con la Iglesia y con sus diversas instituciones, que la noticia de un acto cualquiera se adorna con toda clase de adjetivos. Ya hay lugar para ello en la secciones de opinión. No es bueno recurrir a esos usos, cuando el lector busca la pura información sin aliño. Es este un servicio a la verdad en la Iglesia y en la sociedad en general. La Iglesia no debiera nunca utilizar la información para la descarada propaganda. Pierde credibilidad. director.vidanueva@ppc-editorial.com Reconciliación y eucaristía Editado por José Manuel Bernal De este tema se ha hablado mucho. Su contenido, como el de todos los temas, es teórico, conceptual. Pero tiene importantes derivaciones prácticas, muy relacionadas con la celebración y el sentido profundo de la eucaristía. De ello voy a escribir en este post. Con frecuencia los pastores incorporan la celebración de la penitencia a la liturgia de la misa. Unas veces convierten el acto penitencial del principio de la celebración en una especie de liturgia sacramental reducida de la penitencia; como si fuera una celebración del perdón de “via estrecha” [sit venia verbo!]. En este sentido, está muy generalizada la idea de que este acto penitencial del inicio de la misa es como una especie de baño lustral que nos permite entrar en el sancta sanctorum de la eucaristía limpios e inmaculados. Según mis informaciones, la idea de quienes llevaron a cabo la reforma del misal fue motivar a los fieles, con ese sencillo rito, a sentirse pobres, pecadores y menesterosos, ya desde el comienzo de la celebración. En ningún caso, a mi juicio, se trata de un sucedáneo del sacramento de la penitencia. En otros casos, se convierte toda la liturgia de la palabra en una especie de liturgia penitencial, introduciendo lecturas, oraciones y cánticos apropiados. En esos casos, después de un examen de conciencia y las oraciones pertinentes, se procede, antes del ofertorio, a la confesión de los pecados y a la absolución. Se sigue, evidentemente, el mismo desarrollo que observamos en la celebración de otros sacramentos dentro de la misa. Sin embargo hay que hacer aquí, a este propósito, una observación importante. La reforma litúrgica conciliar de los sacramentos introdujo dos novedades importantes y significativas. Por una parte, incorporó una liturgia de la palabra para la celebración de todos los sacramentos. Incluso, para sacramentos tan mermados en su liturgial, como la unción de enfermos y la confesión, se previó una
  • 22. brevísima lectura bíblica. Esta innovación expresa la preocupación ecuménica del Concilio y su interés por recuperar en la liturgia la lectura de la palabra de Dios. Por otra parte, la reforma conciliar previó una forma de celebrar los sacramentos dentro de la misa. De todos, menos de uno; el de la penitencia. Si tomamos el ritual reformado de la penitencia veremos que, en ningún caso, está prevista su celebración en el marco de la eucaristía, como ocurre en los demás sacramentos. Esta fue una decisión muy significativa. Uno piensa, como muchos teólogos insinúan, que la misma eucaristía es ya un sacramento del perdón; un sacramento que perdona nuestros pecados y nos reconcilia con el Padre. Es lo que estaría insinuando la decisión de excluir una celebración de la reconciliación dentro de la misa. Esta interpretación estaría confirmando el pensamiento de Tomás de Aquino cuando asegura que la eucaristía contiene todas las virtualidades de los demás sacramentos. ¿Cuál es, entonces, mi postura a la luz de estos comentarios? En principio, debo confesar mi persuasión de que la eucaristía es un sacramento que hace presente nuestro encuentro con el Señor, que nos acoge con los brazos abiertos. Así se explicaría mejor la referencia al “cáliz de salvación” y a la “sangre derramada para el perdón de los pecados” que proclamamos en el momento central de la