1. Deusto 131 45
Me he enamorado
de un robot
internet
En 2013, la película Her, dirigida por
Spike Jonze y protagonizada por Joa-
quin Phoenix, nos contaba la historia de
un hombre que se enamora de su siste-
ma operativo, con el que mantiene lar-
gas conversaciones y que es el que me-
jor le conoce. Esta cinta fue catalogada
en dos géneros: romántica y ciencia fic-
ción. Quizás tras leer este artículo, deci-
das quitarla de ciencia ficción. Y es que
los principales actores de internet han
coincidido en que 2016 será el año de
la inteligencia artificial y los bots en las
redes sociales.
Empecemos el recorrido con Facebook,
que como no podía ser de otra manera,
está trabajando ya en esta línea y con mu-
chos frentes abiertos. Un ejemplo de ello
es su software DeepText, que según la pro-
pia compañía, es capaz de analizar y en-
tender con precisión casi humana el con-
tenido textual de miles de mensajes por
segundo, en más de 20 idiomas diferen-
tes. Pero, ¿qué significa eso de entender
con precisión casi humana? Pues que ese
motor de inteligencia artificial puede co-
ger nuestras publicaciones y determinar
la temática de las mismas (si hablamos
de música, deporte, política, etc.), las per-
sonas o entidades protagonistas, identi-
ficar coloquialismos, palabras ambiguas,
etc... y todo esto, como indicaba anterior-
mente, en más de 20 idiomas. De hecho,
nos ofrecen ya la traducción automática
de las publicaciones que vemos en nues-
tro muro. Y no se quedan solo en el análi-
sis de texto, porque a su ya conocido soft-
ware de reconocimiento de caras (que
dicen que es más preciso y tiene una base
de datos más grande que la propia NSA),
le están sumando el aprendizaje textual.
De esta manera, si publicas una foto de un
bebé recién nacido junto al texto «25 de
abril», son capaces de identificar y marcar
esto como un hito familiar, que almacena-
rán en su base de conocimiento. También
están trabajando en el reconocimiento de
voz y de personas dentro de vídeos. Por
supuesto, con todo esto nutren a su al-
goritmo de publicaciones, para que lue-
go solo nos muestre las de aquellos con-
tactos que Facebook cree que nos pueden
interesar más. Pero además, usarán esa
información en su nuevo gran reto: los
chatbots para Messenger, su aplicación de
mensajería instantánea. Esos chatbots se-
rán capaces de responder de manera au-
tomatizada a los usuarios en nombre de
una organización, con mensajes estructu-
rados e información aprendida de conver-
saciones previas. Por ejemplo, conocerán
nuestros datos, si antes hemos usado el
servicio y nos darán respuestas a medida.
Como veis, por el momento, la orientación
de estos bots será el comercio electrónico
que ofrecerá un soporte personalizado las
24 horas del día, los 365 días del año, con
un ahorro de coste importante al no nece-
sitar de la intervención de personas.
Pero Facebook no es el primero en en-
trar en el mundo de la inteligencia ar-
tificial. Por supuesto, tenemos en mente
al famoso Siri de Apple, al que le pode-
mos preguntar desde qué tiempo hará
mañana hasta ordenar que nos despier-
te a una hora determinada. Microsoft
también ha entrado en el juego con su
propio asistente de voz, Cortana (dispo-
nible no solo para smartphones con Win-
dows, sino también para Android e iOS).
Y Amazon ha hecho lo mismo con Ale-
xa, un «esclavo» que, a diferencia de sus
homólogos, tiene forma física. Se tra-
ta de un pequeño cilindro que podemos
colocar en cualquier rincón de nuestro
hogar y lanzarle órdenes a sus siete mi-
crófonos integrados. Por ejemplo, le po-
dremos pedir que reproduzca nuestra
canción favorita (dato, que por supuesto,
conocerá), que regule las luces de nues-
tro salón o que encienda el lavavajillas.
Lo que nunca sabremos es cuándo deja
de escuchar la pequeña criatura.
Los bots también campan a sus anchas
por Telegram, la aplicación de mensa-
jería instantánea que sigue tratando de
hacerse un hueco junto a WhatsApp. Por
ejemplo, durante las elecciones del pa-
sado 26 de junio, nació a Polibot, que
seleccionaba noticias, gráficos, encues-
tas e información relacionada con los
partidos políticos, pero siempre de ma-
nera personalizada. Para ello, el bot nos
preguntaba al inicio datos personales
como nuestro sexo, edad y ubicación.
No sé si estamos cerca o lejos del pa-
norama que se relataba en Her, pero lo
que está claro es que cada vez será más
normal interaccionar con máquinas en
nuestro día a día. Máquinas que sabrán
tanto de nosotros que quizás sean capa-
ces de conquistarnos. Y tú, ¿te has ena-
morado ya de un robot?
Lorena Fernández
www.loretahur.net
ImagendeJennandTonyBot(CCby-nc)