PP_Comunicacion en Salud: Objetivación de signos y síntomas
Oralidad y otras narrativas los campesinos
1. CRISTIAN A. POVEDA ROMERO
ING. INDUSTRIAL
Oscar ya que por motivos laborales no pude llegar a entrar a la clase,
adjunto el trabajo de investigación, la información que esta aca, es la que
estara en el blog. El link se lo envio apenas lo termine. Espero me entienda y
muchas gracias
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN EN EL AULA
FILOSOFÍA
Tema: Oralidad y otras narrativas
Fecha de entrega: Semana del 21 al 26
Formato: Blog (virtual) – enviar el link del blog
Grupos: Máximo 6 integrantes
Metodología: Investigación cualitativa
El trabajo de investigación de filosofía consiste en:
1. Escoger un grupo social de Colombia (indígena, étnico, urbano, rural, campesino, obrero,
sub-cultura, tribu urbana (raperos, hip-hop, rockeros, metaleros, rash, etc.).
2. Hacer la contextualización completa del grupo escogido, dicha contextualziación debe
tener:
- Ubicación
- Lugar de procedencia
- Número de habitantes (Número de hombres y de mujeres)
- Costumbres, ritos, creencias, danzas, música, comida, etc.
- Mapa, fotos, imágenes, planos (cualquier información gráfica que permita ampliar en la
contextualización).
3. Entrevistar a los miembros (alguno de ellos) sobre los siguientes aspectos trabajdos en
filosofía:
- ¿Qué es el conocimiento?
- ¿Hay alguna diferencia entre conocer y saber?
- ¿Cómo conocemos?
- ¿Cuál es el papel de los sentidos en el conocimiento?
- ¿Qué piensa sobre Dios, sobre la religión y la iglesia?
- ¿Cuál es su opinión frente a la ética y la moral?
2. 4. Analizar esa entrevista con base en los postulados generales de Descartes, Kant y Nietzsche
estudiados en clase durante el semestre.
5. Construir un blog (virtual) con los 4 pasos anteriores. Toda imagen, foto, canción, etc., que
no sea de ustedes debe tener la cita o la fuete respectiva.
A finales del siglo XIX, el hombre colombiano nacía vinculado por tradición
familiar a uno de los partidos políticos: al conservador o al liberal,
circunstancia que llevó a la ideologización política de los colombianos. El
fanatismo se recrudeció en los años de transición entre los siglos XIX y **,
cuando los colombianos se enfrentaron en la Guerra de los Mil Días, que
fue el enfrentamiento de dos repúblicas políticas la conservadora y la liberal
y de dos estilos de vida y de pensamiento.
En el siglo XIX en Colombia nació la sociedad de clases, muy diferente a la
estamental. Las clases sociales se diferenciaban en función del nivel
económico y no eran grupos cerrados.
Los campesinos
El hombre del campo colombiano posee en todas sus dimensiones la
autenticidad de sus raíces. Sus hábitos y costumbres, sus fiestas y
diversiones y la fuerza de su trabajo, son una herencia acumulada desde la
época del mestizaje cuando en los siglos XVII y XVIII, la organización social
del país, va configurando una sociedad agraria mientras por otro lado va
3. empujando a los colonos en busca de nuevos territorios. La formación del
campesino colombiano tiene una historia de la cual el hombre rural de hoy
es su directo heredero. La autenticidad de sus tradiciones proviene de,
mantener viva su cultura y los vinculos que lo atan a su trabajo y de
mantener con firmeza su sistema de valores sociales y religiosos. El
cultivador, el agricultor, el artesano, el pescador, el recolector de Norte a
Sur, de Oriente a Occidente, ocupa el territorio patrio con su actividad
incesante. Desde las primeras luces que despuntan al alba hasta los
últimos reflejos del atardecer, la vida del campesino no conoce otro
horizonte que el de su labranza, su pequeña era, el corral o el atajo, que lo
lleva al bosque o aquel que señala la ruta hacia el mercado. Asi, lenta,
paciente, humildemente, dia tras dia el campesino ha forjado un país rural
que a decir verdad ha sido desplazado a medida que la nación se
industrializa y sus ciudades nacen a un ritmo vertiginoso.
