2. El 13 de octubre dijo en parte de su homilía:
…“Dios es el Dios de la ley, pero también es el Dios de las
sorpresas”.
“también a su pueblo Dios le ha reservado sorpresas tantas veces”,
como cuando los ha salvado “de la esclavitud de Egipto” .
3. …“un camino no es absoluto en sí mismo”,
es el camino hacia “la manifestación definitiva del Señor.
La vida es un camino hacia la plenitud de Jesucristo,
cuando vendrá por segunda vez”.
4. Comentando acerca de las palabras de Jesús en el Evangelio
dirigidas a los doctores de la ley que le pedían un signo,
y los define “generación malvada”. Explicó:
“no habían entendido que la ley que ellos custodiaban y amaban”
era una pedagogía hacia Jesucristo.
5. “Si la ley no lleva a Jesucristo, no nos acerca a Jesús, está
muerta.
Y por esta razón Jesús les recrimina que están cerrados,
que no son capaces de reconocer los signos de los tiempos,
que no son capaces de estar abiertos al Dios de las sorpresas”.
6. Pidamos al Señor un corazón que ame la ley, porque la ley es de
Dios;
que ame también las sorpresas de Dios
y que sepa que esta ley santa no tiene un fin en sí misma”.
7. Está “en camino” es una pedagogía “que nos lleva a Jesucristo, al
encuentro definitivo, donde se producirá este gran signo del Hijo
del hombre”.
8. El 14 de octubre dijo en parte de su homilía:
“La fe “no es sólo rezar el Credo”, sino que pide que nos
separemos de la avidez y de la concupiscencia para saber dar a los
demás,
especialmente si son pobres”.
9. “La fe no tiene necesidad de aparecer, sino de ser.
No tiene necesidad de ser cubierta de cortesías, especialmente si
son hipócritas, cuanto de un corazón capaz de amar de modo
genuino”.
10. “…Ante el fariseo que se sorprende porque el Maestro no
realiza las abluciones prescriptas antes de comer, Jesús
“condena” ese tipo de “seguridad” totalmente centrada en
el “cumplimiento de la ley”.
11. “Jesús condena esta
espiritualidad cosmética,
aparecer como buenos,
bellos, ¡pero la verdad
adentro es otra cosa! Jesús
condena a las personas de
buenas maneras pero de
malos hábitos,
esos hábitos que no se ven
pero que se hacen a
escondidas.”
12. “Pero la apariencia es justa: esta gente a la que le gustaba pasear por las
plazas,
hacerse ver rezando, ‘maquillarse’ con un poco de debilidad cuando
ayunaba…
13. Jesús dirá de ellos “sepulcros blanqueados” …remarcando ciertas
actitudes
que Él define con dureza como “inmundicia”, “podredumbre”.
“Den más bien como limosna todo lo que tienen dentro”,
es su contrapropuesta.
“La limosna ha sido siempre, en la tradición de la Biblia, tanto en
el Antiguo como en el Nuevo Testamento, una vara para medir la
justicia”.
14. …“Lo que vale es la fe. ¿Cuál
fe? Aquella que se ‘vuelve
laboriosa por medio de la
caridad’.
El mismo razonamiento de
Jesús al fariseo.
Una fe que no es sólo rezar el
Credo: todos nosotros creemos
en el Padre, en el Hijo y en el
Espíritu Santo, en la vida
eterna….
¡Todos creemos!
15. Pero ésta es una fe inmóvil,
no activa. Lo que vale en
Cristo Jesús es la
laboriosidad que viene de la
fe, o mejor la fe que se
vuelve laboriosa en la
caridad,
es decir que vuelve a la
limosna.
Limosna en el sentido más
amplio de la palabra:
desprenderse de la dictadura
del dinero,
de la idolatría del dinero.
Toda concupiscencia nos
aleja
de Jesucristo”.
16. “¿La nuestra es
“una vida cristiana
cosmética,
de apariencia
o es una vida cristiana con
la fe laboriosa en la
caridad?”.
17. “Jesús nos aconseja esto:
‘No hacer sonar la trompeta’.
El segundo consejo:
‘No dar sólo lo que sobra’.
Y nos habla de aquella viejita
que dio todo lo que tenía para
vivir.
Y elogia a aquella mujer por
haber hecho esto. Y lo ha hecho
un poco a escondidas, quizá
porque se avergonzaba por no
poder dar más”.
18. dijo en su catequesis acerca de la
Iglesia:
La Iglesia esposa espera a su
esposo…
Hoy queremos preguntarnos: al
final, ¿qué fin tendrá el pueblo de
Dios?
