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VÍDEO DE HOY:
Pueblo de Dios: El río de los nueve dragones
Recorremos tres proyectos apoyados por la ong Manos Unidas a lo largo del río Mekong. En ellos se
lucha contra el tráfico y explotación sexual, atienden a personas con sida y bebés seropositivos y han
abierto diez guarderías en barrios marginales.
"Están dispuestos a arriesgar sus vidas
porque lo que dejan atrás es
espeluznante"
Relato sobre el terreno de la Coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sicilia sobre la importante
llegada de inmigrantes a Italia en las últimas fechas publicado en The Guardian
"Es habitual que los migrantes procedentes de África a su llegada presenten úlceras y quemaduras
provocadas por el combustible que inunda las embarcaciones"
FOTOS | El cementerio de los barcos en los que viajaban cientos de inmigrantes rumbo a Europa
Chiara Montaldo - Coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sicilia donde proporciona atención
médica y psicológica a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados rescatados en el Mediterráneo
26/04/2015 - 19:09h
Los chalecos salvavidas se encuentran en el suelo junto a los barcos que se quedan en el puerto de
Pozzallo, en Sicilia. // Fotografía: Luca Visone / MSF
Me encuentro en Pozzallo, una pequeña ciudad turística en la costa sur de Sicilia, a unos cien kilómetros
de Catania. En la última semana, más de 700 migrantes, refugiados y solicitantes de asilo han llegado
aquí: 373 arribaron el martes, 300 el viernes, 100 el domingo... El equipo está agotado después de trabajar
día y noche. El centro de recepción de Pozzallo fue concebido para solo 180 personas. Algunos llegaron
tras cruzar el mar en lanchas neumáticas, otros fueron rescatados de precarios barcos de madera pero
ninguno de ellos viajaba en buques con las condiciones mínimas para emprender esta travesía.
El barco que llegó el domingo por la noche había partido de Turquía y en él viajaban jóvenes procedentes
de Siria, los Territorios Palestinos Ocupados y Egipto. Se trataba de uno de los mejores barcos que ha
llegado hasta aquí y las personas que viajaban en él se encontraban en mejores condiciones de salud que
la mayoría de quienes llegan hasta Sicilia. Generalmente, los refugiados sirios viajan en mejores
embarcaciones barcos dado que pueden pagar más por el trayecto.
Pero el barco que llegó dos días después procedía de Libia y la mayor parte de las personas que
transportaba procedían de países africanos: Nigeria, Gambia, Mali, Eritrea y Somalia. Entre ellas había
muchas familias con niños pequeños.
Es habitual que los migrantes procedentes de África presenten, a su llegada, úlceras y quemaduras
provocadas por el combustible que inunda las embarcaciones. También padecen enfermedades cutáneas e
infecciones de la piel como sarna, producto de las terribles condiciones de los centros de detención en
Libia donde han sido recluidos hasta seis y ocho meses. Otros muestran heridas provocadas por torturas o
por hacer sido víctimas de la violencia. Dos de las personas que llegaron en este barco presentaban
heridas de bala. Según nos relataron, Libia vive en la anarquía y se corre el riesgo de recibir un disparo
por el simple hecho de transitar por la calle.
Los problemas sanitarios que muestran cuando les atendemos están relacionadas no solo con el viaje a
través del Mediterráneo sino también con lo que han soportado hasta embarcarse: centros de detención,
extenuante ruta a través del Sáhara y su situación en los propios países de los que proceden.
Barcos mercantes en los que embarcaron cientos de inmigrantes varados en el puerto de Pozzallo, en
Sicilia. Estos barcos se utilizaron para llevar a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados que
querían llegar a Italia a través del Mar Mediterráneo// Fotografía: Luca Visone / MSF
A veces, los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo viajan que denominamos 'barco mixto', se trata
de una embarcación con dos cubiertas en la que los sirios se ubican en la zona superior y los africanos se
albergan en la bodega. Nos explican que si los navíos de rescate ven que los migrantes son blancos es más
probable que sean rescatados.
Cuando se suben a una de estas embarcaciones, saben que habrá quién muera y quién sobreviva. La
mayoría son muy claros acerca de los riesgos que están asumiendo, pero están dispuestos a hacerlo
porque lo que están dejando atrás es espeluznante.
La navegación desde Libia lleva entre tres y cuatro días. Cuando llegan están hambrientos. Suelen llevar
agua para el viaje pero raramente cuentan con comida. Aun así, muchos están deshidratados y, desde
luego, totalmente exhaustos. Muchos padecen dolores en las articulaciones provocados por el
hacinamiento del viaje junto a cientos de personas en un espacio muy reducido.
Los supervivientes de naufragios siempre llegan en peor estado, tanto psicológica como físicamente. Por
lo general, han tragado mucha agua salada y sufren enfermedades respiratorias. También es frecuente que
padezcan trauma psicológico por el hecho de haber estado en el mar y haber visto morir a sus
compañeros.
Hasta 2014, la mayoría de quienes emprendían esta peligrosa travesía en el Mediterráneo central eran
hombres jóvenes. Pero durante año pasado y lo que llevamos de 2015, estamos viendo a personas de todas
las edades. Llegan familias enteras, con abuelos y niños pequeños. La semana pasada atendimos a dos
bebés, de apenas tenía cuatro y ocho días, que habían nacido en Libia antes de que partiera la
embarcación. Los ancianos padecen diferentes problemas médicos como diabetes e hipertensión. También
estamos atendiendo a un número cada vez mayor de menores no acompañados; por lo general son
adolescentes, mayores de 13 años, que emprenden el viaje solos, sin sus padres.
Los ciudadanos sirios portan consigo algunas posesiones pero los que proceden de África han tenido que
superar un viaje tan largo hasta llegar aquí que no traen nada, a veces ni siquiera unos zapatos.
Cuando desembarcan en el puerto, el equipo de MSF espera en el muelle, donde también se despliega
policía y funcionarios, para darles la bienvenida. Muchos migrantes han sufrido tortura y violencia a
manos de militares uniformados y el hecho de ver personal con uniforme en el embarcadero puede
resultarles aterrador. Por eso es tan importante recibirles tan pronto sean desembarcados y que nos vean
ya en el propio dique.
Los barcos, en evidente mal estado, quedan abandonados en el puerto siciliano de Pozzallo, a la espera de
que las autoridades elijan su destino / FOTO: uca Visone/MSF
MSF es una presencia afable y, a menudo, familiar para muchos de ellos. Un hombre que venía de los
Territorios Palestinos Ocupados reconoció nuestro logo, lo había visto cuando fue atendido en nuestra
clínica en Gaza. Una mujer procedente de Egipto había trabajado para nosotros en El Cairo como
traductora.
El atraque es un momento dramático, pero también puede ser positivo. Están cansados y hambrientos,
pero al menos están vivos. Muchos de ellos cuentan lo felices que se sienten por haber llegado hasta aquí.
Después de desembarcar, los migrantes pasan por la zona de triaje donde se clasifica y selecciona a los
pacientes. Normalmente, nosotros somos las primeras personas con las que hablan en Sicilia y a menudo
preguntan "¿Dónde estamos?, ¿Qué pasará con nosotros ahora?".
Por nuestra parte, le preguntamos de dónde son y cómo ha sido el viaje y sus respuestas pueden ser
estremecedoras. Una mujer nigeriana de 19 años que presentaba quemaduras por agentes químicos nos
contó cómo la bodega en la que viajaba se anegó de combustible y agua salada y el líquido le produjo
esas abrasiones. Dos personas ingirieron la mezcla por error y fallecieron, la joven no sabía que había
sucedido con sus cuerpos
Me preocupó lo joven que era y lo que podía pasarle en el futuro. Sabemos que las mujeres nigerianas
son, con frecuencia, víctimas de trata y se ven obligadas a ejercer la prostitución. Hay muchas que viajan
solas. Nos gustaría hacer más para protegerlas, pero las atendemos en el centro de recepción durante unos
días y, posteriormente, cuando son transferidas a otros lugares perdemos el contacto.
Pasados unos meses, el estrés del viaje y las preocupaciones sobre lo que les acontecerá en el futuro
puede conducirles a la depresión. Mientras que esperan respuesta a su solicitud de asilo, que puede
prolongarse de tres meses a un año, no pueden trabajar, no tienen nada que hacer y pueden sentires muy
aislados.
Los afortunados que consiguen asilo pueden trabajar o estudiar, pero conseguir un empleo no es fácil,
especialmente si conoces bien el idioma. Y luego están todos los demás a los que no se concede ningún
tipo de estatus ni de protección. Estas personas permanecen en situación irregular, sin permiso de
residencia. Muchos quedan, entonces, a merced de redes criminales o de la prostitución.
La atención del mundo se centra en el mar, pero las operaciones de rescate no pueden resolver la situación
por sí solas. Europa tiene que permitir que estas personas desesperadas tengan protección legal sin tener
que arriesgar sus vidas en el proceso.
El testimonio de Chiara Montaldo, coordinadora Médicos Sin Fronteras en Sicilia, Italia, cedido a
eldiario.es por Médicos Sin Fronteras, ha sido publicado previamente en The Guardian.
El club de las divorciadas
Las mujeres separadas de Burkina Faso son
marginadas por familiares y amigos. Una asociación
las ayuda a fortalecerse
 FOTOGALERÍA Un espacio para las más valientes
María Rodríguez González Uagadugú 27 ABR 2015 - 10:47 CEST
Un grupo de mujeres atiende en una reunión de la Asociación Afedi. / M. Rodríguez
Después de divorciarse, Madame Suzanne Ilboudo se dio cuenta de que sus amigas querían verla cada vez
menos. Comenzó a sentirse apartada y se lo contó a otras camaradas que también se habían separado. A
todas les ocurría lo mismo. ―Los propios familiares no quieren frecuentar a la mujer divorciada, no
aceptan fácilmente tu vuelta al hogar y tus amigas ya no se quieren acercar a ti porque piensan que vas a
darles malos consejos, aunque no sea cierto‖, explica Madame Ilboudo. Esta situación la motivó, junto a
otras seis mujeres, a crear en el año 2007 la Asociación de Mujeres Divorciadas y mujeres y niños en
dificultad (Afedi en sus siglas en francés) en Uagadugú, la capital de Burkina Faso.
Afedi es una asociación atípica y osada por un simple motivo: que aparezca la palabra divorciadas en su
nombre. En Burkina Faso éste es un asunto tabú que supone la marginación de la mujer, a quien se
considera responsable de ese divorcio. Al tratarse de una cuestión incómoda en la sociedad burkinesa, las
personas a quienes Madame Ilboudo contaba el proyecto que pretendía poner en marcha le decían que iba
a fracasar. ―¡Pero somos divorciadas! No tenemos vergüenza de decirlo‖, explica esta señora sin ningún
reparo. La asociación, sin embargo, cumple ya ocho años y a día de hoy está formada por 200 mujeres,
tanto divorciadas como no.
El número de divorcios no está del todo claro en Burkina Faso. El Anuario estadístico de 2013 del
Ministerio de la Justicia comienza a tener en cuenta las cifras de separaciones admitidas a partir de 2012,
con 312 en todo el país. En 2013 el número se mantiene en 315. Otro estudio sobre los efectos de la
ruptura matrimonial en la mujer en Burkina Faso realizado en 2012 por la Universidad de Uagadugú y la
Universidad Catholique de Louvain de Bélgica indica que, de 3.871 mujeres que se habían casado al
menos una vez, 356 se habían divorciado.
Afedi es una asociación osada por incluir la palabra divorciadas en su nombre
Las estimaciones recogidas por el Ministerio de Justicia no representan la realidad puesto que el Derecho
burkinés sólo considera los matrimonios civiles. Así, los divorcios que pudieran darse por los casamientos
por la iglesia, la mezquita o a la manera tradicional —sin pasar por el Ayuntamiento— no figuran en las
estadísticas. No obstante, las demandas de divorcio no hacen más que aumentar, según constata Fatimata
Sanou Touré, presidenta del Tribunal de Gran Instancia de Uagadugú. ―Yo creo que es porque la gente
está cada vez más informada de sus derechos y cada vez hay más casamientos civiles, pero también
porque cada vez hay más tolerancia y más individualismo‖ como en Europa, cuenta Sanou Touré.
Así como el divorcio es aún un tema tabú en Burkina, el matrimonio es muy importante en los planos
cultural, religioso y social. ―La sociedad prefiere que la gente no viva sola y que se case. Que alguien viva
solo, sobre todo la mujer, no está bien visto‖, cuenta Ilboudo. Pero para ella, que además es madre y
profesora en la universidad, está habiendo un cambio ―de una manera lenta, porque en la sociedad hay
aún muchos analfabetos. Poco a poco la gente está más instruida y se va constatando‖, explica sobre un
país donde la tasa de alfabetización de mujeres entre 15 y 24 años es del 33,1% frente al 46,7% de
hombres, según los últimos datos de Naciones Unidas.
A la mujer burkinesa se la considera responsable del fracaso del matrimonio
La idea de crear Afedi partió del deseo de luchar contra la marginación de las divorciadas más pobres.
Debido a que, a menudo, es el hombre la principal fuente de ingresos de la familia, la economía se
convierte en un elemento principal a la hora de tomar esta decisión. ―Si la mujer no tiene ingresos
suficientes y depende del marido para mantener a sus hijos, va a preferir no divorciarse, a pesar de que
ahora no hay tanto miedo como antes a pedir el divorcio‖, asegura la fundadora de Afedi. Pero, aunque
esta fue la idea de partida, también forman parte de Afedi otros grupos de mujeres que pasan dificultades:
solteras, ya que también está mal visto serlo después de haber llegado a la edad de casarse; casadas con
problemas conyugales que buscan consejo para evitar la separación, y viudas porque su nivel de vida
disminuye por la muerte del cónyuge.
―Las reuniones nos dan ideas que luego compartimos con nuestras amigas, ya estén separadas o pasando
dificultades‖ cuenta Edith Momo, de 61 años, y miembro de Afedi desde hace seis meses. Fati Kafando
también forma parte de la asociación porque le sirve de apoyo. Vive con su marido pero éste tiene otras
dos mujeres y ella es la que se hace cargo de la manutención de sus hijos. ―Es como si estuviera sola‖,
confiesa.
Albertine Kouraogo está casada y tiene 24 años. Asegura que no tiene miedo de la palabra divorciada ni
de que se le asocie con Afedi. ―Aprender a escribir y leer mi lengua materna [el morée] es lo que me
animó a unirme‖, cuenta esta señora. Por su parte, Nana Zenabo, divorciada hace ocho años, se unió
porque sentía que no podía confiar en nadie. ―Aquí podemos hablar de nuestros problemas entre nosotras
o con un consejero conyugal‖. Asimismo, Marguerite Konbolbo, divorciada hace 10 años, asegura que
sólo allí puede intercambiar impresiones y experiencias con otras mujeres en su situación.
Causas de divorcio en Burkina Faso
M. R.
Tras su experiencia en Afedi, Madame Ilboudo considera que los principales motivos por los que las
mujeres se divorcian son la falta de comunicación, la infidelidad, la irresponsabilidad del marido con su
mujer e hijos la influencia de la familia ―que se entromete en los asuntos de pareja dando malos consejos
y creando la discordia‖.
Por su parte, Sanou Touré asegura que las mujeres que piden el divorcio aluden a la violencia física o
psicológica en primer lugar, pero no hay estadísticas oficiales para corroborarlo. ―Si mencionan este
motivo para obtener el divorcio es porque lo han soportado hasta un grado elevado‖, asegura. Es un tema
que incomoda y ni tan siquiera las mujeres lo hablan en Afedi.
Touré señala el abandono del hogar y la despreocupación por los hijos como otra de las causas, así como
el adulterio del marido ―que decide mantener una relación con una mujer más joven o impone una
poligamia que ella no acepta‖.
En relación a las demandas de divorcio interpuestas por los hombres, el adulterio es la razón más
mencionada. Le sigue lo que llaman ―incompatibilidad de humor‖, es decir, que ya no se corresponden
como al principio ni tienen las mismas aspiraciones, pero esta causa no está reflejada en la ley burkinesa
para obtener el divorcio.
Debido a las circunstancias de estas mujeres, Afedi realiza también actividades de alfabetización, talleres
de tejido de la tela de algodón tradicional de Burkina Faso, de fabricación de jabones o de preparación de
salsas para acompañar al arroz. Todas ellas se llevan a cabo con la intención de que las alumnas sean
independientes y encuentren una actividad que les permita sobrevivir.
La Asociación de Mujeres Divorciadas no busca ser un club que anime a otras a dejar a sus maridos. Esa
es la visión equivocada que, a veces, se tiene en Burkina Faso. ―El divorcio no es bueno pero es una
realidad‖, explica Madame Ilboudo. ―Estamos hartas de que nos marginen, queremos que la gente sepa
que las mujeres sufrimos en silencio‖, comenta. Por eso, muchas se acercan a Afedi para pedir ayuda y
consejo, incluso las no divorciadas. ―Quizás las que se separaron no lo habrían hecho si hubieran tenido
un mediador familiar que las aconsejara y apoyara‖, reflexiona Ilboudo.
De hecho, uno de sus objetivos es animar a las mujeres a que vuelvan a casarse, aunque esta es una
decisión que depende de cada una. ―Algunas prefieren quedarse solas‖, cuenta Ilboudom al tiempo que
explica que siempre preocupan los hijos y tienden a centrarse en ellos. Cuando se le pregunta si ella
volvería a pasar por el altar, responde: ―Tengo la costumbre de decir que me voy a volver a casar y la
gente se ríe porque tengo 52 años. Dicen que no vale la pena pero la vida no hace más que continuar, la
vida continua…‖
Nepal antes del terremoto
28/04/2015
Con los reparos propios de cualquier estadística los datos muestran a un Nepal empobrecido antes del
Terremoto. Una oleada de campañas mediáticas nos acechan en prensa y televisión; pero ¿quién se
preocupó antes de la situación del país?
Lo mismo sucedió con el terremoto de Haití o con el tifón de Filipinas en
los últimos años las campañas, que tildan estos problemas de desastres
naturales, han supuesto grandes negocios mediáticos para muchos medios de
comunicación, y lavado de cara para grandes corporaciones.
Ningún medio de comunicación denunciará las causas, para multiplicar
los efectos del terremoto... en sus cuentas corrientes.
Recordemos estos datos:
El PIB per cápita de Nepal, es de 690€ euros, por lo que se encuentra
en la parte final de la tabla mundial. Sus habitantes son por tanto
empobrecidos, de los 183 países está en el puesto 160.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH de Nepal, que
elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país, fue de 0,540
puntos en 2013, con lo que se sitúa en el puesto 137 de la tabla de 178 países.
Las deficientes construcciones han provocado que más de 6.000
edificios de Katmandú han sufrido daños o han quedado destruidos por el
terremoto que sacudió el sábado Nepal, según un balance del Centro Nacional
de Operaciones de Emergencia del Ministerio del Interior nepalí.
Al menos 4.184 edificios han sufrido «daños parciales» por el terremoto
y sus réplicas, mientras que otros 1.914 han sufrido «daños completos», lo que
equivale a su destrucción total, ha informado la agencia en su cuenta de
Twitter.
Las instalaciones oficiales tampoco han quedado exentas de destrozos.
Al menos 169 edificios del Gobierno han sufrido daños y 14 se han venido
abajo por el potente seísmo, el más grave vivido por Nepal en los últimos 80
años.
Transnacionales y gobiernos de India, China, Corea del Sur y
Estados Unidos, son tradicionalmente origen de las mayores inversiones en el
país. No solo es el turismo el principal sector, los intereses transnacionales se
centran en la generación de energía hidroeléctrica tan favorable por su
orografía. La India es uno de los países más interesados, con otros inversores
mundiales al acecho.
¿Volverá esa riqueza al pueblo nepalí?
Autor: Juan Rodríguez
Misa en Santa Marta -- Abiertos a las
sorpresas
2015-04-28 L‘Osservatore Romano
Pedir al Señor «la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me dice que dé un paso
adelante». Y pedir el «valor apostólico de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de
recuerdos». Esta es la doble recomendación con la que el Papa Francisco concluyó, el martes 28 de abril
por la mañana, la homilía de la misa en la capilla de la Casa Santa Marta.
Al comentar las lecturas del día, el Pontífice se centró especialmente en la primera, tomada de los Hechos
de los Apóstoles (11, 19-26), en la que –recordó– se narra que «después de los primeros días de gozo,
después de la efusión del Espíritu Santo, había en la Iglesia momentos bellos, pero también muchos
problemas». Uno de estos era el hecho de que algunos predicaran «el Evangelio a los griegos, a los
paganos, a los que no eran israelitas». En efecto, explicó el Papa Francisco, «esto era muy extraño,
parecía una nueva doctrina». Por lo demás, observó, ya había «ocurrido el episodio de Pedro en la casa de
Cornelio» que había suscitado indignación: «Pero tú fuiste allí, entraste en una casa pagana, has quedado
impuro», le reprocharon.
Ahora sucedía algo parecido: «tras la persecución, tras el martirio de Esteban» los discípulos se habían
dispersado y en Jerusalén quedaban solamente los apóstoles. Algunos de los discípulos habían «llegado a
Antioquía y predicaban en las sinagogas, a los judíos». Pero «otros, llegados de Chipre y de Cirene,
comenzaron a hablar también a los griegos, anunciando que Jesús es el Señor: ―Y la mano del Señor
estaba con ellos y así un gran número creyó y se convirtió‖».
Así, cuando «la noticia ―llegó a los oídos de la Iglesia de Jerusalén‖, creó inquietud». Hasta el punto que
los apóstoles «enviaron una especie de ―visita canónica‖, diciendo a Bernabé: ―Ve, visítalos y luego
veremos qué se hace». Sin embargo, «cuando Bernabé llegó y vio la gracia de Dios, se alegró y llevó
tranquilidad y paz a la Iglesia de Jerusalén».
En definitiva para el Papa el episodio narrado en los Hechos de los Apóstoles habla una vez más de
«novedad», que irrumpe «en esa mentalidad» según la cual Jesús había venido solamente «para salvar a
su pueblo, el pueblo elegido por el Padre». Una mentalidad incapaz incluso de percibir «cómo otros
pueblos formaran parte» del plan divino de salvación.
«Pero –advirtió el Pontífice, citando el libro de Isaías– estaba en las profecías». Sin embargo, ellos «no
comprendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: yo realizo algo nuevo, nos dice»; no
comprendían «que el Espíritu Santo vino precisamente a esto, a renovarnos y obra continuamente para
renovarnos». Es más, constató, «esto nos da temor. En la historia de la Iglesia podemos ver, desde
entonces hasta hoy, cuántos miedos han suscitado las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las
sorpresas». Y a quien quisiera objetar: «Pero, padre, hay novedades y novedades. Algunas novedades, se
ven que son de Dios, otras no», el Papa Francisco respondió con las palabras de Pedro a los hermanos de
Jerusalén, cuando le reprocharon por haber entrado en la casa de Cornelio: «Cuando vi que se les había
dado lo que nosotros recibimos, ¿quién era yo para negar el bautismo?».
Es la misma idea presente en el pasaje de la liturgia del día acerca de Bernabé, calificado como «hombre
virtuoso», y «lleno del Espíritu Santo». Destacando que «en los dos está el Espíritu Santo, que hace ver la
verdad». Algo que, en cambio, «solos» no podemos. «Con nuestra inteligencia no podemos», destacó el
Papa, explicando: «Podemos estudiar toda la historia de la salvación, podemos estudiar toda la teología,
pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace entender la verdad o
–usando las palabras de Jesús– es el Espíritu quien nos hace conocer la voz de Jesús: ―mis ovejas
escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen‖».