A pesar de la industrialización, la mayoría de la población seguía siendo
campesina. Había grandes diferencias entre unas regiones y otras.
El número de campesinos fue descendiendo paulatinamente a lo largo del siglo
XIX, ya que muchos emigraron a las ciudades en busca de trabajo.
comienzos del siglo 20, encontramos inicialmente las primeras organizaciones
campesinas con intenciones reivindicativas como mejora de las tierras e
independencia como sujeto social y productivo. Desde la década de 1920, los
campesinos exigían el hecho de no ser más una fuerza de trabajo cautiva y
sumisa, pedían trabajar para beneficio propio y tener dominio de la tierra que
trabajan. Como resultado de las movilizaciones agrarias de la década de 1920 se
dio un pequeño grado de organización para enfrentarse a los monopolizadores de
la tierra, para hacer exigencia en el tema de los salarios, condiciones dignas de
trabajo y de vida. Un ejemplo de esto son las expresiones organizativas de los
campesinos de Córdoba que llegaron a conformar el Baluarte Rojo de
Lomagrande, San Fernando, Canalete y Callejas. En 1928 se habían consolidado
ya organizaciones como el Partido Agrario Nacional, la Unión Nacional Izquierdista
Revolucionaria y el Partido Socialista Revolucionario, embrión del Partido
Comunista Colombiano que distribuyó su influencia de manera exponencial
mostrando la interrelación de la expresión política y la organización campesina de
base.
La gran depresión y caída de los precios internacionales del café en 1929,
produjeron desempleo y pauperización de las condiciones de vida en las
haciendas. En este contexto, empezaron a florecer las luchas agrarias
principalmente en Sumapaz, Viotá y la región del Tequendama y Córdoba.
4. Bajo este contexto se movilizaron a favor de los campesinos colombianos en todo
el país las Ligas Campesinas, los Sindicatos de Obreros Rurales, y las Unidades
de Acción Rural como expresiones del movimiento campesino, mientras que a
nivel nacional podemos encontrar a la Federación Campesina e Indígena
posteriormente conocida como la Confederación Campesina e Indígena fundada
en 1942, la cual condujo movilizaciones en todo el país en contra de la Asociación
Patriótica y Económica Nacional [1] y posteriormente en contra de la Ley 100 de
1944.
Para 1956, las organizaciones campesinas e indígenas estaban completamente
destruidas por acción u omisión del gobierno colombiano. De esta dinámica se
salva la Federación Agraria Nacional (Fanal), fundada en 1946 con el apoyo de la
Iglesia Católica y la Unión de Trabajadores de Colombia. Esta fue la organización
campesina más importante hasta el surgimiento de la Asociación Nacional de
Usuarios Campesinos (ANUC) [2].
Finalmente, el ultimo golpe al movimiento campesino colombiano se dio el 19 de
enero del 2008, cuando fueron encarcelados los dirigentes campesinos de la
ACVC Ramiro Ortega y Miguel González Huepa, sindicados de rebelión. Este
proceso empezó con el encarcelamiento de los líderes campesinos Andrés Gil,
Óscar Duque, Mario Martínez y Evaristo Mena el 29 de septiembre del 2007,
cuando paralelamente la Fiscalía Tercera Seccional Barrancabermeja emitió 18
órdenes de captura contra todos los dirigentes de la asociación. Todo esto
sustentado en la versión libre del dirigente paramilitar “Julián Bolívar”; con lo cual
queda claro que lo que se busca es la desestructuración y la desaparición política
del campesinado por todos los representantes de los intereses ajenos a este.
En 1967 fue creada la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC-
por el Gobierno de Carlos Lleras Restrepo con el propósito de neutralizar los
5. peligros de una creciente polarización política del campesinado ...que en la
década del 60 comenzaba a dar muestras de creciente iniciativa política a través
de organizaciones gremiales, movilizaciones espontáneas por la tierra y apoyo
directo o indirecto a la guerrilla...-en el que la ANUC serviría- para integrar las
demandas y reivindicaciones campesinas en el esquema de las mediaciones
estatales necesarias para la 'Transformación Nacional' ...sostenido por la ilusión
de que los evidentes síntomas de malestar rural permitirían superar la 'funesta
ceguera' que había distinguido la actitud de las clases propietarias frente al
movimiento campesino(11).
