2. El 11 de mayo en su
discurso dirigido a
niños:
…“el verdadero
constructor de paz es el
que da el primer paso
hacia el otro.
Y esto no es debilidad,
sino fuerza, la fuerza
de la paz”.
3. “¿Cómo se pueden terminar las guerras en el mundo, si no
somos capaces de superar nuestros pequeños malentendidos y
nuestras rencillas? Nuestros actos de diálogo, de perdón, de
reconciliación, son los ladrillos' que se utilizan para construir
el edificio de la paz''
4. ….un mundo de paz se construye primero en “el entorno en el
que vivimos todos los días: la familia, la escuela, el patio, el
gimnasio, el oratorio”.
5. …la paz es un don de Dios que debe pedirse con confianza en la
oración.
“Por eso es importante no sólo ser testigos de la paz y el amor,
sino también testigos de la oración. La oración es hablar con Dios,
nuestro Padre que está en los cielos, y confiarle nuestros deseos,
nuestras alegrías y tristezas. La oración es pedirle perdón cada vez
que nos equivocamos y cometemos algún pecado, convencidos de
que Él siempre perdona”.
6. “Su bondad para con nosotros nos insta a ser, también nosotros,
misericordiosos con nuestros hermanos, perdonándolos de corazón
cuando nos ofenden o nos hacen daño. Y, por último la paz tiene un
rostro y un corazón:
el rostro y el corazón de Jesús, el Hijo de Dios, que murió en la cruz y
resucitó para dar paz a todos los hombres y a toda la humanidad. Jesús
es ‘nuestra paz’ porque ha derribado el muro de odio que separa a los
hombres entre sí''.
7. El 11 de mayo dijo en parte de su homilía: los mártires son una
importante dimensión de la vida cristiana “pero también está el
testimonio de cada día el testimonio de hacer presente la fecundidad de
la Pascua”
que “nos da el Espíritu Santo, que nos guía hacia la verdad plena, la
entera verdad, y nos hace recordar lo que Jesús nos dice”.
8. “Un cristiano que no toma
seriamente esta dimensión
‘martirial’ de la vida no ha
entendido aún el camino que
Jesús nos ha enseñado: camino
‘martirial’ de cada día; camino
‘martirial’ en el defender los
derechos de las personas; camino
‘martirial’ en el defender a los
hijos: papás, mamás, que
defienden su familia; camino
‘martirial’ de tantos, tantos
enfermos que sufren por amor de
Jesús. Todos nosotros tenemos la
posibilidad de llevar adelante esta
fecundidad pascual por este
camino ‘martirial’, sin
escandalizarnos”.
9. Pidamos a Dios “la gracia de recibir al Espíritu Santo
que nos hará recordar las cosas de Jesús, que nos
guiará a la verdad total y nos preparará cada día para
dar este testimonio,
para dar este pequeño martirio de cada día o un gran
martirio, según la voluntad del Señor”.
10. “La vida de la Iglesia es un camino guiado por el
Espíritu”
que recuerda las palabras de Jesús y “nos enseña las cosas
que aún Jesús no ha podido decirnos: ‘Es compañero del
camino’
y ‘también nos defiende’ del ‘escándalo de la Cruz’”.
11. “Los cristianos (…)
predican a Cristo
crucificado. De este modo,
Jesús prepara a los
discípulos para que no se
escandalicen de la Cruz de
Cristo:
‘Los expulsarán de las
sinagogas es más viene la
hora en que cualquiera los
matará, creyendo que
rinde culto a Dios”.
12. “Hoy somos testigos de estos que matan a los cristianos en
nombre de Dios, porque son incrédulos, según ellos.
Ésta es la Cruz de Cristo:
‘Harán eso porque no han conocido ni al Padre ni a mí’. ‘Esto
que me ha sucedido a mí –dice Jesús– también les sucederá a
ustedes –las persecuciones, las tribulaciones– pero, por favor,
no se escandalicen; será el Espíritu el que los guiará les hará
entender’”.
13. “Yo recordaba a los fieles
(coptos), que han sido
degollados en la playa por
ser cristianos. Estos fieles,
por la fuerza que les ha
dado el Espíritu Santo,
no se escandalizaron.