¿Qué será de cada uno de
nosotros?
¿Qué debemos esperarnos?
El apóstol Pablo consolaba a los
cristianos de la comunidad de
Tesalónica,
que se hacían estas mismas
preguntas,
y después de su argumentación
decían estas palabras que son entre
las más bellas de Nuevo
Testamento:
“Y así estaremos siempre con el
Señor”.
19. Son palabras simples, ¡pero con una densidad de esperanza tan
grande!
“Y así estaremos siempre con el Señor”.
20. …Es emblemático como Juan, en el libro del Apocalipsis,
retomando la intuición de los Profetas, describe la dimensión
última, definitiva, en los términos de la
“Nueva Jerusalén, que descendía del cielo
y venía de Dios, embellecida como una novia
preparada para recibir a su esposo”.
21. ¡He aquí lo que nos espera!
Y entonces, esto es la Iglesia:
es el pueblo de Dios que sigue
al Señor Jesús y que se prepara
día a día al encuentro con él,
como una esposa con su
esposo.
Y no es solamente un modo de
decir: ¡serán unas verdaderas
nupcias! Sí, porque Cristo
haciéndose hombre como
nosotros y haciendo de todos
nosotros una sola cosa con Él,
con su muerte y su
resurrección,
nos ha desposado
verdaderamente
y ha hecho de nosotros como
pueblo, su esposa.
22. Y esto no es otra cosa que el cumplimiento del designio de
comunión y de amor tejido por Dios en el curso de toda la historia,
la historia del pueblo de Dios y también la propia historia de cada
uno. Es el Señor el que lleva adelante esto
23. …Juan nos dice que en la Iglesia, esposa de Cristo, se hace
visible la “nueva Jerusalén”. Esto significa que la Iglesia, además
de esposa, está llamada a convertirse en ciudad, símbolo por
excelencia de la convivencia y de ‘relacionalidad’ humana.
24. Qué bello, entonces, poder ya contemplar, según otra imagen
muy sugestiva del Apocalipsis, todas las gentes y todos los
pueblos reunidos a la vez en esta ciudad, como en una
morada, será “la morada de Dios”.
Y en este marco glorioso no habrá más aislamientos,
prevaricaciones,
ni distinciones de ningún género – de naturaleza social, étnica
o religiosa – sino que seremos todos una sola cosa en Cristo.
25. Ante la presencia de este escenario inaudito y maravilloso,
nuestro corazón no puede no sentirse confirmado en modo
fuerte en la esperanza. La esperanza cristiana no es sólo un
deseo, un auspicio, no es optimismo: para un cristiano, la
esperanza es espera, espera ferviente, apasionada por el
cumplimiento último y definitivo de un misterio, el misterio
del amor de Dios en el que hemos renacido y en el que ya
vivimos.
26. Y es espera de alguien que está
por llegar: es Cristo el Señor que
se acerca siempre más a nosotros,
día tras día, y que viene a
introducirnos finalmente en la
plenitud de su comunión y de su
paz.
27. La Iglesia tiene entonces la
tarea de mantener encendida
y claramente visible la
lámpara de la esperanza, para
que pueda seguir brillando
como un signo seguro de
salvación y pueda iluminar a
toda la humanidad el sendero
que lleva al encuentro con el
rostro misericordioso de Dios.
Queridos hermanos y
hermanas, esto es entonces lo
que esperamos: ¡que Jesús
regrese!
¡La Iglesia esposa espera a su
esposo!...
28. Invoquemos a la Virgen María,
Madre de la esperanza y reina del
cielo, para que siempre nos
mantenga en una actitud de
escucha y de espera,
para poder ser ya traspasados por
el amor de Cristo y un día ser parte
de la alegría sin fin, en la plena
comunión de Dios.
29. El 16 de octubre dijo en parte de su homilía:
es más fácil rezar para pedir gracias, mientras es más difícil la
oración de alabanza, a pesar de ser esta la oración de la verdadera
alegría.
30. “Nosotros sabemos rezar muy bien
cuando pedimos cosas, también
cuando agradecemos al Señor, pero la
oración de alabanza es un poco más
difícil para nosotros: no es tan
habitual alabar al Señor. Y esto
podemos sentirlo mejor cuando
hacemos memoria de las cosas que el
Señor ha hecho en nuestra vida: ‘En
Él – en Cristo – nos ha elegido antes
de la creación del mundo’. ¡Bendito
eres Señor, porque tú me has elegido!