En definitiva para el Papa Francisco «el seguir adelante de la Iglesia es obra del Espíritu Santo. Es él
quien actúa». El mismo «Jesús dijo a los apóstoles: ―Yo os enviaré el don del Padre, será Él quien os vaya
recordando y os enseñe todo‖». ¿Cómo? Recordando lo que Jesús dijo y refiriéndose a las profecías: «Por
eso, en los primeros discursos, también en el de Esteban, hay una relectura —aclaró el Pontífice— de
todas las profecías. Es obra del Espíritu Santo, que hace recordar la historia en clave de Jesús resucitado:
―y Él os enseñará el camino‖».
Al respecto el Papa sugirió también «cómo hacer» para estar seguros de que la voz que escuchamos es la
de Jesús y que lo que oímos que se debe hacer es obra del Espíritu Santo. Es necesario, reiteró «rezar. Sin
oración no hay cabida para el Espíritu»; se necesita «pedir a Dios que nos mande este don: ―Señor, danos
el Espíritu Santo para que podamos discernir en todo tiempo qué tenemos que hacer‖». Prestando
atención al hecho de que eso «no significa repetir siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: pero la
Iglesia va hacia adelante, la Iglesia va hacia adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu
Santo».
Por lo tanto «se necesita discernir y para discernir se requiere rezar, pedir esta gracia». Como hizo
Bernabé que «estaba lleno del Espíritu Santo y lo entendió de inmediato», y Pedro que «vio y dijo: ―Pero,
¿quién soy yo para negar aquí el bautismo?‖». De hecho, el Espíritu Santo «no nos deja equivocarnos».
También en este caso el Papa dijo ser consciente de las objeciones que podrían aducirse a su
razonamiento: «Pero, padre, ¿por qué crearse tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos
hecho siempre, así estamos seguros». Y la respuesta es que esta hipótesis podría ser «una alternativa»,
pero se trataría de «una alternativa estéril; una alternativa de ―muerte‖». Mientras que es mucho mejor,
concluyó, «asumir el riesgo, con la oración, con la humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide que
cambiemos según el tiempo en el que vivimos: este es el camino».
La vida cristiana no es un museo de
recuerdos, dijo el Papa en su homilía
2015-04-28 Radio Vaticana
(RV).- La Iglesia va adelante gracias a las sorpresas del Espíritu Santo. Es uno de los conceptos
que expresó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de
Santa Marta.
Al reflexionar sobre la predicación del Evangelio a los paganos, que se lee en los Hechos de los
Apóstoles, el Pontífice subrayó que también hoy es necesario tener ―coraje apostólico‖ para no
transformar ―la vida cristiana en un museo de recuerdos‖.
Inspirándose en la Primera Lectura, en que se lee que los discípulos de Jesús comenzaron a predicar en
Antioquía, no sólo a los judíos, sino también a los griegos y a los paganos, logrando que muchos creyeran
y se convirtieran al Señor, el Papa subrayó que en la vida de la Iglesia es fundamental abrirse a las
novedades del Espíritu Santo. En efecto, Francisco explicó que en aquella época tenían la inquietud de oír
el Evangelio predicado también a los que no eran judíos. De ahí que cuando Bernabé llega a Antioquía se
siente feliz al ver que estas conversaciones de los paganos eran obra de Dios.
No tener miedo del Dios de las sorpresas
Además, el Santo Padre recordó que en las profecías estaba escrito que el Señor habría venido a salvar a
todos los pueblos, tal como lo refiere el capítulo 60 de Isaías. Y sin embargo – dijo – muchos no
comprendían estas palabras:
―No entendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: ‗Yo hago todo nuevo‘, nos dice. Que
el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para renovarnos y continuamente hace este trabajo de
renovarnos. Un poco da miedo, esto. En la Historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta
ahora cuántos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas‖.
―Pero ¡hay novedades y novedades!‖, exclamó el Papa. Y admitió que de algunas novedades ―se ve que
son de Dios‖, mientras otras no. Y se preguntó cómo hacer para distinguirlas. En realidad – dijo– tanto
de Bernabé como de Pedro se dice que son hombres llenos del Espíritu Santo. ―En ambos casos –
reafirmó – está el Espíritu Santo que hace ver la verdad. Porque nosotros solos no podemos. Con nuestra
inteligencia no podemos‖.
―Podemos estudiar toda la Historia de la Salvación, podemos estudiar toda la Teología – advirtió
Francisco – pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace
comprender la verdad o – usando las palabras de Jesús – es el Espíritu quien nos hace conocer la voz de
Jesús‖: ―Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen‖.
La Iglesia va adelante con las novedades del Espíritu Santo
―El ir adelante de la Iglesia – dijo también el Obispo de Roma – es obra del Espíritu Santo‖, que nos
hace escuchar la voz del Señor. ―¿Y cómo puedo hacer – se preguntó el Papa – para tener la certeza de
que aquella voz que siento es la voz de Jesús, que lo que siento que debo hacer es obra del Espíritu
Santo?‖. Rezar, fue su respuesta:
―Sin oración no hay lugar para el Espíritu. Pedir a Dios que nos envíe este don: ‗Señor, danos el Espíritu
Santo para que podamos discernir en cada tiempo lo que debemos hacer‘, que no es siempre lo mismo. El
mensaje es el mismo: la Iglesia va adelante, la Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas
novedades del Espíritu Santo. Es necesario discernirlas, y para discernirlas es necesario rezar, pedir esta
gracia. Bernabé estaba lleno del Espíritu Santo y lo entendió inmediatamente; Pedro vio y dijo: ‗Pero
¿quién soy yo para negar aquí el Bautismo?‘. Es Él quien hace que no nos equivoquemos. ‗Pero, Padre,
¿para qué meterse en tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos
más seguros…‘‖
Que la vida cristiana no sea un museo de recuerdos
Pero hacer como se ha hecho siempre – advirtió – es una alternativa ―de muerte‖. Y exhortó a correr el
riesgo, con la oración y con humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide, es decir ―cambiar‖, porque
―éste es el camino‖.
―El Señor nos ha dicho que si comemos su Cuerpo y bebemos su Sangre, tendremos vida. Ahora
continuamos esta celebración, con esta palabra: ‗Señor, Tú que estás aquí con nosotros en la Eucaristía,
Tú que estarás dentro de nosotros, danos la gracia del Espíritu Santo. Danos la gracia de no tener miedo
cuando el Espíritu, con seguridad, me dice que dé un paso hacia adelante‘. Y en esta Misa, pidamos este
coraje, este coraje apostólico de ser portadores de vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de
recuerdos‖.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
«¡Cuánto quisiera que a la entrada de un
pobre a la Iglesia nos arrodilláramos!»
(©Reuters)
(©Reuters) Francisco y los pobres
El video-mensaje de Papa Francisco a los que
participan en la velada “Si no fuera por ti”, el
espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros
de acogida de la Cáritas de Roma. «Ustedes para
nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual
nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son
vanos»
ANDREA TORNIELLI
Ciudad del Vaticano
«¡Cuánto quisiera que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa
hacia los débiles», que las comunidades parroquiales «a la entrada de un pobre a la Iglesia se arrodillaran
en veneración», que «se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!». Son las
palabras que el obispo de Roma, Papa Francisco, pronunció en el video-mensaje grabado para los
participantes de la velada ―Si no fuera por ti‖, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros
de acogida de la Cáritas de la diócesis romana. El espectáculo se representa esta tarde en el teatro
Brancaccio de la capital italiana. Los pobres y los que sufren, que reciben ayuda de la Cáritas, se
convierten en actores y cuentan las experiencias de abandono y de marginación que han vivido.
«Esta iniciativa teatral –afirmó el Papa– habla de su amor por los hijos, por los padres, por la vida, por
Dios. Estoy contento de estar en este mundo entre ustedes, de complacerme con su valentía, de decirles
que no pierdan la confianza y la esperanza. ¡Dios los ama, ama a todos!».
«Considero la modalidad con la que hablan a la ciudad –continuó Francisco– una ocasión de diálogo y de
intercambio significativo. Ustedes en la cátedra y los demás escuchando, y, estoy seguro, maravillados
por las riquezas ofrecidas. ¿A quién se le ocurre que una persona sin hogar puede ser una persona de la
que hay que aprender? ¿Quién cree que puede ser un santo? En cambio, esta tarde, serán ustedes quienes
convertirán el escenario en un lugar desde el cual transmitirnos enseñanzas preciosas sobre el amor, sobre
la necesidad, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor del Padre».
Papa Bergoglio observó que la pobreza es la «gran enseñanza» que nos dio Jesús cuando bajó a las aguas
del Jordán para ser bautizado. «No lo hizo por necesidad de penitencia, de conversión; lo hizo para estar
en medio de la gente, gente que necesita perdón, en medio de nosotros los pecadores, y cargar el peso de
nuestros pecados. Esta es la vía que eligió para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Lo
que da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor de compasión, de ternura
y de compartir. El Buen Samaritano que nos recoge, heridos por malhechores».
Francisco después ofreció algunas citas significativas de los Padres de la Iglesia: «Escribía San Gregorio
de Nisa, un gran teólogo de la antigüedad: ―Consideren bien quiénes son los pobres en el Evangelio y
descubrirán su dignidad: ellos han revestido el rostro del Señor. En su misericordia, Él les dio su propio
rostro‖. Y San Agustín decía: ―Sobre la tierra Cristo es indigente en la persona de sus pobres. Entonces,
hay que temer al Cristo del cielo y reconocerlo sobre la tierra: en la tierra Él era pobre, en el cielo es rico.
En su misma humanidad subió al cielo en cuanto rico, pero permanece todavía aquí entre nosotros en el
pobre que sufre‖».
«Yo también –continuó el Papa– deseo hacer mías estas palabras. Ustedes para nosotros no son un peso.
Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos. Pocos días antes de
mi elección, recibí una carta de felicitaciones y de oraciones de ustedes. Recuerdo que les respondí
inmediatamente diciéndoles que los llevo en el corazón y que estoy a su disposición. Confirmo esas
palabras. En aquella ocasión, les pedí que rezaran por mí. Renuevo la petición. Lo necesito
verdaderamente».
Francisco después agradeció a todos los agentes «de nuestra Cáritas», diciendo que los siente «como mis
manos, las manos del obispo, al tocar el cuerpo de Cristo». Agradeció a los voluntarios y expresó algunos
deseos al final. «Cuánto quisiera que esta ciudad, constelada en todas las épocas de personas impregnadas
de amor de Dios (pensemos en San Lorenzo, sus joyas eran los pobres; en San Pamaquio, senador
romano, convertido y que se dedicó completamente al servicio de los últimos; en Santa Fabiola, la
primera que construyó en Porto un albergue para pobres; en San Felipe Neri, en el beato Angelo Paoli, en
San José Labre, hombre de la calle, hasta en don Luigi di Liegro, el fundador de nuestra Cáritas de
Roma), decía: ¡cuánto quisiera que Roma pudiera brillar de ―pìetas‖ por los que sufren, de acogida para
los que huyen de la guerra y de la muerte, de disponibilidad, de sonrisa y de magnanimidad para los que
han perdido la esperanza».
«¡Cuánto quisiera –añadió– que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y
premurosa hacia los débiles! Todos tenemos debilidades, todos tenemos, cada uno las propias. ¡Cuánto
quisiera que las comunidades parroquiales en oración, a la entrada de un pobre a la Iglesia, se arrodillaran
en veneración de la misma manera como cuando entra el Señor! ¡Cuánto quisiera esto, que se tocara la
carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!».
Encuentro entre Raúl Castro y el enviado
del Papa
El cardenal Stella celebrando en Santiago de Cuba
El cardenal Stella estuvo con el presidente cubano para
hablar sobre la visita de Papa Francisco
ANDREA TORNIELLI
El ―Granma‖, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba y del gobierno de la isla caribeña, dio la
noticia sobre el encuentro, que se llevó a cabo ayer por la tarde, entre el Presidente Raúl Castro y el
cardenal Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero, que está por concluir la visita que
comenzó el 22 de abril pasado. También dio la noticia sobre el encuentro el blog ―Il Sismografo‖.
El comunicado publicado en ―Granma‖ añade que ambos conversaron «sobre temas de mutuo interés, en
particular la próxima visita a Cuba de Su Santidad el Papa Francisco». También estuvieron presentes
monseñor Vecéslav Tumir, encargado de asuntos temporalmente en la nunciatur ade Cuba, Bruno
Rodríguez Parrilla, ministro del Exterior cubano, y Caridad Diego Bello, encargada de la Oficina para los
Asuntos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
La visita del cardenal tenía fines pastorales: un encuentro con la Iglesia local, los sacerdotes y los
seminaristas. Justamente mientras Stella despegaba hacia Cuba, el director de la Sala de prensa vaticana,
el padre Federico Lombardi, confirmaba que Francisco habría visitado la isla caribeña, informando sobre
la etapa cubana antes del viaje a los Estados Unidos (en donde visitará las ciudades de Washington,
Nueva York y Filadelfia, en donde participará en el Encuentro mundial de las familias).
«La decisión del Papa de viajar a Cuba en el ámbito del viaje en programa a los Estados Unidos –había
indicado el Secretario de Estado Pietro Parolin conversando con los periodistas el viernes pasado, después
de la ―lectio magistralis‖ en la Facultad teológica del Trivéneto– se relaciona con lo que ha sucedido en
estos últimos meses, el acercamiento entre ambos países después de tanto tiempo de conflicto y frialdad.
En las últimas semanas, en el encuentro en Panamá, yo también noté un clima nuevo, representado
incluso por la manera en la que los presidentes se encontraron y se hablaron. Evidentemente se trata de un
proceso que acaba de comenzar, que tiene sus fragilidades, porque después de tanto tiempo de
incomunicación y de incomprensión no es fácil crear un clima de confianza y de comprensión recíproca,
que es la base para dar pasos diplomáticos. La visita de Papa Francisco animará este proceso, subrayando
que o hay que temer lo que podría implicar. Cada encuentro implica ciertos cambios, hay que seguir
adelante con confianza. Yo lo interpreto así, además de ser el reconocimiento del papel que tuvo la Santa
Sede, un papel de apoyo y de facilitación, pero que tuvo resultados importantes».
El aviso oficial de la visita del Papa coincidió con la llegada del cardenal Stella a Cuba y el papel que
desempeñó el mismo cardenal (que fue nuncio en Cuba entre 1993 y 1999, por lo que estuvo directamente
involucrado en la preparación de la histórica visita del Papa Juan Pablo II de enero de 1998) dieron una
mayor dimensión a la presencia de un ―minsitro‖ del Papa en la isla. Tal y como lo confirma el
comunicado sobre el encuentro del purpurado con Raúl Castro.
Ayer Francisco recibió en audiencia al arzobispo Giorgio Lingua, nombrado el pasado 17 de marzo
nuncio apostólico en Cuba, como sustituto de mons. Bruno Musarò, quien se mudó de La Habana a la
representación de la Santa Sede en Egipto y ante la Liga de los Estados Árabes.
En agosto del año pasado, Musarò hizo declaraciones muy fuertes –al final de una misa celebrada en
Vignacastrisi (Italia)– sobre la situación en Cuba, y se creó un clima enrarecido en el Vaticano. La Santa
Sede, en sintonía con los obispos de la isla, está colaborando en el lento proceso de apertura de Cuba y
favoreció el nacimiento de un nuevo diálogo con los Estados Unidos.
Dímelo en cristiano, de Jesús Bastante
Dímelo en cristiano. La comunicación en la Iglesia
Jesús Bastante
Ediciones Khaf
14 euros
El cristianismo más que una religión es un sistema de valores, un modo de vida. Un
camino, el de los seguidores de Jesús, que nos obliga a dar noticia de su vida, su muerte
y su resurrección; de su ejemplo.
Esta es una breve guía que da pistas de cómo comunicar «en cristiano» en distintos
ámbitos: en los medios de comunicación, la escuela, las ONG, la política, la sociedad, la
familia y, cómo no, en la propia Iglesia. La institucional y la que forman los hombres y
mujeres que, con alegría y sencillez, dan testimonio de lo que creen y lo que son. No
siempre es fácil, pero sí resulta urgente, e imprescindible, acometer esta tarea si
queremos que el mensaje que trajo Jesús –la buena noticia del Evangelio– siga llegando
con fuerza a todos los rincones de la Tierra.
Estamos llamados a ser profetas de la Buena Noticia; altavoces de la vida,
las bienaventuranzas y la alegría de creer.
Jesús Bastante estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Es redactor jefe de
Religión Digital, el principal portal de información religiosa en castellano del mundo, y colabora en
diversos medios escritos y audiovisuales. Ha escrito numerosos ensayos y algunas novelas.
Vida consagrada, de Andrea Riccardi
Vida consagrada. Entre crisis y futuro
Colección PERSPECTIVAS
Andrea Riccardi
Publicaciones Claretianas
6 euros
Perspectivas es una colección de libros de ágil formato
sobre las cuestiones más actuales de la vida consagrada.
La vida consagrada es una realidad compleja y, a su vez, decisiva para la Iglesia. Muchos religiosos,
mayoritariamente religiosas, ofrecen un servicio y un testimonio indiscutible en las acciones de
vanguardia y en las arterias vitales de las comunidades católicas. Con todo, no son pocos los que
cuestionan su razón de ser hoy.
En el último siglo hemos asistido a una profunda crisis eclesial que ha afectado particularmente a la vida
consagrada. Los datos nos hablan de globalización y de declive en algunos lugares. ¿Qué futuro le espera
a la vida consagrada? El presente libro ofrece, a modo de ensayo, una perspectiva sobre este argumento.
Andrea Riccardi es catedrático de Historia Contemporánea e historiador del cristianismo. Doctor
Honoris Causa en numerosas universidades. Fundador en 1968 de la Comunidad de San Egidio. Su voz
es reconocida en el panorama cultural internacional. Durante el gobierno técnico de Mario Monti, fue
ministro en Italia para la Cooperación Internacional y la Integración.
Mis queridos filósofos
El País | Luis Landero
Ocurre a veces que uno necesita reconciliarse formalmente con la razón, días en que el mundo se vuelve
opaco y el alma se siente huérfana de conceptos y anhelosa de armonía y claridad. Es el momento
entonces de regresar a la filosofía. Y es que a veces el conocimiento intuitivo y emocional del arte y de la
literatura empacha y cansa, quizá porque su empeño no es tanto esclarecer las cosas como enriquecerlas
y, valga la paradoja, iluminarlas con nuevos enigmas, de modo que en la filosofía descansamos de ese
oscuro entender y, por decirlo así, canjeamos por ideas claras y distintas nuestras perplejidades y
vislumbres, como quien convierte su incierta mercadería en letras de cambio bien acreditadas.
Siempre he sido aficionado a la filosofía, y nunca me ha faltado un filósofo de cabecera. Cada momento
ha tenido el suyo. Ha habido épocas de Nietzsche, de Ortega, de Spinoza, de Berkeley, de Heidegger, de
Benjamin y Adorno, de Sartre y de Camus, y de tantos otros, y siempre de Schopenhauer, de quien nunca
me canso, y por supuesto de Montaigne. De Montaigne me admira la suave y amena indagación que hace
de sí mismo y de las cosas sencillas de su alrededor. Pocas veces nos dice nada que el lector no creyera
haber pensado antes. La obviedad se convierte sin saber cómo en un hallazgo y en un don. Los
pensamientos de siempre cobran en él el resplandor del primer día, y hasta sus muchas citas clásicas se
nos revelan con toda la fuerza repentina de la novedad. De pronto descubrimos que todo en el mundo está
por descubrir.
EDUARDO ESTRADA
Así que uno es una especie de trotaconceptos, un vagabundo que en cualquier parte (un tratado de lo más
sesudo, un artículo de periódico, una sentencia, hasta un refrán) encuentra hospedaje: es decir, encuentra
el consuelo, y hasta la caricia maternal, de una idea que de pronto, como un relámpago en la noche, pone
luz en el mundo. En cuestión de ideas, soy nómada. Apenas he conocido el placer de la creencia, y aún
menos el de la militancia. Soy un viajero que hoy hace fonda aquí, y pide siempre el menú degustación, y
que mañana continúa alegremente su camino. Como mero aficionado a la filosofía, me gusta además mi
irresponsabilidad de lector, cosa que en la literatura me ocurrió solo en mis primeros años de juventud,
cuando leía de todo, sin ley ni canon, y tenía tan buen apetito que no había libro o cómic al que le hiciera
ascos. Por otra parte, yo suelo leer los textos filosóficos con cierto ánimo novelero, como si me contasen
una historia cuyos personajes, héroes y malvados, son las ideas, y donde hay un argumento, un conflicto,
una trama, una intriga, y hasta un desenlace desdichado o feliz. De filosofía, entiendo poco, y no aspiro a
más, y en mis lecturas hace tiempo que renuncié a obtener cualquier botín teórico, lo cual me ofrece una
levedad de lo más placentera. Vivo desde siempre en una alocada soltería filosófica.
Luego, otro día, resulta que te cansas y hasta reniegas de ese lenguaje y de esa luz, de esas pretensiones
de alzar una torre de conocimiento tan alta como la de Babel, y regresas a la penumbra del arte y la
literatura, y así vas, de los filósofos a los poetas, del razonamiento a la revelación, del no entender
entendiendo al alivio, y acaso también al espejismo, de entender algo de una vez para siempre, y de
reposar al fin en esa Ítaca tan inalcanzable que es la ilusión de la verdad. De las palabras que te guían a
las palabras que te pierden.
Uno no sería ni la persona, ni el ciudadano, ni el lector y el escritor que es, sin la filosofía, sin esa fina
lluvia de ideas, de pálpitos, de querellas intelectuales, de ecos dialécticos, que nos vienen del pasado y
que se filtran en nuestra inteligencia y en nuestro corazón y que nos dotan de la clarividencia y el carácter
necesarios para enfrentar críticamente el mundo y construir nuestra visión propia de la realidad, y que
solo ahí, en ese gran río de conocimiento que es el legado de nuestros mayores, podemos encontrar. Esa
es nuestra herencia, y no tenemos otra. En la filosofía (y, si se quiere, también en la literatura, que no es
otra cosa que el patio de vecindad de las humanidades) está la llave de nuestra salvación como personas
libres, lúcidas y mayores de edad.
Porque ocurre que del mismo modo que las facciones de nuestro rostro o las huellas de nuestros dedos
son distintas, así también nuestro mundo interior y nuestra visión de la realidad son por fuerza exclusivos.
Somos irrepetibles. Estamos condenados a ser originales. O mejor: en nosotros está la semilla de la
originalidad, y de nosotros depende que caiga en buena tierra o que se agoste sin remedio. Pero para saber
lo que valemos, y para lograr ser nosotros mismos, nos lo tenemos que ganar, y para eso es necesario un
poco de soledad, de recogimiento, de esfuerzo, de lentitud… y de la ayuda de nuestros filósofos, de los de
antes y de los de ahora, de los densos y de los ligeros, de los ceñudos y de los festivos, porque sin ellos
estaremos condenados a la ignorancia y a la palabrería: carne de cañón.
Y he aquí que ahora, nuestros actuales gobernantes, no contentos con haber menoscabado la literatura en
las escuelas, los libros en las bibliotecas y el teatro y el cine en las taquillas, han decidido también
arrinconar a la filosofía, haciéndola meramente optativa, lo cual equivale a su extinción. ¿Qué muchacho,
o qué padres de muchacho, van a elegir o a animar a elegir como asignatura la filosofía, que al fin y al
cabo no sirve para nada, cuando se puede optar por otra materia más técnica y práctica, que acaso pueda
servir para aspirar a un puesto de trabajo, por mísero que sea?
