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INSTITUTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO
CÁTEDRA UNESCO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
EDUCACIÓN DE LA CREATIVIDAD
Dra. Marta Martínez Llantada
Dra. Adania Guanche Martínez
La CREATIVIDAD ha sido el “motor impulsor” del desarrollo humano, en todas las
sociedades, por tal motivo, no constituye una novedad que este concepto se haya
convertido en el centro del estudio de psicólogos, sociólogos y pedagogos
contemporáneos. Tampoco nos asombra que los filósofos se empeñen en brindar
reflexiones, en ocasiones muy valiosas, en torno a estos modernos conceptos. Por otra
parte, el tema relativo al desarrollo de la creatividad en la escuela ha cobrado gran
importancia en los últimos tiempos por lo que representa para el logro de la personalidad
que requiere el mundo contemporáneo.
Si se parte de la máxima martiana de que "educar es preparar al hombre para la vida"
(Martí, l983) no quedará duda al respecto.
En los foros internacionales, el tema gana la atención de los especialistas de diversas
ramas de conocimiento y es lógico porque el estudio de los procesos creadores debe ser
integral como lo es el desarrollo de la personalidad; además, cada vez se verifica con
mayor seguridad que una educación de calidad es aquella que logra incrementar la
creatividad como condición básica de la plenitud del ser humano.(Martínez, M. l995).
A pesar de estas aseveraciones, subsisten polémicas alrededor de este asunto tales
como: ¿se puede aprender y enseñar a ser creador?; ¿cuáles estrategias utilizar?;
¿curriculares o extracurriculares?; ¿es una aptitud innata o una capacidad adquirida?;
¿existen métodos psico-diagnósticos para determinar el nivel de creatividad de los
sujetos?; ¿es un proceso o un resultado?; ¿es preciso crear una atmósfera o un
ambiente creativo para lograrlo?; ¿puede un maestro con bajo nivel de creatividad
estimularla altamente en sus estudiantes?
Las investigaciones orientadas de forma positiva en tal dirección, afirman que el maestro
puede crear y hacer crear aunque no precisan de qué manera evaluar ese carácter
creador que reconocen en la actividad del docente.
Tampoco existe un criterio unánime acerca de cuáles son los rasgos, cualidades o
capacidades que indican la presencia de un maestro mediano o altamente creativo y
menos, la forma de evaluarlo.
Para lograrlo es preciso partir de presupuestos teóricos epistemológicos, pedagógicos y
psicológicos además de sociológicos , lo que integralmente concebidos y con la
adecuada contextualización orienten el análisis del nivel de creatividad del maestro.
Fundamentos científicos para el análisis de la creatividad.
Desde las primeras etapas de la evolución del ser humano como especie, a cada uno
de los individuos en particular, y a la comunidad en sentido general, les fue
imprescindible el empleo de sus capacidades, con el fin de solucionar problemas
surgidos de su relación con el resto de la naturaleza; y así poder sobrevivir, pues en
2


muchas ocasiones, la propia supervivencia del grupo dependía de su ingenio para
lograr propósitos de conservación de su seguridad, su alimentación o la satisfacción de
necesidades elementales.
A lo largo del desarrollo de las sociedades humanas así ha sido y continuará siendo: la
solución de determinados problemas de diversa índole, que se presentan al hombre, ha
requerido de su inteligencia para crear cosas nuevas, que satisfacen necesidades que
tiene el ser humano, como organismo biopsicosocial.
El concepto de creatividad y la conciencia de que el hombre puede ser un creador, son
concepciones más bien contemporáneas. Porque, a pesar de que el ser humano es por
naturaleza creador, lo cierto es que el concepto de creación por muchos siglos se
circunscribió a la acción de sacar una cosa de la nada, la cual sólo podía ser atribuida a
seres “sobrenaturales”.
Modernamente, la palabra creación se conceptualiza también como fundación o
establecimiento de algo nuevo, producción o invención. De modo que el creador o la
creadora son los individuos que crean, que establecen, fundan o introducen por primera
vez una cosa.
Por tanto, los poetas, los artistas o los genios que han producido grandes obras, son
creadores.
Según los diccionarios más prestigiosos, crear significa: establecer, fundar, introducir
por primera vez una cosa, hacerla nacer. Quiere decir que se está creando cuando se
produce algo nuevo sobre la base de elementos preexistentes, o al dar a estos una
nueva forma. Por ejemplo, crear una obra de arte, un personaje literario, la coreografía
de un ballet, una doctrina filosófica o una obra escrita, un discurso...
Todos los seres humanos, independientemente de nuestras ocupaciones específicas,
somos capaces de crear. ¿De qué depende que seamos creadores en menor o en
mayor medida? Depende de muchos factores, entre los que no se descartan los de
origen genético. Pero también existe algo de mucha importancia, que es la satisfacción
de las necesidades del ser humano. En este y en otros casos, se buscan recursos, a fin
de dar solución a las múltiples necesidades que tenemos los hombres y las mujeres
necesidades que van desde la alimentación, hasta la recreación. El aumento de la
necesidad estimula la creación.
Otro factor importante en el acto de creación es el dominio de conocimientos que
permitan a una persona solucionar un problema. El que no conozca, por ejemplo, de
mecánica o de electricidad, no podrá solucionar problemas de este tipo, aunque tenga
necesidad de hacerlo, o sea un gran creador en otra esfera del saber que domine.
En ocasiones, se relaciona de manera particular el concepto de inteligencia, con el de
creatividad. Es preciso que se realicen algunas consideraciones al respecto. Se define
la inteligencia como las múltiples capacidades intelectuales del ser humano, las cuales
se encuentran en continuo desarrollo en virtud de su actividad constante. Además, la
capacidad de desarrollarse en la actividad creadora proporciona un crecimiento
espiritual a los hombres.
3


Hasta el momento, en estas reflexiones, hemos empleado el término creación y no el de
creatividad, al referirnos al empleo de las capacidades humanas, para elaborar algo
nuevo. El vocablo creatividad es precisamente una creación moderna en nuestro
idioma. En efecto, actualmente nos referimos a la creatividad al hacer alusión a la
cualidad humana de poder crear, lo cual constituye, como dijera Martí, un deber para el
hombre. “Reproducir no es crear; y crear es el deber del hombre” (José Martí)
Todo lo que el hombre crea requiere de un proceso en el cual se pone de manifiesto el
desarrollo de sus capacidades generales y se obtiene un producto, un resultado. En
todas las esferas del saber, el hombre puede crear cosas novedosas que cumplan
funciones sociales positivas y que solucionen problemas. En el acto creativo van
implícitos los mejores valores humanos.
Desde la propia enseñanza escolar se debe habituar a los niños a emplear
conscientemente sus capacidades, en aras de favorecer el propio desarrollo de su
personalidad. Una clase monótona, que no promueva los intereses, no satisfará estos
requisitos. “Quien quiera pueblos, ha de habituar a los hombres a crear”. (José Martí).
Cuánta razón hay, pues, en estas palabras del maestro.
Para nosotros los educadores son importantes estas reflexiones acerca de la
creatividad en el proceso docente-educativo. Sin embargo, hay que destacar algunos
elementos de la creatividad que son de índole general, y por tanto, se pueden hallar en
todas las actividades del ser humano en el ámbito universal. Nos referiremos a los
niveles y a las etapas del proceso de creación.
En cuanto a las categorías de la creatividad, diversos autores coinciden en destacar las
siguientes:
♦ La personalidad creadora: considerando dentro de este concepto a la creatividad
  como parte temperamental, actitudinal, de valores y, en general, de rasgos que
  conforman el actuar en una persona que es capaz de realizar acciones
  consideradas como creativas.
♦ El proceso de creación: cuando se profundiza en el rol que desempeña el aspecto
  cognitivo, expresado como pensamiento divergente, imaginación y motivación, que
  hacen ver a la creatividad no sólo como el producto o la personalidad, sino,
  solamente como el devenir de una actividad creativa, desde sus inicios, hasta su
  culminación.
♦ El producto creador: en este sentido es el resultado que se analiza como creativo,
  sin ahondar en el proceso, ni en otros aspectos de la personalidad.
♦ Las influencias sociales: es decir, lo que rodea al proceso de la creación, como son
  el medio circundante, la educación, la cultura en general, que son el motivo de
  estudio de la creatividad en este sentido.
En relación con los niveles de la creatividad, todos los estudiosos de este constructo o
potencialidad humana, están de acuerdo en que, independientemente de otros factores,
se pueden identificar:
4


♦ Un nivel individual, que se identifica cuando una persona crea algo nuevo para sí,
  como pueden ser, por ejemplo, un adorno para su carro, un poema para recitarlo en
  un círculo reducido de personas, y que lo más que genera, puede ser una
  satisfacción personal.
♦ Un nivel de la sociedad en que vive el sujeto creador, cuando este transforma
  elementos que todos conocen y produce alguna innovación o invención
  trascendente para un círculo más amplio de personas. Por ejemplo, el maestro que
  elabora una metodología para la enseñanza de la lectura, que llega a ser conocida
  por amplias masas de educadores, quienes la ponen en práctica.
♦ Por último, el nivel de toda la humanidad: creación esta, propia de los genios, es la
  que permite la obtención de principios y leyes que pueden revolucionar toda una
  rama del saber humano. Este es el caso de la teoría cuántica, a la que llegó por
  primera vez Max Planck y que, posteriormente fuera formulada de manera más
  completa por Albert Einstein.
Por otra parte, varios autores coinciden en que todo proceso creativo atraviesa por
ciertas fases o etapas, y es de acuerdo con el criterio de cada autor, que se les
denomina de alguna manera, aunque, en esencia, los momentos podemos decir, que
son los mismos.
Algunos autores identifican cinco etapas fundamentales, que son:
•   Primera: la asimilación de la necesidad de crear algo, que puede también
    denominarse, de determinación y formulación del problema.
•   Segunda: es la etapa de reflexión y de acopio de información.
•   Tercera: es la etapa de trabajo duro, de tensión y de sucesivos cuestionamientos,
    en aras de “hacer nacer la idea solucionadora”.
•   Cuarta: es la etapa en que ocurre la iluminación, que generalmente se produce
    súbitamente, es cuando surge la idea brillante y comienza el trabajo de creación en
    sí.
•   Quinta etapa: se llevó a la práctica la idea y se procesó, quedando realizado el
    producto, que se pone a prueba y como epílogo, se divulga o comunica a todas las
    personas que tengan interés en participar del hallazgo o del resultado de la
    creación.
En conclusión, hay un proceso, que consta de momentos, los cuales pueden
entrelazarse, por lo que en ocasiones, no debe ser muy fácil su delimitación. Por otra
parte, hay que considerar las capacidades generales del hombre, como ser pensante,
entre las que se encuentra la de reflexión, pues, a pesar de que la reflexión no es innata
en el hombre, el individuo aprende en la sociedad a dominar las operaciones reflexivas.
Los investigadores han demostrado que las potencialidades del cerebro humano
permanecen sin utilizar en una enorme proporción en dependencia del nivel de su
estimulación. La capacidad humana de reflexionar está muy vinculada con la de valorar,
con el trabajo. Su soporte básico es la actividad así como las motivaciones de los
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individuos que los llevan a la imaginación. Los criterios más divulgados acerca de si se
puede aprender a pensar creadoramente se orientan básicamente en dos tendencias
opuestas.
Algunos afirman que es una forma de pensamiento "lateral" (complementario) generador
de nuevas ideas y otros defienden la posición del concepto de pensamiento divergente.
Independientemente de los diversos criterios, se afirma que es posible "aprender a
pensar creadoramente" y las investigaciones han validado métodos y procedimientos
para desarrollar la creatividad a partir de criterios científicos psicológicos, pedagógicos,
filosóficos, pedagógicos y otros que lo avalan. En la literatura especializada, el estudio se
relaciona con la revolución científico técnica que en su avance infunde cambios
sustanciales en todas las esferas del quehacer humano y en especial, debido al
desarrollo de la ciencia y su introducción acelerada en la práctica social lo cual trae como
consecuencia que se intensifique la interacción entre la creación científica y técnica para
acelerar el progreso, se acelere la introducción de sus resultados en la sociedad, se exija
cada vez más que el sujeto tenga amplias capacidades creadora para entender las
diferentes alternativas de búsqueda.
De ahí que sea imprescindible cultivar la reflexión y las capacidades encaminadas a
lograrla y que sean variadas las temáticas que sobre este asunto se aborden entre las
que se destacan el trabajo y el pensamiento creador, la creatividad y la cultura, los
fundamentos científicos para la educación de las capacidades creadoras y otros.
La significación teórica y práctica del estudio de los proceso creadores aumenta en la
medida en que las necesidades sociales crecientes actuales exigen que la actividad
transformadora del hombre sea cada vez más productiva, de manera tal que se auto
realice libremente su personalidad. Se impone, por tanto, una actitud creativa porque
cada vez más se necesita conocer y utilizar las fuerzas de la naturaleza para
transformarla. El nivel de vida y el desarrollo de la técnica exigen que cada vez más se
logren nuevas formas de actuación del hombre y que sea capaz de plantear y resolver
problemas. El cambio constante de la vida actual exige determinar los fundamentos
científicos del proceso creador con vistas a precisar cuáles son los elementos que
permiten afirmar que un hombre es creador; pero además, cómo es posible educarlo en
esa dirección.
Esta reflexión plantea la necesidad de examinar el problema relativo a cómo organizar la
actividad educativa para que contribuya más al desarrollo de la creatividad, incluida, muy
en especial, la actividad del maestro y su adecuada evaluación lo cual origina otra
reflexión necesaria: ¿cómo evaluar su nivel de creatividad y cuáles serían los métodos
más oportunos para ello?
Para lograr una adecuada valoración de este asunto se requiere en primer lugar, analizar
y precisar los fundamentos epistemológicos, sociopsicológicos y pedagógicos que
ayudarían a elaborar un criterio más certero no sólo de la creatividad sino de las vías
pedagógicas para lograrlo en especial a partir de la actividad pedagógica profesional.
El enfoque epistemológico de este problema debe valorar a la creatividad en su nexo
directo con el hombre, su esencia y las condiciones de su realización como tal. (Martínez
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Llantada, M: 1998) Desde el punto de vista dialéctico, el análisis se concentraría en tres
presupuestos contradictorios a saber:
-la unidad del conocimiento y la creatividad,
-el carácter creador de la historia y el carácter histórico de la creación y
-la unidad de lo lógico y lo intuitivo
El conocimiento humano en principio es inseparable de la actividad, de la práctica y esta
es imposible sin el reflejo que constituye su condición necesaria y un componente interno
del mismo, o sea, se presuponen.
Sin embargo, el problema relativo a la unidad de la creatividad y el conocimiento tiene
otro aspecto particular que se presenta como un problema difícil debido a las
particularidades de la realidad al ser reflejada. Para entenderlo hay que dirigir la atención
especialmente a los elementos en que difieren el conocimiento y la creatividad. La
relación creadora se determina básicamente por el momento de acción del hombre con
respecto al mundo y que se traduce en cambios en la realidad en correspondencia con
las necesidades del desarrollo social. En la relación cognitiva, lo básico es la acción del
mundo en el hombre que se expresa en la condicionalidad de la esencia humana como
regularidad objetiva, la cual como reflejo adecuado se transforma en regulador interno de
la actividad creadora.
Entonces, ¿cómo entender lo nuevo si el conocimiento depende de la realidad?. Así se
presenta la primera contradicción.
El concepto de creatividad como característica esencial del hombre es posible sólo
entenderlo en el marco del desarrollo social cuando esta abstracción se convierta en
verdad práctica ya que fuera de ello no es posible concebirlo ni entenderlo.
La comprensión del hombre en el mundo como conjunto de relaciones sociales sólo es
posible cuando es capaz de auto realizarse, cuando en la expresión de su esencia sea
capaz de salir de los límites de lo ya logrado para poder hacer verdaderamente la
historia. En este sentido, está claro por qué hay que analizar la historia y la creatividad en
unidad dialéctica y entender el carácter histórico de la creación y el carácter creador de la
historia como segunda contradicción desde el punto de vista epistemológico.
La historia es el proceso creador del mundo en el cual el hombre se reafirma como objeto
en tanto realidad histórico natural y como sujeto en tanto hombre históricamente concreto
que actúa. Por ello, este problema debe ser resuelto, además, tomando en consideración
la comprensión del desarrollo social en conjunto como un proceso histórico natural; pero
debido a que la actividad de los sujetos reales no está aislada de la voluntad y la
conciencia, es preciso transformarlas para lograr un proceso objetivo regular que
determine, a su vez, las condiciones y contenido de la actividad social; o sea, los
hombres mismos hacen la historia, condicionados objetivamente por su actividad y esas
propias condiciones lo pueden capacitar para hacerlo de manera libre en la búsqueda de
nuevos conocimientos y acciones.
En relación con la contradicción referida a la unidad de lo lógico y lo intuitivo, se puede
decir que los investigadores en general, coinciden en el criterio de que en el campo de la
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metodología de la investigación, del descubrimiento científico, es posible partir de medios
lógicos, no sólo en la etapa de fundamentación sino en la de verificación. No obstante,
algunos contraponen el contexto del descubrimiento al contexto de la fundamentación.
Desde el punto de vista dialéctico, esta contraposición no es correcta pues ambos
contextos responden a etapas de un mismo proceso.
En esta dirección el enfoque dialéctico ayuda a analizar en unidad lo lógico y lo intuitivo,
lo deductivo y lo inductivo, lo teórico y lo empírico como momentos de interacción de los
fenómenos y a precisar sus diferencias con respecto a otros tipos de creación.
Ahora bien, en los últimos años se discute acerca de la naturaleza y regularidades del
proceso creador en la ciencia y la interdependencia del pensamiento lógico con las
suposiciones intuitivas en el proceso del descubrimiento así como de los nexos de los
intereses científicos del hombre de ciencia con el nivel de su cultura con las condiciones
sociales de su existencia. De ahí que surjan asuntos tan interesantes como: ¿de qué
manera surgen las nuevas ideas? ¿cómo ocurren los descubrimientos? ¿se puede
hablar de una lógica del descubrimiento?, ¿cómo se relaciona la intuición con el
pensamiento lógico de la personalidad creadora?
El proceso creativo no es un acto breve sino prolongado y complejo en el cual son
igualmente importantes los saltos intuitivos así como las investigaciones cuidadosas,
minuciosamente largas. Algunos autores contraponen la lógica y la intuición en el
proceso creador; sin embargo, esta última juega un importante papel en la ciencia así
como en otras esferas de la actividad humana en que el hombre se tropiece con la
necesidad de resolver algún problema. De lo que se trata es de no sobrevalorar su papel,
su significación, de no mistificarla.
La intuición puede conducir a razonamientos interesantes, conducir a nuevas ideas; pero
también puede llevar a un camino erróneo. Por eso, las suposiciones intuitivas deben
tener una fundamentación lógica. La propia intuición se vincula con el razonamiento
lógico y este nexo no ocurre sólo en la etapa de verificación de la idea sino en la de su
formación. Por ello, se puede aseverar con seguridad que el proceso de formación de
nuevas ideas puede ser conocido y racionalmente construido a partir de tareas que se
orientan sobre la base de la ciencia.
Para descubrir el proceso de la búsqueda creadora, es necesario investigar el proceso
real de razonamiento del científico, sus capacidades y particularidades psíquicas e
inclusive sus hábitos en la vida y, además, como se ha dicho, su capacidad de fantasear,
de imaginar.
La imaginación se enlaza con las necesidades de la sociedad, y constituye una
capacidad de extraordinario valor ya que ayuda a conocer y transformar la vida. Es una
capacidad de la conciencia sobre la base de la transformación de las impresiones
trasmitidas por la realidad. Surge en el proceso de la actividad, ayuda a conocer el
mundo sobre la base de hipótesis, representaciones, ideas experimentales. En la
creación artística, su papel es grande. Da fuerza a las imágenes como reflejo de la
realidad.
Pertenece a los procesos cognoscitivos superiores en que se acentúa el carácter
específicamente humano de la actividad. El rasgo característico de la imaginación
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creadora es que desvía el curso ordinario de las asociaciones y los subordina a las
emociones, ideas y aspiraciones que predominan en la mente del creador. En la
memoria, se da el cierre de las conexiones nerviosas temporales y se restituyen por un
período. En la imaginación, los sistemas de conexiones que se han formado en la vida
del hombre se disocian e integran en nuevos sistemas motivados por la necesidad.
En ello, la fantasía tiene su lugar. Es el elemento rector de la actividad creadora en el
arte, en el cual tiene especial importancia la carga emocional, o sea, a través de los
sentimientos se plasma en imágenes la obra creadora. En la creación científica también
la fantasía es importante ya que muchos descubrimientos y valores tienen por base la
imaginación de sus creadores sobre todo en las etapas tempranas del problema.
Desde el punto de vista socio psicológico hay que entender la creatividad como proceso
de la personalidad, por tanto y a partir de la concepción filosófica de la actividad humana,
entender la interinfluencia de factores que propician un ambiente favorable al desarrollo
de la creatividad. Para ello hay que tener en cuenta lo cognitivo y lo afectivo y la relación
escuela, familia, comunidad.
El análisis teórico y la valoración práctica llevan el criterio de que en la creatividad se
expresa la esencia sociotransformadora del hombre, lo cual no quiere decir que todos los
hombres sean creadores; pero sí que todos pueden serlo potencialmente.
Definir al hombre como esencia creadora, equivale a definirlo como esencia histórica y
viceversa. La actividad vital del hombre es el trabajo, mediante el cual se desarrolla él
mismo y se crea la cultura. La cultura se encuentra estrechamente vinculada con la
creación, al extremo de que ésta se puede considerar como un aspecto dinámico de la
cultura, como la intranquilidad interna que hace al hombre desarrollarse. La creación es
como un resorte interno de la historia que condiciona su dirección progresista.
En la medida en que la actividad del hombre sea creadora, la historia adquirirá el carácter
de progreso social.
