1. EL DRAGÓN ALEJANDRO CAMBIA
DE CIUDAD
Érase una vez un dragón llamado Alejandro. Era de color naranja y tenia las orejas
en punta, los pelos de punta, dos pies muy gordos y llevaba puestas siempre gafas
de sol.
Vivia en un gran castillo en España, cerca de un volcán. Un día el volcán entro en
erupción, luego explotó y la ciudad fue presa de las llamas y cubierta por lava.
Alejandro podía volar y se salvo, pero se encontró solo. Volaba sobre la ciudad
llorando y despidendo a su gente, muerta debajo de la lava. Así solo y triste,
decide ir a vivir a Altamura, donde tenía muchos amigos.
En Altamura era herrero y con su fuego trabajaba el hierro. Construía espadas
afiladas, escudos y anillos.
Debeís saber que en Altamura hace muchos años vivían los dinosaurios, de hecho
todavía hoy en día pueden ver sus marcas en la piedra, uno de esos dinosaurios,
precisamente el brontosaurio, había sobrevivido y vivía oculto en una gruta
secretisima. Cuando supo que a Altamura había llegado un dragón, que se
asemejaba un poco a él como animal, se llenó de corage, salió de la caverna y fue
a encontrarlo. En seguida se convirtieron en amigos y juntos comían muchos
helados. Cuando paseaban juntos, Alejandro saludaba a la gente en español
diciendo: !Hola!.
Nadie tenía miedo de esos dos, el dragón y el dinosaurio eran verdaderamente
buenos y simpáticos.
A alguien le vino la idea de invitarles a venir a la escuela para hacer de maestros
porque el dragón podía enseñar español y el dinosaurio contar la vida y los
nombres de los dinosaurios.
A ellos la idea les gustó mucho y fueron a la escuela a hacer de maestros y
aprendieron a hablar la lengua italiana.
Un día Alejandro encontró una señora dragón que venia de Londres a Altamura de
vacaciones, se enamoró de ella y se casaron.
Juntos tuvieron muchos pequeños dragonitos e vivieron felices y contentos.
Cuento colectivo de la 1^ F