Triste país el nuestro. Trabajando cada cual para obtener sus pequeñas ventajas, nos estamos labrando
entre todos la desdicha colectiva. Hoy sabemos ya que, en asuntos de educación, de ciencia y de cultura,
el sueño de la Transición produjo, si no monstruos, sí figuras grotescas. Al cabo del tiempo, al cabo de
tantos proyectos y sueños de regeneración, uno contempla el panorama social y comprueba que, tras la
apariencia y el barniz de la modernidad, seguimos siendo el mismo país ignorante y atrasado de siempre.
Queda una gran minoría ilustrada, cómo no, pero se antoja poco logro para las oportunidades históricas
que tuvimos y que una vez más desperdiciamos. Diríase que hay una conjura para que estas cosas sean
así. No de otro modo se puede interpretar el desprecio y la saña con que nuestros gobernantes persiguen a
las humanidades en las escuelas y a la ciencia y a la cultura allá donde se encuentren. Como si hubieran
recibido de ellas una afrenta que hay que vengar y reparar.
Seguimos, pues, como siempre en nuestra desdichada historia, a la espera de un Gobierno ilustrado, que
crea de verdad en esa gran evidencia de que el progreso y la grandeza de un país se construyen por fuerza
desde la educación. Algo que todo el mundo dice pero que nadie hace, quizá porque tampoco ellos, los
mandatarios y demás malandrines, son amigos de la lectura y el estudio. Basta leer un par de horas a
Montaigne, o cultivar el hábito de alternar, aunque sea solo de pasada, con nuestros queridos filósofos,
para defendernos de la banalidad y desenmascarar y ponernos a salvo de los discursos baratos, tramposos,
fatuos y hasta ridículos de la mayoría de nuestros políticos. Más que nunca, ante la ristra de elecciones
que se nos avecinan, quizá esta sea la hora de regresar a la filosofía.
Luis Landero es escritor. Su último libro es El balcón en invierno (Tusquets).
La nueva y lacerante esclavitud
ABC | Enriqueta Vila Vilar
Han hecho falta dos catástrofes de una dimensión indescriptible para que los políticos de altos vuelos
salgan de su letargo económico y, una vez más, se tengan que reunir con urgencia para resolver el
problema que en Europa llamamos «inmigración». No sé en que terminará esta especie de auto
sacramental laico que se está representando, que no dudo que se haga con buenas intenciones, pero que
presiento que no resolverá nada hasta que no olvidemos nuestro papel victimista de acosados por una
«inmigración» inasumible y aceptemos que de lo que se trata es de una nueva y lacerante forma de
esclavitud en la que las víctimas son los africanos, que huyen de la miseria y el hambre, manejados por
mafias. Como siempre. Igual que cuando los jefes de la costa atlántica preparaban expediciones al interior
de sus territorios para capturar esclavos y tenerlos dispuestos en los puertos esperando los navíos
europeos que los trasladaran a América.
Según épocas y lugares, la esclavitud ha sido una constante en la historia y en cualquier lugar del mundo,
tal como se pone de manifiesto en bastantes obras, entre ellas la magnífica síntesis que hace Hugh
Thomas en su libro Theslave trade, pero es indudable que su momento de gran expansión fue después de
la llegada de los europeos al continente americano. Sin entrar en las causas que movieron a unos y a otros
a lanzarse a este brutal comercio, hay que reconocer que la emigración forzada de esclavos a través del
Atlántico fue «la creación conjunta de las potencias marítimas de Europa», según frase de David Brion
Davis, profesor emérito de la Universidad de Yale y máximo especialista en la materia. La mayor y más
acuciante demanda de africanos se producía en las Indias españolas debido a la drástica disminución de la
población autóctona y a la prohibición de la corona española de esclavizar a los indios, y los españoles,
que no tenían pericia en ese tipo de comercio ni fuentes de suministro, debieron acudir a los auténticos
traficantes que fueron cambiando según las épocas –italianos, portugueses, franceses, holandeses e
ingleses– con experiencia y territorios en África donde conseguir la mano de obra necesaria para las
nuevas tierras.
Todo estuvo perfectamente reglado: se firmaban acuerdos, denominados asientos, con la potencia más
preparada o más amiga, y se estipulaba minuciosamente en ellos desde el número esclavos que deberían
transportarse cada año al precio que había que pagar por los derechos de entrada de cada uno, o desde el
tiempo de duración del asiento hasta los puertos habilitados para recibirlos, que, durante más de dos
siglos, fueron en exclusiva Veracruz, para el Virreinato de Nueva España, y Cartagena de Indias, para
todo el continente sur. Más adelante, cuando el control se hizo menos riguroso, se permitió la entrada
también por el puerto de Buenos Aires.
Durante los siglos XVI y XVII, pequeños navíos salían desde Sevilla después de recibir una rigurosa
inspección de los oficiales de la Casa de la Contratación y emprendían el llamado comercio triangular,
cuya ruta era Sanlúcar-África-América. Estas pequeñas embarcaciones, en las que siempre se cargaban
más esclavos que los permitidos y en las que viajaban hacinados en las bodegas eran, a la vista de
imágenes recientes, menos inseguras que las grandes barcazas o pateras que ahora naufragan en nuestras
costas. Cuando los holandeses y, sobre todo, los ingleses se hicieron cargo de la trata, los barcos fueron
bastante mayores y más sofisticados, y en ellos las bodegas se convertían en bateas para que los negros,
tendidos, ocuparan menos espacio. Gracias a la desinhibición que los británicos han tenido siempre para
contar su historia, podemos conocer unos grabados que se conservan en el Museo de la Esclavitud en
Liverpool, que ha sido reproducido en numerosas ocasiones y que nos muestran imágenes difíciles de
imaginar hasta estos últimos años.
La numerosa bibliografía sobre la esclavitud y su comercio es lo suficientemente amplia como para que
no necesite extenderme más sobre un asunto que puede ser considerado como una de las mayores
vergüenzas de la historia de Occidente. Una vergüenza admitida y compartida por una sociedad que se
llamaba cristiana y que no tenía empacho en llegar a las armas para defender su propio credo. Algo
imposible de comprender, que retrasó los estudios sobre este importante asunto hasta bastante después de
la abolición y que obligó a los historiadores y sociólogos que desde mediados del siglo XX se lanzaron a
ello sistemáticamente a despojarse de cualquier tipo de prejuicio para poder abordar el tema. Algo que
creíamos finalizado desde que en 1886 y 1887 se prohibió el tráfico en Cuba y Brasil, los dos territorios
más rezagados. Sin embargo, ahí sigue, con características aún más dramáticas en pleno siglo XXI, ante
la pasividad de países e instituciones que se muestran como defensores de los derechos humanos.
Pero hace más de treinta años que estamos asistiendo a una nueva emigración de africanos mucho más
dramática que la descrita. Más dramática porque no se trata de una emigración forzada por cautiverio,
sino voluntaria, huyendo de la miseria, con el desgarro de dejar atrás terruño y familia; más dramática
porque estos viajes no están reglados, sino en manos de mafias incontroladas; más dramática porque las
embarcaciones son mucho más peligrosas que las que en el siglo XVI podían cruzar el océano; más
dramáticas porque al emprender el viaje creen que van a llegar a un paraíso del que la mayoría de las
veces son expulsados o marginados; y más dramática, sobre todo, porque al parecer no hay solución.
Resulta sorprendente que el mundo haya permanecido impasible ante un problema de tal envergadura, tal
como ocurrió cuando la esclavitud estaba en vigor, y más sorprendente aún que la Unión Europea, la
ONU o quienes tienen competencias se alboroten ante las tragedias que llegan a sus orillas y recogen los
telediarios para, después de algunas medidas insuficientes o erróneas, despreocuparse hasta la próxima
ocasión. ¿Quién se acordaba ya de lo ocurrido en las costas de Lampedusa en 2013? Un día y otro nos
despertamos con la noticia de un número mayor o menor de personas a las que se han tragado las olas o
que han muerto en el intento de cruzar unas barreras que les impiden entrar en un paraíso virtual que en
mucho tiempo no podrán alcanzar. Algo que supone una visibilidad horrible, dantesca, cruel. Y lo más
duro es la poca visibilidad de la intención de remediarlo, por la sencilla razón de que no se quiere ver el
problema en su dimensión real. Claro que somos nosotros, los europeos, los que tendremos que
resolverlo. Pero el problema es África –continente cainita y desgraciado donde los haya–, y la terrible
situación de los habitantes de países como Eritrea, Libia o Somalia, manejados como siempre por mafias
de su propia tierra.
Por mucho que los europeos nos empeñemos en el imposible de poner vallas al mar, nada se resolverá
hasta que no aceptemos que estamos ante una nueva esclavitud con la que sólo se terminará cuando se
ponga de manifiesto y se acabe con quienes sacan provecho de ella.
Enriqueta Vila Vilar, miembro de la Real Academia de la Historia.
De las cervecerías al búnker
El País | José Álvarez Junco
Qué personaje, este Adolf Hitler, de cuyo suicidio se cumplen ahora 70 años. Un número redondo, que no
significa nada ni tendría por qué hacernos hablar de él. Pero cualquier pretexto es bueno para reflexionar
sobre Hitler.
Y es así no porque su personalidad tuviera interés, porque fuera un ―gran hombre‖, bueno o malo, según
gustos, pero dotado, en todo caso, de alguna cualidad extraordinaria. Solo creerá que fue grande quien
equipare grandeza con popularidad, impacto mediático, influencia sobre su época. Porque influyó, sin
duda, sobre el curso de la historia mundial como pocos seres humanos lo han hecho en el tiempo en que
vivieron. El siglo XX sería, sin duda, muy distinto de no haber nacido él.
Desde cualquier otro punto de vista, careció por completo de grandeza. Fue un tipo inculto, aunque él
creyera, desde luego, saber mucho (otra prueba de su ignorancia). En el cenit de su poder, pensó que eran
tan importantes las conversaciones mantenidas en sus almuerzos por él y su grupo cercano que instaló a
unas taquígrafas para que tomaran notas y se conservaran así para la historia. Se publicaron, hace unas
décadas; miles de páginas, de una pobreza difícil de imaginar, llenas de simplezas, en un tono siempre
rotundo y dogmático.
NICOLÁS AZNÁREZ
Si de las ideas pasamos a los principios morales, sus móviles nunca fueron ―nobles‖, cualquiera que sea el
significado que demos a esta palabra. Y si a las ideas y los principios añadimos su atractivo personal, no
era un tipo sociable, nunca tuvo verdaderos amigos y su vida sentimental fue anodina; de él no se
recuerda una anécdota interesante, una frase ingeniosa, pese a la inventiva que suele adornar estos
anecdotarios de hombres célebres. Como pintor, su única profesión, fue mediocre; y cuando le tocó ser
gestor se levantaba tarde, era vago y desorganizado, le aburría leer informes y eludía la toma de
decisiones (o las tomaba de forma temeraria). Por no inventar, no inventó ni el antisemitismo. Fue un
oportunista vulgar, un megalomaniaco vacuo, un don nadie fanático y simplón, un charlatán desprovisto
de cualquier idea de interés, un ambicioso cuyo único norte fue la conquista de un poder absoluto sobre
sus semejantes.
Alguien me objetará que aportó novedades, aunque fueran perversas; que construyó y dirigió un régimen
totalitario modélico, ideal para otros muchos dictadores; que enseñó a otros criminales políticos cinismo,
brutalidad, manipulación de la prensa y la radio, justificación de los medios por el fin, crímenes contra la
humanidad a gran escala. Pero en todos estos aspectos le había precedido Stalin. Y aquí me parece
escuchar voces de protesta: cómo se me ocurre compararlos, este lo hizo por motivos idealistas, quería
establecer una sociedad justa e igualitaria, aunque esto le llevara a cometer ―excesos‖. Dejemos ese tema
para otro día. Lo indiscutible es que utilizó todos los medios imitados luego por Hitler para instalarse en
el poder y que lo ejerció, como él, sin límites morales; y su modelo totalitario fue aún más perfecto que el
nazi. Hitler, la verdad, tampoco inventó nada en ese terreno.
Alguna grandeza demoniaca se le podría atribuir. Nadie, quizás, ha encarnado el mal absoluto de forma
tan pura. Fue la quintaesencia de la perversión, y por eso es útil como ejemplo para describir lo que debe
evitarse a cualquier precio. Pero Hannah Arendt arguyó, con buenas razones, que los nazis ni siquiera
tenían grandeza en este terreno, que incluso su maldad era ―banal‖, que cometieron los mayores crímenes
sin plantearse siquiera los dilemas morales que se le ocurrirían a cualquier mente reflexiva.
Todo lo dicho, pensándolo bien, apenas tiene importancia y no responde a la pregunta de por qué escribir
sobre él. La verdadera cuestión, la difícil de contestar, es cómo pudo un personaje tan mediocre alcanzar
el poder absoluto sobre una sociedad tan culta, avanzada y moderna como la alemana. Cuál fue su
atractivo, ese es el misterio sobre el que se han escrito miles y miles de páginas. Porque Alemania no era
un país cualquiera. Hay que recordar lo que significó para los españoles que estudiaron allí, empezando
por Ortega y Gasset, o la elevación del nivel de las universidades estadounidenses gracias a los alemanes
que se refugiaron allí, o la calidad de las vanguardias artísticas alemanas. ¿Cómo pudo una sociedad tan
sofisticada, una de las cimas de la civilización moderna, hundirse en la barbarie, en la brutalidad, en el
genocidio, siguiendo las pautas de este Adolf Hitler?
Claro que la pregunta simplifica las cosas, pues no todo debe atribuírsele a él. Hubo colaboradores,
fuerzas sociales que le apoyaron, estructuras de poder que se pusieron a su servicio. Pero él fue crucial, su
personalidad fue clave en el asunto. Como resumió Ian Kershaw, Hitler no fue la ―causa primordial‖ del
―ataque nazi a las raíces de la civilización‖, pero sí su ―agente principal‖.
Para entender su éxito, hay que referirse a las circunstancias en las que surgió: la amarga derrota alemana
en la Gran Guerra, la inflación galopante de los años veinte y el paro masivo tras la crisis de 1929, los
miedos que suscitaba en toda Europa la revolución bolchevique… Todo ello, en el tránsito de la sociedad
del antiguo régimen al mundo moderno, con el desplome de las jerarquías tradicionales, el avance de la
secularización, el paso de la política de élites a la de masas, de la sumisión de la mujer a la igualdad de
géneros. Todo era novedoso, conflictivo, nunca visto. La sociedad, tal como se había conocido durante
siglos, se hundía; y eso provocaba inseguridad y temores comprensibles.
En esa situación, Hitler —con una capacidad oratoria, esa sí, excepcional— supo levantar esperanzas.
Identificó de manera nítida al culpable de todas aquellas crisis: los judíos, padres del capitalismo y del
marxismo, los dos males de la modernidad. Y prometió, en tono apocalíptico, eliminar a aquel culpable.
Con ello, aseguró, llegaría la redención, la superación de las divisiones, el reingreso en el paraíso, una
nueva unión fraternal (de los elegidos, claro). Y aquella solución tan sencilla sedujo a muchos. Aunque
sin mayoría absoluta, ganó elecciones —cosa que no hizo nunca Stalin—. A partir de ahí, unos
colaboradores sin escrúpulos construyeron el andamiaje efectista que le rodeó de un halo carismático.
Montaron un espectáculo grandioso, que compensaba la falta de participación política real. Y casi todos,
incluidos muchos visitantes inteligentes, se dejaron impresionar por el resultado.
Hay quien explica el atractivo de Hitler a partir de la cultura alemana, del famoso Sonderweg,camino
especial seguido por aquel país. En él contrastarían la modernidad en los aspectos económicos y técnicos
con el atraso en la estructura política, basada en el paternalismo estatal heredado del ―socialismo‖
conservador de Bismarck y dominada por los Junkers, élites de mentalidad muy tradicional, nacionalistas,
militaristas y antisemitas, muy distintos a las aristocracias francesa o inglesa. El nazismo sería el producto
de esa tradición y por tanto específicamente alemán. Pero, frente a esta visión, otros ven el fenómeno
como una aberración atribuible a la situación de crisis económica, política y moral en la que surgió y
creen que la aparición de aquel grupo de hooligans, dirigidos por un loco, interrumpió el acceso a la
normalidad que iba siguiendo la historia alemana. El nazismo sería un caso de totalitarismo, como el
soviético, típico del siglo XX europeo, no de la cultura alemana. Una cultura, hay que recordarlo, que
produjo a Hitler pero produjo también a un Stefan Zweig, por mencionar solo un nombre, europeo lúcido
si los ha habido, crítico y víctima del nazismo.
En conclusión, Hitler como persona importa poco. No evoco su muerte, desde luego, porque fuera, en
ningún sentido, una pérdida para la humanidad. Lo que importa es preguntarse cómo pudo un tipo así
seducir a tanta gente. Sobre eso es sobre lo que nunca deberíamos dejar de pensar. Como no deberíamos
dejar de estar vigilantes, para que jamás se repita nada similar. En cuanto a él, como ser humano, ni
siquiera el pistoletazo final, hace ahora 70 años, le otorgó la menor grandeza.
José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).
„Teresa de Jesús. La construcción de la
santidad femenina‟
MJ /
Los historiadores Ricardo García Cárcel y Rosa María Alabrús acaban de sacar a la luz una obra conjunta
publicada en la Editorial Cátedra, titulada: Teresa de Jesús. La construcción de la santidad femenina.
García Cárcel reconocía, en una entrevista concedida al diario La Rioja, lo siguiente:
Santa Teresa de Jesús es un personaje que tiene la fuerza de un icono representativo, hoy en día,
fundamentalmente de tres conceptos: indudablemente, de la catolicidad triunfante con respecto a todas las
herejías (se supo mover, como una funambulista, sobre un cable bajo el que había muchos caimanes); de
la identidad española, representa la conciencia y el asentamiento del castellano como lengua; y,
promovido ya en el siglo XX desde algunos estudios realizados en EEUU, del feminismo, porque
representa a la mujer fuerte dentro de un mundo hegemónico de hombres. Podría ser una pionera, si no
del feminismo, de sus antecedentes.
[…] Evidentemente, y es indiscutible, Santa Teresa es autora literaria. Uno de los grandes temas de
investigación ahora es determinar en el ‗Libro de la vida‘, canon del género autobiográfico, dónde acaba
el ejercicio memorístico y dónde empieza la literatura, qué es verdad y qué es ficción. Ahora es un reto.
Le gustaba leer y escribir de manera increíble, le puede, a pesar de sus múltiples manifestaciones de
humildad.
Teresa de Jesús. La construcción de la santidad femenina
Este libro comienza planteándose el estudio comparativo de las vidas de Teresa de Jesús y las religiosas
de la España barroca para determinar las sutiles fronteras que separan la rápida proyección a la santidad
de la monja de Ávila respecto al estancamiento en el camino de los procesos de beatificación y
canonización de tantas otras. Los autores focalizan su atención sobre la figura de Teresa y sus
extraordinarias dotes de encantadora a la vez que encantada por los sueños de los tiempos que le tocó
vivir, con su ambivalencia de mujer mística y fundadora, espiritual y emprendedora, contemplativa y
activa…, que trabajó a destajo toda su vida. La Iglesia, a la que tan bien sirvió, la premió con una
santidad postulada con práctica unanimidad y reconocida con extraordinaria rapidez.
Colección: Historia. Serie menor
Páginas: 272
Publicación: Mayo de 2015
ISBN: 978-84-376-3419-7
Formato: Papel
Temática:
Historia moderna: c.1450/1500-c.
1700 — HBLH
Los autores
 Ricardo García Cárcel (Requena, Valencia, 1948) es un historiador y ensayista español.
Obtuvo la licenciatura de Filosofía y Letras, con premio extraordinario, en la Universidad de
Valencia en 1970, doctorándose en 1973, asimismo, con premio extraordinario. Catedrático de
Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es miembro del Foro Babel. Es
académico correspondiente de Real Academia de la Historia desde 2001.
 Rosa María Alabrús. Es doctora en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad
Autónoma de Barcelona con la tesis doctoral Pensament polític i opinió a la Catalunya moderna
(1652-1759) defendida en marzo de 1995.Desde 2007 desarrolla la docencia, como profesora
Agregada de Humanidades en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona.
„Teresa de Jesús: libro vivo‟, exposición
en la Biblioteca Universitaria de la Rioja
MJ / 1 día ago
“Teresa de Jesús : libro vivo” . Exposición con motivo del V Centenario Santa Teresa de Jesús.
Planta segunda de la Biblioteca Universitaria de La Rioja (13 abril/15 mayo 2015)
En su ―Libro de la Vida‖, narra Santa Teresa que cuando tuvo que quemar sus libros de devoción en
romance, tras la publicación del índice de libros prohibidos por la Inquisición, tuvo un habla interior que
le dijo: ―no tengas pena, que Yo te daré libro vivo‖.
Tomando como referencia este episodio, queremos mostrar cómo los libros dedicados a Teresa de Jesús
son un elemento vivo y cambiante, que han ido adaptándose al público de cada época.
Exponemos 60 biografías adaptadas y noveladas, desde comienzos del siglo XX hasta las últimas
novedades publicadas en este año 2015. Son síntesis divulgativas de una experiencia vital intensa y
profunda, y destinadas tanto a niños como a lectores adultos. Asímismo, los materiales expuestos
permiten apreciar la iconografía popular de Santa Teresa, con imágenes originales y poco conocidas, y
apreciar el diferente tratamiento que su figura ha recibido en portadas e ilustraciones a lo largo de un
siglo, lo que demuestra su permanente actualidad y pervivencia.
Con esta exposición, la Biblioteca de la Universidad de La Rioja quiere participar de forma activa en la
conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa.
Visita la página de la exposición
Presentación del documento 'Iglesia, servidora de los pobres'
Los obispos condenan la corrupción
como 'mal moral'
 Aseguran que 'provoca alarma social' y 'desconfianza y
menosprecio de la política'
 Invitan al 'recto ejercicio de la política, forma exquisita de caridad'
El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Juan José Omella (c), durante el acto. Ángel
Díaz EFE
JOSÉ MANUEL VIDAL Madrid
El Mundo
"No es un documento contra nadie ni la palabra de un contrincante político en época electoral", explica
Juan José Omella, presidente de la comisión episcopal de pastoral social, en la presentación del
documento Iglesia, servidora de los pobres. Pero el caso es que, al tomar la defensa de los más golpeados
por la crisis, los obispos arremeten contra los políticos y sus políticas, que están generando "dolor y
sufrimiento" en la sociedad española. Y cargan, sobre todo, contra la corrupción.
El documento episcopal asegura que la corrupción "es un mal moral", que, además, "provoca alarma
social" y genera "desconfianza y menosprecio de la política". De ahí que inviten a nuestros políticos (sin
hacer mención explícita de ningún partido concreto) a "ejercer de forma recta" su profesión. Porque,
cuando así se hace y la política se vive en clave de bien común, entonces se convierte en una "forma
exquisita de caridad"
Pero la instrucción episcopal tiene mucha más enjundia que la simple denuncia de la corrupción. Por
ejemplo, por vez primera desde hace décadas, los prelados hacen una profunda autocrítica y piden
"perdón por los momentos en que no hemos sabido responder con prontitud a los lamentos de los mas
necesitados", y subrayan su intención de comprometerse, junto al Papa Francisco, en la promoción de una
sociedad de "liberadores de las pobrezas". Hacía años que, en los labios de nuestra jerarquía no sonaban
frases como ésta o como la de la "opción preferencial por los pobres".
