2. Bogotá, Abril de 2009
Estimados Rectores y Rectoras:
Saludo y agradezco a todas las comunidades
educativas de la Arquidiócesis de Bogotá, por este
ministerio educativo tan importante para construir
personas misericordiosas, una sociedad solidaria y
comprometida con el presente y el futuro del país y de
la Iglesia.
El Papa Benedicto XVI en su discurso a los
Educadores Católicos en Washington, calificó la labor
educativa como la más urgente “caridad intelectual”.
La educación cristiana se hace con las herramientas
intelectuales y académicas. Así el acto educativo es
realmente “caridad intelectual”. La “Caridad
Intelectual” ayuda a curar desde lo académico las
heridas del ser, del tener, del poder, del hacer y aún del
saber, de toda la comunidad educativa.
3. El Sínodo Arquidiocesano, optó por el horizonte
pastoral samaritano, y una educación será caritativa y
samaritana, si con responsabilidad enfrenta las
muchas heridas que dejan en nuestros alumnos todas
las situaciones que vivimos motivadas por los
desafueros del tener, del poder, del hacer y hasta del
saber. La escuela debe precaver, curar, salvar esas
existencias de niños y de jóvenes que, ya en su tierna
edad, son asaltados en el camino y dejados casi
muertos. La Escuela debe ser un centro de “caridad
intelectual”, donde la ciencia se coloque al servicio de
la vida plena y abundante, se humanicen las prácticas
de enseñanza-aprendizaje y se propicie una
convivencia escolar sana, solidaria, incluyente y
democrática.
La Pastoral Educativa Samaritana, mediada por la
academia, es una nueva forma como el Evangelio de
Jesucristo vivo, está presente en la Escuela. Todos
hemos interrogado cómo deber ser hoy la nueva y
dinámica presencia del Evangelio en la Escuela, y la
Pastoral Educativa Samaritana hace parte de las
grandes respuestas.
4. La Delegación Arquidiocesana de Educación y
Conaced Bogotá – Cundinamarca, están proponiendo
para nuestros colegios una “certificación en calidad
humana” desde los fundamentos del modelo
educativo samaritano, comunitario, pedagógico,
epistemológico y de espiritualidad, arraigados en la
Palabra de Dios. Quizá esta certificación es tan
importante o más que la certificación de calidad
administrativa a la que han llegado un número
considerable de planteles educativos católicos o de
inspiración cristiana.
Les agradezco el empeño en su labor educativa y los
exhorto a avanzar en el proceso de humanización de la
educación escolar desde el modelo educativo
samaritano.