El documento discute los cambios en la cultura y la educación con el surgimiento de Internet y las tecnologías digitales. Señala que el saber ya no es estático sino que fluye con la Web 2.0, y que esto trae nuevas formas de acceder y construir conocimiento de manera colaborativa. También analiza cómo estas tecnologías participativas cuestionan el copyright. Sostiene que ya no se puede cosificar el saber y que debemos educar sobre algo nuevo, desarrollando competencias para actuar en los nuevos contextos comunicacionales.