Hoy, en este largo documento, desde el comienzo muestran su dolor compartido con los golpeados por la
crisis. "Somos testigos del grave sufrimiento que aflige a muchos en nuestro pueblo motivado por la
pobreza y la exclusión social; sufrimiento que ha afectado a las personas, a las familias y a la misma
Iglesia. Un sufrimiento que no se debe únicamente a factores económicos, sino que tiene su raíz, también,
en factores morales y sociales".
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'Los nuevos pobres'
Y pasan a hacer una descripción de la "situación social actual que nos interpela". Con tintes oscuros, pero
realistas. Desde los "nuevos pobres y las nuevas pobrezas", que afectan sobre todo a niños, ancianos,
mujeres, inmigrantes y jóvenes. "Nos resulta especialmente dolorosa la situación de paro que afecta a los
jóvenes: sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin recursos para crear una familia y obligados
muchos de ellos a emigrar para buscarse un futuro fuera de su tierra".
Los obispos culpan de esta situación a varios factores. Entre ellos, "la negación de la primacía del ser
humano", "la cultura de lo inmediato", el "modelo centrado en la economía" o la "idolatría de la lógica
mercantil".
Frente a esta situación, ofrecen la salida de "una profunda regeneración moral" de las instituciones,
colocando en el centro del sistema a la persona y al "destino universal de los bienes", así como
"solidaridad" y "subsidiariedad". Con esa regeneración, los obispos piden que se mantenga "el Estado
social del bienestar".
La receta episcopal, como no podía ser de otra manera, se basa en los grandes principios de la Doctrina
Social de la Iglesia: Colocar a la persona humana en el centro del sistema, que debe basarse en el bien
común, en el principio de la subsidiariedad y "en el derecho a un trabajo digno y estable".
'Evangelio de la esperanza'
Con estas claves, la Conferencia episcopal ofrece el "Evangelio de la esperanza" a los españoles, pero de
una forma proactiva. "Cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser instrumentos de Dios para
la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad.
Esto nos obliga a cambiar, a salir a las periferias para acompañar a los excluidos, y a desarrollar
iniciativas innovadoras que pongan de manifiesto que es posible organizar la actividad económica de
acuerdo con modelos alternativos a los egoístas e individualistas".
Por eso, los obispos prometen un cambio en su hoja de ruta y apuestan por la denuncia social clara y
contundente, sin componendas políticas. "Tenemos, además, el reto de ejercer una caridad más profética.
No podemos callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando se permite
que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen".
Y añaden: "Debemos elevar el nivel de exigencia moral en nuestra sociedad y no resignarnos a considerar
normal lo inmoral. Porque la actividad económica y política tienen requerimientos éticos ineludibles, los
deberes no afectan sólo a la vida privada. La caridad social nos urge a buscar propuestas alternativas al
actual modo de producir, de consumir y de vivir, con el fin de instaurar una economía más humana en un
mundo más fraterno".
Y quizás por eso, concluyen tomando partido y apostando abiertamente por los más débiles: "Estamos
con vosotros; juntos en el dolor y en la esperanza; juntos en el esfuerzo comunitario por superar esta
situación difícil. Juntos, hermanos en Jesucristo, debemos edificar la casa común en la que todos podamos
vivir en dichosa fraternidad. Pedimos al Padre que nos colme de inteligencia y acierto para construir una
sociedad más justa en la que los anhelos y necesidades de los más desfavorecidos queden satisfechos. Las
víctimas de esta situación social sois nuestros predilectos, como lo sois del Señor". Porque la Iglesia
española quiere ser "servidora de los pobres".
Comunicado 1 de mayo de 2015 • Día
internacional del trabajo • HOAC y JOC.
En twitter #1mayoTrabajoDigno
Celebramos un año más el 1º de mayo, día festivo y reivindicativo para el movimiento obrero en todo el
mundo, y día también de celebración en nuestra Iglesia, fiesta de San José Obrero, trabajador que nos
mostró la dignidad de ser un obrero, herencia que compartió con el propio Jesús.
Para la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC),
movimientos de militantes obreros cristianos, este día es especial por doble motivo. Como trabajadores,
porque lo celebramos codo con codo con nuestros hermanos para que se realice de una vez la dignidad
que no vemos reconocida, y como cristianos, porque en Jesús obrero tenemos el mejor fundamento de
poder conseguir la utopía que anhelamos: una sociedad de hermanos donde todos y todas podamos tener
un trabajo digno que nos permita nuestro sostenimiento y el de nuestras familias, nuestra realización
personal y nuestra contribución a esa sociedad mejor (CV, 63).
Celebramos este 1º de mayo MIRANDO AL PASADO. Esta fiesta nació a finales del siglo XIX, en París.
Se concibió como jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a aquellas y aquellos que murieron por
reivindicar los tres 8 –8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para la relación social– y marcó un punto de
inflexión en el movimiento obrero mundial, de manera que el 1 de mayo quedó consagrado como día para
manifestar la inalienable dignidad del trabajador frente al capital. Hoy nos seguimos preguntando
¿cuántas movilizaciones seguirán siendo necesarias para que se acaben aceptando las más justas
reivindicaciones del mundo del trabajo? ¿Cuántas más para que recobremos la conciencia de la dignidad
de las personas como lo más sagrado?
La Iglesia hemos ido acompañando a lo largo de la historia los procesos de cambio, intentando iluminar
desde la fe los acontecimientos y la realidad social cambiante. Quizá muchas veces con nuestras sombras,
en forma de tibieza, de confusión o de diagnósticos equivocados. A la vez también, con indiscutibles
llamadas y manifestaciones en defensa de la dignidad de las personas: ―Cuando la vida social –también el
trabajo- pone en el centro al dinero, y no a la persona, negamos la primacía del ser humano sobre las
cosas, negamos la primacía de Dios‖ (EG 55).
Hoy nos encontramos con graves situaciones de desempleo, desigualdad, pobreza y precariedad, en todo
el mundo. Son signo y consecuencia de una forma de hacer y funcionar en la que la lógica prevalente es la
del dinero, no la de procurar garantizar el bien-ser o bien-vivir de todas las personas.
El último informe Foessa indica cómo la crisis está causando un riesgo de falta de cohesión social en
España que se ha fundamentado en estos últimos años en el incremento de la desigualdad, el aumento del
desempleo, el descenso de los sistemas de protección social, el desgaste de los mecanismos de protección
familiar, las desigualdades territoriales y las dificultades recaudatorias, debidas a la economía sumergida
y el fraude fiscal.
Cuando observamos esta realidad, no podemos olvidar, como dice el Papa Francisco, que ―el desempleo
es consecuencia de un sistema globalizado en el cual el dinero es el ídolo y el único que manda‖, o que
―se descarta a los jóvenes y a los ancianos‖.
No vivimos tiempos de recuperación laboral y social en nuestro país cuando:
■ Hay más de 12 millones de pobres, mientras que la riqueza de los más ricos sigue aumentando.
■ Persisten tasas desempleo superiores al 23%, y la precariedad laboral es cada vez mayor.
■ El 90% de los empleos creados en los últimos años son temporales, y muchos a tiempo parcial
■ Los trabajadores pobres superan ya el 12%.
■ En 1.700.000 familias, ninguno de su miembros tiene empleo y más de 700.000 no tienen ningún
ingreso.
■ Más de la mitad de los desempleados (55,71%) ya no cobra ningún tipo de prestación.
■ Los desahucios siguen siendo una lacra para tantas familias arruinadas. Según el INE, fueron 184 al día
en 2013, y se incrementaron un 7,8% en 2014.
■ La mitad de los y las jóvenes están en desempleo, muchos abocados a la emigración forzosa, ocupando
puestos de cualificación inferior a su nivel de estudios…
■ Las personas inmigrantes engrosan la bolsa de la economía sumergida y tienen los peores salarios.
■ La brecha salarial entre ambos sexos sigue aumentando, (…)
Esta situación, estos datos, son fuente de indignación y de dolor. También son una llamada a nuestra
conciencia. No se puede construir un mundo que camine hacia la igualdad y la justicia desde las premisas
sobre las que funciona nuestra economía nacional e internacional, nuestras relaciones laborales, nuestro
funcionamiento social. No hay remedio si no empezamos a poner a las personas y a las familias,
especialmente a las más empobrecidas y castigadas, en el centro. Por eso queremos LUCHAR EL
PRESENTE, tratando de ser alza-voz del sufrimiento y las esperanzas de tantas personas trabajadoras y
sus familias ―He oído el clamor de mi pueblo‖ (Ex 6,5)
En el mundo obrero y del trabajo necesitamos que se promuevan políticas:
■ que recuperen el sentido humano del trabajo,
■ que promuevan trabajo digno,
■ que pongan sus objetivos en erradicar la pobreza y la desigualdad,
■ que fomenten una verdadera participación ciudadana,
■ que defiendan los derechos sociales como un deber de justicia,
■ que defiendan la vida en todas sus etapas.
Ante esta situación recordamos las recientes palabras del Papa Francisco: ―No es suficiente con que los
pobres recojan migajas que caen de la mesa de los ricos, hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la
casa, además de servicios públicos como salud, educación, seguridad o medio ambiente, de los que
ningún ser humano debería quedar excluido (…). Mientras no se logre una distribución equitativa de la
riqueza, no se lograrán resolver los males de la humanidad‖. (Acto inaugural de la VII Cumbre de las
Américas).
Y como seguidores de Jesús de Nazaret en su Iglesia y como testigos de la resurrección, anunciamos la
esperanza como programa de acción. Esperanza que nos ayude a cambiar la manera de sentir, pensar y
actuar, superando los viejos planteamientos capitalistas del beneficio como único motor posible de la
historia, para ir alumbrando y CONSTRUYENDO EL FUTURO, como ya ocurre en muchas partes,
alternativas que vayan generando una nueva realidad desde la dignidad y la fraternidad donde la persona
sea lo primero.
Cáritas tacha de „obscenos‟ los números
de la desigualdad en España
Escrito por Redaccion de iviva, el 26 de abril, 2015
Sebastián Mora, Secretario general de Caritas y miembro del Consejo de
Dirección de Iglesia Viva, ha intervenido con afirmaciones rotundas en el debate-presentación de un
libro. He aquí la información de Europa Press.
El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, ha advertido de que los datos del aumento
de la desigualdad en España son ―obscenos‖ y ha pedido a los gobernantes que afronten este problema
que ―no puede esperar a mejores mares‖.
Así lo ha propuesto durante un debate organizado por entreParéntesis, de la Compañía de Jesús, y por la
revista Razón y Fe a propósito del libro ‘España por reformar. Propuestas políticas, económicas y
sociales’, coordinado por el director de entreParéntesis, Daniel Izuzquiza, y al que ha tenido acceso
Europa Press.
Mora ha señalado que uno de los asuntos que se deben abordar con ―urgencia‖ es el de la fiscalidad pues
España ―no tiene una fiscalidad redistributiva que genere igualdad‖.
Ante esta desigualdad en España, Cáritas propone una ―renta mínima‖ para entre 500.000 y 600.000
hogares españoles que no perciben ningún ingreso. ―Es algo asumible‖, asegura.
Asimismo, ha pedido que se tenga‖cuidado‖ con la educación y la sanidad que ―han sufrido un deterioro
en los últimos años‖ y que, según ha precisado, están conectadas con la pobreza y desigualdad.
Concretamente, sobre la sanidad, ha apuntado que este era el segundo indicador que más genera
desigualdad, según el informe de FOESSA; y en relación a la educación, ha criticado que el debate se
centra más ―en la excelencia‖ que ―en la equidad‖.
También ha denunciado el tratamiento que España le da a la migración, ante tragedias como la muerte de
miles de inmigrantes en aguas del Mediterráneo. ―Nos vemos en un espejo, lo que somos capaces de
hacer, la indignidad a la que somos capaces de llegar, lo indiferentes que podemos ser‖, ha subrayado.
¿Qué van a hacer los políticos?
Por su parte, el director de campañas y ciudadanía de Oxfam Intermón, Jaime Atienza, ha insistido en
que es ―inaceptable‖ que exista ―una desigualdad tan grande‖porque ―millones de familias que quedan
orilladas‖ y además, a su juicio, ―se degrada la democracia‖.
Por ello, en este año electoral, ha ―exigido‖ a los políticos que ―digan qué van a hacer para acabar con
esta desigualdad‖. Según ha indicado, los partidos han hablado de políticas de educación o sanidad pero
Atienza quiere que se propongan, por ejemplo, ―acabar en cinco años con la exclusión y con las brechas
salariales‖ y que este debate ―no quede guardado en un cajón‖.
El coordinador de Cristianos PSOE Madrid, Juan Carlos González, ha admitido que en España existen
algunos problemas fundamentales como son la desigualdad y el hecho de que sea ―el país con mayor
número de parados de Europa‖ y ha indicado que esto ―hay que cambiarlo‖ y que ―las soluciones no solo
pueden ser técnicas sino también morales‖.
Reforma Constitucional
En el debate también intervinieron algunos de los coautores del libro, como la profesora de Derecho
Constitucional de ICADE María Isabel Álvarez, que se ha referido al ―deterioro de la imagen de las
instituciones y al descrédito de la clase política‖ y ha apuntado que el sistema político español ―ha
quedado obsoleto‖ porque ―no se han aprobado reformas‖ de forma ―tranquila‖.
Otra de las coautoras, la abogada del Estado Elisa de la Nuez, ha explicado que ―la idea de una reforma
constitucional no tiene que asustar‖ a la población. Además, ha criticado la ―falta de democracia interna,
la selección adversa de las élites políticas y la falta de voluntad política para abordar de verdad el tema de
la financiación‖.
ENCUENTRO CON EL CARDENAL
BRAZ DE AVIZ EN EL ITVR
(INVITACIÓN)
Fernando Prado, cmf on 27 Abril 2015
La editorial Publicaciones Claretianas y el
Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid han organizado un encuentro con el Cardenal
Prefecto de la Congregación de la Vida Consagrada, Mons. João Braz de Aviz.
Con motivo de la presentación de su biografía, el Cardenal va a estar presente en el Instituto de Vida
Religiosa de Madrid para compartir su opinión sobre la Situación de la vida consagrada hoy. En medio
del Año de la Vida Consagrada, este será, sin duda, un buen momento para seguir profundizando en lo
que estamos celebrando y conocer más a Mons. Braz de Aviz.
El acto será guiado por el sacerdote y periodista D. Manuel Mª Bru y por el director de la editorial, P.
Fernando Prado y tendrá lugar el miércoles 6 de mayo a las 19:00hs de la tarde. ¿El lugar? El Salón de
Actos del Instituto Teológico de Vida Religiosa (C/Juan Álvarez Mendizabal, 65 dupdo. 28008 Madrid-
Metro Argüelles).
Dada la previsión de afluencia de público y el límite del aforo te rogamos que, cuanto antes, se confirme
la asistencia. Tan solo podrán participar en el acto las personas que hayan confirmado su
presencia. Teléfono: 91 540 12 73 (Secretaría ITVR). También por email: secretaria@itvr.org
Ponernos en pie
Si lo que hemos llamado crisis no nos ha hecho cambiar de rumbo y continuamos reafirmados en las
mismas viejas estrategias del sistema; sobre todo quienes social, económica y políticamente continúan
creyendo en la imposición de su modelo de hacer y de pensar, que tanto dolor genera y tanta
deshumanización produce; es que no queremos aprender las lecciones que nos da la historia.
Un sistema que ha excluido y condenado a miles de seres humanos a la fatalidad, a la pobreza y a la
intemperie, no le cabe otro camino que desaparecer y repensar su modo de hacer y comportarse para
ponerse en la necesaria actitud común de búsqueda.
Un modelo que se encierra en sí mismo como forma de autodefensa, y no sabe salir a ver y escuchar sus
propias atrocidades; es un modelo, más bien pronto que tarde, sin futuro alguno.
Un modelo que considera ―daños colaterales y necesarios‖, el negocio de las armas o de las drogas; que
permite y genera el escándalo del hambre como consecuencia de la utilización perversa e interesada de
los alimentos; que considera el desempleo y las dolorosas situaciones de muchas familias, como parte de
un proceso ―necesario‖ para enriquecerse sin límites y abrir brechas insalvables de desigualdad; que pone
todas las barreras y leyes injustas contra las personas, y se postula a favor de la libertad sin límites de los
capitales; es un modelo de muerte, radicalmente injusto y desde ahora mismo sin futuro.
Quienes sostienen este orden socio económico no han movido un dedo en otra dirección. No han
cambiado un ápice en sus planteamientos. Continúan justificando su modelo. Y, evidentemente, algo
habremos aprendido y algunas lecciones, que no tienen vuelta atrás, será necesario poner en práctica.
Los ciudadanos y ciudadanas hemos de hacerlo como personas que asumimos nuestra responsabilidad; las
religiones, porque tienen la obligación de aportar nuevas formas y caminos para una nueva manera de ser;
la clase política, los gobiernos y los intocables poderes económicos, porque protagonizan la realidad y la
imagen más escandalosa de este modelo al que se aferran para no abandonar; otras organizaciones
sociales, culturales o de comunicación, que sirven ―al mismo señor‖ del poder que les sostiene… todas y
todos debemos ―ponernos en pie‖.
Y ―ponernos en pie‖ puede significar, con el convencimiento de saber servirnos de lo pequeño,
crear posibilidades de entramar nuevas relaciones entre el medio rural y el medio urbano, los pueblos y
los barrios, las gentes urbanitas y las personas de pequeñas comunidades campesinas. No somos
enemigos, unos y otros nos necesitamos cada vez más
Hemos de estar dispuestos a defender con todas nuestras fuerzas, que solamente las gentes, las del medio
rural y las del medio urbano, y la tierra, la de todos y de todas, que son las que han mantenido y
enriquecido históricamente en sus propias y diversas relaciones las comunidades pequeñas; serán las que
nos aseguren lo más necesario, el alimento para todas las personas, una manera de ser y una forma de
vivir plena de humanidad.
Hombres y mujeres de los pueblos y de la ciudad, están haciendo en muchos lugares, de forma común, un
gran esfuerzo para saber encontrar propuestas concretas y caminos de acción común y compartida.
Muchas personas vienen trabajando en ello desde hace mucho tiempo, y eso está sirviendo para que hoy
todo lo veamos con un poquito más de claridad, que lo sienta así mucha más gente, muchos más pueblos,
que creamos mucho más en nuestras fuerzas, y, sobre todo, con más novedad. Es una forma de ―ponerse
en pie‖.
Ponerse en pie es esto, y es trabajar de forma corresponsable para descubrir el empobrecimiento que
como denominador común aparece, tanto en las gentes del medio rural, mayores, mujeres y jóvenes; que
aparece en el robo, que se ha hecho desde las políticas multinacionales de la agroindustria, del papel
propio del medio rural, y que no ha sido y debe ser otro que el de producir alimentos para la humanidad; o
que aparece en colectivos de personas excluidos y marginados de una mesa que es posible que sea para
todos y para todas; o que aparece en algunos espacios urbanos sin sentido y solamente creados para el
negocio del capital y la criminalización de muchas personas pobres.
Muchas personas y colectivos estamos en la tarea de darnos un toque de atención para cuidar la
responsabilidad ética y social que hemos de tener ante las personas, ante la sociedad y ante sus
estructuras, convencidos y convencidas de que algunas de ellas no nos sirven para restaurar paisajes, para
alimentar a todas las personas, para la gestión humana y cercana de los territorios, para la producción de
alimentos sanos, o para el cuidado de las personas,.. y que por el contrario, la tierra, el agua, las semillas,
las tradiciones, los bienes comunales y comunitarios, la diversidad cultural, la cultura local y
campesina… todo ello gestionado con cuidado y responsabilidad acogen posibilidades sorprendentes.
Y,… sentimos que ―estamos en pie‖.
LOS NADIES
El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, recientemente fallecido, escribió el poema Los
nadies, verdadera pieza antológica de literatura crítica, accesible en la web, del que transcribimos un
fragmento:
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Este poema, típico de una época en algunos aspectos ya lejana, sigue siendo actual pues su contenido
profundo sigue inspirando hoy movimientos sociales, movimientos de indignados, movimientos
indígenas, movimientos feministas, de minorías sexuales, de ecologistas e impulsa a los participantes del
Foro social mundial a proclamar que otro mundo es posible.
Más aún, los nadies actualizan la tradición bíblica del Éxodo, de los profetas de Israel que denunciaban la
injusticia, de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret, de sus parábolas del buen samaritano, de Lázaro y
el rico comilón, y del juicio final en el que Jesús se identifica con los pobres y los constituye jueces de la
humanidad.
Y aunque esta tradición bíblica muchas veces fue olvidada y se exhortaba a los nadies a la resignación y
se les consolaba con el cielo futuro... siempre se mantuvo en la Iglesia una línea profética que llamaba a
los pobres "vicarios de Cristo" y que inspiró a numerosos movimientos religiosos, de mujeres y de
hombres, que desde Francisco de Asís a Charles de Foucauld fueron sensibles a los pobres. Los nadies
están presentes en la opción de la Iglesia latinoamericana por los pobres y en las teologías liberadoras.
Los nadies subyacen en la formulación de Juan XXIII que deseaba que la Iglesia fuese ante todo Iglesia
de los pobres, en el sueño del Papa Francisco de una Iglesia pobre y de los pobres y en su revolución de la
misericordia y la ternura.
Los nadies hoy son no solo los oprimidos, sino los excluidos, los desechables, las masas sobrantes, son
los emigrantes de Lampedusa, las víctimas del terrorismo yihadista, los niños muertos en Siria por armas
químicas. Los nadies son aquellos de los que Bartolomé de las Casas decía que Dios siempre tiene
memoria de ellos, son los que conmueven el corazón misericordioso del Padre, los que el Espíritu,
llamado padre de los pobres, alienta en sus luchas por la vida y por un mundo mejor.
El anciano obispo poeta del Brasil, Pedro Casaldáliga afirma que solo hay dos absolutos, Dios y el
hambre, es decir, parafraseado el poema de Eduardo Gaelano, Dios y los nadies.
Víctor Codina sj
"Paris vaut bien une messe". Se levanta
el telón
Editado por
Juan Rubio Fernández
Ya empezó el desfile. Los candidatos en las listas para los comicios municipales, saben que no es hora de
meterse con la Iglesia, ni de gritar que no hay mejor iglesia que la que arde. Para eso están las elecciones
generales, que de todo habrá; y más cuando se derrumban las ideologías y el pragmatismo se vuelve
prioritario. Ahí cuela todo, pero no en las municipales, en donde el voto se gana "golpe a golpe, verso a
verso". Un simple arreglo del acerado, un poco de hormigón en el bache y una fugaz visita a cualquier
acto, pueden darle ese voto que necesitan. Y en ello andan. Pero en lo que más se ocupan es en estar a
bien con la Iglesia. De forma especial lo hacen rondando capillas, asistiendo a funerales, presidiendo
romerías, echando dineros en templos y edificios a los que no hace mucho amedrantaban con tribunales y
cargas fiscales, desconocedores de acuerdos que pedían fueran denunciados. Pero ahora llenan sus
agendas de procesiones, funerales, bodas, bautizos, o botaduras de buques. El cristianismo sociológico les
alaba el gusto, el cristianismo más severo los critica, pero ellos se asesoran siempre de algún áulico
camarada que anduvo por sacristías y entre sotanas.
