El documento describe un estudio que utilizó optogenética para estudiar las neuronas involucradas en la memoria en ratones. Los ratones aprendieron a navegar por un laberinto y se activaron ciertas neuronas al recordar el camino. Luego se les enseñó nuevos laberintos con descargas eléctricas para errores, y rápidamente recordaron esto para evitar las descargas. El estudio sugiere que esta técnica podría aplicarse al tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
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El estudio ha empleado la técnica de la optogenética, una estimulación eléctrica de
neuronas genéticamente modificadas que están programadas para iluminarse cuando están
activas.
Esto permite a los científicos apuntar con un láser a neuronas individuales o agrupadas para
estudiar su comportamiento, en este caso concreto se trataba de comprobar su reacción al
expresar un recuerdo específico.
El objeto de estudio fueron ratones de laboratorio a los que se introducía en un laberinto. Se
comprobó que al aprender el recorrido por el laberinto entraban en acción unas neuronas
concretas iluminados como un árbol de Navidad. Posteriormente se les llevó a nuevos
laberintos con recorridos distintos y se les aplicaba una ligera carga eléctrica si erraban el
camino cuando se internaban por caminos diferentes a los del primer laberinto.
Así llegamos al tercer laberinto, donde los científicos encontraron que los ratoncillos
reaccionaban con gran rapidez al recordar las descargas anteriores y tardaban menos en
encontrar el camino correcto. Y efectivamente, las neuronas que se activaban, iluminándose,
se concentraban en una pequeña área.
Conociendo esto se puede aplicar del conocimiento adquirido al tratamiento de
enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Suponemos que sin descargas
eléctricas a los pacientes.
Millones de usuarios aún utilizan versiones viejunas de Android
Mientras algunos esperan como agua de mayo las versiones más recientes del SO de
Google, hay millones de usuarios de smartphones con Android que viven tan felices con la
versión 1.5 del mismo, una reliquia de hace 3 años, casi una era geológica en el cómputo
temporal de la telefonía móvil.
Se llamaba Cupcake y cuando apareció vino acompañada de deslumbrantes opciones para
un teléfono inteligente como la rotación automática del sentido de la pantalla y la posibilidad
de subir vídeos a YouTube. Y aún hay más de un millón de usuarios que siguen anclados a
ese Android 1.5.
Claro, que una versión posterior, Froyo, acumula nada menos que 75 millones de usuarios
en todo el mundo, lo que no está nada mal para un software de hace dos años. La
explicación no puede reducirse a un único factor, aunque parece claro que no todo el mundo
que posee uno de estos dispositivos está interesado en mantener actualizado el SO, de
hecho es posible que ni sepan de que se les está hablando cuando se les pregunte “¿qué
2. versión de Android lleva tu móvil?”. Seguramente miraran a su dispositivo mientras te
contestan “no, yo la funda protectora la compro en el mercadillo de los jueves”.
En parte habrá su tener en cuenta que hay muchos usuarios que no cambian de móvil con
tanta asiduidad como otros y si dos años después mantienen el mismo terminal lo más
probable es que sea incompatible con las nuevas actualizaciones de Android e incluso
encontrarían problemas si tratasen de actualizarlo.
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Habría que valorar en su justa medida si esto es algo positivo o negativo. Por un lado queda
claro que un móvil de hace 3 años puede seguir siendo totalmente válido, por otro hay que
recordar que al otro lado de la omnipresente batalla por el trono del sector, un iPhone3GS
(salió en 2009) puede actualizar su SO a la versión de 2012 mientras que Ice Cream
Sandwich… en un móvil de hace 3 años… pues va a ser que no.