3. CASTELLS HUMANS
Un castell es una torre humana de varios pisos de altura que se viene construyendo
tradicionalmente en el Campo de Tarragona, desde hace más de doscientos años (se
encuentran referencias desde el siglo XVIII),1 y que después se fue extendiendo hacia el
Penedés y, durante el siglo XX, por toda Cataluña, Rosellón y las Islas Baleares,
especialmente a partir de los años ochenta, lo que hace que esté estrechamente
vinculado a las fiestas populares. Un casteller es una persona que forma parte de una
colla castellera para organizar castells (del catalán; ‘castillos’). El 16 de noviembre de
2010, els castells fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la
Unesco.2
En un castell interviene un numeroso grupo de hombres y mujeres de todas las edades y
complexiones físicas que se entrenan durante todo el año para los concursos y
actuaciones. Además, en la pinya de cada castell colaboran amigos, familiares,
aficionados y espectadores espontáneos que se unen a la colla de castellers —que pasan
así a participar activamente—.
El origen de los castells está en el antiguo «Baile de los Valencianos», uno de los que
se realizaban en torno de las procesiones religiosas. Estos bailes finalizaban con una
figura constituida por el levantamiento de una construcción humana, que con el
tiempo fue alcanzando importancia, hasta independizarse del baile.3 En el siglo XV
ya se practica la moisiganga, baile también con construcciones humanas de las que
es una reminiscencia la muixeranga, en la localidad valenciana de Algemesí,
comarca de la Ribera Alta, un conjunto de danzas y torres humanas. En el caso de
los castells, los catalanes obviaron los bailes y se centraron en hacer castells cada vez
más altos y originales. En el siglo XVIII su popularidad se extendió hasta el sur de
Cataluña, donde eran practicados en sus comarcas participando en las festividades
de las ciudades.4
Inicios
El primer castell documentado castell de sis sostres, acompanyat de la dolçaina («castell de seis
pisos, acompañado de la dulzaina») es del año 1770 en el Arbós,4 y en el año 1790 ya se usaba la
palabra castell para diferenciarlo del Baile de Valencianos.5 El 2 de febrero de 1801, durante las
Fiestas Decenales de la Virgen de la Candela de Valls, se realizaron en esta ciudad las primeras
torres, pero no está suficientemente documentado qué colla (grupo), de las dos de la ciudad lo llevó
a término.5 Hay referencias orales del año 1805 y referencias escritas de 1815 de la existencia de la
Colla dels Pagesos y la Colla dels Menestrals.6 7 Ambas colles fueron cambiando de nombre con
el tiempo y actualmente se cree que la actual Colla Vella dels Xiquets de Valls es la sucesora de la
de los Pagesos y la Colla Jove dels Xiquets de Valls la de los Menestrals. La primera, que se
autoatribuye estar documentada desde el año 1801,8 se erigió como la tradicional, mientras que la
segunda, fundada en el año 1812 por Josep Batet Llobera, era de tendencia liberal.6 9 Por todo este
valor histórico, y especialmente por el mantenimiento de este arte a través de los siglos, la
población de Valls está considerada el Bressol dels castells (Cuna de los Castells).
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4. CASTELLS HUMANS
Históricamente la actividad castellera ha sufrido altos y bajos destacados (se puede decir que
cíclicos), estrechamente ligados a períodos de crisis o bonanza económica, social o bélica. Por
ejemplo, en la Guerra de la Independencia Española (1808-1814) y la Primera Guerra Carlista
(1833-1840), fue sacudida fuertemente la actividad castellera. En un periodo de más tranquilidad
(1819) se alzó el primer castillo de ocho.
Ambas colles no actuaban sólo en Valls sino que solían desplazarse a comarcas vecinas contratadas
para actuar en fiestas mayores u otras celebraciones. Los jefes de colla administraban el dinero
recibido y normalmente disponían de la ayuda de la población local a la hora de realizar las
construcciones humanas. Esta colaboración hizo que posteriormente apareciesen dos colles más en
Tarragona: la Colla dels Pagesos y la Colla dels Pescadors, ambas con un buen número de
castellers de Valls. En Villafranca del Panadés, a pesar de que no se formó una colla hasta algunos
años después, la gran afición y admiración hizo que durante años la ciudad invitara a las colles de
Valls hasta tres veces al año para actuar en sus fiestas más señaladas. Posteriormente se formaron
colles propias con los nombres del Roser y de la Muixerra; la gran rivalidad entre ambas, llegaría a
puntos extremos que provocaron que las autoridades de Villafranca prohibiesen la actividad
castellera durante algunos años.
Primera época 1851-1889
Poco a poco la rivalidad entre las colles de Valls hizo que sus construcciones fueran cada vez de
mayor dificultad, así en 1835 ya se habían conseguido los primeros 3 de 8 y el pilar de siete. En
1845 se intentó el primer 3 de 9 amb folre a pesar de que no se «cargó» hasta un año más tarde.
La primera época de oro de los castells comenzó en 1851 cuando durante las Fiestas de Santa Tecla
de Tarragona se «descargó» por primera vez el 3 de 9 amb folre. En 1853 el periodista Joan Mañé i
Flaquer publicó en el Diario de Barcelona una crónica sobre la actuación castellera durante las
fiestas de Torredembarra con el nombre de «Fiesta Popular». En este artículo describe que se
hicieron castells de la magnitud del 3 de 9 amb folre, 4 de 9 amb folre, torre de vuit amb folre, 5 de
8, 3 de 8 aixecat per sota e incluso el pilar de set amb folre caminat. En estos primeros años hay
otras referencias no muy claras que pueden inducir a pensar que se realizó el pilar de set net, la
torre de vuit aixecada per sota y el 3 de 9 net; cuando se dice net se quiere decir sin folre, pero son
datos que no se han podido contrastar y realmente muy poco fiables.
