El rol ecológico de los bosques de manglar y los morichales en la Orinoquia -...
Areas coralinas salud 153-167
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V PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y
CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES
CORALINOS EN COLOMBIA
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Fotografía aérea del sector norte de la
isla de San Andrés, en la parte inferior
se observan parches coralinos
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V PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y
CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES
CORALINOS EN COLOMBIA
S
e ha observado en los últimos años centro-occidental y el Índico. Por otro lado,
un deterioro paulatino y generaliza- se han registrado deterioros importantes tan-
do de los ambientes coralinos en el to en arrecifes localizados cerca de masas
mundo, especialmente desde la dé- continentales y centros urbanos, como en
cada de los años ochenta (Bak y Nieuwland, áreas coralinas remotas y oceánicas (Garzón-
1993). Ello ha generado preocupación en los Ferreira, 1997).
científicos a nivel mundial, razón por la cual Resultados de trabajos realizados anterior-
se han intensificado las acciones tendientes a mente en Colombia muestran que el proceso
determinar las causas y la gravedad del pro- de deterioro coralino ha alcanzado niveles
blema. Para hacerse una idea de la magnitud preocupantes también en nuestro país
del proceso, bastaría con revisar los resulta- (Prahl, 1985; Díaz et al., 1988, 1995, 1996a;
dos de dos importantes eventos científicos Zea, 1993; Garzón-Ferreira et al., 1996; Pin-
llevados a cabo recientemente: un coloquio zón et al., 1998b y Zea et al., 1998). Adicio-
mundial organizado por la Universidad de nalmen-te, las observaciones llevadas a cabo
Miami en 1993 sobre salud, amenazas e his- desde 1988 en los arrecifes coralinos del Ca-
toria de los arrecifes (Ginsburg, 1994) y el ribe colombiano indican que el deterioro en
octavo congreso internacional de arrecifes estos ambientes es también generalizado, de
coralinos realizado en Panamá en 1996 (Les- forma similar al que esta ocurriendo en otras
sios y MacIntyre, 1997). Aunque se han de- áreas del mundo, y se ha manifestado no so-
tectado síntomas de alteración en casi todas lo en sitios sometidos a intensa actividad hu-
las regiones coralinas del mundo, el deterio- mana (ya sea por turismo o pesca como en
ro actual tiende a acentuarse en ciertos secto- San Andrés, Islas del Rosario, Islas de San
res geográficos; por ejemplo, las regiones del Bernardo o Isla Fuerte), sino también en si-
gran Caribe y el Pacífico tropical americano tios aislados como Quitasueño, Serrana, Ron-
han resultado más afectadas que el Pacífico cador o Bajo Tortugas.
1. EVIDENCIAS DEL DETERIORO
U
no de los principales indicadores de corales, aun en posición de vida.
del deterioro coralino en el mundo En Colombia son pocos los estudios que
ha sido la reducción significativa de han documentado los descensos recientes
la cobertura de coral vivo (Ginsburg, 1994; de la cobertura coralina, debido a la caren-
Birkeland, 1997), definida ésta como la can- cia hasta hace relativamente poco de pro-
tidad relativa de superficie arrecifal cubierta gramas de evaluación y monitoreo. En la
por tejido coralino vivo. Uno de los casos costa Caribe, Garzón-Ferreira y Kielman
mejor documentados es el de Jamaica, don- (1993) revisaron la poca información dispo-
de se ha monitoreado esta variable por va- nible hasta ese momento para las Islas del
rios años y se han registrado descensos en la Rosario, de San Bernardo y de San Andrés,
cobertura absoluta de coral vivo del 70% (a concluyendo que los arrecifes habían sufri-
comienzos de los años ochenta) a valores do una mortalidad coralina considerable du-
menores al 10% en 1993 (Hughes, 1994a). rante los años ochenta principalmente, con
En los lugares donde no se han realizado la consecuente reducción de la cobertura
monitoreos, el problema se ha identificado coralina viva hasta niveles de 20-30% con
por la presencia de abundantes esqueletos respecto al total de sustrato duro. En eva-
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luaciones más recientes (1996-1999) lleva- Debido a que no existen datos sobre los
das a cabo en la mayoría de las áreas corali- niveles de cobertura de coral en los arreci-
nas del Caribe colombiano, los valores esti- fes coralinos de Colombia antes de iniciarse
mados de cobertura coralina viva relativa al la década de los ochenta, no es posible cal-
total del sustrato duro han fluctuado tam- cular cuál ha sido la pérdida real de tejido
bién alrededor del 30%, siendo el promedio coralino vivo de los últimos tiempos con ba-
más alto el de las Islas de San Bernardo se en esta variable. Gracias a que los esque-
(46,1%) y el más bajo el de San Andrés letos coralinos perduran en general luego
(21,5%). En las áreas coralinas de poca ex- de la muerte de las colonias o partes de las
tensión, como las de la Guajira, el valor más mismas, ha sido posible entonces evaluar
alto de cobertura coralina viva relativa al esta pérdida calculando la cantidad de coral
sustrato duro fue el de Bahía Portete recién muerto en los arrecifes (MR), que se
(48,6%) y el más bajo el de Puerto López estima ha ocurrido en los últimos 30 años
(16,7%). Reducciones apreciables en la co- (Fig. 158). Así, por ejemplo, para la Isla de
bertura coralina han sido registradas recien- San Andrés se estimó en 1992 una mortali-
temente en dos sitios que fueron evaluados dad reciente de aproximadamente la mitad
en 1995 y posteriormente en 1998: en Isla del tejido coralino (Díaz et al., 1995). Eva-
Fuerte este valor pasó de 50,5 a 38,3% y en luaciones posteriores (1996-1999), llevadas
Bajo Bushnell de 41,7 a 31,3%. En algunos a cabo en la mayoría de las áreas coralinas
casos, como el de las Islas de San Bernardo, del Caribe colombiano por los autores,
el valor promedio de coral vivo podría estar muestran que los valores de MR promedio
sobrestimado, ya que la mayoría de las ob- para cada una de las áreas se encuentran al-
servaciones se realizaron en ambientes con rededor del 38%, siendo el promedio más
cobertura coralina mayor al 10%; por esta alto el de Banco Roncador (51%) y el menor
razón, y dadas las condiciones actuales de el de Bajo Burbujas (18%).