Y es que hoy, como siempre, sigue vigente aquello de “París bien vale una misa” (Paris vaut bien une
messe), frase apócrifa atribuida a Enrique IV, quien eligió convertirse al cristianismo para poder reinar
en un mundo en el que se confundían verdad con mentira; virtud y crimen ; humor y tragedia. Los dos
libros escritos por Heinrich Mann, ―La juventud de Enrique IV‖ (1935) y ―La Madurez de Enrique IV‖
(1938) reflejan un perfil y un ambiente que conviene conocer para ver cómo, incluso los hombres grandes
como él, amantes de la igualdad, nacido en los Pirineos, se someten a maquiavelismo puro y duro de
renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener lo que se realmente se desea.
Saltarán chispas si quienes, desde pulpitos y ambones, aprovechando esa debilidad maquiavélica, lanzan
dardos, arremeten con furia y les sacan los colores. Quizás sea el momento de algo distinto y seguir
proclamando la noticia de la entrañable misericordia. Mucho me temo, sin embargo que no sea así y que
quienes creen que" Paris bien vale una misa”, se encontrarán con quienes opinan como, al parecer dijo
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Migrantes en Sicilia

  • 1. VÍDEO DE HOY: Pueblo de Dios: El río de los nueve dragones Recorremos tres proyectos apoyados por la ong Manos Unidas a lo largo del río Mekong. En ellos se lucha contra el tráfico y explotación sexual, atienden a personas con sida y bebés seropositivos y han abierto diez guarderías en barrios marginales. "Están dispuestos a arriesgar sus vidas porque lo que dejan atrás es espeluznante" Relato sobre el terreno de la Coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sicilia sobre la importante llegada de inmigrantes a Italia en las últimas fechas publicado en The Guardian "Es habitual que los migrantes procedentes de África a su llegada presenten úlceras y quemaduras provocadas por el combustible que inunda las embarcaciones" FOTOS | El cementerio de los barcos en los que viajaban cientos de inmigrantes rumbo a Europa Chiara Montaldo - Coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sicilia donde proporciona atención médica y psicológica a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados rescatados en el Mediterráneo 26/04/2015 - 19:09h Los chalecos salvavidas se encuentran en el suelo junto a los barcos que se quedan en el puerto de Pozzallo, en Sicilia. // Fotografía: Luca Visone / MSF Me encuentro en Pozzallo, una pequeña ciudad turística en la costa sur de Sicilia, a unos cien kilómetros de Catania. En la última semana, más de 700 migrantes, refugiados y solicitantes de asilo han llegado aquí: 373 arribaron el martes, 300 el viernes, 100 el domingo... El equipo está agotado después de trabajar
  • 2. día y noche. El centro de recepción de Pozzallo fue concebido para solo 180 personas. Algunos llegaron tras cruzar el mar en lanchas neumáticas, otros fueron rescatados de precarios barcos de madera pero ninguno de ellos viajaba en buques con las condiciones mínimas para emprender esta travesía. El barco que llegó el domingo por la noche había partido de Turquía y en él viajaban jóvenes procedentes de Siria, los Territorios Palestinos Ocupados y Egipto. Se trataba de uno de los mejores barcos que ha llegado hasta aquí y las personas que viajaban en él se encontraban en mejores condiciones de salud que la mayoría de quienes llegan hasta Sicilia. Generalmente, los refugiados sirios viajan en mejores embarcaciones barcos dado que pueden pagar más por el trayecto. Pero el barco que llegó dos días después procedía de Libia y la mayor parte de las personas que transportaba procedían de países africanos: Nigeria, Gambia, Mali, Eritrea y Somalia. Entre ellas había muchas familias con niños pequeños. Es habitual que los migrantes procedentes de África presenten, a su llegada, úlceras y quemaduras provocadas por el combustible que inunda las embarcaciones. También padecen enfermedades cutáneas e infecciones de la piel como sarna, producto de las terribles condiciones de los centros de detención en Libia donde han sido recluidos hasta seis y ocho meses. Otros muestran heridas provocadas por torturas o por hacer sido víctimas de la violencia. Dos de las personas que llegaron en este barco presentaban heridas de bala. Según nos relataron, Libia vive en la anarquía y se corre el riesgo de recibir un disparo por el simple hecho de transitar por la calle. Los problemas sanitarios que muestran cuando les atendemos están relacionadas no solo con el viaje a través del Mediterráneo sino también con lo que han soportado hasta embarcarse: centros de detención, extenuante ruta a través del Sáhara y su situación en los propios países de los que proceden. Barcos mercantes en los que embarcaron cientos de inmigrantes varados en el puerto de Pozzallo, en Sicilia. Estos barcos se utilizaron para llevar a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados que querían llegar a Italia a través del Mar Mediterráneo// Fotografía: Luca Visone / MSF A veces, los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo viajan que denominamos 'barco mixto', se trata de una embarcación con dos cubiertas en la que los sirios se ubican en la zona superior y los africanos se albergan en la bodega. Nos explican que si los navíos de rescate ven que los migrantes son blancos es más probable que sean rescatados. Cuando se suben a una de estas embarcaciones, saben que habrá quién muera y quién sobreviva. La mayoría son muy claros acerca de los riesgos que están asumiendo, pero están dispuestos a hacerlo porque lo que están dejando atrás es espeluznante. La navegación desde Libia lleva entre tres y cuatro días. Cuando llegan están hambrientos. Suelen llevar agua para el viaje pero raramente cuentan con comida. Aun así, muchos están deshidratados y, desde luego, totalmente exhaustos. Muchos padecen dolores en las articulaciones provocados por el hacinamiento del viaje junto a cientos de personas en un espacio muy reducido. Los supervivientes de naufragios siempre llegan en peor estado, tanto psicológica como físicamente. Por lo general, han tragado mucha agua salada y sufren enfermedades respiratorias. También es frecuente que padezcan trauma psicológico por el hecho de haber estado en el mar y haber visto morir a sus compañeros. Hasta 2014, la mayoría de quienes emprendían esta peligrosa travesía en el Mediterráneo central eran hombres jóvenes. Pero durante año pasado y lo que llevamos de 2015, estamos viendo a personas de todas las edades. Llegan familias enteras, con abuelos y niños pequeños. La semana pasada atendimos a dos bebés, de apenas tenía cuatro y ocho días, que habían nacido en Libia antes de que partiera la embarcación. Los ancianos padecen diferentes problemas médicos como diabetes e hipertensión. También estamos atendiendo a un número cada vez mayor de menores no acompañados; por lo general son adolescentes, mayores de 13 años, que emprenden el viaje solos, sin sus padres.
  • 3. Los ciudadanos sirios portan consigo algunas posesiones pero los que proceden de África han tenido que superar un viaje tan largo hasta llegar aquí que no traen nada, a veces ni siquiera unos zapatos. Cuando desembarcan en el puerto, el equipo de MSF espera en el muelle, donde también se despliega policía y funcionarios, para darles la bienvenida. Muchos migrantes han sufrido tortura y violencia a manos de militares uniformados y el hecho de ver personal con uniforme en el embarcadero puede resultarles aterrador. Por eso es tan importante recibirles tan pronto sean desembarcados y que nos vean ya en el propio dique. Los barcos, en evidente mal estado, quedan abandonados en el puerto siciliano de Pozzallo, a la espera de que las autoridades elijan su destino / FOTO: uca Visone/MSF MSF es una presencia afable y, a menudo, familiar para muchos de ellos. Un hombre que venía de los Territorios Palestinos Ocupados reconoció nuestro logo, lo había visto cuando fue atendido en nuestra clínica en Gaza. Una mujer procedente de Egipto había trabajado para nosotros en El Cairo como traductora. El atraque es un momento dramático, pero también puede ser positivo. Están cansados y hambrientos, pero al menos están vivos. Muchos de ellos cuentan lo felices que se sienten por haber llegado hasta aquí. Después de desembarcar, los migrantes pasan por la zona de triaje donde se clasifica y selecciona a los pacientes. Normalmente, nosotros somos las primeras personas con las que hablan en Sicilia y a menudo preguntan "¿Dónde estamos?, ¿Qué pasará con nosotros ahora?". Por nuestra parte, le preguntamos de dónde son y cómo ha sido el viaje y sus respuestas pueden ser estremecedoras. Una mujer nigeriana de 19 años que presentaba quemaduras por agentes químicos nos contó cómo la bodega en la que viajaba se anegó de combustible y agua salada y el líquido le produjo esas abrasiones. Dos personas ingirieron la mezcla por error y fallecieron, la joven no sabía que había sucedido con sus cuerpos Me preocupó lo joven que era y lo que podía pasarle en el futuro. Sabemos que las mujeres nigerianas son, con frecuencia, víctimas de trata y se ven obligadas a ejercer la prostitución. Hay muchas que viajan solas. Nos gustaría hacer más para protegerlas, pero las atendemos en el centro de recepción durante unos días y, posteriormente, cuando son transferidas a otros lugares perdemos el contacto. Pasados unos meses, el estrés del viaje y las preocupaciones sobre lo que les acontecerá en el futuro puede conducirles a la depresión. Mientras que esperan respuesta a su solicitud de asilo, que puede prolongarse de tres meses a un año, no pueden trabajar, no tienen nada que hacer y pueden sentires muy aislados. Los afortunados que consiguen asilo pueden trabajar o estudiar, pero conseguir un empleo no es fácil, especialmente si conoces bien el idioma. Y luego están todos los demás a los que no se concede ningún tipo de estatus ni de protección. Estas personas permanecen en situación irregular, sin permiso de residencia. Muchos quedan, entonces, a merced de redes criminales o de la prostitución. La atención del mundo se centra en el mar, pero las operaciones de rescate no pueden resolver la situación por sí solas. Europa tiene que permitir que estas personas desesperadas tengan protección legal sin tener que arriesgar sus vidas en el proceso. El testimonio de Chiara Montaldo, coordinadora Médicos Sin Fronteras en Sicilia, Italia, cedido a eldiario.es por Médicos Sin Fronteras, ha sido publicado previamente en The Guardian. El club de las divorciadas
  • 4. Las mujeres separadas de Burkina Faso son marginadas por familiares y amigos. Una asociación las ayuda a fortalecerse  FOTOGALERÍA Un espacio para las más valientes María Rodríguez González Uagadugú 27 ABR 2015 - 10:47 CEST Un grupo de mujeres atiende en una reunión de la Asociación Afedi. / M. Rodríguez Después de divorciarse, Madame Suzanne Ilboudo se dio cuenta de que sus amigas querían verla cada vez menos. Comenzó a sentirse apartada y se lo contó a otras camaradas que también se habían separado. A todas les ocurría lo mismo. ―Los propios familiares no quieren frecuentar a la mujer divorciada, no aceptan fácilmente tu vuelta al hogar y tus amigas ya no se quieren acercar a ti porque piensan que vas a darles malos consejos, aunque no sea cierto‖, explica Madame Ilboudo. Esta situación la motivó, junto a otras seis mujeres, a crear en el año 2007 la Asociación de Mujeres Divorciadas y mujeres y niños en dificultad (Afedi en sus siglas en francés) en Uagadugú, la capital de Burkina Faso. Afedi es una asociación atípica y osada por un simple motivo: que aparezca la palabra divorciadas en su nombre. En Burkina Faso éste es un asunto tabú que supone la marginación de la mujer, a quien se considera responsable de ese divorcio. Al tratarse de una cuestión incómoda en la sociedad burkinesa, las personas a quienes Madame Ilboudo contaba el proyecto que pretendía poner en marcha le decían que iba a fracasar. ―¡Pero somos divorciadas! No tenemos vergüenza de decirlo‖, explica esta señora sin ningún reparo. La asociación, sin embargo, cumple ya ocho años y a día de hoy está formada por 200 mujeres, tanto divorciadas como no. El número de divorcios no está del todo claro en Burkina Faso. El Anuario estadístico de 2013 del Ministerio de la Justicia comienza a tener en cuenta las cifras de separaciones admitidas a partir de 2012, con 312 en todo el país. En 2013 el número se mantiene en 315. Otro estudio sobre los efectos de la ruptura matrimonial en la mujer en Burkina Faso realizado en 2012 por la Universidad de Uagadugú y la Universidad Catholique de Louvain de Bélgica indica que, de 3.871 mujeres que se habían casado al menos una vez, 356 se habían divorciado. Afedi es una asociación osada por incluir la palabra divorciadas en su nombre Las estimaciones recogidas por el Ministerio de Justicia no representan la realidad puesto que el Derecho burkinés sólo considera los matrimonios civiles. Así, los divorcios que pudieran darse por los casamientos por la iglesia, la mezquita o a la manera tradicional —sin pasar por el Ayuntamiento— no figuran en las estadísticas. No obstante, las demandas de divorcio no hacen más que aumentar, según constata Fatimata Sanou Touré, presidenta del Tribunal de Gran Instancia de Uagadugú. ―Yo creo que es porque la gente está cada vez más informada de sus derechos y cada vez hay más casamientos civiles, pero también porque cada vez hay más tolerancia y más individualismo‖ como en Europa, cuenta Sanou Touré. Así como el divorcio es aún un tema tabú en Burkina, el matrimonio es muy importante en los planos cultural, religioso y social. ―La sociedad prefiere que la gente no viva sola y que se case. Que alguien viva solo, sobre todo la mujer, no está bien visto‖, cuenta Ilboudo. Pero para ella, que además es madre y profesora en la universidad, está habiendo un cambio ―de una manera lenta, porque en la sociedad hay aún muchos analfabetos. Poco a poco la gente está más instruida y se va constatando‖, explica sobre un país donde la tasa de alfabetización de mujeres entre 15 y 24 años es del 33,1% frente al 46,7% de hombres, según los últimos datos de Naciones Unidas. A la mujer burkinesa se la considera responsable del fracaso del matrimonio La idea de crear Afedi partió del deseo de luchar contra la marginación de las divorciadas más pobres. Debido a que, a menudo, es el hombre la principal fuente de ingresos de la familia, la economía se convierte en un elemento principal a la hora de tomar esta decisión. ―Si la mujer no tiene ingresos
  • 5. suficientes y depende del marido para mantener a sus hijos, va a preferir no divorciarse, a pesar de que ahora no hay tanto miedo como antes a pedir el divorcio‖, asegura la fundadora de Afedi. Pero, aunque esta fue la idea de partida, también forman parte de Afedi otros grupos de mujeres que pasan dificultades: solteras, ya que también está mal visto serlo después de haber llegado a la edad de casarse; casadas con problemas conyugales que buscan consejo para evitar la separación, y viudas porque su nivel de vida disminuye por la muerte del cónyuge. ―Las reuniones nos dan ideas que luego compartimos con nuestras amigas, ya estén separadas o pasando dificultades‖ cuenta Edith Momo, de 61 años, y miembro de Afedi desde hace seis meses. Fati Kafando también forma parte de la asociación porque le sirve de apoyo. Vive con su marido pero éste tiene otras dos mujeres y ella es la que se hace cargo de la manutención de sus hijos. ―Es como si estuviera sola‖, confiesa. Albertine Kouraogo está casada y tiene 24 años. Asegura que no tiene miedo de la palabra divorciada ni de que se le asocie con Afedi. ―Aprender a escribir y leer mi lengua materna [el morée] es lo que me animó a unirme‖, cuenta esta señora. Por su parte, Nana Zenabo, divorciada hace ocho años, se unió porque sentía que no podía confiar en nadie. ―Aquí podemos hablar de nuestros problemas entre nosotras o con un consejero conyugal‖. Asimismo, Marguerite Konbolbo, divorciada hace 10 años, asegura que sólo allí puede intercambiar impresiones y experiencias con otras mujeres en su situación. Causas de divorcio en Burkina Faso M. R. Tras su experiencia en Afedi, Madame Ilboudo considera que los principales motivos por los que las mujeres se divorcian son la falta de comunicación, la infidelidad, la irresponsabilidad del marido con su mujer e hijos la influencia de la familia ―que se entromete en los asuntos de pareja dando malos consejos y creando la discordia‖. Por su parte, Sanou Touré asegura que las mujeres que piden el divorcio aluden a la violencia física o psicológica en primer lugar, pero no hay estadísticas oficiales para corroborarlo. ―Si mencionan este motivo para obtener el divorcio es porque lo han soportado hasta un grado elevado‖, asegura. Es un tema que incomoda y ni tan siquiera las mujeres lo hablan en Afedi. Touré señala el abandono del hogar y la despreocupación por los hijos como otra de las causas, así como el adulterio del marido ―que decide mantener una relación con una mujer más joven o impone una poligamia que ella no acepta‖. En relación a las demandas de divorcio interpuestas por los hombres, el adulterio es la razón más mencionada. Le sigue lo que llaman ―incompatibilidad de humor‖, es decir, que ya no se corresponden como al principio ni tienen las mismas aspiraciones, pero esta causa no está reflejada en la ley burkinesa para obtener el divorcio. Debido a las circunstancias de estas mujeres, Afedi realiza también actividades de alfabetización, talleres de tejido de la tela de algodón tradicional de Burkina Faso, de fabricación de jabones o de preparación de salsas para acompañar al arroz. Todas ellas se llevan a cabo con la intención de que las alumnas sean independientes y encuentren una actividad que les permita sobrevivir. La Asociación de Mujeres Divorciadas no busca ser un club que anime a otras a dejar a sus maridos. Esa es la visión equivocada que, a veces, se tiene en Burkina Faso. ―El divorcio no es bueno pero es una realidad‖, explica Madame Ilboudo. ―Estamos hartas de que nos marginen, queremos que la gente sepa que las mujeres sufrimos en silencio‖, comenta. Por eso, muchas se acercan a Afedi para pedir ayuda y consejo, incluso las no divorciadas. ―Quizás las que se separaron no lo habrían hecho si hubieran tenido un mediador familiar que las aconsejara y apoyara‖, reflexiona Ilboudo. De hecho, uno de sus objetivos es animar a las mujeres a que vuelvan a casarse, aunque esta es una decisión que depende de cada una. ―Algunas prefieren quedarse solas‖, cuenta Ilboudom al tiempo que explica que siempre preocupan los hijos y tienden a centrarse en ellos. Cuando se le pregunta si ella volvería a pasar por el altar, responde: ―Tengo la costumbre de decir que me voy a volver a casar y la gente se ríe porque tengo 52 años. Dicen que no vale la pena pero la vida no hace más que continuar, la vida continua…‖ Nepal antes del terremoto
  • 6. 28/04/2015 Con los reparos propios de cualquier estadística los datos muestran a un Nepal empobrecido antes del Terremoto. Una oleada de campañas mediáticas nos acechan en prensa y televisión; pero ¿quién se preocupó antes de la situación del país? Lo mismo sucedió con el terremoto de Haití o con el tifón de Filipinas en los últimos años las campañas, que tildan estos problemas de desastres naturales, han supuesto grandes negocios mediáticos para muchos medios de comunicación, y lavado de cara para grandes corporaciones. Ningún medio de comunicación denunciará las causas, para multiplicar los efectos del terremoto... en sus cuentas corrientes. Recordemos estos datos: El PIB per cápita de Nepal, es de 690€ euros, por lo que se encuentra en la parte final de la tabla mundial. Sus habitantes son por tanto empobrecidos, de los 183 países está en el puesto 160. En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH de Nepal, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país, fue de 0,540 puntos en 2013, con lo que se sitúa en el puesto 137 de la tabla de 178 países. Las deficientes construcciones han provocado que más de 6.000 edificios de Katmandú han sufrido daños o han quedado destruidos por el terremoto que sacudió el sábado Nepal, según un balance del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia del Ministerio del Interior nepalí. Al menos 4.184 edificios han sufrido «daños parciales» por el terremoto y sus réplicas, mientras que otros 1.914 han sufrido «daños completos», lo que equivale a su destrucción total, ha informado la agencia en su cuenta de Twitter. Las instalaciones oficiales tampoco han quedado exentas de destrozos. Al menos 169 edificios del Gobierno han sufrido daños y 14 se han venido abajo por el potente seísmo, el más grave vivido por Nepal en los últimos 80 años. Transnacionales y gobiernos de India, China, Corea del Sur y Estados Unidos, son tradicionalmente origen de las mayores inversiones en el país. No solo es el turismo el principal sector, los intereses transnacionales se centran en la generación de energía hidroeléctrica tan favorable por su
  • 7. orografía. La India es uno de los países más interesados, con otros inversores mundiales al acecho. ¿Volverá esa riqueza al pueblo nepalí? Autor: Juan Rodríguez Misa en Santa Marta -- Abiertos a las sorpresas 2015-04-28 L‘Osservatore Romano Pedir al Señor «la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me dice que dé un paso adelante». Y pedir el «valor apostólico de llevar vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos». Esta es la doble recomendación con la que el Papa Francisco concluyó, el martes 28 de abril por la mañana, la homilía de la misa en la capilla de la Casa Santa Marta. Al comentar las lecturas del día, el Pontífice se centró especialmente en la primera, tomada de los Hechos de los Apóstoles (11, 19-26), en la que –recordó– se narra que «después de los primeros días de gozo, después de la efusión del Espíritu Santo, había en la Iglesia momentos bellos, pero también muchos problemas». Uno de estos era el hecho de que algunos predicaran «el Evangelio a los griegos, a los paganos, a los que no eran israelitas». En efecto, explicó el Papa Francisco, «esto era muy extraño, parecía una nueva doctrina». Por lo demás, observó, ya había «ocurrido el episodio de Pedro en la casa de Cornelio» que había suscitado indignación: «Pero tú fuiste allí, entraste en una casa pagana, has quedado impuro», le reprocharon. Ahora sucedía algo parecido: «tras la persecución, tras el martirio de Esteban» los discípulos se habían dispersado y en Jerusalén quedaban solamente los apóstoles. Algunos de los discípulos habían «llegado a Antioquía y predicaban en las sinagogas, a los judíos». Pero «otros, llegados de Chipre y de Cirene, comenzaron a hablar también a los griegos, anunciando que Jesús es el Señor: ―Y la mano del Señor estaba con ellos y así un gran número creyó y se convirtió‖». Así, cuando «la noticia ―llegó a los oídos de la Iglesia de Jerusalén‖, creó inquietud». Hasta el punto que los apóstoles «enviaron una especie de ―visita canónica‖, diciendo a Bernabé: ―Ve, visítalos y luego veremos qué se hace». Sin embargo, «cuando Bernabé llegó y vio la gracia de Dios, se alegró y llevó tranquilidad y paz a la Iglesia de Jerusalén». En definitiva para el Papa el episodio narrado en los Hechos de los Apóstoles habla una vez más de «novedad», que irrumpe «en esa mentalidad» según la cual Jesús había venido solamente «para salvar a su pueblo, el pueblo elegido por el Padre». Una mentalidad incapaz incluso de percibir «cómo otros pueblos formaran parte» del plan divino de salvación. «Pero –advirtió el Pontífice, citando el libro de Isaías– estaba en las profecías». Sin embargo, ellos «no comprendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: yo realizo algo nuevo, nos dice»; no comprendían «que el Espíritu Santo vino precisamente a esto, a renovarnos y obra continuamente para renovarnos». Es más, constató, «esto nos da temor. En la historia de la Iglesia podemos ver, desde entonces hasta hoy, cuántos miedos han suscitado las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas». Y a quien quisiera objetar: «Pero, padre, hay novedades y novedades. Algunas novedades, se ven que son de Dios, otras no», el Papa Francisco respondió con las palabras de Pedro a los hermanos de
