1. El poder en el ser humano
El hombre por naturaleza necesita sentir poder. Poder para reafirmarse como un ser
humano capaz de lograr grandes cosas. Este poder inmerso en nosotros fácilmente se
puede desvirtuar.
La mayoría de las personas no entienden realmente el significado del poder.
Muchos se dejan manipular por personas con un carácter más fuerte que el suyo, a
consecuencia de una baja autoestima, estas son personas que no tienen metas propias y
andan buscando adherirse a alguien o que otra persona les dé un sentido a su propia vida.
Este tipo de gente es presa fácil del poder de alguien más.
O por el contrario, las personas pueden tomar el poder para subyugar a los más débiles en
aras de sus intereses personales seduciéndolos, de tal manera que logran convencerlos a
base de promesas y logrando que adopten su objetivo como propio. Un ejemplo es Hitler
y su gran poder de convencimiento, el cual logro convencer a toda una nación de que sus
objetivos eran válidos sin importar los medios para lograrlo. Desgraciadamente este tipo
de “líderes” siempre están y estarán presentes en la historia, así que no todos los que se
imponen a otros son buenos líderes.
Ésta manera de ejercer el poder es la de personas peligrosas que engañan, y de alguna
manera convencen a otros para que hagan lo que ellas quieren: su propio beneficio. Son
las que a través de insultos, agresiones y violencia convencen a personas más débiles que
ellos o que están en busca de alguien que los guíe, para actuar como ellos quieren. No
importan los medios, sólo importa el fin. Este es el poder que destruye. Ejemplos actuales
de ellos son los llamados capos de la droga, pederastas, tratantes de blancas, la mafia,
sectas, falsos profetas, charlatanes, entre otros.
El poder entendido ecológicamente (bueno para todos) está lleno de amor, respeto y
buenos propósitos. Es cuando alguien está consciente de todo lo que puede lograr a través
del amor. Este tipo de poder se ejerce en aras del bien común. Es el poder que construye,
que crea. Ejemplo de buenos líderes son Ghandi, Luther King, Jesús, Mahoma, Teresa de
Calcuta, por mencionar algunos. Son personas que dieron hasta su vida para lograr sus
metas y cuya influencia es eterna, ya que su poder residía en el amor al prójimo. Este tipo
de líderes son gente valiente, de convicciones firmes y con una fe enorme, capaz de
“mover montañas”.
Actualmente hay infinidad de buenos líderes como los que fundan sociedades de apoyo a
los que menos tienen, empresarios honestos que ofrecen fuentes de trabajo, buenos padres
de familia, misioneros, etc. Cada uno de nosotros puede ser una persona de bien, y por lo
tanto ejercitar su poder en bien de los suyos y de los que lo rodean en su vida cotidiana.
La zona de influencia puede ser pequeña en un principio e ir ampliándose cada día, según
la conciencia de la persona. Un buen líder usa todos sus potenciales para ser feliz,
realizarse e invitar a otros a que lo sigan. Se preocupa, se ocupa actuando y resuelve. Es
alguien que se ama y ama a los demás, es alguien contagioso y necesario para que la
2. sociedad camine en aras del bien. Son constructores del bien. Su mayor premio, es la
satisfacción propia de lo que van construyendo a través de su vida.
Los seres humanos somos criaturas de relación. Esto quiere decir que no podemos vivir
solos, necesitamos de la convivencia con los demás para tener una vida sana, para
realizarnos a través de ellos, ya que si no, no habría manera de poner en acción el amor.
El campo de actuación del ser humano es todo lo que lo rodea. La naturaleza, las
personas y el cosmos. No hay límites para el hombre sino los que él mismo se crea.
Bueno hasta ahora hemos visto casos extremos para estar conscientes de los dos polos
que existen. Todos tenemos una zona de influencia a nuestro alrededor, todos hemos
tenido diferentes situaciones que han conformado nuestros mapas, todos tenemos una
mente propia que no se parece a ninguna otra, y por lo tanto pensamos diferente. De esta
conciencia surge el respeto a los demás o la falta de él. El respeto al otro es la máxima
expresión del amor. De esta reflexión deberá surgir la calidad de poder que ejerzamos.
El poder principal es el que se ejerce consigo mismo. Poder para vencer los obstáculos,
enfermedades, problemas que surgen en el exterior. Estos pasarán siempre. Lo importante
es ejercer el poder propio con una gran autoestima, sabiendo que puedo lograr todo lo que
yo quiera y evitar dejarme ir con lo malo que esté sucediendo en el exterior, manteniendo
una actitud coherente a lo que yo sé que soy: un ser creado con y para el amor. Yo no soy
un títere de lo que sucede a mi alrededor, tengo libre albedrío y con esto el poder y la
capacidad de decidir por mí mismo. La conciencia de esta clase de poder es la que
necesitamos para ser felices y darle sentido a nuestras vidas. Al ser conscientes del poder
interior que se posee, podremos identificar fácilmente a otras personas que tengan este
mismo concepto del poder, enseñar a nuestros hijos y a los que nos rodean que el poder
está dentro de ellos, y lo único que puede detenerlos son sus creencias limitantes, es
decir, el temor y el miedo.
Esta conciencia del poder es la que dá sentido a la vida de las personas, permite el saber
de que son capaces de lograr lo que se proponen en aras del bien común. Seamos este tipo
de personas y no las que andan en busca de alguien que los guíe y pueden ser presas
fáciles de líderes sin escrúpulos o las que manipulan y someten por egoísmo.
Programación Neurolingüística sostiene que todos tenemos todos los recursos (el poder)
que necesitamos a cada momento. Sólo es necesario tenerlo presente.
Para lograr lo anterior, te proponemos el siguiente ejercicio:
• Todas las mañanas al levantarte, frota tus manos rápidamente para generar energía
• Sube inmediatamente tus brazos hacia arriba con los dedos de tus manos estirados y
siente cómo la energía entra a tu cuerpo a través de ellos
• Di el siguiente mensaje para ti “esta es energía de vida y salud que me ayuda a lograr
todas mis metas”, o si tienes una en especial, dila en este momento
3. • Baja tus brazos juntando tus manos en medio de tu pecho como si oraras y da las
gracias por un nuevo día y una nueva oportunidad
Al hacerlo diariamente verás los resultados que vas adquiriendo tales como seguridad,
valentía, decisión, etc. que te ayudarán a lograr tus metas u objetivos. A esto se le llama
TENER EL PODER.