deterioro, estas coberturas de coral podrían En la costa Pacífica se han detectado re-
resultar menores si se toman en cuenta si- ducciones dramáticas pero temporales de la
tios como las barreras de Acropora que han cobertura de coral vivo asociadas al fenó-
sufrido fuertes mortandades en la mayoría meno de El Niño, que elevó la temperatura
de las áreas coralinas colombianas. En cier- del agua 1-2°C durante un periodo cercano
tos lugares como la Bahía de Chengue (Par- a 11 meses (Prahl, 1985; Glynn, 1990), con
que Natural Tayrona), donde se ha realiza- intervalos máximos (alrededor de 3,5 °C)
Figura 158
do un seguimiento anual al arrecife desde durante el mes de marzo de 1983. Al igual
Colonia de Montastraea annularis
parcialmente afectada por muerte
1992 (Garzón-Ferreira, 1999a), se ha obser- que en otros sitios afectados por dicho fe-
actual; la porción blanca de la vado por el contrario, estabilidad en los ni- nómeno, el primer signo de estres termal
colonia ha perdido el tejido en unos
pocos días (MA). La porción cubierta veles de cobertura coralina luego de los fue el blanqueamiento coralino. El blan-
por algas corresponde a muerte
reciente (MR) eventos de mortalidad de los años ochenta. queamiento (Fig. 159), o pérdida masiva de
las algas simbiontes (zooxantelas) de los co-
rales y otros organismos arrecifales, es una
de las afecciones más documentadas y que
ha originado mayor mortalidad en las po-
blaciones de corales en los últimos años,
particularmente desde los años ochenta
(Glynn, 1993). Este fenómeno afecta la vita-
lidad y el crecimiento del arrecife (Reaka-
Kudla et al., 1993), puesto que reduce la ca-
pacidad de los corales para el crecimiento
esquelético, desarrollo gonadal, reproduc-
ción y habilidad de regeneración, incremen-
tando así la mortalidad (CARICOMP, 1997).
Eventos de blanqueamiento como conse-
cuencia de varios factores de estres ambien-
tal (entre ellos el aumento de la temperatu-
ra), se han documentado en el Caribe co-
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lombiano en 1987, 1990, 1995 (Zea & Du-
que, 1990; Solano et al., 1993; Solano, 1994;
CARICOMP, 1997) y 1998-1999.
En la Isla Gorgona, el blanqueamiento co-
ralino alcanzó proporciones catastróficas
para junio de 1983, cuando Prahl (1983b)
documentó valores de este signo de deterio-
ro cercanos al 85% en todos los arrecifes de
la isla luego del fenómeno de El Niño de
1982-1983. El blanqueamiento fue acompa-
ñado de una reducción en la producción de
mucus, principalmente en corales pocillo-
póridos, y reducción de otros organismos
simbiontes (Prahl, 1985). Para julio de 1983,
la mayoría de las colonias en el arrecife de
La Azufrada habían muerto y estaban cu-
biertas por algas. La recuperación de los
arrecifes coralinos en Gorgona desde 1983 del sustrato), a comienzos de los años se- Figura 159
Colonia de Montastraea annularis
ha sido lenta, debido a las bajas tasas de tenta, a niveles actuales de 45% (Garzón-Fe- afectada por blanqueamiento,
resultado de la expulsión de las
crecimiento y reclutamiento coralino, y a las rreira y Pinzón, 1999). zooxantelas
perturbaciones ambientales (Zapata y Var- Entre mayo de 1997 y junio de 1998 se
gas-Angel, en prensa). En noviembre de presentó el segundo evento fuerte relacio-
1984, se registró una recuperación en la co- nado con el fenómeno de El Niño, con au-
bertura cercana al 15%, debida principal- mentos de temperatura de 3-4°C entre agos-
mente a la regeneración de las colonias de to de 1997 y septiembre de 1998. Durante
pocillopóridos. En octubre de 1985 aún se este segundo evento y, al igual que en mu-
observaban grandes extensiones de coral chos arrecifes tropicales alrededor del mun-
muerto, y para diciembre de 1987, especies do, en el Pacifico colombiano se observó
como Psamoccora stellata y Pocillopora da- blanqueamiento moderado a severo y mor-
micornis habían recolonizado la mayoría de talidades en Utría, Gorgona y Malpelo (Za-
los corales muertos (Prahl et al., 1989; Zapa- pata y Vargas-Angel, en prensa). En esta
ta y Vargas-Angel, en prensa). Para 1995, la ocasión, el blanqueamiento sobre las espe-
cobertura coralina se había recuperado allí cies masivas fue mayor que sobre las espe-
totalmente, alcanzando coberturas de 78% cies ramificadas. Evidentemente, la exten-
(Bárcenas et al., 1996); sin embargo, esta re- sión del blanqueamiento y mortalidad du-
cuperación casi total no ocurrió en todos los rante este segundo evento no alcanzó las
arrecifes de Isla Gorgona. Actualmente, se grandes proporciones del evento de 1982-
encuentran todos los corales masivos, inclu- 1983. Observaciones hechas en agosto de
yendo especies de los géneros Pavona, Po- 1998 en los principales arrecifes de Isla
rites y Gardineroseris, pero en baja abun- Gorgona, mostraron que a pesar de haber
dancia (Zapata y Vargas-Angel, en prensa), ocurrido mortalidad, la mayoría de los cora-
y las tasas de crecimiento son bajas compa- les que habían sufrido blanqueamiento pre-
radas con las registradas antes del evento de sentaban para esta época una coloración
calentamiento de 1982-1983 (Glynn y Ste- normal. La diferencia en la mortalidad de
wart, 1973; Prahl, 1985). Sin embargo, la ba- las especies, debida básicamente a la menor
ja tasa de crecimiento coralino que se ha re- capacidad de recuperación de los corales
gistrado en los últimos años puede ser el masivos, explica la alta dominancia de poci-
efecto de otros factores tales como la fuerte lloporidos sobre los arrecifes coralinos ac-
surgencia de aguas frías ocurrida en el Gol- tuales.
