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                  V                 PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y
                                    CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES
                                    CORALINOS EN COLOMBIA
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                                            Fotografía aérea del sector norte de la
                                           isla de San Andrés, en la parte inferior
                                                    se observan parches coralinos
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                  V                  PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y
                                     CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES
                                     CORALINOS EN COLOMBIA

           S
                     e ha observado en los últimos años      centro-occidental y el Índico. Por otro lado,
                     un deterioro paulatino y generaliza-    se han registrado deterioros importantes tan-
                     do de los ambientes coralinos en el     to en arrecifes localizados cerca de masas
                     mundo, especialmente desde la dé-       continentales y centros urbanos, como en
           cada de los años ochenta (Bak y Nieuwland,        áreas coralinas remotas y oceánicas (Garzón-
           1993). Ello ha generado preocupación en los       Ferreira, 1997).
           científicos a nivel mundial, razón por la cual      Resultados de trabajos realizados anterior-
           se han intensificado las acciones tendientes a    mente en Colombia muestran que el proceso
           determinar las causas y la gravedad del pro-      de deterioro coralino ha alcanzado niveles
           blema. Para hacerse una idea de la magnitud       preocupantes también en nuestro país
           del proceso, bastaría con revisar los resulta-    (Prahl, 1985; Díaz et al., 1988, 1995, 1996a;
           dos de dos importantes eventos científicos        Zea, 1993; Garzón-Ferreira et al., 1996; Pin-
           llevados a cabo recientemente: un coloquio        zón et al., 1998b y Zea et al., 1998). Adicio-
           mundial organizado por la Universidad de          nalmen-te, las observaciones llevadas a cabo
           Miami en 1993 sobre salud, amenazas e his-        desde 1988 en los arrecifes coralinos del Ca-
           toria de los arrecifes (Ginsburg, 1994) y el      ribe colombiano indican que el deterioro en
           octavo congreso internacional de arrecifes        estos ambientes es también generalizado, de
           coralinos realizado en Panamá en 1996 (Les-       forma similar al que esta ocurriendo en otras
           sios y MacIntyre, 1997). Aunque se han de-        áreas del mundo, y se ha manifestado no so-
           tectado síntomas de alteración en casi todas      lo en sitios sometidos a intensa actividad hu-
           las regiones coralinas del mundo, el deterio-     mana (ya sea por turismo o pesca como en
           ro actual tiende a acentuarse en ciertos secto-   San Andrés, Islas del Rosario, Islas de San
           res geográficos; por ejemplo, las regiones del    Bernardo o Isla Fuerte), sino también en si-
           gran Caribe y el Pacífico tropical americano      tios aislados como Quitasueño, Serrana, Ron-
           han resultado más afectadas que el Pacífico       cador o Bajo Tortugas.

                                      1. EVIDENCIAS DEL DETERIORO


           U
                     no de los principales indicadores       de corales, aun en posición de vida.
                     del deterioro coralino en el mundo        En Colombia son pocos los estudios que
                     ha sido la reducción significativa de   han documentado los descensos recientes
           la cobertura de coral vivo (Ginsburg, 1994;       de la cobertura coralina, debido a la caren-
           Birkeland, 1997), definida ésta como la can-      cia hasta hace relativamente poco de pro-
           tidad relativa de superficie arrecifal cubierta   gramas de evaluación y monitoreo. En la
           por tejido coralino vivo. Uno de los casos        costa Caribe, Garzón-Ferreira y Kielman
           mejor documentados es el de Jamaica, don-         (1993) revisaron la poca información dispo-
           de se ha monitoreado esta variable por va-        nible hasta ese momento para las Islas del
           rios años y se han registrado descensos en la     Rosario, de San Bernardo y de San Andrés,
           cobertura absoluta de coral vivo del 70% (a       concluyendo que los arrecifes habían sufri-
           comienzos de los años ochenta) a valores          do una mortalidad coralina considerable du-
           menores al 10% en 1993 (Hughes, 1994a).           rante los años ochenta principalmente, con
           En los lugares donde no se han realizado          la consecuente reducción de la cobertura
           monitoreos, el problema se ha identificado        coralina viva hasta niveles de 20-30% con
           por la presencia de abundantes esqueletos         respecto al total de sustrato duro. En eva-

                                                                                                              155
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                                                    luaciones más recientes (1996-1999) lleva-        Debido a que no existen datos sobre los
                                                    das a cabo en la mayoría de las áreas corali-   niveles de cobertura de coral en los arreci-
                                                    nas del Caribe colombiano, los valores esti-    fes coralinos de Colombia antes de iniciarse
                                                    mados de cobertura coralina viva relativa al    la década de los ochenta, no es posible cal-
                                                    total del sustrato duro han fluctuado tam-      cular cuál ha sido la pérdida real de tejido
                                                    bién alrededor del 30%, siendo el promedio      coralino vivo de los últimos tiempos con ba-
                                                    más alto el de las Islas de San Bernardo        se en esta variable. Gracias a que los esque-
                                                    (46,1%) y el más bajo el de San Andrés          letos coralinos perduran en general luego
                                                    (21,5%). En las áreas coralinas de poca ex-     de la muerte de las colonias o partes de las
                                                    tensión, como las de la Guajira, el valor más   mismas, ha sido posible entonces evaluar
                                                    alto de cobertura coralina viva relativa al     esta pérdida calculando la cantidad de coral
                                                    sustrato duro fue el de Bahía Portete           recién muerto en los arrecifes (MR), que se
                                                    (48,6%) y el más bajo el de Puerto López        estima ha ocurrido en los últimos 30 años
                                                    (16,7%). Reducciones apreciables en la co-      (Fig. 158). Así, por ejemplo, para la Isla de
                                                    bertura coralina han sido registradas recien-   San Andrés se estimó en 1992 una mortali-
                                                    temente en dos sitios que fueron evaluados      dad reciente de aproximadamente la mitad
                                                    en 1995 y posteriormente en 1998: en Isla       del tejido coralino (Díaz et al., 1995). Eva-
                                                    Fuerte este valor pasó de 50,5 a 38,3% y en     luaciones posteriores (1996-1999), llevadas
                                                    Bajo Bushnell de 41,7 a 31,3%. En algunos       a cabo en la mayoría de las áreas coralinas
                                                    casos, como el de las Islas de San Bernardo,    del Caribe colombiano por los autores,
                                                    el valor promedio de coral vivo podría estar    muestran que los valores de MR promedio
                                                    sobrestimado, ya que la mayoría de las ob-      para cada una de las áreas se encuentran al-
                                                    servaciones se realizaron en ambientes con      rededor del 38%, siendo el promedio más
                                                    cobertura coralina mayor al 10%; por esta       alto el de Banco Roncador (51%) y el menor
                                                    razón, y dadas las condiciones actuales de      el de Bajo Burbujas (18%).
                                                    deterioro, estas coberturas de coral podrían      En la costa Pacífica se han detectado re-
                                                    resultar menores si se toman en cuenta si-      ducciones dramáticas pero temporales de la
                                                    tios como las barreras de Acropora que han      cobertura de coral vivo asociadas al fenó-
                                                    sufrido fuertes mortandades en la mayoría       meno de El Niño, que elevó la temperatura
                                                    de las áreas coralinas colombianas. En cier-    del agua 1-2°C durante un periodo cercano
                                                    tos lugares como la Bahía de Chengue (Par-      a 11 meses (Prahl, 1985; Glynn, 1990), con
                                                    que Natural Tayrona), donde se ha realiza-      intervalos máximos (alrededor de 3,5 °C)
                                       Figura 158
                                                    do un seguimiento anual al arrecife desde       durante el mes de marzo de 1983. Al igual
               Colonia de Montastraea annularis
               parcialmente afectada por muerte
                                                    1992 (Garzón-Ferreira, 1999a), se ha obser-     que en otros sitios afectados por dicho fe-
                  actual; la porción blanca de la   vado por el contrario, estabilidad en los ni-   nómeno, el primer signo de estres termal
             colonia ha perdido el tejido en unos
            pocos días (MA). La porción cubierta    veles de cobertura coralina luego de los        fue el blanqueamiento coralino. El blan-
                 por algas corresponde a muerte
                                    reciente (MR)   eventos de mortalidad de los años ochenta.      queamiento (Fig. 159), o pérdida masiva de
                                                                                                    las algas simbiontes (zooxantelas) de los co-
                                                                                                    rales y otros organismos arrecifales, es una
                                                                                                    de las afecciones más documentadas y que
                                                                                                    ha originado mayor mortalidad en las po-
                                                                                                    blaciones de corales en los últimos años,
                                                                                                    particularmente desde los años ochenta
                                                                                                    (Glynn, 1993). Este fenómeno afecta la vita-
                                                                                                    lidad y el crecimiento del arrecife (Reaka-
                                                                                                    Kudla et al., 1993), puesto que reduce la ca-
                                                                                                    pacidad de los corales para el crecimiento
                                                                                                    esquelético, desarrollo gonadal, reproduc-
                                                                                                    ción y habilidad de regeneración, incremen-
                                                                                                    tando así la mortalidad (CARICOMP, 1997).
                                                                                                    Eventos de blanqueamiento como conse-
                                                                                                    cuencia de varios factores de estres ambien-
                                                                                                    tal (entre ellos el aumento de la temperatu-
                                                                                                    ra), se han documentado en el Caribe co-

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           lombiano en 1987, 1990, 1995 (Zea & Du-
           que, 1990; Solano et al., 1993; Solano, 1994;
           CARICOMP, 1997) y 1998-1999.
             En la Isla Gorgona, el blanqueamiento co-
           ralino alcanzó proporciones catastróficas
           para junio de 1983, cuando Prahl (1983b)
           documentó valores de este signo de deterio-
           ro cercanos al 85% en todos los arrecifes de
           la isla luego del fenómeno de El Niño de
           1982-1983. El blanqueamiento fue acompa-
           ñado de una reducción en la producción de
           mucus, principalmente en corales pocillo-
           póridos, y reducción de otros organismos
           simbiontes (Prahl, 1985). Para julio de 1983,
           la mayoría de las colonias en el arrecife de
           La Azufrada habían muerto y estaban cu-
           biertas por algas. La recuperación de los
           arrecifes coralinos en Gorgona desde 1983        del sustrato), a comienzos de los años se-     Figura 159
                                                                                                           Colonia de Montastraea annularis
           ha sido lenta, debido a las bajas tasas de       tenta, a niveles actuales de 45% (Garzón-Fe-   afectada por blanqueamiento,
                                                                                                           resultado de la expulsión de las
           crecimiento y reclutamiento coralino, y a las    rreira y Pinzón, 1999).                        zooxantelas

           perturbaciones ambientales (Zapata y Var-          Entre mayo de 1997 y junio de 1998 se
           gas-Angel, en prensa). En noviembre de           presentó el segundo evento fuerte relacio-
           1984, se registró una recuperación en la co-     nado con el fenómeno de El Niño, con au-
           bertura cercana al 15%, debida principal-        mentos de temperatura de 3-4°C entre agos-
           mente a la regeneración de las colonias de       to de 1997 y septiembre de 1998. Durante
           pocillopóridos. En octubre de 1985 aún se        este segundo evento y, al igual que en mu-
           observaban grandes extensiones de coral          chos arrecifes tropicales alrededor del mun-
           muerto, y para diciembre de 1987, especies       do, en el Pacifico colombiano se observó
           como Psamoccora stellata y Pocillopora da-       blanqueamiento moderado a severo y mor-
           micornis habían recolonizado la mayoría de       talidades en Utría, Gorgona y Malpelo (Za-
           los corales muertos (Prahl et al., 1989; Zapa-   pata y Vargas-Angel, en prensa). En esta
           ta y Vargas-Angel, en prensa). Para 1995, la     ocasión, el blanqueamiento sobre las espe-
           cobertura coralina se había recuperado allí      cies masivas fue mayor que sobre las espe-
           totalmente, alcanzando coberturas de 78%         cies ramificadas. Evidentemente, la exten-
           (Bárcenas et al., 1996); sin embargo, esta re-   sión del blanqueamiento y mortalidad du-
           cuperación casi total no ocurrió en todos los    rante este segundo evento no alcanzó las
           arrecifes de Isla Gorgona. Actualmente, se       grandes proporciones del evento de 1982-
           encuentran todos los corales masivos, inclu-     1983. Observaciones hechas en agosto de
           yendo especies de los géneros Pavona, Po-        1998 en los principales arrecifes de Isla
           rites y Gardineroseris, pero en baja abun-       Gorgona, mostraron que a pesar de haber
           dancia (Zapata y Vargas-Angel, en prensa),       ocurrido mortalidad, la mayoría de los cora-
           y las tasas de crecimiento son bajas compa-      les que habían sufrido blanqueamiento pre-
           radas con las registradas antes del evento de    sentaban para esta época una coloración
           calentamiento de 1982-1983 (Glynn y Ste-         normal. La diferencia en la mortalidad de
           wart, 1973; Prahl, 1985). Sin embargo, la ba-    las especies, debida básicamente a la menor
           ja tasa de crecimiento coralino que se ha re-    capacidad de recuperación de los corales
           gistrado en los últimos años puede ser el        masivos, explica la alta dominancia de poci-
           efecto de otros factores tales como la fuerte    lloporidos sobre los arrecifes coralinos ac-
           surgencia de aguas frías ocurrida en el Gol-     tuales.
           fo de Panamá en 1985 (Legeckis, 1988; Guz-         Otro indicador de degradación del am-
           mán et al., 1990). En la Isla de Malpelo se      biente coralino es la ocurrencia de mortali-
           ha documentado recientemente también             dades masivas de otros organismos asocia-
           una reducción de la cobertura coralina, de       dos, que ha venido documentandose en los
           valores cercanos al 65% (respecto al total       últimos 20 años. Uno de los casos fue el ob-

