Este documento describe la importancia de las narradoras y narradores orales en la preservación de las culturas del Pacífico colombiano. Estas voces mantienen viva la sabiduría milenaria de las culturas a través de la literatura oral, transmitiendo valores culturales a nuevas generaciones a través de cuentos, décimas y otras formas de expresión. Al narrar, utilizan todo su cuerpo para comunicar estados de ánimo y perspectivas culturales. La literatura oral ha permitido transmitir culturas ancestrales a través de generaciones
Relación Institución Educativa - Consejo Comunitario
Literatura oral sept 6-2012
1. NARRADORAS Y NARRADORES ORALES
VOCES PARA LA PERMANENCIA CULTURAL
María Elcina Valencia Córdoba
Generar un espacio para la literatura oral del Pacífico es contribuir al fortalecimiento identitarioen
perspectiva diferencial; es juntar voces maestras de sabedores que recogen el mundo en la
memoria y la entregan con la magia de la palabra, con el arte implícito en un sistema comunicativo
que involucra el cuerpo en toda su expresión. Sin las voces de las narradoras y losnarradores las
culturas perderían movilidad en el tiempo. Ellas y ellos, caminan sobre palabras, como en un
tablao de chonta que dura y perdura; pero también llevan las palabras en los hombros, protegidas
en las manos, tiernas en las sonrisas y en las miradas.Con la palabra vivifican las culturas.
Narradores y narradoras, con sus modos y estilos propios de expresión, ya sea en forma de relato,
décimas, coplas, trovas, cuentos y romances, guardan en la memoria la sabiduría milenaria de
culturas particulares.Son artistas, maestros y maestras de la palabra, escultores y escultoras de la
historia; yaunque existen otros modos de contar la vida de los pueblos, el dinamismo que se
imprime en la palabra hablada es particular; es el cuerpo entero en armonía que se convierte en
un sistema de comunicación; una voz acompañada de gestos, de toques, de movimientos
cadenciosos y a veces hasta cuestionamientos a quienes les escuchan.
Mediante la narración el cuerpo de las narradoras y los narradores en su conjunto expresa estados
de ánimo, formas de ser y de pensar, contribuyendo no solo con el disfrute de la manifestación
sino que además genera aprendizajes, provoca emociones, cuestionamientos, críticas, análisis y
debates.
Mientras narran, comunican, intentan involucrar al público y esperan respuesta en los aplausos,
en las ovaciones y en posteriores abrazos a la salida del escenario que les ha visto transformarse y
transformar las prácticas populares en obras de arte y en actos de sabiduría renovadores del
conocimiento implícito en la herencia generacional que se conserva en la memoria colectiva.
Es un arte recoger todo este acervo cultural en la memoria y entregarlo con gran maestría en
diversos escenarios ya sea en el seno de la familia como en pequeños grupos sociales y en
escenarios multitudinarios donde les toca vencer el miedo ante los ojos maliciosos, oídos de
singular sordera y bocas movedizas.
La literatura oral por su parte, ha permitido la transmisión de culturas milenarias que han
considerado esta herramienta como un vehículo fundamental que guarda y comunica su esencia
por medio del lenguaje oral.
En la literatura oral del Pacífico colombiano las memorias africanas recreadas en territorio
americano permanecen en el tiempo. Estas literaturas conservan un legado ancestral de valores
que aluden al ser individual y colectivo, que narradores y narradoras fortalecen a diario, formando
a las nuevas generaciones.
2. Este proceso comunicativo sesitúa en el presente, recrea las culturas recogiendo el pasado y las
proyecta al futuro con actos creativos que develan la personalidad del narrador o narradora así
como la de los personajes que encarnan. Es un medio no solo de expresión sino también de
transmisión del conocimiento, tradiciones e historias de los pueblos. Los valores que transmiten a
diario con sus actuaciones son pilares fundamentales para la convivencia y para el fortalecimiento
de identidades.
Porque “este era un hombre casado con su mujer y una mujer casada con su marido, tuvieron
viviendo, tuvieron viviendo hasta que tuvieron tres hijos”; en cada hijo permanece un valor, el
valor de la palabra, el respeto a los mayores, la familiaridad y muchos otros, porque“el compadre
rico y el compadre pobre” se convirtieron en ejemplos frente a la honestidad, la humildad, el no
rotundo a la avaricia y a la envidia, porque “el tío conejo, el tío guatín, la tórtola, la liebre y la
lechuza”, dejaron grandes enseñanzas, porque “andaban y andaban y andaban y les parecía que
no iba andando y andando iban”, hasta que llegaron al nuevo siglo y las nuevas generaciones
aprendieron a vivir de manera solidaria, en el reconocimiento a la diversidad, en el respeto de lo
ajeno, y todo eso, gracias a narradoras y a narradores que siguen entregándole a sus hijos e hijas,
la herencia que recibieron de sus mayores.
Por eso, es fundamental el papel de estos hombres y mujeres que nos dejan la vida del pueblo en
un juego de palabras arregladas a su ingenio y deben ser escuchados y escuchadas, y después
leídos y leídas, porque educan, concientizan, se revelan, protestan e incitan a la participación
consciente para la toma de decisiones necesarias en transformación social de esta región de
palabras duras como la chonta.
Narradoras y narradores orales, son voces con autoridad para la permanencia cultural.
6-09-12
María Elcina Valencia Córdoba
Magíster en Educación
Especialista en pedagogía del folclor
Poeta y escritora