celebración. Así también cobran toda su fuerza las palabras del sacerdote antes de la comunión: “este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Ahora bien, en ningún caso estaría en mi pensamiento la idea de que este reconocimiento del carácter reconciliador de la eucaristía deja sin sentido un sacramento específico del perdón. La eucaristía no sustituye al sacramento de la penitencia como sacramento específico de misericordia y reconciliación. Esta visión de la eucaristía, sin embargo, nos permite una vivencia más plena del sacramento eucarístico, en el que celebramos el amor desbordante del Padre que nos acoge y nos reúne en torno a la mesa eucarística; nos acoge como hermanos reconciliados, sin distinción de razas, ni de sexos, ni de culturas. Por la fuerza del Espíritu, hace de nosotros, de los que compartimos su cuerpo y su sangre, una sola alma, un solo cuerpo y un solo espíritu. La acción misericordiosa del Padre rompe todas las barreras, para hacer de nosotros, en virtud de la sangre derramada en la cruz, la gran familia de los redimidos y reconciliados. Este es el gran misterio que celebramos en la eucaristía. Esta es la grandeza de la eucaristía como sacramento de plenitud. La leyenda de Turadia Editado por
  • 23. Emilio Pinto Huele a Cuaresma, a sacrificio, a perdón, a muerte, a esperanza. Huele a Torrijas y saetas, a silencios y confesiones. Huele a pasos y a presente. Huele a pena, a mucha pena de un Evangelio al que aún le falta mucho para salir de procesiones. Hace unos días me encontraba en Lituania, Letonia y Estonia con un grupo de peregrinos y como bien dice uno de ellos: “las guías de papel solo se hacen para leer” lo que quiere decir es que se guardan lo mejor, lo que puede hacer pensar, solo muestran, y muestran y vuelven a mostrar sin dejar las puertas abiertas a la imaginación. Según cuenta esta leyenda, a principios del siglo XVII una pequeña niña fue encontrada por el secretario en brazos de su madre muerta cerca del castillo de Turaida tras una cruel batalla entre suecos y polacos. El secretario la hizo pasar por su propia hija y le puso el nombre de Maija. Con el paso de los años, la belleza de Maija fue en aumento, llegando a ser conocida como La Rosa de Turaida. Ella se enamoró de Víctor, el Jardinero en el castillo de Sigulda, y quedaban a menudo en una cueva
  • 24. situada a medio camino de ambos castillos. En 1620 Víctor y Maija se comprometen, y un día ella recibe una carta de Víctor pidiéndole que vaya hasta la cueva. Cuando Maija llega, comprueba que no es Víctor quién la espera, sino un soldado polaco que trata de violarla. Para evitarlo, Maija le promete que si la deja ir le entregará un pañuelo mágico que tiene el poder de hacer inmune a cualquier tipo de daño a su portador. Para convencerlo, le propone que pruebe con ella misma. El soldado la golpea con un hacha y la mata, pero Maija logra conservar su honor. Víctor enterró a su prometida en los jardines del castillo de Turaida, plantó un tilo sobre su tumba y abandonó el país para siempre. Desde entonces, los recién casados acuden a la tumba de la Rosa de Turaida para dejar flores con la esperanza de conseguir el mismo amor eterno y devoción que Víctor y Maija, mientras que en la cueva, las parejas de enamorados acuden a prometerse fidelidad y a grabar sus nombres en la roca. El amor es un regalo, un don . Por más que quisiera yo enamorarme de una mujer, por más veces que lo pensara, por más veces que lo escribiera o lo gritara, no lo conseguiría. El amor viene de puntillas , se muestra con un beso, que son blandos como el agua pero que quitan muy bien las manchas de soledad. Y desde que viene hasta que se va es nuestra responsabilidad cuidarlo. Hay que darle de comer, mantenerle caliente, ayudarle a crecer, poseerlo de libertad, llenarle de imprevistos y guardar