Como categoría expresa lo general que existe en su nexo histórico y en el movimiento
ascendente de la sociedad, fija el aspecto de la actividad humana que se orienta al futuro.
Es la actividad histórica de los hombres la que incesantemente traspasa los propios
límites de las posibilidades del desarrollo humano. Por lo tanto, es inseparable del
movimiento histórico de la humanidad, es la condición y el resultado de este movimiento
ya que en cada jalón de la historia se expresa una nueva forma particular de realización
que refleja un nivel determinado de desarrollo del hombre.
Como resultado de la actividad creadora se forma un nivel más alto de conocimiento y/o
un nuevo modo de acción. La actividad creadora es una relación compleja del hombre
con la realidad en que se integran los procesos intelectual, volitivo y emocional.
Lleva al hombre a penetrar en la esencia de los fenómenos estudiados, a utilizar nuevos
procedimientos para eliminar las dificultades, a introducir elementos novedosos en los
métodos para el cumplimiento de las tareas sociales. La actividad creadora permite
resolver los problemas que se presentan y como proceso participan en él todas las
fuerzas del hombre para producir valores materiales y espirituales cualitativamente
nuevos.
9


La afirmación de que sólo es creadora la actividad que conduce al progreso en
cualesquiera de sus manifestaciones no es admitida por todos.
El proceso creador presupone el traslado independiente de los conocimientos a una
nueva situación. Mientras más alejado sea el vínculo entre la situación de partida y el
conocimiento acumulado por el individuo, más carácter creador tendrá el empleo de ese
conocimiento. Un rasgo importante de la actividad creadora es hallar nuevos problemas
en condiciones ya conocidas o ver nuevas funciones, encontrar la estructura y
perspectiva del objeto sometido a estudio. Se define una actitud creadora igualmente,
cuando el sujeto es capaz de determinar que no es correcto el camino escogido para la
solución del problema planteado y puede, además, combinar los métodos ya conocidos
de solución con uno nuevo más adecuado, quizá creado originalmente por no existir el
que convenga. Es la originalidad que permite al sujeto alejarse de los estereotipos de la
actividad.
La creatividad, como se ha analizado, es siempre actividad, pero no toda actividad es
creadora. Los momentos creadores son acciones originales que conducen al cambio de
la realidad, al desarrollo de las tradiciones progresivas, a la transformación de la
experiencia pasada, a la transformación de los resultados del trabajo en una dirección
positiva. Los momentos no creadores son reproductivos, tienden a la repetición de las
acciones, y rutinarios porque fijan tendencias y estereotipos; no admiten condiciones
cambiantes y se vinculan por tanto, al pensamiento que se rige por patrones, al
formalismo y a la imitación. Entre los elementos reproductivos hay que distinguir las
acciones necesarias y útiles que debe perfeccionar el propio hombre sin, lo cual sería
imposible lograr un resultado creador, y aquellas estructuras operacionales
estereotipadas para hacer indicaciones, automatizar y transmitir información.
La actividad creadora es un atributo del trabajo gracias al cual se realizan cambios
socialmente significativos, se desarrolla la cultura y se perfecciona la personalidad.
El análisis del trabajo sirve como base para la comprensión teórica de la actividad. El
trabajo está condicionado históricamente, es vital para el proceso de humanización del
hombre y para recrear sus fuerzas creadoras. No debe olvidarse que "la producción
produce no sólo el objeto para el sujeto sino también el sujeto para el objeto" (Marx,
l857).
El proceso creador descubre un momento esencial de especificidad de la relación
humana con la realidad y se refleja en todas las esferas de actividad de la personalidad.
No es atributo de determinados individuos con altos rendimientos sino una potencialidad
humana, por ello, tampoco es una actividad genial, aunque sea genial un descubrimiento.
Resulta una actividad espiritual material del sujeto en que se trasforma la realidad a
partir del trabajo y nunca del ocio ni como un proceso de destrucción de los
conocimientos precedentes, ya que de entenderlo así no quedaría claro sobre qué bases
nace lo nuevo ni cómo apreciar su carácter. La actividad creadora del científico tiene una
particularidad paradójica. La fuerza del intelecto de los investigadores se dirige no a la
destrucción de las ideas viejas, sino a la aclaración de sus fuentes, en ocasiones, para
poder avanzar en las nuevas mediante la profundización y fundamentación de los
conceptos y principios. Por tanto, el nuevo resultado surge como una consolidación de lo
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anterior; de ahí que el éxito en el descubrimiento de lo nuevo radique en la asimilación
profunda de las riquezas creadas.
Lo nuevo se debe entender no sólo como el producto acabado, sino además como la
capacidad resultante, la nueva potencia que amplía el horizonte de la actividad. La
creación le da al hombre la posibilidad de realizar su propia esencia como conjunto de
relaciones sociales. Salir de los límites en que se encuentra un sujeto no es la negación
absoluta de la esencia propia sino la realización de la misma. La negación se refiere al
aspecto que se renueva. La acción del hombre se orienta hacia aquella realidad en que
está incluido y se presupone que la propia creación expresa la interrelación dialéctica de
lo objetivo y lo subjetivo.
En el propio objeto de creación, siempre actúan las necesidades que se pueden ajustar
de acuerdo con el objetivo trazado. Sólo esto es lo que hace posible la creación. Cada
momento de la creación es una brecha de salida de lo subjetivo y puede provocar hasta
la objeción de su realización por razones objetivas. En este caso, el hombre transforma la
realidad actuando productivamente con sus fuerzas subjetivas; crea nuevas formas,
nuevos objetos.
¿Es posible que sin acumular experiencia, se pueda lograr un resultado creador? Si se
reflexiona sobre el particular se puede argumentar que un acto creador puede ser
síntesis de las mejores tradiciones con una proyección de futuro, hacia el progreso, o
sea, con una proyección social positiva, como expresión de la integración de lo objetivo y
subjetivo de cultura.
Los procesos creadores descubren y expresan momentos específicos de relación del
hombre con la realidad en cuyas transiciones dialécticas se obtienen los nuevos
resultados.
Como plasmación de un movimiento progresivo en línea ascendente, no niega el avance
y el retroceso ni la dialéctica de lo productivo y reproductivo donde se integra el
movimiento de lo inferior a lo superior. Ahora bien, ¿cuáles son los rasgos de un hombre
creador? ¿Le hace falta al maestro conocerlos?, ¿para qué?
Claro está que conocer o determinar esos rasgos, lo ayudan en la organización de
actividades docentes que permitan estimular e incrementar su formación, además de
condicionar su propio trabajo creador en el sentimiento de estimularlo para establecer la
adecuada relación alumno maestro, eje central del éxito de la calidad educativa.
En discusiones científicas centradas en este tema, se ha concluido que un pensamiento
creador se caracteriza por su flexibilidad, por no ser trivial en la toma de decisiones, por
saber asimilar críticamente las vías y métodos para lograr resultados siempre a partir de
la comprensión y valoración profundas de la realidad (Furmanov. l984).
Los autores (Bojalil, 1981, García, J. 1987, Guilford, J.P. l972, Heller, M, l993, Lowenfeld
y Lambert, l96l, Mitjáns, A, l995, Martínez LLantada, M, l990, l994, l995, Prigorov y
Yatsenko, L. V., l987, Rodríguez e. m. L987, 1995, Torrance, e.p. 1969) valoran una serie
de características generales y particulares que debe mostrar un individuo para que sea
creador: algunos las definen como capacidades, otros como habilidades y los terceros
simplemente las llaman rasgos. Entre ellos se encuentran los siguientes: originalidad,
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curiosidad, pensamiento divergente, espontaneidad, flexibilidad, sensibilidad,
productividad, libertad, perseverancia, excentricidad, capacidad para descubrir lo nuevo,
de ver nuevas relaciones, temeridad para desafiar lo complejo, capacidad para
reestructurar las cosas, eficacia, tenacidad, gusto por el cambio, independencia. En estos
criterios se advierten elementos positivos y otros que no lo son. La orientación debe ser
(si se trata de algo que tiende a lo nuevo, que tiende al progreso) valorar las actitudes,
los rasgos, los sentimientos, las capacidades, las habilidades en sentido positivo.
Se hace necesario, modernamente, buscar vías para aumentar la cultura de
pensamiento, su adecuado enfoque, formar el estilo de pensamiento que necesita la
actual sociedad sin mistificar elementos tales como lo racional, la inspiración, la intuición,
la tensión psíquica, la insatisfacción teniendo en cuenta que la creatividad no es exclusiva
de genios, de seres con capacidades excepcionales, sino que todos los hombres pueden
ser creadores si son educados para ello.
Quiere decir que la educación no se contrapone a la creatividad como piensan algunos
sino todo lo contrario, puede y debe contribuir a ello. Quedan entonces planteadas las
interrogantes: ¿Cómo puede la educación contribuir al desarrollo de la creatividad?,
¿Cuáles son los criterios pedagógicos más avanzados en esta dirección?
Al analizar el proceso educativo integralmente se advierte que se utilizan conocimientos
acabados, logrados por otros hombres y se tiende a mantener esos conocimientos y
experiencias hasta transformarlos en estereotipos, en patrones. En esto consiste la parte
conservadora del proceso docente. Pero, a la vez, este proceso tiene una tendencia
creciente de interacción de los sujetos que en él actúan: el profesor y los estudiantes.
Esta interacción supone un carácter creador que incluye el planteamiento y solución de
problemas y tareas.
"El aprendizaje, como la creatividad es un proceso interno de la persona, al cual el
educador no puede acceder directa ni exhaustivamente; pero, a la vez, es un proceso
que tiene condiciones que se pueden propiciar, controlar y evaluar. La posibilidad de la
creatividad reside, por una parte en el individuo y, por otra, en sus circunstancias y en su
contacto con los hombres", (1) con la cultura. A través de la cultura el hombre acumula
información, tradiciones, experiencias que le van a servir de base para su actividad
creadora.
La actividad creadora está presente en la cultura; cuando ésta avanza, se favorecen los
niveles de creatividad. La cultura, como labor creativa, incluye los resultados objetivados
de la actividad creadora y las fuerzas y capacidades subjetivas del hombre.
El proceso creativo implica la transformación del medio y, por tanto, del individuo, en el
que se anota lo que se aprende y las habilidades para abordar y solucionar los problemas
de manera diferente. De ahí su relación con el proceso de aprendizaje. Es similar la vía y
los instrumentos que se utilizan son los propios componentes del proceso docente
educativo siempre que se organicen en función de ese objetivo. Cuando surgen
necesidades se tiende a una actividad reflexiva, se desarrollan habilidades que enfrentan
a nuevas situaciones y se transforma la personalidad. El hombre se puede tropezar con
tareas en la actividad teórica y práctica para las cuales, las estructuras operacionales y
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cognoscitivas de su pensamiento ya no tienen métodos ni conceptos idóneos y por tanto,
tienen que buscar nuevos métodos y conceptos.
Los procesos cognoscitivos que ponen al descubierto esas relaciones y resuelven esas
tareas se refieren al pensamiento creativo. No se trata sólo de utilizar las imágenes,
significados, representaciones, sino las nuevas propiedades de la realidad que dan
nuevas posibilidades de transformación. El pensamiento creativo no puede ser
estereotipado, debe abarcar la realidad con todas sus relaciones y no sólo, las fijadas en
conceptos, sino las nuevas que puedan surgir adecuadas a ese fin. Un proceso docente
creativo debe ser imaginativo, combinar métodos, ideas y materiales viejos y nuevos y
además ser integrador, enseñar a descubrir relaciones reforzando la iniciativa.
El individuo debe ser capaz de orientarse en acciones subordinadas a su cultura y a su
concepción del mundo y debido a que la educación es la encargada de formar el sistema
de acciones y orientaciones para el hombre que necesita la sociedad, hay que elaborar el
sistema de acciones pedagógicas orientadas de forma integral para que el individuo
pueda organizar su conducta y autodirigirse. Por eso, la enseñanza debe crear, por una
parte hábitos estereotipados, habilidades y conocimientos; pero al mismo tiempo, la base
para la posible necesidad de negarlos al buscar otros conocimientos y métodos de acción
más adecuados en un caso dado.
El proceso creativo implica la transformación del medio, por tanto, del individuo, en el que
se anota lo que aprende y las habilidades para abordar y solucionar los problemas de
manera diferente, quiere decir que un proceso docente creativo debe ser imaginativo,
combinar ideas, métodos y materiales viejos y nuevos y además ser integrador, y
enseñar a descubrir relaciones reforzando la iniciativa, ya que la simple asimilación de
conocimientos acabados no propicia la creatividad.
La creatividad como potencialidad y facultad de los seres humanos, se encuentra
determinada, por un lado, histórico-social y culturalmente y por otro, psicológicamente,
lo cual conforma una serie de condiciones que permiten el desarrollo de la capacidad
creativa, o su deterioro, según sean manejados todos los elementos que integran el
proceso.
Se ha expresado por diferentes estudiosos del problema que el proceso creativo
supone la aparición de producto, ideas, objetos, originales, a partir de una relación que
surge, por una parte, del carácter único del individuo y por otra, de los materiales,
acontecimientos, personas o circunstancias de su vida. El móvil de la creatividad, en
última instancia, es la tendencia del hombre a la expresión de todas las capacidades de
su personalidad, pero dicha tendencia, "puede quedarse profundamente enterrada bajo
capas de defensa psicológicas sedimentadas, o bien ocultarse tras máscaras
elaboradas que niegan su existencia", según comenta Carl Rogers, a lo cual añade que
"la creatividad existe en todos los individuos y solo espera las condiciones precisas para
liberarse y expresarse".
Este mismo autor se refiere también de las condiciones internas que, según él, se
asocian más íntimamente con todo acto creativo. Estas son, a su juicio:
♦ La apertura a la experiencia, como cualidad que se opone a la actitud psicológica de
  defensa. En una persona abierta a la experiencia, cada estimulo se transmite con
13


   mayor facilidad a través del sistema nervioso, sin sufrir deformaciones por los
   procesos de defensa. El estímulo puede originarse en el ambiente y asumir el
   aspecto de un impacto de forma, color o sonido, sobre los nervios sensoriales.
♦ Un foco de evaluación interna: quizás la condición fundamental de la creatividad
  sea, que la fuente o lugar de los juicios evolutivos deben residir en el individuo
  mismo. Así, la base de la evaluación está presente en él, sin olvidar del todo el juicio
  de los demás.
♦ La capacidad de jugar con elementos y conceptos: esto quiere decir que deben
  existir exploraciones libres que surjan de la intuición, la visión nueva y significativa
  de la vida, lo que se asocia a la capacidad de jugar espontáneamente con ideas,
  colores, formas y relaciones, aventurar nuevas combinaciones de elementos, dar
  forma a hipótesis absurdas, convertir lo dado en un problema, expresar lo ridículo,
  traducir una forma en otra, transformar en improbables las equivalencias.
En cuanto a las condiciones externas que promueven la creatividad y enriquecen a las
condiciones internas, este autor se inclina a pensar que creando condiciones de
seguridad y libertad psicológica, se eleva al máximo la posibilidad de que surja la
creatividad.
No obstante, es preciso analizar que como condiciones externas revisten una
importancia capital la existencia de necesidades que posee todo ser humano y su
tendencia natural a satisfacerlas. Estas necesidades son de variada naturaleza, pues
van, desde las que se refieren a su propia subsistencia, como a las necesidades
espirituales, como pueden ser, las referidas a la satisfacción personal, del estímulo a
las acciones, el logro de un equilibrio estético, de gustar a sus semejantes, de ser
admitido en el colectivo, entre otras.
La seguridad psicológica de que se estimulará la creatividad puede establecerse, en el
ámbito de la escuela, según plantean diversos autores, mediante determinados
procesos, que son, entre otros: la aceptación que un maestro siente básicamente por
ser valioso por derecho propio y en su propio desarrollo, actitud que puede ser genuina
cuando el maestro (o el padre de familia) capta las potencialidades del escolar y puede
depositar en él una fe incondicional, cualquiera que sea su estado actual; la creación de
un clima carente de censura, que se manifiesta cuando se deja de juzgar al otro
individuo en función de los criterios propios de evaluación; la comprensión empática,
que se evidencia al procurar entender la conducta de un estudiante y a él mismo, desde
su propio punto de vista. En estos reside el estimulo básico de la creatividad, según
diversos criterios de la ciencia psicológica en la actualidad.
En cuanto a la libertad psicológica, se plantea que debe permitirse a los niños, libertad
para pensar, sentir y ser, exteriorizando lo que guarda en lo más profundo de sí mismo,
pues esto estimula la apertura y el juego espontáneo con los conceptos y los
significados, todo lo cual forma parte de la creatividad. En nuestra opinión, el papel del
docente en el desarrollo de una actividad pedagógica profesional más creadora, impone
nuevos retos, pues la concepción, planificación, dirección y evaluación del proceso
docente-educativo se hace más complejo, debido a que no debe dar alas plenas a la
espontaneidad de los escolares, sino estructurar clases en las que se trabaje el
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contenido de enseñanza en una forma diferente: sin el esquematismo y rigor que
caracterizaba la escuela tradicionalista, y sin dar una libertad que disocie el
pensamiento y la acción de los alumnos y alumnas.
Existen autores que plantean que la creatividad es explicable sólo como expresión de
elementos estructurales y funcionales de la personalidad, entendiendo a la personalidad
como un nivel superior de organización sistémica y relativamente estable de lo
psicológico, cuya principal función es la regulación del comportamiento. Por ejemplo,
Albertina Mitjáns ve a la creatividad como una “expresión de configuraciones
personológicas específicas que, mediatizadas o no por la acción intencional del sujeto,
desempeñan un papel esencial en la determinación del comportamiento creativo”. Si
nos atenemos a esta concepción psicológica, (que consideramos acertada) el maestro
tiene necesidad de conocer profundamente a cada uno de sus alumnos, diagnosticar
sus potencialidades y predecir acertadamente los intereses y necesidades que puedan
estos poseer.
Al hacer un análisis del concepto creatividad, se aprecia que las tendencias de su
conceptualización son variadas, así como los métodos para desarrollarla. Ello se debe a
que es imposible resumir en una frase, o en un párrafo, todo lo que abarca la
creatividad. "Hay quien dice que es a la vez un método, una actitud humana y un
proceso mental. Este criterio nos conduce a otro razonamiento altamente importante
para los educadores: ¿cómo puede fomentarse? Pensamos que hay que hacerlo no
solo desde el punto de vista pedagógico y psicológico, como suele hacerse, sino
reforzar los análisis de tipo epistemológico, ético, sociológico y biológico de modo tal
que sea multilateral y por tanto, más integral y científico".
Otras tendencias en la definición de creatividad en el ámbito educativo, se orientan en
varias direcciones; las que se refieren:
     A la persona (el individuo, su estilo y particularidades)
      Al proceso (hallar relaciones, establecer fases, tipos de operaciones mentales y
     otros momentos importantes)
     Al producto (un resultado nuevo y valioso)
     A la novedad (lo original, la nueva relación)
     A la situación social (exigencia en la esfera de su desempeño)
     A la persona, o sea, al sujeto creador.
La tendencia a definir la creatividad sobre la base de la persona, supone que no es
posible analizar los problemas de su desarrollo al margen de la educación de la
personalidad, específicamente de los recursos personológicos que están en su base y
que la hacen posible.
De hecho, las regularidades generales de la personalidad y la creatividad se integran en
una unidad altamente diferenciada en el individuo concreto, quien es, a su vez, sujeto
del acto creativo.
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Se puede hacer un balance de lo que los diferentes autores plantean, en cuanto a las
características de las personas creadoras, como rasgos a tener en cuenta para
diagnosticarla y desarrollarla. Ellos son, entre otros, los siguientes: originalidad; fluidez;
imaginación; pensamiento metafórico; uso amplio de categorías e imágenes; flexibilidad
en la actuación; novedad; pensamiento lógico; capacidad perceptual; construcción de
nuevas estructuras; “introducir orden en el caos” preguntar el porqué ante cada nuevo
conocimiento; permanecer alerta ante los vacíos y lagunas en el conocimiento; uso del
conocimiento como base para nuevas ideas y preferencia por la comunicación
extraverbal.
Si se tiene en cuenta el enfoque personológico, hay que entender que las cualidades
que se le atribuyen a la personalidad de los sujetos creativos, no estarán presentes
siempre en igual proporción y se manifestarán también de manera diferente, como se
planteaba anteriormente.
La creatividad como otros procesos, distingue un amplio sistema de problemas,
connotaciones sociales e influencias que se encuentran en el marco del desarrollo de la
personalidad y en el propio acto creativo. La secuencia que supone un proceso, se da
de forma contradictoria, por lo que incluye lo convergente y lo divergente, lo lógico y lo
intuitivo, la oportunidad y la evolución, el denominado “insight” y el período de gestación
de la nueva idea.
El avance alcanzado por la ciencia y la técnica actualmente, exige hombres mejor
preparados, con una mentalidad abierta a los cambios y al desarrollo, que rompan con
estereotipos que no permiten avanzar para construir un mundo mejor.
Si se transfiere en el concepto abordado anteriormente, el sustantivo hombre por el de
maestro, se aprecia con claridad que ese es el maestro al que debe aspirarse, capaz de
transformar la actividad pedagógica, para que no predominen rasgos como el
formalismo, provocado por la falta de una autopreparación sistemática y el desinterés
por descubrir lo desconocido y por incorporarse a las distintas formas de superación.
Todo esto trae como consecuencia la baja calidad en el aprendizaje de los escolares,
porque no se desarrolla su pensamiento lógico, reflexivo imaginativo y creativo y los
contenidos no se trabajan de forma integradora.
El formalismo en la actividad pedagógica significa reconocer, en primer lugar, la forma y
no el contenido de la actividad; es determinar la forma externa sin que exista una
preocupación por la esencia del problema; es el enfocar superficialmente la valoración
de la actividad y olvidar sus resultados finales.
