3. El Santo, algo envidioso de la afluencia de peregrinos a Santiago, permanecía triste y apagado. Un día recibió la visita del mismísimo Señor en compañía de San Pedro. Como quiera que el Santo formulara sus quejas a tan insignes autoridades, el Todopoderoso le prometió que a su santuario acudirían en romería todos los mortales y, quien no lo hiciera de vivo, vendría a verle de muerto.
4. Cuando San Andrés llegaba a los acantilados de Teixido, su barca naufragó y se convirtió en un peñasco. Este tomó forma de barca invertida y desde entonces se le conoce como A Barca de San Andrés. Para compensarle por la tragedia sufrida, Dios le prometió un santuario, lugar al que tendrían que ir en romería todos los mortales, vivos o muertos.
5. Cuando vayas al Santuario debes tener cuidado de no pisar cualquier insecto u otro animal de pequeño tamaño, ya que puede ser el alma de un familiar que no lo haya visitado en vida…