El documento argumenta que todo diseño requiere de un diseñador inteligente y que cuanto más complejo es el diseño, más inteligente debe ser el diseñador. Plantea preguntas sobre lo que pensaría el diseñador si se le dijera que su creación surgió por casualidad en lugar de ser diseñada. Finalmente cuestiona si alguien aún duda sobre la necesidad de un creador inteligente.