Es la alegría de una cercanía paterna
y tierna”.
31. “La oración de alabanza” nos da esta alegría, nos lleva a ser
felices ante el Señor. Hagamos un esfuerzo para reencontrarla;
teniendo en cuenta que el punto de partida es, precisamente,
“hacer memoria” de esta elección:
“el Señor me ha elegido antes de la creación del mundo”.
32. ¡Pero esto no se puede comprender!”.
“No se puede comprender ni imaginar:
que el Señor me haya conocido antes de la creación del mundo,
que mi nombre estaba en el corazón del Señor.
¡Ésta es la verdad!
¡Ésta es la revelación! Si nosotros no creemos esto no somos
cristianos ¡eh! Quizá estemos impregnados de una religiosidad
teísta, ¡pero no somos cristianos!
33. El cristiano es un elegido, el cristiano es un elegido en
el corazón de Dios antes de la creación del mundo.
También este pensamiento colma de alegría nuestro
corazón: ¡yo soy elegido! Y nos da seguridad”.
34. Nuestro nombre está en el corazón de Dios.
Precisamente en las entrañas de Dios, como el niño está dentro de
su mamá. Ésta es nuestra alegría, la de ser elegidos”.
35. “No se puede entender sólo con la cabeza. Ni siquiera sólo con el
corazón.
Para comprender esto debemos entrar en el Misterio de Jesucristo.
El Misterio de su Hijo amado:
‘Él ha derramado su sangre en abundancia sobre nosotros, con toda
sabiduría e inteligencia, haciéndonos conocer el misterio de su
voluntad’. Y ésta es una tercera actitud: entrar en el Misterio”.
36. “Cuando celebramos la Eucaristía, entramos en este Misterio, que no se
puede comprender totalmente: el Señor está vivo, está con nosotros,
aquí, en su gloria,
en su plenitud, y da otra vez su vida por nosotros. Debemos aprender
cada día esta actitud de entrar en el Misterio. El cristiano es una mujer,
es un hombre, que se esfuerza para entrar en el Misterio. El Misterio no
se puede controlar: ¡es Misterio!
Yo entro”.
37. La oración de alabanza es ante todo “oración de alegría”
y también “oración de memoria”. “‘¡Pero cuánto ha hecho por
mí el Señor! Con cuánta ternura me ha acompañado, cómo se ha
abajado;
se ha inclinado como el papá se inclina con el niño para hacerlo
caminar’”.
Y, en fin, oración al Espíritu Santo para que nos dé “ la gracia de
entrar en el Misterio, sobre todo cuando celebramos la
Eucaristía”.
38. El 17 de octubre dijo en ocasión de la Jornada Mundial de la
alimentación: …”quienes sufren la inseguridad alimentaria y la
desnutrición son personas y no números, y precisamente por su
dignidad de personas, están por encima de cualquier cálculo o
proyecto económico”.
39. … “¿Hasta cuándo se seguirán
defendiendo sistemas de
producción y de consumo que
excluyen a la mayor parte de la
población mundial, incluso de
las migajas que caen de las
mesas de los ricos?
Ha llegado el momento de
pensar y decidir a partir de
cada persona y comunidad, y
no desde la situación de los
mercados”…
40. “En consecuencia, debería cambiar también el modo de
entender el trabajo, los objetivos y la actividad económica,
la producción alimentaria y la protección del ambiente.
Quizás ésta es la única posibilidad de construir un auténtico
futuro de paz, que hoy se ve amenazado también por la
inseguridad alimentaria”…
41. El 17 de octubre dijo en parte de su homilía:
…“El Espíritu Santo es el “sello” de luz con el que Dios ha dado
el Cielo a los cristianos. Sin embargo, mucha veces los fieles
olvidan esta luz a cambio de una vida de penumbra o, peor aún,
de luz falsa,
esa que brilla en la hipocresía”.
42. …“Nuestra identidad es precisamente este sello, esta fuerza del
Espíritu Santo, que todos nosotros hemos recibido en el Bautismo.
Y el Espíritu Santo ha sellado nuestro corazón y, además, camina
con nosotros. Este Espíritu, que había sido prometido – Jesús lo
había prometido – este Espíritu no sólo nos da la identidad, sino
que también es anticipo de nuestra herencia”.
43. “Con Él el Cielo comienza. Nosotros estamos viviendo
precisamente este Cielo, esta eternidad, porque hemos sido sellados
por el Espíritu Santo,
que precisamente es el inicio del Cielo: era el anticipo; lo tenemos
en nuestras manos. Nosotros tenemos el Cielo en nuestras manos
con este sello”.
