La comunicación aumentativa y las tecnologías de apoyo son fundamentales para el desarrollo de la competencia comunicativa de los niños con disfunciones. Al permitir diferentes formas de comunicación, estas herramientas pueden maximizar las capacidades del niño y facilitar interacciones espontáneas y generalizables que son esenciales para su desarrollo. Asimismo, es importante capacitar a los compañeros de comunicación para que entablen interacciones de calidad con estos niños.
Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Papel comunic aument y tecn apoyo al desarr d compet comunic
1. Ministerio de Educación Pública
Centro Nacional de Recursos para la Inclusión Educativa
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EL PAPEL DE LA COMUNICACION AUMENTATIVA Y DE LAS
TECNOLOGIAS DE APOYO EN EL DESARROLLO DE LA
COMPETENCIA COMUNICATIVA
-UNA PERSPECTIVA HABILITADORA-
Luísa Taveira
LPDM.Centro de Recursos Sociais
Rua do Sítio ao Casalinho da Ajuda – Lisboa – Portugal
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La vida de los humanos, ocurre en el cuerpo e irradia a partir de él. Podemos
compartir experiencias, emociones, ideas y la propia vida unos con otros, pero es
siempre y a partir de él, que somos lo que fuimos, vivimos lo que somos y
decidimos lo que queremos ser. Es en cuerpo y a partir de él que la vida
universal nos ocurre, nos sobrepasa y nos excede.
En el cuerpo sentimos y priorizamos la orden de nuestras necesidades, de lo que
es así y no puede ser de otro modo.
En el cuerpo damos cuerpo a la orden de libertad, a nuestra decisión, ante aquello
que puede ser de varios modos, imponer la manera que anteriormente
escogemos.
La especificad única de la vida humana, está en su autonomía, en su capacidad
de, sobretodo gracias a las necesidades tener la posibilidad de determinar y trazar
el sentido de su existencia. La vida independiente no consiste en libertarse de las
necesidades, y si en criar con ellas y a partir de ellas un sentido autónomo, único
y exclusivo de existencia.
Siempre que a algún humano lo privamos de construir autónomamente el camino
del equilibrio entre sus necesidades y sus posibilidades, es la propia humanidad
(la suya y la de los otros) que estamos destruyendo.
Este equilibrio entre nuestras necesidades y nuestras posibilidades solo será
alcanzado si nos es proporcionada la posibilidad de establecer interacciones
desde los primeros tiempos de vida.
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2. La accesibilidad precoz a la comunicación determinará nuestra capacidad de
establecer transacciones con el mundo que nos envuelve y a partir de ellas
construir nuestra identidad, asumiéndose como un concepto llave a partir del cual
asentará todo el desarrollo.
De acuerdo con investigaciones mas recientes es hoy una realidad que la
competencia comunicativa precede a la aparición del lenguaje hablado
desarrollándose en un contexto de interacción social.
Comunicar ya no se considera un comportamiento solo posible de expresar a
través de un cualquier lenguaje formal encarándolo actualmente el lenguaje como
el auge de la competencia comunicativa, la cual inicia precozmente en la vida del
niño.
La competencia comunicativa en el niño, se desarrolla a medida que éste va
comprendiendo el medio físico y social que le rodea, la manera de controlarlo y
afectar, a medida que de él se va distanciando. Competencia comunicativa,
refiere la capacidad para utilizar funcionalmente la comunicación en ambiente
natural, haciendo frente a las necesidades que surgen durante las interacciones
diarias que se entablan con ese y en este ambiente, implica la adquisición
integrada de competencias lingüísticas, operacionales, sociales y estratégicas.
En una perspectiva bio-psico-social creemos que la adquisición de competencias
está muy dependiente de la inter-relación que se entabla entre los factores
biológicos del niño, sus experiencias y actividades, las reacciones de los adultos
a sus comportamientos, el contexto físico, social y cultural en que se mueven sus
allegados más significativos.
Los niños con desarrollo normal producen desde el nacimiento una serie de
comportamientos que se constituyen pistas claras a las cuales los adultos
reaccionan atribuyéndoles significado comunicativo para más allá de lo que
realmente tiene, ayudándoles a progresar en la adquisición de capacidades cada
vez más complejas.
El adulto, desde las primeras etapas de la vida, ayuda al niño en la construcción
de la relación medios/fines, enseñándole a utilizar en conciencia
comportamientos que el niño ya utilizar de forma no intencional. A su vez este
aprendizaje ayuda al niño a reconocerse como un ser con intenciones y a
comprender la intencionalidad comunicativa de sus compañeros de
comunicación, sintonizando a su propia subjetividad con la del otro.
Parece, pues, claro que las reacciones consistentes de los adultos a los
comportamientos y actividades del niño constituyen una condición de enseñanza
y aprendizaje natural imprescindibles para que pueda tener lugar el desarrollo de
la competencia comunicativa y de lenguaje.