  • 8. Jerusalén, cuando le reprocharon por haber entrado en la casa de Cornelio: «Cuando vi que se les había dado lo que nosotros recibimos, ¿quién era yo para negar el bautismo?». Es la misma idea presente en el pasaje de la liturgia del día acerca de Bernabé, calificado como «hombre virtuoso», y «lleno del Espíritu Santo». Destacando que «en los dos está el Espíritu Santo, que hace ver la verdad». Algo que, en cambio, «solos» no podemos. «Con nuestra inteligencia no podemos», destacó el Papa, explicando: «Podemos estudiar toda la historia de la salvación, podemos estudiar toda la teología, pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace entender la verdad o –usando las palabras de Jesús– es el Espíritu quien nos hace conocer la voz de Jesús: ―mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen‖». En definitiva para el Papa Francisco «el seguir adelante de la Iglesia es obra del Espíritu Santo. Es él quien actúa». El mismo «Jesús dijo a los apóstoles: ―Yo os enviaré el don del Padre, será Él quien os vaya recordando y os enseñe todo‖». ¿Cómo? Recordando lo que Jesús dijo y refiriéndose a las profecías: «Por eso, en los primeros discursos, también en el de Esteban, hay una relectura —aclaró el Pontífice— de todas las profecías. Es obra del Espíritu Santo, que hace recordar la historia en clave de Jesús resucitado: ―y Él os enseñará el camino‖». Al respecto el Papa sugirió también «cómo hacer» para estar seguros de que la voz que escuchamos es la de Jesús y que lo que oímos que se debe hacer es obra del Espíritu Santo. Es necesario, reiteró «rezar. Sin oración no hay cabida para el Espíritu»; se necesita «pedir a Dios que nos mande este don: ―Señor, danos el Espíritu Santo para que podamos discernir en todo tiempo qué tenemos que hacer‖». Prestando atención al hecho de que eso «no significa repetir siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: pero la Iglesia va hacia adelante, la Iglesia va hacia adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu Santo». Por lo tanto «se necesita discernir y para discernir se requiere rezar, pedir esta gracia». Como hizo Bernabé que «estaba lleno del Espíritu Santo y lo entendió de inmediato», y Pedro que «vio y dijo: ―Pero, ¿quién soy yo para negar aquí el bautismo?‖». De hecho, el Espíritu Santo «no nos deja equivocarnos». También en este caso el Papa dijo ser consciente de las objeciones que podrían aducirse a su razonamiento: «Pero, padre, ¿por qué crearse tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, así estamos seguros». Y la respuesta es que esta hipótesis podría ser «una alternativa», pero se trataría de «una alternativa estéril; una alternativa de ―muerte‖». Mientras que es mucho mejor, concluyó, «asumir el riesgo, con la oración, con la humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide que cambiemos según el tiempo en el que vivimos: este es el camino». La vida cristiana no es un museo de recuerdos, dijo el Papa en su homilía 2015-04-28 Radio Vaticana (RV).- La Iglesia va adelante gracias a las sorpresas del Espíritu Santo. Es uno de los conceptos que expresó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. Al reflexionar sobre la predicación del Evangelio a los paganos, que se lee en los Hechos de los Apóstoles, el Pontífice subrayó que también hoy es necesario tener ―coraje apostólico‖ para no transformar ―la vida cristiana en un museo de recuerdos‖. Inspirándose en la Primera Lectura, en que se lee que los discípulos de Jesús comenzaron a predicar en Antioquía, no sólo a los judíos, sino también a los griegos y a los paganos, logrando que muchos creyeran y se convirtieran al Señor, el Papa subrayó que en la vida de la Iglesia es fundamental abrirse a las novedades del Espíritu Santo. En efecto, Francisco explicó que en aquella época tenían la inquietud de oír el Evangelio predicado también a los que no eran judíos. De ahí que cuando Bernabé llega a Antioquía se siente feliz al ver que estas conversaciones de los paganos eran obra de Dios. No tener miedo del Dios de las sorpresas
  • 9. Además, el Santo Padre recordó que en las profecías estaba escrito que el Señor habría venido a salvar a todos los pueblos, tal como lo refiere el capítulo 60 de Isaías. Y sin embargo – dijo – muchos no comprendían estas palabras: ―No entendían. No entendían que Dios es el Dios de las novedades: ‗Yo hago todo nuevo‘, nos dice. Que el Espíritu Santo ha venido precisamente para esto, para renovarnos y continuamente hace este trabajo de renovarnos. Un poco da miedo, esto. En la Historia de la Iglesia podemos ver desde este momento hasta ahora cuántos miedos hacia las sorpresas del Espíritu Santo. Es el Dios de las sorpresas‖. ―Pero ¡hay novedades y novedades!‖, exclamó el Papa. Y admitió que de algunas novedades ―se ve que son de Dios‖, mientras otras no. Y se preguntó cómo hacer para distinguirlas. En realidad – dijo– tanto de Bernabé como de Pedro se dice que son hombres llenos del Espíritu Santo. ―En ambos casos – reafirmó – está el Espíritu Santo que hace ver la verdad. Porque nosotros solos no podemos. Con nuestra inteligencia no podemos‖. ―Podemos estudiar toda la Historia de la Salvación, podemos estudiar toda la Teología – advirtió Francisco – pero sin el Espíritu no podemos entender. Es precisamente el Espíritu quien nos hace comprender la verdad o – usando las palabras de Jesús – es el Espíritu quien nos hace conocer la voz de Jesús‖: ―Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen‖. La Iglesia va adelante con las novedades del Espíritu Santo ―El ir adelante de la Iglesia – dijo también el Obispo de Roma – es obra del Espíritu Santo‖, que nos hace escuchar la voz del Señor. ―¿Y cómo puedo hacer – se preguntó el Papa – para tener la certeza de que aquella voz que siento es la voz de Jesús, que lo que siento que debo hacer es obra del Espíritu Santo?‖. Rezar, fue su respuesta: ―Sin oración no hay lugar para el Espíritu. Pedir a Dios que nos envíe este don: ‗Señor, danos el Espíritu Santo para que podamos discernir en cada tiempo lo que debemos hacer‘, que no es siempre lo mismo. El mensaje es el mismo: la Iglesia va adelante, la Iglesia va adelante con estas sorpresas, con estas novedades del Espíritu Santo. Es necesario discernirlas, y para discernirlas es necesario rezar, pedir esta gracia. Bernabé estaba lleno del Espíritu Santo y lo entendió inmediatamente; Pedro vio y dijo: ‗Pero ¿quién soy yo para negar aquí el Bautismo?‘. Es Él quien hace que no nos equivoquemos. ‗Pero, Padre, ¿para qué meterse en tantos problemas? Hagamos las cosas como las hemos hecho siempre, que estamos más seguros…‘‖ Que la vida cristiana no sea un museo de recuerdos Pero hacer como se ha hecho siempre – advirtió – es una alternativa ―de muerte‖. Y exhortó a correr el riesgo, con la oración y con humildad, de aceptar lo que el Espíritu nos pide, es decir ―cambiar‖, porque ―éste es el camino‖. ―El Señor nos ha dicho que si comemos su Cuerpo y bebemos su Sangre, tendremos vida. Ahora continuamos esta celebración, con esta palabra: ‗Señor, Tú que estás aquí con nosotros en la Eucaristía, Tú que estarás dentro de nosotros, danos la gracia del Espíritu Santo. Danos la gracia de no tener miedo cuando el Espíritu, con seguridad, me dice que dé un paso hacia adelante‘. Y en esta Misa, pidamos este coraje, este coraje apostólico de ser portadores de vida y no hacer de nuestra vida cristiana un museo de recuerdos‖. (María Fernanda Bernasconi - RV). «¡Cuánto quisiera que a la entrada de un pobre a la Iglesia nos arrodilláramos!»
  • 10. (©Reuters) (©Reuters) Francisco y los pobres El video-mensaje de Papa Francisco a los que participan en la velada “Si no fuera por ti”, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de Roma. «Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos» ANDREA TORNIELLI Ciudad del Vaticano «¡Cuánto quisiera que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles», que las comunidades parroquiales «a la entrada de un pobre a la Iglesia se arrodillaran en veneración», que «se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!». Son las palabras que el obispo de Roma, Papa Francisco, pronunció en el video-mensaje grabado para los participantes de la velada ―Si no fuera por ti‖, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de la diócesis romana. El espectáculo se representa esta tarde en el teatro Brancaccio de la capital italiana. Los pobres y los que sufren, que reciben ayuda de la Cáritas, se convierten en actores y cuentan las experiencias de abandono y de marginación que han vivido. «Esta iniciativa teatral –afirmó el Papa– habla de su amor por los hijos, por los padres, por la vida, por Dios. Estoy contento de estar en este mundo entre ustedes, de complacerme con su valentía, de decirles que no pierdan la confianza y la esperanza. ¡Dios los ama, ama a todos!». «Considero la modalidad con la que hablan a la ciudad –continuó Francisco– una ocasión de diálogo y de intercambio significativo. Ustedes en la cátedra y los demás escuchando, y, estoy seguro, maravillados por las riquezas ofrecidas. ¿A quién se le ocurre que una persona sin hogar puede ser una persona de la que hay que aprender? ¿Quién cree que puede ser un santo? En cambio, esta tarde, serán ustedes quienes convertirán el escenario en un lugar desde el cual transmitirnos enseñanzas preciosas sobre el amor, sobre la necesidad, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor del Padre». Papa Bergoglio observó que la pobreza es la «gran enseñanza» que nos dio Jesús cuando bajó a las aguas del Jordán para ser bautizado. «No lo hizo por necesidad de penitencia, de conversión; lo hizo para estar en medio de la gente, gente que necesita perdón, en medio de nosotros los pecadores, y cargar el peso de nuestros pecados. Esta es la vía que eligió para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Lo
  • 11. que da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor de compasión, de ternura y de compartir. El Buen Samaritano que nos recoge, heridos por malhechores». Francisco después ofreció algunas citas significativas de los Padres de la Iglesia: «Escribía San Gregorio de Nisa, un gran teólogo de la antigüedad: ―Consideren bien quiénes son los pobres en el Evangelio y descubrirán su dignidad: ellos han revestido el rostro del Señor. En su misericordia, Él les dio su propio rostro‖. Y San Agustín decía: ―Sobre la tierra Cristo es indigente en la persona de sus pobres. Entonces, hay que temer al Cristo del cielo y reconocerlo sobre la tierra: en la tierra Él era pobre, en el cielo es rico. En su misma humanidad subió al cielo en cuanto rico, pero permanece todavía aquí entre nosotros en el pobre que sufre‖». «Yo también –continuó el Papa– deseo hacer mías estas palabras. Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos. Pocos días antes de mi elección, recibí una carta de felicitaciones y de oraciones de ustedes. Recuerdo que les respondí inmediatamente diciéndoles que los llevo en el corazón y que estoy a su disposición. Confirmo esas palabras. En aquella ocasión, les pedí que rezaran por mí. Renuevo la petición. Lo necesito verdaderamente». Francisco después agradeció a todos los agentes «de nuestra Cáritas», diciendo que los siente «como mis manos, las manos del obispo, al tocar el cuerpo de Cristo». Agradeció a los voluntarios y expresó algunos deseos al final. «Cuánto quisiera que esta ciudad, constelada en todas las épocas de personas impregnadas de amor de Dios (pensemos en San Lorenzo, sus joyas eran los pobres; en San Pamaquio, senador romano, convertido y que se dedicó completamente al servicio de los últimos; en Santa Fabiola, la primera que construyó en Porto un albergue para pobres; en San Felipe Neri, en el beato Angelo Paoli, en San José Labre, hombre de la calle, hasta en don Luigi di Liegro, el fundador de nuestra Cáritas de Roma), decía: ¡cuánto quisiera que Roma pudiera brillar de ―pìetas‖ por los que sufren, de acogida para los que huyen de la guerra y de la muerte, de disponibilidad, de sonrisa y de magnanimidad para los que han perdido la esperanza». «¡Cuánto quisiera –añadió– que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles! Todos tenemos debilidades, todos tenemos, cada uno las propias. ¡Cuánto quisiera que las comunidades parroquiales en oración, a la entrada de un pobre a la Iglesia, se arrodillaran en veneración de la misma manera como cuando entra el Señor! ¡Cuánto quisiera esto, que se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!». Encuentro entre Raúl Castro y el enviado del Papa El cardenal Stella celebrando en Santiago de Cuba
  • 12. El cardenal Stella estuvo con el presidente cubano para hablar sobre la visita de Papa Francisco ANDREA TORNIELLI El ―Granma‖, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba y del gobierno de la isla caribeña, dio la noticia sobre el encuentro, que se llevó a cabo ayer por la tarde, entre el Presidente Raúl Castro y el cardenal Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero, que está por concluir la visita que comenzó el 22 de abril pasado. También dio la noticia sobre el encuentro el blog ―Il Sismografo‖. El comunicado publicado en ―Granma‖ añade que ambos conversaron «sobre temas de mutuo interés, en particular la próxima visita a Cuba de Su Santidad el Papa Francisco». También estuvieron presentes monseñor Vecéslav Tumir, encargado de asuntos temporalmente en la nunciatur ade Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ministro del Exterior cubano, y Caridad Diego Bello, encargada de la Oficina para los Asuntos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. La visita del cardenal tenía fines pastorales: un encuentro con la Iglesia local, los sacerdotes y los seminaristas. Justamente mientras Stella despegaba hacia Cuba, el director de la Sala de prensa vaticana, el padre Federico Lombardi, confirmaba que Francisco habría visitado la isla caribeña, informando sobre la etapa cubana antes del viaje a los Estados Unidos (en donde visitará las ciudades de Washington, Nueva York y Filadelfia, en donde participará en el Encuentro mundial de las familias). «La decisión del Papa de viajar a Cuba en el ámbito del viaje en programa a los Estados Unidos –había indicado el Secretario de Estado Pietro Parolin conversando con los periodistas el viernes pasado, después de la ―lectio magistralis‖ en la Facultad teológica del Trivéneto– se relaciona con lo que ha sucedido en estos últimos meses, el acercamiento entre ambos países después de tanto tiempo de conflicto y frialdad. En las últimas semanas, en el encuentro en Panamá, yo también noté un clima nuevo, representado incluso por la manera en la que los presidentes se encontraron y se hablaron. Evidentemente se trata de un proceso que acaba de comenzar, que tiene sus fragilidades, porque después de tanto tiempo de incomunicación y de incomprensión no es fácil crear un clima de confianza y de comprensión recíproca, que es la base para dar pasos diplomáticos. La visita de Papa Francisco animará este proceso, subrayando que o hay que temer lo que podría implicar. Cada encuentro implica ciertos cambios, hay que seguir adelante con confianza. Yo lo interpreto así, además de ser el reconocimiento del papel que tuvo la Santa Sede, un papel de apoyo y de facilitación, pero que tuvo resultados importantes». El aviso oficial de la visita del Papa coincidió con la llegada del cardenal Stella a Cuba y el papel que desempeñó el mismo cardenal (que fue nuncio en Cuba entre 1993 y 1999, por lo que estuvo directamente involucrado en la preparación de la histórica visita del Papa Juan Pablo II de enero de 1998) dieron una mayor dimensión a la presencia de un ―minsitro‖ del Papa en la isla. Tal y como lo confirma el comunicado sobre el encuentro del purpurado con Raúl Castro. Ayer Francisco recibió en audiencia al arzobispo Giorgio Lingua, nombrado el pasado 17 de marzo nuncio apostólico en Cuba, como sustituto de mons. Bruno Musarò, quien se mudó de La Habana a la representación de la Santa Sede en Egipto y ante la Liga de los Estados Árabes. En agosto del año pasado, Musarò hizo declaraciones muy fuertes –al final de una misa celebrada en Vignacastrisi (Italia)– sobre la situación en Cuba, y se creó un clima enrarecido en el Vaticano. La Santa Sede, en sintonía con los obispos de la isla, está colaborando en el lento proceso de apertura de Cuba y favoreció el nacimiento de un nuevo diálogo con los Estados Unidos. Dímelo en cristiano, de Jesús Bastante
  • 13. Dímelo en cristiano. La comunicación en la Iglesia Jesús Bastante Ediciones Khaf 14 euros El cristianismo más que una religión es un sistema de valores, un modo de vida. Un camino, el de los seguidores de Jesús, que nos obliga a dar noticia de su vida, su muerte y su resurrección; de su ejemplo. Esta es una breve guía que da pistas de cómo comunicar «en cristiano» en distintos ámbitos: en los medios de comunicación, la escuela, las ONG, la política, la sociedad, la familia y, cómo no, en la propia Iglesia. La institucional y la que forman los hombres y mujeres que, con alegría y sencillez, dan testimonio de lo que creen y lo que son. No siempre es fácil, pero sí resulta urgente, e imprescindible, acometer esta tarea si queremos que el mensaje que trajo Jesús –la buena noticia del Evangelio– siga llegando con fuerza a todos los rincones de la Tierra. Estamos llamados a ser profetas de la Buena Noticia; altavoces de la vida, las bienaventuranzas y la alegría de creer. Jesús Bastante estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Es redactor jefe de Religión Digital, el principal portal de información religiosa en castellano del mundo, y colabora en diversos medios escritos y audiovisuales. Ha escrito numerosos ensayos y algunas novelas. Vida consagrada, de Andrea Riccardi Vida consagrada. Entre crisis y futuro Colección PERSPECTIVAS Andrea Riccardi Publicaciones Claretianas 6 euros
  • 14. Perspectivas es una colección de libros de ágil formato sobre las cuestiones más actuales de la vida consagrada. La vida consagrada es una realidad compleja y, a su vez, decisiva para la Iglesia. Muchos religiosos, mayoritariamente religiosas, ofrecen un servicio y un testimonio indiscutible en las acciones de vanguardia y en las arterias vitales de las comunidades católicas. Con todo, no son pocos los que cuestionan su razón de ser hoy. En el último siglo hemos asistido a una profunda crisis eclesial que ha afectado particularmente a la vida consagrada. Los datos nos hablan de globalización y de declive en algunos lugares. ¿Qué futuro le espera a la vida consagrada? El presente libro ofrece, a modo de ensayo, una perspectiva sobre este argumento. Andrea Riccardi es catedrático de Historia Contemporánea e historiador del cristianismo. Doctor Honoris Causa en numerosas universidades. Fundador en 1968 de la Comunidad de San Egidio. Su voz es reconocida en el panorama cultural internacional. Durante el gobierno técnico de Mario Monti, fue ministro en Italia para la Cooperación Internacional y la Integración. Mis queridos filósofos El País | Luis Landero Ocurre a veces que uno necesita reconciliarse formalmente con la razón, días en que el mundo se vuelve opaco y el alma se siente huérfana de conceptos y anhelosa de armonía y claridad. Es el momento entonces de regresar a la filosofía. Y es que a veces el conocimiento intuitivo y emocional del arte y de la literatura empacha y cansa, quizá porque su empeño no es tanto esclarecer las cosas como enriquecerlas y, valga la paradoja, iluminarlas con nuevos enigmas, de modo que en la filosofía descansamos de ese oscuro entender y, por decirlo así, canjeamos por ideas claras y distintas nuestras perplejidades y vislumbres, como quien convierte su incierta mercadería en letras de cambio bien acreditadas. Siempre he sido aficionado a la filosofía, y nunca me ha faltado un filósofo de cabecera. Cada momento ha tenido el suyo. Ha habido épocas de Nietzsche, de Ortega, de Spinoza, de Berkeley, de Heidegger, de Benjamin y Adorno, de Sartre y de Camus, y de tantos otros, y siempre de Schopenhauer, de quien nunca me canso, y por supuesto de Montaigne. De Montaigne me admira la suave y amena indagación que hace de sí mismo y de las cosas sencillas de su alrededor. Pocas veces nos dice nada que el lector no creyera haber pensado antes. La obviedad se convierte sin saber cómo en un hallazgo y en un don. Los pensamientos de siempre cobran en él el resplandor del primer día, y hasta sus muchas citas clásicas se nos revelan con toda la fuerza repentina de la novedad. De pronto descubrimos que todo en el mundo está por descubrir. EDUARDO ESTRADA Así que uno es una especie de trotaconceptos, un vagabundo que en cualquier parte (un tratado de lo más sesudo, un artículo de periódico, una sentencia, hasta un refrán) encuentra hospedaje: es decir, encuentra el consuelo, y hasta la caricia maternal, de una idea que de pronto, como un relámpago en la noche, pone luz en el mundo. En cuestión de ideas, soy nómada. Apenas he conocido el placer de la creencia, y aún menos el de la militancia. Soy un viajero que hoy hace fonda aquí, y pide siempre el menú degustación, y que mañana continúa alegremente su camino. Como mero aficionado a la filosofía, me gusta además mi irresponsabilidad de lector, cosa que en la literatura me ocurrió solo en mis primeros años de juventud, cuando leía de todo, sin ley ni canon, y tenía tan buen apetito que no había libro o cómic al que le hiciera ascos. Por otra parte, yo suelo leer los textos filosóficos con cierto ánimo novelero, como si me contasen una historia cuyos personajes, héroes y malvados, son las ideas, y donde hay un argumento, un conflicto, una trama, una intriga, y hasta un desenlace desdichado o feliz. De filosofía, entiendo poco, y no aspiro a más, y en mis lecturas hace tiempo que renuncié a obtener cualquier botín teórico, lo cual me ofrece una levedad de lo más placentera. Vivo desde siempre en una alocada soltería filosófica. Luego, otro día, resulta que te cansas y hasta reniegas de ese lenguaje y de esa luz, de esas pretensiones de alzar una torre de conocimiento tan alta como la de Babel, y regresas a la penumbra del arte y la literatura, y así vas, de los filósofos a los poetas, del razonamiento a la revelación, del no entender entendiendo al alivio, y acaso también al espejismo, de entender algo de una vez para siempre, y de