44. Sin embargo, tener el Cielo como
anticipo de eternidad no impide a
los cristianos
“resbalar al menos en un par de
tentaciones”.
Primero
“cuando nosotros queremos,
no digo borrar la identidad,
sino volverla opaca”.
“es el cristiano tibio”.
45. “Es cristiano, sí. Va a Misa el domingo, sí. Pero en su vida la
identidad no se ve. También vive como un pagano: puede vivir
como un pagano,
pero es cristiano. Ser tibios. Volver opaca nuestra identidad”.
46. “El otro pecado, aquel del que Jesús hablaba a sus discípulos
y hemos oído: ‘Estén atentos a la levadura de los fariseos,
que es la hipocresía’. ‘Hacer de cuenta que’: yo hago de
cuenta que soy cristiano, pero no lo soy. No soy
transparente, digo una cosa – ‘sí, sí, soy cristiano’ –
pero hago otra que no es cristiana”.
47. Una vida cristiana vivida según la identidad creada por el
Espíritu Santo trae como dote dones de otro calibre, y que
son el
“amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad,
fidelidad, mansedumbre, dominio de sí”.
48. “Este es nuestro camino hacia el Cielo, es nuestro camino,
que hace que comience el Cielo desde acá. Porque tenemos
esta identidad cristiana, hemos sido sellados por el Espíritu
Santo.
Pidamos al Señor la gracia de estar atentos a este sello, a
nuestra identidad cristiana, que no sólo es promesa, no, ya la
tenemos en nuestras manos como anticipo”.
49. El 19 de octubre dijo en parte
de su homilía:
“‘dar a Dios lo que es de Dios’
significa estar dispuesto a hacer su
voluntad y dedicarle nuestra vida y
colaborar con su Reino de
misericordia, de amor y de paz”.
50. “En eso reside nuestra verdadera fuerza, la levadura que
fermenta y la sal que da sabor a todo esfuerzo humano
contra el pesimismo generalizado que nos ofrece el mundo.
En eso reside nuestra esperanza, porque la esperanza en Dios
no es una huida de la realidad,
no es una coartada: es ponerse manos a la obra para
devolver a Dios lo que le pertenece”.
51. “Por eso, el cristiano mira a la realidad futura, a la realidad
de Dios,
para vivir plenamente la vida –con los pies bien puestos en la
tierra– y responder, con valentía, a los incesantes retos
nuevos”.
52. “lo hemos visto en estos días durante el Sínodo
extraordinario de los Obispos –‘sínodo’ quiere decir ‘caminar
juntos’–“
…Hemos sembrado y seguiremos sembrando con paciencia y
perseverancia, con la certeza de que es el Señor quien da el
crecimiento”…
53. El 19 de octubre el Papa Francisco beatificó a Pablo VI:
“Contemplando a este gran Papa, a este cristiano
comprometido,
a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más
que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante:
Gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI.
Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a
Cristo y a su Iglesia”.
54. El que fuera gran timonel del Concilio, al día siguiente de su
clausura, anotaba en su diario personal: «Quizás el Señor me
ha llamado
y me ha puesto en este servicio no tanto porque yo tenga
algunas aptitudes, o para que gobierne y salve la Iglesia de
sus dificultades actuales, sino para que sufra algo por la
Iglesia, y quede claro que Él, y no otros, es quien la guía y la
salva».
55. En esta humildad resplandece la
grandeza del Beato Pablo VI que,
en el momento en que estaba
surgiendo una sociedad secularizada
y hostil, supo conducir con
sabiduría y con visión de futuro
–y quizás en solitario– el timón de
la barca de Pedro sin perder nunca
la alegría y la fe en el Señor.
56. Pablo VI supo de verdad dar a Dios
lo que es de Dios dedicando toda
su vida a la «sagrada, solemne y
grave tarea de continuar en el
tiempo y extender en la tierra la
misión de Cristo», amando a la
Iglesia y guiando a la Iglesia para
que sea «al mismo tiempo madre
amorosa de todos los hombres y
dispensadora de salvación».
57. En twitter dijo:
Conforta, Señor, a cuantos sufren, especialmente a
los enfermos, a los necesitados, a los desempleados.
58. El cristiano es necesariamente misericordioso:
la misericordia es el centro del Evangelio.
59. Para cambiar el mundo, es necesario hacer el bien a quien
no puede darnos nada a cambio.
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