exclusividad. Amamos a nuestras parejas, pero también amamos a nuestros amigos y amamos a Dios, a su eternidad. No digas que amas a tu amigo si no sabes donde está. No digas que amas a Dios si no lo tienes presente todos los días, no digas que amas a tu pareja si estás deseando quedarte solo. Yo quiero ser la Rosa de Turaida que no se deja comprar por oro, por honores, que es capaz de morir por amor. Aunque sinceramente, yo prefiero vivir en amor: amor con hijos, amor con pareja, con padres, con amigos, con Dios. La leyenda no cuenta que cuando la rosa llegó al cielo, la mismísima Virgen salió a recibirla, como saldrá ahora en Semana Santa por nuestras calles. La vida no nos cuenta lo que hay después de ella pues sino, estoy seguro, todos saldríamos corriendo. La leyenda no cuenta que fue del jardinero pero cuando llegas a la tumba de Maija, no hay un árbol, hay dos… Se enterró con ella. Siempre, siempre somos, como poco, dos. ¡Feliz día! ¡Feliz peregrinación en cuatro dimensiones! -Oigo voces, no estoy loco, es Maija diciendo que hay mucho que escuchar y por eso te ofrezco hoy esta canción, para que tiembles… Dios nos ha regalado en Cuaresma el amor. Receta para conseguir la inmortalidad. Domingo 5º de Cuaresma. Ciclo A José Luis Sicre (La escena tiene lugar al otro lado del Jordán, donde Jesús ha tenido que huir con sus discípulos para que no lo apedreen en Jerusalén por blasfemo. El grupo está
  • 25. sentado a la orilla del río. Caras serias. Unos preocupados, otros irritados. La aparición de un muchacho que llega corriendo y sudoroso los pone alerta. Se dirige directamente a Jesús.) ― Te traigo un recado de Marta y María. Me han dicho que te diga: «Señor, tu amigo está enfermo». (Ninguno de los discípulos pregunta de qué amigo se trata. Saben que es Lázaro, el de Betania, el hermano de María y Marta. Jesús mira al mensajero, luego afirma.) ― Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. (No entienden muy bien qué quiere decir, pero prefieren no preguntar. Jesús permanece sentado junto a la orilla, como si la noticia no le hubiera afectado. Pedro le comenta a Juan: “Seguro que mañana salimos para Betania”. Pero al día siguiente Jesús sigue inmóvil y no dice nada. Pasa otro día, igual silencio. Al tercero, en cuanto comienza a clarear, despierta a los discípulos.) ― Vamos otra vez a Judea. (Las caras reflejan sueño, temor y preocupación) ― Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos. ¿Vas a volver allí? ― ¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz. (Advierte que no han entendido nada y añade:) ― Lázaro, nuestro amigo, está dormido; voy a despertarlo. ― Señor, si duerme, se salvará. (Ha sido Pedro quien ha hablado en nombre de todos. Jesús los mira con gesto de cansancio).
  • 26. ― No me refiero al sueño natural, me refiero al sueño de la muerte. Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. ¡Vamos a su casa! (Se miran con miedo, indecisos. Tomás anima a los demás.) ― Vamos también nosotros y muramos con él. (Las escenas siguientes tienen lugar en Betania, pueblecito a unos tres kilómetros de Jerusalén. La cámara comienza enfocando la casa de la familia, donde se han reunidos numerosos judíos para dar el pésame. Una muchacha se acerca a Marta y le dice algo al oído. Se levanta de prisa y sale de la casa. La cámara la sigue hasta las afueras del pueblo, donde encuentra a Jesús. No se postra ante él. Le habla con una mezcla de reproche y confianza.) ― Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. ― Tu hermano resucitará. ― Sé que resucitará en la resurrección del último día. ― Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? ― Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. ― Llama a María. Dile que venga. (Marta entra en el pueblo, se dirige a la casa y habla en voz baja a María.) ― El Maestro está ahí y te llama.