                                                                                                                                       157
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                                                      servado en los años ochenta en todo el Cari-       dad masiva de un organismo arrecifal es el
                                                      be en los corales del género Acropora como         del erizo negro Diadema antillarum, uno
                                                      consecuencia principalmente de la enferme-         de los herbívoros marinos más abundantes
                                                      dad de banda blanca (Gladfelter, 1982; Fig.        y significativos ecológi-camente en los arre-
                                                      160). Estos corales, de los más característi-      cifes de la región. Esta especie desapareció
                                                      cos y más importantes como formadores de           casi por completo en 1983 a causa de un
                                                      arrecifes en la región, se vieron a tal punto      agente patógeno desconocido (Lessios et
                                                      afectados que desaparecieron casi por com-         al., 1984). Aunque en Colombia no se docu-
                                                      pleto y en poco tiempo de la mayoría de las        mentó adecuadamente su mortandad, sí se
                                                      áreas coralinas (Solano et al., 1993; Garzón-      detectó desde entonces su ausencia o pre-
                                                      Ferreira y Kielman, 1993; Díaz et al., 1995).      sencia mínima en todas las áreas coralinas
                                                      También, se han observado mortalidades             evaluadas. En la actualidad se aprecia ya
                                                      masivas en otros grupos como los abanicos          una recuperación considerable de sus po-
                                        Figura 160    de mar (gorgonáceos), que llevaron a re-           blaciones en muchos sitios (Fig. 162).
            Setos de Acropora palmata afectados
            parcialmente por la enfermedad de la
                                                      ducciones cercanas al 100% de especies co-           La reducción drástica de las poblaciones
           banda blanca. El área que está siendo
             afectada se aprecia de color blanco,
                                                      mo Gorgonia ventalina y G. flabellum en            de organismos comerciales es, por su parte,
                  en tanto que la zona que ya fue     algunas áreas del sur del Caribe (Fig. 161),       otro factor que se puede considerar como
                   afectada ha dejado sin tejido el
             esqueleto coralino, el cual ha sido ya   incluyendo las costas colombianas (Garzón-         evidencia del deterioro actual en los arreci-
           colonizado por algas filamentosas que
                   confieren la coloración amarillo   Ferreira y Zea, 1992). Quizás el caso más          fes del mundo (Birkeland, 1997). En Colom-
           verdoso. Al fondo se observan setos de
              esta especie completamente muertos      conocido y mejor documentado de mortan-            bia no existen estadísticas pesqueras confia-
                                                                                                         bles para documentar este problema. Sin
                                                                                                         embargo, es evidente en todos los arrecifes
                                                                                                         del Caribe colombiano el agotamiento de
                                                                                                         organismos de gran valor pesquero, como
                                                                                                         pargos (Lutjanidae), meros y chernas (Serra-
                                                                                                         nidae), roncos (Haemulidae), langostas (Pa-
                                                                                                         linuridae), cangrejos y caracoles. En su lu-
                                                                                                         gar, ahora son capturadas especies conside-
                                                                                                         radas anteriormente de baja calidad para el
                                                                                                         consumo humano, como son los peces loro
                                                                                                         (Scaridae), cirujanos (Acanthuridae), isabeli-
                                                                                                         tas (Pomacanthidae) y cachúas o ballestas
                                                                                                         (Balistidae). La mayoría de los pescadores
                                                                                                         en las diferentes áreas coralinas del Caribe
                                                                                                         hacen afirmaciones como: “hace 20 años se
                                                                                                         encontraban tantos pargos, meros, barracu-
                                                                                                         das y tiburones, que al común de la gente le
                                                                                                         daba miedo nadar en estas aguas; actual-
                                                                                                         mente puede considerarse privilegiado
                                                                                                         aquel que logre ver un tiburón o algunas de
                                                                                                         las otras especies de valor comercial”.
                                                                                                           Casi simultáneamente, con la reducción
                                                                                                         de la cobertura coralina y la casi desapari-
                                                                                                         ción de organismos arrecifales importantes,
                                                                                                         se han detectado otros cambios considera-
                                                                                                         bles en la estructura y función del ecosiste-
                                                                                                         ma coralino (Garzón-Ferreira, 1997). Uno
                                                                                                         de los casos más notables ha sido la reduc-
                                                                                                         ción del herbivorismo (como consecuencia
                                                                                                         de la muerte masiva del erizo Diadema y la
                                                                                                         disminución, en número, de otros herbívo-
                                                                                                         ros por sobrepesca) y la proliferación de las
                                                                                                         algas (Ginsburg, 1994; Hughes, 1994a,b).
           Figura 161
           Detalle de una porción de abanico (Gorgonia ventalina) afectada por el hongo Aspergillus sp   Como en muchas regiones del Caribe, las al-

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           gas se han vuelto el componente dominante
           de la biota bentónica en la mayoría de los
           arrecifes colombianos (Fig. 163). Por ejem-
           plo, la cobertura algal en San Andrés fue es-
           timada en un 70% en promedio en 1992
                                                                                                                                                                        Figura 162
           (Díaz et al., 1995), mientras que en el área                                                                                                                 Agregación de
                                                                                                                                                                        individuos de erizo
           de Santa Marta ha fluctuado entre 50 y 60%                                                                                                                   negro Diadema
                                                                                                                                                                        antillarum, cuyas
           durante la última década (Zea, 1993; Gar-                                                                                                                    poblaciones se han
                                                                                                                                                                        recuperado
           zón-Ferreira, 1999a,b). Las algas frondosas                                                                                                                  ostensiblemente en
                                                                                                                                                                        algunas áreas luego
           (en especial las pardas del orden Dictyota-                                                                                                                  de la mortandad
                                                                                                                                                                        masiva ocurrida entre
           les y las verdes calcáreas del género Hali-                                                                                                                  1982 y 1984 que
           meda) se han observado proliferando en to-                                                                                                                   hizo casi desaparecer
                                                                                                                                                                        a esta especie del mar
           dos los arrecifes colombianos del Caribe,                                                                                                                    Caribe (Islas San
                                                                                                                                                                        Bernardo, 1999)
           particularmente en áreas protegidas de la
           energía directa del oleaje, donde llegan a
           cubrir las colonias coralinas y generar blan-
           queamiento y mortalidad del tejido coralino
           (Díaz et al., 1996a; Zea et al., 1998). Otras
           alteraciones en la estructura del ecosistema
           coralino tienen que ver con el reemplazo en
           la dominancia de las especies de corales co-
           mo consecuencia de las mortandades re-
           cientes de especies importantes y la nula o
           lenta recuperación de las mismas. Un ejem-
           plo de este cambio de especies es la actual
           dominancia del coral Porites astreoides en
           ambientes donde antes predominaba Acro-
           pora palmata, algo que es evidente particu-
           larmente en las Islas del Rosario y las Islas
           de San Bernardo (López-Victoria, 1999;
           Cendales, 1999). Debido a la complejidad
           de interacciones biológicas del ecosistema
           arrecifal, se sospecha que pueden ocurrir        Figura 163
                                                            Proliferación de algas del género Dictyota en un arrecife de parche de la laguna arrecifal del complejo de la Isla Providencia
           muchos otros cambios como consecuencia
           de las recientes alteraciones, los cuales no
           han sido aún identificados o documentados
           apropiadamente. Uno de estos casos parece
           ser la aparente proliferación del pez poma-
           céntrido Stegastes planifrons. Este pez mor-
           disquea la superficie viva de las colonias co-
           ralinas para favorecer el crecimiento de
           ciertas algas de las cuales se alimenta. Ante-
           riormente (como ha sido observado en mu-
           chos arrecifes del Caribe colombiano), las
           parcelas o territorios para el cultivo de sus
           algas las realizaban estos peces entre las ra-
           mas del coral Acropora cervicornis, y las
           cuidaban de la depredación de otros orga-
           nismos. A raíz de la reducción drástica de
           las poblaciones del género Acropora en los
           años ochenta, el pez es ahora muy abun-
           dante y posiblemente está causando mayo-
           res daños en el arrecife al atacar corales de    Figura 164
                                                            Territorio del pez damisela Stegastes planifrons (parte inferior de la foto), sobre colonias de Siderastrea siderea. El pez remueve
           crecimiento más lento (Fig. 164).                pólipos del coral para permitir el crecimiento de las algas de las cuales se alimenta



                                                                                                                                                                                      159
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                                   A
                                            pesar de las amplias controversias      han afectado principalmente el archipiélago
                                            sobre el tema en los últimos años,      de San Andrés y Providencia; sin embargo,
                                            la identificación de las causas prin-   su impacto sobre los arrecifes de ésta área
                                   cipales del deterioro del ecosistema corali-     ha sido poco documentado. Geister (1975)
                                   no ha resultado incierta o imposible en mu-      observó en 1973 una amplia destrucción de
                                   chos casos, debido a la escasez de buenas        Acropora cervicornis en la Isla de San An-
                                   bases de datos. En general, se acepta que el     drés y la atribuyó al paso del huracán Irene
                                   problema es muy complejo y que con fre-          por las costas de la isla en 1971. Otros hura-
                                   cuencia han actuado simultáneamente di-          canes que han golpeado el archipiélago han
                                   versos factores, tanto de origen natural co-     sido el Hattie en 1961 y el Joan en 1988.
                                   mo antropogénico, de modo que efectos            Díaz et al. (1995) observaron durante 1992
                                   aditivos y/o sinérgicos pueden haber acen-       acumulaciones de esqueletos desprendidos
                                   tuado los procesos de degradación (Birke-        de octocorales, numerosas cabezas de coral
                                   land, 1996). De esta forma, no es posible en     volteadas y una completa destrucción de los
                                   estos momentos saber con certeza si la pro-      arrecifes de A. cervicornis en fondos some-
                                   blemática del deterioro reciente ha sido ge-     ros alrededor de San Andrés. Díaz et al.,
                                   nerada mayormente por el hombre o por            (1996b) atribuyen también el volcamiento
                                   agentes naturales, pero sí se reconoce al        de setos de A. palmata en los cayos de Al-
                                   menos que buena parte de los daños sufri-        buquerque al paso del huracán Joan en
                                   dos por los arrecifes en muchas partes del       1988 (Fig. 165). En 1996 uno de los autores
                                   mundo es consecuencia de agentes antro-          (M. López-Victoria) presenció los efectos
                                   pogénicos. Se mantiene aún la duda acerca        colaterales del huracán César sobre nume-
                                   de si algunas de las causas calificadas como     rosas colonias de corales pétreos en la isla
                                   naturales, entre ellas, blanqueamientos ma-      de Providencia.
                                   sivos y epidemias, lo son en realidad o si         La exposición al aire y a la radiación solar
                                   han sido desatadas por el deterioro de la ca-    directa de los corales durante mareas extre-
                                   lidad del ambiente marino generado por el        mas bajas, es otro factor natural potencial-
                                   desarrollo de la civilización humana (Gar-       mente importante para la regulación de la
                                   zón-Ferreira, 1997).                             población y la organización de la comuni-
                                                                                    dad arrecifal en el Pacífico colombiano. Con
                                            2.a. Causas Naturales                   base en el conocimiento del régimen de ma-
                                     En general, los corales presentan unos in-     reas y la observación de grandes sectores de
                                   tervalos de tolerancia a la temperatura entre    coral muerto en las partes someras de los
                                   17 y 34°C, pero la mayoría vive cerca de su      arrecifes, Glynn et al. (1982) sugirieron la
                                   límite máximo. Por tal razón, cambios brus-      relación entre las mareas y la mortalidad de
                                   cos en estos niveles afectan severamente los     corales en la Isla Gorgona. De hecho, se
                                   arrecifes coralinos. Así, entre los factores     han reconocido varios eventos de exposi-
                                   globales que más inciden directa o indirec-      ción que han ocurrido al menos desde 1993
                                   tamente en el deterioro coralino, se encuen-     (Zapata y Vargas-Angel, en prensa). Análisis
                                   tran el calentamiento de la atmósfera y el fe-   realizados mostraron que los eventos de ex-
                                   nómeno de El Niño, que, como se mencio-          posición pueden ocurrir cada 90 días. Sin
                                   nó anteriormente han afectado severamente        embargo, los intervalos entre dos eventos
                                   muchos arrecifes de coral en el Pacifico         consecutivos pueden variar entre 25 y 441
                                   americano y en el Caribe, dando como re-         días. En general, los arrecifes pueden estar
                                   sultado el blanqueamiento de los corales,        expuestos más de dos veces durante una
                                   causando mortalidades masivas o haciendo-        misma época de mareas y ocasionalmente
                                   los más susceptibles a otros tensores.           hasta 5 veces. Estos eventos ocurren sola-
                                     Los huracanes son otra causa natural de        mente entre enero-abril y agosto-diciembre.
                                   deterioro que puede contribuir localmente a      Debido a que estos análisis están basados
                                   la disminución de especies (Hughes,              en predicciones de mareas, éstos son sólo
                                   1994b), tanto de corales como de organis-        un indicativo de la importancia de la expo-
                                   mos asociados. En Colombia, los huracanes        sición aérea como un agente perturbador

