2. Es hermoso ir a pasear
de la mano de los abuelos
y remontar barriletes
que vuelen alto en el cielo.
Ellos enseñan pacientes
a jugar a la payana
con piedras redonditas
que en el piso desparraman.
Los abuelos saben poco
de juegos con computadoras
pero saben mucho, mucho,
de mimar a toda hora.
Abuelitos los queremos tanto
y hoy les decimos con emoción,
¡Los queremos un montón!