  • 27. (Marta se levanta y sale a toda prisa. Los visitantes la siguen pensando que va al sepulcro a llorar. Cuando llega adonde está Jesús se echa a sus pies y le dice llorando). ― Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. (Jesús, viéndola llorar a ella y a los judíos que la acompañan, se estremece y pregunta muy conmovido.) ― ¿Dónde lo habéis enterrado? ― Señor, ven a verlo. (Jesús se echa a llorar. Algunos de los presentes comentan: «¡Cómo lo quería!» Uno se les queda mirando irónicamente y dice: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, si ha oído algo, no se da por enterado. Solloza de nuevo. Finalmente llegan al sepulcro, una cavidad cubierta con una losa.) (Jesús) ― Quitad la losa. (Marta) ― Señor, ya huele mal, lleva cuatro días muerto. (Jesús) ― ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? (Se acercan unos hombres y hacen rodar la losa dejando visible la entrada del sepulcro.) (Jesús, levantando los ojos al cielo) ― Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado. (Echa una mirada en torno a los presentes. Luego, mirando a la tumba, grita) ― Lázaro, ven afuera. (La cámara permanece fija en la entrada de la tumba, por la que aparece poco a poco Lázaro. Un
  • 28. sudario le cubre la cara y lleva los pies y las manos atados con vendas. Estupor y miedo entre la gente. Jesús, en cambio, sereno, casi indiferente, da una breve orden.) ― Desatadlo y dejadlo andar. (Voz en off) Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. COMENTARIO 28 de abril 2014. Dominic, un niño de dos años, hijo de una familia gitana, encuentra un boquete en la alambrada que separa el campamento de la línea férrea Robigo-Verona. Un tren lo arrolla y muere poco después en el hospital de Legnano. 29 de abril 2014. Guglielmo di Maggio (44 años) ha conseguido un nuevo empleo en unos grandes almacenes. Con su mujer, Nunziatina (40) y sus dos hijos (7 y 5) decide ir a celebrarlo. En un túnel de la autopista Palermo – Messina se estrella contra un camión que ha derrapado e invadido la calzada contraria. Sólo se salva el niño de 5 años. Son dos casos de los últimos días (italianos, porque me encuentro en Roma), a los que podrían añadirse muchos miles. Y vienen a la memoria las palabras de Miguel de Unamuno: «Con razón, sin razón, o contra ella, lo que pasa es que no me da la gana de morirme». Palabras que estaría dispuesta a firmar la inmensa mayoría de la gente. Y también el cuarto evangelio, aunque a su autor no le obsesiona la muerte sino la vida. En el prólogo ha presentado a Jesús, Palabra de Dios, como poseedor de la vida. En un discurso programático
  • 29. afirma Jesús, anticipando la resurrección de Lázaro: «Os aseguro que llega la hora, ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán» (Juan 5,25). Y el evangelio termina: «Estas cosas quedan escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida por medio de él» (Juan 20,31). Esta obsesión por la vida encuentra su punto culminante en la resurrección de Lázaro, que se encuentra en mitad del evangelio (cap. 11 de 21). La idea de resucitar a otra vida no estaba muy extendida entre los judíos. En algunos salmos y textos proféticos se afirma claramente que, después de la muerte, el individuo baja al Abismo (sheol), donde sobrevive como una sombra, sin relación con Dios ni gozo de ningún tipo. Será en el siglo II a.C., con motivo de las persecuciones religiosas llevadas a cabo por el rey sirio Antíoco IV Epífanes, cuando comience a difundirse la esperanza de una recompensa futura, maravillosa, para quienes han dado su vida por la fe. En esta línea se orientan los fariseos, con la oposición radical de los saduceos (sacerdotes de clase alta). El pueblo, como los discípulos, cuando oyen hablar de la resurrección no entiende nada, y se pregunta qué es eso de resucitar de entre los muertos. Los cristianos compartirán con los fariseos la certeza de la resurrección. Pero no todos. En la comunidad de Corinto, aunque parezca raro (y san Pablo se admiraba de ello) algunos la negaban. Por eso no extraña que el evangelio de Juan insista en este tema. Aunque lo típico de él no es la simple afirmación de una vida futura, sino el que esa vida la conseguimos gracias a la fe en Jesús. «Yo soy la resurrección y la