  • 15. reposar al fin en esa Ítaca tan inalcanzable que es la ilusión de la verdad. De las palabras que te guían a las palabras que te pierden. Uno no sería ni la persona, ni el ciudadano, ni el lector y el escritor que es, sin la filosofía, sin esa fina lluvia de ideas, de pálpitos, de querellas intelectuales, de ecos dialécticos, que nos vienen del pasado y que se filtran en nuestra inteligencia y en nuestro corazón y que nos dotan de la clarividencia y el carácter necesarios para enfrentar críticamente el mundo y construir nuestra visión propia de la realidad, y que solo ahí, en ese gran río de conocimiento que es el legado de nuestros mayores, podemos encontrar. Esa es nuestra herencia, y no tenemos otra. En la filosofía (y, si se quiere, también en la literatura, que no es otra cosa que el patio de vecindad de las humanidades) está la llave de nuestra salvación como personas libres, lúcidas y mayores de edad. Porque ocurre que del mismo modo que las facciones de nuestro rostro o las huellas de nuestros dedos son distintas, así también nuestro mundo interior y nuestra visión de la realidad son por fuerza exclusivos. Somos irrepetibles. Estamos condenados a ser originales. O mejor: en nosotros está la semilla de la originalidad, y de nosotros depende que caiga en buena tierra o que se agoste sin remedio. Pero para saber lo que valemos, y para lograr ser nosotros mismos, nos lo tenemos que ganar, y para eso es necesario un poco de soledad, de recogimiento, de esfuerzo, de lentitud… y de la ayuda de nuestros filósofos, de los de antes y de los de ahora, de los densos y de los ligeros, de los ceñudos y de los festivos, porque sin ellos estaremos condenados a la ignorancia y a la palabrería: carne de cañón. Y he aquí que ahora, nuestros actuales gobernantes, no contentos con haber menoscabado la literatura en las escuelas, los libros en las bibliotecas y el teatro y el cine en las taquillas, han decidido también arrinconar a la filosofía, haciéndola meramente optativa, lo cual equivale a su extinción. ¿Qué muchacho, o qué padres de muchacho, van a elegir o a animar a elegir como asignatura la filosofía, que al fin y al cabo no sirve para nada, cuando se puede optar por otra materia más técnica y práctica, que acaso pueda servir para aspirar a un puesto de trabajo, por mísero que sea? Triste país el nuestro. Trabajando cada cual para obtener sus pequeñas ventajas, nos estamos labrando entre todos la desdicha colectiva. Hoy sabemos ya que, en asuntos de educación, de ciencia y de cultura, el sueño de la Transición produjo, si no monstruos, sí figuras grotescas. Al cabo del tiempo, al cabo de tantos proyectos y sueños de regeneración, uno contempla el panorama social y comprueba que, tras la apariencia y el barniz de la modernidad, seguimos siendo el mismo país ignorante y atrasado de siempre. Queda una gran minoría ilustrada, cómo no, pero se antoja poco logro para las oportunidades históricas que tuvimos y que una vez más desperdiciamos. Diríase que hay una conjura para que estas cosas sean así. No de otro modo se puede interpretar el desprecio y la saña con que nuestros gobernantes persiguen a las humanidades en las escuelas y a la ciencia y a la cultura allá donde se encuentren. Como si hubieran recibido de ellas una afrenta que hay que vengar y reparar. Seguimos, pues, como siempre en nuestra desdichada historia, a la espera de un Gobierno ilustrado, que crea de verdad en esa gran evidencia de que el progreso y la grandeza de un país se construyen por fuerza desde la educación. Algo que todo el mundo dice pero que nadie hace, quizá porque tampoco ellos, los mandatarios y demás malandrines, son amigos de la lectura y el estudio. Basta leer un par de horas a Montaigne, o cultivar el hábito de alternar, aunque sea solo de pasada, con nuestros queridos filósofos, para defendernos de la banalidad y desenmascarar y ponernos a salvo de los discursos baratos, tramposos, fatuos y hasta ridículos de la mayoría de nuestros políticos. Más que nunca, ante la ristra de elecciones que se nos avecinan, quizá esta sea la hora de regresar a la filosofía. Luis Landero es escritor. Su último libro es El balcón en invierno (Tusquets). La nueva y lacerante esclavitud ABC | Enriqueta Vila Vilar Han hecho falta dos catástrofes de una dimensión indescriptible para que los políticos de altos vuelos salgan de su letargo económico y, una vez más, se tengan que reunir con urgencia para resolver el problema que en Europa llamamos «inmigración». No sé en que terminará esta especie de auto sacramental laico que se está representando, que no dudo que se haga con buenas intenciones, pero que presiento que no resolverá nada hasta que no olvidemos nuestro papel victimista de acosados por una «inmigración» inasumible y aceptemos que de lo que se trata es de una nueva y lacerante forma de esclavitud en la que las víctimas son los africanos, que huyen de la miseria y el hambre, manejados por
  • 16. mafias. Como siempre. Igual que cuando los jefes de la costa atlántica preparaban expediciones al interior de sus territorios para capturar esclavos y tenerlos dispuestos en los puertos esperando los navíos europeos que los trasladaran a América. Según épocas y lugares, la esclavitud ha sido una constante en la historia y en cualquier lugar del mundo, tal como se pone de manifiesto en bastantes obras, entre ellas la magnífica síntesis que hace Hugh Thomas en su libro Theslave trade, pero es indudable que su momento de gran expansión fue después de la llegada de los europeos al continente americano. Sin entrar en las causas que movieron a unos y a otros a lanzarse a este brutal comercio, hay que reconocer que la emigración forzada de esclavos a través del Atlántico fue «la creación conjunta de las potencias marítimas de Europa», según frase de David Brion Davis, profesor emérito de la Universidad de Yale y máximo especialista en la materia. La mayor y más acuciante demanda de africanos se producía en las Indias españolas debido a la drástica disminución de la población autóctona y a la prohibición de la corona española de esclavizar a los indios, y los españoles, que no tenían pericia en ese tipo de comercio ni fuentes de suministro, debieron acudir a los auténticos traficantes que fueron cambiando según las épocas –italianos, portugueses, franceses, holandeses e ingleses– con experiencia y territorios en África donde conseguir la mano de obra necesaria para las nuevas tierras. Todo estuvo perfectamente reglado: se firmaban acuerdos, denominados asientos, con la potencia más preparada o más amiga, y se estipulaba minuciosamente en ellos desde el número esclavos que deberían transportarse cada año al precio que había que pagar por los derechos de entrada de cada uno, o desde el tiempo de duración del asiento hasta los puertos habilitados para recibirlos, que, durante más de dos siglos, fueron en exclusiva Veracruz, para el Virreinato de Nueva España, y Cartagena de Indias, para todo el continente sur. Más adelante, cuando el control se hizo menos riguroso, se permitió la entrada también por el puerto de Buenos Aires. Durante los siglos XVI y XVII, pequeños navíos salían desde Sevilla después de recibir una rigurosa inspección de los oficiales de la Casa de la Contratación y emprendían el llamado comercio triangular, cuya ruta era Sanlúcar-África-América. Estas pequeñas embarcaciones, en las que siempre se cargaban más esclavos que los permitidos y en las que viajaban hacinados en las bodegas eran, a la vista de imágenes recientes, menos inseguras que las grandes barcazas o pateras que ahora naufragan en nuestras costas. Cuando los holandeses y, sobre todo, los ingleses se hicieron cargo de la trata, los barcos fueron bastante mayores y más sofisticados, y en ellos las bodegas se convertían en bateas para que los negros, tendidos, ocuparan menos espacio. Gracias a la desinhibición que los británicos han tenido siempre para contar su historia, podemos conocer unos grabados que se conservan en el Museo de la Esclavitud en Liverpool, que ha sido reproducido en numerosas ocasiones y que nos muestran imágenes difíciles de imaginar hasta estos últimos años. La numerosa bibliografía sobre la esclavitud y su comercio es lo suficientemente amplia como para que no necesite extenderme más sobre un asunto que puede ser considerado como una de las mayores vergüenzas de la historia de Occidente. Una vergüenza admitida y compartida por una sociedad que se llamaba cristiana y que no tenía empacho en llegar a las armas para defender su propio credo. Algo imposible de comprender, que retrasó los estudios sobre este importante asunto hasta bastante después de la abolición y que obligó a los historiadores y sociólogos que desde mediados del siglo XX se lanzaron a ello sistemáticamente a despojarse de cualquier tipo de prejuicio para poder abordar el tema. Algo que creíamos finalizado desde que en 1886 y 1887 se prohibió el tráfico en Cuba y Brasil, los dos territorios más rezagados. Sin embargo, ahí sigue, con características aún más dramáticas en pleno siglo XXI, ante la pasividad de países e instituciones que se muestran como defensores de los derechos humanos. Pero hace más de treinta años que estamos asistiendo a una nueva emigración de africanos mucho más dramática que la descrita. Más dramática porque no se trata de una emigración forzada por cautiverio, sino voluntaria, huyendo de la miseria, con el desgarro de dejar atrás terruño y familia; más dramática porque estos viajes no están reglados, sino en manos de mafias incontroladas; más dramática porque las embarcaciones son mucho más peligrosas que las que en el siglo XVI podían cruzar el océano; más dramáticas porque al emprender el viaje creen que van a llegar a un paraíso del que la mayoría de las veces son expulsados o marginados; y más dramática, sobre todo, porque al parecer no hay solución. Resulta sorprendente que el mundo haya permanecido impasible ante un problema de tal envergadura, tal como ocurrió cuando la esclavitud estaba en vigor, y más sorprendente aún que la Unión Europea, la ONU o quienes tienen competencias se alboroten ante las tragedias que llegan a sus orillas y recogen los telediarios para, después de algunas medidas insuficientes o erróneas, despreocuparse hasta la próxima ocasión. ¿Quién se acordaba ya de lo ocurrido en las costas de Lampedusa en 2013? Un día y otro nos despertamos con la noticia de un número mayor o menor de personas a las que se han tragado las olas o que han muerto en el intento de cruzar unas barreras que les impiden entrar en un paraíso virtual que en mucho tiempo no podrán alcanzar. Algo que supone una visibilidad horrible, dantesca, cruel. Y lo más duro es la poca visibilidad de la intención de remediarlo, por la sencilla razón de que no se quiere ver el
  • 17. problema en su dimensión real. Claro que somos nosotros, los europeos, los que tendremos que resolverlo. Pero el problema es África –continente cainita y desgraciado donde los haya–, y la terrible situación de los habitantes de países como Eritrea, Libia o Somalia, manejados como siempre por mafias de su propia tierra. Por mucho que los europeos nos empeñemos en el imposible de poner vallas al mar, nada se resolverá hasta que no aceptemos que estamos ante una nueva esclavitud con la que sólo se terminará cuando se ponga de manifiesto y se acabe con quienes sacan provecho de ella. Enriqueta Vila Vilar, miembro de la Real Academia de la Historia. De las cervecerías al búnker El País | José Álvarez Junco Qué personaje, este Adolf Hitler, de cuyo suicidio se cumplen ahora 70 años. Un número redondo, que no significa nada ni tendría por qué hacernos hablar de él. Pero cualquier pretexto es bueno para reflexionar sobre Hitler. Y es así no porque su personalidad tuviera interés, porque fuera un ―gran hombre‖, bueno o malo, según gustos, pero dotado, en todo caso, de alguna cualidad extraordinaria. Solo creerá que fue grande quien equipare grandeza con popularidad, impacto mediático, influencia sobre su época. Porque influyó, sin duda, sobre el curso de la historia mundial como pocos seres humanos lo han hecho en el tiempo en que vivieron. El siglo XX sería, sin duda, muy distinto de no haber nacido él. Desde cualquier otro punto de vista, careció por completo de grandeza. Fue un tipo inculto, aunque él creyera, desde luego, saber mucho (otra prueba de su ignorancia). En el cenit de su poder, pensó que eran tan importantes las conversaciones mantenidas en sus almuerzos por él y su grupo cercano que instaló a unas taquígrafas para que tomaran notas y se conservaran así para la historia. Se publicaron, hace unas décadas; miles de páginas, de una pobreza difícil de imaginar, llenas de simplezas, en un tono siempre rotundo y dogmático. NICOLÁS AZNÁREZ Si de las ideas pasamos a los principios morales, sus móviles nunca fueron ―nobles‖, cualquiera que sea el significado que demos a esta palabra. Y si a las ideas y los principios añadimos su atractivo personal, no era un tipo sociable, nunca tuvo verdaderos amigos y su vida sentimental fue anodina; de él no se recuerda una anécdota interesante, una frase ingeniosa, pese a la inventiva que suele adornar estos anecdotarios de hombres célebres. Como pintor, su única profesión, fue mediocre; y cuando le tocó ser gestor se levantaba tarde, era vago y desorganizado, le aburría leer informes y eludía la toma de decisiones (o las tomaba de forma temeraria). Por no inventar, no inventó ni el antisemitismo. Fue un oportunista vulgar, un megalomaniaco vacuo, un don nadie fanático y simplón, un charlatán desprovisto de cualquier idea de interés, un ambicioso cuyo único norte fue la conquista de un poder absoluto sobre sus semejantes. Alguien me objetará que aportó novedades, aunque fueran perversas; que construyó y dirigió un régimen totalitario modélico, ideal para otros muchos dictadores; que enseñó a otros criminales políticos cinismo, brutalidad, manipulación de la prensa y la radio, justificación de los medios por el fin, crímenes contra la humanidad a gran escala. Pero en todos estos aspectos le había precedido Stalin. Y aquí me parece escuchar voces de protesta: cómo se me ocurre compararlos, este lo hizo por motivos idealistas, quería establecer una sociedad justa e igualitaria, aunque esto le llevara a cometer ―excesos‖. Dejemos ese tema para otro día. Lo indiscutible es que utilizó todos los medios imitados luego por Hitler para instalarse en el poder y que lo ejerció, como él, sin límites morales; y su modelo totalitario fue aún más perfecto que el nazi. Hitler, la verdad, tampoco inventó nada en ese terreno. Alguna grandeza demoniaca se le podría atribuir. Nadie, quizás, ha encarnado el mal absoluto de forma tan pura. Fue la quintaesencia de la perversión, y por eso es útil como ejemplo para describir lo que debe evitarse a cualquier precio. Pero Hannah Arendt arguyó, con buenas razones, que los nazis ni siquiera tenían grandeza en este terreno, que incluso su maldad era ―banal‖, que cometieron los mayores crímenes sin plantearse siquiera los dilemas morales que se le ocurrirían a cualquier mente reflexiva. Todo lo dicho, pensándolo bien, apenas tiene importancia y no responde a la pregunta de por qué escribir sobre él. La verdadera cuestión, la difícil de contestar, es cómo pudo un personaje tan mediocre alcanzar
  • 18. el poder absoluto sobre una sociedad tan culta, avanzada y moderna como la alemana. Cuál fue su atractivo, ese es el misterio sobre el que se han escrito miles y miles de páginas. Porque Alemania no era un país cualquiera. Hay que recordar lo que significó para los españoles que estudiaron allí, empezando por Ortega y Gasset, o la elevación del nivel de las universidades estadounidenses gracias a los alemanes que se refugiaron allí, o la calidad de las vanguardias artísticas alemanas. ¿Cómo pudo una sociedad tan sofisticada, una de las cimas de la civilización moderna, hundirse en la barbarie, en la brutalidad, en el genocidio, siguiendo las pautas de este Adolf Hitler? Claro que la pregunta simplifica las cosas, pues no todo debe atribuírsele a él. Hubo colaboradores, fuerzas sociales que le apoyaron, estructuras de poder que se pusieron a su servicio. Pero él fue crucial, su personalidad fue clave en el asunto. Como resumió Ian Kershaw, Hitler no fue la ―causa primordial‖ del ―ataque nazi a las raíces de la civilización‖, pero sí su ―agente principal‖. Para entender su éxito, hay que referirse a las circunstancias en las que surgió: la amarga derrota alemana en la Gran Guerra, la inflación galopante de los años veinte y el paro masivo tras la crisis de 1929, los miedos que suscitaba en toda Europa la revolución bolchevique… Todo ello, en el tránsito de la sociedad del antiguo régimen al mundo moderno, con el desplome de las jerarquías tradicionales, el avance de la secularización, el paso de la política de élites a la de masas, de la sumisión de la mujer a la igualdad de géneros. Todo era novedoso, conflictivo, nunca visto. La sociedad, tal como se había conocido durante siglos, se hundía; y eso provocaba inseguridad y temores comprensibles. En esa situación, Hitler —con una capacidad oratoria, esa sí, excepcional— supo levantar esperanzas. Identificó de manera nítida al culpable de todas aquellas crisis: los judíos, padres del capitalismo y del marxismo, los dos males de la modernidad. Y prometió, en tono apocalíptico, eliminar a aquel culpable. Con ello, aseguró, llegaría la redención, la superación de las divisiones, el reingreso en el paraíso, una nueva unión fraternal (de los elegidos, claro). Y aquella solución tan sencilla sedujo a muchos. Aunque sin mayoría absoluta, ganó elecciones —cosa que no hizo nunca Stalin—. A partir de ahí, unos colaboradores sin escrúpulos construyeron el andamiaje efectista que le rodeó de un halo carismático. Montaron un espectáculo grandioso, que compensaba la falta de participación política real. Y casi todos, incluidos muchos visitantes inteligentes, se dejaron impresionar por el resultado. Hay quien explica el atractivo de Hitler a partir de la cultura alemana, del famoso Sonderweg,camino especial seguido por aquel país. En él contrastarían la modernidad en los aspectos económicos y técnicos con el atraso en la estructura política, basada en el paternalismo estatal heredado del ―socialismo‖ conservador de Bismarck y dominada por los Junkers, élites de mentalidad muy tradicional, nacionalistas, militaristas y antisemitas, muy distintos a las aristocracias francesa o inglesa. El nazismo sería el producto de esa tradición y por tanto específicamente alemán. Pero, frente a esta visión, otros ven el fenómeno como una aberración atribuible a la situación de crisis económica, política y moral en la que surgió y creen que la aparición de aquel grupo de hooligans, dirigidos por un loco, interrumpió el acceso a la normalidad que iba siguiendo la historia alemana. El nazismo sería un caso de totalitarismo, como el soviético, típico del siglo XX europeo, no de la cultura alemana. Una cultura, hay que recordarlo, que produjo a Hitler pero produjo también a un Stefan Zweig, por mencionar solo un nombre, europeo lúcido si los ha habido, crítico y víctima del nazismo. En conclusión, Hitler como persona importa poco. No evoco su muerte, desde luego, porque fuera, en ningún sentido, una pérdida para la humanidad. Lo que importa es preguntarse cómo pudo un tipo así seducir a tanta gente. Sobre eso es sobre lo que nunca deberíamos dejar de pensar. Como no deberíamos dejar de estar vigilantes, para que jamás se repita nada similar. En cuanto a él, como ser humano, ni siquiera el pistoletazo final, hace ahora 70 años, le otorgó la menor grandeza. José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica). „Teresa de Jesús. La construcción de la santidad femenina‟ MJ /
  • 19. Los historiadores Ricardo García Cárcel y Rosa María Alabrús acaban de sacar a la luz una obra conjunta publicada en la Editorial Cátedra, titulada: Teresa de Jesús. La construcción de la santidad femenina. García Cárcel reconocía, en una entrevista concedida al diario La Rioja, lo siguiente: Santa Teresa de Jesús es un personaje que tiene la fuerza de un icono representativo, hoy en día, fundamentalmente de tres conceptos: indudablemente, de la catolicidad triunfante con respecto a todas las herejías (se supo mover, como una funambulista, sobre un cable bajo el que había muchos caimanes); de la identidad española, representa la conciencia y el asentamiento del castellano como lengua; y, promovido ya en el siglo XX desde algunos estudios realizados en EEUU, del feminismo, porque representa a la mujer fuerte dentro de un mundo hegemónico de hombres. Podría ser una pionera, si no del feminismo, de sus antecedentes. […] Evidentemente, y es indiscutible, Santa Teresa es autora literaria. Uno de los grandes temas de investigación ahora es determinar en el ‗Libro de la vida‘, canon del género autobiográfico, dónde acaba el ejercicio memorístico y dónde empieza la literatura, qué es verdad y qué es ficción. Ahora es un reto. Le gustaba leer y escribir de manera increíble, le puede, a pesar de sus múltiples manifestaciones de humildad.
  • 20. Teresa de Jesús. La construcción de la santidad femenina Este libro comienza planteándose el estudio comparativo de las vidas de Teresa de Jesús y las religiosas de la España barroca para determinar las sutiles fronteras que separan la rápida proyección a la santidad de la monja de Ávila respecto al estancamiento en el camino de los procesos de beatificación y canonización de tantas otras. Los autores focalizan su atención sobre la figura de Teresa y sus extraordinarias dotes de encantadora a la vez que encantada por los sueños de los tiempos que le tocó vivir, con su ambivalencia de mujer mística y fundadora, espiritual y emprendedora, contemplativa y activa…, que trabajó a destajo toda su vida. La Iglesia, a la que tan bien sirvió, la premió con una santidad postulada con práctica unanimidad y reconocida con extraordinaria rapidez. Colección: Historia. Serie menor Páginas: 272 Publicación: Mayo de 2015 ISBN: 978-84-376-3419-7 Formato: Papel Temática: Historia moderna: c.1450/1500-c. 1700 — HBLH Los autores  Ricardo García Cárcel (Requena, Valencia, 1948) es un historiador y ensayista español. Obtuvo la licenciatura de Filosofía y Letras, con premio extraordinario, en la Universidad de Valencia en 1970, doctorándose en 1973, asimismo, con premio extraordinario. Catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es miembro del Foro Babel. Es académico correspondiente de Real Academia de la Historia desde 2001.  Rosa María Alabrús. Es doctora en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Barcelona con la tesis doctoral Pensament polític i opinió a la Catalunya moderna (1652-1759) defendida en marzo de 1995.Desde 2007 desarrolla la docencia, como profesora Agregada de Humanidades en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona. „Teresa de Jesús: libro vivo‟, exposición en la Biblioteca Universitaria de la Rioja MJ / 1 día ago “Teresa de Jesús : libro vivo” . Exposición con motivo del V Centenario Santa Teresa de Jesús. Planta segunda de la Biblioteca Universitaria de La Rioja (13 abril/15 mayo 2015) En su ―Libro de la Vida‖, narra Santa Teresa que cuando tuvo que quemar sus libros de devoción en romance, tras la publicación del índice de libros prohibidos por la Inquisición, tuvo un habla interior que le dijo: ―no tengas pena, que Yo te daré libro vivo‖. Tomando como referencia este episodio, queremos mostrar cómo los libros dedicados a Teresa de Jesús son un elemento vivo y cambiante, que han ido adaptándose al público de cada época.
