2. Después que María y José habían llegado a
Belén, María dió a luz a su bebé en un humilde
pesebre de paja, en un establo junto a los
animales.
Este lugar era lo único que ellos habían podido
conseguir durante su estadía en Belén. No eran
personas que poseían riquezas materiales. Pero
tenían la enorme responsabilidad y el honor de
criar y educar al hijo de Dios.
3. Estando todos reunidos de pronto vieron una luz
intensa los sorprendió, ellos tuvieron muchísimo
miedo.
La luz que los encandiló era un ángel que se acercó
a ellos y les dijo que no temieran y les contó que el
Mesías había nacido. También les explicó como
llegar hasta el establo donde Jesús estaba y de qué
manera encontrarían al niñito.
4. De esta manera los pastores llegaron establo y se
encontraron con María, José y un bebé muy especial
envuelto en sencillas mantas en una cunita hecha de
paja, tal cual se lo había descrito el ángel.
Los pastores se arrodillaron ante el niño y lo
adoraron, le contaron a María y a José lo que les
había ocurrido aquella noche, y el anuncio del
ángel.
5. María escuchaba estas palabras con
atención, mientras se fortalecía pensando
que Dios estaba dirigiendo todas las cosas.
Ella sabía perfectamente donde se
encontraba su hijo y a pesar de que
estuviera en un humilde pesebre Dios los
acompañaba.
6. De esta manera, Jesús, el libertador que el
pueblo de Israel había esperado durante
tanto tiempo, nació en un establo, muy lejos
del brillo de los grandes palacios y los
festejos que comúnmente rodeaban el
nacimiento de un rey.