fo de Panamá en 1985 (Legeckis, 1988; Guz- Otro indicador de degradación del am-
mán et al., 1990). En la Isla de Malpelo se biente coralino es la ocurrencia de mortali-
ha documentado recientemente también dades masivas de otros organismos asocia-
una reducción de la cobertura coralina, de dos, que ha venido documentandose en los
valores cercanos al 65% (respecto al total últimos 20 años. Uno de los casos fue el ob-
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servado en los años ochenta en todo el Cari- dad masiva de un organismo arrecifal es el
be en los corales del género Acropora como del erizo negro Diadema antillarum, uno
consecuencia principalmente de la enferme- de los herbívoros marinos más abundantes
dad de banda blanca (Gladfelter, 1982; Fig. y significativos ecológi-camente en los arre-
160). Estos corales, de los más característi- cifes de la región. Esta especie desapareció
cos y más importantes como formadores de casi por completo en 1983 a causa de un
arrecifes en la región, se vieron a tal punto agente patógeno desconocido (Lessios et
afectados que desaparecieron casi por com- al., 1984). Aunque en Colombia no se docu-
pleto y en poco tiempo de la mayoría de las mentó adecuadamente su mortandad, sí se
áreas coralinas (Solano et al., 1993; Garzón- detectó desde entonces su ausencia o pre-
Ferreira y Kielman, 1993; Díaz et al., 1995). sencia mínima en todas las áreas coralinas
También, se han observado mortalidades evaluadas. En la actualidad se aprecia ya
masivas en otros grupos como los abanicos una recuperación considerable de sus po-
Figura 160 de mar (gorgonáceos), que llevaron a re- blaciones en muchos sitios (Fig. 162).
Setos de Acropora palmata afectados
parcialmente por la enfermedad de la
ducciones cercanas al 100% de especies co- La reducción drástica de las poblaciones
banda blanca. El área que está siendo
afectada se aprecia de color blanco,
mo Gorgonia ventalina y G. flabellum en de organismos comerciales es, por su parte,
en tanto que la zona que ya fue algunas áreas del sur del Caribe (Fig. 161), otro factor que se puede considerar como
afectada ha dejado sin tejido el
esqueleto coralino, el cual ha sido ya incluyendo las costas colombianas (Garzón- evidencia del deterioro actual en los arreci-
colonizado por algas filamentosas que
confieren la coloración amarillo Ferreira y Zea, 1992). Quizás el caso más fes del mundo (Birkeland, 1997). En Colom-
verdoso. Al fondo se observan setos de
esta especie completamente muertos conocido y mejor documentado de mortan- bia no existen estadísticas pesqueras confia-
bles para documentar este problema. Sin
embargo, es evidente en todos los arrecifes
del Caribe colombiano el agotamiento de
organismos de gran valor pesquero, como
pargos (Lutjanidae), meros y chernas (Serra-
nidae), roncos (Haemulidae), langostas (Pa-
linuridae), cangrejos y caracoles. En su lu-
gar, ahora son capturadas especies conside-
radas anteriormente de baja calidad para el
consumo humano, como son los peces loro
(Scaridae), cirujanos (Acanthuridae), isabeli-
tas (Pomacanthidae) y cachúas o ballestas
(Balistidae). La mayoría de los pescadores
en las diferentes áreas coralinas del Caribe
hacen afirmaciones como: “hace 20 años se
encontraban tantos pargos, meros, barracu-
das y tiburones, que al común de la gente le
daba miedo nadar en estas aguas; actual-
mente puede considerarse privilegiado
aquel que logre ver un tiburón o algunas de
las otras especies de valor comercial”.
Casi simultáneamente, con la reducción
de la cobertura coralina y la casi desapari-
ción de organismos arrecifales importantes,
se han detectado otros cambios considera-
bles en la estructura y función del ecosiste-
ma coralino (Garzón-Ferreira, 1997). Uno
de los casos más notables ha sido la reduc-
ción del herbivorismo (como consecuencia
de la muerte masiva del erizo Diadema y la
disminución, en número, de otros herbívo-
ros por sobrepesca) y la proliferación de las
algas (Ginsburg, 1994; Hughes, 1994a,b).
Figura 161
Detalle de una porción de abanico (Gorgonia ventalina) afectada por el hongo Aspergillus sp Como en muchas regiones del Caribe, las al-
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gas se han vuelto el componente dominante
de la biota bentónica en la mayoría de los
arrecifes colombianos (Fig. 163). Por ejem-
plo, la cobertura algal en San Andrés fue es-
timada en un 70% en promedio en 1992
Figura 162
(Díaz et al., 1995), mientras que en el área Agregación de
individuos de erizo
de Santa Marta ha fluctuado entre 50 y 60% negro Diadema
antillarum, cuyas
durante la última década (Zea, 1993; Gar- poblaciones se han
recuperado
zón-Ferreira, 1999a,b). Las algas frondosas ostensiblemente en
algunas áreas luego
(en especial las pardas del orden Dictyota- de la mortandad
masiva ocurrida entre
les y las verdes calcáreas del género Hali- 1982 y 1984 que
meda) se han observado proliferando en to- hizo casi desaparecer
a esta especie del mar
dos los arrecifes colombianos del Caribe, Caribe (Islas San
Bernardo, 1999)
particularmente en áreas protegidas de la
energía directa del oleaje, donde llegan a
cubrir las colonias coralinas y generar blan-
queamiento y mortalidad del tejido coralino
(Díaz et al., 1996a; Zea et al., 1998). Otras
alteraciones en la estructura del ecosistema
coralino tienen que ver con el reemplazo en
la dominancia de las especies de corales co-
mo consecuencia de las mortandades re-
cientes de especies importantes y la nula o
lenta recuperación de las mismas. Un ejem-
plo de este cambio de especies es la actual
dominancia del coral Porites astreoides en
ambientes donde antes predominaba Acro-
pora palmata, algo que es evidente particu-
larmente en las Islas del Rosario y las Islas
de San Bernardo (López-Victoria, 1999;
Cendales, 1999). Debido a la complejidad
de interacciones biológicas del ecosistema
arrecifal, se sospecha que pueden ocurrir Figura 163
Proliferación de algas del género Dictyota en un arrecife de parche de la laguna arrecifal del complejo de la Isla Providencia
muchos otros cambios como consecuencia
de las recientes alteraciones, los cuales no
han sido aún identificados o documentados
apropiadamente. Uno de estos casos parece
ser la aparente proliferación del pez poma-
céntrido Stegastes planifrons. Este pez mor-
disquea la superficie viva de las colonias co-
ralinas para favorecer el crecimiento de
ciertas algas de las cuales se alimenta. Ante-
riormente (como ha sido observado en mu-
chos arrecifes del Caribe colombiano), las
parcelas o territorios para el cultivo de sus
algas las realizaban estos peces entre las ra-
mas del coral Acropora cervicornis, y las
cuidaban de la depredación de otros orga-
nismos. A raíz de la reducción drástica de
las poblaciones del género Acropora en los
años ochenta, el pez es ahora muy abun-
dante y posiblemente está causando mayo-
res daños en el arrecife al atacar corales de Figura 164
Territorio del pez damisela Stegastes planifrons (parte inferior de la foto), sobre colonias de Siderastrea siderea. El pez remueve
crecimiento más lento (Fig. 164). pólipos del coral para permitir el crecimiento de las algas de las cuales se alimenta
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2. CAUSAS DEL DETERIORO
A
pesar de las amplias controversias han afectado principalmente el archipiélago
sobre el tema en los últimos años, de San Andrés y Providencia; sin embargo,
la identificación de las causas prin- su impacto sobre los arrecifes de ésta área
cipales del deterioro del ecosistema corali- ha sido poco documentado. Geister (1975)
no ha resultado incierta o imposible en mu- observó en 1973 una amplia destrucción de
chos casos, debido a la escasez de buenas Acropora cervicornis en la Isla de San An-
bases de datos. En general, se acepta que el drés y la atribuyó al paso del huracán Irene
problema es muy complejo y que con fre- por las costas de la isla en 1971. Otros hura-
cuencia han actuado simultáneamente di- canes que han golpeado el archipiélago han
versos factores, tanto de origen natural co- sido el Hattie en 1961 y el Joan en 1988.
