Jesús enseñó a los niños sobre el amor al prójimo a través de la parábola del Buen Samaritano. En la parábola, un hombre fue asaltado por ladrones cuando viajaba de Jerusalén a Jericó y fue ayudado por un samaritano que lo curó y cuidó, a diferencia de un sacerdote y un levita que pasaron de largo. Jesús dijo que debemos ayudar a nuestro prójimo en necesidad como hizo el samaritano.