La 'funesta ceguera' se mantuvo y lo que pudo ser la canalización institucional
del conflicto agrario se desbordó ante la insatisfacción de los reclamos
campesinos. Al comenzar la década del setenta la Anuc congregaba 800 mil
campesinos, que procedieron en varias regiones, sobre todo en la Costa Atlántica,
a invasiones de tierras sin precedentes en la historia del país; las marchas, los
paros, la ocupación de edificios públicos y la politización revolucionaria de gran
parte de los líderes campesinos molestó a las clases dirigentes que optaron por la
división del movimiento, la represión y la eliminación legal de las alternativas
reformistas : Para 1972, la cifra de detenciones a campesinos se eleva a dos mil
ochenta y cuatro casos, que contrasta con los ochocientos cuarenta y cinco
registrados en el año anterior. La intervención policial es sustituída y/o reforzada
por la creciente militarización de los conflictos desatados por la invasión de
tierras y las movilizaciones gremiales. Los campesinos de la ANUC, otrora 'hijos
predilectos' del régimen, pasan a engrosar las filas de los antisociales y
perturbadores del orden público (12).
La lucha gremial de los campesinos fue debilitándose al punto de que la lucha
central por la tierra cedió ante otras prioridades impuestas por la guerra
sucia, entendida como el asesinato de dirigentes populares y de izquierda por
fuerzas militares o paramilitares desde la segunda mitad de los ochenta...A las
luchas tradicionales por la tierra y la política agraria se han unido en estos
últimos años protestas por derechos humanos y necesidades básicas
(infraestructura y servicios). Estas últimas integran crecientemente a los
campesinos en el torrente de las luchas cívicas : 27 de las 158 luchas agrarias
durante los últimos cuatro años fueron paros cívicos con participación
campesina; 82 fueron movilizaciones y 43, tomas de entidades (13).
Durante 1996 las luchas más representativas de los campesinos, se expresaron, de
una parte en la resistencia pacífica de 170 familias desplazadas de sus tierras, en
los límites de la hacienda Bellacruz en el sur del César, por grupos paramilitares
al servicio de una familia terrateniente; y por otra en las más grandes
movilizaciones campesinas de las últimas décadas en diferentes regiones del país
6. que congregaron alrededor de 300 mil campesinos que buscaban una política de
sustitución de cultivos de las plantaciones de coca, en cambio de las políticas
represivas del Estado através de fumigaciones indiscriminadas y la militarización
de sus tierras(14).
Los campesinos desplazados de Bellacruz se tomaron las instalaciones del
INCORA en tres oportunidades y la Defensoría del Pueblo en otra; pese a sus
reclamos pacíficos y a la legitimidad de la posesión de sus tierras, el Estado no
sólo que no les garantizó el retorno a sus predios sino que toleró que el grupo
paramilitar continuara actuando impúnemente cobrando la vida, a febrero de
1997, de 35 personas de la comunidad campesina. Por la presión de la comunidad
internacional el Gobierno se vió obligado a dialogar con los campesinos y a
buscar una salida negociada(15).
LIBRO.