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7. CASTELLS HUMANS
Otro texto escrito por el doctor Ballester, anuncia que el 19 de agosto de 1858 una de las colles de
Valls hizo el pilar de vuit amb folre i manilles (pilar de ocho con folre y manilles) en Vallmoll y
cinco días más tarde la otra colla de la ciudad lo consiguió emular en Alió. En 1873 se hubiese
podido conseguir en Tarragona el 4 de 9 amb folre i l'agulla. Durante este tiempo Villafranca,
Tarragona y Valls junto con poblaciones cercanas formaron un triángulo donde se realizaban el
mayor número de actuaciones y las de mayor nivel, y esta es la razón por la que este territorio es
conocido como la «zona tradicional de los castells», en contraposición a otras zonas donde, en los
últimos años y a cargo de otras colles más modernas, se han conseguido actuaciones destacables y
realmente históricas (Tarrasa, Barcelona, Gerona, etc.).
Volviendo al siglo XIX, la épica castellera siguió en aumento durante más de diez años a un ritmo
imparable. En los años 1877 y 1878 en Altafulla las dos colles de Valls hicieron el pilar de 8 amb
folre i manilles. Un año más tarde en 1879, en Torredembarra la Colla Vella levantó el 3 de 9 amb
folre, 4 de 9 amb folre, 5 de 8, pilar de 7 amb folre y el 3 de 8. En el mismo año por la fiesta mayor
de Valls, consiguieron el 3 de 9 amb folre, 4 de 9 amb folre, 5 de 8, pilar de 7 amb folre, 2 de 8 amb
folre, 9 de 7 y 3 de 8 aixecat per sota. Del año 1881 hay escritos de la que podría ser la mejor
actuación de todos los tiempos: las dos colles de Valls descargaron en Tarragona la torre de vuit
neta, la Nova hizo el 3 de 9 neto y la Vella el 4 de 9 neto. Este castell también habría estado cargado
por la otra colla de Valls el 29 de agosto de 1881 en Catllar. Estos impresionantes datos, son poco
creíbles, excepto los que hacen referencia al 4 de 9 net, ya que es el único de estos castells del que
se ha generado una auténtica leyenda viva por la tradición oral hasta nuestros días. Es un hecho
histórico que no se pone en duda y del que se puede encontrar muchas referencias y que no se
volvió a repetir has 117 años después, el 25 de octubre de 1998, cuando los Minyons de Terrassa
descargaron el 4 de 9 net en el marco de las ferias de Sant Narcís en Gerona.10
El 30 de agosto, por San Félix, las colles levantan los castells 3 y 4 amb folre, 2 de 8 amb folre, 3 de
8 per sota, 5 de 8 y pilar de set amb folre. Y por la fiesta del Roser, la Colla Vella consigue el 4 de 8
amb agulla y el pilar de vuit amb folre i manilles.
Esta época esplendorosa de los castells finalizó por las fiestas de Santa Tecla del año 1889, con un
gran número de castells de máxima dificultad de ocho y nueve pisos. Hay que decir que en aquellos
tiempos solo se contaban como válidos los castells descargados, los cargados muchas veces eran
como anécdotas que no se recogía en las noticias, que ya de por sí solían hacerse sin imágenes.
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9. AQUESTA ES LA CAÇALERA ESTILS 2
Decadencia 1889-1926
El año 1889 la actividad castellera inició una progresiva decadencia, que no se pararía hasta el 1926, coincidiendo con la
aparición de dos nuevas colles en Tarragona: Xiquets de Tarragona y Nens del Vendrell.
Durante todos estos años la práctica de los castells se había ido reduciendo y el nivel de las construcciones bajó hasta los
niveles más bajos de su historia. El último 4 de 8 documentado es el del año 1908 y en los años veinte los castells de
máxima dificultad fueron el 4 y 3 de 7.11
Diversos estudiosos apuntan motivos como la plaga de la filoxera y la apertura del ferrocarril entre Valls y Barcelona, como
una de las causas de esa reducción y por la emigración hacia las grandes ciudades. Sin embargo, hubo sitios como
Villafranca que aguantaron y no dejaron de contratar a las colles de Valls, una actitud fundamental para la conservación de
la tradición. Esta perseverancia de Villafranca le ha otorgado el nombre de la plaça més castellera (la plaza más castellera).
También hubo otros aspectos que aportaron una pequeña mejora en esta crisis, la instauración de la Mancomunidad de
Cataluña (1917) y la celebración de las Fiestas Decenales de la Virgen de la Candela de Valls (1921).
En Tarragona no hubo ninguna actuación castellera entre los años 1913 y 1921, a excepción de una actuación en 1918
realizada por un grupo de castellers espontáneos. En el bienio de 1923-1924 volvieron a actuar los Xiquets de Valls y con
motivo de esto se iniciaron las conversaciones para crear una nueva colla en Tarragona. Un año más tarde la nueva colla
realizó sus primero ensayos. Hay estudiosos que afirman que el estreno oficial fue en el año 1925 y otro dices que por las
fiestas de Santa Tecla del 1926.