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           (Zapata y Vargas-Angel, en prensa). No to-
           dos los eventos de exposición aérea afectan
           los corales, pero después de repetidas y
           prologadas exposiciones, los tejidos ex-
           puestos (generalmente porciones distales
           de las ramas) presentan blanqueamiento y
           finalmente mortalidad. Posterior a la morta-
           lidad aparecen filamentos algales que con el
           tiempo crecen y eventualmente llegan a cu-
           brir toda la colonia. Como resultado, los
           sectores someros o porciones emergidas de
           las crestas presentan algas como un compo-
           nente importante del paisaje.
             Existen otros dos agentes naturales de de-
           terioro coralino que afectan principalmente
           las costas del Pacífico colombiano, la sur-
                                                            Gorgonilla), presentó una subsidencia de       Figura 165
                                                                                                           Setos de Acropora palmata volcados
           gencia y el tectonismo de placas. La surgen-
                                                            0,8 m (Herd et al., 1981). Aunque no se re-    en el banco Quitasueño, posible
           cia a lo largo de la costa pacífica de América                                                  consecuencia de una tormenta o de un
                                                            gistró impacto negativo sobre las comunida-    huracán
           Central es más apreciable de diciembre a
                                                            des coralinas, eventos de esta naturaleza
           marzo. Bajo estas condiciones, las aguas su-
                                                            pueden no solamente afectar severamente
           perficiales costeras pueden ser alejadas rá-
                                                            los arrecifes coralinos, sino que pueden au-
           pidamente de la costa, disminuyendo el ni-
                                                            mentar el efecto de otras perturbaciones na-
           vel del mar y reduciendo la temperatura su-
                                                            turales (Cortés et al., 1992).
           perficial cerca de 10°C en menos de un día
                                                              Como en la mayor parte del Mar Caribe,
           (Legeckis, 1988). Durante marzo de 1985, se
                                                            diversas enfermedades han sido relaciona-
           presentó una surgencia bastante prolongada
                                                            das con mortandades masivas de varios in-
           en el golfo de Panamá y Papagayo, causan-
                                                            vertebrados importantes en arrecifes colom-
           do mareas rojas que afectaron varios arreci-
                                                            bianos durante las dos últimas décadas, in-
           fes coralinos en América Central (Guzmán
                                                            cluyendo las del erizo Diadema y de los
           et al., 1990). Según Legeckis (1988), este fe-
                                                            abanicos de mar Gorgonia spp, menciona-
           nómeno disminuyó la temperatura del agua
                                                            das anteriormente. En el caso de los abani-
           alrededor del sector afectado, alcanzando
                                                            cos, se ha identificado recientemente a un
           las Islas Galápagos. Sin embargo, no hay re-
                                                            hongo de origen terrestre (género Aspergi-
           gistros de los efectos de este evento en los
                                                            llus) como responsable de la enfermedad
           arrecifes del Pacífico colombiano. No obs-
                                                            (Smith et al., 1996).
           tante, los corales de Isla Gorgona y Utría de-
                                                              En cuanto a las afecciones de origen pató-
           ben haber sido afectados por las bajas tem-                                                     Figura 166
                                                            geno en corales, se han diferenciado en Co-    Enfermedad de la banda negra
           peraturas, la toxicidad, la disminución del                                                     afectando la parte superior de una
                                                            lombia seis tipos de enfermedades que los      colonia de Diploria strigosa
           oxígeno disuelto y la reducción en la pene-
           tración de la luz causadas por el boom de
           dinoflagelados (Guzmán et al., 1990). En fe-
           brero de 1989, se observó un amplio blan-
           queamiento coralino asociado con bajas
           temperaturas y mareas rojas en la ensenada
           de Utría (Vargas-Angel, 1996).
             La actividad tectónica por su parte, es un
           evento bastante común en el Pacífico co-
           lombiano, siendo la subsidencia tectónica el
           principal proceso a lo largo de estas costas
           (Herd et al., 1981). Durante el terremoto re-
           gistrado en Tumaco el 12 de diciembre de
           1979, cuyo epicentro se situó a 200 km al
           SW de la isla Gorgona, el fondo marino del
           estrecho de Tasca (que separa a Gorgona de

                                                                                                                                        161
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                                                    afectan y les producen mortalidad (Garzón-      sivas de Acropora palmata y A. cervicornis
                                                    Ferreira et al., en prensa). La enfermedad de   (Santavy y Peters, 1997). Se conocen dos ti-
                                                    la banda negra (BBD) (Fig. 166) ha sido de-     pos de WBD que se diferencian básicamen-
                                                    tectada en numerosas localidades del Cari-      te por la ubicación de la afección sobre la
                                                    be, incluyendo a Colombia y el Indopacífico     colonia. Se observa en general como una
                                                    (Garzón-Ferreira, 1997). Afecta corales ma-     banda sin tejido coralino, que muestra el
                                                    sivos y se observa como una banda de fila-      color blanco del esqueleto (Díaz et al.,
                                                    mentos sobre la colonia, que puede ser de       1995; Peters, 1997; Santavy Peters, 1997).
                                                    color negro o marrón oscuro. La enferme-        Ambas, BBD y WBD, fueron detectadas en
                                                    dad de la banda blanca (WBD) (Fig. 167)         Colombia por primera vez en 1992 en las
                                                    ha sido observada en corales de formas ra-      áreas del Parque Nacional Natural Tayrona
                                     Figura 167
                 Enfermedad de la banda blanca      mificadas y ha sido señalada como la princi-    (PNNT) y en la Isla de San Andrés respecti-
                    afectando setos de Acropora
                                      cervicornis   pal causa de las recientes mortandades ma-      vamente, y posteriormente han evidenciado
                                                                                                    una distribución más amplia (Garzón-Ferrei-
                                                                                                    ra et al., en prensa). La enfermedad de los
                                                                                                    lunares oscuros (DSD) (Fig. 168) es la más
                                                                                                    común en Colombia y afecta principalmente
                                                                                                    a corales de forma masiva como Siderastrea
                                                                                                    siderea, Stephanocoenia intersepta y Mon-
                                                                                                    tastraea annularis. Se caracteriza por la
                                                                                                    presencia de depresiones circulares con una
                                                                                                    tonalidad más oscura en el tejido coralino
                                                                                                    vivo (Díaz et al., 1995).
                                                                                                      La enfermedad de la banda amarilla
                                                                                                    (YBD), fue descubierta recientemente en
                                                                                                    Colombia a partir de una epidemia ocurrida
                                                                                                    en las Islas de San Bernardo (Garzón-Ferrei-
                                                                                                    ra et al., en prensa). Se aprecia como una
                                                                                                    banda marcada de color amarillo intenso
                                                                                                    (Fig. 169). La banda roja (RBD) se caracte-
                                                                                                    riza por la proliferación de un tejido extraño
                                                                                                    de color rojo ladrillo y hasta ahora ha sido
                                                                                                    observada solamente en el Banco Quitasue-
                                                                                                    ño en 1998. La plaga blanca (WPD), descu-
                                                                                                    bierta en la Florida a principios de los años
                                                                                                    noventa (Fig. 170), es una enfermedad que
                                                                                                    afecta a numerosas especies de corales ma-
                                                                                                    sivos. Se observa usualmente como una
                     Figura 168
              Enfermedad de los                                                                     mancha blanca irregular sin tejido coralino
                 lunares oscuros
                afectando a una                                                                     blando, ubicada en los márgenes de la colo-
                      colonia de
                Stephanocoenia                                                                      nia. Existen dos tipos de WPD identificados
                       intercepta
                                                                                                    en la actualidad (Richardson et al., 1998),
                                                                                                    pero sus diferencias macroscópicas son
                                                                                                    muy ténues. Fue detectada por primera vez
                                                                                                    en Colombia en 1994 en el área del Parque
                                                                                                    Tayrona, afectando colonias del coral Mon-
                                                                                                    tastraea cavernosa. En los años siguientes
                                                                                                    ha sido observada más frecuentemente en
                                                                                                    otras áreas y afectando a otras especies.
                                                                                                      Observaciones recientes realizadas en el
                      Figura 169
                                                                                                    Caribe colombiano sugieren que en los
           Enfermedad de banda                                                                      arrecifes existe una alta incidencia de otros
            amarilla afectando a
                 una colonia de                                                                     agentes naturales de mortalidad coralina,
                    Montastraea
                        faveolata                                                                   cuya acción puede haberse incrementado

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           como consecuencia de los cambios ocasio-
           nados por otros factores tales como la so-
           brepesca y las mortandades masivas de
           otros organismos. Estos agentes son básica-
           mente el resultado de las interacciones (de-
           predación, competencia) de otros macroor-
                                                                                                                                                                  Figura 170
           ganismos del arrecife con los corales. Uno                                                                                                             Enfermedad de la
                                                                                                                                                                  plaga blanca
           de los más comunes es la depredación de                                                                                                                afectando a una
                                                                                                                                                                  colonia de
           tejido coralino por parte de los peces loro                                                                                                            Montastraea
           (Scaridae), los cuales además pueden remo-                                                                                                             annularis. La
                                                                                                                                                                  enfermedad progresa
           ver en su acción porciones considerables                                                                                                               desde el borde hacia
                                                                                                                                                                  el centro de la colonia
           del esqueleto (Fig. 171). En observaciones
           realizadas por uno de los autores durante
           1994-1995 en cuatro atolones del archipiéla-
           go de San Andrés y Providencia, se encon-
           tró que el 9% de las colonias examinadas
           presentaban daños ocasionados por peces
           loro. El territorialismo del pez damisela Ste-
           gastes planifrons, al cual ya se hizo alusión
           anteriormente, es otro agente de deterioro
           coralino. El 12% de las colonias coralinas
           examinadas en 1995 en los mismos atolones
           presentaban territorios de la damisela, pre-
           sentándose en muchos casos daños extensi-
           vos en el tejido coralino.
             Como resultado de la competencia por el        Figura 171
           sustrato duro del arrecife, otros organismos     Huellas o marcas causadas por el mordisqueo de peces loro (Scaridae) sobre una colonia de Siderastrea siderea

           sésiles (algas, esponjas, octocorales, asci-
           dias coloniales, etc.) pueden generar dete-
           rioro en las colonias coralinas por invasión
           (cubrimiento, Fig. 172) o agresión (física o
           química, sin contacto directo, Fig. 173). Las
           algas son actualmente los organismos que
           en mayor medida tienden a desplazar a los
           corales por competencia por el sustrato.
           Más de la mitad de los corales observados
           durante 1994-1995 presentaban tejido vivo
           invadido por algas frondosas vecinas y en
           muchos casos se observó blanqueamiento y
           muerte del tejido coralino en el sitio del re-
           cubrimiento.
                                                            Figura 172
                                                            La esponja Ectyoplasia ferox recubriendo una colonia de Montastraea cavernosa
                  2.b Causas antropogénicas
             La sedimentación, ocasionada por la defo-
           restación y la consecuente erosión por esco-
           rrentía, representa uno de los agentes prin-
           cipales de estrés para los corales en la costa                                                                                                         Figura 173
                                                                                                                                                                  Agresión de una
           continental del Caribe colombiano, en espe-                                                                                                            esponja del complejo
                                                                                                                                                                  Cliona aprica-C.
           cial debido a que las descargas de grandes                                                                                                             langae-C. caribbaea
                                                                                                                                                                  (de color oscuro)
           ríos como el Magdalena, el Sinú y el Atrato                                                                                                            sobre una colonia de
                                                                                                                                                                  Siderastrea siderea.
           influencian la mayor parte de la costa. En                                                                                                             En la zona de
           general, estas descargas de sedimentos pue-                                                                                                            contacto se evidencia
                                                                                                                                                                  una banda blanca
           den ocasionar blanqueamiento, así como                                                                                                                 que indica que el
                                                                                                                                                                  tejido coralino ha
           necrosis de ciertas partes del tejido vivo y                                                                                                           muerto recientemente