Colonización y protesta campesina en Colombia 1850-1950
Uno de los principales objetivos de la autora es desterrar del debate historiográfico
la visión tradicional del agro colombiano que achaca el subdesarrollo a un modelo
de tenencia de la tierra de origen colonial establecido sobre latifundios
improductivos y minifundios dedicados a la subsistencia. El modelo tradicional
explica la tenencia de la tierra como un factor de prestigio para los terratenientes,
más interesados en su posesión como realce social que por interés productivo, y
unos campesinos de mentalidad arcaica, desposeídos, incapaces con sus
esquemas mentales de adoptar una política de modernización. El trabajo de
LeGrand demuestra que esta visión es errónea, tanto el campesino como el
terrateniente están interesados en la mayor productividad de sus tierras, fuente de
riqueza que ambos grupos se disputan. Las visiones mitificadas sobre el proceso
de colonización como fuente de una clase de medianos propietarios donde arraiga
el sentir democrático y la modernización tampoco se revelan como ciertas bajo los
parámetros empleados por la autora. La colonización de las fronteras interiores
colombianas no fue un proceso edulcorado, de lucha y adaptación al medio que
culmina en la victoria del hombre sobre la naturaleza con la recompensa de una
sociedad igualitaria, democrática y rica. Fue un proceso violento donde la patente
7. conflictividad entre ambas clases es rastreada por la autora en la Correspondencia
de Baldíos del Archivo General y en las abundantes fuentes de carácter
secundario. El texto nos presenta a dos protagonistas enfrentados, el
campesinado y el empresario; y a dos grandes grupos de actores secundarios, el
ejecutivo y los poderes locales, con diferentes subgrupos dentro de ellos, los
tinterillos, el poder judicial, los alcaldes y demás. El campesino sujeto a lazos de
dependencia de tipo de régimen antiguo tiene en la colonización la oportunidad de
sacudirse de esa dependencia y alcanzar mayores cuotas de libertad e
independencia que al final se ven frustradas por el ataque del empresario
terrateniente, la complicidad de los poderes locales y la ineficacia del gobierno
central. Con lo cual el ascenso a unas mejores condiciones de vida que se le
abren al campesinado con la colonización acaba en una caída en otro tipo de
relaciones de dependencia, si bien ahora de tipo capitalista. A partir de mediados
de siglo Colombia quedó incluida en las redes de la economía internacional como
exportadora de productos agrícolas tropicales como el café, el banano, tabaco,
ganado y otros. Este tipo de economía agrícola se convirtió en la más rentable de
la época y motor económico del país. Este tipo de productos que sólo se
cultivaban en las tierras medias y calientes originó un proceso de conquista y
colonización desde las tierras frías por excedentes demográficos en pos de las
suculentas ganancias y nuevas tierras. Durante la Colonia, la población se había
centrado en las tierras frías de las cordilleras, con sistemas de trabajo basado en
la hacienda y cultivos de subsistencia.
Fuente: http://es.shvoong.com/humanities/history/116344-colonizaci%C3%B3n-
protesta-campesina-en-colombia/#ixzz1vd1tX1Pr
La economía exportadora tropical supuso un vuelco a esta situación puesto que
grandes masas de población se lanzaron a la colonización de los valles y las
faldas de las montañas de las tierra calientes, allí encontrarían tierras que poseer
y los beneficios del nuevo sistema agrícola. Es la época del gran empuje sobre las
fronteras interiores del país. A partir de 1850 el proceso se acelera y es imparable.
El primer paso colonizador es la llegada de los colonos que toman un trozo de
tierra arbitrario y lo ponen en cultivo. El tiempo para que una tierra de desmonte se
adapte a la mano del hombre es largo y se necesita de unos diez años de
cuidados para que sea totalmente productiva. Una vez que el terreno ha sido
domesticado aparece en escena el empresario territorial que llega a disputarle el
titulo de propiedad sobre esa parcela al colono, lo hace así por dos razones: en
primer lugar, porque para entonces la tierra ya es netamente productiva y, en
segundo, porque apenas hay mano de obra disponible en las fronteras de
colonización por lo cual cuando el empresario arrebata la tierra al colono espera
que este se quede en la parcela como arrendatario, en otras palabras, sometido a
8. otros lazos de dependencia. La actitud del gobierno como árbitro de la situación y
legitimador de los títulos de propiedad es básica para comprender el proceso. Las
leyes del 74 y 82 otorgan tierra a quien la trabaja, esta medida que si bien no
desconoció el campesino y que favoreció por igual a ambos grupos no llego a ser
ejecutada de una manera ecuánime. Los trámites burocráticos para la obtención
del título de propiedad eran complejos y costosos y el campesino medio no sabía
ni podía llevarlos a cabo; en cambio los empresarios disponían de los medios, la
capacidad y los contactos para hacer valer sus intereses en el gobierno. Si bien
grupos de campesinos contaron con la ayuda de abogados y funcionarios medios
en la administración local, tanto el poder del alcalde como de los jueces que
decidían a quien correspondía la propiedad estaban del lado de los empresarios.