Morían con el nombre de
Jesús en sus labios.
Es la fuerza del Espíritu.
El testimonio. Es verdad,
esto es precisamente el
martirio, el testimonio
supremo”
14. El 13 de mayo en su catequesis dijo: …tres palabras, que he
utilizado
…diversas veces. … “permiso”, “gracias”, “perdón”.
En efecto, estas palabras abren el camino para vivir bien en la
familia,
para vivir en paz. Son palabras simples,
¡pero no así simples para poner en práctica! Encierran una gran
fuerza;
la fuerza de custodiar la casa, también a través de miles
dificultades y pruebas; en cambio, su falta, poco a poco abre
15. Nosotros las entendemos normalmente como las palabras de la “buena
educación”.
Está bien, una persona educada pide permiso, dice gracias o se disculpa si
se equivoca. Está bien, pero la buena educación es muy importante.
Un gran Obispo, san Francisco de Sales, solía decir que
“la buena educación es ya media santidad”.
16. Pero atención: en la historia
hemos conocido también un
formalismo de las buenas
maneras que puede
transformarse en máscara que
esconde la aridez del alma
y el desinterés por el otro.
Se suele decir:
“Detrás de tantas buenas
maneras se esconden malas
costumbres”.
Ni siquiera la religión está
protegida de este riesgo,
que hace deslizar la
observancia formal en la
mundanidad espiritual.
17. El diablo que tienta a Jesús ostenta buenas maneras – pero es
realmente un señor, un caballero - y cita las Sagradas Escrituras,
parece un teólogo.
Su estilo parece correcto, pero su intención es aquella de desviar
de la verdad del amor de Dios. Nosotros, en cambio, entendemos
la buena educación en sus términos auténticos, donde el estilo de
las buenas relaciones está firmemente radicado en el amor del
bien y en el respeto por el otro.
La familia vive de esta fineza del quererse.
18. Veamos: la primera palabra es “¿permiso?” Cuando nos
preocupamos
por pedir gentilmente también aquello que quizás pensamos que
podemos pretender, nosotros ponemos una verdadera protección
para el espíritu de la convivencia matrimonial y familiar.
19. Entrar en la vida del otro, incluso cuando es parte de nuestra vida,
necesita la delicadeza de una actitud no invasiva, que renueva la
confianza y el respeto.
20. La confianza, en fin,
no autoriza a dar todo por cierto.
Y el amor, mientras es más íntimo y profundo,
tanto más exige el respeto de la libertad
y la capacidad de esperar
que el otro abra la puerta de su corazón.
21. Con este propósito recordamos aquella palabra de Jesús en el
libro del Apocalipsis, que hemos escuchado: “Yo estoy junto a la
puerta y llamo:
si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos
juntos”.
Pero ¡también el Señor pide el permiso para entrar! No
olvidémoslo.
Antes de hacer una cosa en familia: “¿Permiso, puedo hacerlo?”
“¿Te gusta que lo haga así?” Aquel lenguaje verdaderamente
educado,
pero lleno de amor. Y esto hace tanto bien a las familias.
22. La segunda palabra es “gracias”...La gratitud, luego, para un
creyente,
está en el corazón mismo de la fe: un cristiano que no sabe
agradecer es uno que ha olvidado la lengua de
Dios….Recordemos la pregunta de Jesús, cuando curó a diez
leprosos y sólo uno de ellos volvió a agradecer.
23. Una vez escuché sobre una persona anciana, muy sabia,
muy buena, simple, con aquella sabiduría de la piedad,
de la vida...La gratitud es una planta que crece
solamente en la tierra de las almas nobles.
Aquella nobleza del alma, aquella gracia de Dios en el
alma que empuja a decir: “Gracias a la gratitud”. Es la
flor de un alma noble.
Ésta es una bella cosa.
24. La tercera palabra es “perdón”.
Palabra difícil, cierto, sin embargo
tan necesaria. Cuando falta,
pequeñas grietas se ensanchan –
también sin quererlo – hasta
transformarse en fosos profundos.