mo antropogénico, de modo que efectos Díaz et al. (1995) observaron durante 1992
aditivos y/o sinérgicos pueden haber acen- acumulaciones de esqueletos desprendidos
tuado los procesos de degradación (Birke- de octocorales, numerosas cabezas de coral
land, 1996). De esta forma, no es posible en volteadas y una completa destrucción de los
estos momentos saber con certeza si la pro- arrecifes de A. cervicornis en fondos some-
blemática del deterioro reciente ha sido ge- ros alrededor de San Andrés. Díaz et al.,
nerada mayormente por el hombre o por (1996b) atribuyen también el volcamiento
agentes naturales, pero sí se reconoce al de setos de A. palmata en los cayos de Al-
menos que buena parte de los daños sufri- buquerque al paso del huracán Joan en
dos por los arrecifes en muchas partes del 1988 (Fig. 165). En 1996 uno de los autores
mundo es consecuencia de agentes antro- (M. López-Victoria) presenció los efectos
pogénicos. Se mantiene aún la duda acerca colaterales del huracán César sobre nume-
de si algunas de las causas calificadas como rosas colonias de corales pétreos en la isla
naturales, entre ellas, blanqueamientos ma- de Providencia.
sivos y epidemias, lo son en realidad o si La exposición al aire y a la radiación solar
han sido desatadas por el deterioro de la ca- directa de los corales durante mareas extre-
lidad del ambiente marino generado por el mas bajas, es otro factor natural potencial-
desarrollo de la civilización humana (Gar- mente importante para la regulación de la
zón-Ferreira, 1997). población y la organización de la comuni-
dad arrecifal en el Pacífico colombiano. Con
2.a. Causas Naturales base en el conocimiento del régimen de ma-
En general, los corales presentan unos in- reas y la observación de grandes sectores de
tervalos de tolerancia a la temperatura entre coral muerto en las partes someras de los
17 y 34°C, pero la mayoría vive cerca de su arrecifes, Glynn et al. (1982) sugirieron la
límite máximo. Por tal razón, cambios brus- relación entre las mareas y la mortalidad de
cos en estos niveles afectan severamente los corales en la Isla Gorgona. De hecho, se
arrecifes coralinos. Así, entre los factores han reconocido varios eventos de exposi-
globales que más inciden directa o indirec- ción que han ocurrido al menos desde 1993
tamente en el deterioro coralino, se encuen- (Zapata y Vargas-Angel, en prensa). Análisis
tran el calentamiento de la atmósfera y el fe- realizados mostraron que los eventos de ex-
nómeno de El Niño, que, como se mencio- posición pueden ocurrir cada 90 días. Sin
nó anteriormente han afectado severamente embargo, los intervalos entre dos eventos
muchos arrecifes de coral en el Pacifico consecutivos pueden variar entre 25 y 441
americano y en el Caribe, dando como re- días. En general, los arrecifes pueden estar
sultado el blanqueamiento de los corales, expuestos más de dos veces durante una
causando mortalidades masivas o haciendo- misma época de mareas y ocasionalmente
los más susceptibles a otros tensores. hasta 5 veces. Estos eventos ocurren sola-
Los huracanes son otra causa natural de mente entre enero-abril y agosto-diciembre.
deterioro que puede contribuir localmente a Debido a que estos análisis están basados
la disminución de especies (Hughes, en predicciones de mareas, éstos son sólo
1994b), tanto de corales como de organis- un indicativo de la importancia de la expo-
mos asociados. En Colombia, los huracanes sición aérea como un agente perturbador
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9. 141-176 10/07/2002 07:40 PM Page 161
(Zapata y Vargas-Angel, en prensa). No to-
dos los eventos de exposición aérea afectan
los corales, pero después de repetidas y
prologadas exposiciones, los tejidos ex-
puestos (generalmente porciones distales
de las ramas) presentan blanqueamiento y
finalmente mortalidad. Posterior a la morta-
lidad aparecen filamentos algales que con el
tiempo crecen y eventualmente llegan a cu-
brir toda la colonia. Como resultado, los
sectores someros o porciones emergidas de
las crestas presentan algas como un compo-
nente importante del paisaje.