Así un poder gubernamental con buenas intenciones pero corrupto e ineficaz
condenó a la masa de colonos del país a quedar adscrito a nuevos sistemas de
dependencia, sin propiedad ni medios para adquirirla. El proceso no se
circunscribe a unos determinados años, es un capitulo que sigue abierto en la
historia de Colombia y que sigue generando conflicto entre los desposeídos y los
latifundistas.
Fuente: http://es.shvoong.com/humanities/history/116344-colonizaci%C3%B3n-
protesta-campesina-en-colombia/#ixzz1vd26ZKun
ENTREVISTA A CAMPESINO:
Jerónimo Aguado, ’Jeromo’, es campesino y pastor de ovejas. Y con esto debiera quedar
dicho todo, porque Jeromo se dedica en cuerpo y alma a ser campesino y a defender lo que
este concepto implica. Ser campesino es vivir con los pies en la tierra, amar la tierra, trabajar
la tierra y con la tierra y, sobre todo, defender y cuidar la tierra. Y por eso Jeromo anda liado
de aquí para allá para contarle a todo el mundo que no se puede pensar en que haya futuro
sin campesinos y que no puede haber campesinos si nos cargamos los pueblos, si
contaminamos la tierra, si envenenamos los alimentos. Jeromo, castellano de pura cepa,
nunca mejor dicho, es el presidente de Plataforma Rural y uno de los impulsores del proyecto
del municipio ecológico de Amayuelas de Abajo (Palencia). Hasta este pequeño laboratorio
9. social en Tierra de Campos nos hemos acercado para hablar con Jeromo sobre soberanía
alimentaria.
Explorar las regiones de Colombia nos lleva a descubrir inmensas riquezas naturales de
las cuales algunos de nosotros nos sentimos ajenos y aquellos que los han habitado
como las comunidades campesinas, indígenas o negras, y los han cuidado y utilizado
durante décadas, tienen su historia marcada por la violencia.
El campesinado en Colombia ha sido históricamente marginado tanto cultural como
social y económicamente de los procesos de la sociedad en general. De esta forma ha
sido dominado por grupos que han organizado el territorio, a través de reformas desde
el Estado, acorde a los intereses de una elite, en detrimento de las necesidades de la
mayoría campesina, agudizando las condiciones de desigualdad y pobreza que
confluyen en la marginación de las comunidades desde todos los aspectos. Sumado a
ello las políticas implementadas donde se refuerzan las acciones militares en las zonas
rurales han agudizado los conflictos sociales y armados. Esto ha evidenciado
históricamente la relación de estas presiones con los intereses que tiene el capital
extranjero en algunas regiones de Colombia.
El sur de Bolívar es una de estas regiones, marcada por el conflicto y la agresión
contra las comunidades que la habitan. Anudado a esto, es una región importante
geoestratégicamente hablando para la implementación de megaproyectos de
explotación minera, maderas, hídricos entre otros recursos, por parte del capital
extranjero. Guamocó es una zona que hace parte del sur de Bolívar, estando ubicada
en el costado occidental de la serranía de San Lucas, en límites con el departamento
de Antioquia. Administrativamente, la mayoría de veredas que allí se encuentran
pertenecen al municipio de Santa Rosa del Sur (Bolívar), y las demás hacen parte de El
Bagre, Antioquia. Guamocó es conocida por ser una región rica en oro, pero también
tiene un gran potencial en otros recursos.
Actualmente, a la multinacional Kedahda, filial de la Anglo Gold Ashanti Mines, la
segunda mayor extractora de oro en el mundo, se le han dado en concesión extensas
zonas ricas en recursos auríferos, que son habitadas y explotadas por comunidades
campesinas y mineras desde hace mas de cuarenta años (Informe de la gira técnica
exploratoria: 2007: 2). La gran mayoría de las minas se encuentran sin títulos, los
mineros explotan estas tierras desconociendo la normatividad existente.