Entre las formas de manifestación del formalismo en la actividad pedagógica, se
encuentra: la falta de atención a la formación y al desarrollo del pensamiento creador
independiente en los niños y en los jóvenes, el predominio de la forma reproductiva del
pensamiento, así como la falta de atención al contenido de las acciones de los alumnos,
de sus inquietudes, de los motivos internos de su conducta y de su actividad en
general. Al respecto, S. L. Rubinstein, psicólogo colaborador y discípulo de Vigotsky,
expresó que sin la vigilancia del contenido interno de las acciones del niño, la actividad
del pedagogo está condenada al formalismo sin solución posible.
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De forma general, se puede afirmar que muchas de las deficiencias que se presentan
en el desarrollo de la actividad pedagógica, son consecuencias de lo que podría
denominarse el formalismo en educación.
Hasta ahora ha predominado el aprendizaje reproductivo (escuela tradicional), pero,
como ha dicho el psicólogo cubano, Dr. Diego Jorge González Serra, muchas voces se
han alzado defendiendo la importancia del aprendizaje creador. El aprendizaje
reproductivo apela especialmente a la memoria, a la copia o reproducción de lo que
ofrece la escuela y el maestro. Consiste en copiar e imitar lo que otros hacen. Este
aprendizaje está centrado en el maestro.
El aprendizaje creador apela a la inventiva o a la iniciativa del propio alumno, engendra
un ambiente problémico y ofrece libertad de creación. El aprendizaje creador parte de
los problemas que plantea la escuela al estudiante y de la libertad y aceptación que se
le ofrece y que promueve su creatividad, su interés cognoscitivo, su pasión por
descubrir la verdad.
El aprendizaje creador está centrado en el estudiante y es un aprendizaje interno. El
aprendizaje reproductivo es un aprendizaje “externo”.
En el aprendizaje reproductivo, el sujeto repite los hábitos, las habilidades y los
conocimientos que le aporta el medio social, a través de la escuela y del maestro,
mientras que el aprendizaje creador parte de los problemas y las preguntas para los
cuales el niño no tiene los conocimientos y habilidades necesarias y que, por tanto,
tiene que crearlos o hallarlos por sí mismo.
Entre el aprendizaje reproductivo y creador debe existir una unidad dialéctica. Esto se
explica porque el aprendizaje humano consiste en la asimilación de la experiencia
cultural e histórica aportada por la sociedad y por el maestro (lo cual ocurre en virtud del
aprendizaje reproductivo) pero de manera tal, que esta experiencia cultural sea
recreada y creada, reconstruida y construida subjetivamente por el individuo que
aprende, lo cual ocurre en virtud del aprendizaje creador. Ambos procesos de
asimilación y de creación se pueden producir simultáneamente, ora predominará lo
reproductivo, ora lo productivo.
Por tanto, entre la enseñanza centrada en el profesor y la enseñanza centrada en el
estudiante, debe existir una unidad dialéctica, en la cual la tarea del maestro, es pasar
de la una a la otra, o sea que el escolar asimile creadoramente los contenidos que se
desarrollan en la clase, y no los reproduzca simplemente, sino que se combinen la
asimilación reproductiva con la productiva.
Debe lograrse, pues, la integración armónica de las necesidades, los intereses, el grado
de desarrollo y las características de la sociedad, representados por el maestro, con los
intereses, motivaciones, grado de desarrollo intelectual y características de los
escolares.
En el proceso docente-educativo, el desarrollo del pensamiento de los estudiantes se
debe dar mediante la apropiación por ellos, de conocimientos, habilidades, hábitos,
sentimientos y actitudes, que le sirvan para proyectarse en el futuro, es decir, en el
vínculo de la teoría con la práctica.
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En la actividad se revelan y objetivan las fuerzas esenciales del hombre y se revela su
papel creador. La actividad pedagógica es creadora porque a través de sus
componentes se manifiesta la forma de cómo en el proceso docente-educativo es
posible formar la personalidad, de acuerdo con los objetivos sociales. Cada momento
del proceso debe ser un acto de creación, de mayor o menor nivel, aunque las
condiciones sean diferentes, en cuanto a estudiantes, lugar, momento y preparación de
cada maestro.
José Martí, el Héroe Nacional Cubano, definió la acción educativa mediante esta
sentencia, que cobra cada vez mayor actualidad:
‘’Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es
hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive, es ponerlo
al nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo
que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida’’.
En este pensamiento martiano está la base de la actividad creadora, porque el deber de
la escuela es preparar al niño y a la niña para la vida. El maestro debe conocer bien a
sus alumnos, amarlos, perfeccionar constantemente su trabajo, mantenerse informado
acerca de lo que es nuevo en la ciencia, cuáles son las experiencias avanzadas; debe
crear las condiciones necesarias para fomentar el desarrollo de conocimientos,
capacidades y habilidades en sus alumnos, tales que les permitan enfrentar situaciones
y saber buscar diferentes vías de solución a cada una.
Sin un maestro que se proponga estimular el pensamiento creador, es difícil propiciar el
aprendizaje de los alumnos, lo cual se refiere a que tengan amplia cultura, profundos
razonamientos, rica imaginación, motivaciones positivas, sólidos intereses y conciencia
de las necesidades sociales, así como atención concentrada y aguda, curiosidad
insaciable, independencia y auto-organización.
Muchos logros pueden ser alcanzados por los maestros y profesores en el encargo
social: la preparación integral de niños y jóvenes para el trabajo creador que la
sociedad requiere para su futuro es un resultado que resulta fundamental en el
momento actual, pues elevar más que nunca la calidad del trabajo es una necesidad.
Esta etapa exige de todos los educadores un trabajo más sólido, más profundo, para
que la escuela alcance niveles cualitativamente superiores, urgidos por los vertiginosos
avances de la Revolución Científico-Técnica.
Hay que comprender la existencia, en la actualidad, de condiciones objetivas que
avalan a la escuela en el cumplimiento de sus funciones, pero no es menos cierto que
algunos factores, principalmente de carácter subjetivo, conspiran a veces contra el
proceso docente-educativo, entre ellos el grado de conciencia del educador acerca de
cuál es su papel y cómo desempeñarlo y el nivel de exigencia y control que tenga en el
cumplimiento de las normas establecidas.
Cuando un maestro trasmite a sus alumnos conocimientos y, al mismo tiempo, los
estimula a que los hallen de forma independiente fomentando también convicciones,
está desarrollando al mismo tiempo su conciencia, y su conducta humanista, pues no
sólo le está preparando para la vida en la sociedad, sino también desarrollando su
personalidad, fomentando valores y sentimientos humanistas.
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Es importante también, la preparación del maestro, en cuanto al dominio de los
contenidos de las materias que desarrolla, así como la metodología de su enseñanza-
aprendizaje. Por ello, resulta de gran valor el perfeccionamiento de su actividad
pedagógica.
El maestro no sólo instruye y educa, sino que en la actividad, también se forma y educa
a sí mismo, y el alumno no sólo aprende y es educado, sino que también se forma y
educa en la actividad. En este sentido, la actividad pedagógica es siempre un proceso
de autoformación y auto educación, correspondiendo al maestro el papel dirigente, el
que desempeña en virtud de su responsabilidad social, de su madurez humana y de su
capacidad pedagógica.
La autopreparación constituye la base de la cultura de los maestros, por ello, es
necesaria la dedicación constante al estudio y a la investigación. En la medida en que
un maestro esté mejor preparado y domine los contenidos que imparte, podrá dar
buenas clases, creará en los alumnos el deseo de saber, de investigar, y desarrollará
capacidades y habilidades fundamentales para el estudio independiente. El buen
maestro conoce las capacidades creadoras de sus alumnos, y utiliza formas variadas
para activarlas y hacerlas útiles a la enseñanza.
Es importante en la autopreparación del docente, además del proceso, su resultado, el
cual se manifiesta en el aumento de la calidad y de la efectividad de la actividad
pedagógica. Es por este resultado final que hay que juzgar si el maestro está estancado
en el mismo lugar, o si avanza constantemente, ampliando su horizonte científico y
cultural.
Un maestro, al preparar sus clases, debe plantearse interrogantes como las siguientes:
¿con qué métodos, y qué actividades podría lograr que los alumnos estén activos, que
participen con buena atención y ofrezcan respuestas que evidencien el desarrollo de su
pensamiento lógico?
Al observar las clases de otros maestros o al autovalorar las propias, es importante no
partir solamente del análisis de los aspectos externos de este proceso. Por ejemplo, no
se debe analizar solamente si el maestro se expresa con corrección y exactitud, la
forma en que escribe en el pizarrón y su aspecto personal. Todos estos elementos son
importantes, pero es imprescindible penetrar en la esencia de la actividad pedagógica,
en su estructura lógica, en el análisis del cumplimiento con calidad de los objetivos, de
su correspondencia con el contenido, la comprobación del nivel de asimilación de los
conocimientos por los alumnos, las habilidades y hábitos alcanzados, si los alumnos se
sienten motivados o no por conocer lo desconocido y si el maestro fue capaz de
aprovechar al máximo los medios de enseñanza de que dispone o que ha buscado para
apoyar los métodos empleados.
En los inicios del siglo XXI, no es posible enfrentar el fenómeno educacional sin una
plena conciencia de que la necesidad de la creatividad es más que nunca, vital. Las
personalidades que demanda el mundo actual requieren de capacidades para aplicar
conocimientos y habilidades a nuevas situaciones, pues los alumnos deben aprender a
ver los problemas en condiciones conocidas y no conocidas, ser capaces de determinar
las funciones nuevas de su objeto de estudio, en fin, requieren de una actividad crítica,
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con enfoques integrales que generen ideas; por consiguiente, los tiempos actuales
requieren de personalidades creadoras.
‘’La educación –afirma la UNESCO- está llamada a devenir cada vez más, una empresa
que trate de liberar todas las potencialidades creadoras de la conciencia humana. En
nuestros días, centenares de millones de hombres se encuentran paralizados en dos
componentes de su praxis creadora: la acción y la reflexión. Una visión deformada del
hombre y del universo, la ignorancia, la violencia y la psicosis colectiva de que son
objeto desarrolla en ellos una interacción mutuamente destructora de la acción y
reflexión crítica”.
Por último, es conveniente analizar esta valoración de la UNESCO que aparece en el
informe titulado “APRENDER A SER”, emitido en 1972:
“El hombre se realiza en y por su creación; sus facultades creadoras se encuentran, en
un mismo tiempo, entre las más susceptibles de ser cultivadas, las más capaces de
desarrollo y de adelanto y las más vulnerables, las más susceptibles de retraso y
estancamiento.”
Se han presentado, a grandes rasgos, algunas ideas y tendencias que se manejan
actualmente acerca de la creatividad; no obstante, es preciso que se valoren las
definiciones que se han emitido del fenómeno, pues es en estos momentos en que
podemos cuestionarnos: ¿de qué se trata?; ¿qué estamos estudiando?
Existen más de 300 definiciones aceptadas todas como válidas (hay que recordar que
se trata de un fenómeno que recién comienza a estudiarse, aunque es tan viejo como la
propia humanidad). Pues bien, le invito a que conozca una mínima parte de dichas
definiciones acerca de la creatividad:
•   Potencialidad transformadora de la persona, basada en un modo de funcionamiento
    integrado de recursos cognitivos y afectivos, caracterizado por la generación, la
    expansión, la flexibilidad y la autonomía. (América González Valdés, Cuba, Proyecto
    PRYCREA, 1994)
•   Tipo de actividad humana compleja, encaminada a la creación de nuevos valores
    materiales y espirituales. (Yakov A. Ponomariov. Soviético, 1970)
•   Tipo de actividad encaminada a resolver tareas especiales, que se caracteriza por lo
    novedoso y no tradicional. (A. Newell, 1965)
•   Proceso de descubrimiento o de producción de “algo nuevo”, que cumple exigencias
    de una determinada situación social, en el cual se expresa el vínculo de los aspectos
    cognitivos y afectivos de la personalidad. (Albertina Mitjáns Martínez, Cuba 1993)
•   Es una capacidad, un componente estructural de la personalidad y tienen orígenes y
    características sociales (...), es una capacidad posible de desarrollar en todo ser
    humano, cuya base se encuentra en la necesidad de información. (A. Zmud, 1993)
•   Es la plataforma que posibilita la calidad y la solución de problemas a través de la
    dinámica grupal; es como la energía que pone en movimiento el potencial humano
    para resolver problemas y mejorar la actuación de los grupos; la creatividad no es
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    una entelequia, sino un potencial personal y grupal que se proyecta en cualquier
    actividad. (Saturnino de la Torre, España, 1993)
•   Aquel proceso o facultad que permite hallar relaciones y soluciones novedosas
    partiendo de informaciones ya conocidas. Abarca no solo la posibilidad de
    solucionar un problema ya conocido, sino también implica la posibilidad de descubrir
    un problema allí donde el resto de las personas no lo ven. (Felipe Chibás Ortiz,
    Cuba, 1993)
•   Proceso humano de producción de algo nuevo, original, adecuado y valioso, dirigido
    a la solución y/o detección de problemas, en cuya expresión y desarrollo intervienen
    componentes cognitivos, afectivo-motivacionales y las interacciones significativas
    que el sujeto establece. (Francisca Morales Quevedo, Cuba, 1996)
•   Es el proceso de la personalidad mediante el cual la persona produce o construye
    otros procesos, ideas, elementos nuevos y originales en dependencia de su
    situación social de desarrollo. (Gloria Fariñas León, Cuba)
•   Es la capacidad que le permite al hombre la producción de algo nuevo, pero valioso
    para la sociedad. (Omar Torres Rodríguez, Cuba)
•   Es el proceso y resultado de un proceso donde se obtiene algo nuevo para el sujeto
    o la sociedad, en donde tiene que ver además de lo cognitivo, lo motivacional.
    (Elvira Caballero, Cuba)
•   Es una expresión de la personalidad que se manifiesta como un proceso (consciente
    o inconsciente), que conduce a la producción de algo nuevo y contribuye al progreso
    social. (María Iliana Osorio Guzmán, México, 1998)
•   Manifestación de las capacidades humanas, dirigida a la detección y solución de
    problemas muy vinculados con las necesidades, intereses y motivos de cada sujeto,
    y que produce algo original, eficaz y pertinente, que satisface a la persona creadora
    y a quienes conviven con él o ella. (Adania Guanche Martínez, Cuba, 1998)
Para Mauro Rodríguez Estrada, autor mejicano, además de considerar a la creatividad
como la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas, también es:
“Una constelación de rasgos psíquicos, intelectuales y caracterológicos inherentes a
todo ser humano, y susceptibles de educación y desarrollo”. (Mauro Rodríguez Estrada,
en Manual de Creatividad, Editorial Trillas, México, 1988)
Plantea además, que la creatividad más que una agudeza intelectual o que una
habilidad, es la actitud ante cualquier situación o aspecto de la vida, y contrapone a la
creatividad lo que es un hábito, diciendo que el hábito es repetición, la creatividad es
cambio. El hábito es lo conocido, la creatividad es lo nuevo. El hábito es la seguridad, la
creatividad es el riesgo. El hábito es lo fácil, la creatividad es lo difícil. El hábito es la
inercia, la creatividad es el esfuerzo. Además, aunque parezca paradójico, para ser
creativo hay que ser rutinario, pues hay que encomendar a los hábitos las mil pequeñas
acciones, que por su misma naturaleza, se prestan a ser mecanizadas y automatizadas
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de tal modo que solo así dejamos libre nuestra energía para todas aquellas cosas que
realmente valen la pena.
Continúa planteando Osorio Guzmán, más adelante: Para J. Guilford, la creatividad
parte de un pensamiento con ciertas cualidades como son: la sensibilidad a los
problemas, la capacidad de análisis y síntesis, de redefinir y de organizar, además de la
capacidad estimativa. Destaca entre estos rasgos, también a la fluidez, la flexibilidad, la
originalidad y la viabilidad.
Varios autores coincidimos en enumerar una serie de rasgos con los que cuenta un
sujeto creador. Entre estos los fundamentales son la originalidad, la espontaneidad, la
eficacia, la tenacidad, la independencia, la flexibilidad, la capacidad de ver nuevas
relaciones y de reestructurar las cosas, entre otras
Claro está que conocer o determinar esos rasgos, ayudan al maestro en la organización
de actividades docentes que permitan estimular e incrementar su formación, además de
condicionar su propio trabajo creador en el sentido de estimularlo para establecer la
adecuada relación alumno- maestro, eje central de la calidad educativa”. (M. Martínez
Llantada: “En torno a la creatividad y su desarrollo”. Folleto IPLAC, 1996)
El maestro y la creatividad. Vías para su evaluación
El concepto de maestro es muy amplio y enaltecedor. En un sentido amplio es el que
sabe de forma magistral sobre una rama del saber, el que más sabe y conoce los
secretos de esa rama. En el sentido estrecho, es aquel que se dedica a la educación y
a la enseñanza de manera profesional para lo cual domina habilidades, conocimientos
hábitos y valores que forma en los alumnos. Para ello, como planteara Fidel Castro: “no
puede tener métodos artesanales y rudimentarios, sino ser capaz de orientarse
independientemente como un intelectual revolucionario que toma partido ante los
problemas y es capaz de hallar soluciones desde la ciencia y desde la ideología”
(Castro, F.: 1975) De ahí la necesidad de su alto nivel profesional y compromiso social
y político.
En el Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI
presidida por J. Delors, se plantean, concretamente, las exigencias que el siglo XXI
demanda a la educación: por un lado la revolución de la información y por otro, no
dejarse sumergir en ella de forma acrítica conservando el rumbo en proyectos de
desarrollo individuales y colectivos (Delors, 1996)
Así se define que la verdadera educación para el siglo XXI no sólo debe proporcionar la
reserva de conocimientos necesarios al individuo, sino la forma de lograrlos sin límites
para toda la vida. De ahí los llamados cuatro pilares básicos de la educación para el
siglo XXI o “aprenderes” fundamentales:
Aprender a conocer→                      Para adquirir los instrumentos de comprensión
Aprender a hacer→                        Para poder influir en el entorno
Aprender a vivir juntos→                 Para poder cooperar y participar
Aprender a ser→                          Síntesis creadora
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En la realidad, predomina el primero de los saberes. ¿Cómo lograr el resto? ¿Qué debe
hacer el maestro para lograrlo para toda la vida?
A nuestro modo de ver, lo logra a partir de su actividad creadora. Consideramos que la
actividad pedagógica profesional en esencia es creadora, como lo definió José Martí.
El aprender a ser como síntesis lo revela ya que, a nuestro modo de ver, expresa la
máxima potencialidad humana de cada persona, que por sí misma puede y debe
descubrir, despertar e incrementar.
Cada uno de estos llamados pilares de la educación hacia el siglo XXI plantea nuevos
desafíos a la labor del maestro. Cuando se habla de aprender a conocer, para adquirir
los instrumentos de comprensión se debe tender al logro del dominio de los
instrumentos del saber como medio y fin de la vida. Como medio para aprender a
comprender el mundo con vistas a vivir con dignidad y desarrollar capacidades
profesionales y como fin para disfrutar el placer de comprender, de descubrir. Para
lograrlo, ¿cuál sería el papel del maestro?: despertar la curiosidad intelectual, estimular
el sentido crítico, propiciar vías para descifrar la realidad, favorecer la autonomía del
juicio.
En una palabra, proporcionar a los alumnos, los instrumentos, conceptos y modos de
referencia resultantes del progreso científico. Aprender a conocer implica aprender a
aprender, desde la infancia y para toda la vida. Aprender a conocer supone, además, el
ejercicio de la atención, de la memoria y del pensamiento mediante formas diferentes
que diversifican la actividad pedagógica profesional del maestro. No hay que engañarse
y pensar que la memoria no hace falta ante las nuevas tecnologías y ante la necesidad
del desarrollo de la creatividad en el nuevo milenio. Hay que entrenarla y de igual forma
el pensamiento, articulando lo abstracto y lo concreto y recordando que la lógica es la
ciencia del pensamiento y que en la unidad de lo formal y lo dialéctico está la clave de
un buen aprendizaje.
Cuando se habla de aprender a hacer para poder influir en el entorno hay que
entenderlo indisolublemente ligado al anterior puesto que para hacer algo hay que
conocer. ¿Cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos? ¿cómo
vincularlo con la vida desde las edades más tempranas? ¿cómo aprovechar las
ventajas de las nuevas tecnologías? ¿cómo no divorciarlo de los valores humanos
universales que deben caracterizar al individuo?
El progreso científico técnico modifica fundamentalmente el carácter del vínculo teoría
práctica. La máquina no sustituye al hombre, sin él, ella no existiría ni se avanzaría todo
lo necesario. La competencia en la actualidad y en el próximo siglo adquiere otros
ribetes. La formación del individuo técnica y profesionalmente no se puede divorciar de
su comportamiento social, ni de sus aptitudes para trabajar en equipo, ni de su
capacidad de iniciativa y de asumir riesgos, pues es el principal agente de cambio.
La interacción entre los individuos debe cuidarse en el proceso de alta tecnificación,
pues puede perderse la propia esencialidad humana. Una máquina no puede intuir, no
puede crear un espíritu de equipo, una máquina no puede sentir, ni se solidariza, no
asume posiciones éticas.
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Es claro que, en todos los estudios realizados, se plantea que el futuro se vincula a la
adquisición de la cultura científica que permita acceder a las modernas tecnologías,
pero no se puede descuidar el desarrollo de las capacidades creadoras y de innovación
ni permitir una subordinación absoluta a las ventajas de la tecnología que subsuman al
ser humano en una incertidumbre o callejón sin salida. Hay que aprender a hacer para
poder crear el futuro. En ello, la práctica es la piedra angular. ¿cuál sería en este caso
el papel del maestro?: Establecer adecuadamente la vinculación de la teoría con la
práctica sobre todo a partir de los métodos que emplee en el proceso docente
educativo, desarrollar las habilidades de los estudiantes encaminando su labor creadora
y perfeccionar infinitamente su capacidad profesional.
En el caso de aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás, para poder
cooperar y participar se presenta el problema de cómo ayudar a favorecer la paz, a
solucionar los conflictos y fomentar el intercambio cultural, además de combatir la
violencia.
