Messaggio di Sr. Alaide Deretti - 14 novembre 2016 (spagnolo)
ImpulsoMisionero
Roma, 14 noviembre 2016.
Queridas Hermanas,
Aún desde el lejano Paraguay os saludo con afecto y os agradezco por estarme acompañando en cada
momento con la oración.
Dando continuidad a nuestras reflexiones mensuales en el Año de la Misericordia, ya cercano a su
clausura, os recuerdo las palabras que hasta ahora han resultado del acróstico de la MISERICORDIA:
MISIONARIEDAD (enero), INCONTRO (encuentro) (febrero), SPERANZA (esperanza) (marzo),
EUCARISTÍA (abril), RELACIÓN con Dios y con los demás (mayo), INTERCULTURALIDAD
(junio), CONVERSIÓN Misionera (julio), OBEDIENCIA (agosto), RESILIENCIA (setiembre), DA
MIHI ANIMAS (octubre). Hoy os presento la penúltima palabra y os hago también una
INVITACIÓN.
La palabra que os propongo para la reflexión y la oración personal es el
MPULSO Misionero.
Todo ha comenzado cuando Jesús, después de haber vencido la muerte y la oscuridad del sepulcro,
encuentra a sus discípulos en circunstancias diferentes, los confirma en la fe y les manda: “Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda creatura” (Mc. 16,15). Desde aquel momento en adelante, el
Evangelio se ha hecho “peregrino” y se ha servido de mujeres y de hombres de todos los tiempos, de sus
pies y manos, pero sobre todo de sus corazones para llegar al corazón de tantos hermanos y hermanas,
en lugares lejanos, perdidos, en las ciudades, en los campos, en las barriadas, donde sea. ¡Desde que el
Evangelio ha conocido los caminos del mundo, no se ha detenido jamás!
Entonces, queridas hermanas, revisitemos nuestras Constituciones y dejémonos interpelar por el
artículo1:
« Por un don del Espíritu Santo y con la intervención directa de María,
San Juan Bosco fundó nuestro Instituto como respuesta de salvación
a las aspiraciones profundas de las jóvenes.
Le transmitió un patrimonio espiritual inspirado en la caridad de Cristo, Buen Pastor,
y le imprimió un fuerte impulso misionero».
Este artículo es la puerta de ingreso a nuestras Constituciones, es el primero de todos y señala aquello
que presenta nuestra identidad carismática con una explícita dimensión misionera. Madre Yvonne
gusta evidenciar que Don Bosco ha imprimido en el Instituto no solo un impulso misionero, sino un
fuerte impulso misionero. Es propiamente este argumento que impregna la invitación que hoy os dirijo.
El 14 de noviembre de 2017, como Instituto, celebraremos el 140o
aniversario de la Primera Expedición
Misionera. Desearíamos invitar a todas nuestras comunidades para inaugurar, hoy, el año de
celebraciones de este importante acontecimiento que ha llevado al Instituto más allá de los confines de
Europa, trasplantando en América el carisma de Don Bosco y de Madre Mazzarello. Con la partida de
las primeras seis FMA, el espíritu de Mornese ha cruzado el océano hacia el desconocido “nuevo
mundo” y allí ha regalado alegría y esperanza a una multitud de niños/as, jóvenes, mujeres, familias...
Allí, nuestras primeras hermanas han vivido desde la misionariedad de la esperanza y de la alegría, y sus
manos se han hecho laboriosas porque que en el corazón llevaban la herencia de los Fundadores: ¡un
fuerte impulso misionero!
ImpulsoMisionero
En este año especial, en el que nos preparamos para vivir el recuerdo de la Primera Expedición
Misionera, os invitamos a revisitar la historia de nuestro Instituto para suscitar y despertar en nuestros
ambientes el gusto por conocer más en profundidad nuestros orígenes y el ardor misionero que ha
sostenido y sostiene a las FMA misioneras ad gentes en los lugares de misión donde está presente el
Instituto.
Os invitamos a formar una GRAN EXPEDICIÓN MISIONERA implicando a todas nuestras
comunidades educativas, de modo particular, los diversos grupos misioneros, los grupos de la Infancia y
Adolescencia Misionera (IAM), el Voluntariado Misionero y las misioneras ad gentes - donde existan -.
Nos auguramos para que ¡ninguna FMA quede fuera de esta Expedición Misionera! ¡Todas nosotras,
en fuerza de nuestro Bautismo y de la Consagración Religiosa, somos “discípulas misioneras” y
tenemos la inmensa alegría, pero también la no pequeña responsabilidad de anunciar a Jesús a las
nuevas generaciones, antes con la vida, después con las palabras... si es necesario!
Queridas Hermanas, un poco a la vez, y más específicamente el día 14 de cada mes, compartiremos el
camino que os proponemos para la celebración de este 140° aniversario. No será tanto “el mucho
hacer” lo que señale este recorrido significativo, sino el vivir intensamente nuestra vocación de Hijas
de María Auxiliadora: en sencillez, con una fuerte pasión misionera, llevando a todos la alegría y la
esperanza que brotan de un corazón que verdaderamente ha encontrado al Señor, y en Él, desea
encontrar a las jóvenes y a los jóvenes, de modo particular, a los más pobres, a los “invisibles” que
habitan en las periferias de la existencia y de nuestras ciudades; las y los jóvenes a quienes ninguno
tiende la mano, ninguno mira, ninguno se interesa; los descartados de nuestro sistema social, los
“rechazados” que, como consecuencia, rechazan toda propuesta de educación, de crecimiento, de
búsqueda de sentido de la vida.
Hermanas queridas, preparémonos para partir... aun permaneciendo en el acostumbrado puesto de
misión donde nos encontramos en el momento presente. Abramos de par en par la mente y el corazón
hacia el horizonte de las misiones y respondamos SÍ a la llamada del Señor que se renueva desde el alba
de cada nuevo día. No tenemos necesidad de llevar grandes valijas... nos basta un corazón abierto,
una mirada amplia, que nos permita estar con los jóvenes, misioneras de esperanza y alegría. Nos basta
despertar en nuestros corazones el fuego y el dinamismo del Da mihi animas, cetera tolle y de la
consigna A ti te las confío, para suscitar, por consecuencia, una respuesta gozosa y creíble: ¡«ser
misioneras» 24 sobre 24 horas, en cualquier situación, en cualquier lugar que nos encontremos,
cualquiera sea la tarea que se nos ha confiado, con el deseo de abrazarla como verdadera y propia
misión! ¡Nos basta un fuerte impulso misionero!
Os esperamos a todas, unidas por la GRAN EXPEDICIÓN MISIONERA, el 14 de noviembre de
2017, llevando en las manos y en el corazón el fruto de un camino misionero hecho de GRATITUD, de
FIDELIDAD y de PROFECÍA.
En comunión de oración y de misión, os saludo a cada una de vosotras con un fuerte abrazo de hermana,
Consejera para las Misiones