                                                                                                                                                                               163
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                                                      muerte de las colonias (Cortés y Risk, 1985;     se ha incrementado en los últimos 20 años.
                                                      Hubbard, 1986; Cortés, 1990). Desafortuna-          Otra fuente importante de estrés para los
                                                      damente no existen datos históricos para         ecosistemas costeros en Colombia es la con-
                                                      evaluar posibles incrementos en los niveles      taminación por aguas negras (Fig. 174), al
                                                      de turbidez y sedimentación costera. No          menos en el Caribe, debido a que casi todas
                                                      obstante, la presencia de sedimentos finos       las poblaciones costeras (varias de las cua-
                                                      sobre depósitos de arenas gruesas en algu-       les cuentan con más de 200.000 habitantes)
                                                      nos arrecifes como los del Parque Natural        descargan sus aguas servidas directamente
                                                      Tayrona (Garzón-Ferreira y Cano, 1990), los      en la costa sin ningún tratamiento (CORPES,
                                                      altos niveles de deforestación en el país y la   1992). Se han encontrado evidencias claras
                                                      fuerte degradación y altas tasas de sedimen-     de degradación coralina en relación con
                                                      tación de algunos arrecifes localizados cerca    descargas de aguas negras en San Andrés,
                                                      de las desembocaduras de ríos (Werding y         una de las islas más densamente pobladas
                                                      Sánchez, 1988; Acosta, 1994; Zea, 1993), su-     del Caribe (Díaz et al., 1995), y alguna indi-
                                                      gieren que el incremento en la sedimenta-        cación de ello en la Bahía de Santa Marta
                                                      ción costera debe ser considerado como           (Werding y Sánchez, 1988; Zea, 1993). La
                                                      una fuente de impacto para los arrecifes         polución química ha sido identificada como
                                                      continentales del Caribe.                        otro agente potencial de degradación arreci-
                                                        Para la costa continental del Pacífico no      fal debido a la presencia de ciudades indus-
                                                      existe mayor información pero se asume           trializadas en la zona costera (como Barran-
                                                      que el impacto ocasionado por la carga de        quilla y Cartagena) y de las desembocadu-
                                                      sedimentos aportada por los numerosos y          ras de grandes ríos que transportan los de-
                                                      caudalosos ríos no sólo es uno de los prin-      sechos contaminantes de otras ciudades
                                                      cipales limitantes de la distribución de los     grandes del interior del país.
                                                      corales en esta región, sino que representa         Alteraciones en la morfología del cauce y
                                                      un factor importante de estrés para las esca-    en la ubicación de desembocaduras de ríos
                                                      sas formaciones coralinas existentes. Las        para facilitar el desarrollo costero han gene-
                                                      condiciones ambientales subóptimas asocia-       rado deterioro considerable de arrecifes co-
                                                      das con altas tasas de sedimentación son         ralinos en Colombia desde épocas hispáni-
                                                      factores causales de la reducción en las ta-     cas. Durante el siglo XVII, los españoles
                                                      sas de crecimiento de Pocillopora damicor-       construyeron un brazo artificial del Río
                                                      nis en la ensenada de Utría (Prahl y Vargas-     Magdalena (el Canal del Dique) para de-
                                                      Angel, 1989). Imágenes de satélite sugieren      sembocar en la Bahía de Cartagena. Ello al-
                                                      que los sedimentos en suspensión descar-         teró las condiciones ambientales de la bahía
                                                      gados por los ríos que desembocan en la          generando un sistema estuarino y eliminó
                                                      costa continental adyacente alcanzan a afec-     formaciones extensas de corales que allí
                                        Figura 174
              Vertimiento al mar de aguas negras      tar las condiciones del agua en inmediacio-      existían (INVEMAR, 1997). Durante las dos
           sin tratamiento previo en la Isla de San
                                             Andrés   nes de la Isla Gorgona, y que esa influencia     últimas décadas se han abierto desemboca-
                                                                                                       duras adicionales del canal del Dique en la
                                                                                                       Bahía de Barbacoas, ubicada al sur de la ba-
                                                                                                       hía de Cartagena y frente a Barú y las Islas
                                                                                                       del Rosario, con lo cual se producen co-
                                                                                                       rrientes turbias y eutroficación de las aguas
                                                                                                       afectando considerablemente los arrecifes
                                                                                                       coralinos del complejo de las Islas del Rosa-
                                                                                                       rio (Alvarado y Corchuelo, 1992).
                                                                                                          Como se mencionó anteriormente, es evi-
                                                                                                       dente el agotamiento de recursos pesqueros
                                                                                                       en la mayoría de los arrecifes colombianos,
                                                                                                       pero particularmente en los del Caribe, lo
                                                                                                       que demuestra que la pesca ha sido excesi-
                                                                                                       va y ha contribuido a los cambios en el eco-
                                                                                                       sistema (Fig. 175 ). Además de la sobrepes-
                                                                                                       ca, la pesca ilícita con explosivos ha sido un

             164
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           factor de deterioro que ha estado presente
           tradicionalmente en varias áreas coralinas,
           como el Parque Natural Tayrona y las islas
           del Rosario y de San Bernardo.
             La utilización intensiva y sin control ade-
           cuado de las áreas coralinas para actividades
           náuticas o de recreación en general, que se
           ha venido acentuando en los últimos años,
           también ha contribuido al proceso de dete-
           rioro coralino (Fig. 176). Volcamientos, rayo-
           nes y fragmentación de las colonias debida a
           las anclas y las hélices de las embarcaciones
           y los encallamientos de grandes barcos, co-
           munes en los arrecifes de barrera y periféri-
           cos del archipiélago de San Andrés (Zea et                                                        Figura 175
           al., 1998) y Providencia, son frecuentemente                                                      Dos pequeñas langostas son presa de un pescador en los arrecifes del área de San Bernardo

           el resultado de tales actividades.
             A continuación se presenta una tabla resu-
           men del efecto de algunas de las principales
           causas de deterioro coralino en Colombia.
           Los valores presentados son estimaciones
           obtenidas a partir de observaciones realiza-
           das por los autores y de información extrac-
           tada de trabajos recientes (entre otros Alvara-
           do y Corchuelo, 1992; Díaz et al., 1995; Gar-
           zón-Ferreira, 1997; Zea et al., 1998; Tabla 4)




                                                                                   Figura 176
                                                      Huellas inconfundibles ocasionada por
                                                                el casco de una embarcación
                                                                  encallada (Isla San Andrés)



                       Resumen de las principales causas de deterioro en las áreas coralinas colombianas
                                                                                                                                                               I. SAN BERNARDO




                                                                                                                                                                                               I. DEL ROSARIO


                                                                                                                                                                                                                B. SALMEDINA*
                                                                        PROVIDENCIA*




                                     ÁREAS
                                                                                                                                                                                 B. TORTUGAS
                                                                                                                       B. BURBUJAS
                                                                                       QUITASUEÑO
                                                           SAN ANDRÉS




                                                                                                                                     B. BUSHNELL




                                                                                                                                                                                                                                                    I. GORGONA
                                                                                                                                                                                                                                       PTO. LÓPEZ




                                                                                                                                                                                                                                                                  I. MALPELO
                                                                                                                                                   I. FUERTE
                                                                                                             URABÁ*
                                                                                                    CAYOS*




              TENSORES
                                                                                                                                                                                                                                PNNT




            Huracanes                                        2             3             3           2        0          0             0             0            0                0              0               0             0        2           0             0
            Calentamiento                                    2             2             2           2        2          1             1             2            3                1              3               1             1        2           3             2
            Enfermedades**                                   3             2             3           2        1          0             0             1            2                1              2               ?             3        1           ?             1
            Sobrepesca***                                    3             2             2           2        3          2             2             3            2                2              3               2             2        1           ?             ?
            Descargas aguas continentales
            (sedimentación/alteración cuencas)               0             1             0           0        2        1             1              2             2                2              3               2             2        3          1?             ?
            Aguas negras                                     2             1             0           0       1?         0             0            1?             1                0              2               1             1        0           0             0
            Pesca con dinamita                               0             0             0           0        ?         1             0             2             2                0              2               1             3        0           0             0
            Actividades náuticas                             3             2             1           1        2        1*            1*             2             2                0              3               1             3        1           2             1
            Extracción coral                                 1             1             0           0        1        0             0              2             3                0              2               0             1        0           1             0

            GRADO DE AFECCIÓN DE LOS TENSORES: suma de incidencia y permanencia en el tiempo. Categoría de 0 a 3
            0=AUSENCIA                          1=MÍNIMA                 2=MEDIA          3=ALTA
            * Áreas muestreadas entre 1994-1996
            1* Actividad mínima (únicamente buceo)
            ** Determinado a partir de Garzón-Ferreira et al., en prensa
            *** Incluye actividades de pesca en la zona y reducción de herbivoros




                                                                                                                                                                                                                                                                 165
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                                                     PERSPECTIVAS DE MANEJO Y CONSERVACIÓN


                                   F
                                           rente al fuerte ritmo de crecimiento       nar la Red de Monitoreo Global de Arrecifes
                                           de la población humana, que se esti-       de Coral (GCRMN), la Iniciativa Internacio-
                                           ma pasará de 5.400 a 8.500 millones        nal de Arrecifes de Coral (ICRI), la Sociedad
                                   de personas en el año 2025, el futuro del          Internacional de Arrecifes Coralinos (ISRS) y
                                   ecosistema coralino se ve seriamente ame-          el Año Internacional de los Arrecifes Corali-
                                   nazado (Wilkinson y Buddemeier, 1994; Bir-         nos (IYOR), que se celebró en 1997. Entre
                                   keland, 1997). El proceso de deterioro cora-       las redes regionales merece especial men-
                                   lino puede seguir avanzando, teniendo en           ción el programa CARICOMP (Caribbean
                                   cuenta que la mayor parte del crecimiento          Coastal Marine Productivity), uno de los po-
                                   de la población ocurrirá en las zonas coste-       cos programas internacionales de monito-
                                   ras de los países en desarrollo, donde están       reo efectivamente funcionales, que involu-
                                   precisamente concentradas las formaciones          cra 25 instituciones de 16 países del Gran
                                   coralinas. Por lo tanto, la presión sobre los      Caribe (incluyendo a Colombia), que ha es-
                                   recursos pesqueros aumentará, al igual que         tado tomando información estandari-zada
                                   el aporte de sedimentos, nutrientes y otros        sin interrupción desde 1992. Otro programa
                                   contaminantes a través de los ríos y las des-      efectivo que se ha iniciado más reciente-
                                   cargas de aguas negras. A su vez, se espera        mente (1997) es Reef Check, una red de
                                   un aumento de la temperatura global pro-           monitoreo global que promueve la partici-
                                   medio de 2 a 4ºC para el año 2100 como re-         pación comunitaria para la toma de infor-
                                   sultado del cambio climático global, incre-        mación y la difusión del valor y la proble-
                                   men-tando posiblemente la frecuencia e in-         mática de los arrecifes de coral.
                                   tensidad de los eventos de blanqueamiento.           Debido a las reducciones de áreas corali-
                                   Sin embargo, el incremento de la tempera-          nas en el mundo, al aumento del deterioro
                                   tura podría permitir a su vez la colonización      coralino y a la aparición cada vez más fre-
                                   coralina en nuevas áreas marginales (ver           cuente de enfermedades epidémicas en los
                                   Garzón-Ferreira, 1997).                            corales, todas las especies de coral han sido
                                     Afortunadamente, paralelo al incremento          catalogadas como “amenazadas” dentro de
                                   en el deterioro coralino, ha habido también        la lista de CITES (Comisión Internacional
                                   un crecimiento considerable en el interés          Sobre el Tráfico de Especies Amenazadas).
                                   por el conocimiento y la conservación de           Adicionalmente, y según las categorías de la
                                   los arrecifes de coral entre muchos sectores       Unión Internacional para la Conservación
                                   de la sociedad, incluyendo los relacionados        de la Naturaleza (IUCN, sigla en ingles), la
                                   con el ecoturismo y los medios de comuni-          mayoría de las especies se considerarían co-
                                   cación (Garzón-Ferreira, 1997). Es cada vez        mo “vulnerables”. En Colombia también ha
                                   más frecuente observar páginas editoriales y       crecido el interés por los arrecifes de coral.
                                   secciones en revistas y periódicos destina-        Esto es evidente al analizar el número de in-
                                   das al tema de la educación ambiental reali-       vestigaciones realizadas en las últimas cua-
                                   zadas por periodistas, sociólogos, aboga-          tro décadas: siete trabajos en los años se-
                                   dos, políticos y filósofos que se han percata-     senta, 70 en los setenta, 114 en los ochenta
                                   do del desastre que se avecina si no se to-        y cerca de 140 en los noventa (Garzón-Fe-
                                   man medidas al respecto, que buscan crear          rreira, 1997). Igualmente, en 1997 se consti-
                                   conciencia en el lector sobre los daños que        tuyó la Sociedad Colombiana para el Estu-
                                   la actividad humana ha producido y sobre           dio y Conservación de los Arrecifes Corali-
                                   “la necesidad que tiene la naturaleza de te-       nos (SCCAR), y COLCIENCIAS organizó la
                                   ner quien la defienda” (El Tiempo, 11-10-          formulación de un Plan Estratégico Cuatrie-
                                   1999). Por su parte, los científicos y las enti-   nal (1997-2000) de investigación en arreci-
                                   dades en todo el mundo (gubernamentales            fes coralinos. Desde 1998 se esta trabajando
                                   y privadas), han intensificado el estudio del      en el diseño y montaje del Sistema Nacional
                                   ambiente coralino; cada año se crean nue-          de Monitoreo de Arrecifes Coralinos en Co-
                                   vos programas de monitoreo, redes de in-           lombia (SIMAC), que cuenta ya con el apo-
                                   vestigación y sociedades e iniciativas en tor-     yo de varias instituciones nacionales para su
                                   no al tema. Entre estos vale la pena mencio-       continuidad en el largo plazo y ha estableci-

