Una ontología está compuesta de conceptos (clases), propiedades (slots/roles), restricciones e individuos (instancias). Los pasos para desarrollar una ontología incluyen definir las clases, organizarlas en una taxonomía, definir los slots, incluir restricciones y crear las instancias. No hay una metodología única correcta y es un proceso iterativo para crear conceptos cercanos a los reales.