Este documento trata sobre la importancia de definir las palabras para lograr una comunicación efectiva. Explica que los malos entendidos surgen cuando las personas asignan diferentes significados a las mismas palabras. Recomienda preguntar la definición cuando no se entiende el significado de una palabra utilizada. También señala que la manipulación de las definiciones y acepciones de las palabras es utilizada estratégicamente por políticos y otros para influir a las masas sin decir realmente lo que quieren decir.
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laramente el CIAC (Centro Internacional de Aplicación
para la Comunicación) deja constancia que el gran
conflicto y a su vez gran secreto de la comunicación
organizacional radica en la definición de las palabras,
entiéndase por su recepción, identificación, interpretación,
entendimiento y participación.
El compartir estas definiciones entre todos y cada uno de los
individuos implícitos en una forma, sistema o estructura, a tal
extremo que no aparecieren los llamados “malos entendidos”
siempre (normativa de la comunicación efectiva) es
responsabilidad de quienes estructuran y emiten el mensaje y
no de los que lo reciben, de ahí viene el término de “¿Me hago
entender?” en lugar de “¿me entienden?”.
C
La importancia de su definición
Por: Redacción ADR
Este tema, visto muchas veces con desdén y
trivialidad, tan importante como dramático
en la educación, y la comunicación
estratégica, lamentablemente no se puede
tratar en su totalidad solo en un artículo,
por esa razón hemos tomado lo que
consideramos esencial en su
entendimiento… la bendita o maldita
definición de las palabras.
Definir:
Explicar en un enunciado de manera
exacta y clara el significado de una palabra
o un concepto.
Muchísimas empresas habla de misión y
visión empresarial, ponen valores y
parámetros que regulen sus políticas de
conducta, pero pocas se detienen a ver si
está clara la definición de lo que es MISIÓN
de lo que es VISIÓN, si está claro para todos
la definición, el concepto de lo que se llama
un VALOR y más aún lo que se define como
¿POLÍTICAS DE CONDUCTA...? Pongamos
un par de ejemplos que siendo acepciones
no se definen igual:
VER no es MIRAR
OIR no es ESCUCHAR
PALABRAS
PALABRAS
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CASA no es HOGAR
MUJER no es ESPOSA
La falta de definición de las palabras y manipulación de sus
acepciones, son las causales de muchos “juegos
interpretativos” utilizados por poetas, filósofos, cleros,
pastores, políticos, juristas, y demás individuos que tienen la
necesidad de dirigirse a las masas, siendo lo dicho todo un arte
que no manejan la mayoría de los referidos, ya que para esto
se necesita un amplio conocimiento del idioma.
CIAC aconseja si dentro de una frase existe una palabra de la
que no se conozca su claro y asertivo significado es más que
importante preguntar…
¿A qué se refiere con...?
(Pregunta estratégica que tiene implícito lo
siguiente “yo tengo una aproximación de la
definición de esa palabra, pero necesito por
su no claridad interpretativa que Ud., quien
la esta utilizando, me de una definición que
evite una mala interpretación”).
Según CIAC esto obliga al interlocutor a dar
una definición de la palabra usada (o por lo
menos lo que él define como tal).
Lamentablemente nos percatamos en
muchos casos que no tienen idea de su
verdadera definición y que lo que quieren
decir no es precisamente lo que están
diciendo.
Por otro lado, el manejo de las definiciones,
el juego de los sinónimos y las diferentes
acepciones que pueden tener una palabra o
frase construida es todo un arte de defensa
o ataque retórico, tan estratégico como el
ajedrez…
Un periodista estando en la Habana le
pregunta a un cubano residente, que cómo
se siente en la Isla y él le contesta:
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“Chico… los que estamos aquí no
nos podemos quejar”
Un hombre le pregunta a una
mujer después de un momento de
intimidad:
“¿Te gusto estar conmigo…dime la
verdad?” Y ella le contesta:
“La verdad es que nunca he estado
con un hombre como tú”
Un padre molesto le preguntaba a su hijo que era más terrible en la
juventud actual, la ignorancia o la indiferencia, a lo que el chico contesto:
“La verdad es que no lo sé ni me importa”
¡La Palabra y la Retórica!
Si bien la práctica hace al maestro, el conocimiento de la teoría pulen,
optimizan y amplían su efecto de acción estratégica. El juego sintáctico y
la manipulación interpretativa a esa “Maroma Idiomática” por parte de
quien la recibe, es muchas veces el gran comodín de los leguleyos y
políticos que al final de sus digamos “Elucubraciones” contestan sin
contestar, preguntan con la respuesta y dicen todo… pero no dicen nada.
Como se habrá percatado amigo lector el secreto de una buena
comunicación tanto social como empresarial, mejor dicho la
llamada comunicación organizacional, la que une y
direcciona la suma y multiplicase, todo basado en la
definición de las palabras, que a su vez aclaren las
ideas, optimizando el proceso y
aumentando la efectividad
de lo que se pretenda
realizar.
No es todo lo que hay que
saber, pero si es uno de los ejes del
entendimiento como diría el poeta…
“Las palabras bien usadas
pueden mentir sin mentir y
condenar sin culpa, generar
guerras hablando de paz,
convertir el amor en dignidad
y la dignidad en odio”
O.RIEFFllll