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           do estaciones permanentes en varias áreas          servación, investigación, educación, recrea-
           coralinas del país (Garzón-Ferreira, 1999b).       ción, cultura, recuperación y control.
           El manejo para la conservación de los arre-           Adicionalmente, desde diciembre de 1996
           cifes coralinos en Colombia fue impulsado a        existe el Area de Manejo Especial los Cora-
           través de la Ley 99 de 1993 que creó el Sis-       les del Archipiélago de San Andrés, Provi-
           tema Nacional Ambiental (SINA) y el Minis-         dencia, Santa Catalina y Cayos, que incluye
           terio del Medio Ambiente. El SINA está inte-       todas las áreas coralinas, cayos y formacio-
           grado por el Ministerio, 34 corporaciones          nes similares dentro del Archipiélago de San
           regionales, 5 instituciones de investigación       Andrés y Providencia.
           y la Unidad Administrativa Especial del Sis-          A pesar de haber sido protegidas, las for-
           tema de Parques Nacionales Naturales               maciones coralinas del Pacífico y Caribe co-
           (UAESPNN), que trabajan en coordinación            lombianos no están totalmente exentas de
           para implementar acciones de manejo (fun-          perturbaciones inducidas por actividades
           damentadas en información científica) que          humanas. Actualmente, la pesca es todavía
           permitan proteger los recursos naturales.          una práctica común en muchas de estas
             En Colombia existen actualmente 6 par-           áreas y una de las mayores fuentes de con-
           ques nacionales que involucran arrecifes           flicto entre los pescadores locales y las au-
           coralinos dentro de sus áreas de protección,       toridades. Por su parte, la recolección de
           tanto en el Caribe como en el Pacífico:            corales para la fabricación de artesanías es
                                                              una práctica que parece mantenerse en mu-
           1. Parque Nacional Natural Tayrona: creado en      chas áreas coralinas colombianas.
              agosto de 1969, que abarca la mayoría               Es cierto que frenar la deforestación mun-
              de las formaciones coralinas del área de        dial o evitar el cambio climático global re-
              Santa Marta.                                    sulta prácticamente imposible; sin embargo,
                                                              es necesario desarrollar acciones que contri-
           2. Parque Nacional Natural Corales del Rosario y   buyan a conocer, promover, valorar, prote-
              San Bernardo: creado en junio de 1979 y         ger, conservar y aprovechar de forma sus-
              que amplió su cobertura a las Islas de          tentable los distintos ecosistemas. Frente a
              San Bernardo y Bajo Tortugas en 1996,           la falta de información que aún persiste so-
              incluye casi todos los arrecifes de coral       bre los factores que determinan la estructu-
              de Isla Barú, Islas del Rosario, Islas de       ra, función y salud de los arrecifes corali-
              San Bernardo y bajos cercanos.                  nos, es necesario seguir manteniendo una
                                                              posición conservadora al tomar decisiones
           3. Parque Nacional Natural Old Providence and Mc   relacionadas con la explotación de sus re-
              Bean Lagoon: creado en enero de 1996,           cursos. Paralelamente, es fundamental con-
              cuenta con algunos arrecifes coralinos al       tinuar con la investigación básica y aplica-
              frente de la costa NE de la Isla de Provi-      da, no sólo de los corales sino también de la
              dencia.                                         biota asociada a estos ambientes, amplian-
                                                              do a su vez los programas de monitoreo,
           4. Parque Nacional Natural Isla Gorgona: creado    para contar con mejores elementos de juicio
              en noviembre de 1983, posee las forma-          y poder tomar medidas de manejo acerta-
              ciones coralinas mejor desarrolladas en         das. Entre estas últimas, es urgente hacer
              el Pacífico colombiano.                         verdaderamente efectivos el control y la
                                                              protección de los parques naturales y otras
           5. Parque Nacional Natural Ensenada de Utría:      áreas de reserva y establecer sistemas de
              creado en diciembre de 1986.                    tratamiento adecuados para las aguas servi-
                                                              das, tanto de las ciudades costeras como de
           6. Parque Nacional Natural Malpelo: creado en      las ciudades tierra adentro que las vierten a
              octubre de 1995, clasificado también co-        los ríos.
              mo santuario de fauna y flora, abarca las
              áreas coralinas alrededor de la isla.

             En estas áreas, en general, son prohibidas
           todas las actividades diferentes a las de con-