  • 21. Exponemos 60 biografías adaptadas y noveladas, desde comienzos del siglo XX hasta las últimas novedades publicadas en este año 2015. Son síntesis divulgativas de una experiencia vital intensa y profunda, y destinadas tanto a niños como a lectores adultos. Asímismo, los materiales expuestos permiten apreciar la iconografía popular de Santa Teresa, con imágenes originales y poco conocidas, y apreciar el diferente tratamiento que su figura ha recibido en portadas e ilustraciones a lo largo de un siglo, lo que demuestra su permanente actualidad y pervivencia. Con esta exposición, la Biblioteca de la Universidad de La Rioja quiere participar de forma activa en la conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa. Visita la página de la exposición Presentación del documento 'Iglesia, servidora de los pobres' Los obispos condenan la corrupción como 'mal moral'  Aseguran que 'provoca alarma social' y 'desconfianza y menosprecio de la política'  Invitan al 'recto ejercicio de la política, forma exquisita de caridad' El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Juan José Omella (c), durante el acto. Ángel Díaz EFE JOSÉ MANUEL VIDAL Madrid El Mundo "No es un documento contra nadie ni la palabra de un contrincante político en época electoral", explica Juan José Omella, presidente de la comisión episcopal de pastoral social, en la presentación del documento Iglesia, servidora de los pobres. Pero el caso es que, al tomar la defensa de los más golpeados por la crisis, los obispos arremeten contra los políticos y sus políticas, que están generando "dolor y sufrimiento" en la sociedad española. Y cargan, sobre todo, contra la corrupción. El documento episcopal asegura que la corrupción "es un mal moral", que, además, "provoca alarma social" y genera "desconfianza y menosprecio de la política". De ahí que inviten a nuestros políticos (sin hacer mención explícita de ningún partido concreto) a "ejercer de forma recta" su profesión. Porque, cuando así se hace y la política se vive en clave de bien común, entonces se convierte en una "forma exquisita de caridad" Pero la instrucción episcopal tiene mucha más enjundia que la simple denuncia de la corrupción. Por ejemplo, por vez primera desde hace décadas, los prelados hacen una profunda autocrítica y piden "perdón por los momentos en que no hemos sabido responder con prontitud a los lamentos de los mas necesitados", y subrayan su intención de comprometerse, junto al Papa Francisco, en la promoción de una sociedad de "liberadores de las pobrezas". Hacía años que, en los labios de nuestra jerarquía no sonaban frases como ésta o como la de la "opción preferencial por los pobres". Hoy, en este largo documento, desde el comienzo muestran su dolor compartido con los golpeados por la crisis. "Somos testigos del grave sufrimiento que aflige a muchos en nuestro pueblo motivado por la pobreza y la exclusión social; sufrimiento que ha afectado a las personas, a las familias y a la misma Iglesia. Un sufrimiento que no se debe únicamente a factores económicos, sino que tiene su raíz, también, en factores morales y sociales". Publicidad
  • 22. 'Los nuevos pobres' Y pasan a hacer una descripción de la "situación social actual que nos interpela". Con tintes oscuros, pero realistas. Desde los "nuevos pobres y las nuevas pobrezas", que afectan sobre todo a niños, ancianos, mujeres, inmigrantes y jóvenes. "Nos resulta especialmente dolorosa la situación de paro que afecta a los jóvenes: sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin recursos para crear una familia y obligados muchos de ellos a emigrar para buscarse un futuro fuera de su tierra". Los obispos culpan de esta situación a varios factores. Entre ellos, "la negación de la primacía del ser humano", "la cultura de lo inmediato", el "modelo centrado en la economía" o la "idolatría de la lógica mercantil". Frente a esta situación, ofrecen la salida de "una profunda regeneración moral" de las instituciones, colocando en el centro del sistema a la persona y al "destino universal de los bienes", así como "solidaridad" y "subsidiariedad". Con esa regeneración, los obispos piden que se mantenga "el Estado social del bienestar". La receta episcopal, como no podía ser de otra manera, se basa en los grandes principios de la Doctrina Social de la Iglesia: Colocar a la persona humana en el centro del sistema, que debe basarse en el bien común, en el principio de la subsidiariedad y "en el derecho a un trabajo digno y estable". 'Evangelio de la esperanza' Con estas claves, la Conferencia episcopal ofrece el "Evangelio de la esperanza" a los españoles, pero de una forma proactiva. "Cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad. Esto nos obliga a cambiar, a salir a las periferias para acompañar a los excluidos, y a desarrollar iniciativas innovadoras que pongan de manifiesto que es posible organizar la actividad económica de acuerdo con modelos alternativos a los egoístas e individualistas". Por eso, los obispos prometen un cambio en su hoja de ruta y apuestan por la denuncia social clara y contundente, sin componendas políticas. "Tenemos, además, el reto de ejercer una caridad más profética. No podemos callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando se permite que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen". Y añaden: "Debemos elevar el nivel de exigencia moral en nuestra sociedad y no resignarnos a considerar normal lo inmoral. Porque la actividad económica y política tienen requerimientos éticos ineludibles, los deberes no afectan sólo a la vida privada. La caridad social nos urge a buscar propuestas alternativas al actual modo de producir, de consumir y de vivir, con el fin de instaurar una economía más humana en un mundo más fraterno". Y quizás por eso, concluyen tomando partido y apostando abiertamente por los más débiles: "Estamos con vosotros; juntos en el dolor y en la esperanza; juntos en el esfuerzo comunitario por superar esta situación difícil. Juntos, hermanos en Jesucristo, debemos edificar la casa común en la que todos podamos vivir en dichosa fraternidad. Pedimos al Padre que nos colme de inteligencia y acierto para construir una sociedad más justa en la que los anhelos y necesidades de los más desfavorecidos queden satisfechos. Las víctimas de esta situación social sois nuestros predilectos, como lo sois del Señor". Porque la Iglesia española quiere ser "servidora de los pobres". Comunicado 1 de mayo de 2015 • Día internacional del trabajo • HOAC y JOC. En twitter #1mayoTrabajoDigno Celebramos un año más el 1º de mayo, día festivo y reivindicativo para el movimiento obrero en todo el mundo, y día también de celebración en nuestra Iglesia, fiesta de San José Obrero, trabajador que nos mostró la dignidad de ser un obrero, herencia que compartió con el propio Jesús.
  • 23. Para la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimientos de militantes obreros cristianos, este día es especial por doble motivo. Como trabajadores, porque lo celebramos codo con codo con nuestros hermanos para que se realice de una vez la dignidad que no vemos reconocida, y como cristianos, porque en Jesús obrero tenemos el mejor fundamento de poder conseguir la utopía que anhelamos: una sociedad de hermanos donde todos y todas podamos tener un trabajo digno que nos permita nuestro sostenimiento y el de nuestras familias, nuestra realización personal y nuestra contribución a esa sociedad mejor (CV, 63). Celebramos este 1º de mayo MIRANDO AL PASADO. Esta fiesta nació a finales del siglo XIX, en París. Se concibió como jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a aquellas y aquellos que murieron por reivindicar los tres 8 –8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para la relación social– y marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, de manera que el 1 de mayo quedó consagrado como día para manifestar la inalienable dignidad del trabajador frente al capital. Hoy nos seguimos preguntando ¿cuántas movilizaciones seguirán siendo necesarias para que se acaben aceptando las más justas reivindicaciones del mundo del trabajo? ¿Cuántas más para que recobremos la conciencia de la dignidad de las personas como lo más sagrado? La Iglesia hemos ido acompañando a lo largo de la historia los procesos de cambio, intentando iluminar desde la fe los acontecimientos y la realidad social cambiante. Quizá muchas veces con nuestras sombras, en forma de tibieza, de confusión o de diagnósticos equivocados. A la vez también, con indiscutibles llamadas y manifestaciones en defensa de la dignidad de las personas: ―Cuando la vida social –también el trabajo- pone en el centro al dinero, y no a la persona, negamos la primacía del ser humano sobre las cosas, negamos la primacía de Dios‖ (EG 55). Hoy nos encontramos con graves situaciones de desempleo, desigualdad, pobreza y precariedad, en todo el mundo. Son signo y consecuencia de una forma de hacer y funcionar en la que la lógica prevalente es la del dinero, no la de procurar garantizar el bien-ser o bien-vivir de todas las personas. El último informe Foessa indica cómo la crisis está causando un riesgo de falta de cohesión social en España que se ha fundamentado en estos últimos años en el incremento de la desigualdad, el aumento del desempleo, el descenso de los sistemas de protección social, el desgaste de los mecanismos de protección familiar, las desigualdades territoriales y las dificultades recaudatorias, debidas a la economía sumergida y el fraude fiscal. Cuando observamos esta realidad, no podemos olvidar, como dice el Papa Francisco, que ―el desempleo es consecuencia de un sistema globalizado en el cual el dinero es el ídolo y el único que manda‖, o que ―se descarta a los jóvenes y a los ancianos‖. No vivimos tiempos de recuperación laboral y social en nuestro país cuando: ■ Hay más de 12 millones de pobres, mientras que la riqueza de los más ricos sigue aumentando. ■ Persisten tasas desempleo superiores al 23%, y la precariedad laboral es cada vez mayor. ■ El 90% de los empleos creados en los últimos años son temporales, y muchos a tiempo parcial ■ Los trabajadores pobres superan ya el 12%. ■ En 1.700.000 familias, ninguno de su miembros tiene empleo y más de 700.000 no tienen ningún ingreso. ■ Más de la mitad de los desempleados (55,71%) ya no cobra ningún tipo de prestación. ■ Los desahucios siguen siendo una lacra para tantas familias arruinadas. Según el INE, fueron 184 al día en 2013, y se incrementaron un 7,8% en 2014.
  • 24. ■ La mitad de los y las jóvenes están en desempleo, muchos abocados a la emigración forzosa, ocupando puestos de cualificación inferior a su nivel de estudios… ■ Las personas inmigrantes engrosan la bolsa de la economía sumergida y tienen los peores salarios. ■ La brecha salarial entre ambos sexos sigue aumentando, (…) Esta situación, estos datos, son fuente de indignación y de dolor. También son una llamada a nuestra conciencia. No se puede construir un mundo que camine hacia la igualdad y la justicia desde las premisas sobre las que funciona nuestra economía nacional e internacional, nuestras relaciones laborales, nuestro funcionamiento social. No hay remedio si no empezamos a poner a las personas y a las familias, especialmente a las más empobrecidas y castigadas, en el centro. Por eso queremos LUCHAR EL PRESENTE, tratando de ser alza-voz del sufrimiento y las esperanzas de tantas personas trabajadoras y sus familias ―He oído el clamor de mi pueblo‖ (Ex 6,5) En el mundo obrero y del trabajo necesitamos que se promuevan políticas: ■ que recuperen el sentido humano del trabajo, ■ que promuevan trabajo digno, ■ que pongan sus objetivos en erradicar la pobreza y la desigualdad, ■ que fomenten una verdadera participación ciudadana, ■ que defiendan los derechos sociales como un deber de justicia, ■ que defiendan la vida en todas sus etapas. Ante esta situación recordamos las recientes palabras del Papa Francisco: ―No es suficiente con que los pobres recojan migajas que caen de la mesa de los ricos, hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa, además de servicios públicos como salud, educación, seguridad o medio ambiente, de los que ningún ser humano debería quedar excluido (…). Mientras no se logre una distribución equitativa de la riqueza, no se lograrán resolver los males de la humanidad‖. (Acto inaugural de la VII Cumbre de las Américas). Y como seguidores de Jesús de Nazaret en su Iglesia y como testigos de la resurrección, anunciamos la esperanza como programa de acción. Esperanza que nos ayude a cambiar la manera de sentir, pensar y actuar, superando los viejos planteamientos capitalistas del beneficio como único motor posible de la historia, para ir alumbrando y CONSTRUYENDO EL FUTURO, como ya ocurre en muchas partes, alternativas que vayan generando una nueva realidad desde la dignidad y la fraternidad donde la persona sea lo primero. Cáritas tacha de „obscenos‟ los números de la desigualdad en España Escrito por Redaccion de iviva, el 26 de abril, 2015
  • 25. Sebastián Mora, Secretario general de Caritas y miembro del Consejo de Dirección de Iglesia Viva, ha intervenido con afirmaciones rotundas en el debate-presentación de un libro. He aquí la información de Europa Press. El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, ha advertido de que los datos del aumento de la desigualdad en España son ―obscenos‖ y ha pedido a los gobernantes que afronten este problema que ―no puede esperar a mejores mares‖. Así lo ha propuesto durante un debate organizado por entreParéntesis, de la Compañía de Jesús, y por la revista Razón y Fe a propósito del libro ‘España por reformar. Propuestas políticas, económicas y sociales’, coordinado por el director de entreParéntesis, Daniel Izuzquiza, y al que ha tenido acceso Europa Press. Mora ha señalado que uno de los asuntos que se deben abordar con ―urgencia‖ es el de la fiscalidad pues España ―no tiene una fiscalidad redistributiva que genere igualdad‖. Ante esta desigualdad en España, Cáritas propone una ―renta mínima‖ para entre 500.000 y 600.000 hogares españoles que no perciben ningún ingreso. ―Es algo asumible‖, asegura. Asimismo, ha pedido que se tenga‖cuidado‖ con la educación y la sanidad que ―han sufrido un deterioro en los últimos años‖ y que, según ha precisado, están conectadas con la pobreza y desigualdad. Concretamente, sobre la sanidad, ha apuntado que este era el segundo indicador que más genera desigualdad, según el informe de FOESSA; y en relación a la educación, ha criticado que el debate se centra más ―en la excelencia‖ que ―en la equidad‖. También ha denunciado el tratamiento que España le da a la migración, ante tragedias como la muerte de miles de inmigrantes en aguas del Mediterráneo. ―Nos vemos en un espejo, lo que somos capaces de hacer, la indignidad a la que somos capaces de llegar, lo indiferentes que podemos ser‖, ha subrayado. ¿Qué van a hacer los políticos? Por su parte, el director de campañas y ciudadanía de Oxfam Intermón, Jaime Atienza, ha insistido en que es ―inaceptable‖ que exista ―una desigualdad tan grande‖porque ―millones de familias que quedan orilladas‖ y además, a su juicio, ―se degrada la democracia‖. Por ello, en este año electoral, ha ―exigido‖ a los políticos que ―digan qué van a hacer para acabar con esta desigualdad‖. Según ha indicado, los partidos han hablado de políticas de educación o sanidad pero Atienza quiere que se propongan, por ejemplo, ―acabar en cinco años con la exclusión y con las brechas salariales‖ y que este debate ―no quede guardado en un cajón‖. El coordinador de Cristianos PSOE Madrid, Juan Carlos González, ha admitido que en España existen algunos problemas fundamentales como son la desigualdad y el hecho de que sea ―el país con mayor número de parados de Europa‖ y ha indicado que esto ―hay que cambiarlo‖ y que ―las soluciones no solo pueden ser técnicas sino también morales‖. Reforma Constitucional En el debate también intervinieron algunos de los coautores del libro, como la profesora de Derecho Constitucional de ICADE María Isabel Álvarez, que se ha referido al ―deterioro de la imagen de las instituciones y al descrédito de la clase política‖ y ha apuntado que el sistema político español ―ha quedado obsoleto‖ porque ―no se han aprobado reformas‖ de forma ―tranquila‖. Otra de las coautoras, la abogada del Estado Elisa de la Nuez, ha explicado que ―la idea de una reforma constitucional no tiene que asustar‖ a la población. Además, ha criticado la ―falta de democracia interna, la selección adversa de las élites políticas y la falta de voluntad política para abordar de verdad el tema de la financiación‖.
  • 26. ENCUENTRO CON EL CARDENAL BRAZ DE AVIZ EN EL ITVR (INVITACIÓN) Fernando Prado, cmf on 27 Abril 2015 La editorial Publicaciones Claretianas y el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid han organizado un encuentro con el Cardenal Prefecto de la Congregación de la Vida Consagrada, Mons. João Braz de Aviz. Con motivo de la presentación de su biografía, el Cardenal va a estar presente en el Instituto de Vida Religiosa de Madrid para compartir su opinión sobre la Situación de la vida consagrada hoy. En medio del Año de la Vida Consagrada, este será, sin duda, un buen momento para seguir profundizando en lo que estamos celebrando y conocer más a Mons. Braz de Aviz. El acto será guiado por el sacerdote y periodista D. Manuel Mª Bru y por el director de la editorial, P. Fernando Prado y tendrá lugar el miércoles 6 de mayo a las 19:00hs de la tarde. ¿El lugar? El Salón de Actos del Instituto Teológico de Vida Religiosa (C/Juan Álvarez Mendizabal, 65 dupdo. 28008 Madrid- Metro Argüelles). Dada la previsión de afluencia de público y el límite del aforo te rogamos que, cuanto antes, se confirme la asistencia. Tan solo podrán participar en el acto las personas que hayan confirmado su presencia. Teléfono: 91 540 12 73 (Secretaría ITVR). También por email: secretaria@itvr.org Ponernos en pie Si lo que hemos llamado crisis no nos ha hecho cambiar de rumbo y continuamos reafirmados en las mismas viejas estrategias del sistema; sobre todo quienes social, económica y políticamente continúan creyendo en la imposición de su modelo de hacer y de pensar, que tanto dolor genera y tanta deshumanización produce; es que no queremos aprender las lecciones que nos da la historia.
  • 27. Un sistema que ha excluido y condenado a miles de seres humanos a la fatalidad, a la pobreza y a la intemperie, no le cabe otro camino que desaparecer y repensar su modo de hacer y comportarse para ponerse en la necesaria actitud común de búsqueda. Un modelo que se encierra en sí mismo como forma de autodefensa, y no sabe salir a ver y escuchar sus propias atrocidades; es un modelo, más bien pronto que tarde, sin futuro alguno. Un modelo que considera ―daños colaterales y necesarios‖, el negocio de las armas o de las drogas; que permite y genera el escándalo del hambre como consecuencia de la utilización perversa e interesada de los alimentos; que considera el desempleo y las dolorosas situaciones de muchas familias, como parte de un proceso ―necesario‖ para enriquecerse sin límites y abrir brechas insalvables de desigualdad; que pone todas las barreras y leyes injustas contra las personas, y se postula a favor de la libertad sin límites de los capitales; es un modelo de muerte, radicalmente injusto y desde ahora mismo sin futuro. Quienes sostienen este orden socio económico no han movido un dedo en otra dirección. No han cambiado un ápice en sus planteamientos. Continúan justificando su modelo. Y, evidentemente, algo habremos aprendido y algunas lecciones, que no tienen vuelta atrás, será necesario poner en práctica. Los ciudadanos y ciudadanas hemos de hacerlo como personas que asumimos nuestra responsabilidad; las religiones, porque tienen la obligación de aportar nuevas formas y caminos para una nueva manera de ser; la clase política, los gobiernos y los intocables poderes económicos, porque protagonizan la realidad y la imagen más escandalosa de este modelo al que se aferran para no abandonar; otras organizaciones sociales, culturales o de comunicación, que sirven ―al mismo señor‖ del poder que les sostiene… todas y todos debemos ―ponernos en pie‖. Y ―ponernos en pie‖ puede significar, con el convencimiento de saber servirnos de lo pequeño, crear posibilidades de entramar nuevas relaciones entre el medio rural y el medio urbano, los pueblos y los barrios, las gentes urbanitas y las personas de pequeñas comunidades campesinas. No somos
  • 28. enemigos, unos y otros nos necesitamos cada vez más Hemos de estar dispuestos a defender con todas nuestras fuerzas, que solamente las gentes, las del medio rural y las del medio urbano, y la tierra, la de todos y de todas, que son las que han mantenido y enriquecido históricamente en sus propias y diversas relaciones las comunidades pequeñas; serán las que nos aseguren lo más necesario, el alimento para todas las personas, una manera de ser y una forma de vivir plena de humanidad. Hombres y mujeres de los pueblos y de la ciudad, están haciendo en muchos lugares, de forma común, un gran esfuerzo para saber encontrar propuestas concretas y caminos de acción común y compartida. Muchas personas vienen trabajando en ello desde hace mucho tiempo, y eso está sirviendo para que hoy todo lo veamos con un poquito más de claridad, que lo sienta así mucha más gente, muchos más pueblos, que creamos mucho más en nuestras fuerzas, y, sobre todo, con más novedad. Es una forma de ―ponerse en pie‖. Ponerse en pie es esto, y es trabajar de forma corresponsable para descubrir el empobrecimiento que como denominador común aparece, tanto en las gentes del medio rural, mayores, mujeres y jóvenes; que aparece en el robo, que se ha hecho desde las políticas multinacionales de la agroindustria, del papel propio del medio rural, y que no ha sido y debe ser otro que el de producir alimentos para la humanidad; o que aparece en colectivos de personas excluidos y marginados de una mesa que es posible que sea para todos y para todas; o que aparece en algunos espacios urbanos sin sentido y solamente creados para el negocio del capital y la criminalización de muchas personas pobres. Muchas personas y colectivos estamos en la tarea de darnos un toque de atención para cuidar la responsabilidad ética y social que hemos de tener ante las personas, ante la sociedad y ante sus estructuras, convencidos y convencidas de que algunas de ellas no nos sirven para restaurar paisajes, para alimentar a todas las personas, para la gestión humana y cercana de los territorios, para la producción de alimentos sanos, o para el cuidado de las personas,.. y que por el contrario, la tierra, el agua, las semillas, las tradiciones, los bienes comunales y comunitarios, la diversidad cultural, la cultura local y campesina… todo ello gestionado con cuidado y responsabilidad acogen posibilidades sorprendentes. Y,… sentimos que ―estamos en pie‖. LOS NADIES El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, recientemente fallecido, escribió el poema Los nadies, verdadera pieza antológica de literatura crítica, accesible en la web, del que transcribimos un fragmento: Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no profesan religiones,sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata. Este poema, típico de una época en algunos aspectos ya lejana, sigue siendo actual pues su contenido profundo sigue inspirando hoy movimientos sociales, movimientos de indignados, movimientos indígenas, movimientos feministas, de minorías sexuales, de ecologistas e impulsa a los participantes del
  • 29. Foro social mundial a proclamar que otro mundo es posible. Más aún, los nadies actualizan la tradición bíblica del Éxodo, de los profetas de Israel que denunciaban la injusticia, de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret, de sus parábolas del buen samaritano, de Lázaro y el rico comilón, y del juicio final en el que Jesús se identifica con los pobres y los constituye jueces de la humanidad. Y aunque esta tradición bíblica muchas veces fue olvidada y se exhortaba a los nadies a la resignación y se les consolaba con el cielo futuro... siempre se mantuvo en la Iglesia una línea profética que llamaba a los pobres "vicarios de Cristo" y que inspiró a numerosos movimientos religiosos, de mujeres y de hombres, que desde Francisco de Asís a Charles de Foucauld fueron sensibles a los pobres. Los nadies están presentes en la opción de la Iglesia latinoamericana por los pobres y en las teologías liberadoras. Los nadies subyacen en la formulación de Juan XXIII que deseaba que la Iglesia fuese ante todo Iglesia de los pobres, en el sueño del Papa Francisco de una Iglesia pobre y de los pobres y en su revolución de la misericordia y la ternura. Los nadies hoy son no solo los oprimidos, sino los excluidos, los desechables, las masas sobrantes, son los emigrantes de Lampedusa, las víctimas del terrorismo yihadista, los niños muertos en Siria por armas químicas. Los nadies son aquellos de los que Bartolomé de las Casas decía que Dios siempre tiene memoria de ellos, son los que conmueven el corazón misericordioso del Padre, los que el Espíritu, llamado padre de los pobres, alienta en sus luchas por la vida y por un mundo mejor. El anciano obispo poeta del Brasil, Pedro Casaldáliga afirma que solo hay dos absolutos, Dios y el hambre, es decir, parafraseado el poema de Eduardo Gaelano, Dios y los nadies. Víctor Codina sj "Paris vaut bien une messe". Se levanta el telón Editado por Juan Rubio Fernández Ya empezó el desfile. Los candidatos en las listas para los comicios municipales, saben que no es hora de meterse con la Iglesia, ni de gritar que no hay mejor iglesia que la que arde. Para eso están las elecciones generales, que de todo habrá; y más cuando se derrumban las ideologías y el pragmatismo se vuelve prioritario. Ahí cuela todo, pero no en las municipales, en donde el voto se gana "golpe a golpe, verso a verso". Un simple arreglo del acerado, un poco de hormigón en el bache y una fugaz visita a cualquier acto, pueden darle ese voto que necesitan. Y en ello andan. Pero en lo que más se ocupan es en estar a bien con la Iglesia. De forma especial lo hacen rondando capillas, asistiendo a funerales, presidiendo romerías, echando dineros en templos y edificios a los que no hace mucho amedrantaban con tribunales y cargas fiscales, desconocedores de acuerdos que pedían fueran denunciados. Pero ahora llenan sus agendas de procesiones, funerales, bodas, bautizos, o botaduras de buques. El cristianismo sociológico les alaba el gusto, el cristianismo más severo los critica, pero ellos se asesoran siempre de algún áulico camarada que anduvo por sacristías y entre sotanas. Y es que hoy, como siempre, sigue vigente aquello de “París bien vale una misa” (Paris vaut bien une messe), frase apócrifa atribuida a Enrique IV, quien eligió convertirse al cristianismo para poder reinar en un mundo en el que se confundían verdad con mentira; virtud y crimen ; humor y tragedia. Los dos libros escritos por Heinrich Mann, ―La juventud de Enrique IV‖ (1935) y ―La Madurez de Enrique IV‖ (1938) reflejan un perfil y un ambiente que conviene conocer para ver cómo, incluso los hombres grandes como él, amantes de la igualdad, nacido en los Pirineos, se someten a maquiavelismo puro y duro de renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener lo que se realmente se desea. Saltarán chispas si quienes, desde pulpitos y ambones, aprovechando esa debilidad maquiavélica, lanzan dardos, arremeten con furia y les sacan los colores. Quizás sea el momento de algo distinto y seguir proclamando la noticia de la entrañable misericordia. Mucho me temo, sin embargo que no sea así y que quienes creen que" Paris bien vale una misa”, se encontrarán con quienes opinan como, al parecer dijo