  • 30. vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.» Pero el tema de la vida en el cuarto evangelio requiere una aclaración. La «vida eterna» no se refiere sólo a la vida después de la muerte. Es algo que ya se da ahora, en toda su plenitud. Porque, como dice Jesús en su discurso de despedida, «en esto consiste la vida eterna: en conocerte a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús, el Mesías» (Juan 17,3). Nota: dice el relato que Jesús, al ver llorar a María y a los presentes, se estremeció, se conmovió y lloró. Sorprende esta atención a los sentimientos de Jesús, porque los evangelios suelen ser muy sobrios en este sentido. Generalmente se explica como reacción a las tendencias gnósticas que comenzaban a difundirse en la Iglesia antigua, según las cuales Jesús era exclusivamente Dios y no tenía sentimientos humanos. Por eso el cuarto evangelio insiste en que Jesús, con poder absoluto sobre la muerte, es al mismo tiempo auténtico hombre que sufre con el dolor humano. Jesús, al llorar por Lázaro, llora por todos los que no podrá resucitar en esta vida. Al mismo tiempo, les ofrece el consuelo de participar en la vida futura. La primera lectura, tomada del libro de Ezequiel, ha sido elegida por la estrecha relación entre la promesa de Dios de abrir los sepulcros del pueblo y volver a darle la vida, y Jesús mandando abrir el sepulcro de Lázaro y dándole de nuevo la vida. Ambos relatos terminan con un acto de fe en Dios (Ezequiel) y en Jesús (Juan). Lectura de la profecía de Ezequiel 37, 12-14
  • 31. Así dice el Señor: -«Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» 12 de abril, Marcha Penitencial al Cristo de Cabrera El sábado 12 de abril tendrá lugar la ya tradicional Marcha Penitencial al Cristo de Cabrera, que este año cumple su trigésimo segunda edición. Como viene siendo habitual la salida se efectuará desde la iglesia de Santa María del Monte Carmelo (Pso. Carmelitas), a las 7.00 de la mañana. Una vez en el Santuario de Cabrera los peregrinos participarán en la celebración de la eucaristía prevista para las 17.30 horas. Para después regresar de nuevo a Salamanca. Información: 923 215 094 IDA Este viernes se estrena en Cines Van Dick la película IDA, ganadora de los festivales de Gijón y de Londres del pasado año. Dirigida por Pawlikowski la película narra la historia de una joven que se prepara para convertirse en monja en el convento donde ha vivido desde que quedó huérfana de niña. Pronto descubre que tiene una pariente viva a la que debe visitar antes de tomar los votos, la hermana de su madre, Wanda. Ambas se embarcan juntas en un viaje de descubrimiento sobre ellas mismas y de su pasado común, vinculado con la desgarradora historia política de su país. La comunidad de Carmelitas Descalzos de Salamanca organiza un retiro cuaresmal para el sábado 5 de abril, de 11.00 a 13.00 horas. El
  • 32. retiro será dirigido por el teólogo y filósofo D. Modesto Berciano Villalibre quien impartirá dos charlas: 'Pasión de Cristo: Camino hacia la Pascua' y 'Resurrección de Cristo y sus significación histórica'. Pastoral Universitaria lanza su propuesta para celebrar esta Pascua viviendo en fraternidad en tres comunidades rurales (17-20 abril). Por otro lado, del 25 al 27 de abril, ofrece una Iniciación a los Ejercicios Espirituales (para jóvenes de 18 a 30 años). Si estás interesado apúntate antes del 16 de abril. Las Plazas son limitadas. info@pastoraluniversidad.es La Parroquia de Jesús Obrero organiza unas Jornadas sobre la Exhortación “La Alegría del Evangelio” La parroquia de Jesús Obrero, en el Barrio de Pizarrales, ha preparado tres jornadas para estudiar la exhortación del Papa Francisco ‘La alegría del Evangelio’. Se celebrarán los días 31 de marzo, 1 y 2 de abril, a las 20.30 horas en la Sala 12 de la parroquia. -Lunes, 31 de marzo: ‘La reforma de la Iglesia en la salida misionera’, a cargo del religioso jesuita P. Antonio Guillén. - Martes, 1 de abril: ‘La inclusión social de los pobres’, por Dª Sonia Olea, responsable del programa Personas sin hogar ni vivienda de Cáritas Española.