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3. El niño desarrolla el sentido del “yo” y sus expectativas en relación a su futuro a
través de los cambios que entabla en los diferentes contextos familiares y
sociales. Estos contextos se constituyen como piezas fundamentales para la
adquisición de la competencia comunicativa y de lenguaje, pudiendo el ambiente
de aprendizaje de estas competencias ser conceptualizado como una red compleja
interrelacionada en la que se engloben los contextos físicos, funcional,
lingüístico, social y cultural.
La presencia de una disfunción precoz puede afectar y condicionar el desarrollo
de esta competencia poniendo en tela de juicio las interacciones que el niño tiene
con el medio y consecuentemente poner en causa todo su crecimiento...
Los compañeros privilegiados tienen dificultad en interpretar las señales atípicas
producidas por el niño, no atribuyéndoles significado e intencionalidad y por
consecuencia, crían en el niño la imposibilidad de responderles adecuadamente.
La dificultad en lograr alcanzar un nivel satisfactorio de sincronía comunicativa
con el niño constituye una situación generadora de stress para con sus
compañeros privilegiados, llevándolos a encarar la interacción como una
situación de amenaza y de fracaso. Como mecanismo de fuga al constrictivo
silencio que frecuentemente se instala hay una tendencia para hablar sin parar
usando el espacio y los turnos de comunicación destinados al niño.
Muchas de las interacciones que se entablan no son reales pues el compañero ya
conoce la respuesta o consigue anticiparla fácilmente. Esta actitud no permite al
niño obtener puntos de referencia para aprender cuando comunica bien o mal.
Las interrupciones a lo largo del cambio comunicativo van con frecuencia
provocando la distracción por parte de los compañeros.
El aprendizaje de estrategias de reformulación se encuentra gravemente
comprometido. El niño no tiene oportunidad de errar, comprender en que erró y
descubrir lo que podría haber modificado para alcanzar éxito.
Las intervenciones se reducen drásticamente a la utilización de preguntas
cerradas permitiendo solo dos respuestas:”si” o “no”. El tiempo que el niño lleva
a iniciar la comunicación reduce la atención conjunta en el proceso comunicativo
lo que da origen a una estructura asimétrica de conversación.
El compañero realiza de una forma excesiva conjeturas acerca de lo que el niño
va a decir acabando por ser él propio quien produce sus enunciados. Esta
situación lleva a la pérdida progresiva de interés, pudiendo el niño alcanzar
estados de indiferencia y apatía cara a la comunicación.
La interacción natural pasa a ocurrir de una forma excesivamente ritualizada.
Esta rutina que poco a poco se instala limita la participación por parte del niño en
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4. situaciones nuevas, diversas y reales disminuyendo el sentimiento de
responsabilidad comunicativa y se traduce en un fuerte obstáculo para el
desarrollo de la competencia comunicativa.
La falta de responsabilidad comunicativa se revela frecuentemente como un
obstáculo al desarrollo de la competencia comunicativa.
La falta de sincronía que se observa entre las respuestas del niño y el impacto en
el ambiente que lo rodea lleva al aprendizaje de un sentimiento de
“incontrolabilidad repetida”.
El niño con disfunción no tiene conciencia de que ciertos comportamientos por él
desencadenados pueden ser utilizados para obtener ciertos objetivos
interpersonales, no tiene conciencia de la forma como participa en el interacción
comunicativa y la puede regular. Esta situación puede conducir a una pasividad
aprendida, a la dependencia del otro y a un sentimiento fuerte de incompetencia
comunicativa, que se constituyen como fuertes obstáculos al desarrollo de esta
competencia.
El análisis en profundidad de las implicaciones que esta falta de armonía tiene en
el desarrollo, nos lleva a repensar la intervención centrando nuestra atención, en
los procesos evolutivos subyacentes a la adquisición del lenguaje.
El primer objetivo de esta intervención será el de conseguir que los padres y
otros allegados aprendan a interpretar y a dar significado a los comportamientos
del niño, de manera a que éste pueda reaccionar ajustada y consistentemente. Las
señales atípicas que produce tienen que ser comprendidos por su entorno social
conduciendo al aprendizaje y expresión de señales comunicativos más legibles y
funcionales.
Es evidente que el desarrollo de la competencia lingüística de estos niños a lo
largo de su vida, tiene que ser soportado por una intervención que favorezca el
desarrollo de estadios precoces de comunicación a través de una intervención
multimodal que permita la utilización de diferentes formas de comunicación. Es
fundamental criar situaciones de interacción, enseñando a sus compañeros pautas
de intervención adecuadas como: saber esperar, hacer pausas, utilizar enunciados
cortos, saber interpretar los gestos, expresiones de producciones del niño
situándose un poco para allá de su competencia real pero nunca fuera de su
alcance.
El aprendizaje de un modelo de pasividad en la interacción comunicativa, es el
gran riesgo.
Siendo así, ¿como pueden los niños con disfunción comunicativa desarrollar su
competencia y acceder al lenguaje, si la relación entre ellos y sus compañeros
comunicativos está comprometida por una barrera entre el mundo de las palabras
y el mundo del silencio?