                                                                                                               167

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  • 1. 141-176 10/07/2002 07:34 PM Page 153 V PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES CORALINOS EN COLOMBIA
  • 2. 141-176 10/07/2002 07:36 PM Page 154 Fotografía aérea del sector norte de la isla de San Andrés, en la parte inferior se observan parches coralinos
  • 3. 141-176 10/07/2002 07:36 PM Page 155 V PROBLEMÁTICA DE DETERIORO Y CONSERVACIÓN DE LOS ARRECIFES CORALINOS EN COLOMBIA S e ha observado en los últimos años centro-occidental y el Índico. Por otro lado, un deterioro paulatino y generaliza- se han registrado deterioros importantes tan- do de los ambientes coralinos en el to en arrecifes localizados cerca de masas mundo, especialmente desde la dé- continentales y centros urbanos, como en cada de los años ochenta (Bak y Nieuwland, áreas coralinas remotas y oceánicas (Garzón- 1993). Ello ha generado preocupación en los Ferreira, 1997). científicos a nivel mundial, razón por la cual Resultados de trabajos realizados anterior- se han intensificado las acciones tendientes a mente en Colombia muestran que el proceso determinar las causas y la gravedad del pro- de deterioro coralino ha alcanzado niveles blema. Para hacerse una idea de la magnitud preocupantes también en nuestro país del proceso, bastaría con revisar los resulta- (Prahl, 1985; Díaz et al., 1988, 1995, 1996a; dos de dos importantes eventos científicos Zea, 1993; Garzón-Ferreira et al., 1996; Pin- llevados a cabo recientemente: un coloquio zón et al., 1998b y Zea et al., 1998). Adicio- mundial organizado por la Universidad de nalmen-te, las observaciones llevadas a cabo Miami en 1993 sobre salud, amenazas e his- desde 1988 en los arrecifes coralinos del Ca- toria de los arrecifes (Ginsburg, 1994) y el ribe colombiano indican que el deterioro en octavo congreso internacional de arrecifes estos ambientes es también generalizado, de coralinos realizado en Panamá en 1996 (Les- forma similar al que esta ocurriendo en otras sios y MacIntyre, 1997). Aunque se han de- áreas del mundo, y se ha manifestado no so- tectado síntomas de alteración en casi todas lo en sitios sometidos a intensa actividad hu- las regiones coralinas del mundo, el deterio- mana (ya sea por turismo o pesca como en ro actual tiende a acentuarse en ciertos secto- San Andrés, Islas del Rosario, Islas de San res geográficos; por ejemplo, las regiones del Bernardo o Isla Fuerte), sino también en si- gran Caribe y el Pacífico tropical americano tios aislados como Quitasueño, Serrana, Ron- han resultado más afectadas que el Pacífico cador o Bajo Tortugas. 1. EVIDENCIAS DEL DETERIORO U no de los principales indicadores de corales, aun en posición de vida. del deterioro coralino en el mundo En Colombia son pocos los estudios que ha sido la reducción significativa de han documentado los descensos recientes la cobertura de coral vivo (Ginsburg, 1994; de la cobertura coralina, debido a la caren- Birkeland, 1997), definida ésta como la can- cia hasta hace relativamente poco de pro- tidad relativa de superficie arrecifal cubierta gramas de evaluación y monitoreo. En la por tejido coralino vivo. Uno de los casos costa Caribe, Garzón-Ferreira y Kielman mejor documentados es el de Jamaica, don- (1993) revisaron la poca información dispo- de se ha monitoreado esta variable por va- nible hasta ese momento para las Islas del rios años y se han registrado descensos en la Rosario, de San Bernardo y de San Andrés, cobertura absoluta de coral vivo del 70% (a concluyendo que los arrecifes habían sufri- comienzos de los años ochenta) a valores do una mortalidad coralina considerable du- menores al 10% en 1993 (Hughes, 1994a). rante los años ochenta principalmente, con En los lugares donde no se han realizado la consecuente reducción de la cobertura monitoreos, el problema se ha identificado coralina viva hasta niveles de 20-30% con por la presencia de abundantes esqueletos respecto al total de sustrato duro. En eva- 155
  • 4. 141-176 10/07/2002 07:36 PM Page 156 luaciones más recientes (1996-1999) lleva- Debido a que no existen datos sobre los das a cabo en la mayoría de las áreas corali- niveles de cobertura de coral en los arreci- nas del Caribe colombiano, los valores esti- fes coralinos de Colombia antes de iniciarse mados de cobertura coralina viva relativa al la década de los ochenta, no es posible cal- total del sustrato duro han fluctuado tam- cular cuál ha sido la pérdida real de tejido bién alrededor del 30%, siendo el promedio coralino vivo de los últimos tiempos con ba- más alto el de las Islas de San Bernardo se en esta variable. Gracias a que los esque- (46,1%) y el más bajo el de San Andrés letos coralinos perduran en general luego (21,5%). En las áreas coralinas de poca ex- de la muerte de las colonias o partes de las tensión, como las de la Guajira, el valor más mismas, ha sido posible entonces evaluar alto de cobertura coralina viva relativa al esta pérdida calculando la cantidad de coral sustrato duro fue el de Bahía Portete recién muerto en los arrecifes (MR), que se (48,6%) y el más bajo el de Puerto López estima ha ocurrido en los últimos 30 años (16,7%). Reducciones apreciables en la co- (Fig. 158). Así, por ejemplo, para la Isla de bertura coralina han sido registradas recien- San Andrés se estimó en 1992 una mortali- temente en dos sitios que fueron evaluados dad reciente de aproximadamente la mitad en 1995 y posteriormente en 1998: en Isla del tejido coralino (Díaz et al., 1995). Eva- Fuerte este valor pasó de 50,5 a 38,3% y en luaciones posteriores (1996-1999), llevadas Bajo Bushnell de 41,7 a 31,3%. En algunos a cabo en la mayoría de las áreas coralinas casos, como el de las Islas de San Bernardo, del Caribe colombiano por los autores, el valor promedio de coral vivo podría estar muestran que los valores de MR promedio sobrestimado, ya que la mayoría de las ob- para cada una de las áreas se encuentran al- servaciones se realizaron en ambientes con rededor del 38%, siendo el promedio más cobertura coralina mayor al 10%; por esta alto el de Banco Roncador (51%) y el menor razón, y dadas las condiciones actuales de el de Bajo Burbujas (18%). deterioro, estas coberturas de coral podrían En la costa Pacífica se han detectado re- resultar menores si se toman en cuenta si- ducciones dramáticas pero temporales de la tios como las barreras de Acropora que han cobertura de coral vivo asociadas al fenó- sufrido fuertes mortandades en la mayoría meno de El Niño, que elevó la temperatura de las áreas coralinas colombianas. En cier- del agua 1-2°C durante un periodo cercano tos lugares como la Bahía de Chengue (Par- a 11 meses (Prahl, 1985; Glynn, 1990), con que Natural Tayrona), donde se ha realiza- intervalos máximos (alrededor de 3,5 °C) Figura 158 do un seguimiento anual al arrecife desde durante el mes de marzo de 1983. Al igual Colonia de Montastraea annularis parcialmente afectada por muerte 1992 (Garzón-Ferreira, 1999a), se ha obser- que en otros sitios afectados por dicho fe- actual; la porción blanca de la vado por el contrario, estabilidad en los ni- nómeno, el primer signo de estres termal colonia ha perdido el tejido en unos pocos días (MA). La porción cubierta veles de cobertura coralina luego de los fue el blanqueamiento coralino. El blan- por algas corresponde a muerte reciente (MR) eventos de mortalidad de los años ochenta. queamiento (Fig. 159), o pérdida masiva de las algas simbiontes (zooxantelas) de los co- rales y otros organismos arrecifales, es una de las afecciones más documentadas y que ha originado mayor mortalidad en las po- blaciones de corales en los últimos años, particularmente desde los años ochenta (Glynn, 1993). Este fenómeno afecta la vita- lidad y el crecimiento del arrecife (Reaka- Kudla et al., 1993), puesto que reduce la ca- pacidad de los corales para el crecimiento esquelético, desarrollo gonadal, reproduc- ción y habilidad de regeneración, incremen- tando así la mortalidad (CARICOMP, 1997). Eventos de blanqueamiento como conse- cuencia de varios factores de estres ambien- tal (entre ellos el aumento de la temperatu- ra), se han documentado en el Caribe co- 156
  • 5. 141-176 10/07/2002 07:37 PM Page 157 lombiano en 1987, 1990, 1995 (Zea & Du- que, 1990; Solano et al., 1993; Solano, 1994; CARICOMP, 1997) y 1998-1999. En la Isla Gorgona, el blanqueamiento co- ralino alcanzó proporciones catastróficas para junio de 1983, cuando Prahl (1983b) documentó valores de este signo de deterio- ro cercanos al 85% en todos los arrecifes de la isla luego del fenómeno de El Niño de 1982-1983. El blanqueamiento fue acompa- ñado de una reducción en la producción de mucus, principalmente en corales pocillo- póridos, y reducción de otros organismos simbiontes (Prahl, 1985). Para julio de 1983, la mayoría de las colonias en el arrecife de La Azufrada habían muerto y estaban cu- biertas por algas. La recuperación de los arrecifes coralinos en Gorgona desde 1983 del sustrato), a comienzos de los años se- Figura 159 Colonia de Montastraea annularis ha sido lenta, debido a las bajas tasas de tenta, a niveles actuales de 45% (Garzón-Fe- afectada por blanqueamiento, resultado de la expulsión de las crecimiento y reclutamiento coralino, y a las rreira y Pinzón, 1999). zooxantelas perturbaciones ambientales (Zapata y Var- Entre mayo de 1997 y junio de 1998 se gas-Angel, en prensa). En noviembre de presentó el segundo evento fuerte relacio- 1984, se registró una recuperación en la co- nado con el fenómeno de El Niño, con au- bertura cercana al 15%, debida principal- mentos de temperatura de 3-4°C entre agos- mente a la regeneración de las colonias de to de 1997 y septiembre de 1998. Durante pocillopóridos. En octubre de 1985 aún se este segundo evento y, al igual que en mu- observaban grandes extensiones de coral chos arrecifes tropicales alrededor del mun- muerto, y para diciembre de 1987, especies do, en el Pacifico colombiano se observó como Psamoccora stellata y Pocillopora da- blanqueamiento moderado a severo y mor- micornis habían recolonizado la mayoría de talidades en Utría, Gorgona y Malpelo (Za- los corales muertos (Prahl et al., 1989; Zapa- pata y Vargas-Angel, en prensa). En esta ta y Vargas-Angel, en prensa). Para 1995, la ocasión, el blanqueamiento sobre las espe- cobertura coralina se había recuperado allí cies masivas fue mayor que sobre las espe- totalmente, alcanzando coberturas de 78% cies ramificadas. Evidentemente, la exten- (Bárcenas et al., 1996); sin embargo, esta re- sión del blanqueamiento y mortalidad du- cuperación casi total no ocurrió en todos los rante este segundo evento no alcanzó las arrecifes de Isla Gorgona. Actualmente, se grandes proporciones del evento de 1982- encuentran todos los corales masivos, inclu- 1983. Observaciones hechas en agosto de yendo especies de los géneros Pavona, Po- 1998 en los principales arrecifes de Isla rites y Gardineroseris, pero en baja abun- Gorgona, mostraron que a pesar de haber dancia (Zapata y Vargas-Angel, en prensa), ocurrido mortalidad, la mayoría de los cora- y las tasas de crecimiento son bajas compa- les que habían sufrido blanqueamiento pre- radas con las registradas antes del evento de sentaban para esta época una coloración calentamiento de 1982-1983 (Glynn y Ste- normal. La diferencia en la mortalidad de wart, 1973; Prahl, 1985). Sin embargo, la ba- las especies, debida básicamente a la menor ja tasa de crecimiento coralino que se ha re- capacidad de recuperación de los corales gistrado en los últimos años puede ser el masivos, explica la alta dominancia de poci- efecto de otros factores tales como la fuerte lloporidos sobre los arrecifes coralinos ac- surgencia de aguas frías ocurrida en el Gol- tuales. fo de Panamá en 1985 (Legeckis, 1988; Guz- Otro indicador de degradación del am- mán et al., 1990). En la Isla de Malpelo se biente coralino es la ocurrencia de mortali- ha documentado recientemente también dades masivas de otros organismos asocia- una reducción de la cobertura coralina, de dos, que ha venido documentandose en los valores cercanos al 65% (respecto al total últimos 20 años. Uno de los casos fue el ob- 157
  • 6. 141-176 10/07/2002 07:38 PM Page 158 servado en los años ochenta en todo el Cari- dad masiva de un organismo arrecifal es el be en los corales del género Acropora como del erizo negro Diadema antillarum, uno consecuencia principalmente de la enferme- de los herbívoros marinos más abundantes dad de banda blanca (Gladfelter, 1982; Fig. y significativos ecológi-camente en los arre- 160). Estos corales, de los más característi- cifes de la región. Esta especie desapareció cos y más importantes como formadores de casi por completo en 1983 a causa de un arrecifes en la región, se vieron a tal punto agente patógeno desconocido (Lessios et afectados que desaparecieron casi por com- al., 1984). Aunque en Colombia no se docu- pleto y en poco tiempo de la mayoría de las mentó adecuadamente su mortandad, sí se áreas coralinas (Solano et al., 1993; Garzón- detectó desde entonces su ausencia o pre- Ferreira y Kielman, 1993; Díaz et al., 1995). sencia mínima en todas las áreas coralinas También, se han observado mortalidades evaluadas. En la actualidad se aprecia ya masivas en otros grupos como los abanicos una recuperación considerable de sus po- Figura 160 de mar (gorgonáceos), que llevaron a re- blaciones en muchos sitios (Fig. 162). Setos de Acropora palmata afectados parcialmente por la enfermedad de la ducciones cercanas al 100% de especies co- La reducción drástica de las poblaciones banda blanca. El área que está siendo afectada se aprecia de color blanco, mo Gorgonia ventalina y G. flabellum en de organismos comerciales es, por su parte, en tanto que la zona que ya fue algunas áreas del sur del Caribe (Fig. 161), otro factor que se puede considerar como afectada ha dejado sin tejido el esqueleto coralino, el cual ha sido ya incluyendo las costas colombianas (Garzón- evidencia del deterioro actual en los arreci- colonizado por algas filamentosas que confieren la coloración amarillo Ferreira y Zea, 1992). Quizás el caso más fes del mundo (Birkeland, 1997). En Colom- verdoso. Al fondo se observan setos de esta especie completamente muertos conocido y mejor documentado de mortan- bia no existen estadísticas pesqueras confia- bles para documentar este problema. Sin embargo, es evidente en todos los arrecifes del Caribe colombiano el agotamiento de organismos de gran valor pesquero, como pargos (Lutjanidae), meros y chernas (Serra- nidae), roncos (Haemulidae), langostas (Pa- linuridae), cangrejos y caracoles. En su lu- gar, ahora son capturadas especies conside- radas anteriormente de baja calidad para el consumo humano, como son los peces loro (Scaridae), cirujanos (Acanthuridae), isabeli- tas (Pomacanthidae) y cachúas o ballestas (Balistidae). La mayoría de los pescadores en las diferentes áreas coralinas del Caribe hacen afirmaciones como: “hace 20 años se encontraban tantos pargos, meros, barracu- das y tiburones, que al común de la gente le daba miedo nadar en estas aguas; actual- mente puede considerarse privilegiado aquel que logre ver un tiburón o algunas de las otras especies de valor comercial”. Casi simultáneamente, con la reducción de la cobertura coralina y la casi desapari- ción de organismos arrecifales importantes, se han detectado otros cambios considera- bles en la estructura y función del ecosiste- ma coralino (Garzón-Ferreira, 1997). Uno de los casos más notables ha sido la reduc- ción del herbivorismo (como consecuencia de la muerte masiva del erizo Diadema y la disminución, en número, de otros herbívo- ros por sobrepesca) y la proliferación de las algas (Ginsburg, 1994; Hughes, 1994a,b). Figura 161 Detalle de una porción de abanico (Gorgonia ventalina) afectada por el hongo Aspergillus sp Como en muchas regiones del Caribe, las al- 158
