1. KILIMA 113 Febrero 2017
Queridos amigos:
Siguiendo con el tema del número anterior, puedo decir que todo ha pasado y
afortunadamente sin enfrentamientos ni guerras pero hemos estado a punto de tenerlas. El
Presidente, en ese intento camuflado suyo de seguir al mando del país, se inventó que antes
de haber elecciones debería haber una reunión de diálogo, a nivel de todos los
numerosísimos grupos políticos para estudiar conjuntamente sobre la marcha del país y del
futuro de las próximas elecciones.
Para dar impresión de seriedad y de que no quería presionar a nadie, llamaron a un
antiguo primer ministro de otro país africano para que hiciera de árbitro y tratara de aunar los
pensamientos de los diferentes partidos políticos, porque no todos ellos son afines a las
teorías del presidente. Los partidos que asistieron, fueron los partidarios del Presidente y
algunos que se llaman de la oposición pero que en el fondo son casi iguales. La Iglesia estaba
también invitada pero viendo cómo se desarrollaban los debates, prefirió retirarse porque no
veía nada serio en los encuentros que iban teniendo. Tampoco participaron los grupos de la
oposición.
Después de un mes largo de encuentros, reuniones y viajes, se acordó que las
elecciones se celebrarían en el 2018, que Kabila seguiría siendo presidente hasta esa fecha, y
que de los llamados grupos de la oposición saldría el nuevo primer ministro. Invitaron a
todos los que no asistieron a que firmaran el documento pero ante la negativa radical de los
mismos y temiendo que el país se había metido por un camino que le llevaría a una guerra
civil, los obispos, a través de su Conferencia Episcopal, solicitaron la posibilidad de hacer
otro encuentro con todos los partidos sin excepción, declarando nulas las decisiones de la
reunión precedente.
Así comenzaron los nuevos encuentros a la que asistieron todos los partidos. En un
principio iba a durar tres días, pero al final duraron diez, y no duraron más porque los
obispos les dijeron que no habían ido a pasar el tiempo y si no ponían una voluntad de
entenderse, abandonarían la reunión y hablarían claro a los fieles sobre quién era el
responsable del estancamiento del país.
Al cabo de ese tiempo, consiguieron una especie de acuerdo que en un principio
parecía ser suscrito por todos los asistentes, y así lo hicieron, pero cuando todo el mundo
respiraba pensando que por fin, “ya estamos en paz”, los partidarios del Presidente salieron
diciendo que ellos habían firmado “bajo reserva”, algo que nadie sabe lo que quiere decir,
pero muestran que no están satisfechos de las conclusiones e incluso hablan de la posibilidad
de celebrar un tercer encuentro. Esto no lo van a conseguir porque muchos partidos no
quieren saber nada de los partidos favorables al Presidente y seguimos a la expectativa de
acontecimientos futuros. De momento estamos en paz. ¿Hasta cuándo?
En la segunda reunión se ha firmado que Kabila seguirá al frente de la nación hasta
finales de este año, en el que se celebrarán las elecciones a las que él no va a asistir, que no
tocarán la Constitución y que el primer ministro saldrá de las filas de los partidos de la
oposición.
Esto que os cuento a continuación sucedió en un pueblo por el que suelo pasar con
frecuencia para llegar al poblado que desde hace años estamos intentando poner en
funcionamiento. Un señor estaba cortando un árbol para hacer carbón, pero por un sendero
cercano al lugar en el que se encontraba, pasó una parienta y se puso a su lado para hablar
con él de la situación familiar y de los últimos sucesos del poblado. Todo funcionaba como
2. costumbre pero cuando el árbol se movió debido al viento, el leñador no tuvo tiempo para
avisarle a su parienta del peligro que corría y el árbol cayó sobre la pobre mujer, que murió
en el acto. La noticia se propagó como la pólvora y cada cual cogió los animales que criaba
en casa y corrieron a esconderse en la selva.
No podían acercarse de la difunta hasta que no viniera la policía y levantara acta. El
poblado quedó sin sus habitantes y no sin razón. Cuando vino la policía tuvo que esperar un
par de días para que la gente volviera al poblado. Mientras tanto, el cadáver se encontraba a
la intemperie, en el mismo lugar en el que había fallecido. La policía, una vez interrogados
sus habitantes, para que pudieran levantar el cadáver y enterrarlo dignamente, les exigió 300
$, un cerdo, una cabra y cinco pollos, a la familia del difunto.
No es de extrañar que tanto la policía, como los jefes o las demás autoridades, no
infundan confianza en la gente y cada cual trata de poner a salvo los pocos bienes que posee.
Esa multa fue por parte de las autoridades, pero lo que no sé es cómo zanjaron el
asunto a nivel familiar. Seguramente que fueron al adivino para aclarar lo ocurrido, porque
¿quién sopló de aquella forma para que se cayera el árbol justo en la dirección en la que se
encontraba la mujer? ¿Qué intenciones tenía el leñador cuando se puso a cortar el árbol?