En este caso la educación, en la persona del maestro, debe lograr “enseñar la
diversidad” de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las
semejanzas y de la interdependencia entre todos los seres humanos. Desde las más
tempranas edades, en la escuela hay que aprovechar esas circunstancias. Se debe
fomentar el sentimiento de empatía, hay que descubrir al otro a partir del conocimiento
de uno mismo, hay que lograr armonía con la familia y con la comunidad en el trabajo
de la escuela. ¿Cuál sería en este caso el papel del maestro?: Su forma de enseñar
debe tener esto en cuenta y en su interrelación subjetiva, con otros compañeros, con
los padres y con los alumnos, se debe propiciar el espíritu crítico ante lo mal hecho,
despertar la curiosidad, aceptar la alteridad y hacer frente a las tensiones inevitables
entre los seres humanos con un espíritu altruista mediante el diálogo, el intercambio de
argumentos.
Esto promueve la cooperación, la formación de una personalidad superior, la que
requiere el nuevo siglo de manera de lograr la síntesis: aprender a ser.
Esto implica el logro de la integralidad del ser humano. La educación debe contribuir a
ello, al desarrollo de cada persona, de su cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad,
sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Cada persona debe ser
íntegramente capaz de tener un pensamiento autónomo y crítico, de elaborar un juicio
propio, de determinar por sí mismo qué hacer ante cada disyuntiva con una orientación
valorativa correcta, hacia el progreso.
El desarrollo de los medios de comunicación, su poder puede llevar a un proceso de
deshumanización que es preciso prevenir. En el siglo nuevo que entra, el peligro se
hace mayor, por eso hay que preparar a los niños y jóvenes para que tengan puntos de
referencia permanentes que les permitan comprender el mundo que les rodea y
participar en él de forma responsable y justa.
¿Cuál debe ser el papel del maestro?: Promover la libertad en el pensamiento a partir
de firmes convicciones, lograr sentimientos que orienten al individuo para defender su
naturaleza humana y a favor del progreso social, no de su autodestrucción. Todo ello a
24


partir de la unidad de lo diverso, de favorecer la creatividad sobre la base de su
identidad y de sus recursos.
Es preciso desarrollar al máximo las potencialidades del individuo para ayudar al
desarrollo del nuevo siglo, puesto que: “El desarrollo tiene por objetivo el despliegue
completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de
sus compromisos; individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y
productor, inventor de técnicas y creador de sueños” (UNESCO 1972).
El trabajo del maestro para ello debe ser a la vez, individual y colectivo para que
florezca mejor la personalidad. La actividad profesional del maestro debe lograr en los
jóvenes, sólidos conocimientos científicos y técnicos en correspondencia con el
desarrollo social, con hábitos y convicciones que los hagan dignos de la época que les
tocó vivir.
De los pilares básicos analizados, se desprenden valores específicos tales como el
amor al trabajo, a su patria, a la familia, la honestidad, la solidaridad y cooperación, la
justicia social y la disciplina, la responsabilidad ante el futuro y la necesidad de
participación consciente en los destinos del país. ¿Cómo lo puede lograr el maestro?
En la Carta del Maestro Latinoamericano elaborada en el Seminario Regional de la
UNESCO (Compilación editorial 1995) se señalan sus condiciones y obligaciones
fundamentales que nos ayudan a valorar su papel en nuestro contexto, la fuerte
relación que debe existir no sólo entre maestros y alumnos, sino entre los maestros
entre sí y sus directivos, con la familia y la comunidad. A ello colabora su adecuada
preparación. La calidad de su trabajo y su propia autoproyección garantizan el éxito.
Ese proceso de autorreflexión permanente es el mejor tamiz para determinar que
estamos cada uno en presencia del maestro necesario en el nuevo siglo.
Todo lo aquí analizado nos permite asegurar que para lograr los objetivos sociales que
demanda en nuevo siglo el maestro, ante todo, debe manifestar su propia naturaleza
esencial: su carácter creador.
En el proceso educativo se forma la actividad creadora sobre la base de la propia
experiencia social. Para ello, el maestro debe crear un ambiente propicio mediante las
relaciones interpersonales que se establezcan, respetando el trabajo individual de los
estudiantes cuando los enseña a aprender, abierto al cambio, retomando ideas y
conminando a sus alumnos a buscar soluciones en clases reflexivas que planteen
problemas para investigar. Se ha dicho que el mal maestro ofrece la verdad ya elaborada
a sus alumnos y que el bueno los ayuda a encontrarla. Lo cierto es que un maestro con
bajo nivel de creatividad no puede ayudar mucho a sus estudiantes a que desarrollen
altos niveles creativos.
Para lograr el desarrollo de la creatividad en el proceso educativo, el maestro debe
conocer a sus alumnos, amarlos, perfeccionar constantemente su trabajo, estar al día en
qué es lo nuevo en su ciencia, cuáles son las experiencias de avanzada, debe crear las
condiciones necesarias, la base material, propiciar las condiciones psicológico morales
necesarias, dar libertad de acción aunque la regule. Es una realidad comprobada que
generalmente el nivel de creatividad del maestro condiciona el de los alumnos en mayor
o menos medida, con amplia cultura, profundos razonamientos, rica imaginación,
25


motivaciones positivas, sólidos intereses y conciencia de las necesidades sociales,
atención concentrada y aguda, curiosidad insaciable, independencia y auto-organización.
El maestro que quiere desarrollar más la creatividad debe desarrollar a su vez,
capacidades comunicativas, organizativas, que se encaminen a asimilar racionalmente y
aplicar operativamente la información para regular la dirección de la actividad del alumno.
Lo logra convenientemente cuando no da las verdades como conocimientos perfectos y
acabados, sino cuando despierta curiosidad en el estudiante y lo conduce a niveles
diferentes por su propia actividad, cuando les muestra las contradicciones de la vida y
que la solución esta allí mismo; pero que hay que encontrarla. El proceso de enseñanza
debe ser abierto si el profesor, al exponer su material, influye en el estilo de pensamiento
del estudiante provocando que él piense, que lo siga, enriquece el pensamiento del
estudiante. El trabajo conjunto debe conducir al descubrimiento del conocimiento, es la
vía para la formación de la personalidad creadora. Aquí se hace necesario recordar
algunas reflexiones de Félix Varela:
"Sin pretender dirigir a los maestros, espero que no llevarán a mal una insinuación que es
fruto de la experiencia de algunos años que consagré a la carrera de la enseñanza, y
redúcese a hacerles observar que mientras más hablan menos enseñarán y que por
tanto, un maestro debe hablar muy poco; pero muy bien, sin la vanidad de ostentar
elocuencias, y sin el descuido que sacrifica la precisión. Esta es indispensable para que
el discípulo pueda observarlo todo y que no sea un mero elogiador de los brillantes
discursos de su maestro sin dar razón de ello. La gloria de un maestro es hablar por la
boca de sus discípulos."(Varela, F , ed. l946).
Siguiendo estas recomendaciones de Félix Varela se puede educar en el proceso
docente esas actitudes del estudiante con vistas a que se desarrollen adecuadamente en
función de las necesidades contemporáneas. Las investigaciones han demostrado que
cuando esto se logra, los discípulos son capaces de pensar y actuar de forma
independiente, de comprender con más profundidad su papel y después como productor
o trabajador en general, además de manifestar tesón, disposición a arriesgarse, rapidez
para detectar los problemas, velocidad para resolverlos sin ser esquemáticos teniendo
conciencia plena de las demandas sociales y una disposición correcta para acudir a ellas.
Ello se logra cuando no se dan enfoque estandartizados en la solución de los problemas,
se elaboran métodos y formas que se avengan a las condiciones, es efectiva la utilización
de las experiencias en nuevas situaciones, se perfecciona lo conocido en
correspondencia con las nuevas tareas, se aprecia más de una variante en la solución de
los problemas, se transforman recomendaciones, metodologías y tesis teóricas en
acciones pedagógicas concretas.
Ahora bien, no se puede contraponer lo normativo y lo creador de forma absoluta ni
pensar que las regulaciones frenan la búsqueda creadora, no es anárquico y sin control
sino la selección científica argumentada de lo mejor de lo posible, eso es lo que colabora
al desarrollo del hombre.
Las investigaciones han demostrado que cuando esto se logra los estudiantes son
capaces de actuar de forma independiente, de comprender con más profundidad, su
papel como estudiante, y después como trabajador en general, además de manifestar
26


tesón, disposición a arriesgarse, rapidez para detectar los problemas, velocidad para
resolverlos sin ser esquemáticos además de tener conciencia plena de las demandas
sociales y una disposición correcta para acudir a ellas.(Melhorn, L, l983)
Bloqueos y obstáculos para el desarrollo de la creatividad en el proceso educativo
En el trabajo para el desarrollo de la creatividad en educación es necesario tomar en
consideración lo que los autores llaman bloqueos o dificultades y obstáculos para
promover la creatividad que pueden coexistir con la aplicación de estrategias para
lograrla y entonces la limitarán al extremo de impedir su adecuado efecto. Se dan como
rasgos y obstáculos, en la persona del maestros el autoritarismo, la normatividad
excesiva, el conformismo, la rigidez, la inmediatez, la rutina, el excesivo control. También
se habla de bloqueos culturales, emocionales y perceptuales.
A los primeros se refieren: el afán desmedido de economía y practicidad, la sanción
social de los curiosos, la fe excesiva en las estadísticas, el temor a lo ilógico, la creencia
de que no vale la pena buscar, el temor al error. A los segundos refieren: el temor a hacer
el ridículo, el aferrarse a la primera idea que se nos ocurra la rigidez del pensamiento o la
dificultad para cambiar de opinión, la angustia por triunfar rápidamente el temor a los
superiores, la falta de disciplina y de constancia para llevar un problema hasta el final, la
falta de voluntad para poner en marcha una solución. Como "bloqueos perceptuales" se
mencionan: la dificultad para aislar un problema, la excesiva limitación de un problema
con exclusión de su contexto, la incapacidad para definir términos, la incapacidad para
definir en todos los sentidos la observación, la incapacidad para distinguir relaciones
causales. El hipercriticismo, el excesivo uso de la intuición de forma absoluta son también
bloqueos o impedimentos que no permiten lograr un ambiente propicio para la actividad
creadora en el proceso docente.
Evaluación de la creatividad del maestro
El sistema didáctico debe dar amplias posibilidades para poner de manifiesto el
dinamismo propio de cada persona. Si se aspira a formar un individuo creador, es preciso
brindar al estudiante todas las posibilidades para la autorrealización, autoorganización,
autoeducación y autodesarrollo. Por ello, razón tenía E. J. Varona cuando afirmaba: “El
maestro debe saber estudiar para que sepa enseñar a estudiar. Aquí está en su germen
todo el problema de la pedagogía" ( Varona, E. J. ed. l945).
¿Cómo se puede lograr que el aprendizaje sea más efectivo, despierte más interés y
estimule el desarrollo de habilidades y capacidades? El empleo de métodos que enseñen
al alumno a aprender haciéndolo vivir experiencias intelectuales estimulantes que
reorganicen la información de una manera lógica y científica, al mismo tiempo que
desarrrolle una serie de habilidades, capacidades, procesos intelectuales y cualidades de
la personalidad, puede ser una vía para resolver este problema.
Sin lugar a dudas, en la solución de estos problemas juega un papel primordial la
actividad creadora del maestro. ¿de qué criterios partir para su evaluación?
El trabajo científico en el área educativa no se puede reducir a recursos válidos para
otras ciencias. Al considerar dentro del objeto de investigación al propio hombre, los
27


instrumentos y métodos a utilizar adquieren características peculiares para lograr
científicamente el resultado más objetivo posible.
En los últimos tiempos, se ha utilizado lo que ha dado en llamarse investigación
cualitativa como una variante de investigación orientada a conocer y evaluar relaciones y
mecanismos profundos, sutiles y a veces por diversas causas, escondidos en los in-
dividuos para lo cual la obtención de información se hace difícil.
Este tipo de investigación es utilizada en investigaciones sociales preferentemente. El
investigador pretende esclarecer experiencias humanas subjetivas.
Se caracteriza generalmente por comenzar con una observación detallada de los hechos
e interpretarlos analizando el comportamiento de los individuos. Debe descubrir la
estructura y no imponerla reconociendo significados y contextos en los que opera el
individuo. Se analizan sistemáticamente los hechos tal y como ocurren en el sujeto de
manera de establecer las relaciones más precisas y las interinfluencias. Claro está que
esos elementos no se pueden cuantificar y aunque otros momentos y técnicas de la
investigación cualitativa tienen un carácter tan marcadamente subjetivo que llevarían a un
resultado no objetivo y, por tanto, no científico, vale la pena buscar la adecuada
interrelación entre estas variantes de investigación en el caso de la evaluación de la
creatividad en el proceso educativo en que interactúan diferentes sujetos.
¿Qué implicaciones tiene el enfoque cualitativo en la investigación sobre la creatividad?
Se puede decir que privilegia los elementos de análisis extraídos de la dimensión
cualitativa de los actores sociales y sus interrelaciones en el lugar en que tiene lugar su
actividad y además, se puede conocer lo vivido por los individuos subjetivamente a partir
de los datos que aportan sus experiencias.
Resulta interesante para la investigación sobre el desarrollo de la creatividad, la
referencia del sujeto creador en su experiencia íntima vivida porque permite obtener
información directa, libre y espontánea del resultado.
Además permite la autoevaluación y autorreflexión sobre su actuación lo cual comparado
con las observaciones y valoraciones de los otros observadores da posibilidades, no sólo
de enriquecer el resultado sino de hacerlo enteramente objetivo aunque parezca lo
contrario. Lo que no se puede es depender sólo de las autorreflexiones sino de su
"cruzamiento" con el resto de los criterios. Los fenómenos humanos necesitan ser
estudiados en sus propios términos y no desde los fundamentos de las ciencias
naturales. El pensamiento humano difiere de una computadora que tan exacta es, en que
es capaz de prever, de determinar propósitos, buscar metas, comprometerse con una
tarea, aumentar voluntariamente el nivel de conocimientos, utilizar las experiencias,
adoptar un estilo. También es preciso incluir lo ideológico en la intencionalidad del
investigador y las formas axiológicas de actividad de los hombres, tan importantes para
su adecuada valoración y enfoques.
El sistema metodológico cualitativo permite obtener comprensión y conocimientos
básicos en el campo de las ciencias humanas, al estudiar el lado subjetivo y cómo las
personas se ven y aprecian su entorno con el objetivo de encontrar un significado y
sentido a su actuación en los propios términos en que los sujetos experimentan mediante
28


interpretaciones, descripciones exhaustivas, consideración del contexto y valoraciones
personales a partir de su propia actuación.
Pero no puede crear sólo ahí, hay factores de orden subjetivo que limitarían la fiabilidad
de los resultados. Hay que contrastar cómo esas vivencias, experiencias, intenciones se
proyectan y repercuten socialmente para lo cual una metodología dialéctica ayuda de
forma insuperable. Quiere decir que sin desconocer la posible relación e impresiones que
dan un enfoque determinado al trabajo y tratan de penetrar en él de manera más honda,
el interpretar la actividad humana en todos sus momentos, necesidad, interés, fin, medio
y resultado además de las interrelaciones dialécticas de causa y efecto, necesidad y
casualidad, y otras, darían un enfoque más objetivo al análisis del proceso creador en el
quehacer educacional. Valga mencionar que los valores de los seres humanos, sus
cualidades y capacidades pueden contrastarse y determinar a la luz de determinados
indicadores: si es mayor o menor cada día o en cada período evaluativo. Por otra parte el
simple hecho de lograr que más alumnos o más maestros sean más creativos da
determinados indicadores que no son precisamente los cualitativos.
Por otra parte, de lo que se trata es de incrementar la participación del sujeto en la
actividad y de que su resultado sea cada día más efectivo pues la participación implica
compromiso, dar de sí, autorreflexiones, influir en el desarrollo, analizar integralmente la
realidad a partir de todas sus aristas lo cual implica sentirse parte activa de la realidad y
establecer las adecuadas relaciones sujeto objeto y sujeto sujeto, capitales en el proceso
educativo.
Guía para evaluar el nivel de creatividad de los maestros.
En la bibliografía especializada, se discute mucho al respecto, aunque no se da un
criterio acabado ni científicamente fundamentado. Existen diversos criterios sobre los
cuales se puede llevar a cabo una evaluación de la creatividad en lo que respecta,
sobre todo a la elaboración de instrumentos con escalas y procedimientos de obtención
de la información que responden a las diferentes tendencias internacionales. Nosotros
consideramos que por el carácter del objeto de evaluación esta debe ser global y a
partir de una guía de indicadores que se valoren por diversas vías, sin centrarse sólo en
el producto o la personalidad creativa, sino en el proceso de análisis que puede
integrar, en el caso del maestro, el colectivo, los alumnos y a la autovaloración que el
propio docente pueda hacer de su labor para lo cual los indicadores que sirven de punto
de partida se pueden adecuar con una escala o no en dependencia de las
circunstancias debido a que, dadas las características de la creatividad, dichas escalas
no siempre nos permitirían arribar al objetivo de nuestro trabajo. No obstante algunos
elementos importantes, combinados en la guía que a continuación explicamos, nos
permiten recolectar datos que pueden ayudar a evaluar la creatividad del maestro de
manera más efectiva que si empleáramos simplemente alguno de estos instrumentos
por aislado.
Por tanto es una propuesta que parte de los presupuestos arriba analizados y, aunque
posible de modificarse, ampliarse o corregirse, intenta ser estricta y lo más
fundamentada posible aunque se pueda adaptar al contexto flexiblemente.
29


Los métodos de obtención de la información pueden ser variados: de entrevista
personal para el caso de la consulta a expertos, encuesta dirigida al colectivo docente
(directivos y compañeros profesores), y de autoaplicación para los docentes a evaluar y
también se utiliza la encuesta en el caso de solicitar la información a los alumnos.
El trabajo científico en el área educativa no se puede reducir a recursos válidos para
otras ciencias. Al considerar dentro del objeto de investigación al propio hombre, los
instrumentos y métodos a utilizar adquieren características peculiares para lograr
científicamente el resultado más objetivo posible.
Como ya se ha dicho, en los últimos tiempos, se ha utilizado la llamada investigación
cualitativa como una variante de investigación orientada a conocer y evaluar relaciones y
mecanismos profundos, sutiles y a veces por diversas causas, escondidos en los
individuos para lo cual la obtención de información se hace difícil.
Este tipo de investigación es utilizada en investigaciones sociales preferentemente. El
investigador pretende esclarecer experiencias humanas subjetivas. Se caracteriza
generalmente por comenzar con una observación detallada de los hechos e interpretarlos
analizando el comportamiento de los individuos. Debe descubrir la estructura y no
imponerla reconociendo significados y contextos en los que opera el individuo. Se
analizan sistemáticamente los hechos tal y como ocurren en el sujeto de manera de
establecer las relaciones más precisas y las interinfluencias.
Como se ha analizado, en la bibliografía especializada, se discute mucho al respecto,
aunque no se da un criterio acabado ni científicamente fundamentado. Como resultado
de un trabajo de indagación y aplicación práctica de un colectivo de investigadores se
ha tratado de buscar una solución a este problema.
A partir de los criterios arriba esbozados básicamente de carácter epistemológico, se
elaboraron los presupuestos para determinar indicadores específicos de la creatividad del
maestro y elaborar una guía que ayudara a determinarlo de la manera más objetiva
posible. Estos presupuestos se pueden concretar de la siguiente manera: objetividad,
solidez de criterios y flexibilidad en las tareas educativas, originalidad en su proyección
profesional mediante un desarrollo imaginativo de la labor docente que implique
tenacidad en sus esfuerzos e inconformidad con los logros aunque satisfacción con los
éxitos. Debe manifestarse la búsqueda de relaciones entre los objetos y fenómenos,
enfoque sistémico y sistematicidad y mostrar tendencias a provocar contradicciones,
inquietudes que garanticen la búsqueda de nuevas vías de solución. Es básico el
conocimiento profundo de la esfera de su acción educativa y que realice
sistemáticamente autorreflexiones acerca de los productos de su actividad creadora así
como de sus estudiantes. Debe dar a su trabajo un enfoque dialéctico en función de la
transformación de la realidad. Se debe revelar el carácter artístico de su labor
profesional y el amor por ella además de mostrar la capacidad para hacer pronósticos
pedagógicos con modestia, espíritu crítico y generosidad profesional con el alumno y el
compañero de trabajo. El autodesarrollo en el plano científico pedagógico es capital así
como las adecuadas relaciones con los alumnos que le permitan una adecuada
participación.
A partir de esos presupuestos, se determinaron los indicadores para la guía evaluadora.
30


1.-Cultura general integral y dominio profundo de los contenidos que explica.
2.- Búsqueda de nuevas vías de solución ante un obstáculo (precisar el obstáculo).
3.- Utilización de aspectos novedosos para interesar a los estudiantes
4.- La actividad docente transcurre en un ambiente psicológico moral que motiva la
    participación de los estudiantes.
♦ .atención del estudiante
♦ .concentración del estudiante
♦ .interés del estudiante
♦ .provoca inquietudes para lograr su solución
♦ establece una adecuada comunicación con los alumnos, con los padres y con los
   compañeros
♦ establece una adecuada orientación
5.- Autosuperación permanente, mediante participación en actividades científicas y de
    desarrollo profesional en general, que se orientan a la transformación de su práctica
    cotidiana.
6.- Propicia la actividad independiente del estudiante.
♦ .atiende diferencias individuales
♦ .despierta inquietudes intelectuales
♦ .estimula la defensa de puntos de vista personales
♦ .destaca la originalidad de los criterios
♦ .promueve la contraposición de opiniones y debates.
♦ .logra la autodirección
♦ .promueve la crítica y la autocrítica
♦ .estimula el protagonismo estudiantil
♦ .contrasta y hace contrastar los avances obtenidos
7.- Demuestra originalidad e imaginación en el cumplimiento del programa
8.- Muestra libertad de acción y flexibilidad en el desarrollo de sus actividades docentes
♦ al determinar los objetivos.
