2. László Moholy-Nagy es una de las grandes figuras de la modernidad. Su
concepción de las artes como un todo y su deseo de suprimir la separación y
jerarquización entre ellas; su confianza en las posibilidades de una nueva
cultura industrial en la que las distinciones entre arte y no arte, entre
artesanía y producción mecanizada dejaran de ser pertinentes; su
pasión por la pedagogía como medio para llegar al ideal del
«hombre nuevo y total» y la necesidad del arte para
lograrlo; su anhelo de acabar con la noción arcaizante
de la figura del artista como genio, su
aspiración al ideal de artista total... hacen
de él una figura imprescindible y fundamental de
la primera mitad del siglo XX.
3. En su faceta de profesor en la Bauhaus se mantuvo siempre fiel a su ideal pedagógico,
concebido, no tanto como enseñanza, sino como educación moral del ser humano y
considerado fundamental, tanto para desarrollar las virtualidades de cada estudiante,
como para preparar la llegada del «hombre nuevo y total», un hombre que integrara lo
racional, lo afectivo y lo sensorial, al que aspiraron las vanguardias de los años 1920.
Moholy-Nagy con sus alumnos de la Bauhaus
4. Trató de acercar la comprensión del arte contemporáneo al espectador. Si normalmente nos
gusta lo que comprendemos y buscamos aquellas cosas que conocemos de memoria,
reflexiona, podremos también comprender el arte contemporáneo si nos adentramos en él y
entendemos sus reglas.
5. La distinción entre producción y reproducción es fundamental en la obra de Moholy-Nagy.
«Las obras son valiosas únicamente si son capaces de establecer relaciones hasta ese
momento desconocidas». Esto se sustenta en la idea de que la condición humana aspira
continuamente a captar nuevas sensaciones, lo que explica la permanente necesidad de
experimentar nuevas formas de creación. Las obras que se limitan a repetir relaciones ya
conocidas serán denominadas «reproductivas» y consideradas «un simple caso de
virtuosismo», mientras que las que producen nuevas relaciones se denominan «productivas».
Así pues, la capacidad de la obra de arte para producir algo nuevo –elemento fundamental de
la modernidad– se convierte en un criterio central.
6. Consecuentemente con sus ideas, 1926 marca su apogeo en la producción pictórica, para a
partir de 1927 dar lugar a las experiencias escénicas, fotográficas, fílmicas y cinéticas. Pero ello
sin renunciar a la pintura. Lo que hay que hacer, a su entender, es abandonar la pintura
figurativa heredada del pasado y dar libre paso a la pintura no figurativa, o pintura «pura».
Móvil en plexiglas
estático
y en movimiento
Estructura cinética
Utensilio luminoso para escenario eléctrico
7. La obra más acabada de Moholy-Nagy en
su persecución de la creación con luz es el
Utensilio luminoso – Modulador espacio-
luz, un dispositivo para la «demostración de
fenómenos cinéticos y de luz» realizado por
el artista tras ocho años de
experimentaciones. Se trata de un conjunto
mecánico constituido por una estructura
eléctrica de espejos y lámparas. Este
Modulador fue el precursor del arte óptico y
cinético de los años sesenta-setenta del
siglo XX sobre los que ejerció una gran
influencia.
Muestra que se pueden conseguir vivos
efectos de iluminación por medio de la luz
artificial regulable y que los impulsos
eléctricos hacen posible la realización de
movimientos pre calculados, que pueden
repetirse sin cambios. Así, la luz y el
movimiento se convierten en elementos
creativos.
8. En su ensayo Pintura, fotografía, cine, escrito durante su período como profesor de la Bauhaus,
Moholy-Nagy elabora una teoría estética de la luz. La luz como matriz del arte, el arte como arte
de la luz. Esta teoría estética de la luz será aplicada tanto a la pintura como a la fotografía y el
cine, pero también a la escenografía y al diseño. A partir de ahí, la luz fundamenta la obra
teórica y práctica de Moholy-Nagy. Para el artista, cualquier arte adquiere sentido en la medida
en que refleja la luz. La pintura será reinterpretada bajo este criterio constituido por la luz.
.
9.
10. En la fotografía porque, como su misma etimología dice, es «escritura de la luz»; en el cine
porque su esencia reside en las «relaciones de movimientos entre las proyecciones de luz».
En su búsqueda de una pintura que refleje la luz, Moholy-Nagy experimenta utilizando
diferentes medios, como una pantalla sobre la que proyectar los efectos luminosos del cuadro,
pintar bandas similares a una celosía o reja, perforando las superficies sólidas para que al ser
iluminadas arrojaran figuras de luz y sombra sobre el fondo, pintar en el reverso y anverso de
las láminas, pintar sobre láminas de celuloide unidas con gusanillo…Todo ello, con el fin de
conseguir cuadros móviles, con sombras y reflejos siempre fluctuantes.
Se propone sustituir la «pintura estática» –de caballete– por juegos luminosos y proyecciones
de diapositivas, es sobre todo en la fotografía y en el cine donde confía llevara cabo sus
objetivos.
Pintura de luz en el celuloide con bisagras
11. Fue en el ámbito de laBauhaus, aunque él no se ocupara de las clases de fotografía, donde
Moholy-Nagy llevará a cabo sus experiencias fotográficas. Reinventa el fotograma, pura
«grafía de la luz», al mismo tiempo que en París Man Ray descubre el rayograma. La
invención del fotograma –fotografía sin cámara– en 1922 pone de manifiesto un tipo de
creación lumínica en el que la luz, en cuanto nuevo medio para la creación, se emplea de
manera autónoma y ofrece un rico potencial creativo. Permite comprender que el instrumento
más importante del proceso fotográfico no es la cámara, sino la «capa sensible», y que el
fotograma responde con mayor eficacia que la pintura a las exigencias de una estética de la
luz que debe elaborar la modernidad. Al ser capaz de fijar sobre la capa sensible blancos
puros, negros profundos e infinidad de gradaciones de gris, el fotograma produce un
efecto«sublime, radiante, casi inmaterial», fuente de una «emoción óptica»
13. El fotograma no agota el ámbito de la fotografía «productiva». A ella se suman la
fotoplástica y la fotografía creativa con cámara. En ésta, Moholy-Nagy destaca las
fotografías de estructuras, texturas y superficies, las fotografías realizadas de un modo
poco convencional (vistas inusuales, transversales, picados, contrapicados, distorsiones,
efectos de sombra, contrastes tonales, ampliación, microfotografías), las realizadas con
sistemas de lentes nuevos, espejos cóncavos y convexos, las estereofotografías…En todo
caso, la fotografía creativa es aquella que pone el énfasis en la autonomía del medio,
aquella que no reproduce la realidad sino que crea algo nuevo a partir de sus propios
medios.
17. Los textos y algunas de las imágenes se han extraído del libro:
“László Moholy-Nagy. El arte de la luz”. La Fábrica Editorial/Círculo de Bellas
Artes.2010
Editado con motivo de la exposición del mismo nombre celebrada el verano de 2010
en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Si quieres realizar una visita virtual a esta exposición pincha en el siguiente enlace:
http://www.circulobellasartes.com/mt_visor.php?id=4666