1. Querida amiga y compañera:
Aquella que ha presenciado mis lágrimas, aquella que me dio fuerzas para seguir, aquella
que me decía lo que estaba mal.
Mi confidente, mi todo, mi luz en el camino, te podré comparar con mi ángel guardiá.
Aquella que me hace ver mis errores y los acepta también, la única que sabe lo que voy
hacer.
Si alguna vez te lastimé, lo siento, no lo quise hacer.
Pero si un día te me vas, espero no olvides a tu amiga sin igual, aquella que te acompañará
aunque sea en tus recuerdos no más.
Para tus consejos, para nuestras travesuras, nuestros enojos, nuestras penas, nuestras
alegrias y miles y miles de sentimientos que años tras años se han ido formando…
Tu fuiste mi portadora a dejar el silencio tu fuiste la persona con la que explote con un poco
de miedo pero me diste tu comprension y tu amor “amiga”
Fraternidad, hermanadad, complicidad, creo que estas palabras se adecuan bien para definir
nuestras vidas.
Nuestra amistad no la regalaría a