Los Enciclopedistas fueron un grupo de filósofos franceses del siglo XVIII que colaboraron en la producción de la Encyclopédie bajo la dirección de Denis Diderot. La Encyclopédie buscaba compendiar y difundir el conocimiento humano de forma ordenada y sistemática, abandonando doctrinas caducas. Figuras clave como Diderot, D'Alembert y Rousseau contribuyeron a la obra y sus ideas prepararon el terreno para la Revolución Francesa.
Los Enciclopedistas y la difusión de las nuevas ideas en el siglo XVIII
1. 4.4. LOS ENCICLOPEDISTAS (XVllld.c.):
Una enciclopedia (griego: ἐ νκύκλιos παιδεία [enkyklios paideia], 'instrucción en un
círculo') es un texto que busca compendiar el conocimiento humano. La
enciclopedia reúne y divulga datos especializados o dispersos que no podrían ser
hallados con facilidad y que presentan un importante servicio a la cultura moderna.
El término enciclopedista es normalmente usado para nombrar a un grupo de
filósofosfranceses que colaboraron en el siglo XVIII en la producción de la
Encyclopédie, bajo la dirección de Denis Diderot. También puede ser usado como
término general para nombrar a personas que ayudan a escribir una enciclopedia.
Fue editada por Denis Diderot en París entre 1751 y 1772 y recogía las opiniones
más avanzadas de su tiempo en materia de filosofía, política y religión. La
publicación de la obra fue suspendida varias veces por prohibiciones del
Parlamento y por condenas eclesiásticas. En ella colaboraron muchos de los
grandes escritores del momento, como Montesquieu, Voltaire, Jean-Jacques
Rousseau y Friedrich Melchior, baron von Grimm.
“EL PROPÓSITO DE LA ENCICLOPEDIA ES ORDENAR EN UNA FORMA
COHERENTE Y SISTEMÁTICA TODOS LOS CONOCIMIENTOS HUMANOS
EXISTENTES, HASTA EL MOMENTO, ABANDONANDO ASÍ UN SINNÚMERO
DE DOCTRINAS Y CREENCIAS CADUCAS, QUE DEBÍAN DAR PASO A UN
EXAMEN DE LA RAZÓN”.
Los Enciclopedistas fueron los autores de la “Enciclopedia o diccionario de las
Ciencias, de las artes, de los oficios, por una Sociedad de gentes de letras”, más
conocidos como Enciclopedia. Ante esa oportunidad, dichos pensadores
concibieron la idea de redactar una obra cuyo principal objetivo fuera la difusión de
las nuevas ideas.
La enciclopedia fue el más efectivo instrumento de propagación filosófica, bajo la
apariencia de imparcialidad.
Las nuevas ideas proclamadas por los enciclopedistas ejercieron mucha influencia
en la sociedad y prepararon el ambiente para la Revolución Francesa de 1789.
La ambición totalizadora de éstos representaba un esfuerzo de documentación y
de síntesis que no podían ser dominados por unos cuantos individuos aislados. En
ella colaboraron todo un conjunto de hasta 160 personas de las más variadas
ocupaciones como literatos, científicos, artistas, magistrados, teólogos, nobles y
artesanos que fueron conocidos como les encyclopédistes. Diderot en el artículo
Enciclopedia de la propia obra los describe de la siguiente forma: ocupado cada
cual de su parte y unidos solamente por el interés general del género humano y
por un sentimiento de recíproca benevolencia.
Estos escritores esperaban forjar un poderoso instrumento para luchar contra el
oscurantismo de las autoridades políticas y religiosas.
La mayoría de las figuras culturales y científicas de la época colaboraron en esa
empresa.
De manera plenamente consciente, estos hombres estaban dando la espalda
tanto a la religión como a la metafísica como fuentes de conocimiento, viendo en
la ciencia pura una nueva fuerza motriz intelectual. Reunieron en una vasta obra
todos los conocimientos científicos de la época, no como un mero registro
alfabético, sino como un relato del modo científico de enfrentarse al mundo.
4.4.1. Dionisio Diderot (1713 – 1784 d.c.):
2. Filósofo francés. Nació en Langres el 5 de octubre de 1713 y murió en París el 31
de julio de 1784.
Comenzó la carrera eclesiástica, pero la abandonó por la realización de
traducciones y catalogaciones.
Su pensamiento ateo, derivado de Hume y de los psicólogos asociacionistas
ingleses, no fue bien recibido en la época, al atentar contra el orden moral
imperante. Así su obra Pensamientos filosófico (1746) fue ordenada quemar por el
Parlamento francés. Igualmente es encarcelado por la publicación de Carta sobre
los ciegos. Más tarde redacta un Diccionario médico universal, que adapta de la
Cyclopaedia de Chambers, de donde concibe la idea de una Enciclopedia o
diccionario razonado de las ciencias, las artes y las materias, de la que vería
aparecer 17 volúmenes entre 1751 y 1765.
