Este documento resume la Batalla de San Félix del 11 de abril de 1817 entre las fuerzas republicanas lideradas por el general Manuel Piar y las realistas comandadas por el brigadier Miguel de la Torre. Piar esperó a la Torre en una sabana cerca de San Félix con 2200 hombres. La Torre atacó con 1180 hombres pero fue rechazado por los republicanos, que mataron a una tercera parte de sus tropas. La Torre se retiró con solo 105 hombres, mientras que los republicanos tuvieron 31 muertos y 65
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Batalla de San Félix y fusilamiento del General Manuel Piar
1. INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA DEL MAR
EXTENSIÓN CIUDAD GUAYANA
RIF: J-00066762-4
METALURGIA
Prof. Valentina Galea
Trinidad Orea
SAN FELIX, MAYO, 2012
2. GRAL. MANUEL CARLOS PIAR
Batalla de San Félix
Después de haber dominado completamente a Nueva Granada a fines de 1816,
el general pablo Morillo emprendió marcha con su ejercito hacia Venezuela. A
comienzos de febrero de 1817 se hallaba en San Fernando de Apure, donde tomó una
serie de disposiciones para las operaciones que debía llevar a cabo, a saber: Una
ofensiva contra Simón Bolívar, a la sazón en el oriente venezolano; un refuerzo a la
provincia de Guayana; y protección a Barinas y San Fernando contra las acciones de
Jose Antonio páez. En consecuencia designo al brigadier Miguel de la Torre como
jefe de operaciones de Angostura y la vieja Guayana
Al coronel Sebastián de la Calzada, para San Fernando con la quinta división,
y a Barinas al brigadier Ramón Correa con la cuarta división. El resto de las tropas,
bajo su mando, marcho a Calabozo y de allí a Barcelona. El 27 de marzo llegó de la
Torre a la ciudad de Angostura, plaza que atravesaba una situación muy delicada
como resultado del asedio impuesto por los republicanos mandados por el general
Manuel Piar, secundado por Manuel Cedeño, Jose Antonio Anzoátegui, Pedro León
Torres y otros. El 4 de abril partió el brigadier hacia los castillos de la vieja Guayana,
donde se iniciaría una operación hacia las misiones del Caroní en busca de víveres y
ganado. El 6 del mismo mes desembarcó en las fortalezas y el 10 inició la marcha
hacia el poblado de San Miguel, adonde llegó el 11 a las 9 am. Conducía unos 1180
hombres repartidos: Batallón Ligero de Cachirí (500); una columna formada con
parte de los batallones de Barbastros, Castilla y Vitoria (500); una compañía de
Húzares de Fernando VII (50 jinetes); y parte de los escuadrones de caballerías guías
3. del general Moitaco y San Mateo, y una cañón de a 3. El general Piar se hallaba en la
mesa de Angostura y tan pronto tuvo conocimiento del desplazamiento de la Torre
trasladó sus fuerzas hacia San Félix, dispuesto a neutralizar las acciones de su
contendiente. El 8 arribaron los republicanos a San Félix y allí obtuvo Piar la
información de que La Torre avanzaría por este poblado, en su marcha hacia las
misiones; en atención a estas noticias, decidió esperarlo en una sabana inmediata al
pueblo de San Félix, contaba Piar con unos 2200 hombres, distribuidos en las
unidades siguientes: batallones Honor, Barlovento, y Conquista de Guayana (1800
hombres, entre los cuales había 500 fusileros, 500 indios flecheros y 800 indios
lanceros); y escuadrones de caballería Honor, Chaviripa y uno de carabineros (400).
Para mantenerse informado de los movimientos de su oponente, Piar destacó hacia
Puga una compañía de Caballería. El 11 se conoció la presencia de los realistas en el
pueblo de San Miguel.
Ante la inminencia del contacto, Piar tomó el dispositivo siguiente: los
fusileros y flecheros en primer escalón; los lanceros en segundo; y la caballería en las
alas. El diario de los realistas dice que “…de a ocho en fondo…” , lo que indica una
gran profundidad en la formación adoptada por Piar. A las 4 pm. Inició La Torre el
combate; para lo cual formó la mitad de sus fuerzas de infantería (Cachiri) en tres
líneas y el resto en columnas a retaguardia de las primeras; delante el cañón y la
caballería en los flancos. El ataque realista fue rechazado por los republicanos, los
cuales pusieron fuera de combate a la tercer parte de las tropas de La Torre. Los
realista iniciaron el repliegue que fue aprovechado por Piar para lanzar una carga a la
bayoneta contra las unidades que se hallaban en columna, al mismo tiempo que la
caballería republicana atacaba la espalda y el flanco izquierdo de La Torre. La
victoria fue de los republicanos. La Torre se retiró con sólo 5 oficiales y 100
individuos de tropa; llegó al Orinoco, se embarcó en una cañonera y pasó a Isla de
Fajardo. Las bajas de los republicanos fueron 31 muertos y 65 heridos
4. Casa de Prisión y Fusilamiento del General en Jefe Manuel Piar
Justo al frente de la antigua plaza mayor, hoy Plaza Bolívar, se encuentra el
inmueble que sirvió de cárcel al General en Jefe Manuel Piar, libertador de Guayana
y vencedor de la Batalla de San Félix, una de las más importantes para la gesta
independentista.
Luego de vencer en San Félix, en el cerro de Chirica, Piar se enfrentó a las
decisiones políticas que se sucedían en el seno del Ejército, a raíz del postulado del
Congreso de Cariaco (8 de mayo de 1817) que eliminaba la jefatura única del
Libertador.
En tal sentido, solicitó su retiro de las filas del Ejército, petición que le fue
concedida el 30 de Junio de 1817. Sin embargo, permaneció en la búsqueda de
aliados a sus ideales, lo cual le trajo como consecuencia la mala mirada del Ejército,
que lo capturó el 28 de septiembre y lo trasladó a Angostura, donde luego de un
juicio se le sentenció a la pena capital.
Durante el período del juicio se le dio cárcel en este inmueble, donde estuvo
preso en la Capilla Ardiente (Velorio de Cuerpo Presente y Vivo), hasta el 16 octubre
de 1817, cuando fue fusilado en la pared occidental de la Catedral. Cabe destacar que
su fusilamiento fue sin degradación del rango militar.
5. Es muy probable que la construcción fuese de las primeras de la ciudad, por
su cercanía con la Plaza Bolívar.
Cabe destacar que en el sitio donde fue muerto el General Manuel Piar, justo
en el muro de la catedral, existe un epígrafe. Igualmente, aún se conserva en la
habitación en la cual estuvo preso, el crucifijo del siglo XVII ante el cual oró
momentos antes de ser pasado por las armas.