♦ en el tratamiento del contenido
♦ .en el uso de métodos y medios
♦ en el tratamiento de las ideas de los estudiantes
31


♦ .en la actividad docente y social
♦ .en su labor profesional en general
9.- Ejerce la dirección del proceso docente educativo:
♦ .organiza la actividad educativa
♦ .establece adecuadas valoraciones y autovaloraciones
♦ .utiliza métodos adecuados
♦ .selecciona fines bien determinados
♦ .cuenta con un programa de acciones
♦ .selecciona actividades que propician el pensamiento divergente
♦ .se apoya en la enseñanza problémica o en otras estrategias que contribuyan a
estimular la participación del estudiante en el proceso de su aprendizaje
10. -Se observan sistemáticamente las siguientes características:
♦ .originalidad
♦ .dinamismo
♦ .flexibilidad
♦ .audacia
♦ .persistencia
♦ fluidez
♦ seguridad
♦ autonomía
♦ .alegría
♦ .divergencia
♦ .objetividad
♦ .solidez de criterios
♦ .modestia
♦ .sencillez
♦ .generosidad profesional
♦ .honestidad científica
Como se aprecia, por el carácter de los indicadores, su valoración debe ser
específicamente cualitativa ya que habría que interpretar, describir exhaustivamente,
explicar el contexto y dilucidar la estructura del fenómeno. Ahora bien, también habría
Material base educación de la creatividad
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Material base educación de la creatividad

  • 1. INSTITUTO PEDAGÓGICO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO CÁTEDRA UNESCO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN EDUCACIÓN DE LA CREATIVIDAD Dra. Marta Martínez Llantada Dra. Adania Guanche Martínez La CREATIVIDAD ha sido el “motor impulsor” del desarrollo humano, en todas las sociedades, por tal motivo, no constituye una novedad que este concepto se haya convertido en el centro del estudio de psicólogos, sociólogos y pedagogos contemporáneos. Tampoco nos asombra que los filósofos se empeñen en brindar reflexiones, en ocasiones muy valiosas, en torno a estos modernos conceptos. Por otra parte, el tema relativo al desarrollo de la creatividad en la escuela ha cobrado gran importancia en los últimos tiempos por lo que representa para el logro de la personalidad que requiere el mundo contemporáneo. Si se parte de la máxima martiana de que "educar es preparar al hombre para la vida" (Martí, l983) no quedará duda al respecto. En los foros internacionales, el tema gana la atención de los especialistas de diversas ramas de conocimiento y es lógico porque el estudio de los procesos creadores debe ser integral como lo es el desarrollo de la personalidad; además, cada vez se verifica con mayor seguridad que una educación de calidad es aquella que logra incrementar la creatividad como condición básica de la plenitud del ser humano.(Martínez, M. l995). A pesar de estas aseveraciones, subsisten polémicas alrededor de este asunto tales como: ¿se puede aprender y enseñar a ser creador?; ¿cuáles estrategias utilizar?; ¿curriculares o extracurriculares?; ¿es una aptitud innata o una capacidad adquirida?; ¿existen métodos psico-diagnósticos para determinar el nivel de creatividad de los sujetos?; ¿es un proceso o un resultado?; ¿es preciso crear una atmósfera o un ambiente creativo para lograrlo?; ¿puede un maestro con bajo nivel de creatividad estimularla altamente en sus estudiantes? Las investigaciones orientadas de forma positiva en tal dirección, afirman que el maestro puede crear y hacer crear aunque no precisan de qué manera evaluar ese carácter creador que reconocen en la actividad del docente. Tampoco existe un criterio unánime acerca de cuáles son los rasgos, cualidades o capacidades que indican la presencia de un maestro mediano o altamente creativo y menos, la forma de evaluarlo. Para lograrlo es preciso partir de presupuestos teóricos epistemológicos, pedagógicos y psicológicos además de sociológicos , lo que integralmente concebidos y con la adecuada contextualización orienten el análisis del nivel de creatividad del maestro. Fundamentos científicos para el análisis de la creatividad. Desde las primeras etapas de la evolución del ser humano como especie, a cada uno de los individuos en particular, y a la comunidad en sentido general, les fue imprescindible el empleo de sus capacidades, con el fin de solucionar problemas surgidos de su relación con el resto de la naturaleza; y así poder sobrevivir, pues en
  • 2. 2 muchas ocasiones, la propia supervivencia del grupo dependía de su ingenio para lograr propósitos de conservación de su seguridad, su alimentación o la satisfacción de necesidades elementales. A lo largo del desarrollo de las sociedades humanas así ha sido y continuará siendo: la solución de determinados problemas de diversa índole, que se presentan al hombre, ha requerido de su inteligencia para crear cosas nuevas, que satisfacen necesidades que tiene el ser humano, como organismo biopsicosocial. El concepto de creatividad y la conciencia de que el hombre puede ser un creador, son concepciones más bien contemporáneas. Porque, a pesar de que el ser humano es por naturaleza creador, lo cierto es que el concepto de creación por muchos siglos se circunscribió a la acción de sacar una cosa de la nada, la cual sólo podía ser atribuida a seres “sobrenaturales”. Modernamente, la palabra creación se conceptualiza también como fundación o establecimiento de algo nuevo, producción o invención. De modo que el creador o la creadora son los individuos que crean, que establecen, fundan o introducen por primera vez una cosa. Por tanto, los poetas, los artistas o los genios que han producido grandes obras, son creadores. Según los diccionarios más prestigiosos, crear significa: establecer, fundar, introducir por primera vez una cosa, hacerla nacer. Quiere decir que se está creando cuando se produce algo nuevo sobre la base de elementos preexistentes, o al dar a estos una nueva forma. Por ejemplo, crear una obra de arte, un personaje literario, la coreografía de un ballet, una doctrina filosófica o una obra escrita, un discurso... Todos los seres humanos, independientemente de nuestras ocupaciones específicas, somos capaces de crear. ¿De qué depende que seamos creadores en menor o en mayor medida? Depende de muchos factores, entre los que no se descartan los de origen genético. Pero también existe algo de mucha importancia, que es la satisfacción de las necesidades del ser humano. En este y en otros casos, se buscan recursos, a fin de dar solución a las múltiples necesidades que tenemos los hombres y las mujeres necesidades que van desde la alimentación, hasta la recreación. El aumento de la necesidad estimula la creación. Otro factor importante en el acto de creación es el dominio de conocimientos que permitan a una persona solucionar un problema. El que no conozca, por ejemplo, de mecánica o de electricidad, no podrá solucionar problemas de este tipo, aunque tenga necesidad de hacerlo, o sea un gran creador en otra esfera del saber que domine. En ocasiones, se relaciona de manera particular el concepto de inteligencia, con el de creatividad. Es preciso que se realicen algunas consideraciones al respecto. Se define la inteligencia como las múltiples capacidades intelectuales del ser humano, las cuales se encuentran en continuo desarrollo en virtud de su actividad constante. Además, la capacidad de desarrollarse en la actividad creadora proporciona un crecimiento espiritual a los hombres.
  • 3. 3 Hasta el momento, en estas reflexiones, hemos empleado el término creación y no el de creatividad, al referirnos al empleo de las capacidades humanas, para elaborar algo nuevo. El vocablo creatividad es precisamente una creación moderna en nuestro idioma. En efecto, actualmente nos referimos a la creatividad al hacer alusión a la cualidad humana de poder crear, lo cual constituye, como dijera Martí, un deber para el hombre. “Reproducir no es crear; y crear es el deber del hombre” (José Martí) Todo lo que el hombre crea requiere de un proceso en el cual se pone de manifiesto el desarrollo de sus capacidades generales y se obtiene un producto, un resultado. En todas las esferas del saber, el hombre puede crear cosas novedosas que cumplan funciones sociales positivas y que solucionen problemas. En el acto creativo van implícitos los mejores valores humanos. Desde la propia enseñanza escolar se debe habituar a los niños a emplear conscientemente sus capacidades, en aras de favorecer el propio desarrollo de su personalidad. Una clase monótona, que no promueva los intereses, no satisfará estos requisitos. “Quien quiera pueblos, ha de habituar a los hombres a crear”. (José Martí). Cuánta razón hay, pues, en estas palabras del maestro. Para nosotros los educadores son importantes estas reflexiones acerca de la creatividad en el proceso docente-educativo. Sin embargo, hay que destacar algunos elementos de la creatividad que son de índole general, y por tanto, se pueden hallar en todas las actividades del ser humano en el ámbito universal. Nos referiremos a los niveles y a las etapas del proceso de creación. En cuanto a las categorías de la creatividad, diversos autores coinciden en destacar las siguientes: ♦ La personalidad creadora: considerando dentro de este concepto a la creatividad como parte temperamental, actitudinal, de valores y, en general, de rasgos que conforman el actuar en una persona que es capaz de realizar acciones consideradas como creativas. ♦ El proceso de creación: cuando se profundiza en el rol que desempeña el aspecto cognitivo, expresado como pensamiento divergente, imaginación y motivación, que hacen ver a la creatividad no sólo como el producto o la personalidad, sino, solamente como el devenir de una actividad creativa, desde sus inicios, hasta su culminación. ♦ El producto creador: en este sentido es el resultado que se analiza como creativo, sin ahondar en el proceso, ni en otros aspectos de la personalidad. ♦ Las influencias sociales: es decir, lo que rodea al proceso de la creación, como son el medio circundante, la educación, la cultura en general, que son el motivo de estudio de la creatividad en este sentido. En relación con los niveles de la creatividad, todos los estudiosos de este constructo o potencialidad humana, están de acuerdo en que, independientemente de otros factores, se pueden identificar:
  • 4. 4 ♦ Un nivel individual, que se identifica cuando una persona crea algo nuevo para sí, como pueden ser, por ejemplo, un adorno para su carro, un poema para recitarlo en un círculo reducido de personas, y que lo más que genera, puede ser una satisfacción personal. ♦ Un nivel de la sociedad en que vive el sujeto creador, cuando este transforma elementos que todos conocen y produce alguna innovación o invención trascendente para un círculo más amplio de personas. Por ejemplo, el maestro que elabora una metodología para la enseñanza de la lectura, que llega a ser conocida por amplias masas de educadores, quienes la ponen en práctica. ♦ Por último, el nivel de toda la humanidad: creación esta, propia de los genios, es la que permite la obtención de principios y leyes que pueden revolucionar toda una rama del saber humano. Este es el caso de la teoría cuántica, a la que llegó por primera vez Max Planck y que, posteriormente fuera formulada de manera más completa por Albert Einstein. Por otra parte, varios autores coinciden en que todo proceso creativo atraviesa por ciertas fases o etapas, y es de acuerdo con el criterio de cada autor, que se les denomina de alguna manera, aunque, en esencia, los momentos podemos decir, que son los mismos. Algunos autores identifican cinco etapas fundamentales, que son: • Primera: la asimilación de la necesidad de crear algo, que puede también denominarse, de determinación y formulación del problema. • Segunda: es la etapa de reflexión y de acopio de información. • Tercera: es la etapa de trabajo duro, de tensión y de sucesivos cuestionamientos, en aras de “hacer nacer la idea solucionadora”. • Cuarta: es la etapa en que ocurre la iluminación, que generalmente se produce súbitamente, es cuando surge la idea brillante y comienza el trabajo de creación en sí. • Quinta etapa: se llevó a la práctica la idea y se procesó, quedando realizado el producto, que se pone a prueba y como epílogo, se divulga o comunica a todas las personas que tengan interés en participar del hallazgo o del resultado de la creación. En conclusión, hay un proceso, que consta de momentos, los cuales pueden entrelazarse, por lo que en ocasiones, no debe ser muy fácil su delimitación. Por otra parte, hay que considerar las capacidades generales del hombre, como ser pensante, entre las que se encuentra la de reflexión, pues, a pesar de que la reflexión no es innata en el hombre, el individuo aprende en la sociedad a dominar las operaciones reflexivas. Los investigadores han demostrado que las potencialidades del cerebro humano permanecen sin utilizar en una enorme proporción en dependencia del nivel de su estimulación. La capacidad humana de reflexionar está muy vinculada con la de valorar, con el trabajo. Su soporte básico es la actividad así como las motivaciones de los
  • 5. 5 individuos que los llevan a la imaginación. Los criterios más divulgados acerca de si se puede aprender a pensar creadoramente se orientan básicamente en dos tendencias opuestas. Algunos afirman que es una forma de pensamiento "lateral" (complementario) generador de nuevas ideas y otros defienden la posición del concepto de pensamiento divergente. Independientemente de los diversos criterios, se afirma que es posible "aprender a pensar creadoramente" y las investigaciones han validado métodos y procedimientos para desarrollar la creatividad a partir de criterios científicos psicológicos, pedagógicos, filosóficos, pedagógicos y otros que lo avalan. En la literatura especializada, el estudio se relaciona con la revolución científico técnica que en su avance infunde cambios sustanciales en todas las esferas del quehacer humano y en especial, debido al desarrollo de la ciencia y su introducción acelerada en la práctica social lo cual trae como consecuencia que se intensifique la interacción entre la creación científica y técnica para acelerar el progreso, se acelere la introducción de sus resultados en la sociedad, se exija cada vez más que el sujeto tenga amplias capacidades creadora para entender las diferentes alternativas de búsqueda. De ahí que sea imprescindible cultivar la reflexión y las capacidades encaminadas a lograrla y que sean variadas las temáticas que sobre este asunto se aborden entre las que se destacan el trabajo y el pensamiento creador, la creatividad y la cultura, los fundamentos científicos para la educación de las capacidades creadoras y otros. La significación teórica y práctica del estudio de los proceso creadores aumenta en la medida en que las necesidades sociales crecientes actuales exigen que la actividad transformadora del hombre sea cada vez más productiva, de manera tal que se auto realice libremente su personalidad. Se impone, por tanto, una actitud creativa porque cada vez más se necesita conocer y utilizar las fuerzas de la naturaleza para transformarla. El nivel de vida y el desarrollo de la técnica exigen que cada vez más se logren nuevas formas de actuación del hombre y que sea capaz de plantear y resolver problemas. El cambio constante de la vida actual exige determinar los fundamentos científicos del proceso creador con vistas a precisar cuáles son los elementos que permiten afirmar que un hombre es creador; pero además, cómo es posible educarlo en esa dirección. Esta reflexión plantea la necesidad de examinar el problema relativo a cómo organizar la actividad educativa para que contribuya más al desarrollo de la creatividad, incluida, muy en especial, la actividad del maestro y su adecuada evaluación lo cual origina otra reflexión necesaria: ¿cómo evaluar su nivel de creatividad y cuáles serían los métodos más oportunos para ello? Para lograr una adecuada valoración de este asunto se requiere en primer lugar, analizar y precisar los fundamentos epistemológicos, sociopsicológicos y pedagógicos que ayudarían a elaborar un criterio más certero no sólo de la creatividad sino de las vías pedagógicas para lograrlo en especial a partir de la actividad pedagógica profesional. El enfoque epistemológico de este problema debe valorar a la creatividad en su nexo directo con el hombre, su esencia y las condiciones de su realización como tal. (Martínez
  • 6. 6 Llantada, M: 1998) Desde el punto de vista dialéctico, el análisis se concentraría en tres presupuestos contradictorios a saber: -la unidad del conocimiento y la creatividad, -el carácter creador de la historia y el carácter histórico de la creación y -la unidad de lo lógico y lo intuitivo El conocimiento humano en principio es inseparable de la actividad, de la práctica y esta es imposible sin el reflejo que constituye su condición necesaria y un componente interno del mismo, o sea, se presuponen. Sin embargo, el problema relativo a la unidad de la creatividad y el conocimiento tiene otro aspecto particular que se presenta como un problema difícil debido a las particularidades de la realidad al ser reflejada. Para entenderlo hay que dirigir la atención especialmente a los elementos en que difieren el conocimiento y la creatividad. La relación creadora se determina básicamente por el momento de acción del hombre con respecto al mundo y que se traduce en cambios en la realidad en correspondencia con las necesidades del desarrollo social. En la relación cognitiva, lo básico es la acción del mundo en el hombre que se expresa en la condicionalidad de la esencia humana como regularidad objetiva, la cual como reflejo adecuado se transforma en regulador interno de la actividad creadora. Entonces, ¿cómo entender lo nuevo si el conocimiento depende de la realidad?. Así se presenta la primera contradicción. El concepto de creatividad como característica esencial del hombre es posible sólo entenderlo en el marco del desarrollo social cuando esta abstracción se convierta en verdad práctica ya que fuera de ello no es posible concebirlo ni entenderlo. La comprensión del hombre en el mundo como conjunto de relaciones sociales sólo es posible cuando es capaz de auto realizarse, cuando en la expresión de su esencia sea capaz de salir de los límites de lo ya logrado para poder hacer verdaderamente la historia. En este sentido, está claro por qué hay que analizar la historia y la creatividad en unidad dialéctica y entender el carácter histórico de la creación y el carácter creador de la historia como segunda contradicción desde el punto de vista epistemológico. La historia es el proceso creador del mundo en el cual el hombre se reafirma como objeto en tanto realidad histórico natural y como sujeto en tanto hombre históricamente concreto que actúa. Por ello, este problema debe ser resuelto, además, tomando en consideración la comprensión del desarrollo social en conjunto como un proceso histórico natural; pero debido a que la actividad de los sujetos reales no está aislada de la voluntad y la conciencia, es preciso transformarlas para lograr un proceso objetivo regular que determine, a su vez, las condiciones y contenido de la actividad social; o sea, los hombres mismos hacen la historia, condicionados objetivamente por su actividad y esas propias condiciones lo pueden capacitar para hacerlo de manera libre en la búsqueda de nuevos conocimientos y acciones. En relación con la contradicción referida a la unidad de lo lógico y lo intuitivo, se puede decir que los investigadores en general, coinciden en el criterio de que en el campo de la
  • 7. 7 metodología de la investigación, del descubrimiento científico, es posible partir de medios lógicos, no sólo en la etapa de fundamentación sino en la de verificación. No obstante, algunos contraponen el contexto del descubrimiento al contexto de la fundamentación. Desde el punto de vista dialéctico, esta contraposición no es correcta pues ambos contextos responden a etapas de un mismo proceso. En esta dirección el enfoque dialéctico ayuda a analizar en unidad lo lógico y lo intuitivo, lo deductivo y lo inductivo, lo teórico y lo empírico como momentos de interacción de los fenómenos y a precisar sus diferencias con respecto a otros tipos de creación. Ahora bien, en los últimos años se discute acerca de la naturaleza y regularidades del proceso creador en la ciencia y la interdependencia del pensamiento lógico con las suposiciones intuitivas en el proceso del descubrimiento así como de los nexos de los intereses científicos del hombre de ciencia con el nivel de su cultura con las condiciones sociales de su existencia. De ahí que surjan asuntos tan interesantes como: ¿de qué manera surgen las nuevas ideas? ¿cómo ocurren los descubrimientos? ¿se puede hablar de una lógica del descubrimiento?, ¿cómo se relaciona la intuición con el pensamiento lógico de la personalidad creadora? El proceso creativo no es un acto breve sino prolongado y complejo en el cual son igualmente importantes los saltos intuitivos así como las investigaciones cuidadosas, minuciosamente largas. Algunos autores contraponen la lógica y la intuición en el proceso creador; sin embargo, esta última juega un importante papel en la ciencia así como en otras esferas de la actividad humana en que el hombre se tropiece con la necesidad de resolver algún problema. De lo que se trata es de no sobrevalorar su papel, su significación, de no mistificarla. La intuición puede conducir a razonamientos interesantes, conducir a nuevas ideas; pero también puede llevar a un camino erróneo. Por eso, las suposiciones intuitivas deben tener una fundamentación lógica. La propia intuición se vincula con el razonamiento lógico y este nexo no ocurre sólo en la etapa de verificación de la idea sino en la de su formación. Por ello, se puede aseverar con seguridad que el proceso de formación de nuevas ideas puede ser conocido y racionalmente construido a partir de tareas que se orientan sobre la base de la ciencia. Para descubrir el proceso de la búsqueda creadora, es necesario investigar el proceso real de razonamiento del científico, sus capacidades y particularidades psíquicas e inclusive sus hábitos en la vida y, además, como se ha dicho, su capacidad de fantasear, de imaginar. La imaginación se enlaza con las necesidades de la sociedad, y constituye una capacidad de extraordinario valor ya que ayuda a conocer y transformar la vida. Es una capacidad de la conciencia sobre la base de la transformación de las impresiones trasmitidas por la realidad. Surge en el proceso de la actividad, ayuda a conocer el mundo sobre la base de hipótesis, representaciones, ideas experimentales. En la creación artística, su papel es grande. Da fuerza a las imágenes como reflejo de la realidad. Pertenece a los procesos cognoscitivos superiores en que se acentúa el carácter específicamente humano de la actividad. El rasgo característico de la imaginación
  • 8. 8 creadora es que desvía el curso ordinario de las asociaciones y los subordina a las emociones, ideas y aspiraciones que predominan en la mente del creador. En la memoria, se da el cierre de las conexiones nerviosas temporales y se restituyen por un período. En la imaginación, los sistemas de conexiones que se han formado en la vida del hombre se disocian e integran en nuevos sistemas motivados por la necesidad. En ello, la fantasía tiene su lugar. Es el elemento rector de la actividad creadora en el arte, en el cual tiene especial importancia la carga emocional, o sea, a través de los sentimientos se plasma en imágenes la obra creadora. En la creación científica también la fantasía es importante ya que muchos descubrimientos y valores tienen por base la imaginación de sus creadores sobre todo en las etapas tempranas del problema. Desde el punto de vista socio psicológico hay que entender la creatividad como proceso de la personalidad, por tanto y a partir de la concepción filosófica de la actividad humana, entender la interinfluencia de factores que propician un ambiente favorable al desarrollo de la creatividad. Para ello hay que tener en cuenta lo cognitivo y lo afectivo y la relación escuela, familia, comunidad. El análisis teórico y la valoración práctica llevan el criterio de que en la creatividad se expresa la esencia sociotransformadora del hombre, lo cual no quiere decir que todos los hombres sean creadores; pero sí que todos pueden serlo potencialmente. Definir al hombre como esencia creadora, equivale a definirlo como esencia histórica y viceversa. La actividad vital del hombre es el trabajo, mediante el cual se desarrolla él mismo y se crea la cultura. La cultura se encuentra estrechamente vinculada con la creación, al extremo de que ésta se puede considerar como un aspecto dinámico de la cultura, como la intranquilidad interna que hace al hombre desarrollarse. La creación es como un resorte interno de la historia que condiciona su dirección progresista. En la medida en que la actividad del hombre sea creadora, la historia adquirirá el carácter de progreso social. Como categoría expresa lo general que existe en su nexo histórico y en el movimiento ascendente de la sociedad, fija el aspecto de la actividad humana que se orienta al futuro. Es la actividad histórica de los hombres la que incesantemente traspasa los propios límites de las posibilidades del desarrollo humano. Por lo tanto, es inseparable del movimiento histórico de la humanidad, es la condición y el resultado de este movimiento ya que en cada jalón de la historia se expresa una nueva forma particular de realización que refleja un nivel determinado de desarrollo del hombre. Como resultado de la actividad creadora se forma un nivel más alto de conocimiento y/o un nuevo modo de acción. La actividad creadora es una relación compleja del hombre con la realidad en que se integran los procesos intelectual, volitivo y emocional. Lleva al hombre a penetrar en la esencia de los fenómenos estudiados, a utilizar nuevos procedimientos para eliminar las dificultades, a introducir elementos novedosos en los métodos para el cumplimiento de las tareas sociales. La actividad creadora permite resolver los problemas que se presentan y como proceso participan en él todas las fuerzas del hombre para producir valores materiales y espirituales cualitativamente nuevos.
