Un pordiosero le pide 5 euros a un ingeniero detenido en un semáforo para comer. El ingeniero le hace varias preguntas para asegurarse de que no lo usará para alcohol, tabaco, juegos de azar o prostitutas. Impresionado por las respuestas honestas del pordiosero, le da 100 euros y lo invita a comer a su casa para enseñarle a su esposa el tipo de hombre que es si no hace esas cosas.