Existen otros dos agentes naturales de de-
terioro coralino que afectan principalmente
las costas del Pacífico colombiano, la sur-
Gorgonilla), presentó una subsidencia de Figura 165
Setos de Acropora palmata volcados
gencia y el tectonismo de placas. La surgen-
0,8 m (Herd et al., 1981). Aunque no se re- en el banco Quitasueño, posible
cia a lo largo de la costa pacífica de América consecuencia de una tormenta o de un
gistró impacto negativo sobre las comunida- huracán
Central es más apreciable de diciembre a
des coralinas, eventos de esta naturaleza
marzo. Bajo estas condiciones, las aguas su-
pueden no solamente afectar severamente
perficiales costeras pueden ser alejadas rá-
los arrecifes coralinos, sino que pueden au-
pidamente de la costa, disminuyendo el ni-
mentar el efecto de otras perturbaciones na-
vel del mar y reduciendo la temperatura su-
turales (Cortés et al., 1992).
perficial cerca de 10°C en menos de un día
Como en la mayor parte del Mar Caribe,
(Legeckis, 1988). Durante marzo de 1985, se
diversas enfermedades han sido relaciona-
presentó una surgencia bastante prolongada
das con mortandades masivas de varios in-
en el golfo de Panamá y Papagayo, causan-
vertebrados importantes en arrecifes colom-
do mareas rojas que afectaron varios arreci-
bianos durante las dos últimas décadas, in-
fes coralinos en América Central (Guzmán
cluyendo las del erizo Diadema y de los
et al., 1990). Según Legeckis (1988), este fe-
abanicos de mar Gorgonia spp, menciona-
nómeno disminuyó la temperatura del agua
das anteriormente. En el caso de los abani-
alrededor del sector afectado, alcanzando
cos, se ha identificado recientemente a un
las Islas Galápagos. Sin embargo, no hay re-
hongo de origen terrestre (género Aspergi-
gistros de los efectos de este evento en los
llus) como responsable de la enfermedad
arrecifes del Pacífico colombiano. No obs-
(Smith et al., 1996).
tante, los corales de Isla Gorgona y Utría de-
En cuanto a las afecciones de origen pató-
ben haber sido afectados por las bajas tem- Figura 166
geno en corales, se han diferenciado en Co- Enfermedad de la banda negra
peraturas, la toxicidad, la disminución del afectando la parte superior de una
lombia seis tipos de enfermedades que los colonia de Diploria strigosa
oxígeno disuelto y la reducción en la pene-
tración de la luz causadas por el boom de
dinoflagelados (Guzmán et al., 1990). En fe-
brero de 1989, se observó un amplio blan-
queamiento coralino asociado con bajas
temperaturas y mareas rojas en la ensenada
de Utría (Vargas-Angel, 1996).
La actividad tectónica por su parte, es un
evento bastante común en el Pacífico co-
lombiano, siendo la subsidencia tectónica el
principal proceso a lo largo de estas costas
(Herd et al., 1981). Durante el terremoto re-
gistrado en Tumaco el 12 de diciembre de
1979, cuyo epicentro se situó a 200 km al
SW de la isla Gorgona, el fondo marino del
estrecho de Tasca (que separa a Gorgona de
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afectan y les producen mortalidad (Garzón- sivas de Acropora palmata y A. cervicornis
Ferreira et al., en prensa). La enfermedad de (Santavy y Peters, 1997). Se conocen dos ti-
la banda negra (BBD) (Fig. 166) ha sido de- pos de WBD que se diferencian básicamen-
tectada en numerosas localidades del Cari- te por la ubicación de la afección sobre la
be, incluyendo a Colombia y el Indopacífico colonia. Se observa en general como una
(Garzón-Ferreira, 1997). Afecta corales ma- banda sin tejido coralino, que muestra el
sivos y se observa como una banda de fila- color blanco del esqueleto (Díaz et al.,
mentos sobre la colonia, que puede ser de 1995; Peters, 1997; Santavy Peters, 1997).
color negro o marrón oscuro. La enferme- Ambas, BBD y WBD, fueron detectadas en
dad de la banda blanca (WBD) (Fig. 167) Colombia por primera vez en 1992 en las
ha sido observada en corales de formas ra- áreas del Parque Nacional Natural Tayrona
Figura 167
Enfermedad de la banda blanca mificadas y ha sido señalada como la princi- (PNNT) y en la Isla de San Andrés respecti-
afectando setos de Acropora
cervicornis pal causa de las recientes mortandades ma- vamente, y posteriormente han evidenciado
una distribución más amplia (Garzón-Ferrei-
ra et al., en prensa). La enfermedad de los
lunares oscuros (DSD) (Fig. 168) es la más
común en Colombia y afecta principalmente
a corales de forma masiva como Siderastrea
siderea, Stephanocoenia intersepta y Mon-
tastraea annularis. Se caracteriza por la
presencia de depresiones circulares con una
tonalidad más oscura en el tejido coralino
vivo (Díaz et al., 1995).
La enfermedad de la banda amarilla
(YBD), fue descubierta recientemente en
Colombia a partir de una epidemia ocurrida
en las Islas de San Bernardo (Garzón-Ferrei-
ra et al., en prensa). Se aprecia como una
banda marcada de color amarillo intenso
(Fig. 169). La banda roja (RBD) se caracte-
riza por la proliferación de un tejido extraño
de color rojo ladrillo y hasta ahora ha sido
observada solamente en el Banco Quitasue-
ño en 1998. La plaga blanca (WPD), descu-
bierta en la Florida a principios de los años
noventa (Fig. 170), es una enfermedad que
afecta a numerosas especies de corales ma-
sivos. Se observa usualmente como una
Figura 168
Enfermedad de los mancha blanca irregular sin tejido coralino
lunares oscuros
afectando a una blando, ubicada en los márgenes de la colo-
colonia de
Stephanocoenia nia. Existen dos tipos de WPD identificados
intercepta
en la actualidad (Richardson et al., 1998),
pero sus diferencias macroscópicas son
muy ténues. Fue detectada por primera vez
en Colombia en 1994 en el área del Parque
Tayrona, afectando colonias del coral Mon-
tastraea cavernosa. En los años siguientes
ha sido observada más frecuentemente en
otras áreas y afectando a otras especies.