  • 9. 9 La afirmación de que sólo es creadora la actividad que conduce al progreso en cualesquiera de sus manifestaciones no es admitida por todos. El proceso creador presupone el traslado independiente de los conocimientos a una nueva situación. Mientras más alejado sea el vínculo entre la situación de partida y el conocimiento acumulado por el individuo, más carácter creador tendrá el empleo de ese conocimiento. Un rasgo importante de la actividad creadora es hallar nuevos problemas en condiciones ya conocidas o ver nuevas funciones, encontrar la estructura y perspectiva del objeto sometido a estudio. Se define una actitud creadora igualmente, cuando el sujeto es capaz de determinar que no es correcto el camino escogido para la solución del problema planteado y puede, además, combinar los métodos ya conocidos de solución con uno nuevo más adecuado, quizá creado originalmente por no existir el que convenga. Es la originalidad que permite al sujeto alejarse de los estereotipos de la actividad. La creatividad, como se ha analizado, es siempre actividad, pero no toda actividad es creadora. Los momentos creadores son acciones originales que conducen al cambio de la realidad, al desarrollo de las tradiciones progresivas, a la transformación de la experiencia pasada, a la transformación de los resultados del trabajo en una dirección positiva. Los momentos no creadores son reproductivos, tienden a la repetición de las acciones, y rutinarios porque fijan tendencias y estereotipos; no admiten condiciones cambiantes y se vinculan por tanto, al pensamiento que se rige por patrones, al formalismo y a la imitación. Entre los elementos reproductivos hay que distinguir las acciones necesarias y útiles que debe perfeccionar el propio hombre sin, lo cual sería imposible lograr un resultado creador, y aquellas estructuras operacionales estereotipadas para hacer indicaciones, automatizar y transmitir información. La actividad creadora es un atributo del trabajo gracias al cual se realizan cambios socialmente significativos, se desarrolla la cultura y se perfecciona la personalidad. El análisis del trabajo sirve como base para la comprensión teórica de la actividad. El trabajo está condicionado históricamente, es vital para el proceso de humanización del hombre y para recrear sus fuerzas creadoras. No debe olvidarse que "la producción produce no sólo el objeto para el sujeto sino también el sujeto para el objeto" (Marx, l857). El proceso creador descubre un momento esencial de especificidad de la relación humana con la realidad y se refleja en todas las esferas de actividad de la personalidad. No es atributo de determinados individuos con altos rendimientos sino una potencialidad humana, por ello, tampoco es una actividad genial, aunque sea genial un descubrimiento. Resulta una actividad espiritual material del sujeto en que se trasforma la realidad a partir del trabajo y nunca del ocio ni como un proceso de destrucción de los conocimientos precedentes, ya que de entenderlo así no quedaría claro sobre qué bases nace lo nuevo ni cómo apreciar su carácter. La actividad creadora del científico tiene una particularidad paradójica. La fuerza del intelecto de los investigadores se dirige no a la destrucción de las ideas viejas, sino a la aclaración de sus fuentes, en ocasiones, para poder avanzar en las nuevas mediante la profundización y fundamentación de los conceptos y principios. Por tanto, el nuevo resultado surge como una consolidación de lo
  • 10. 10 anterior; de ahí que el éxito en el descubrimiento de lo nuevo radique en la asimilación profunda de las riquezas creadas. Lo nuevo se debe entender no sólo como el producto acabado, sino además como la capacidad resultante, la nueva potencia que amplía el horizonte de la actividad. La creación le da al hombre la posibilidad de realizar su propia esencia como conjunto de relaciones sociales. Salir de los límites en que se encuentra un sujeto no es la negación absoluta de la esencia propia sino la realización de la misma. La negación se refiere al aspecto que se renueva. La acción del hombre se orienta hacia aquella realidad en que está incluido y se presupone que la propia creación expresa la interrelación dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo. En el propio objeto de creación, siempre actúan las necesidades que se pueden ajustar de acuerdo con el objetivo trazado. Sólo esto es lo que hace posible la creación. Cada momento de la creación es una brecha de salida de lo subjetivo y puede provocar hasta la objeción de su realización por razones objetivas. En este caso, el hombre transforma la realidad actuando productivamente con sus fuerzas subjetivas; crea nuevas formas, nuevos objetos. ¿Es posible que sin acumular experiencia, se pueda lograr un resultado creador? Si se reflexiona sobre el particular se puede argumentar que un acto creador puede ser síntesis de las mejores tradiciones con una proyección de futuro, hacia el progreso, o sea, con una proyección social positiva, como expresión de la integración de lo objetivo y subjetivo de cultura. Los procesos creadores descubren y expresan momentos específicos de relación del hombre con la realidad en cuyas transiciones dialécticas se obtienen los nuevos resultados. Como plasmación de un movimiento progresivo en línea ascendente, no niega el avance y el retroceso ni la dialéctica de lo productivo y reproductivo donde se integra el movimiento de lo inferior a lo superior. Ahora bien, ¿cuáles son los rasgos de un hombre creador? ¿Le hace falta al maestro conocerlos?, ¿para qué? Claro está que conocer o determinar esos rasgos, lo ayudan en la organización de actividades docentes que permitan estimular e incrementar su formación, además de condicionar su propio trabajo creador en el sentimiento de estimularlo para establecer la adecuada relación alumno maestro, eje central del éxito de la calidad educativa. En discusiones científicas centradas en este tema, se ha concluido que un pensamiento creador se caracteriza por su flexibilidad, por no ser trivial en la toma de decisiones, por saber asimilar críticamente las vías y métodos para lograr resultados siempre a partir de la comprensión y valoración profundas de la realidad (Furmanov. l984). Los autores (Bojalil, 1981, García, J. 1987, Guilford, J.P. l972, Heller, M, l993, Lowenfeld y Lambert, l96l, Mitjáns, A, l995, Martínez LLantada, M, l990, l994, l995, Prigorov y Yatsenko, L. V., l987, Rodríguez e. m. L987, 1995, Torrance, e.p. 1969) valoran una serie de características generales y particulares que debe mostrar un individuo para que sea creador: algunos las definen como capacidades, otros como habilidades y los terceros simplemente las llaman rasgos. Entre ellos se encuentran los siguientes: originalidad,
  • 11. 11 curiosidad, pensamiento divergente, espontaneidad, flexibilidad, sensibilidad, productividad, libertad, perseverancia, excentricidad, capacidad para descubrir lo nuevo, de ver nuevas relaciones, temeridad para desafiar lo complejo, capacidad para reestructurar las cosas, eficacia, tenacidad, gusto por el cambio, independencia. En estos criterios se advierten elementos positivos y otros que no lo son. La orientación debe ser (si se trata de algo que tiende a lo nuevo, que tiende al progreso) valorar las actitudes, los rasgos, los sentimientos, las capacidades, las habilidades en sentido positivo. Se hace necesario, modernamente, buscar vías para aumentar la cultura de pensamiento, su adecuado enfoque, formar el estilo de pensamiento que necesita la actual sociedad sin mistificar elementos tales como lo racional, la inspiración, la intuición, la tensión psíquica, la insatisfacción teniendo en cuenta que la creatividad no es exclusiva de genios, de seres con capacidades excepcionales, sino que todos los hombres pueden ser creadores si son educados para ello. Quiere decir que la educación no se contrapone a la creatividad como piensan algunos sino todo lo contrario, puede y debe contribuir a ello. Quedan entonces planteadas las interrogantes: ¿Cómo puede la educación contribuir al desarrollo de la creatividad?, ¿Cuáles son los criterios pedagógicos más avanzados en esta dirección? Al analizar el proceso educativo integralmente se advierte que se utilizan conocimientos acabados, logrados por otros hombres y se tiende a mantener esos conocimientos y experiencias hasta transformarlos en estereotipos, en patrones. En esto consiste la parte conservadora del proceso docente. Pero, a la vez, este proceso tiene una tendencia creciente de interacción de los sujetos que en él actúan: el profesor y los estudiantes. Esta interacción supone un carácter creador que incluye el planteamiento y solución de problemas y tareas. "El aprendizaje, como la creatividad es un proceso interno de la persona, al cual el educador no puede acceder directa ni exhaustivamente; pero, a la vez, es un proceso que tiene condiciones que se pueden propiciar, controlar y evaluar. La posibilidad de la creatividad reside, por una parte en el individuo y, por otra, en sus circunstancias y en su contacto con los hombres", (1) con la cultura. A través de la cultura el hombre acumula información, tradiciones, experiencias que le van a servir de base para su actividad creadora. La actividad creadora está presente en la cultura; cuando ésta avanza, se favorecen los niveles de creatividad. La cultura, como labor creativa, incluye los resultados objetivados de la actividad creadora y las fuerzas y capacidades subjetivas del hombre. El proceso creativo implica la transformación del medio y, por tanto, del individuo, en el que se anota lo que se aprende y las habilidades para abordar y solucionar los problemas de manera diferente. De ahí su relación con el proceso de aprendizaje. Es similar la vía y los instrumentos que se utilizan son los propios componentes del proceso docente educativo siempre que se organicen en función de ese objetivo. Cuando surgen necesidades se tiende a una actividad reflexiva, se desarrollan habilidades que enfrentan a nuevas situaciones y se transforma la personalidad. El hombre se puede tropezar con tareas en la actividad teórica y práctica para las cuales, las estructuras operacionales y
  • 12. 12 cognoscitivas de su pensamiento ya no tienen métodos ni conceptos idóneos y por tanto, tienen que buscar nuevos métodos y conceptos. Los procesos cognoscitivos que ponen al descubierto esas relaciones y resuelven esas tareas se refieren al pensamiento creativo. No se trata sólo de utilizar las imágenes, significados, representaciones, sino las nuevas propiedades de la realidad que dan nuevas posibilidades de transformación. El pensamiento creativo no puede ser estereotipado, debe abarcar la realidad con todas sus relaciones y no sólo, las fijadas en conceptos, sino las nuevas que puedan surgir adecuadas a ese fin. Un proceso docente creativo debe ser imaginativo, combinar métodos, ideas y materiales viejos y nuevos y además ser integrador, enseñar a descubrir relaciones reforzando la iniciativa. El individuo debe ser capaz de orientarse en acciones subordinadas a su cultura y a su concepción del mundo y debido a que la educación es la encargada de formar el sistema de acciones y orientaciones para el hombre que necesita la sociedad, hay que elaborar el sistema de acciones pedagógicas orientadas de forma integral para que el individuo pueda organizar su conducta y autodirigirse. Por eso, la enseñanza debe crear, por una parte hábitos estereotipados, habilidades y conocimientos; pero al mismo tiempo, la base para la posible necesidad de negarlos al buscar otros conocimientos y métodos de acción más adecuados en un caso dado. El proceso creativo implica la transformación del medio, por tanto, del individuo, en el que se anota lo que aprende y las habilidades para abordar y solucionar los problemas de manera diferente, quiere decir que un proceso docente creativo debe ser imaginativo, combinar ideas, métodos y materiales viejos y nuevos y además ser integrador, y enseñar a descubrir relaciones reforzando la iniciativa, ya que la simple asimilación de conocimientos acabados no propicia la creatividad. La creatividad como potencialidad y facultad de los seres humanos, se encuentra determinada, por un lado, histórico-social y culturalmente y por otro, psicológicamente, lo cual conforma una serie de condiciones que permiten el desarrollo de la capacidad creativa, o su deterioro, según sean manejados todos los elementos que integran el proceso. Se ha expresado por diferentes estudiosos del problema que el proceso creativo supone la aparición de producto, ideas, objetos, originales, a partir de una relación que surge, por una parte, del carácter único del individuo y por otra, de los materiales, acontecimientos, personas o circunstancias de su vida. El móvil de la creatividad, en última instancia, es la tendencia del hombre a la expresión de todas las capacidades de su personalidad, pero dicha tendencia, "puede quedarse profundamente enterrada bajo capas de defensa psicológicas sedimentadas, o bien ocultarse tras máscaras elaboradas que niegan su existencia", según comenta Carl Rogers, a lo cual añade que "la creatividad existe en todos los individuos y solo espera las condiciones precisas para liberarse y expresarse". Este mismo autor se refiere también de las condiciones internas que, según él, se asocian más íntimamente con todo acto creativo. Estas son, a su juicio: ♦ La apertura a la experiencia, como cualidad que se opone a la actitud psicológica de defensa. En una persona abierta a la experiencia, cada estimulo se transmite con
  • 13. 13 mayor facilidad a través del sistema nervioso, sin sufrir deformaciones por los procesos de defensa. El estímulo puede originarse en el ambiente y asumir el aspecto de un impacto de forma, color o sonido, sobre los nervios sensoriales. ♦ Un foco de evaluación interna: quizás la condición fundamental de la creatividad sea, que la fuente o lugar de los juicios evolutivos deben residir en el individuo mismo. Así, la base de la evaluación está presente en él, sin olvidar del todo el juicio de los demás. ♦ La capacidad de jugar con elementos y conceptos: esto quiere decir que deben existir exploraciones libres que surjan de la intuición, la visión nueva y significativa de la vida, lo que se asocia a la capacidad de jugar espontáneamente con ideas, colores, formas y relaciones, aventurar nuevas combinaciones de elementos, dar forma a hipótesis absurdas, convertir lo dado en un problema, expresar lo ridículo, traducir una forma en otra, transformar en improbables las equivalencias. En cuanto a las condiciones externas que promueven la creatividad y enriquecen a las condiciones internas, este autor se inclina a pensar que creando condiciones de seguridad y libertad psicológica, se eleva al máximo la posibilidad de que surja la creatividad. No obstante, es preciso analizar que como condiciones externas revisten una importancia capital la existencia de necesidades que posee todo ser humano y su tendencia natural a satisfacerlas. Estas necesidades son de variada naturaleza, pues van, desde las que se refieren a su propia subsistencia, como a las necesidades espirituales, como pueden ser, las referidas a la satisfacción personal, del estímulo a las acciones, el logro de un equilibrio estético, de gustar a sus semejantes, de ser admitido en el colectivo, entre otras. La seguridad psicológica de que se estimulará la creatividad puede establecerse, en el ámbito de la escuela, según plantean diversos autores, mediante determinados procesos, que son, entre otros: la aceptación que un maestro siente básicamente por ser valioso por derecho propio y en su propio desarrollo, actitud que puede ser genuina cuando el maestro (o el padre de familia) capta las potencialidades del escolar y puede depositar en él una fe incondicional, cualquiera que sea su estado actual; la creación de un clima carente de censura, que se manifiesta cuando se deja de juzgar al otro individuo en función de los criterios propios de evaluación; la comprensión empática, que se evidencia al procurar entender la conducta de un estudiante y a él mismo, desde su propio punto de vista. En estos reside el estimulo básico de la creatividad, según diversos criterios de la ciencia psicológica en la actualidad. En cuanto a la libertad psicológica, se plantea que debe permitirse a los niños, libertad para pensar, sentir y ser, exteriorizando lo que guarda en lo más profundo de sí mismo, pues esto estimula la apertura y el juego espontáneo con los conceptos y los significados, todo lo cual forma parte de la creatividad. En nuestra opinión, el papel del docente en el desarrollo de una actividad pedagógica profesional más creadora, impone nuevos retos, pues la concepción, planificación, dirección y evaluación del proceso docente-educativo se hace más complejo, debido a que no debe dar alas plenas a la espontaneidad de los escolares, sino estructurar clases en las que se trabaje el
  • 14. 14 contenido de enseñanza en una forma diferente: sin el esquematismo y rigor que caracterizaba la escuela tradicionalista, y sin dar una libertad que disocie el pensamiento y la acción de los alumnos y alumnas. Existen autores que plantean que la creatividad es explicable sólo como expresión de elementos estructurales y funcionales de la personalidad, entendiendo a la personalidad como un nivel superior de organización sistémica y relativamente estable de lo psicológico, cuya principal función es la regulación del comportamiento. Por ejemplo, Albertina Mitjáns ve a la creatividad como una “expresión de configuraciones personológicas específicas que, mediatizadas o no por la acción intencional del sujeto, desempeñan un papel esencial en la determinación del comportamiento creativo”. Si nos atenemos a esta concepción psicológica, (que consideramos acertada) el maestro tiene necesidad de conocer profundamente a cada uno de sus alumnos, diagnosticar sus potencialidades y predecir acertadamente los intereses y necesidades que puedan estos poseer. Al hacer un análisis del concepto creatividad, se aprecia que las tendencias de su conceptualización son variadas, así como los métodos para desarrollarla. Ello se debe a que es imposible resumir en una frase, o en un párrafo, todo lo que abarca la creatividad. "Hay quien dice que es a la vez un método, una actitud humana y un proceso mental. Este criterio nos conduce a otro razonamiento altamente importante para los educadores: ¿cómo puede fomentarse? Pensamos que hay que hacerlo no solo desde el punto de vista pedagógico y psicológico, como suele hacerse, sino reforzar los análisis de tipo epistemológico, ético, sociológico y biológico de modo tal que sea multilateral y por tanto, más integral y científico". Otras tendencias en la definición de creatividad en el ámbito educativo, se orientan en varias direcciones; las que se refieren:  A la persona (el individuo, su estilo y particularidades)  Al proceso (hallar relaciones, establecer fases, tipos de operaciones mentales y otros momentos importantes)  Al producto (un resultado nuevo y valioso)  A la novedad (lo original, la nueva relación)  A la situación social (exigencia en la esfera de su desempeño)  A la persona, o sea, al sujeto creador. La tendencia a definir la creatividad sobre la base de la persona, supone que no es posible analizar los problemas de su desarrollo al margen de la educación de la personalidad, específicamente de los recursos personológicos que están en su base y que la hacen posible. De hecho, las regularidades generales de la personalidad y la creatividad se integran en una unidad altamente diferenciada en el individuo concreto, quien es, a su vez, sujeto del acto creativo.
  • 15. 15 Se puede hacer un balance de lo que los diferentes autores plantean, en cuanto a las características de las personas creadoras, como rasgos a tener en cuenta para diagnosticarla y desarrollarla. Ellos son, entre otros, los siguientes: originalidad; fluidez; imaginación; pensamiento metafórico; uso amplio de categorías e imágenes; flexibilidad en la actuación; novedad; pensamiento lógico; capacidad perceptual; construcción de nuevas estructuras; “introducir orden en el caos” preguntar el porqué ante cada nuevo conocimiento; permanecer alerta ante los vacíos y lagunas en el conocimiento; uso del conocimiento como base para nuevas ideas y preferencia por la comunicación extraverbal. Si se tiene en cuenta el enfoque personológico, hay que entender que las cualidades que se le atribuyen a la personalidad de los sujetos creativos, no estarán presentes siempre en igual proporción y se manifestarán también de manera diferente, como se planteaba anteriormente. La creatividad como otros procesos, distingue un amplio sistema de problemas, connotaciones sociales e influencias que se encuentran en el marco del desarrollo de la personalidad y en el propio acto creativo. La secuencia que supone un proceso, se da de forma contradictoria, por lo que incluye lo convergente y lo divergente, lo lógico y lo intuitivo, la oportunidad y la evolución, el denominado “insight” y el período de gestación de la nueva idea. El avance alcanzado por la ciencia y la técnica actualmente, exige hombres mejor preparados, con una mentalidad abierta a los cambios y al desarrollo, que rompan con estereotipos que no permiten avanzar para construir un mundo mejor. Si se transfiere en el concepto abordado anteriormente, el sustantivo hombre por el de maestro, se aprecia con claridad que ese es el maestro al que debe aspirarse, capaz de transformar la actividad pedagógica, para que no predominen rasgos como el formalismo, provocado por la falta de una autopreparación sistemática y el desinterés por descubrir lo desconocido y por incorporarse a las distintas formas de superación. Todo esto trae como consecuencia la baja calidad en el aprendizaje de los escolares, porque no se desarrolla su pensamiento lógico, reflexivo imaginativo y creativo y los contenidos no se trabajan de forma integradora. El formalismo en la actividad pedagógica significa reconocer, en primer lugar, la forma y no el contenido de la actividad; es determinar la forma externa sin que exista una preocupación por la esencia del problema; es el enfocar superficialmente la valoración de la actividad y olvidar sus resultados finales. Entre las formas de manifestación del formalismo en la actividad pedagógica, se encuentra: la falta de atención a la formación y al desarrollo del pensamiento creador independiente en los niños y en los jóvenes, el predominio de la forma reproductiva del pensamiento, así como la falta de atención al contenido de las acciones de los alumnos, de sus inquietudes, de los motivos internos de su conducta y de su actividad en general. Al respecto, S. L. Rubinstein, psicólogo colaborador y discípulo de Vigotsky, expresó que sin la vigilancia del contenido interno de las acciones del niño, la actividad del pedagogo está condenada al formalismo sin solución posible.