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5. Hoy la posibilidad de personas con disfunción comunicativa desarrollar
competencias para un control eficaz del medio está fuertemente relacionada con
el recurso a la Comunicación Aumentativa.
Es imperativo implementar lo mas precozmente posible un conjunto de recursos,
estrategias y prácticas que permitan la maximización de las competencias
multifuncionales del niño independientemente de la forma como la comunicación
es representada y transmitida.
La definición de comunicación aumentativa no ha sido una tarea que cuente con
muchos adeptos al contrario, ha sido un ejemplo de este amplio grupo de
conceptos de que todos hablamos sin definirlos, quizás porque se considere que
su definición encierra en sí la propia definición.
Como principal objetivo pretende soportar y promocionar la comunicación, el
aprendizaje y la autonomía de manera a mejorar la participación e inclusión de
las personas con disfunción comunicativa.
El recurso a Sistemas Aumentativos y/o Alternativos de Comunicación sean
ellos gestuales, gráficos o suportados por objetos, así como el uso de tecnologías
de apoyo permitirán al niño entablar actos comunicativos: funcionales en la
medida en que permiten influenciar el medio, espontáneos enseñándole a tomar
la iniciativa y a asumir un papel activo en las interacciones y generalizables
haciendo posible la comunicación en diferentes contextos y con diferentes
compañeros.
Sabemos claramente que la calidad y cantidad de vivencias y de experiencias
interacción, determinan el desarrollo emocional y social, influenciando
drásticamente todos los aprendizajes cognitivos, de lenguaje, motoras y
preceptivas procesadas por el niño. Sabemos también que es a través de ellas que
el niño accede a experiencias positivas, funcionales y significativas que
constituyen un patrimonio fundamental para que se pueda procesar la adquisición
de nuevas competencias mayormente de lectura, escritura y cálculo, entre otras.
Para la construcción de estas competencias parece fundamental que el niño pueda
efectuar dislocaciones en el espacio, manipular y explorar el medio donde está
integrado participando plenamente en las interacciones que se generan entre él y
ese mismo medio. Los posibles condicionalismos presentados por el niño en
diferentes niveles pueden ser altamente reducidos por el recurso a ayudas
facilitadoras diversas – las tecnologías de apoyo.
En los últimos años, ha sido significativo el aumento del uso de tecnologías de
apoyo en niños en estadios precoces de desarrollo. Definidas como una serie de
dispositivos, servicios, estrategias y prácticas, concebidas y aplicadas para
mejorar las competencias funcionales de personas portadoras de disfunción, las
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6. tecnologías de apoyo permiten a su utilizador expresar lo mejor de si mismo en
un contexto de inclusión y de relación consigo mismo y con los otros. Pero esta
situación solo será una realidad si se lleva a cabo a través de un abordaje
ecológico, en una dimensión transdisciplinar de un equipo que deberá definir
objetivos holísticos, transferir información entre los miembros involucrados
considerándose el único familiar y el utilizador de C.A.A. como elementos
integrantes y centrales de este proceso bien como sus compañeros de
comunicación.
Actualmente el enfoque habilitador y la perspectiva funcional configuran una
nueva forma de mirar a las personas con necesidades espaciales, enfatizando sus
posibilidades en lugar de sus limitaciones y procurando las condiciones
necesarias para que el acceso sea posible y su realización competente y eficaz.
En esta perspectiva la preocupación se centra en la habitación de los espacios y
lugares donde estas personas se mueven siendo la palabra accesibilidad
transversal a sus diferentes contextos de vida. La intervención dirigida a los
compañeros de comunicación volviéndolos competentes para entablar
interacciones con calidad con la persona portadora de disfunción comunicativa es
también una realidad en este abordaje.
Aumentar las oportunidades para realizar actividades funcionales y significativas
como las que realizan sus amigos y personas significativas de sus relaciones
sociales, de acuerdo con su edad y con sus intereses son también aspectos
considerados en esta dimensión habilitadora de la intervención.
Si por un lado se ofrece al niño los recursos tecnológicos de alta o baja
tecnología, que facilitan su acción sobre el medio, por otro lado hay que
intervenir mejorando las competencias del medio volviéndolas mas accesibles.
En resumen se pretende que las personas con disfunción desarrollen con un
mínimo de esfuerzo la máxima eficiencia.
Este modelo preconiza una intervención que deberá suceder en un contexto de
interacción ecológico, flexible, y con capacidad creativa y sensibilizadora de
forma a que el proceso habilitador se pueda autoconstruir de acuerdo con las
necesidades individuales del niño del mundo que le rodea.
Esto quiere decir que la intervención deberá obedecer a un enfoque de 24 horas
permitiendo al niño comunicar y aprender en contextos naturales a lo largo del
día y no solamente en momentos y locales específicos construidos para el efecto.
En el cuerpo damos la orden de la libertad, a nuestra decisión de, ante lo que
puede ser de varias formas, imponer el modo que interiormente escogemos.
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