Roma se ubicó estratégicamente en el corazón de Italia, a orillas del río Tíber y a los pies de siete colinas, lo que le brindó una ventaja defensiva. Italia se encuentra en una ubicación central en el Mediterráneo y está bañada por tres mares, con la península en forma de bota dividida por los Apeninos. Los romanos, originarios de esta región fértil y con clima favorable, eran campesinos prácticos y tenaces que construyeron una poderosa civilización.