  • 33. - Miércoles, 2 de abril: ‘La Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que Evangeliza’, por D. Agustín Rodríguez Teso, párroco de la iglesia de Santo Domingo de la Calzada, que se asienta en el poblado chabolista de El Gallinero (Cañada Real) de Madrid. Este sacerdote de clara vocación social acercará la realidad del trabajo pastoral que viene desempeñando en uno de los asentamientos más precarios y marginados de la capital de España que carece de servicios elementales, como agua, alumbrado, electricidad… Pascua Juvenil en la Parroquia de El Milagro Ejercicios Espirituales 9 Marzo- 9 Abril. Centro de Espiritualidad San Ignacio. Tfno.: 923125000. 7-10 Abril: Ejercicios Espirituales dirigidos por los sacerdotes D. Jesús Jiménez y D. José María Miñambres. Tendrán lugar de 20.00 a 21.30 horas en los salones parroquiales de San Juan Bautista. Información: 923 215 094. 25-27 Abril: Iniciación a los Ejercicios Espirituales para jóvenes de 18 a 30 años. En el Monasterio de La Trapa, en Arévalo (Ávila). Organizan las delegaciones diocesanas de Pastoral Juvenil, Universitaria y Vocacional. Información en pastoraljuvenil@diocesisdesalamanca.com y en el teléfono 923 128 900. Oración Parroquia de San Marcos: de lunes a sábado, oración en Cuaresma, a las 8.30 de la mañana. Además, el sábado 8 de marzo, a las 16.30 horas, celebrarán un encuentro oración en la Casa San José (Avda. Merced).
  • 34. Parroquia Nombre de María: Eucaristía y oración de vísperas, a las 19.30 h. Pastoral Universitaria: Oración de Vísperas, el 18 de marzo, a las 19.00 h. en la capilla de la residencia Santa Inés. Retiros 22 Marzo: Retiro de Cuaresma de la Unidad pastoral La Anunciación-San Mateo. Reflexión guiada por D. Raúl Román. Información: 615 285 665. 23 Marzo: Retiro de Cuaresma de FRATER. Se celebrará en Zamora y será dirigido por D. Lauren Sevillano, Consiliario de FRATER zona León-Asturias. Información: 923 261 429. 24 Marzo: Retiro diocesano para sacerdotes. Dirige el sacerdote diocesano D. Alfredo Fernández Giménez. Se celebrarán de 10.15 a 18.00 horas en la Casa de Espiritualidad San Vicente de Paúl. Información: 620 716 327. 26 Marzo: Retiro de Vida Ascendente, en la Iglesia de las Hijas de Jesús (Montellano. C/ Zamora, 18- 22), de 10.30 a 13.00. Dirige D. Fernando García, Consiliario de este Movimiento. El retiro está abierto a todos los que quieran participar. 30 Marzo: Retiro de la parroquia Jesús Obrero, de 10.30 a 19.00 horas. Dirige D. Florentino Gutiérrez, vicario general de nuestra diócesis. Inscripciones en el despacho parroquial. Via Crucis Todos los viernes de Cuaresma.