¿Quién le empujó a la mujer para que fuera a situarse en aquel lugar?. Son muchas
interrogantes que han quedado sin aclarar y ya se encargarán ellos de dar respuesta a lo
ocurrido, pero no se trabaja gratuitamente, también el adivino exigirá su pago en gallinas,
cabras o en dinero y la familia de la difunta quedará arruinada.
Un día, salía yo de casay me encontré con una abuela que arropaba a su nieta que se
encontraba enferma. Quería que la bendijera y bendijera también el agua que traía en un
bidón para bañarle con ella a la chavala, que tenía 11 años y luchar así también contra la
enfermedad que la acosaba desde hacía bastante tiempo. Llevaba un tiempo enferma y la
ingresaron en una de las muchas clínicas que han surgido en la ciudad de la noche a la
mañana. La abuela se encargaba de cuidarla. La madre se encontraba cuidando al pequeño de
la familia que tenía escasos meses.
Pasaban días sin que la madre pasara por la clínica para interesarse por ella. Las demás
enfermas de la sala la criticaban por ausentarse de la cabecera de la cama de su hija y dejarla
en manos de una abuela cargada de años. Porfin, llegó un díacon un termo. Todos pensaban
que traía té para su hija, pero resulta que vació su contenido en un balde con agua con el que
iban a lavar a la pequeña. Alguna de las presentes vio la escena y pronto lo comunicó a las
demás compañeras del pabellón. Después de aquel baño “purificador”, vieron que las
medicinas no surtían ningún efecto sobre la enferma y la abuela se inquietaba porque no
mejoraba a pesar del tiempo que permanecían en la clínica y la estancia tenían que pagarla y
ella no andaba sobrada de dinero.
Las compañeras del pabellón la comentaron lo que habían visto hacer a la madre de
la criatura, que además, ni traía comida para la enferma ni venía a pagar la estancia de los
días que llevaban ingresados. La abuela dormía en el suelo y la cría en la cama, que la
compartía con otras tres enfermas y ninguna de ellas estaba muy tranquila en su compañía
porque por alguna razón que desconocían la enferma no mejoraba a pesar de toda la
medicación que le prescribía el médico y esa situación podría afectarlas también a ellas, que
tardarían en curarse más tiempo del normal.
El padre de la chavala trabajaba en una mina, bastante alejada de nuestra zona. La
abuela, que era la madre de su padre, le llamó por teléfono y le comentó lo que pasaba. El
padre llegó en el mismo día y cuando fue en busca de su mujer para saber lo que había
3. acontecido, ésta había desaparecido. Se había marchado a un pueblo que se encuentra a unos
80 Km, Fungurume. Ella decía que había ido a visitar a un pariente, pero la familia se enteró
de que había ido a consultar a un adivino que tenía un cierto renombre.
Su marido se encontró en casa un trozo de papel en el que venía escrito su nombre y
la cifra de 150.000. Ella decía no saber nada, pero después de zarandearla sin mucho
miramiento, confesó que 30.000 Francos Congoleños era lo que le había costado el
medicamento que le proporcionó a la cría para que se curara rápidamente y los 120.000
restantes era lo que debía al adivino y en caso de no pagarle le podría ocurrir una desgracia a
la chavala.
El padre recurrió a todos sus hermanos y conocidos parapoder encontrar esa cantidad
y de esa manera su hija se viera fuera de todo peligro y le exigió a su mujer que convocara
una reunión familiar con los miembros de su familia para que pudiera exponer lo que pasaba
y juzgaran ellos mismos de la situación.
Los padres, mayores, viven en Lubumbashi, a 125 Km de distancia. Aparecieron
también los hermanos de la mujer y cuando estuvieron reunidos la mayoría de la familia
comenzó el “juicio”. El esposo relató los últimos acontecimientos que pusieron en peligro la
vida de su hija, las andanzas con el adivino, las facturas que luego él debía pagarlas, el
olvido de sus compromisos de madre ante su hija enferma, etc.
Los padres no esperaban semejante comportamiento de su hija y se sentían
avergonzados. Una vez terminadas las acusaciones del marido, los padres comenzaron su
interrogatorio. En un principio negaba todo lo malo de lo que le acusaban, pero ante las
amenazas del padre, por miedo a que la maldijera, confesó todo, incluso que se había
acostado con el adivino porque así se lo había pedido para dar más fuerza a la medicación
que le proporcionaba.
¿Qué hacer ante tal cúmulo de acusaciones? No quedaba otra salida honrosa que el
divorcio. Continuar viviendo con aquella mujer era exponer constantemente su vida a sus
caprichos y un díapodríaprovocar un accidente en la mina por medio de sus encantamientos,
que le causaría la muerte. Ya confesó en aquella reunión que había preparado una pócima
que la colocaba bajo la cama para que el marido la deseara constantemente y no tuviera ojos
sino para ella.