  • 16. 16 De forma general, se puede afirmar que muchas de las deficiencias que se presentan en el desarrollo de la actividad pedagógica, son consecuencias de lo que podría denominarse el formalismo en educación. Hasta ahora ha predominado el aprendizaje reproductivo (escuela tradicional), pero, como ha dicho el psicólogo cubano, Dr. Diego Jorge González Serra, muchas voces se han alzado defendiendo la importancia del aprendizaje creador. El aprendizaje reproductivo apela especialmente a la memoria, a la copia o reproducción de lo que ofrece la escuela y el maestro. Consiste en copiar e imitar lo que otros hacen. Este aprendizaje está centrado en el maestro. El aprendizaje creador apela a la inventiva o a la iniciativa del propio alumno, engendra un ambiente problémico y ofrece libertad de creación. El aprendizaje creador parte de los problemas que plantea la escuela al estudiante y de la libertad y aceptación que se le ofrece y que promueve su creatividad, su interés cognoscitivo, su pasión por descubrir la verdad. El aprendizaje creador está centrado en el estudiante y es un aprendizaje interno. El aprendizaje reproductivo es un aprendizaje “externo”. En el aprendizaje reproductivo, el sujeto repite los hábitos, las habilidades y los conocimientos que le aporta el medio social, a través de la escuela y del maestro, mientras que el aprendizaje creador parte de los problemas y las preguntas para los cuales el niño no tiene los conocimientos y habilidades necesarias y que, por tanto, tiene que crearlos o hallarlos por sí mismo. Entre el aprendizaje reproductivo y creador debe existir una unidad dialéctica. Esto se explica porque el aprendizaje humano consiste en la asimilación de la experiencia cultural e histórica aportada por la sociedad y por el maestro (lo cual ocurre en virtud del aprendizaje reproductivo) pero de manera tal, que esta experiencia cultural sea recreada y creada, reconstruida y construida subjetivamente por el individuo que aprende, lo cual ocurre en virtud del aprendizaje creador. Ambos procesos de asimilación y de creación se pueden producir simultáneamente, ora predominará lo reproductivo, ora lo productivo. Por tanto, entre la enseñanza centrada en el profesor y la enseñanza centrada en el estudiante, debe existir una unidad dialéctica, en la cual la tarea del maestro, es pasar de la una a la otra, o sea que el escolar asimile creadoramente los contenidos que se desarrollan en la clase, y no los reproduzca simplemente, sino que se combinen la asimilación reproductiva con la productiva. Debe lograrse, pues, la integración armónica de las necesidades, los intereses, el grado de desarrollo y las características de la sociedad, representados por el maestro, con los intereses, motivaciones, grado de desarrollo intelectual y características de los escolares. En el proceso docente-educativo, el desarrollo del pensamiento de los estudiantes se debe dar mediante la apropiación por ellos, de conocimientos, habilidades, hábitos, sentimientos y actitudes, que le sirvan para proyectarse en el futuro, es decir, en el vínculo de la teoría con la práctica.
  • 17. 17 En la actividad se revelan y objetivan las fuerzas esenciales del hombre y se revela su papel creador. La actividad pedagógica es creadora porque a través de sus componentes se manifiesta la forma de cómo en el proceso docente-educativo es posible formar la personalidad, de acuerdo con los objetivos sociales. Cada momento del proceso debe ser un acto de creación, de mayor o menor nivel, aunque las condiciones sean diferentes, en cuanto a estudiantes, lugar, momento y preparación de cada maestro. José Martí, el Héroe Nacional Cubano, definió la acción educativa mediante esta sentencia, que cobra cada vez mayor actualidad: ‘’Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive, es ponerlo al nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida’’. En este pensamiento martiano está la base de la actividad creadora, porque el deber de la escuela es preparar al niño y a la niña para la vida. El maestro debe conocer bien a sus alumnos, amarlos, perfeccionar constantemente su trabajo, mantenerse informado acerca de lo que es nuevo en la ciencia, cuáles son las experiencias avanzadas; debe crear las condiciones necesarias para fomentar el desarrollo de conocimientos, capacidades y habilidades en sus alumnos, tales que les permitan enfrentar situaciones y saber buscar diferentes vías de solución a cada una. Sin un maestro que se proponga estimular el pensamiento creador, es difícil propiciar el aprendizaje de los alumnos, lo cual se refiere a que tengan amplia cultura, profundos razonamientos, rica imaginación, motivaciones positivas, sólidos intereses y conciencia de las necesidades sociales, así como atención concentrada y aguda, curiosidad insaciable, independencia y auto-organización. Muchos logros pueden ser alcanzados por los maestros y profesores en el encargo social: la preparación integral de niños y jóvenes para el trabajo creador que la sociedad requiere para su futuro es un resultado que resulta fundamental en el momento actual, pues elevar más que nunca la calidad del trabajo es una necesidad. Esta etapa exige de todos los educadores un trabajo más sólido, más profundo, para que la escuela alcance niveles cualitativamente superiores, urgidos por los vertiginosos avances de la Revolución Científico-Técnica. Hay que comprender la existencia, en la actualidad, de condiciones objetivas que avalan a la escuela en el cumplimiento de sus funciones, pero no es menos cierto que algunos factores, principalmente de carácter subjetivo, conspiran a veces contra el proceso docente-educativo, entre ellos el grado de conciencia del educador acerca de cuál es su papel y cómo desempeñarlo y el nivel de exigencia y control que tenga en el cumplimiento de las normas establecidas. Cuando un maestro trasmite a sus alumnos conocimientos y, al mismo tiempo, los estimula a que los hallen de forma independiente fomentando también convicciones, está desarrollando al mismo tiempo su conciencia, y su conducta humanista, pues no sólo le está preparando para la vida en la sociedad, sino también desarrollando su personalidad, fomentando valores y sentimientos humanistas.
  • 18. 18 Es importante también, la preparación del maestro, en cuanto al dominio de los contenidos de las materias que desarrolla, así como la metodología de su enseñanza- aprendizaje. Por ello, resulta de gran valor el perfeccionamiento de su actividad pedagógica. El maestro no sólo instruye y educa, sino que en la actividad, también se forma y educa a sí mismo, y el alumno no sólo aprende y es educado, sino que también se forma y educa en la actividad. En este sentido, la actividad pedagógica es siempre un proceso de autoformación y auto educación, correspondiendo al maestro el papel dirigente, el que desempeña en virtud de su responsabilidad social, de su madurez humana y de su capacidad pedagógica. La autopreparación constituye la base de la cultura de los maestros, por ello, es necesaria la dedicación constante al estudio y a la investigación. En la medida en que un maestro esté mejor preparado y domine los contenidos que imparte, podrá dar buenas clases, creará en los alumnos el deseo de saber, de investigar, y desarrollará capacidades y habilidades fundamentales para el estudio independiente. El buen maestro conoce las capacidades creadoras de sus alumnos, y utiliza formas variadas para activarlas y hacerlas útiles a la enseñanza. Es importante en la autopreparación del docente, además del proceso, su resultado, el cual se manifiesta en el aumento de la calidad y de la efectividad de la actividad pedagógica. Es por este resultado final que hay que juzgar si el maestro está estancado en el mismo lugar, o si avanza constantemente, ampliando su horizonte científico y cultural. Un maestro, al preparar sus clases, debe plantearse interrogantes como las siguientes: ¿con qué métodos, y qué actividades podría lograr que los alumnos estén activos, que participen con buena atención y ofrezcan respuestas que evidencien el desarrollo de su pensamiento lógico? Al observar las clases de otros maestros o al autovalorar las propias, es importante no partir solamente del análisis de los aspectos externos de este proceso. Por ejemplo, no se debe analizar solamente si el maestro se expresa con corrección y exactitud, la forma en que escribe en el pizarrón y su aspecto personal. Todos estos elementos son importantes, pero es imprescindible penetrar en la esencia de la actividad pedagógica, en su estructura lógica, en el análisis del cumplimiento con calidad de los objetivos, de su correspondencia con el contenido, la comprobación del nivel de asimilación de los conocimientos por los alumnos, las habilidades y hábitos alcanzados, si los alumnos se sienten motivados o no por conocer lo desconocido y si el maestro fue capaz de aprovechar al máximo los medios de enseñanza de que dispone o que ha buscado para apoyar los métodos empleados. En los inicios del siglo XXI, no es posible enfrentar el fenómeno educacional sin una plena conciencia de que la necesidad de la creatividad es más que nunca, vital. Las personalidades que demanda el mundo actual requieren de capacidades para aplicar conocimientos y habilidades a nuevas situaciones, pues los alumnos deben aprender a ver los problemas en condiciones conocidas y no conocidas, ser capaces de determinar las funciones nuevas de su objeto de estudio, en fin, requieren de una actividad crítica,
  • 19. 19 con enfoques integrales que generen ideas; por consiguiente, los tiempos actuales requieren de personalidades creadoras. ‘’La educación –afirma la UNESCO- está llamada a devenir cada vez más, una empresa que trate de liberar todas las potencialidades creadoras de la conciencia humana. En nuestros días, centenares de millones de hombres se encuentran paralizados en dos componentes de su praxis creadora: la acción y la reflexión. Una visión deformada del hombre y del universo, la ignorancia, la violencia y la psicosis colectiva de que son objeto desarrolla en ellos una interacción mutuamente destructora de la acción y reflexión crítica”. Por último, es conveniente analizar esta valoración de la UNESCO que aparece en el informe titulado “APRENDER A SER”, emitido en 1972: “El hombre se realiza en y por su creación; sus facultades creadoras se encuentran, en un mismo tiempo, entre las más susceptibles de ser cultivadas, las más capaces de desarrollo y de adelanto y las más vulnerables, las más susceptibles de retraso y estancamiento.” Se han presentado, a grandes rasgos, algunas ideas y tendencias que se manejan actualmente acerca de la creatividad; no obstante, es preciso que se valoren las definiciones que se han emitido del fenómeno, pues es en estos momentos en que podemos cuestionarnos: ¿de qué se trata?; ¿qué estamos estudiando? Existen más de 300 definiciones aceptadas todas como válidas (hay que recordar que se trata de un fenómeno que recién comienza a estudiarse, aunque es tan viejo como la propia humanidad). Pues bien, le invito a que conozca una mínima parte de dichas definiciones acerca de la creatividad: • Potencialidad transformadora de la persona, basada en un modo de funcionamiento integrado de recursos cognitivos y afectivos, caracterizado por la generación, la expansión, la flexibilidad y la autonomía. (América González Valdés, Cuba, Proyecto PRYCREA, 1994) • Tipo de actividad humana compleja, encaminada a la creación de nuevos valores materiales y espirituales. (Yakov A. Ponomariov. Soviético, 1970) • Tipo de actividad encaminada a resolver tareas especiales, que se caracteriza por lo novedoso y no tradicional. (A. Newell, 1965) • Proceso de descubrimiento o de producción de “algo nuevo”, que cumple exigencias de una determinada situación social, en el cual se expresa el vínculo de los aspectos cognitivos y afectivos de la personalidad. (Albertina Mitjáns Martínez, Cuba 1993) • Es una capacidad, un componente estructural de la personalidad y tienen orígenes y características sociales (...), es una capacidad posible de desarrollar en todo ser humano, cuya base se encuentra en la necesidad de información. (A. Zmud, 1993) • Es la plataforma que posibilita la calidad y la solución de problemas a través de la dinámica grupal; es como la energía que pone en movimiento el potencial humano para resolver problemas y mejorar la actuación de los grupos; la creatividad no es
  • 20. 20 una entelequia, sino un potencial personal y grupal que se proyecta en cualquier actividad. (Saturnino de la Torre, España, 1993) • Aquel proceso o facultad que permite hallar relaciones y soluciones novedosas partiendo de informaciones ya conocidas. Abarca no solo la posibilidad de solucionar un problema ya conocido, sino también implica la posibilidad de descubrir un problema allí donde el resto de las personas no lo ven. (Felipe Chibás Ortiz, Cuba, 1993) • Proceso humano de producción de algo nuevo, original, adecuado y valioso, dirigido a la solución y/o detección de problemas, en cuya expresión y desarrollo intervienen componentes cognitivos, afectivo-motivacionales y las interacciones significativas que el sujeto establece. (Francisca Morales Quevedo, Cuba, 1996) • Es el proceso de la personalidad mediante el cual la persona produce o construye otros procesos, ideas, elementos nuevos y originales en dependencia de su situación social de desarrollo. (Gloria Fariñas León, Cuba) • Es la capacidad que le permite al hombre la producción de algo nuevo, pero valioso para la sociedad. (Omar Torres Rodríguez, Cuba) • Es el proceso y resultado de un proceso donde se obtiene algo nuevo para el sujeto o la sociedad, en donde tiene que ver además de lo cognitivo, lo motivacional. (Elvira Caballero, Cuba) • Es una expresión de la personalidad que se manifiesta como un proceso (consciente o inconsciente), que conduce a la producción de algo nuevo y contribuye al progreso social. (María Iliana Osorio Guzmán, México, 1998) • Manifestación de las capacidades humanas, dirigida a la detección y solución de problemas muy vinculados con las necesidades, intereses y motivos de cada sujeto, y que produce algo original, eficaz y pertinente, que satisface a la persona creadora y a quienes conviven con él o ella. (Adania Guanche Martínez, Cuba, 1998) Para Mauro Rodríguez Estrada, autor mejicano, además de considerar a la creatividad como la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas, también es: “Una constelación de rasgos psíquicos, intelectuales y caracterológicos inherentes a todo ser humano, y susceptibles de educación y desarrollo”. (Mauro Rodríguez Estrada, en Manual de Creatividad, Editorial Trillas, México, 1988) Plantea además, que la creatividad más que una agudeza intelectual o que una habilidad, es la actitud ante cualquier situación o aspecto de la vida, y contrapone a la creatividad lo que es un hábito, diciendo que el hábito es repetición, la creatividad es cambio. El hábito es lo conocido, la creatividad es lo nuevo. El hábito es la seguridad, la creatividad es el riesgo. El hábito es lo fácil, la creatividad es lo difícil. El hábito es la inercia, la creatividad es el esfuerzo. Además, aunque parezca paradójico, para ser creativo hay que ser rutinario, pues hay que encomendar a los hábitos las mil pequeñas acciones, que por su misma naturaleza, se prestan a ser mecanizadas y automatizadas
  • 21. 21 de tal modo que solo así dejamos libre nuestra energía para todas aquellas cosas que realmente valen la pena. Continúa planteando Osorio Guzmán, más adelante: Para J. Guilford, la creatividad parte de un pensamiento con ciertas cualidades como son: la sensibilidad a los problemas, la capacidad de análisis y síntesis, de redefinir y de organizar, además de la capacidad estimativa. Destaca entre estos rasgos, también a la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y la viabilidad. Varios autores coincidimos en enumerar una serie de rasgos con los que cuenta un sujeto creador. Entre estos los fundamentales son la originalidad, la espontaneidad, la eficacia, la tenacidad, la independencia, la flexibilidad, la capacidad de ver nuevas relaciones y de reestructurar las cosas, entre otras Claro está que conocer o determinar esos rasgos, ayudan al maestro en la organización de actividades docentes que permitan estimular e incrementar su formación, además de condicionar su propio trabajo creador en el sentido de estimularlo para establecer la adecuada relación alumno- maestro, eje central de la calidad educativa”. (M. Martínez Llantada: “En torno a la creatividad y su desarrollo”. Folleto IPLAC, 1996) El maestro y la creatividad. Vías para su evaluación El concepto de maestro es muy amplio y enaltecedor. En un sentido amplio es el que sabe de forma magistral sobre una rama del saber, el que más sabe y conoce los secretos de esa rama. En el sentido estrecho, es aquel que se dedica a la educación y a la enseñanza de manera profesional para lo cual domina habilidades, conocimientos hábitos y valores que forma en los alumnos. Para ello, como planteara Fidel Castro: “no puede tener métodos artesanales y rudimentarios, sino ser capaz de orientarse independientemente como un intelectual revolucionario que toma partido ante los problemas y es capaz de hallar soluciones desde la ciencia y desde la ideología” (Castro, F.: 1975) De ahí la necesidad de su alto nivel profesional y compromiso social y político. En el Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI presidida por J. Delors, se plantean, concretamente, las exigencias que el siglo XXI demanda a la educación: por un lado la revolución de la información y por otro, no dejarse sumergir en ella de forma acrítica conservando el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos (Delors, 1996) Así se define que la verdadera educación para el siglo XXI no sólo debe proporcionar la reserva de conocimientos necesarios al individuo, sino la forma de lograrlos sin límites para toda la vida. De ahí los llamados cuatro pilares básicos de la educación para el siglo XXI o “aprenderes” fundamentales: Aprender a conocer→ Para adquirir los instrumentos de comprensión Aprender a hacer→ Para poder influir en el entorno Aprender a vivir juntos→ Para poder cooperar y participar Aprender a ser→ Síntesis creadora
  • 22. 22 En la realidad, predomina el primero de los saberes. ¿Cómo lograr el resto? ¿Qué debe hacer el maestro para lograrlo para toda la vida? A nuestro modo de ver, lo logra a partir de su actividad creadora. Consideramos que la actividad pedagógica profesional en esencia es creadora, como lo definió José Martí. El aprender a ser como síntesis lo revela ya que, a nuestro modo de ver, expresa la máxima potencialidad humana de cada persona, que por sí misma puede y debe descubrir, despertar e incrementar. Cada uno de estos llamados pilares de la educación hacia el siglo XXI plantea nuevos desafíos a la labor del maestro. Cuando se habla de aprender a conocer, para adquirir los instrumentos de comprensión se debe tender al logro del dominio de los instrumentos del saber como medio y fin de la vida. Como medio para aprender a comprender el mundo con vistas a vivir con dignidad y desarrollar capacidades profesionales y como fin para disfrutar el placer de comprender, de descubrir. Para lograrlo, ¿cuál sería el papel del maestro?: despertar la curiosidad intelectual, estimular el sentido crítico, propiciar vías para descifrar la realidad, favorecer la autonomía del juicio. En una palabra, proporcionar a los alumnos, los instrumentos, conceptos y modos de referencia resultantes del progreso científico. Aprender a conocer implica aprender a aprender, desde la infancia y para toda la vida. Aprender a conocer supone, además, el ejercicio de la atención, de la memoria y del pensamiento mediante formas diferentes que diversifican la actividad pedagógica profesional del maestro. No hay que engañarse y pensar que la memoria no hace falta ante las nuevas tecnologías y ante la necesidad del desarrollo de la creatividad en el nuevo milenio. Hay que entrenarla y de igual forma el pensamiento, articulando lo abstracto y lo concreto y recordando que la lógica es la ciencia del pensamiento y que en la unidad de lo formal y lo dialéctico está la clave de un buen aprendizaje. Cuando se habla de aprender a hacer para poder influir en el entorno hay que entenderlo indisolublemente ligado al anterior puesto que para hacer algo hay que conocer. ¿Cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos? ¿cómo vincularlo con la vida desde las edades más tempranas? ¿cómo aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías? ¿cómo no divorciarlo de los valores humanos universales que deben caracterizar al individuo? El progreso científico técnico modifica fundamentalmente el carácter del vínculo teoría práctica. La máquina no sustituye al hombre, sin él, ella no existiría ni se avanzaría todo lo necesario. La competencia en la actualidad y en el próximo siglo adquiere otros ribetes. La formación del individuo técnica y profesionalmente no se puede divorciar de su comportamiento social, ni de sus aptitudes para trabajar en equipo, ni de su capacidad de iniciativa y de asumir riesgos, pues es el principal agente de cambio. La interacción entre los individuos debe cuidarse en el proceso de alta tecnificación, pues puede perderse la propia esencialidad humana. Una máquina no puede intuir, no puede crear un espíritu de equipo, una máquina no puede sentir, ni se solidariza, no asume posiciones éticas.