No para nada en la oración
enseñada por Jesús, el “Padre
Nuestro”,
que resume todas las preguntas
esenciales para nuestra vida,
encontramos esta expresión:
“Perdona nuestras ofensas, como
nosotros perdonamos a los que nos
han ofendido”.
25. Reconocer de haber faltado y ser deseosos de restituir lo que se ha quitado
– respeto, sinceridad, amor – nos hace dignos del perdón. Y así se detiene la
infección.
Si no somos capaces de disculparnos, quiere decir que ni siquiera somos
capaces de perdonar.
En la casa donde no se pide perdón comienza a faltar el aire, las aguas se
vuelven estancadas. Tantas heridas de los afectos, tantas laceraciones en las
familias comienzan con la perdida de esta palabra preciosa “discúlpame”.
26. En la vida matrimonial se
pelea tantas veces…les doy
un consejo: nunca terminen
la jornada sin hacer las paces.
…
¿Y cómo debo hacer las
paces? ¿Ponerme de rodillas?
¡No! Solamente un pequeño
gesto,
una cosita así. ¡Y la armonía
familiar vuelve, eh! ¡Basta
una caricia! Sin palabras.
Pero nunca terminar la
jornada en familia sin hacer
las paces. ¿Entendido?
¡No es fácil, eh! Pero se debe
hacer. Y con esto la vida será
más bella.
27. Estas tres palabras-claves de la familia son palabras
simples y quizás,
en un primer momento, nos hacen sonreír.
Pero cuando las olvidamos, no hay más nada para reír,
¿verdad? Nuestra educación, quizás,
las descuida demasiado. El Señor nos ayude a volverlas a
poner en el justo lugar, en nuestro corazón, en nuestra
casa,
y también en nuestra convivencia civil.
28. En su saludo a los fieles de
lengua portuguesa, el Santo
Padre dijo:
“en este día de la Virgen de
Fátima,
los invito a multiplicar los gestos
diarios de veneración e imitación
de la Madre de Dios.
Confíenle todo aquello que son,
todo aquello que tienen;
y así serán capaces de ser un
instrumento de la misericordia
y de la ternura de Dios para sus
familiares, vecinos y amigos”.
29. …“Queridos jóvenes, aprendan a cultivar la devoción a la
Madre de Dios recitando cada día el Rosario;
queridos enfermos, sientan a María presente en la hora de
la cruz,
y ustedes, queridos esposos recién casados, recen a ella para
que no falte nunca en su casa el amor y el respeto recíproco”.
30. El 15 de mayo dijo en parte de su homilía:
...“También una comunidad sin alegría es una comunidad
enferma”, tal vez sea una “comunidad divertida”, pero
“enferma de mundanidad. Porque no tiene la alegría de
Jesucristo”. De modo que “cuando la Iglesia es miedosa y
cuando la Iglesia no recibe la alegría del Espíritu Santo, la
Iglesia se enferma,
las comunidades se enferman, los fieles se enferman”.
31. “un cristiano sin alegría no es
cristiano.
Un cristiano que
continuamente vive en la
tristeza, no es cristiano.
Y a un cristiano que en el
momento de las pruebas, de
las enfermedades o de tantas
dificultades,
pierde la paz, le falta algo”.
32. “La alegría cristiana no es
una simple diversión, no es
una alegría pasajera;
la alegría cristiana es un
don,
es un don del Espíritu
Santo.
Es tener el corazón siempre
alegre porque el Señor ha
vencido, el Señor reina, el
Señor está a la derecha del
Padre,
el Señor me ha mirado y
me ha enviado, y me ha
dado su gracia y me ha
hecho hijo del Padre… Esa
es la alegría cristiana.
Un cristiano vive en la
33. … El miedo es
“una actitud que hace mal”
puesto que “nos debilita”,
nos “achica” y también nos
“paraliza”.
Por eso, alguien que tiene
miedo “no hace nada, no
sabe qué hacer”.
“El miedo te lleva a un
egocentrismo egoísta y te
paraliza”. Por eso,
“un cristiano temeroso es
una persona que no ha
entendido cuál es el mensaje
de Jesús”.
34. “Por esto Jesús dice a Pablo: ‘No tengas miedo. Sigue hablando'.
