El documento resume las lecturas del Domingo VI del tiempo ordinario (ciclo B). La primera lectura habla de las reglas para identificar la lepra y el tratamiento de los leprosos como impuros. La segunda lectura insta a buscar la gloria de Dios en todo. La tercera lectura narra cómo Jesús curó a un leproso y cómo esto llevó a que Jesús no pudiera entrar en los pueblos.
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Domingo VI del
tiempo ordinario
(ciclo "B")
Pastoral del Sordo de Valencia
Parroquia de Santo Tomas Apóstol y San Felipe Neri
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DOMINGO SEXTO TIEMPO ORDINARIO CICLO B
Libro del Levítico 13, 1-2.
44-46
Moisés dice al pueblo:
“Cuando alguna persona tenga la carne
hinchada, una llaga o una mancha blanca en
la piel y le salga la lepra, será llevado delante
del sacerdote Aarón.
Es una persona con lepra, es impura. El
sacerdote declarará que esa persona es
impura.
La persona que haya sido declarada enferma
de lepra vestirá con ropas rotas y viejas; con el
pelo despeinado y con la barba cortada. La
persona leprosa gritará: “¡Impuro, impuro!”.
Todo el tiempo que esa persona esté enferma
será impura (no podrá ir a las celebraciones
sagradas); vivirá solo y tendrá su casa fuera
del campamento.
Primera Carta a los
Corintios 10,31-11,1
Vosotros cuando hacéis las cosas
normales de cada día, comer o
beber, hacedlo todo para dar gloria
a Dios.
Las personas que os ven, judíos,
griegos o cristianos no deben
quedar extrañados por vuestra
conducta.
Yo, Pablo, también intento dar buen
ejemplo a todos, no buscando mi
propio gusto. Yo busco el bien para
ellos para conseguir que todos se
salven.
TENDRÁ SU CASA FUERA
DEL CAMPAMENTO
3. 3
Evangelio según San
Marcos 1, 40-45
Un hombre leproso se acerca a Jesús. De
rodillas, le suplica:
-“Si, Tu quieres, puedes limpiarme.”
Jesús, conmovido, extiende su mano y lo toca,
diciendo:
-“Quiero. Queda limpio”.
La lepra se le quitó rápidamente y quedó
limpio.
Jesús lo despidió, y le dijo muy seriamente:
-“No se lo digas a nadie; pero debes ir a
presentarte al sacerdote y ofrecer por tu
purificación lo que mandó Moisés”.
Pero el hombre cuando se fue empezó a
contar el milagro con muchos detalles.
Así Jesús ya no podía entrar tranquilamente
en ningún pueblo, se quedaba fuera en
lugares solitarios; y, aun así, acudían a Él de
todas partes.
JESÚS NO PODIA
ENTRAR EN
NINGÚN PUEBLO.
SE QUEDABA
FUERA
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Libro del Levítico 13, 1-2. 44-46
Moisés dice al pueblo:
“Cuando alguna persona tenga la carne
hinchada, una llaga o una mancha blanca en la
piel y le salga la lepra, será llevado delante del
sacerdote Aarón.
Es una persona con lepra, es impura. El
sacerdote declarará que esa persona es
impura.
La persona que haya sido declarada enferma
de lepra vestirá con ropas rotas y viejas; con el
pelo despeinado y con la barba cortada. La
persona leprosa gritará: “¡Impuro, impuro!”.
Todo el tiempo que esa persona esté enferma
será impura (no podrá ir a las celebraciones
sagradas); vivirá solo y tendrá su
casa fuera del campamento.
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Primera Carta a los Corintios 10,31-
11,1
Vosotros cuando hacéis las cosas normales
de cada día, comer o beber, hacedlo todo
para dar gloria a Dios.
Las personas que os ven, judíos, griegos o
cristianos no deben quedar extrañados por
vuestra conducta.
Yo, Pablo, también intento dar buen ejemplo
a todos, no buscando mi propio
gusto. Yo busco el bien para ellos, para
conseguir que todos se salven.
10. 10
Evangelio según San Marcos 1, 40-45
Un hombre leproso se acerca a Jesús. De
rodillas, le suplica:
-“Si, Tu quieres, puedes limpiarme.”
Jesús, conmovido, extiende su mano
y lo toca, diciendo:
-“Quiero. Queda limpio”.
La lepra se le quitó rápidamente y quedó limpio.
Jesús lo despidió, y le dijo muy seriamente:
-“No se lo digas a nadie; pero debes ir a
presentarte al sacerdote y ofrecer por tu
purificación lo que mandó Moisés”.
Pero el hombre cuando se fue empezó a contar
el milagro con muchos detalles.
Así Jesús ya no podía entrar tranquilamente en
ningún pueblo, se quedaba fuera en
lugares solitarios; y, aun así, acudían a Él de
todas partes.
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COMENTARIO
LEVITICO
La lepra, además de una enfermedad contagiosa, era considerada un motivo
de impureza ritual, de modo que los enfermos debían quedar fuera de la
vida social.
Los hombres para defender el precioso don de la vida siempre han construido
barreras sociales para excluir a las personas que llevaban una amenaza de
muerte.
SAN MARCOS
Jesús rompe una de los grandes tabúes (realidad intocable).
Jesús no rechaza a un leproso que se le acerca, en contra de lo que la Ley
mandaba. También lo toca, acción absolutamente prohibida.
Ningún discípulo se asusta. El leproso tiene valor para romper las condiciones
de marginación y se acerca. Todos saben que Jesús está
dispuesto a romper las costumbres que marginan.
Jesús no quiere que sus acciones se vean como algo mágico y poderoso.
Su mesianismo no es guerrero. Para que no le siguieran solo por los milagros.
Para el leproso Jesús anuncia una liberación más total
que la de su enfermedad.
Aunque rompe tabúes Jesús no es un defensor de la anarquía.
La curación debe certificarla el sacerdote, como manda la Ley.
La Ley solo hay que anularla cuando rompe el principio de
la comunidad que es el amor a todos.
Las curaciones de Jesús son un signo grandioso de la visita de Dios a su
pueblo.
La curación implica la vuelta ala comunidad del leproso y la marginación
de Jesús
La Iglesia tiene como identidad ser imagen del Cristo Médico que cura
corporal y espiritualmente.
SAN PABLO
Nuestras acciones tienen como objetivo la gloria de Dios.
La caridad a veces obliga a no usar la propia libertad