  • 23. 23 Es claro que, en todos los estudios realizados, se plantea que el futuro se vincula a la adquisición de la cultura científica que permita acceder a las modernas tecnologías, pero no se puede descuidar el desarrollo de las capacidades creadoras y de innovación ni permitir una subordinación absoluta a las ventajas de la tecnología que subsuman al ser humano en una incertidumbre o callejón sin salida. Hay que aprender a hacer para poder crear el futuro. En ello, la práctica es la piedra angular. ¿cuál sería en este caso el papel del maestro?: Establecer adecuadamente la vinculación de la teoría con la práctica sobre todo a partir de los métodos que emplee en el proceso docente educativo, desarrollar las habilidades de los estudiantes encaminando su labor creadora y perfeccionar infinitamente su capacidad profesional. En el caso de aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás, para poder cooperar y participar se presenta el problema de cómo ayudar a favorecer la paz, a solucionar los conflictos y fomentar el intercambio cultural, además de combatir la violencia. En este caso la educación, en la persona del maestro, debe lograr “enseñar la diversidad” de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y de la interdependencia entre todos los seres humanos. Desde las más tempranas edades, en la escuela hay que aprovechar esas circunstancias. Se debe fomentar el sentimiento de empatía, hay que descubrir al otro a partir del conocimiento de uno mismo, hay que lograr armonía con la familia y con la comunidad en el trabajo de la escuela. ¿Cuál sería en este caso el papel del maestro?: Su forma de enseñar debe tener esto en cuenta y en su interrelación subjetiva, con otros compañeros, con los padres y con los alumnos, se debe propiciar el espíritu crítico ante lo mal hecho, despertar la curiosidad, aceptar la alteridad y hacer frente a las tensiones inevitables entre los seres humanos con un espíritu altruista mediante el diálogo, el intercambio de argumentos. Esto promueve la cooperación, la formación de una personalidad superior, la que requiere el nuevo siglo de manera de lograr la síntesis: aprender a ser. Esto implica el logro de la integralidad del ser humano. La educación debe contribuir a ello, al desarrollo de cada persona, de su cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Cada persona debe ser íntegramente capaz de tener un pensamiento autónomo y crítico, de elaborar un juicio propio, de determinar por sí mismo qué hacer ante cada disyuntiva con una orientación valorativa correcta, hacia el progreso. El desarrollo de los medios de comunicación, su poder puede llevar a un proceso de deshumanización que es preciso prevenir. En el siglo nuevo que entra, el peligro se hace mayor, por eso hay que preparar a los niños y jóvenes para que tengan puntos de referencia permanentes que les permitan comprender el mundo que les rodea y participar en él de forma responsable y justa. ¿Cuál debe ser el papel del maestro?: Promover la libertad en el pensamiento a partir de firmes convicciones, lograr sentimientos que orienten al individuo para defender su naturaleza humana y a favor del progreso social, no de su autodestrucción. Todo ello a
  • 24. 24 partir de la unidad de lo diverso, de favorecer la creatividad sobre la base de su identidad y de sus recursos. Es preciso desarrollar al máximo las potencialidades del individuo para ayudar al desarrollo del nuevo siglo, puesto que: “El desarrollo tiene por objetivo el despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos; individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños” (UNESCO 1972). El trabajo del maestro para ello debe ser a la vez, individual y colectivo para que florezca mejor la personalidad. La actividad profesional del maestro debe lograr en los jóvenes, sólidos conocimientos científicos y técnicos en correspondencia con el desarrollo social, con hábitos y convicciones que los hagan dignos de la época que les tocó vivir. De los pilares básicos analizados, se desprenden valores específicos tales como el amor al trabajo, a su patria, a la familia, la honestidad, la solidaridad y cooperación, la justicia social y la disciplina, la responsabilidad ante el futuro y la necesidad de participación consciente en los destinos del país. ¿Cómo lo puede lograr el maestro? En la Carta del Maestro Latinoamericano elaborada en el Seminario Regional de la UNESCO (Compilación editorial 1995) se señalan sus condiciones y obligaciones fundamentales que nos ayudan a valorar su papel en nuestro contexto, la fuerte relación que debe existir no sólo entre maestros y alumnos, sino entre los maestros entre sí y sus directivos, con la familia y la comunidad. A ello colabora su adecuada preparación. La calidad de su trabajo y su propia autoproyección garantizan el éxito. Ese proceso de autorreflexión permanente es el mejor tamiz para determinar que estamos cada uno en presencia del maestro necesario en el nuevo siglo. Todo lo aquí analizado nos permite asegurar que para lograr los objetivos sociales que demanda en nuevo siglo el maestro, ante todo, debe manifestar su propia naturaleza esencial: su carácter creador. En el proceso educativo se forma la actividad creadora sobre la base de la propia experiencia social. Para ello, el maestro debe crear un ambiente propicio mediante las relaciones interpersonales que se establezcan, respetando el trabajo individual de los estudiantes cuando los enseña a aprender, abierto al cambio, retomando ideas y conminando a sus alumnos a buscar soluciones en clases reflexivas que planteen problemas para investigar. Se ha dicho que el mal maestro ofrece la verdad ya elaborada a sus alumnos y que el bueno los ayuda a encontrarla. Lo cierto es que un maestro con bajo nivel de creatividad no puede ayudar mucho a sus estudiantes a que desarrollen altos niveles creativos. Para lograr el desarrollo de la creatividad en el proceso educativo, el maestro debe conocer a sus alumnos, amarlos, perfeccionar constantemente su trabajo, estar al día en qué es lo nuevo en su ciencia, cuáles son las experiencias de avanzada, debe crear las condiciones necesarias, la base material, propiciar las condiciones psicológico morales necesarias, dar libertad de acción aunque la regule. Es una realidad comprobada que generalmente el nivel de creatividad del maestro condiciona el de los alumnos en mayor o menos medida, con amplia cultura, profundos razonamientos, rica imaginación,
  • 25. 25 motivaciones positivas, sólidos intereses y conciencia de las necesidades sociales, atención concentrada y aguda, curiosidad insaciable, independencia y auto-organización. El maestro que quiere desarrollar más la creatividad debe desarrollar a su vez, capacidades comunicativas, organizativas, que se encaminen a asimilar racionalmente y aplicar operativamente la información para regular la dirección de la actividad del alumno. Lo logra convenientemente cuando no da las verdades como conocimientos perfectos y acabados, sino cuando despierta curiosidad en el estudiante y lo conduce a niveles diferentes por su propia actividad, cuando les muestra las contradicciones de la vida y que la solución esta allí mismo; pero que hay que encontrarla. El proceso de enseñanza debe ser abierto si el profesor, al exponer su material, influye en el estilo de pensamiento del estudiante provocando que él piense, que lo siga, enriquece el pensamiento del estudiante. El trabajo conjunto debe conducir al descubrimiento del conocimiento, es la vía para la formación de la personalidad creadora. Aquí se hace necesario recordar algunas reflexiones de Félix Varela: "Sin pretender dirigir a los maestros, espero que no llevarán a mal una insinuación que es fruto de la experiencia de algunos años que consagré a la carrera de la enseñanza, y redúcese a hacerles observar que mientras más hablan menos enseñarán y que por tanto, un maestro debe hablar muy poco; pero muy bien, sin la vanidad de ostentar elocuencias, y sin el descuido que sacrifica la precisión. Esta es indispensable para que el discípulo pueda observarlo todo y que no sea un mero elogiador de los brillantes discursos de su maestro sin dar razón de ello. La gloria de un maestro es hablar por la boca de sus discípulos."(Varela, F , ed. l946). Siguiendo estas recomendaciones de Félix Varela se puede educar en el proceso docente esas actitudes del estudiante con vistas a que se desarrollen adecuadamente en función de las necesidades contemporáneas. Las investigaciones han demostrado que cuando esto se logra, los discípulos son capaces de pensar y actuar de forma independiente, de comprender con más profundidad su papel y después como productor o trabajador en general, además de manifestar tesón, disposición a arriesgarse, rapidez para detectar los problemas, velocidad para resolverlos sin ser esquemáticos teniendo conciencia plena de las demandas sociales y una disposición correcta para acudir a ellas. Ello se logra cuando no se dan enfoque estandartizados en la solución de los problemas, se elaboran métodos y formas que se avengan a las condiciones, es efectiva la utilización de las experiencias en nuevas situaciones, se perfecciona lo conocido en correspondencia con las nuevas tareas, se aprecia más de una variante en la solución de los problemas, se transforman recomendaciones, metodologías y tesis teóricas en acciones pedagógicas concretas. Ahora bien, no se puede contraponer lo normativo y lo creador de forma absoluta ni pensar que las regulaciones frenan la búsqueda creadora, no es anárquico y sin control sino la selección científica argumentada de lo mejor de lo posible, eso es lo que colabora al desarrollo del hombre. Las investigaciones han demostrado que cuando esto se logra los estudiantes son capaces de actuar de forma independiente, de comprender con más profundidad, su papel como estudiante, y después como trabajador en general, además de manifestar
  • 26. 26 tesón, disposición a arriesgarse, rapidez para detectar los problemas, velocidad para resolverlos sin ser esquemáticos además de tener conciencia plena de las demandas sociales y una disposición correcta para acudir a ellas.(Melhorn, L, l983) Bloqueos y obstáculos para el desarrollo de la creatividad en el proceso educativo En el trabajo para el desarrollo de la creatividad en educación es necesario tomar en consideración lo que los autores llaman bloqueos o dificultades y obstáculos para promover la creatividad que pueden coexistir con la aplicación de estrategias para lograrla y entonces la limitarán al extremo de impedir su adecuado efecto. Se dan como rasgos y obstáculos, en la persona del maestros el autoritarismo, la normatividad excesiva, el conformismo, la rigidez, la inmediatez, la rutina, el excesivo control. También se habla de bloqueos culturales, emocionales y perceptuales. A los primeros se refieren: el afán desmedido de economía y practicidad, la sanción social de los curiosos, la fe excesiva en las estadísticas, el temor a lo ilógico, la creencia de que no vale la pena buscar, el temor al error. A los segundos refieren: el temor a hacer el ridículo, el aferrarse a la primera idea que se nos ocurra la rigidez del pensamiento o la dificultad para cambiar de opinión, la angustia por triunfar rápidamente el temor a los superiores, la falta de disciplina y de constancia para llevar un problema hasta el final, la falta de voluntad para poner en marcha una solución. Como "bloqueos perceptuales" se mencionan: la dificultad para aislar un problema, la excesiva limitación de un problema con exclusión de su contexto, la incapacidad para definir términos, la incapacidad para definir en todos los sentidos la observación, la incapacidad para distinguir relaciones causales. El hipercriticismo, el excesivo uso de la intuición de forma absoluta son también bloqueos o impedimentos que no permiten lograr un ambiente propicio para la actividad creadora en el proceso docente. Evaluación de la creatividad del maestro El sistema didáctico debe dar amplias posibilidades para poner de manifiesto el dinamismo propio de cada persona. Si se aspira a formar un individuo creador, es preciso brindar al estudiante todas las posibilidades para la autorrealización, autoorganización, autoeducación y autodesarrollo. Por ello, razón tenía E. J. Varona cuando afirmaba: “El maestro debe saber estudiar para que sepa enseñar a estudiar. Aquí está en su germen todo el problema de la pedagogía" ( Varona, E. J. ed. l945). ¿Cómo se puede lograr que el aprendizaje sea más efectivo, despierte más interés y estimule el desarrollo de habilidades y capacidades? El empleo de métodos que enseñen al alumno a aprender haciéndolo vivir experiencias intelectuales estimulantes que reorganicen la información de una manera lógica y científica, al mismo tiempo que desarrrolle una serie de habilidades, capacidades, procesos intelectuales y cualidades de la personalidad, puede ser una vía para resolver este problema. Sin lugar a dudas, en la solución de estos problemas juega un papel primordial la actividad creadora del maestro. ¿de qué criterios partir para su evaluación? El trabajo científico en el área educativa no se puede reducir a recursos válidos para otras ciencias. Al considerar dentro del objeto de investigación al propio hombre, los
  • 27. 27 instrumentos y métodos a utilizar adquieren características peculiares para lograr científicamente el resultado más objetivo posible. En los últimos tiempos, se ha utilizado lo que ha dado en llamarse investigación cualitativa como una variante de investigación orientada a conocer y evaluar relaciones y mecanismos profundos, sutiles y a veces por diversas causas, escondidos en los in- dividuos para lo cual la obtención de información se hace difícil. Este tipo de investigación es utilizada en investigaciones sociales preferentemente. El investigador pretende esclarecer experiencias humanas subjetivas. Se caracteriza generalmente por comenzar con una observación detallada de los hechos e interpretarlos analizando el comportamiento de los individuos. Debe descubrir la estructura y no imponerla reconociendo significados y contextos en los que opera el individuo. Se analizan sistemáticamente los hechos tal y como ocurren en el sujeto de manera de establecer las relaciones más precisas y las interinfluencias. Claro está que esos elementos no se pueden cuantificar y aunque otros momentos y técnicas de la investigación cualitativa tienen un carácter tan marcadamente subjetivo que llevarían a un resultado no objetivo y, por tanto, no científico, vale la pena buscar la adecuada interrelación entre estas variantes de investigación en el caso de la evaluación de la creatividad en el proceso educativo en que interactúan diferentes sujetos. ¿Qué implicaciones tiene el enfoque cualitativo en la investigación sobre la creatividad? Se puede decir que privilegia los elementos de análisis extraídos de la dimensión cualitativa de los actores sociales y sus interrelaciones en el lugar en que tiene lugar su actividad y además, se puede conocer lo vivido por los individuos subjetivamente a partir de los datos que aportan sus experiencias. Resulta interesante para la investigación sobre el desarrollo de la creatividad, la referencia del sujeto creador en su experiencia íntima vivida porque permite obtener información directa, libre y espontánea del resultado. Además permite la autoevaluación y autorreflexión sobre su actuación lo cual comparado con las observaciones y valoraciones de los otros observadores da posibilidades, no sólo de enriquecer el resultado sino de hacerlo enteramente objetivo aunque parezca lo contrario. Lo que no se puede es depender sólo de las autorreflexiones sino de su "cruzamiento" con el resto de los criterios. Los fenómenos humanos necesitan ser estudiados en sus propios términos y no desde los fundamentos de las ciencias naturales. El pensamiento humano difiere de una computadora que tan exacta es, en que es capaz de prever, de determinar propósitos, buscar metas, comprometerse con una tarea, aumentar voluntariamente el nivel de conocimientos, utilizar las experiencias, adoptar un estilo. También es preciso incluir lo ideológico en la intencionalidad del investigador y las formas axiológicas de actividad de los hombres, tan importantes para su adecuada valoración y enfoques. El sistema metodológico cualitativo permite obtener comprensión y conocimientos básicos en el campo de las ciencias humanas, al estudiar el lado subjetivo y cómo las personas se ven y aprecian su entorno con el objetivo de encontrar un significado y sentido a su actuación en los propios términos en que los sujetos experimentan mediante
  • 28. 28 interpretaciones, descripciones exhaustivas, consideración del contexto y valoraciones personales a partir de su propia actuación. Pero no puede crear sólo ahí, hay factores de orden subjetivo que limitarían la fiabilidad de los resultados. Hay que contrastar cómo esas vivencias, experiencias, intenciones se proyectan y repercuten socialmente para lo cual una metodología dialéctica ayuda de forma insuperable. Quiere decir que sin desconocer la posible relación e impresiones que dan un enfoque determinado al trabajo y tratan de penetrar en él de manera más honda, el interpretar la actividad humana en todos sus momentos, necesidad, interés, fin, medio y resultado además de las interrelaciones dialécticas de causa y efecto, necesidad y casualidad, y otras, darían un enfoque más objetivo al análisis del proceso creador en el quehacer educacional. Valga mencionar que los valores de los seres humanos, sus cualidades y capacidades pueden contrastarse y determinar a la luz de determinados indicadores: si es mayor o menor cada día o en cada período evaluativo. Por otra parte el simple hecho de lograr que más alumnos o más maestros sean más creativos da determinados indicadores que no son precisamente los cualitativos. Por otra parte, de lo que se trata es de incrementar la participación del sujeto en la actividad y de que su resultado sea cada día más efectivo pues la participación implica compromiso, dar de sí, autorreflexiones, influir en el desarrollo, analizar integralmente la realidad a partir de todas sus aristas lo cual implica sentirse parte activa de la realidad y establecer las adecuadas relaciones sujeto objeto y sujeto sujeto, capitales en el proceso educativo. Guía para evaluar el nivel de creatividad de los maestros. En la bibliografía especializada, se discute mucho al respecto, aunque no se da un criterio acabado ni científicamente fundamentado. Existen diversos criterios sobre los cuales se puede llevar a cabo una evaluación de la creatividad en lo que respecta, sobre todo a la elaboración de instrumentos con escalas y procedimientos de obtención de la información que responden a las diferentes tendencias internacionales. Nosotros consideramos que por el carácter del objeto de evaluación esta debe ser global y a partir de una guía de indicadores que se valoren por diversas vías, sin centrarse sólo en el producto o la personalidad creativa, sino en el proceso de análisis que puede integrar, en el caso del maestro, el colectivo, los alumnos y a la autovaloración que el propio docente pueda hacer de su labor para lo cual los indicadores que sirven de punto de partida se pueden adecuar con una escala o no en dependencia de las circunstancias debido a que, dadas las características de la creatividad, dichas escalas no siempre nos permitirían arribar al objetivo de nuestro trabajo. No obstante algunos elementos importantes, combinados en la guía que a continuación explicamos, nos permiten recolectar datos que pueden ayudar a evaluar la creatividad del maestro de manera más efectiva que si empleáramos simplemente alguno de estos instrumentos por aislado. Por tanto es una propuesta que parte de los presupuestos arriba analizados y, aunque posible de modificarse, ampliarse o corregirse, intenta ser estricta y lo más fundamentada posible aunque se pueda adaptar al contexto flexiblemente.
  • 29. 29 Los métodos de obtención de la información pueden ser variados: de entrevista personal para el caso de la consulta a expertos, encuesta dirigida al colectivo docente (directivos y compañeros profesores), y de autoaplicación para los docentes a evaluar y también se utiliza la encuesta en el caso de solicitar la información a los alumnos. El trabajo científico en el área educativa no se puede reducir a recursos válidos para otras ciencias. Al considerar dentro del objeto de investigación al propio hombre, los instrumentos y métodos a utilizar adquieren características peculiares para lograr científicamente el resultado más objetivo posible. Como ya se ha dicho, en los últimos tiempos, se ha utilizado la llamada investigación cualitativa como una variante de investigación orientada a conocer y evaluar relaciones y mecanismos profundos, sutiles y a veces por diversas causas, escondidos en los individuos para lo cual la obtención de información se hace difícil. Este tipo de investigación es utilizada en investigaciones sociales preferentemente. El investigador pretende esclarecer experiencias humanas subjetivas. Se caracteriza generalmente por comenzar con una observación detallada de los hechos e interpretarlos analizando el comportamiento de los individuos. Debe descubrir la estructura y no imponerla reconociendo significados y contextos en los que opera el individuo. Se analizan sistemáticamente los hechos tal y como ocurren en el sujeto de manera de establecer las relaciones más precisas y las interinfluencias. Como se ha analizado, en la bibliografía especializada, se discute mucho al respecto, aunque no se da un criterio acabado ni científicamente fundamentado. Como resultado de un trabajo de indagación y aplicación práctica de un colectivo de investigadores se ha tratado de buscar una solución a este problema. A partir de los criterios arriba esbozados básicamente de carácter epistemológico, se elaboraron los presupuestos para determinar indicadores específicos de la creatividad del maestro y elaborar una guía que ayudara a determinarlo de la manera más objetiva posible. Estos presupuestos se pueden concretar de la siguiente manera: objetividad, solidez de criterios y flexibilidad en las tareas educativas, originalidad en su proyección profesional mediante un desarrollo imaginativo de la labor docente que implique tenacidad en sus esfuerzos e inconformidad con los logros aunque satisfacción con los éxitos. Debe manifestarse la búsqueda de relaciones entre los objetos y fenómenos, enfoque sistémico y sistematicidad y mostrar tendencias a provocar contradicciones, inquietudes que garanticen la búsqueda de nuevas vías de solución. Es básico el conocimiento profundo de la esfera de su acción educativa y que realice sistemáticamente autorreflexiones acerca de los productos de su actividad creadora así como de sus estudiantes. Debe dar a su trabajo un enfoque dialéctico en función de la transformación de la realidad. Se debe revelar el carácter artístico de su labor profesional y el amor por ella además de mostrar la capacidad para hacer pronósticos pedagógicos con modestia, espíritu crítico y generosidad profesional con el alumno y el compañero de trabajo. El autodesarrollo en el plano científico pedagógico es capital así como las adecuadas relaciones con los alumnos que le permitan una adecuada participación. A partir de esos presupuestos, se determinaron los indicadores para la guía evaluadora.
  • 30. 30 1.-Cultura general integral y dominio profundo de los contenidos que explica. 2.- Búsqueda de nuevas vías de solución ante un obstáculo (precisar el obstáculo). 3.- Utilización de aspectos novedosos para interesar a los estudiantes 4.- La actividad docente transcurre en un ambiente psicológico moral que motiva la participación de los estudiantes. ♦ .atención del estudiante ♦ .concentración del estudiante ♦ .interés del estudiante ♦ .provoca inquietudes para lograr su solución ♦ establece una adecuada comunicación con los alumnos, con los padres y con los compañeros ♦ establece una adecuada orientación 5.- Autosuperación permanente, mediante participación en actividades científicas y de desarrollo profesional en general, que se orientan a la transformación de su práctica cotidiana. 6.- Propicia la actividad independiente del estudiante. ♦ .atiende diferencias individuales ♦ .despierta inquietudes intelectuales ♦ .estimula la defensa de puntos de vista personales ♦ .destaca la originalidad de los criterios ♦ .promueve la contraposición de opiniones y debates. ♦ .logra la autodirección ♦ .promueve la crítica y la autocrítica ♦ .estimula el protagonismo estudiantil ♦ .contrasta y hace contrastar los avances obtenidos 7.- Demuestra originalidad e imaginación en el cumplimiento del programa 8.- Muestra libertad de acción y flexibilidad en el desarrollo de sus actividades docentes ♦ al determinar los objetivos. ♦ en el tratamiento del contenido ♦ .en el uso de métodos y medios ♦ en el tratamiento de las ideas de los estudiantes
  • 31. 31 ♦ .en la actividad docente y social ♦ .en su labor profesional en general 9.- Ejerce la dirección del proceso docente educativo: ♦ .organiza la actividad educativa ♦ .establece adecuadas valoraciones y autovaloraciones ♦ .utiliza métodos adecuados ♦ .selecciona fines bien determinados ♦ .cuenta con un programa de acciones ♦ .selecciona actividades que propician el pensamiento divergente ♦ .se apoya en la enseñanza problémica o en otras estrategias que contribuyan a estimular la participación del estudiante en el proceso de su aprendizaje 10. -Se observan sistemáticamente las siguientes características: ♦ .originalidad ♦ .dinamismo ♦ .flexibilidad ♦ .audacia ♦ .persistencia ♦ fluidez ♦ seguridad ♦ autonomía ♦ .alegría ♦ .divergencia ♦ .objetividad ♦ .solidez de criterios ♦ .modestia ♦ .sencillez ♦ .generosidad profesional ♦ .honestidad científica Como se aprecia, por el carácter de los indicadores, su valoración debe ser específicamente cualitativa ya que habría que interpretar, describir exhaustivamente, explicar el contexto y dilucidar la estructura del fenómeno. Ahora bien, también habría