proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
Aprendizaje autónomo ensayo
1. APRENDIZAJE AUTÓNOMO: del docente pescador al docente lazarillo
A pesar de que la idea de APRENDIZAJE AUTÓNOMO viene desde antes de la instauración de las
instituciones educativas, sólo viene a entenderse como concepto pedagógico a partir de la
segunda mitad del siglo XX.
Este concepto implica el establecimiento del estudiante como el protagonista natural del proceso
enseñanza-aprendizaje teniendo que ser este quien tome la iniciativa para establecer sus propias
necesidades de aprendizaje y la forma de satisfacerlas, convirtiendo así al docente de un mero
“transmisor” de conocimiento a responsable de promover, orientar y supervisar de este proceso.
Un aprendizaje autónomo implica:
- por parte del estudiante un mayor compromiso con su propio aprendizaje: saber lo que
quiere aprender, para que le sirve y qué aplicaciones prácticas tiene; la forma adecuada de
obtener conocimiento, desarrollarlo y generarlo; evaluar si el proceso dejó en él una huella a
corto o largo plazo; la disposición para saberse parte importante del proceso (un sujeto activo
antes que un objeto pasivo) y no como un receptáculo de lo que un “maestro” escupa.
- Que el docente se vea a sí mismo como la guía del educando en el camino hacia la “verdad”,
entendiendo verdad como un concepto general por lo que esta orientación debe ser integral,
esto es, en los diferentes aspectos que le sirven para la vida: emocional, moral, cognoscitivo,
lógico, interpersonal, intrapersonal; esto implica que el docente debe ser, como bien dice
Wilmaro Garai, “un(a) hombre/ mujer universal” para poder intervenir en todos estos
aspectos del educando y no limitar su responsabilidad sólo a la asignatura que se le ha
indicado sea impartida a sus estudiantes. El docente debe ser el promotor de la curiosidad del
estudiante, volviéndolo un “famélico de nuevas ideas”, haciendo que él por si solo sea quien
se acerque al conocimiento.
A pesar de que el aprendizaje autónomo aplica en mayor medida a una población “mentalmente
adulta” (entendiendo esto como la plena consciencia del individuo y la responsabilidad del mismo
sobre las consecuencias de sus propias acciones) debe empezar a cultivarse desde edades
tempranas para generar en el estudiante la necesidad de cuestionarse a sí mismo y al entorno,
empoderarse de sus asuntos, asumir una actitud crítica ante la vida en lugar de esperar ser
adoctrinado bajo premisas que quizás no sean lo que el necesita, tomar la iniciativa frente a la
vida.
Como ya se vio, este tipo de aprendizaje necesita un estudiante maduro, que sepa qué quiere y
para qué, cómo conseguirlo y tener conciencia de que obtuvo lo que buscaba una vez terminado el
proceso. Por tanto es labor del docente, además de plantear los temas, mostrarlos en contexto
para que el estudiante extraiga de cada actividad todo lo que necesita.
El docente debe ser:
- el motivador: mostrando los temas a tratar;
2. - el guía: proponiendo las actividades para desarrollar los temas, contextualizando, llevando al
estudiante a cuestionarse a sí mismo y al entorno, acompañarlo durante el desarrollo de las
actividades;
- y el supervisor: verificando que el individuo haya adquirido, desarrollado y generado ideas.
Está en manos de los sistemas educativos (no sólo el colombiano, si no a nivel global) arrojar a la
sociedad individuos capaces de estar en permanente desarrollo con o sin la guía de un tutor,
generar en ellos la necesidad tanto de un aprendizaje constante como de sentirse buenos
elementos dentro de la sociedad.
Queda claro que el estudiante es el protagonista dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, sólo
siendo él parte activa se puede lograr un resultado óptimo. Mientras que el docente debe cambiar
la mentalidad de pescador: en el mar abierto arrojando peces (conocimiento) a su barca
(estudiante) sin mayor responsabilidad, y pasar a ser el lazarillo: guiando al ciego (estudiante) por
el camino (verdad) pero dejándolo caminar.