“INSISTE EN COLOCAR LA RAZÓN POR ENCIMA DE LA FE, COMO LA
ÚNICA GUÍA DEL HOMBRE, Y SU ÚNICO FIN ES ENCONTRAR LA
FELICIDAD”.
Ateo francés, director de la enciclopedia, considera que la materia está dotada de
extensión, forma, impenetrabilidad y movimiento, el espacio y el tiempo son
formas subjetivas de la existencia material.
Dice que los curas son enemigos de la razón y protegen la ignorancia, niega la
existencia del alma diciendo que la conciencia es una propiedad de la materia, y
que el hombre es producto de una cadena ininterrumpida de desarrollo, aduciendo
que los conceptos nacen de las sensaciones. Y a esto elaboro una teoría general
del arte y una doctrina estética de las principales artes.
Obras: interpretación de la naturaleza, el sobrino de Rameau, salones, la paradoja
del comediante, cartas a Sofía volland, adición a los pensamientos filosóficos.
La figura de Diderot resulta extraordinaria aun en el panorama francés del siglo
XVIII, tan pródigo en personajes de recia personalidad: Montesquieu, Rousseau,
Voltaire, D’Alembert, Fontenelle, Condillac, Chénier, Malesherbes… Su obra dejó
profunda huella en el pensamiento contemporáneo, no sólo por su originalidad,
sino porque Diderot tuvo un papel primordialísimo en la iniciación de nuevos
rumbos como director y animador de la famosa Enciclopedia, monumento para
cuya construcción se aglutinaron los esfuerzos de los más insignes intelectuales
de la época, y que constituyó la base teórica de la Revolución francesa.
No articuló nunca una ideología concreta. Más atento a la discusión y a la
polémica, dedicó sus esfuerzos a combatir las ideas dominantes de la época,
siendo su labor más destructiva que creadora; y acaso cumplió así la tarea que le
correspondía, allanando el camino para que los renovadores pudieran alzar el
nuevo edificio.
Diderot no forjó ni siguió ningún verdadero sistema. Iba exponiendo sus ideas
«sobre la marcha»; no las destilaba de razonamientos, sino que las basaba en
hechos averiguados y comprobados por las ciencias. No puede, sin embargo,
considerársele absolutamente materialista, pues su tendencia tiene bastante de
panteísta y no poco de hilozoísta, «admitiendo en todas partes la vida e
identificada con todos los seres la divinidad».
Su famosa frase «El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad»
4.4.2. Juan Le RondD´Alembert (1717 – 1783 d.c.):
3. Filósofo francés, fue un físico francés, matemático y hombre de letras. Geómetra,
y literato francés. Nació en París el 17 de noviembre de 1717. Hijo natural, fue
abandonado en el pórtico de Saint Jean le Rond, cerca de Nôtre Dame, de donde
fue recogido y entregado después a la mujer de un vidriero, que le sirvió de
nodriza y con la cual vivió luego largo tiempo, considerándola como su propia
madre. Su padre natural, Destouches, Comisario de Artillería, le dejó una renta de
1200 francos, con la cual pudo atender a su subsistencia y educación. Falleció el
29 de octubre de 1783.
A la edad de 22 años escribió su primer libro: Memoria sobre el cálculo integral
(1739). Su trabajo científico más importante, Tratado de dinámica (1743), marca
una época en la ciencia de la mecánica, ya que enuncia la teoría conocida como el
principio de D'Alembert, que descubrió a los 26 años que dice lo siguiente: el
resultado de las fuerzas ejercidas sobre un sistema es equivalente a la fuerza
efectiva sobre todo el sistema.
Su obra Reflexiones sobre la causa general de los vientos (1746) contiene el
primer concepto del cálculo de ecuaciones en derivadas parciales. En 1749
propuso la primera solución analítica de la precesión de los equinoccios.
En 1751 se asoció con el enciclopedista francés Denis Diderot para editar la gran
Enciclopedia francesa. Aunque abandonó la redacción en 1758 debido a las
presiones gubernamentales sobre la publicación, D'Alembert continuó trabajando
en artículos de ciencia y filosofía.
“PARTE DE LA CONVICCIÓN DE QUE TODOS NUESTROS CONOCIMIENTOS
PROCEDEN DE LOS SENTIDOS”.
Afirma que desde los principios de la ciencia profana hasta los fundamentos de la
revelación, desde la metafísica hasta las materias de gusto, de la música a la
moral, desde las disputas escolásticas de los teólogos hasta los objetos del
comercio, de los derechos de los príncipes a los de los pueblos, de la ley natural a
las leyes arbitrarias de las naciones, en una palabra, desde las cuestiones que
llegan a la mayoría hasta las que interesan a los menos, todo ha sido discutido y
analizado o, por lo menos, agitado.