  • 7. 141-176 10/07/2002 07:39 PM Page 159 gas se han vuelto el componente dominante de la biota bentónica en la mayoría de los arrecifes colombianos (Fig. 163). Por ejem- plo, la cobertura algal en San Andrés fue es- timada en un 70% en promedio en 1992 Figura 162 (Díaz et al., 1995), mientras que en el área Agregación de individuos de erizo de Santa Marta ha fluctuado entre 50 y 60% negro Diadema antillarum, cuyas durante la última década (Zea, 1993; Gar- poblaciones se han recuperado zón-Ferreira, 1999a,b). Las algas frondosas ostensiblemente en algunas áreas luego (en especial las pardas del orden Dictyota- de la mortandad masiva ocurrida entre les y las verdes calcáreas del género Hali- 1982 y 1984 que meda) se han observado proliferando en to- hizo casi desaparecer a esta especie del mar dos los arrecifes colombianos del Caribe, Caribe (Islas San Bernardo, 1999) particularmente en áreas protegidas de la energía directa del oleaje, donde llegan a cubrir las colonias coralinas y generar blan- queamiento y mortalidad del tejido coralino (Díaz et al., 1996a; Zea et al., 1998). Otras alteraciones en la estructura del ecosistema coralino tienen que ver con el reemplazo en la dominancia de las especies de corales co- mo consecuencia de las mortandades re- cientes de especies importantes y la nula o lenta recuperación de las mismas. Un ejem- plo de este cambio de especies es la actual dominancia del coral Porites astreoides en ambientes donde antes predominaba Acro- pora palmata, algo que es evidente particu- larmente en las Islas del Rosario y las Islas de San Bernardo (López-Victoria, 1999; Cendales, 1999). Debido a la complejidad de interacciones biológicas del ecosistema arrecifal, se sospecha que pueden ocurrir Figura 163 Proliferación de algas del género Dictyota en un arrecife de parche de la laguna arrecifal del complejo de la Isla Providencia muchos otros cambios como consecuencia de las recientes alteraciones, los cuales no han sido aún identificados o documentados apropiadamente. Uno de estos casos parece ser la aparente proliferación del pez poma- céntrido Stegastes planifrons. Este pez mor- disquea la superficie viva de las colonias co- ralinas para favorecer el crecimiento de ciertas algas de las cuales se alimenta. Ante- riormente (como ha sido observado en mu- chos arrecifes del Caribe colombiano), las parcelas o territorios para el cultivo de sus algas las realizaban estos peces entre las ra- mas del coral Acropora cervicornis, y las cuidaban de la depredación de otros orga- nismos. A raíz de la reducción drástica de las poblaciones del género Acropora en los años ochenta, el pez es ahora muy abun- dante y posiblemente está causando mayo- res daños en el arrecife al atacar corales de Figura 164 Territorio del pez damisela Stegastes planifrons (parte inferior de la foto), sobre colonias de Siderastrea siderea. El pez remueve crecimiento más lento (Fig. 164). pólipos del coral para permitir el crecimiento de las algas de las cuales se alimenta 159
  • 8. 141-176 10/07/2002 07:39 PM Page 160 2. CAUSAS DEL DETERIORO A pesar de las amplias controversias han afectado principalmente el archipiélago sobre el tema en los últimos años, de San Andrés y Providencia; sin embargo, la identificación de las causas prin- su impacto sobre los arrecifes de ésta área cipales del deterioro del ecosistema corali- ha sido poco documentado. Geister (1975) no ha resultado incierta o imposible en mu- observó en 1973 una amplia destrucción de chos casos, debido a la escasez de buenas Acropora cervicornis en la Isla de San An- bases de datos. En general, se acepta que el drés y la atribuyó al paso del huracán Irene problema es muy complejo y que con fre- por las costas de la isla en 1971. Otros hura- cuencia han actuado simultáneamente di- canes que han golpeado el archipiélago han versos factores, tanto de origen natural co- sido el Hattie en 1961 y el Joan en 1988. mo antropogénico, de modo que efectos Díaz et al. (1995) observaron durante 1992 aditivos y/o sinérgicos pueden haber acen- acumulaciones de esqueletos desprendidos tuado los procesos de degradación (Birke- de octocorales, numerosas cabezas de coral land, 1996). De esta forma, no es posible en volteadas y una completa destrucción de los estos momentos saber con certeza si la pro- arrecifes de A. cervicornis en fondos some- blemática del deterioro reciente ha sido ge- ros alrededor de San Andrés. Díaz et al., nerada mayormente por el hombre o por (1996b) atribuyen también el volcamiento agentes naturales, pero sí se reconoce al de setos de A. palmata en los cayos de Al- menos que buena parte de los daños sufri- buquerque al paso del huracán Joan en dos por los arrecifes en muchas partes del 1988 (Fig. 165). En 1996 uno de los autores mundo es consecuencia de agentes antro- (M. López-Victoria) presenció los efectos pogénicos. Se mantiene aún la duda acerca colaterales del huracán César sobre nume- de si algunas de las causas calificadas como rosas colonias de corales pétreos en la isla naturales, entre ellas, blanqueamientos ma- de Providencia. sivos y epidemias, lo son en realidad o si La exposición al aire y a la radiación solar han sido desatadas por el deterioro de la ca- directa de los corales durante mareas extre- lidad del ambiente marino generado por el mas bajas, es otro factor natural potencial- desarrollo de la civilización humana (Gar- mente importante para la regulación de la zón-Ferreira, 1997). población y la organización de la comuni- dad arrecifal en el Pacífico colombiano. Con 2.a. Causas Naturales base en el conocimiento del régimen de ma- En general, los corales presentan unos in- reas y la observación de grandes sectores de tervalos de tolerancia a la temperatura entre coral muerto en las partes someras de los 17 y 34°C, pero la mayoría vive cerca de su arrecifes, Glynn et al. (1982) sugirieron la límite máximo. Por tal razón, cambios brus- relación entre las mareas y la mortalidad de cos en estos niveles afectan severamente los corales en la Isla Gorgona. De hecho, se arrecifes coralinos. Así, entre los factores han reconocido varios eventos de exposi- globales que más inciden directa o indirec- ción que han ocurrido al menos desde 1993 tamente en el deterioro coralino, se encuen- (Zapata y Vargas-Angel, en prensa). Análisis tran el calentamiento de la atmósfera y el fe- realizados mostraron que los eventos de ex- nómeno de El Niño, que, como se mencio- posición pueden ocurrir cada 90 días. Sin nó anteriormente han afectado severamente embargo, los intervalos entre dos eventos muchos arrecifes de coral en el Pacifico consecutivos pueden variar entre 25 y 441 americano y en el Caribe, dando como re- días. En general, los arrecifes pueden estar sultado el blanqueamiento de los corales, expuestos más de dos veces durante una causando mortalidades masivas o haciendo- misma época de mareas y ocasionalmente los más susceptibles a otros tensores. hasta 5 veces. Estos eventos ocurren sola- Los huracanes son otra causa natural de mente entre enero-abril y agosto-diciembre. deterioro que puede contribuir localmente a Debido a que estos análisis están basados la disminución de especies (Hughes, en predicciones de mareas, éstos son sólo 1994b), tanto de corales como de organis- un indicativo de la importancia de la expo- mos asociados. En Colombia, los huracanes sición aérea como un agente perturbador 160
  • 9. 141-176 10/07/2002 07:40 PM Page 161 (Zapata y Vargas-Angel, en prensa). No to- dos los eventos de exposición aérea afectan los corales, pero después de repetidas y prologadas exposiciones, los tejidos ex- puestos (generalmente porciones distales de las ramas) presentan blanqueamiento y finalmente mortalidad. Posterior a la morta- lidad aparecen filamentos algales que con el tiempo crecen y eventualmente llegan a cu- brir toda la colonia. Como resultado, los sectores someros o porciones emergidas de las crestas presentan algas como un compo- nente importante del paisaje. Existen otros dos agentes naturales de de- terioro coralino que afectan principalmente las costas del Pacífico colombiano, la sur- Gorgonilla), presentó una subsidencia de Figura 165 Setos de Acropora palmata volcados gencia y el tectonismo de placas. La surgen- 0,8 m (Herd et al., 1981). Aunque no se re- en el banco Quitasueño, posible cia a lo largo de la costa pacífica de América consecuencia de una tormenta o de un gistró impacto negativo sobre las comunida- huracán Central es más apreciable de diciembre a des coralinas, eventos de esta naturaleza marzo. Bajo estas condiciones, las aguas su- pueden no solamente afectar severamente perficiales costeras pueden ser alejadas rá- los arrecifes coralinos, sino que pueden au- pidamente de la costa, disminuyendo el ni- mentar el efecto de otras perturbaciones na- vel del mar y reduciendo la temperatura su- turales (Cortés et al., 1992). perficial cerca de 10°C en menos de un día Como en la mayor parte del Mar Caribe, (Legeckis, 1988). Durante marzo de 1985, se diversas enfermedades han sido relaciona- presentó una surgencia bastante prolongada das con mortandades masivas de varios in- en el golfo de Panamá y Papagayo, causan- vertebrados importantes en arrecifes colom- do mareas rojas que afectaron varios arreci- bianos durante las dos últimas décadas, in- fes coralinos en América Central (Guzmán cluyendo las del erizo Diadema y de los et al., 1990). Según Legeckis (1988), este fe- abanicos de mar Gorgonia spp, menciona- nómeno disminuyó la temperatura del agua das anteriormente. En el caso de los abani- alrededor del sector afectado, alcanzando cos, se ha identificado recientemente a un las Islas Galápagos. Sin embargo, no hay re- hongo de origen terrestre (género Aspergi- gistros de los efectos de este evento en los llus) como responsable de la enfermedad arrecifes del Pacífico colombiano. No obs- (Smith et al., 1996). tante, los corales de Isla Gorgona y Utría de- En cuanto a las afecciones de origen pató- ben haber sido afectados por las bajas tem- Figura 166 geno en corales, se han diferenciado en Co- Enfermedad de la banda negra peraturas, la toxicidad, la disminución del afectando la parte superior de una lombia seis tipos de enfermedades que los colonia de Diploria strigosa oxígeno disuelto y la reducción en la pene- tración de la luz causadas por el boom de dinoflagelados (Guzmán et al., 1990). En fe- brero de 1989, se observó un amplio blan- queamiento coralino asociado con bajas temperaturas y mareas rojas en la ensenada de Utría (Vargas-Angel, 1996). La actividad tectónica por su parte, es un evento bastante común en el Pacífico co- lombiano, siendo la subsidencia tectónica el principal proceso a lo largo de estas costas (Herd et al., 1981). Durante el terremoto re- gistrado en Tumaco el 12 de diciembre de 1979, cuyo epicentro se situó a 200 km al SW de la isla Gorgona, el fondo marino del estrecho de Tasca (que separa a Gorgona de 161
  • 10. 141-176 10/07/2002 07:41 PM Page 162 afectan y les producen mortalidad (Garzón- sivas de Acropora palmata y A. cervicornis Ferreira et al., en prensa). La enfermedad de (Santavy y Peters, 1997). Se conocen dos ti- la banda negra (BBD) (Fig. 166) ha sido de- pos de WBD que se diferencian básicamen- tectada en numerosas localidades del Cari- te por la ubicación de la afección sobre la be, incluyendo a Colombia y el Indopacífico colonia. Se observa en general como una (Garzón-Ferreira, 1997). Afecta corales ma- banda sin tejido coralino, que muestra el sivos y se observa como una banda de fila- color blanco del esqueleto (Díaz et al., mentos sobre la colonia, que puede ser de 1995; Peters, 1997; Santavy Peters, 1997). color negro o marrón oscuro. La enferme- Ambas, BBD y WBD, fueron detectadas en dad de la banda blanca (WBD) (Fig. 167) Colombia por primera vez en 1992 en las ha sido observada en corales de formas ra- áreas del Parque Nacional Natural Tayrona Figura 167 Enfermedad de la banda blanca mificadas y ha sido señalada como la princi- (PNNT) y en la Isla de San Andrés respecti- afectando setos de Acropora cervicornis pal causa de las recientes mortandades ma- vamente, y posteriormente han evidenciado una distribución más amplia (Garzón-Ferrei- ra et al., en prensa). La enfermedad de los lunares oscuros (DSD) (Fig. 168) es la más común en Colombia y afecta principalmente a corales de forma masiva como Siderastrea siderea, Stephanocoenia intersepta y Mon- tastraea annularis. Se caracteriza por la presencia de depresiones circulares con una tonalidad más oscura en el tejido coralino vivo (Díaz et al., 1995). La enfermedad de la banda amarilla (YBD), fue descubierta recientemente en Colombia a partir de una epidemia ocurrida en las Islas de San Bernardo (Garzón-Ferrei- ra et al., en prensa). Se aprecia como una banda marcada de color amarillo intenso (Fig. 169). La banda roja (RBD) se caracte- riza por la proliferación de un tejido extraño de color rojo ladrillo y hasta ahora ha sido observada solamente en el Banco Quitasue- ño en 1998. La plaga blanca (WPD), descu- bierta en la Florida a principios de los años noventa (Fig. 170), es una enfermedad que afecta a numerosas especies de corales ma- sivos. Se observa usualmente como una Figura 168 Enfermedad de los mancha blanca irregular sin tejido coralino lunares oscuros afectando a una blando, ubicada en los márgenes de la colo- colonia de Stephanocoenia nia. Existen dos tipos de WPD identificados intercepta en la actualidad (Richardson et al., 1998), pero sus diferencias macroscópicas son muy ténues. Fue detectada por primera vez en Colombia en 1994 en el área del Parque Tayrona, afectando colonias del coral Mon- tastraea cavernosa. En los años siguientes ha sido observada más frecuentemente en otras áreas y afectando a otras especies. Observaciones recientes realizadas en el Figura 169 Caribe colombiano sugieren que en los Enfermedad de banda arrecifes existe una alta incidencia de otros amarilla afectando a una colonia de agentes naturales de mortalidad coralina, Montastraea faveolata cuya acción puede haberse incrementado 162
  • 11. 141-176 10/07/2002 07:42 PM Page 163 como consecuencia de los cambios ocasio- nados por otros factores tales como la so- brepesca y las mortandades masivas de otros organismos. Estos agentes son básica- mente el resultado de las interacciones (de- predación, competencia) de otros macroor- Figura 170 ganismos del arrecife con los corales. Uno Enfermedad de la plaga blanca de los más comunes es la depredación de afectando a una colonia de tejido coralino por parte de los peces loro Montastraea (Scaridae), los cuales además pueden remo- annularis. La enfermedad progresa ver en su acción porciones considerables desde el borde hacia el centro de la colonia del esqueleto (Fig. 171). En observaciones realizadas por uno de los autores durante 1994-1995 en cuatro atolones del archipiéla- go de San Andrés y Providencia, se encon- tró que el 9% de las colonias examinadas presentaban daños ocasionados por peces loro. El territorialismo del pez damisela Ste- gastes planifrons, al cual ya se hizo alusión anteriormente, es otro agente de deterioro coralino. El 12% de las colonias coralinas examinadas en 1995 en los mismos atolones presentaban territorios de la damisela, pre- sentándose en muchos casos daños extensi- vos en el tejido coralino. Como resultado de la competencia por el Figura 171 sustrato duro del arrecife, otros organismos Huellas o marcas causadas por el mordisqueo de peces loro (Scaridae) sobre una colonia de Siderastrea siderea sésiles (algas, esponjas, octocorales, asci- dias coloniales, etc.) pueden generar dete- rioro en las colonias coralinas por invasión (cubrimiento, Fig. 172) o agresión (física o química, sin contacto directo, Fig. 173). Las algas son actualmente los organismos que en mayor medida tienden a desplazar a los corales por competencia por el sustrato. Más de la mitad de los corales observados durante 1994-1995 presentaban tejido vivo invadido por algas frondosas vecinas y en muchos casos se observó blanqueamiento y muerte del tejido coralino en el sitio del re- cubrimiento. Figura 172 La esponja Ectyoplasia ferox recubriendo una colonia de Montastraea cavernosa 2.b Causas antropogénicas La sedimentación, ocasionada por la defo- restación y la consecuente erosión por esco- rrentía, representa uno de los agentes prin- cipales de estrés para los corales en la costa Figura 173 Agresión de una continental del Caribe colombiano, en espe- esponja del complejo Cliona aprica-C. cial debido a que las descargas de grandes langae-C. caribbaea (de color oscuro) ríos como el Magdalena, el Sinú y el Atrato sobre una colonia de Siderastrea siderea. influencian la mayor parte de la costa. En En la zona de general, estas descargas de sedimentos pue- contacto se evidencia una banda blanca den ocasionar blanqueamiento, así como que indica que el tejido coralino ha necrosis de ciertas partes del tejido vivo y muerto recientemente 163
