En 1962 el Monseñor LeonidaS Proaño, crea las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador -ERPE- que desde sus inicios siempre han mantenido un enfoque en busca de la dignidad humana en la que ha desarrollado, acciones, competencias y capacidades para el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores sociales excluidos. Es por ello que se ha tomado la iniciativa de solicitar a la Asamblea Nacional de entregar un Acuerdo y Condecoración a ERPE, al cumplir 50 años de vida institucional. Este acto se realizará hoy, 29 de marzo de 2012, en sesión del Pleno de la Asamblea Nacional
PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
Dr. Mauro Andino sobre los 50 años que cumple Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador
1. Homenaje a 50 años de trabajo de la Escuelas Radiofónicas Populares del
Ecuador-ERPE.
Mauro Andino Reinoso
El pasado 19 de Marzo, las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador, más
conocidas como Radio ERPE, celebraron 50 cincuenta años de trabajo a favor de
los excluidos, de lucha social por la justicia y comunicación comunitaria para el
desarrollo de las personas y los pueblos. ERPE fue creada en 1962 por Monseñor
Leonidas Proaño, el Obispo de los pobres; y desde entonces, su tenaz labor
ilumina el quehacer de la radio popular del continente, pero sobre todo sirve a las
comunidades indígenas y campesinas del Ecuador.
Permítanme compañeros y compañeras asambleístas y comunicadores referirme
al trabajo de Radio ERPE desde algunas de las frases e ideas que Juan Pérez, su
actual director, ha usado para referirse al legado de Monseñor Proaño en la
comunicación popular y comunitaria del Ecuador, al celebrar los 50 años de la
creación de estas escuelas radiofónicas:
Fidelidad a la opción de vida, que privilegia la lucha a favor de los empobrecidos
y no en beneficio de los poderosos.
Fidelidad a la escucha, como método básico para devolverle la palabra a los que
históricamente fueron silenciados.
Fidelidad a la denuncia, para Monseñor Proaño el Evangelio no es solo el
anuncio del cielo, sino el anuncio de una transformación de la vida aquí en la
Tierra. Las Bienaventuranzas no son el anuncio de un premio en la vida futura
para que los hombres acepten su estado de opresión, sino que anuncian un
cambio, la conversión, la transformación.
Fidelidad al principio de no violencia, no sólo entendido como una táctica ante
la desigualdad de condiciones del pueblo frente al poder, sino por una convicción
profunda de no hacer daño a ningún ser humano. De tener a la verdad como la
fuerza transformadora, de mantener una firmeza permanente, de creer en la
fuerza del amor y en la justicia de la causa.
Fidelidad con la verdad, por eso Monseñor decía y obraba repitiendo
permanentemente: “He sido intransigente en la defensa de la verdad, porque he
querido que los hombres concretos seamos verdaderos”.
Fidelidad con la paz, pero no con la paz de los sepulcros, sino con la paz que
tiene como cimiento la justicia y el amor, esa paz que “no es un objetivo barato”, la
paz que se conquista con la lucha por eliminar toda forma de opresión, de
explotación, de injusticia, de discriminación.
2. Fidelidad con la educación liberadora, Monseñor decía: “Yo Tuve la iniciativa de
crear las Escuelas Radiofónicas como respuesta a una necesidad apremiante de
los campesinos de Chimborazo”. Donde hubo transformaciones históricas
significativas, fue decisiva la labor pedagógica educativa, clarificadora y
articuladora de pastores, educadores, periodistas, de líderes emblemáticos, que
consiguieron cimentar convicciones profundas y duraderas en la población
organizada, contribuyendo a que diferentes sectores se unieran en articulaciones
amplias, consiguiendo aglutinar a las mayorías en torno a una propuesta
transformadora con rostro humano y sentido ético comunitario.
Fidelidad a un método, “Ver, juzgar y actuar; se hizo carne, hueso y sangre en mi
vida, ya no podía hacer de otra manera”, decía Monseñor Proaño.
Desde estos principios iluminadores la radio popular y comunitaria ha demostrado
que puede ser el eje y el motor de muchos proyectos sociales: alfabetización por
radio; teleducación o educación a distancia; hospedería campesina; talleres de
formación en varios campos; salud preventiva y curativa; agricultura orgánica;
comunicación participativa; economía propia, entre otras han sido las acciones
emblemáticas que ERPE ha desplegado en estos años.
Permítanme, respetables asambleístas, en nombre de ese ejemplo de voluntad de
liberación, trabajo constante y justicia social que nos dejan los hombres y mujeres
que han hecho posible ERPE a los largo de estos 50 años, rendirles un merecido
homenaje, y desearles una larga y fructífera vida. Tan o más rica como la que
ahora nos muestran.
Y siendo consecuentes, permítanme instarlos a ustedes, compañeros y
compañeras asambleístas, a que alejados de todo personal interés, de todo
cálculo político, pongan en marcha su voluntad, su talento e inteligencia para la
creación y sostenibilidad de las radios comunitarias. Apoyen compañeros y
compañeras la distribución de frecuencias que reserva el 34% de ellas para los
medios comunitarios, así como la disposición que permite acceder a los medios
comunitarios a crédito a bajos intereses para la adquisición de equipos,
exenciones de impuestos para la importación de tecnología o equipos para radio y
televisión, así como acceso a la capacitación permanente para la gestión
administrativa y periodística de los medios comunitarios.
Los ojos, las manos y las bocas del pueblo que espera la democratización de las
frecuencias de radio y televisión esperan también por nosotros.
Creo entonces que cada uno de ustedes tiene el desafío de demostrar que está a
la altura de lo que pueblo les demanda. Sin ley de comunicación no habrá
democratización de la palabra, sin ley de comunicación la radio comunitaria
seguirá siendo la excepción y no la regla, sin ley de comunicación los poderosos
oligopolios que hoy controlan la radio y la televisión preservarán sus privilegios y
prebendas mal habidas, sin ley de comunicación la radio comunitaria no será
apoyada.
3. Está cerca el momento de la verdad, el momento en que los homenajes deben
adquirir la forma de voluntades políticas que se suman para permitir a los pueblos
y nacionalidades indígenas y afroecuatorianos, a las organizaciones sociales, a los
colectivos ciudadanos, a las comunidades religiosas, a las organizaciones de
base, a los ciudadanos de a pie tener sus propios medios de comunicación. Que
no sea esta Asamblea la que les arrebate ese derecho.
Muchas gracias