El miedo no es una actitud cristiana. Es la actitud –podemos decir–
de un alma encarcelada, sin libertad, que no tiene la libertad de
mirar hacia adelante, de crear algo, de hacer el bien… no, siempre:
‘No, pero está este peligro,
está aquel otro, aquel otro…’. Y esto es un vicio. Y el miedo hace
mal”.
35. “No tener miedo es pedir la gracia del coraje,
del valor que nos envía el Espíritu Santo”.
36. En este punto, “hay comunidades temerosas, que van
siempre a lo seguro...La falta de coraje enferma a una
comunidad”.
37. Por eso hizo una distinción
entre el miedo y el “temor
de Dios”, que “es santo, es
el temor de la adoración
ante el Señor
y el temor de Dios es una
virtud.
Pero el temor de Dios no
achica, no debilita, no
paraliza:
lleva hacia adelante, hacia
la misión que el Señor da”.
38. “En los momentos más
tristes,
en los momentos del dolor”
la alegría
“se convierte en paz”.
“En cambio, una diversión en
el momento del dolor se
vuelve oscuridad, se hace
oscura”.
39. El 17 de mayo dijo en parte de su homilía en ocasión de la
canonización de cuatro santas…“¿cuál es el secreto de los
santos?” consiste en
“morar en Cristo, unidos a Él como el sarmiento a la vid,
para dar mucho fruto”. “Y este fruto no es otro que el amor.
40. ...“un aspecto esencial del testimonio del Señor resucitado
es la unidad entre nosotros, sus discípulos,
a imagen de aquella que existe entre Él y el Padre”.
41. “De este amor eterno entre el
Padre y el Hijo, que se infunde
en nosotros por medio del
Espíritu Santo,
toma fuerza nuestra dimensión
y nuestra comunión fraterna”
…y esto lleva a “la alegría de
seguir al Señor en la vida de su
pobreza,
de su virginidad y de su
obediencia;
y ese amor mismo llama a
cultivar la oración
contemplativa”.
42. …“permanecer en Dios y en su
amor, para anunciar con la
palabra y la vida la
resurrección de Jesús,
testimoniando la unidad entre
nosotros y la caridad hacia
todos”, algo que han hecho
“las cuatro nuevas santas”.
43. El ejemplo de estas mujeres “interpela” la vida de todo
cristiano
y ayuda a reflexionar sobre si “soy capaz de ‘sembrar’ en
la familia,
en el ambiente de trabajo, en mi comunidad,
la semilla de esta unidad que Él nos ha donado haciéndonos
a nosotros partícipes de la vida trinitaria”
44. Ser parte de los doce Apóstoles significa
“ser testimonio de la resurrección de Jesús”.
Se trata de una misión que no es individual.
“Se vive de manera comunitaria, con el colegio apostólico y con la
comunidad”.
45. Los Apóstoles “son testigos” de la resurrección y gracias a ellos “muchos
han creído”.
46. “También nosotros hoy fundamos nuestra fe en el Señor resucitado en el
testimonio de los Apóstoles llegado hasta nosotros mediante la misión
de la Iglesia.
Nuestra fe está unida de forma segura a su testimonio como una cadena
ininterrumpida desplegada en el curso de los siglos no solo por sus
sucesores los Apóstoles, sino por generaciones y generaciones de
cristianos”.
47. Por tanto, “todo discípulo está llamado a ser testimonio de su
resurrección, sobre todo en los ambientes humanos donde es
más fuerte el olvido de Dios y la pérdida del hombre”.
48. ...Lleven la alegría de este encuentro con el Señor y también cultiven
“en el corazón la tarea de morar en el amor de Dios,
permaneciendo unidos a Él y entre nosotros, siguiendo las huellas
de estas cuatro mujeres, modelos de santidad, que la Iglesia nos invita a
imitar”.
49. En twitter dijo:
¿Por qué nos resulta tan difícil
sobrellevar los defectos de los demás?
¿Nos olvidamos de que Jesús cargó con todos nuestros
pecados?
50. Queridos padres y madres,
hay que tener mucha paciencia y perdonar de
corazón.
51. Es mejor una Iglesia herida, pero que hace camino,
que una Iglesia enferma porque se cierra en sí misma.
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Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor
a Jesús.