Observaciones recientes realizadas en el
Figura 169
Caribe colombiano sugieren que en los
Enfermedad de banda arrecifes existe una alta incidencia de otros
amarilla afectando a
una colonia de agentes naturales de mortalidad coralina,
Montastraea
faveolata cuya acción puede haberse incrementado
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como consecuencia de los cambios ocasio-
nados por otros factores tales como la so-
brepesca y las mortandades masivas de
otros organismos. Estos agentes son básica-
mente el resultado de las interacciones (de-
predación, competencia) de otros macroor-
Figura 170
ganismos del arrecife con los corales. Uno Enfermedad de la
plaga blanca
de los más comunes es la depredación de afectando a una
colonia de
tejido coralino por parte de los peces loro Montastraea
(Scaridae), los cuales además pueden remo- annularis. La
enfermedad progresa
ver en su acción porciones considerables desde el borde hacia
el centro de la colonia
del esqueleto (Fig. 171). En observaciones
realizadas por uno de los autores durante
1994-1995 en cuatro atolones del archipiéla-
go de San Andrés y Providencia, se encon-
tró que el 9% de las colonias examinadas
presentaban daños ocasionados por peces
loro. El territorialismo del pez damisela Ste-
gastes planifrons, al cual ya se hizo alusión
anteriormente, es otro agente de deterioro
coralino. El 12% de las colonias coralinas
examinadas en 1995 en los mismos atolones
presentaban territorios de la damisela, pre-
sentándose en muchos casos daños extensi-
vos en el tejido coralino.
Como resultado de la competencia por el Figura 171
sustrato duro del arrecife, otros organismos Huellas o marcas causadas por el mordisqueo de peces loro (Scaridae) sobre una colonia de Siderastrea siderea
sésiles (algas, esponjas, octocorales, asci-
dias coloniales, etc.) pueden generar dete-
rioro en las colonias coralinas por invasión
(cubrimiento, Fig. 172) o agresión (física o
química, sin contacto directo, Fig. 173). Las
algas son actualmente los organismos que
en mayor medida tienden a desplazar a los
corales por competencia por el sustrato.
Más de la mitad de los corales observados
durante 1994-1995 presentaban tejido vivo
invadido por algas frondosas vecinas y en
muchos casos se observó blanqueamiento y
muerte del tejido coralino en el sitio del re-
cubrimiento.
Figura 172
La esponja Ectyoplasia ferox recubriendo una colonia de Montastraea cavernosa
2.b Causas antropogénicas
La sedimentación, ocasionada por la defo-
restación y la consecuente erosión por esco-
rrentía, representa uno de los agentes prin-
cipales de estrés para los corales en la costa Figura 173
Agresión de una
continental del Caribe colombiano, en espe- esponja del complejo
Cliona aprica-C.
cial debido a que las descargas de grandes langae-C. caribbaea
(de color oscuro)
ríos como el Magdalena, el Sinú y el Atrato sobre una colonia de
Siderastrea siderea.
influencian la mayor parte de la costa. En En la zona de
general, estas descargas de sedimentos pue- contacto se evidencia
una banda blanca
den ocasionar blanqueamiento, así como que indica que el
tejido coralino ha
necrosis de ciertas partes del tejido vivo y muerto recientemente
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muerte de las colonias (Cortés y Risk, 1985; se ha incrementado en los últimos 20 años.
Hubbard, 1986; Cortés, 1990). Desafortuna- Otra fuente importante de estrés para los
damente no existen datos históricos para ecosistemas costeros en Colombia es la con-
evaluar posibles incrementos en los niveles taminación por aguas negras (Fig. 174), al
de turbidez y sedimentación costera. No menos en el Caribe, debido a que casi todas
obstante, la presencia de sedimentos finos las poblaciones costeras (varias de las cua-
sobre depósitos de arenas gruesas en algu- les cuentan con más de 200.000 habitantes)
nos arrecifes como los del Parque Natural descargan sus aguas servidas directamente
Tayrona (Garzón-Ferreira y Cano, 1990), los en la costa sin ningún tratamiento (CORPES,
altos niveles de deforestación en el país y la 1992). Se han encontrado evidencias claras
fuerte degradación y altas tasas de sedimen- de degradación coralina en relación con
tación de algunos arrecifes localizados cerca descargas de aguas negras en San Andrés,
de las desembocaduras de ríos (Werding y una de las islas más densamente pobladas
Sánchez, 1988; Acosta, 1994; Zea, 1993), su- del Caribe (Díaz et al., 1995), y alguna indi-
gieren que el incremento en la sedimenta- cación de ello en la Bahía de Santa Marta
ción costera debe ser considerado como (Werding y Sánchez, 1988; Zea, 1993). La
una fuente de impacto para los arrecifes polución química ha sido identificada como
continentales del Caribe. otro agente potencial de degradación arreci-
Para la costa continental del Pacífico no fal debido a la presencia de ciudades indus-
existe mayor información pero se asume trializadas en la zona costera (como Barran-
que el impacto ocasionado por la carga de quilla y Cartagena) y de las desembocadu-
sedimentos aportada por los numerosos y ras de grandes ríos que transportan los de-
caudalosos ríos no sólo es uno de los prin- sechos contaminantes de otras ciudades
cipales limitantes de la distribución de los grandes del interior del país.
corales en esta región, sino que representa Alteraciones en la morfología del cauce y
un factor importante de estrés para las esca- en la ubicación de desembocaduras de ríos
sas formaciones coralinas existentes. Las para facilitar el desarrollo costero han gene-
condiciones ambientales subóptimas asocia- rado deterioro considerable de arrecifes co-
das con altas tasas de sedimentación son ralinos en Colombia desde épocas hispáni-
factores causales de la reducción en las ta- cas. Durante el siglo XVII, los españoles
sas de crecimiento de Pocillopora damicor- construyeron un brazo artificial del Río
nis en la ensenada de Utría (Prahl y Vargas- Magdalena (el Canal del Dique) para de-
Angel, 1989). Imágenes de satélite sugieren sembocar en la Bahía de Cartagena. Ello al-
que los sedimentos en suspensión descar- teró las condiciones ambientales de la bahía
gados por los ríos que desembocan en la generando un sistema estuarino y eliminó
costa continental adyacente alcanzan a afec- formaciones extensas de corales que allí
Figura 174
Vertimiento al mar de aguas negras tar las condiciones del agua en inmediacio- existían (INVEMAR, 1997). Durante las dos
sin tratamiento previo en la Isla de San
Andrés nes de la Isla Gorgona, y que esa influencia últimas décadas se han abierto desemboca-
duras adicionales del canal del Dique en la
Bahía de Barbacoas, ubicada al sur de la ba-
hía de Cartagena y frente a Barú y las Islas
del Rosario, con lo cual se producen co-
rrientes turbias y eutroficación de las aguas
afectando considerablemente los arrecifes
coralinos del complejo de las Islas del Rosa-
rio (Alvarado y Corchuelo, 1992).