10.
11. los campesinos colombianos son los más afectados por la violencia política. La guerra de guerrillas
y su contrapartida la guerra contrainsurgente del Ejército y los paramilitares se adelanta
principalmente en el campo. Son también campesinos humildes los que tradicionalmente han
sufrido el reclutamiento forzado para prestar el servicio militar en las Fuerzas Armadas.
De otra parte los campesinos son las principales víctimas de la exclusión y la violencia social. El
índice de desnutrición de la población campesina adulta ascendió en un 119% entre 1978 y 1988,
la mortalidad infantil es del 80 por mil, el 84% de la población rural no dispone de acueducto y el
31% de las mujeres entre 15 y 49 años de edad no han asistido nunca a la escuela(1).
El 64% de la población campesina vive en estado de pobreza, y un 37% de ellos sobrevive en
condiciones de miseria.
Por otro lado hay más de un millón de familias campesinas sin tierra. La tendencia ha sido la del
despojo y la concentración de la propiedad en pocas manos: en 1960, el 67% de los campesinos
poseían en parcelas de menos de cinco hectáreas el 6% de la tierra y los grandes latifundistas
controlaban el 46% en haciendas de más de 200 hectáreas. Para 1992 el 55% de los campesinos
propietarios no tenían más que el 2.8% de la tierra, mientras que menos del 0.5% poseía el 35% de
12. la tierra ; en el mismo año el 7% de los propietarios controlaban las tres cuartas partes de las
tierras.
Las estadísticas refieren una violencia más que secular en el campo, la contrarreforma agraria
sigue incrementándose con el trinomio ganaderos, gamonales y narcotraficantes(2).
Esto ha originado que en las últimas tres décacadas se haya invertido la tasa de población en
Colombia : en los años sesenta el 70% de la población vivía en las áreas rurales, y el 30% en
pueblos y ciudades, hoy ese porcentaje no solamente se ha invertido sino que tiende a agravarse.
En el último lustro cerca de un millón de personas han sido obligadas a dejar sus tierras producto
de la violencia política, concentrándose la mayoría de ellas en los tugurios periféricos de las
grandes urbes(3).
Sólo durante 1996 fueron desplazadas por la violencia un total de 36.202 familias según el Fondo
de las Naciones Unidas y el Sistema de Información sobre Desplazamiento y Derechos Humanos :
De acuerdo con esas estadísticas, cada hora, dentro del territorio nacional, se desplazan por causa
de la violencia cuatro hogares (4)
Uno de cada 36 colombianos ha sido víctima del desplazamiento forzado, la mayoría mujeres
viudas y niños huérfanos provenientes de zonas rurales del país.
El Estado colombiano ha estado ausente tradicionalmente de las necesidades de la población
campesina, representando sobre todo los intereses de la clase terrateniente. Los esfuerzos
progresistas de algunos gobiernos liberales no han llegado a fructificar aunque se hayan traducido
en leyes. Tal es el caso del gobierno de Alfonso López Pumarejo, llamado de la Revolución en
Marcha, quien en 1936 hizo aprobar en el Congreso la llamada Ley 200 o de Tierras, al tiempo que
se reformó la Constitución estableciendo que la propiedad debía cumplir una función social.
La Ley de Tierras fue un intento para neutralizar las protestas rurales que se iniciaron en los años
veinte en las que se desarrollaron: ...conflictos de una intensidad y una organización sin
precedentes en los que la unión de colonos y aparceros adoptó un sesgo ofensivo a partir de
1926... Se constituyen ligas campesinas y sindicatos agrarios y se generalizan los movimientos
sociales para obligar al Gobierno a intervenir para dividir algunas de las grandes propiedades
cafetaleras"(5).
Con dicha ley se pretendía : ... dar un impulso sustancial a la utilización económica del suelo,
clarificar los derechos de propiedad y posesión sobre baldíos, y encuadrar los conflictos agrarios a
un nuevo orden jurídico, a través del arbitraje del Estado (6).