El padre recuperó a su pequeña y se la llevó a casa de su madre, es decir, de la abuela
que la cuidaba, y ésta la ha bañado varias veces con el agua bendita que se llevó de mi casa
para purificarla de los mejunjes con los que su madre trató de quitarle de encima la
enfermedad. Sin embargo la chavala no se recupera y sigue enferma y con fiebre. La han
llamado a la madre de la criatura para que venga y les explique qué procedimientos usó para
enfermarla, pero ella no aparece. Les llamaron incluso a su padre para que interviniera, pero
a pesar de las llamadas sigue como desaparecida.
Después de muchos ruegos y tras serias amenazas, la madre confesó el contenido de
la pócima que había suministrado a su hija y pudieron, con la ayuda de otro curandero,
fabricar un contra-veneno para que se recuperara la chavala. Entre eso y el agua bendita que
siempre favorece a las personas necesitadas, la cría se ha restablecido y ha comenzado a
frecuentar la escuela. Los padres se divorciaron.
**********Quien se precie de ser buen conductor, mostrará sus habilidades conduciendo de
la forma más temeraria posible por la calle que tiene más transito del pueblo. Ya sea
motorista o conductor de un minibús, conducirá a la máxima velocidad, haciendo sonar el
claxon para que se fijen en él y ganarse el respeto de la gente. Muchas veces el estruendo de
4. los motores o el escándalo de sus bocinas, hace que la gente se aparte a un lado y pasen
velozmente.
El ángel de la guarda trabaja afanosamente empujando a unos a un lado y ayudando a
otros a llevar bien el volante para evitar toda clase de accidentes, pero a pesar de su buena
voluntad, no siempre sale victorioso.
Hace unos días, una furgoneta pegó a un niño de siete años que cruzaba la carretera
sin mirar a ninguna parte y murió en el acto. El chófer se dio a la fuga, pero siempre hay
alguien que puede dar algunos detalles con los que identificar sea al chofer o al amo de la
furgoneta. Resulta, que el vehículo no era propiedad de quien lo conducía y el amo del
mismo habita al fondo de la Cité de Panda. Allí llegó el chófer, abandonó el vehículo y
desapareció.
Pronto llegaron los allegados de la víctima, le zarandearon al propietario, quien se
enteró en aquel momento de lo ocurrido, y consiguieron que firmara un documento en el que
se comprometía a pagar a la familia de la víctima lo que ellos exigieran.
Para empezar, le pedían una casa. Ahora se he puesto de moda el pedir una casa
cuando se trata de la muerte en accidente de un familiar. El amo del vehículo les ofreció una
casa de dos habitaciones de la que era propietario. La familia estaba de acuerdo en quedarse
con ella si al mismo tiempo añadía 7.000 $ porque la casa les parecía pequeña. Además,
tenía que suministrarles el ataúd y pagar los gastos que conlleva el duelo.
Compraron el ataúd y lo llevaron a la familia de la víctima, pero éstos al verlo
pusieron el grito en el cielo porque les pareció como si fuera una ofensa porque no era de la
calidad que ellos deseaban y se lo devolvieron.
El propietario del vehículo ha visto que la codicia de esta gente no tiene límites y
encima, se añaden las diferencias étnicas y al final ha decidido poner el asunto en manos de
los jueces para que dicten sentencia y se cierre definitivamente el c aso. El chófer ha
desaparecido y la policía no se moverá por encontrarle, ni tan siquiera de llegar a su casa y
preguntar a la familia si saben algo sobre su paradero. Les amenazarán para que sean ellos
los que le busquen porque la policía no hará nada con la excusa de que no tienen medios para
perseguirle.
Mientras tanto, la pobre víctima lleva una semana en el frigo del hospital sin que sus
familiares hayan querido enterrarle.
Pero en cuanto el juez se ha enterado de lo ocurrido ha ordenado que le entierren
inmediatamente y de no hacerlo mandará a los militares para que lo hagan y que luego se
atengan a las consecuencias, ya que la llegada de militares supone muchas veces el abuso por
parte de los mismos que se permiten apoderarse de aquello que más les guste de la casa e
incluso infligir multas por haber guardado un cadáver durante tanto tiempo sin darle tierra.
No contento con eso, el juez le ha exigido al propietario del vehículo 200 $ por hacer
justicia y al padre de la víctima le ha pedido que le entregue lo que le ha cobrado con
anterioridad porque no tenía derecho a reclamar tanto dinero privadamente. Y ahí terminó el
asunto. Nadie se atreve a meterse con los jueces porque saben que se defienden entre ellos y
aunque castiguen a uno, los demás aprovecharán cualquier circunstancia para arruinarles o
hacerles la vida difícil.
Un abrazo.