Una nueva luz sobre algunos objetos, una nueva obscuridad sobre muchos otros,
ha sido el fruto o la consecuencia de este fervor general de los espíritus, como el
efecto del flujo y reflujo del océano es el de llevar hacia la orilla unas cosas y alejar
otras"
Diderot pidió la colaboración de d´Alembert, quien se encargó de redactar el
Discurso preliminar. En él d´Alembert presenta la Enciclopedia como un sistema
de todos los conocimientos humanos; al ser éstos inabarcables, busca una
manera de representarlos en síntesis y, para ello, sigue la clasificación del «árbol
del canciller Bacon», que divide la actuación de las facultades intelectuales y
fabriles del hombre en facultades de memoria, razón e imaginación.
La memoria es la sede de la experiencia o del conocimiento directo (historia); la
razón, de la reflexión hecha con el razonamiento (filosofía); la imaginación, de la
imitación reflexiva (bellas artes o poesía). Cada uno de estos grandes grupos de
ciencias y actividades humanas se subdivide en muchos otros apartados que
configuran, en definitiva, el árbol «de las ciencias, de las artes y de los oficios».
4.4.3. Juan Jacobo Rousseau (1712 – 1778 d.c.):
4. Filósofo francés nacido en Ginebra, actual Suiza el 28 de junio de 1712 y muere
en Ermenonville, Francia el 2 de julio de 1778.Usualmente es definido como un
ilustrado, pero parte de sus teorías son una reforma a la Ilustración y prefiguran el
posterior Romanticismo.
Sus obras, tales como Discurso sobre las Ciencias y las Artes (1750) o El Contrato
Social (1762), influyeron poderosamente en su época y en los siglos sucesivos.
Su tesis fundamental es la concepción de la naturaleza humana, antagónica con la
cultura objetiva. La cultura histórica ha ahogado la verdadera naturaleza humana,
en tanto que fundamento de la auténtica moral, que hay que buscarla no en la
razón, sino en el sentimiento. Rousseau cree en un estado primitivo del hombre en
el que la cultura no lo había desnaturalizado, por lo que el ideal del hombre ha de
ser una armonización de todos los sentimientos en una cultura. En política, ha de
manifestarse en la voluntad general, como expresión de la voluntad de los
individuos. Pese a ser colaborador de la Enciclopedia, fue el gran disidente. En
1749, en el concurso de la Academia de Dijon sobre el tema ¿Ha contribuido al
mejoramiento de las costumbres el progeso de las ciencias y de las artes?, su
respuesta fue que no, puesto que las ciencias y las artes se originan en los vicios,
los alimentan y son el origen de la desigualdad entre los hombres. Esta
problemática fue la desencadenante de su pensamiento. La naturaleza le da al
hombre lo necesario para que se pueda sentir bueno y feliz, la razón se puede
desviar, pero los instintos no.
EN EL CONTRATO SOCIAL: “CADA UNO PONE EN COMÚN SU PERSONA Y
TODO SU PODER BAJO LA SUPREMA DIRECCIÓN DE LA VOLUNTAD
GENERAL, Y CADA MIEMBRO CONSIDERADO COMO PARTE INDIVISIBLE
DEL TODO”.
Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución
francesa, el desarrollo de las teorías republicanas, y el crecimiento del
nacionalismo, pues se oponían abiertamente a las de la ilustración francesa
puesto que desvalorizaba la cultura, la razón y la sociedad en favor del hombre en
estado natural. Su valorización del sentimiento resultaba además, escandalosa.
Del mismo modo, eran polémicos sus ideales políticos. Sin embargo, sus ideas
tuvieron un enorme éxito y fue el ilustrado que más influyó en los futuros
revolucionarios. Su herencia de pensador radical y revolucionario está
probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida
en El contrato social: «El hombre nace libre, pero en todos lados está
encadenado»; la otra, contenida en su Emilio o de la Educación: «El hombre es
bueno por naturaleza», de ahí su idea de la posibilidad de una educación.
Rousseau concebía la democracia como un gobierno directo del pueblo. El
sistema que defendía se basaba en que todos los ciudadanos, libres e iguales,
pudieran concurrir a manifestar su voluntad para llegar a un acuerdo común, a un
contrato social. En El contrato social diría que «toda ley que el pueblo no ratifica,
es nula y no es ley» y que «la soberanía no puede ser representada por la misma
razón que no puede ser enajenada». Como la voluntad general no puede ser
representada defendía un sistema de democracia directa que inspira, hasta cierto
punto.