Como se mencionó anteriormente, es evi-
dente el agotamiento de recursos pesqueros
en la mayoría de los arrecifes colombianos,
pero particularmente en los del Caribe, lo
que demuestra que la pesca ha sido excesi-
va y ha contribuido a los cambios en el eco-
sistema (Fig. 175 ). Además de la sobrepes-
ca, la pesca ilícita con explosivos ha sido un
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factor de deterioro que ha estado presente
tradicionalmente en varias áreas coralinas,
como el Parque Natural Tayrona y las islas
del Rosario y de San Bernardo.
La utilización intensiva y sin control ade-
cuado de las áreas coralinas para actividades
náuticas o de recreación en general, que se
ha venido acentuando en los últimos años,
también ha contribuido al proceso de dete-
rioro coralino (Fig. 176). Volcamientos, rayo-
nes y fragmentación de las colonias debida a
las anclas y las hélices de las embarcaciones
y los encallamientos de grandes barcos, co-
munes en los arrecifes de barrera y periféri-
cos del archipiélago de San Andrés (Zea et Figura 175
al., 1998) y Providencia, son frecuentemente Dos pequeñas langostas son presa de un pescador en los arrecifes del área de San Bernardo
el resultado de tales actividades.
A continuación se presenta una tabla resu-
men del efecto de algunas de las principales
causas de deterioro coralino en Colombia.
Los valores presentados son estimaciones
obtenidas a partir de observaciones realiza-
das por los autores y de información extrac-
tada de trabajos recientes (entre otros Alvara-
do y Corchuelo, 1992; Díaz et al., 1995; Gar-
zón-Ferreira, 1997; Zea et al., 1998; Tabla 4)
Figura 176
Huellas inconfundibles ocasionada por
el casco de una embarcación
encallada (Isla San Andrés)
Resumen de las principales causas de deterioro en las áreas coralinas colombianas
I. SAN BERNARDO
I. DEL ROSARIO
B. SALMEDINA*
PROVIDENCIA*
ÁREAS
B. TORTUGAS
B. BURBUJAS
QUITASUEÑO
SAN ANDRÉS
B. BUSHNELL
I. GORGONA
PTO. LÓPEZ
I. MALPELO
I. FUERTE
URABÁ*
CAYOS*
TENSORES
PNNT
Huracanes 2 3 3 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0
Calentamiento 2 2 2 2 2 1 1 2 3 1 3 1 1 2 3 2
Enfermedades** 3 2 3 2 1 0 0 1 2 1 2 ? 3 1 ? 1
Sobrepesca*** 3 2 2 2 3 2 2 3 2 2 3 2 2 1 ? ?
Descargas aguas continentales
(sedimentación/alteración cuencas) 0 1 0 0 2 1 1 2 2 2 3 2 2 3 1? ?
Aguas negras 2 1 0 0 1? 0 0 1? 1 0 2 1 1 0 0 0
Pesca con dinamita 0 0 0 0 ? 1 0 2 2 0 2 1 3 0 0 0
Actividades náuticas 3 2 1 1 2 1* 1* 2 2 0 3 1 3 1 2 1
Extracción coral 1 1 0 0 1 0 0 2 3 0 2 0 1 0 1 0
GRADO DE AFECCIÓN DE LOS TENSORES: suma de incidencia y permanencia en el tiempo. Categoría de 0 a 3
0=AUSENCIA 1=MÍNIMA 2=MEDIA 3=ALTA
* Áreas muestreadas entre 1994-1996
1* Actividad mínima (únicamente buceo)
** Determinado a partir de Garzón-Ferreira et al., en prensa
*** Incluye actividades de pesca en la zona y reducción de herbivoros
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PERSPECTIVAS DE MANEJO Y CONSERVACIÓN
F
rente al fuerte ritmo de crecimiento nar la Red de Monitoreo Global de Arrecifes
de la población humana, que se esti- de Coral (GCRMN), la Iniciativa Internacio-
ma pasará de 5.400 a 8.500 millones nal de Arrecifes de Coral (ICRI), la Sociedad
de personas en el año 2025, el futuro del Internacional de Arrecifes Coralinos (ISRS) y
ecosistema coralino se ve seriamente ame- el Año Internacional de los Arrecifes Corali-
nazado (Wilkinson y Buddemeier, 1994; Bir- nos (IYOR), que se celebró en 1997. Entre
keland, 1997). El proceso de deterioro cora- las redes regionales merece especial men-
lino puede seguir avanzando, teniendo en ción el programa CARICOMP (Caribbean
cuenta que la mayor parte del crecimiento Coastal Marine Productivity), uno de los po-
de la población ocurrirá en las zonas coste- cos programas internacionales de monito-
ras de los países en desarrollo, donde están reo efectivamente funcionales, que involu-
precisamente concentradas las formaciones cra 25 instituciones de 16 países del Gran
coralinas. Por lo tanto, la presión sobre los Caribe (incluyendo a Colombia), que ha es-
recursos pesqueros aumentará, al igual que tado tomando información estandari-zada
el aporte de sedimentos, nutrientes y otros sin interrupción desde 1992. Otro programa
contaminantes a través de los ríos y las des- efectivo que se ha iniciado más reciente-
cargas de aguas negras. A su vez, se espera mente (1997) es Reef Check, una red de
un aumento de la temperatura global pro- monitoreo global que promueve la partici-
medio de 2 a 4ºC para el año 2100 como re- pación comunitaria para la toma de infor-
sultado del cambio climático global, incre- mación y la difusión del valor y la proble-
men-tando posiblemente la frecuencia e in- mática de los arrecifes de coral.
tensidad de los eventos de blanqueamiento. Debido a las reducciones de áreas corali-
Sin embargo, el incremento de la tempera- nas en el mundo, al aumento del deterioro
tura podría permitir a su vez la colonización coralino y a la aparición cada vez más fre-
coralina en nuevas áreas marginales (ver cuente de enfermedades epidémicas en los
Garzón-Ferreira, 1997). corales, todas las especies de coral han sido
Afortunadamente, paralelo al incremento catalogadas como “amenazadas” dentro de
en el deterioro coralino, ha habido también la lista de CITES (Comisión Internacional
un crecimiento considerable en el interés Sobre el Tráfico de Especies Amenazadas).