  • 12. 141-176 10/07/2002 07:43 PM Page 164 muerte de las colonias (Cortés y Risk, 1985; se ha incrementado en los últimos 20 años. Hubbard, 1986; Cortés, 1990). Desafortuna- Otra fuente importante de estrés para los damente no existen datos históricos para ecosistemas costeros en Colombia es la con- evaluar posibles incrementos en los niveles taminación por aguas negras (Fig. 174), al de turbidez y sedimentación costera. No menos en el Caribe, debido a que casi todas obstante, la presencia de sedimentos finos las poblaciones costeras (varias de las cua- sobre depósitos de arenas gruesas en algu- les cuentan con más de 200.000 habitantes) nos arrecifes como los del Parque Natural descargan sus aguas servidas directamente Tayrona (Garzón-Ferreira y Cano, 1990), los en la costa sin ningún tratamiento (CORPES, altos niveles de deforestación en el país y la 1992). Se han encontrado evidencias claras fuerte degradación y altas tasas de sedimen- de degradación coralina en relación con tación de algunos arrecifes localizados cerca descargas de aguas negras en San Andrés, de las desembocaduras de ríos (Werding y una de las islas más densamente pobladas Sánchez, 1988; Acosta, 1994; Zea, 1993), su- del Caribe (Díaz et al., 1995), y alguna indi- gieren que el incremento en la sedimenta- cación de ello en la Bahía de Santa Marta ción costera debe ser considerado como (Werding y Sánchez, 1988; Zea, 1993). La una fuente de impacto para los arrecifes polución química ha sido identificada como continentales del Caribe. otro agente potencial de degradación arreci- Para la costa continental del Pacífico no fal debido a la presencia de ciudades indus- existe mayor información pero se asume trializadas en la zona costera (como Barran- que el impacto ocasionado por la carga de quilla y Cartagena) y de las desembocadu- sedimentos aportada por los numerosos y ras de grandes ríos que transportan los de- caudalosos ríos no sólo es uno de los prin- sechos contaminantes de otras ciudades cipales limitantes de la distribución de los grandes del interior del país. corales en esta región, sino que representa Alteraciones en la morfología del cauce y un factor importante de estrés para las esca- en la ubicación de desembocaduras de ríos sas formaciones coralinas existentes. Las para facilitar el desarrollo costero han gene- condiciones ambientales subóptimas asocia- rado deterioro considerable de arrecifes co- das con altas tasas de sedimentación son ralinos en Colombia desde épocas hispáni- factores causales de la reducción en las ta- cas. Durante el siglo XVII, los españoles sas de crecimiento de Pocillopora damicor- construyeron un brazo artificial del Río nis en la ensenada de Utría (Prahl y Vargas- Magdalena (el Canal del Dique) para de- Angel, 1989). Imágenes de satélite sugieren sembocar en la Bahía de Cartagena. Ello al- que los sedimentos en suspensión descar- teró las condiciones ambientales de la bahía gados por los ríos que desembocan en la generando un sistema estuarino y eliminó costa continental adyacente alcanzan a afec- formaciones extensas de corales que allí Figura 174 Vertimiento al mar de aguas negras tar las condiciones del agua en inmediacio- existían (INVEMAR, 1997). Durante las dos sin tratamiento previo en la Isla de San Andrés nes de la Isla Gorgona, y que esa influencia últimas décadas se han abierto desemboca- duras adicionales del canal del Dique en la Bahía de Barbacoas, ubicada al sur de la ba- hía de Cartagena y frente a Barú y las Islas del Rosario, con lo cual se producen co- rrientes turbias y eutroficación de las aguas afectando considerablemente los arrecifes coralinos del complejo de las Islas del Rosa- rio (Alvarado y Corchuelo, 1992). Como se mencionó anteriormente, es evi- dente el agotamiento de recursos pesqueros en la mayoría de los arrecifes colombianos, pero particularmente en los del Caribe, lo que demuestra que la pesca ha sido excesi- va y ha contribuido a los cambios en el eco- sistema (Fig. 175 ). Además de la sobrepes- ca, la pesca ilícita con explosivos ha sido un 164
  • 13. 141-176 10/07/2002 07:44 PM Page 165 factor de deterioro que ha estado presente tradicionalmente en varias áreas coralinas, como el Parque Natural Tayrona y las islas del Rosario y de San Bernardo. La utilización intensiva y sin control ade- cuado de las áreas coralinas para actividades náuticas o de recreación en general, que se ha venido acentuando en los últimos años, también ha contribuido al proceso de dete- rioro coralino (Fig. 176). Volcamientos, rayo- nes y fragmentación de las colonias debida a las anclas y las hélices de las embarcaciones y los encallamientos de grandes barcos, co- munes en los arrecifes de barrera y periféri- cos del archipiélago de San Andrés (Zea et Figura 175 al., 1998) y Providencia, son frecuentemente Dos pequeñas langostas son presa de un pescador en los arrecifes del área de San Bernardo el resultado de tales actividades. A continuación se presenta una tabla resu- men del efecto de algunas de las principales causas de deterioro coralino en Colombia. Los valores presentados son estimaciones obtenidas a partir de observaciones realiza- das por los autores y de información extrac- tada de trabajos recientes (entre otros Alvara- do y Corchuelo, 1992; Díaz et al., 1995; Gar- zón-Ferreira, 1997; Zea et al., 1998; Tabla 4) Figura 176 Huellas inconfundibles ocasionada por el casco de una embarcación encallada (Isla San Andrés) Resumen de las principales causas de deterioro en las áreas coralinas colombianas I. SAN BERNARDO I. DEL ROSARIO B. SALMEDINA* PROVIDENCIA* ÁREAS B. TORTUGAS B. BURBUJAS QUITASUEÑO SAN ANDRÉS B. BUSHNELL I. GORGONA PTO. LÓPEZ I. MALPELO I. FUERTE URABÁ* CAYOS* TENSORES PNNT Huracanes 2 3 3 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 Calentamiento 2 2 2 2 2 1 1 2 3 1 3 1 1 2 3 2 Enfermedades** 3 2 3 2 1 0 0 1 2 1 2 ? 3 1 ? 1 Sobrepesca*** 3 2 2 2 3 2 2 3 2 2 3 2 2 1 ? ? Descargas aguas continentales (sedimentación/alteración cuencas) 0 1 0 0 2 1 1 2 2 2 3 2 2 3 1? ? Aguas negras 2 1 0 0 1? 0 0 1? 1 0 2 1 1 0 0 0 Pesca con dinamita 0 0 0 0 ? 1 0 2 2 0 2 1 3 0 0 0 Actividades náuticas 3 2 1 1 2 1* 1* 2 2 0 3 1 3 1 2 1 Extracción coral 1 1 0 0 1 0 0 2 3 0 2 0 1 0 1 0 GRADO DE AFECCIÓN DE LOS TENSORES: suma de incidencia y permanencia en el tiempo. Categoría de 0 a 3 0=AUSENCIA 1=MÍNIMA 2=MEDIA 3=ALTA * Áreas muestreadas entre 1994-1996 1* Actividad mínima (únicamente buceo) ** Determinado a partir de Garzón-Ferreira et al., en prensa *** Incluye actividades de pesca en la zona y reducción de herbivoros 165
  • 14. 141-176 10/07/2002 07:44 PM Page 166 PERSPECTIVAS DE MANEJO Y CONSERVACIÓN F rente al fuerte ritmo de crecimiento nar la Red de Monitoreo Global de Arrecifes de la población humana, que se esti- de Coral (GCRMN), la Iniciativa Internacio- ma pasará de 5.400 a 8.500 millones nal de Arrecifes de Coral (ICRI), la Sociedad de personas en el año 2025, el futuro del Internacional de Arrecifes Coralinos (ISRS) y ecosistema coralino se ve seriamente ame- el Año Internacional de los Arrecifes Corali- nazado (Wilkinson y Buddemeier, 1994; Bir- nos (IYOR), que se celebró en 1997. Entre keland, 1997). El proceso de deterioro cora- las redes regionales merece especial men- lino puede seguir avanzando, teniendo en ción el programa CARICOMP (Caribbean cuenta que la mayor parte del crecimiento Coastal Marine Productivity), uno de los po- de la población ocurrirá en las zonas coste- cos programas internacionales de monito- ras de los países en desarrollo, donde están reo efectivamente funcionales, que involu- precisamente concentradas las formaciones cra 25 instituciones de 16 países del Gran coralinas. Por lo tanto, la presión sobre los Caribe (incluyendo a Colombia), que ha es- recursos pesqueros aumentará, al igual que tado tomando información estandari-zada el aporte de sedimentos, nutrientes y otros sin interrupción desde 1992. Otro programa contaminantes a través de los ríos y las des- efectivo que se ha iniciado más reciente- cargas de aguas negras. A su vez, se espera mente (1997) es Reef Check, una red de un aumento de la temperatura global pro- monitoreo global que promueve la partici- medio de 2 a 4ºC para el año 2100 como re- pación comunitaria para la toma de infor- sultado del cambio climático global, incre- mación y la difusión del valor y la proble- men-tando posiblemente la frecuencia e in- mática de los arrecifes de coral. tensidad de los eventos de blanqueamiento. Debido a las reducciones de áreas corali- Sin embargo, el incremento de la tempera- nas en el mundo, al aumento del deterioro tura podría permitir a su vez la colonización coralino y a la aparición cada vez más fre- coralina en nuevas áreas marginales (ver cuente de enfermedades epidémicas en los Garzón-Ferreira, 1997). corales, todas las especies de coral han sido Afortunadamente, paralelo al incremento catalogadas como “amenazadas” dentro de en el deterioro coralino, ha habido también la lista de CITES (Comisión Internacional un crecimiento considerable en el interés Sobre el Tráfico de Especies Amenazadas). por el conocimiento y la conservación de Adicionalmente, y según las categorías de la los arrecifes de coral entre muchos sectores Unión Internacional para la Conservación de la sociedad, incluyendo los relacionados de la Naturaleza (IUCN, sigla en ingles), la con el ecoturismo y los medios de comuni- mayoría de las especies se considerarían co- cación (Garzón-Ferreira, 1997). Es cada vez mo “vulnerables”. En Colombia también ha más frecuente observar páginas editoriales y crecido el interés por los arrecifes de coral. secciones en revistas y periódicos destina- Esto es evidente al analizar el número de in- das al tema de la educación ambiental reali- vestigaciones realizadas en las últimas cua- zadas por periodistas, sociólogos, aboga- tro décadas: siete trabajos en los años se- dos, políticos y filósofos que se han percata- senta, 70 en los setenta, 114 en los ochenta do del desastre que se avecina si no se to- y cerca de 140 en los noventa (Garzón-Fe- man medidas al respecto, que buscan crear rreira, 1997). Igualmente, en 1997 se consti- conciencia en el lector sobre los daños que tuyó la Sociedad Colombiana para el Estu- la actividad humana ha producido y sobre dio y Conservación de los Arrecifes Corali- “la necesidad que tiene la naturaleza de te- nos (SCCAR), y COLCIENCIAS organizó la ner quien la defienda” (El Tiempo, 11-10- formulación de un Plan Estratégico Cuatrie- 1999). Por su parte, los científicos y las enti- nal (1997-2000) de investigación en arreci- dades en todo el mundo (gubernamentales fes coralinos. Desde 1998 se esta trabajando y privadas), han intensificado el estudio del en el diseño y montaje del Sistema Nacional ambiente coralino; cada año se crean nue- de Monitoreo de Arrecifes Coralinos en Co- vos programas de monitoreo, redes de in- lombia (SIMAC), que cuenta ya con el apo- vestigación y sociedades e iniciativas en tor- yo de varias instituciones nacionales para su no al tema. Entre estos vale la pena mencio- continuidad en el largo plazo y ha estableci- 166
  • 15. 141-176 10/07/2002 07:44 PM Page 167 do estaciones permanentes en varias áreas servación, investigación, educación, recrea- coralinas del país (Garzón-Ferreira, 1999b). ción, cultura, recuperación y control. El manejo para la conservación de los arre- Adicionalmente, desde diciembre de 1996 cifes coralinos en Colombia fue impulsado a existe el Area de Manejo Especial los Cora- través de la Ley 99 de 1993 que creó el Sis- les del Archipiélago de San Andrés, Provi- tema Nacional Ambiental (SINA) y el Minis- dencia, Santa Catalina y Cayos, que incluye terio del Medio Ambiente. El SINA está inte- todas las áreas coralinas, cayos y formacio- grado por el Ministerio, 34 corporaciones nes similares dentro del Archipiélago de San regionales, 5 instituciones de investigación Andrés y Providencia. y la Unidad Administrativa Especial del Sis- A pesar de haber sido protegidas, las for- tema de Parques Nacionales Naturales maciones coralinas del Pacífico y Caribe co- (UAESPNN), que trabajan en coordinación lombianos no están totalmente exentas de para implementar acciones de manejo (fun- perturbaciones inducidas por actividades damentadas en información científica) que humanas. Actualmente, la pesca es todavía permitan proteger los recursos naturales. una práctica común en muchas de estas En Colombia existen actualmente 6 par- áreas y una de las mayores fuentes de con- ques nacionales que involucran arrecifes flicto entre los pescadores locales y las au- coralinos dentro de sus áreas de protección, toridades. Por su parte, la recolección de tanto en el Caribe como en el Pacífico: corales para la fabricación de artesanías es una práctica que parece mantenerse en mu- 1. Parque Nacional Natural Tayrona: creado en chas áreas coralinas colombianas. agosto de 1969, que abarca la mayoría Es cierto que frenar la deforestación mun- de las formaciones coralinas del área de dial o evitar el cambio climático global re- Santa Marta. sulta prácticamente imposible; sin embargo, es necesario desarrollar acciones que contri- 2. Parque Nacional Natural Corales del Rosario y buyan a conocer, promover, valorar, prote- San Bernardo: creado en junio de 1979 y ger, conservar y aprovechar de forma sus- que amplió su cobertura a las Islas de tentable los distintos ecosistemas. Frente a San Bernardo y Bajo Tortugas en 1996, la falta de información que aún persiste so- incluye casi todos los arrecifes de coral bre los factores que determinan la estructu- de Isla Barú, Islas del Rosario, Islas de ra, función y salud de los arrecifes corali- San Bernardo y bajos cercanos. nos, es necesario seguir manteniendo una posición conservadora al tomar decisiones 3. Parque Nacional Natural Old Providence and Mc relacionadas con la explotación de sus re- Bean Lagoon: creado en enero de 1996, cursos. Paralelamente, es fundamental con- cuenta con algunos arrecifes coralinos al tinuar con la investigación básica y aplica- frente de la costa NE de la Isla de Provi- da, no sólo de los corales sino también de la dencia. biota asociada a estos ambientes, amplian- do a su vez los programas de monitoreo, 4. Parque Nacional Natural Isla Gorgona: creado para contar con mejores elementos de juicio en noviembre de 1983, posee las forma- y poder tomar medidas de manejo acerta- ciones coralinas mejor desarrolladas en das. Entre estas últimas, es urgente hacer el Pacífico colombiano. verdaderamente efectivos el control y la protección de los parques naturales y otras 5. Parque Nacional Natural Ensenada de Utría: áreas de reserva y establecer sistemas de creado en diciembre de 1986. tratamiento adecuados para las aguas servi- das, tanto de las ciudades costeras como de 6. Parque Nacional Natural Malpelo: creado en las ciudades tierra adentro que las vierten a octubre de 1995, clasificado también co- los ríos. mo santuario de fauna y flora, abarca las áreas coralinas alrededor de la isla. En estas áreas, en general, son prohibidas todas las actividades diferentes a las de con- 167