por el conocimiento y la conservación de Adicionalmente, y según las categorías de la
los arrecifes de coral entre muchos sectores Unión Internacional para la Conservación
de la sociedad, incluyendo los relacionados de la Naturaleza (IUCN, sigla en ingles), la
con el ecoturismo y los medios de comuni- mayoría de las especies se considerarían co-
cación (Garzón-Ferreira, 1997). Es cada vez mo “vulnerables”. En Colombia también ha
más frecuente observar páginas editoriales y crecido el interés por los arrecifes de coral.
secciones en revistas y periódicos destina- Esto es evidente al analizar el número de in-
das al tema de la educación ambiental reali- vestigaciones realizadas en las últimas cua-
zadas por periodistas, sociólogos, aboga- tro décadas: siete trabajos en los años se-
dos, políticos y filósofos que se han percata- senta, 70 en los setenta, 114 en los ochenta
do del desastre que se avecina si no se to- y cerca de 140 en los noventa (Garzón-Fe-
man medidas al respecto, que buscan crear rreira, 1997). Igualmente, en 1997 se consti-
conciencia en el lector sobre los daños que tuyó la Sociedad Colombiana para el Estu-
la actividad humana ha producido y sobre dio y Conservación de los Arrecifes Corali-
“la necesidad que tiene la naturaleza de te- nos (SCCAR), y COLCIENCIAS organizó la
ner quien la defienda” (El Tiempo, 11-10- formulación de un Plan Estratégico Cuatrie-
1999). Por su parte, los científicos y las enti- nal (1997-2000) de investigación en arreci-
dades en todo el mundo (gubernamentales fes coralinos. Desde 1998 se esta trabajando
y privadas), han intensificado el estudio del en el diseño y montaje del Sistema Nacional
ambiente coralino; cada año se crean nue- de Monitoreo de Arrecifes Coralinos en Co-
vos programas de monitoreo, redes de in- lombia (SIMAC), que cuenta ya con el apo-
vestigación y sociedades e iniciativas en tor- yo de varias instituciones nacionales para su
no al tema. Entre estos vale la pena mencio- continuidad en el largo plazo y ha estableci-
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do estaciones permanentes en varias áreas servación, investigación, educación, recrea-
coralinas del país (Garzón-Ferreira, 1999b). ción, cultura, recuperación y control.
El manejo para la conservación de los arre- Adicionalmente, desde diciembre de 1996
cifes coralinos en Colombia fue impulsado a existe el Area de Manejo Especial los Cora-
través de la Ley 99 de 1993 que creó el Sis- les del Archipiélago de San Andrés, Provi-
tema Nacional Ambiental (SINA) y el Minis- dencia, Santa Catalina y Cayos, que incluye
terio del Medio Ambiente. El SINA está inte- todas las áreas coralinas, cayos y formacio-
grado por el Ministerio, 34 corporaciones nes similares dentro del Archipiélago de San
regionales, 5 instituciones de investigación Andrés y Providencia.
y la Unidad Administrativa Especial del Sis- A pesar de haber sido protegidas, las for-
tema de Parques Nacionales Naturales maciones coralinas del Pacífico y Caribe co-
(UAESPNN), que trabajan en coordinación lombianos no están totalmente exentas de
para implementar acciones de manejo (fun- perturbaciones inducidas por actividades
damentadas en información científica) que humanas. Actualmente, la pesca es todavía
permitan proteger los recursos naturales. una práctica común en muchas de estas
En Colombia existen actualmente 6 par- áreas y una de las mayores fuentes de con-
ques nacionales que involucran arrecifes flicto entre los pescadores locales y las au-
coralinos dentro de sus áreas de protección, toridades. Por su parte, la recolección de
tanto en el Caribe como en el Pacífico: corales para la fabricación de artesanías es
una práctica que parece mantenerse en mu-
1. Parque Nacional Natural Tayrona: creado en chas áreas coralinas colombianas.
agosto de 1969, que abarca la mayoría Es cierto que frenar la deforestación mun-
de las formaciones coralinas del área de dial o evitar el cambio climático global re-
Santa Marta. sulta prácticamente imposible; sin embargo,
es necesario desarrollar acciones que contri-
2. Parque Nacional Natural Corales del Rosario y buyan a conocer, promover, valorar, prote-
San Bernardo: creado en junio de 1979 y ger, conservar y aprovechar de forma sus-
que amplió su cobertura a las Islas de tentable los distintos ecosistemas. Frente a
San Bernardo y Bajo Tortugas en 1996, la falta de información que aún persiste so-
incluye casi todos los arrecifes de coral bre los factores que determinan la estructu-
de Isla Barú, Islas del Rosario, Islas de ra, función y salud de los arrecifes corali-
San Bernardo y bajos cercanos. nos, es necesario seguir manteniendo una
posición conservadora al tomar decisiones
3. Parque Nacional Natural Old Providence and Mc relacionadas con la explotación de sus re-
Bean Lagoon: creado en enero de 1996, cursos. Paralelamente, es fundamental con-
cuenta con algunos arrecifes coralinos al tinuar con la investigación básica y aplica-
frente de la costa NE de la Isla de Provi- da, no sólo de los corales sino también de la
dencia. biota asociada a estos ambientes, amplian-
do a su vez los programas de monitoreo,
4. Parque Nacional Natural Isla Gorgona: creado para contar con mejores elementos de juicio
en noviembre de 1983, posee las forma- y poder tomar medidas de manejo acerta-
ciones coralinas mejor desarrolladas en das. Entre estas últimas, es urgente hacer
el Pacífico colombiano. verdaderamente efectivos el control y la
protección de los parques naturales y otras
5. Parque Nacional Natural Ensenada de Utría: áreas de reserva y establecer sistemas de
creado en diciembre de 1986. tratamiento adecuados para las aguas servi-
das, tanto de las ciudades costeras como de
6. Parque Nacional Natural Malpelo: creado en las ciudades tierra adentro que las vierten a
octubre de 1995, clasificado también co- los ríos.
mo santuario de fauna y flora, abarca las
áreas coralinas alrededor de la isla.
En estas áreas, en general, son prohibidas
todas las actividades diferentes a las de con-
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